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20 de Abril por Sinaaica

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Podrías escribir un libro con mi historia… Aunque, ¿realmente vale la pena llamarlo “historia”? Mi vida no es así de valiosa para ser considerado una historia. Llamémosle “conjunto de sucesos ocurridos a un adolescente durante la universidad”.

Quizá te suene familiar éste “conjunto de sucesos”, quizá no… ¿No es lo que le suele suceder a todos en la facultad? Espero que sí, el hecho de creer que soy al único que le pasa me tiene bastante frustrado y deprimido, a decir verdad.

 

 

 

 

[No quiero volver a hacerlo contigo]

Fue lo último que leí en el cuadro de WhatsApp que conservaba aun con aquella persona antes de largar un gran suspiro y guardar el móvil en el bolso que llevaba en la mano, esperando a MinHo quien pasaría por mí para acudir a la escuela el día de hoy y rendir un examen, para el que apenas había leído aquella mañana muy temprano.

Está bien, sabía que llegaría el momento, que él me había dejado en claro su corazón le pertenecía a alguien más, pero… ¿Por qué?

Realmente no sabría cómo expresar lo que tenemos JongIn y yo, o lo que teníamos, mejor dicho.

 

¿Cómo llegué aquí? Sexto semestre en facultad de medicina a mis dulces diecinueve años… ¿mh? Todos mis compañeros tienen arriba de veintidós años, ¿debería sentirme privilegiado? Más bien vulnerable, todos intentan pasar sobre mí, humillarme. Otros lo admiran, y me preguntan ¿Qué se siente? ¿Qué se siente qué?

¿Vivir una vida de adulto?

Bueno, tal vez estoy exagerando, los veintidós son la etapa de la vida en la que literalmente TRUENA, estás en tu máximo apogeo, supongo ha de ser la mejor etapa… ¿Qué podría saber yo? Aún ni siquiera llego a los veinte.

Pero me refiero a que en este momento mis responsabilidades no son las de alguien de diecinueve, sino de alguien de veintidós… o incluso hasta de veinticinco.

Debería estudiar para un examen que rendir mañana también y sin embargo estoy empezando a escribir este “conjunto de sucesos”. Muchos exámenes, ya sé, son finales ¿Qué podría esperar? Ah sí, acabar bien este semestre para poder trabajar y sentirme útil, algo que no he sido durante los últimos meses, ni siquiera para mí mismo.

 

Regresemos a cuando inicié la facultad, que aquí es donde tiene arranque mi conjunto de sucesos.

Quería iniciar de nueva manera, ser alguien diferente, ¡Todos queremos algo diferente! Por supuesto que sí.

Considero bastante tedioso contarles a detalle cosas que realmente importan poco, como mi nerviosismo durante los primeros días, lo mucho que juré ser el mejor (y sin embargo soy el peor de mi clase)

Probablemente a la mayoría de los estudiantes de medicina les pasa que se entregan por completo a la carrera, y es que no negaré que es realmente hermosa y lo hice en un principio, pensé y me hice la idea que aquella sería mi vida de ese momento en adelante, medicina, medicina, medicina, todo ella. Dicen que es una carrera celosa ¿no? Roba todo tu tiempo, sin embargo hoy día puedo decir que ni ella es el centro de mi vida, ni siquiera yo mismo lo soy.

Conocí personas maravillosas, que por infortunios, quedamos separados en cuanto a nivel académico, ellos quedaron abajo y yo ascendí,  porque algo que bien me han enseñado, es a no mirar hacia atrás, ver por mí, mi bienestar y mis intereses.

Y ahora… ¿Qué hice con aquello que me enseñaron?

 

Toda mi preparatoria fui aquella persona típica que se sentaba en los escalones a comer solo durante las horas de receso, tenía de los mejores promedios en el instituto, sin embargo no el mejor, las personas siempre buscan más ¿no?, no suelo ser uno de ellos… O tal vez sí, pero podría estar perfectamente recibiendo lo que con mi esfuerzo he creado, no más, no menos.

¿A qué viene todo esto? Que gracias a aquellas personas maravillosas, exploté al máximo mi adolescencia, aquel muchacho que comía solo, pasó a tener bastantes “amistades” dentro de la facultad, pasó a ser un poco lo que se llama “Popular”.

Viajé con ellos, me reventé en los antros con ellos… o bueno, bien con SoHee. La que solía considerar mi mejor amiga en ese entonces. MinAh y YoungWoo al poco tiempo se convirtieron en pareja y nos abandonaron, quedando solo SooHee y yo… Lee TaeMin.

Amaba pasar tiempo con SoHee, quien tiene un piano en su casa y cada que hacíamos pijamadas, la obligaba a tocar para mí, aunque siempre sentí que se hacía del rogar, le gustaba ver la manera en la que me emocionaba escuchar un piano y ver los dedos de una persona moverse de manera tan hábil.

Pasó el primer semestre… y en el segundo fue más difícil académicamente, o quizá así lo sentí porque no estaba lo suficientemente acostumbrado para sobrellevar aquello que es la medicina.

Neuroanatomía.

Aquí comenzó este trastorno que hoy cargo en la espalda, ¿Por la materia? ¡No!

El hijo del doctor... Kwon YangMi, quien se convirtió en mi primer pareja sentimental. Muchos pensaron que aquello sucedió para que yo pudiera pasar tal materia tan difícil que dejó a unos cuantos en el camino, incluyendo a MinAh y YoungWoo. SoHee, simplemente decidió no cursarla.

YangMi ES todo lo que alguien pudiera desear, alguien atento, romántico… alguien que se entrega;  y me atrevo a decir con soberbia, que sé aún está enamorado de mí, tratando de olvidarme con alguna otra churpia que se le haya cruzado por ahí. ¿Su único defecto? No sabe lo que quiere profesionalmente.

Una persona bastante tolerante, sí… pasé con él todo el segundo semestre en una relación sentimental tranquila, cómoda, llena de lindos detalles, algunos que sin embargo no me agradaban, como las cartas ¡Odio las malditas cartas! Y fue la manera que me pidió ser su pareja.

Lo odié por completo pero no me pude resistir a sus encantos.

Pasó tercero… Y llegamos a cuarto.

Introducción a la cirugía.

—   Bien, necesito que hagan equipos de seis personas para el día que llevemos a cabo cada una de las cirugías —. Indicó el doctor titular de la materia.

¡Oh! Casi olvido mencionar… ¿SoHee? Pasó el segundo semestre y ella abandonó la carrera. Me dejó y con ello me quedé solo, regresando a ser aquella persona que comía solo, sólo que esta vez comía en cafetería ¡Ja!

Sí, tenía algunas amistades con las cuales podía platicar y pasar el rato, pero ellos preferían dedicarse de lleno a la medicina y yo… en ese entonces tenía a YangMi.

Había dos chicas latinas en mi clase, que al igual que yo éramos los que menos querían en sus equipos, así que el doctor optó por ponernos en un equipo con otros tres muchachos.

JinKi, MinJi y MinHo.

Recuerdo haber estado con ellos tres en tercer semestre, pero nunca les había tomado la suficiente importancia como para acercarme a ellos, ni siquiera nos había tocado estar en un equipo juntos.

El único vago recuerdo de JinKi y MinHo fue:

MinHo con NaEun en las piernas besándole el cuello en plena clase de fisiología

JinKi llevando a su primo Alí de arabia a la misma clase.

Y es que a nadie le importaba esa clase, realmente. En fin. Nuestro primer trabajo en cirugía fue realizar una maqueta de un quirófano, cosa que debo admitir… me emocionó.

Aquella era la clase más dinámica que tuvimos en el semestre y en las demás materias, todos quedamos con los mismos equipos, por lo tanto me volví más cercano a MinJi, JinKi y MinHo. ¡Bien! Por fin personas divertidas que estaban dispuestos a hacer cualquier cosa que se les viniera en mente, así fuera asesinar a alguien en algún momento solo porque se les antojaba… después descubrí que aquello no era ninguna broma, menos cuando se trataba de MinHo.

JinKi era una persona emprendedora, lo descubrí a los pocos días de iniciar el semestre con ellos, cuando nos pidió lo acompañáramos a ver “la bodega” así le llamaba al lugar donde él estaba construyendo su propio gimnasio. Me alegraba ver de cerca que personas cumplieran sus expectativas y metas.

Ese día fuimos JinKi, MinHo y yo.

MinHo y yo habíamos creado un vínculo en el que ambos podíamos hablar de cualquier cosa ¡Así fuera una estupidez! Estábamos bastante cómodos hablando el uno al otro.

—   ¿Qué te gusta durante el sexo? —. Me preguntó una vez que nos quedamos solos él y yo, dentro del auto de JinKi.

Supuse mis mejillas se sonrojaron, ya que en ese entonces mi vida sexual no era lo suficientemente activa… Le había hecho un oral a YangMi una vez en el baño de su casa, en el cumpleaños de su hermana y con eso tuve para saber que no quería acostarme con él, ¡Sus expresiones faciales eran horribles! No quería ver eso sobre mi mientras me lo hacían, no, no.

—   Debo admitir que soy virgen… — Respondí de manera tranquila sin poder mirarlo directamente a los ojos, pero supe una sonrisa nerviosa me traicionó.

Me sentí tan… ¡Puto! Porque las ganas de incitarlo a seguir hablando de sexo me golpearon de manera inmediata. ¿Qué diría YangMi si me estuviera escuchando? Joder.

—   Pero espero que sea algún día con alguien especial, no sé, quizá solo por experimentar o por amor —. Me atreví a mirarlo a los ojos después de haber dicho aquello y lo vi mordiéndose el labio inferior, algo que hizo mi corazón comenzara a latir con fuerza en ese instante.

—   Si algún día quieres experimentar por favor dime a mí, estaré gustoso de rezarte antes de quitarte lo virgen —. Aquella sonrisa traviesa que surcó sus labios me mató. Supe que él haría lo que fuera posible para ser el primero en estar entre mis piernas.  Podrías escribir un libro con mi historia… Aunque, ¿realmente vale la pena llamarlo “historia”? Mi vida no es así de valiosa para ser considerado una historia. Llamémosle “conjunto de sucesos ocurridos a un adolescente durante la universidad”.

 

Quizá te suene familiar éste “conjunto de sucesos”, quizá no… ¿No es lo que le suele suceder a todos en la facultad? Espero que sí, el hecho de creer que soy al único que le pasa me tiene bastante frustrado y deprimido, a decir verdad.

 

  

 

Podrías escribir un libro con mi historia… Aunque, ¿realmente vale la pena llamarlo “historia”? Mi vida no es así de valiosa para ser considerado una historia. Llamémosle “conjunto de sucesos ocurridos a un adolescente durante la universidad”.

Quizá te suene familiar éste “conjunto de sucesos”, quizá no… ¿No es lo que le suele suceder a todos en la facultad? Espero que sí, el hecho de creer que soy al único que le pasa me tiene bastante frustrado y deprimido, a decir verdad.

 

 

 

 

[No quiero volver a hacerlo contigo]

Fue lo último que leí en el cuadro de WhatsApp que conservaba aun con aquella persona antes de largar un gran suspiro y guardar el móvil en el bolso que llevaba en la mano, esperando a MinHo quien pasaría por mí para acudir a la escuela el día de hoy y rendir un examen, para el que apenas había leído aquella mañana muy temprano.

Está bien, sabía que llegaría el momento, que él me había dejado en claro su corazón le pertenecía a alguien más, pero… ¿Por qué?

Realmente no sabría cómo expresar lo que tenemos JongIn y yo, o lo que teníamos, mejor dicho.

 

¿Cómo llegué aquí? Sexto semestre en facultad de medicina a mis dulces diecinueve años… ¿mh? Todos mis compañeros tienen arriba de veintidós años, ¿debería sentirme privilegiado? Más bien vulnerable, todos intentan pasar sobre mí, humillarme. Otros lo admiran, y me preguntan ¿Qué se siente? ¿Qué se siente qué?

¿Vivir una vida de adulto?

Bueno, tal vez estoy exagerando, los veintidós son la etapa de la vida en la que literalmente TRUENA, estás en tu máximo apogeo, supongo ha de ser la mejor etapa… ¿Qué podría saber yo? Aún ni siquiera llego a los veinte.

Pero me refiero a que en este momento mis responsabilidades no son las de alguien de diecinueve, sino de alguien de veintidós… o incluso hasta de veinticinco.

Debería estudiar para un examen que rendir mañana también y sin embargo estoy empezando a escribir este “conjunto de sucesos”. Muchos exámenes, ya sé, son finales ¿Qué podría esperar? Ah sí, acabar bien este semestre para poder trabajar y sentirme útil, algo que no he sido durante los últimos meses, ni siquiera para mí mismo.

 

Regresemos a cuando inicié la facultad, que aquí es donde tiene arranque mi conjunto de sucesos.

Quería iniciar de nueva manera, ser alguien diferente, ¡Todos queremos algo diferente! Por supuesto que sí.

Considero bastante tedioso contarles a detalle cosas que realmente importan poco, como mi nerviosismo durante los primeros días, lo mucho que juré ser el mejor (y sin embargo soy el peor de mi clase)

Probablemente a la mayoría de los estudiantes de medicina les pasa que se entregan por completo a la carrera, y es que no negaré que es realmente hermosa y lo hice en un principio, pensé y me hice la idea que aquella sería mi vida de ese momento en adelante, medicina, medicina, medicina, todo ella. Dicen que es una carrera celosa ¿no? Roba todo tu tiempo, sin embargo hoy día puedo decir que ni ella es el centro de mi vida, ni siquiera yo mismo lo soy.

Conocí personas maravillosas, que por infortunios, quedamos separados en cuanto a nivel académico, ellos quedaron abajo y yo ascendí,  porque algo que bien me han enseñado, es a no mirar hacia atrás, ver por mí, mi bienestar y mis intereses.

Y ahora… ¿Qué hice con aquello que me enseñaron?

 

Toda mi preparatoria fui aquella persona típica que se sentaba en los escalones a comer solo durante las horas de receso, tenía de los mejores promedios en el instituto, sin embargo no el mejor, las personas siempre buscan más ¿no?, no suelo ser uno de ellos… O tal vez sí, pero podría estar perfectamente recibiendo lo que con mi esfuerzo he creado, no más, no menos.

¿A qué viene todo esto? Que gracias a aquellas personas maravillosas, exploté al máximo mi adolescencia, aquel muchacho que comía solo, pasó a tener bastantes “amistades” dentro de la facultad, pasó a ser un poco lo que se llama “Popular”.

Viajé con ellos, me reventé en los antros con ellos… o bueno, bien con SoHee. La que solía considerar mi mejor amiga en ese entonces. MinAh y YoungWoo al poco tiempo se convirtieron en pareja y nos abandonaron, quedando solo SooHee y yo… Lee TaeMin.

Amaba pasar tiempo con SoHee, quien tiene un piano en su casa y cada que hacíamos pijamadas, la obligaba a tocar para mí, aunque siempre sentí que se hacía del rogar, le gustaba ver la manera en la que me emocionaba escuchar un piano y ver los dedos de una persona moverse de manera tan hábil.

Pasó el primer semestre… y en el segundo fue más difícil académicamente, o quizá así lo sentí porque no estaba lo suficientemente acostumbrado para sobrellevar aquello que es la medicina.

Neuroanatomía.

Aquí comenzó este trastorno que hoy cargo en la espalda, ¿Por la materia? ¡No!

El hijo del doctor... Kwon YangMi, quien se convirtió en mi primer pareja sentimental. Muchos pensaron que aquello sucedió para que yo pudiera pasar tal materia tan difícil que dejó a unos cuantos en el camino, incluyendo a MinAh y YoungWoo. SoHee, simplemente decidió no cursarla.

YangMi ES todo lo que alguien pudiera desear, alguien atento, romántico… alguien que se entrega;  y me atrevo a decir con soberbia, que sé aún está enamorado de mí, tratando de olvidarme con alguna otra churpia que se le haya cruzado por ahí. ¿Su único defecto? No sabe lo que quiere profesionalmente.

Una persona bastante tolerante, sí… pasé con él todo el segundo semestre en una relación sentimental tranquila, cómoda, llena de lindos detalles, algunos que sin embargo no me agradaban, como las cartas ¡Odio las malditas cartas! Y fue la manera que me pidió ser su pareja.

Lo odié por completo pero no me pude resistir a sus encantos.

Pasó tercero… Y llegamos a cuarto.

Introducción a la cirugía.

—   Bien, necesito que hagan equipos de seis personas para el día que llevemos a cabo cada una de las cirugías —. Indicó el doctor titular de la materia.

¡Oh! Casi olvido mencionar… ¿SoHee? Pasó el segundo semestre y ella abandonó la carrera. Me dejó y con ello me quedé solo, regresando a ser aquella persona que comía solo, sólo que esta vez comía en cafetería ¡Ja!

Sí, tenía algunas amistades con las cuales podía platicar y pasar el rato, pero ellos preferían dedicarse de lleno a la medicina y yo… en ese entonces tenía a YangMi.

Había dos chicas latinas en mi clase, que al igual que yo éramos los que menos querían en sus equipos, así que el doctor optó por ponernos en un equipo con otros tres muchachos.

JinKi, MinJi y MinHo.

Recuerdo haber estado con ellos tres en tercer semestre, pero nunca les había tomado la suficiente importancia como para acercarme a ellos, ni siquiera nos había tocado estar en un equipo juntos.

El único vago recuerdo de JinKi y MinHo fue:

MinHo con NaEun en las piernas besándole el cuello en plena clase de fisiología

JinKi llevando a su primo Alí de arabia a la misma clase.

Y es que a nadie le importaba esa clase, realmente. En fin. Nuestro primer trabajo en cirugía fue realizar una maqueta de un quirófano, cosa que debo admitir… me emocionó.

Aquella era la clase más dinámica que tuvimos en el semestre y en las demás materias, todos quedamos con los mismos equipos, por lo tanto me volví más cercano a MinJi, JinKi y MinHo. ¡Bien! Por fin personas divertidas que estaban dispuestos a hacer cualquier cosa que se les viniera en mente, así fuera asesinar a alguien en algún momento solo porque se les antojaba… después descubrí que aquello no era ninguna broma, menos cuando se trataba de MinHo.

JinKi era una persona emprendedora, lo descubrí a los pocos días de iniciar el semestre con ellos, cuando nos pidió lo acompañáramos a ver “la bodega” así le llamaba al lugar donde él estaba construyendo su propio gimnasio. Me alegraba ver de cerca que personas cumplieran sus expectativas y metas.

Ese día fuimos JinKi, MinHo y yo.

MinHo y yo habíamos creado un vínculo en el que ambos podíamos hablar de cualquier cosa ¡Así fuera una estupidez! Estábamos bastante cómodos hablando el uno al otro.

—   ¿Qué te gusta durante el sexo? —. Me preguntó una vez que nos quedamos solos él y yo, dentro del auto de JinKi.

Supuse mis mejillas se sonrojaron, ya que en ese entonces mi vida sexual no era lo suficientemente activa… Le había hecho un oral a YangMi una vez en el baño de su casa, en el cumpleaños de su hermana y con eso tuve para saber que no quería acostarme con él, ¡Sus expresiones faciales eran horribles! No quería ver eso sobre mi mientras me lo hacían, no, no.

—   Debo admitir que soy virgen… — Respondí de manera tranquila sin poder mirarlo directamente a los ojos, pero supe una sonrisa nerviosa me traicionó.

Me sentí tan… ¡Puto! Porque las ganas de incitarlo a seguir hablando de sexo me golpearon de manera inmediata. ¿Qué diría YangMi si me estuviera escuchando? Joder.

—   Pero espero que sea algún día con alguien especial, no sé, quizá solo por experimentar o por amor —. Me atreví a mirarlo a los ojos después de haber dicho aquello y lo vi mordiéndose el labio inferior, algo que hizo mi corazón comenzara a latir con fuerza en ese instante.

—   Si algún día quieres experimentar por favor dime a mí, estaré gustoso de rezarte antes de quitarte lo virgen —. Aquella sonrisa traviesa que surcó sus labios me mató. Supe que él haría lo que fuera posible para ser el primero en estar entre mis piernas.  

Notas finales:

Es la primer historia que escribo. 

Ojalá sea de su agrado, seguiré escribiéndola... depende de ustedes si quieren que la suba o no, es algo muy personal pero decidí publicarla y mantenerme en el anonimato.

Gracias por leerme.


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