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El tiempo no borra el amor por Roronoa Lobal88

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Notas del fanfic:

Uf... Despes de mucho tiempo y esfuerzo porfin regreso con esta historia, me a tomado mas tiempo del que pense pero porfin eh vuelto a escribir, espero que me perdonen por mi aucencia y espero que disfuten de este capitulo.

Notas del capitulo:

Todos los personajes le pertenecen a Oda-sensi yo solo los presto para dar forma a mi imaginacion

El aire se escapaba con rapidez de sus pulmones sus manos sudaban y lo único que deseaba era un cigarrillos. Se había decidido, sabía que terminaría con el corazón destrozado pero no se iba a echar para atrás.

- ¡¡¡OYE!!! - le grito al chico que iba delante de el - quiero hablar contigo -

- ¿Ahora? - contesto volteándose y enarcando una ceja - no te cansas de discutir conmigo ¿verdad? - no le gustó nada su tono y deseo darle una patada a esa hermosa eh irritante cara suya

- joder, tu solo ven- el chico se despidió de sus amigos y lo siguió a un aula vacía

 - ……..... -  tenía que ser valiente no podía acobardarse, ahora no, tomo aire, volteo a ver al chico que lo miraba con cara de no entender lo que pasaba, volvió a tomar aire y su corazón empezó a golpear su pecho poniéndolo cada vez más ansioso,  esos ojos color miel no lo dejaban pensar con claridad.

-oye- no sabía cómo comenzar jamás había hecho algo como eso-... tu... tu... me...  me... megus... medusta - lo que faltaba, no podía decirlo, tomo aire otra vez y observo al chico responsable de su vacilación.

-me dustas.... joder.... tú me gustas- cerro los ojos esperando a escuchar el ruido de la puerta al cerrarse o la respuesta de su confección

- …... - el silencio se hizo insoportable y el aun no podía abrir los ojos por miedo a verse solo.

En el momento cuando pensó que el otro se había ido sin responder sintió algo suave tocar sus labios, cuando sus ojos se abrieron por la sorpresa al encontrase pegado a la boca de su compañero, el otro hablo.

-a mí también me gustas....-no dejo que asimilara lo sucedido ya que al terminar de hablar volvió a besarle con más profundidad, sus labios de volvieron a encontrar con más fuerza y desesperación.

 

-..... Sanji-

 

…………………………………………..

 

Despertó sobresaltado, hacía meses que no soñaba con él, aun podía escuchar su ronca voz diciendo su nombre, aun podía sentirlo en su piel. Se regañó mentalmente, no debía pensar en él, no podía, se volteo y vio a la hermosa dama que dormía a su lado, cabello negro, pronunciados labios rojos, sonrió a su pesar, se levantó y dirigió a el baño, dejo el agua resbalarse por su cuerpo, dejo que se llevara los recuerdos y una vez con la mente despejada, se vistió con el mayor cuidado, mientras terminaba de amarase su característica corbata salió de la habitación, dejando que su hermosa conquista de la noche anterior durmiera un poco más, se acercó a la cocina e inmediatamente empezó  a preparar el desayuno para dos.

Justo acababa de terminar cuando su celular sonó, mientras contestaba dejo el último plato en la mesa y se dirigió a la terraza de su apartamento para fumar.

- si...-

- A... por fin contestas, te eh intentado localizar toda la semana – la voz del otro lado sonaba molesta eh irritada - ¿qué has estado haciendo?... ¿eh? – “seducir chicas y acostarme con cuanta mujer se me ponga enfrente que más”, tuvo el impulso de contestar, ja, imposible que le digiera eso, terminaría en el hospital si se enteraba, mejor opto por una respuesta menos sincera pero no por eso falsa.

- nada, solo trabajando - se colocó el cigarrillo ente sus labios una vez estuvo fuera del apartamento, lo encendió dejando q el sabor inundara su cavidad para luego expulsarlo lentamente esperando escuchar la voz del otro lado de la línea.

- ¡¿El trabajo es más importante que mis llamadas?¡ - grito la voz haciendo que el rubio separara el teléfono de su oreja- no importa – por el tono usado dio a entender todo lo contrario - llamo para ver si estas libre el próximo viernes por la noche…. - repaso su lista mental de deberes y contesto

- salgo de trabajar a las 8, después de eso estoy libre –

- bien… tengo que hablar contigo, te recogeré a las 8 y nada de escusas, entendiste – ordeno la voz.

- sí, sí, lo que usted diga- en cuanto termino de pronunciar esas palabras, el sonido característico del final de una llamada se escuchó – esta mujer me volverá loco un día –le hablo al celular.

Al terminar su cigarrillo entro al departamento y vio a su hermosa acompañante sentada a la mesa observándolo, no pudo evitar sonreír y admirar sus bien pronunciadas curvas, solo llevaba la camisa negra del rubio y por lo que pudo apreciar solo eso, ese pensamiento hiso que su miembro empezara a despertar.

- te espere para empezar - la hermosa mujer le sonrió, el solo pudo sentarse y acomodarse para que los dos empezaran a disfrutar el desayuno que, el, Sanji había preparado – delicioso – fue el primer sonido que pronuncio.

- por supuesto mademoiselle, soy el mejor chef de parís – por esa respuesta tan encantadora lo único que pudo hacer su bella compañera fue sonreír.

Al terminar el plato Sanji se apresuró a recoger y mientras lavaba los platos la pelinegra se acercó rodeándole la cintura con sus brazos, y poniéndose de puntitas pudo morder la oreja del rubio haciendo que, Sanji se pusiera a tono en un santiamén – ¿podemos jugar un poco? Sí, mi chef –

La sensual sugerencia fue recibida con gusto por parte su parte y volteándose, rodeo la cintura de la mujer para luego pegar sus labios con una necesidad salvaje, ella por su parte enredo sus manos en la larga cabellera de este y se dejó cargar hasta la habitación, donde no iban a salir en un muy buen rato, pues Sanji no tenía que trabajar hasta la 1:00 p.m., siendo apenas las 9:00 a.m.

 

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Un fornido joven de cabello verde no podía conciliar el sueño, algo raro en él ya que normalmente podía dormir como roca, su mente viajaba atreves de los recuerdos, aun se sentía culpable por pensar en él, teniendo ya pareja, pero no podía controlar  sus pensamientos, siempre viajaban a esos días de juventud, donde recordaba su primer amor. Donde lo recordaba a él, sentado leyendo, cocinando en su casa, riendo con amigos, o recordaba su confesión, su cara roja al decirle lo que sentía, su expresión de sorpresa cuando descubrió que sus sentimientos eran correspondidos, sus muchas noches entejándose al amor que sentían uno por el otro. NO, DETENTE, se regañó, eso había pasado hace tanto tiempo, eso pertenecía al pasado, aun pasado muy distante, se levantó con delicadeza y fue directamente al año a mojar su cara con agua fría, concentro sus pensamientos en el presente y mientras se terminaba de limpiar su rostro, observo a la mujer que en el último par de meses se había convertido en un talismán, su talismán, para empezar a dejar atrás a ese rubio, dejar todo eso atrás. Cambio sus ropas  y salió a correr como todos los días, pero con una finalidad diferente, tenía que controlar sus pensamientos y nada mejor que el ejercicio para eso.

Mientras volvía a casa, su celular sonó en el bolsillo de su pantalón, contesto mientras entraba a casa - sí, ¿Quién habla? - contesto mientras dejaba sus zapatos en la entrada y se cambiaba para no molestar a su pareja.

- ¡ERES TU! - tuvo que alejar el aparato para no quedar sordo con semejante grito que rompía los tímpanos de cualquiera – Zoro, te necesitó, vendrás con migo mañana, no sé qué ponerme, no tengo ropa decente, o almenos eso dice Sabo – el peli verde sonrió a su pesar, ya sabía que su pequeño amigo no le dejaba opción.

- si, claro te ayudare, conozco un lugar donde venden y alquilan trajes, la otra vez Nami me llevo, no quiere que use el uniforme – su vos se mostró un poco molesta, odiaba que esa mujer lo obligara a hacer lo que ella quería – paso por ti a las tres, ¿te parece?-mientras esperaba la respuesta saludo a la preciosa mujer que se encontraba haciendo el desayuno.

- NO yo paso - se apresuró a contestar la voz del otro lado te perderás, te veo a las tres, baye - sin esperar otra respuesta colgó.

- tsk... maldito enano- dijo al celular antes de colocarlo en la mesa – ¡Yo no me pierdo! – grito antes de sentarse a desayunar.

 

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Eran casi las 8 y si deseaba que su cita no esperara tenía que terminar ya, dejo todo en su estación impecable y anuncio su retirad.

- Carne, te encargo el resto – dijo dándole una palmadita a un ocupado cocinero.

- que sorpresa, jamás sales a tu hora ¿Por qué la prisa?-

- tengo una citas – fue lo único que dijo antes de dirigirse a los casilleros de los empleados, para sacar su mochila y dejar su vestimenta; no acababa de terminar cuando su celular sonó.

- ¿ya saliste? – la demandante vos tenía el típico tono de no aceptar un no por respuesta.

- si, ya salgo-

- no trajiste tu moto ¿verdad? –

- no, me dijiste que me recogerías – sin contestar la otra persona colgó, Sanji emitió un suspiro y se dirigió a la salida, una vez fuera del restaurante, atravesó el pequeño callejón sin salida y salió a la avenida principal, donde lo esperaba un carro color café crema más que conocido, una chica delgada y rubia le sonreía desde la ventana trasera del auto, a lo cual el no pudo más que devolver otra sonrisa aun más grande, estaba contento de volver a ver a sus preciosas damitas, la segunda mujer salió del carro por la parte del conductor y lo saludo con la mano, mientras lo apremiaba para que se subiera, no se hiso del rogar y abordo el vehículo por la parte del copiloto.

- ¿y bien? me vas a decir que va tanto misterio – interrogo el rubio en cuanto el carro dio marcha asía un destino desconocido para él.

-calla, lo sabrás cuando llegamos, por cierto yo también te extrañe, eh- lo fulmino con la mirada un segundo ya que tuvo que regresar su atención a la calle.

- sí, si linda hermanita, yo también las extrañe – dijo volteándose a ofrecerle una gran sonrisa a la rubia que se encontraba en la parte de atrás, a lo que ella correspondió con una igual o más grande. La castaña que se encontraba al volante solo mostro su satisfacción con una ligera curvatura en sus labios para volver a su expresión seria, mientras estacionaba el auto en un espacio libre enfrente de una cafetería un poco vieja, se volteo a verlo y con las manos aciedo arugas en su vestido le dijo seria.

- Sanji… yo… te quiero presentar a alguien, él es alguien muy importante, así que por favor compórtate ¿sí?- le pidió suplicando con los ojos, se veía bastante nerviosa a lo que el rubio no tuvo el valor de bromear, la tomo de la mano y dijo:

- Calma, chica, no te preocupes Koala, no hace nada – la miro a los ojos mientras sostenía su mano, su hermana quedo convencida, Los tres salieron del carro y mientras la más joven tomaba el brazo izquierdo de Sanji, Koala sostenia la mano derecha del rubio para controlarse; así los tres entraron al café.

- ¿puedo ofrecerles una mesa? - una chica muy linda les hablo y al ver a Sanji les ofreció una sonrisa, ese gesto no pasó inadvertido para dos de los recién llegados, Sanji no pudo evitar devolverle la sonrisa y obsequiarle un giño a lo que la joven solo pudo sonrojarse, acción que fue adorable a los ojos del rubio.

- nos esperan… - hablo Koala con una muestra muy obvia de irritación, fulmino a la chica que se encogía y jalo a su hermano más fuerte de lo que a sus acompañantes les resulto cómodo, entro en el establecimiento seguida de sus hermanos y localizo a las personas que ya estaban esperando en una gran mesa al fondo de la habitación.

- mira son ellos – les indico a sus hermanos, Sanji enfoco la vista de su único ojo visible y la sonrisa que se formó en sus labios gracias a los celos de su hermana se borró, al ver la cita que les esperaba, tres jóvenes, dos morenos con grandes sonrisas, muy parecidos entre si salvo que el chico de la izquierda tenia distintivas pecas dándole una apariencia juvenil, el chico de la derecha llevaba una cicatriz abajo del ojo y no tenía pecas, era el único que Sanji conocía, el tercer individuo era alto y rubio, le ofreció una cálida sonrisa a la única persona que capto su atención desde el momento que la vio: Koala. Ella por su parte no quito ojo de el y cuando llego a su lado lo abrazo sin perder tiempo ambos se besaron sin importarles la presencia de sus respectivos hermanos, cuando un carraspeo por parte de los cuatro observadores les hiso recapasaitar, muy a su pesar se separaron, los miraron un segundo y luego todos tomaron asiento esperando a que la pareja hablara.

- bueno… - Koala tomo aire no sabía cómo seguir, un leve apretón de parte de su pareja la animo a hablar – Conis, tú ya conoces a Sabo – miro a la más pequeña del grupo, una linda joven de cabello amarillo claro, ella solo asintió – y tu… tu… aun no lo conoces… - trago, no se atrevió a ver al chico rubio que aún mantenía la boca ligeramente abierta a causa de la sorpresa -  Él es Sabo, mi prometido – espero una reacción por su parte, pero al ver que el no mostraba algún signo de vida continuo – ellos son sus hermanos, Ace y Luffy – los presento solo el primero reacciono ya que el segundo miraba fijamente al rubio que se encontraba a centímetros de el- ellos son mis hermanos Conis y … Sanji – al mencionar su nombre todo quedo en silencio repentinamente, hasta que un grito hiso reaccionar a todos.

- TU… SANJI… MALVADO…. – al terminar de hablar el chico se echó encima del rubio para asfixiarlo y llenarlo de besos - ¿Por qué te fuiste? ¡No te despediste! – se separó solo para mirarlo a la cara y abrazar su torso como un mono. Todos se sorprendieron y Sanji no fue capaz de procesar lo sucedido.

Cuando Ace por fin puso separar a su incontrolable hermano todos se volvieron a sentar, esperando una explicación.

- lo siento Luffy, pero no podía despedirme, todo sucedió muy rápido y no me pare a pensar en ustedes, solo me fui – hablo con la cabeza baja, esperando la reacción de los demás.

- está bien, como te disculpaste, te perdono, shishishishi – una gota resbalo por la cara de todos los presentes, después de la escena causada por el menor, ninguno se esperó poder calmarlo tan pronto.

El resto de la velada paso sin más complicaciones ya que después de la pequeña sorpresa del vínculo de Sanji con  Luffy, y las explicaciones que dio este, le siguió la plática animada y despreocupada de Sabo y Koala, el por qué no se había formalizado su compromiso y el hecho que la noticia se iba a hacer pública a familiares y amigos en la cena que la pareja iba a realizar el día siguiente en el restaurante donde el rubio trabajaba, El BARATIE.

Se despidieron sin ningún problema, los hermanos se fueron como llegaron y después de un apasionado beso de los conductores el carro negro donde venían los hermanos Monkey se dirigió al lado contrario del carro de los Vinsmoke

- conque ese es el famoso Sanji… ¿no?... – al no recibir respuesta se giró en su asiento para ver al chico que estaba sentado en la parte de atrás - ¿Luffy? – al ver a su hermanito dormir, giro a ver a Sabo – así que eso es lo que te tenías tan guardado ¿eh?.. casanova – le obsequio una sonrisa coqueta a lo que el otro correspondió.

- perdón por no decirles, pero decidimos guardarnos la sorpresa – le dedico una sonrisa a su hermano y se giró a ver la carretera.

Ace se recargo en su asiento y cruzo los brazos atrás de su cabeza diciendo – creo que se va volver interesante, sobre todo por Zoro – diciendo esto se quedó dormido casi de inmediato, a lo que el rubio solo pudo suspirar.

 

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De regreso a su apartamento, Sanji no pudo más que suspirar, necesitaba una ducha fría, las sorpresas de esa noche fueron demasiadas, primero, Luffy es el hermano del prometido de su hermana, SU hermana tenia prometido, podía volver a verlo, ESPERA, espera, de donde salió eso, ¿podía volver a verlo?, una sonrisa idiota se empezó a formar en su cara, cuando comprendió que, si, podía volver a verlo, ¡podría volver a verlo!, se cacheteo mentalmente, era una estupidez, una muy grande, pensar en él era un error, mientras pensaba esto ya se había desvestido y se colocó abajo del chorro de agua fría, tenía que alejar esos pensamientos, tenía que alejarlos, tenía que alejar su vos, sus manos, sus besos, su voz…., no, no, no, no podía pensar así. Al salir de la ducha, el sonido de un mensaje llego a sus oídos “podemos repetir lo de la mañana? Laki” no se dignó en contestar, con una sonrisa de suficiencia  apago el celular y se metió en su cama, cero los ojos lentamente y cayó en la inconciencia del sueño pronunciando una única palabra.

- …Zoro –

 

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9:00 p.m. Sábado

 

No podía creerlo, no podía ser real, pero era el sin duda alguna, nadie bestia tan pulcramente como el, nadie tenía ese tipo de peinado, y sobre todo nadie, nadie era igual a Sanji, nadie. Después de perderse en ese condenado laberinto de restauran salió por fin al pequeño callejón que separaba el edificio, lo encontró de espaldas, fumando.

- ey… - sus labios se movieron por impulso, fue apenas un susurro, pero el rubio reconocería esa voz donde fuera, aunque más ronca y grave esa era, sin duda alguna, la voz de – … Zoro… – volteo, al verlo su cigarro cayó al suelo.

Notas finales:

Gracias por leer mi primer capitulo y el segundo se subira muy prnto.


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