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Camino a Best-Seller por Richie Ness

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Notas del capitulo:

Me hace enormemente feliz volver a poder escribir algo que no sea relacionado con la universidad. Aprovecharé estas vacaciones para terminar aunque sea un fanfic de los tantos que tengo botados. 

Espero sea de su agrado y a pesar de estar oxidado en la escritura, se sientan cómodos leyendo. 

No olviden comentar. 

Camino a Best-Seller

Capítulo Cinco

—Extiende tus alas, joven promesa—

 

     Si algo cabe agregar a las tantas cualidades de Sasuke, aparte de ser un genio escritor y perfecto amante en la cama, es la extraordinaria habilidad culinaria que escondía. Cualquiera pensaría que, debido a su estilo de vida, su base alimenticia consistiría en comida instantánea o cualquier platillo pre congelado del supermercado puesto en rebaja. Y ante mí se encontraba el más maravilloso desayuno que en mi vida había probado.

     Sasuke comía con calma, sin prestarle atención a los bocados que daba, cuando yo sentía un agudo dolor cada que tomaba entre mis palillos una porción de Tamagoyaki. Ninguno de los dos tocó el tema de anoche, es como si no hubiera pasado, un nebuloso sueño que enredó nuestras conciencias igual a una droga. Sasuke actuaba normal, pero evitaba mirarme; comimos en silencio por un rato, intenté romper la barrera que nos separaba halagando su cocina, a lo que él respondía con monosílabas o asintiendo con la cabeza.

     —…normalmente desayuno en restaurantes, o si tengo poco tiempo mando a pedir algo, nunca me imaginé que supieras preparar estos platillos.

     —Mi madre me obligaba a cocinar como terapia, recomendación del psiquiatra —mencionó sin más, una página manchada de su vida.

     De nuevo caímos en un incómodo silencio, interrumpido casi de inmediato por el sonido del celular. Rápidamente me abalancé sobre él intentando disipar la pesada atmósfera, en la pantalla aparecía el nombre del editor en jefe Umino.

     —Umino —respondí feliz al llamado salvador activando el altavoz.

     —Te encuentras muy animado esta mañana, ¿se debe al notable éxito de tu escritor?

     —En parte —reí, observé a Sasuke que aun seguía comiendo, el halago de Umino hizo nulo efecto en él, —¿a qué se debe tu llamada tan temprano? —retomé el hilo de la conversación.

     —¿Tan temprano? Son las nueve de la mañana. ¡Ah! Se me olvidaba que duermes hasta el mediodía. ¡Vaya editor más flojo e irresponsable!

     —Si solo llamaste para burlarte… —amenacé con colgar la llamada.

     —Espera, espera, necesito el número celular de Uchiha.

     —¿El número de Uchiha? —dejé filtrarse entre mi voz un dejo de preocupación. —Toda la información de Uchiha Sasuke está en la editorial, puedes buscarla…

     —Lo sé —interrumpió Umino, — es lo que le decía, pero está algo ansioso por hablar con Uchiha, entonces pensé que podrías ayudarme.

     —¿Quién está ansioso? —celos, es la mejor definición que le puedo dar a la punzada profunda y envidiosa que brotó en mi pecho. Por otra parte, Sasuke dejó a medio masticar su porción de Tamagoyaki y posó sus ojos curiosos sobre el celular.

     —Verás, me llamó temprano y me invitó a desayunar, hablamos un poco y al parecer le cayó bien tu joven promesa, quiere hablar con él.

     —¿Quién quiere hablar con él? —pregunté de nuevo, irascible.  

     —Nara Shikamaru.

     Tal fue la sorpresa de Sasuke que inmediatamente el trozo a medio masticar de Tamagoyaki fue a parar justo en su garganta, atorándose. Sasuke se levantó despavorido y comenzó a correr en la estrecha habitación de un lado para otro con las manos sujetándose el cuello.

     —¡Maldición! —exclamé y boté el celular. Ya había invertido mucho en Sasuke como para permitir que muriera después de acostarse conmigo.

     No sabía muy bien la maniobra de Heimlich, pero con un poco de intuición fui capaz de salvarle la vida a Sasuke. Observé en cámara lenta cómo el pedazo de huevo salía disparado y se estrellaba contra la ventana. Sasuke pegó una profunda inhalación y a penas estaba recuperado cuando corrió a retomar la llamada.

     —Aquí estoy —dijo con la respiración entrecortada.

     —¿Uchiha, estabas con Uzumaki? ¿Qué demonios pasó, parecía que estaban intentando asesinar a alguien, todo bien?

     —¡Sí, sí! Nada de qué preocuparse —intentó disimular su alterada respiración.

     —Bueno… —Umino asimilaba lo sucedido. —Da igual, te paso a Nara.

     —Uchiha, hiciste un excelente trabajo. Un debut excelente —dijo con la voz cansada.

     El rostro de Sasuke se iluminó.

     —Esperaba que el nuevo descubrimiento de Uzumaki fuera talentoso, pero no tanto —cortó la oración para dar un profundo bostezo —. Me disculpo, no he dormido, pasé toda la noche leyendo tu novela corta. Fue imposible dejarla a medio terminar.

     —Gracias, Nara —Sasuke rebuscaba en su mente algo qué decirle al número uno de la editorial. —Viniendo de alguien como tú es un enorme halago. —Por su expresión pude deducir que a Sasuke le parecieron muy estúpidas sus palabras.

     —Sin embargo… —agregó Nara con un tono más serio, —no fue lo suficientemente bueno como para estar a la par de mi obra. —Fui espectador en primera fila para presenciar la alegre expresión de Sasuke descomponerse hasta quedar en un horripilante mohín. —Tienes potencial, Uchiha, pero debes pulirlo con los años. Estoy seguro de que con el asesoramiento del editor Uzumaki y mucha práctica con novelas de poca monta podrás dejar un nombre en la historial de la editorial. Mientras tanto, tienes un largo comino qué recorrer.

     La llamada finalizó. Sasuke sostuvo el celular unos minutos, sin moverse. Luego de la nada, abrió la computadora portátil en una página en blanco. Comenzó a teclear a una velocidad increíble. Las oraciones formaron textos, y los textos dieron vida a una nueva historia.

     No dije nada, no pensaba interrumpirlo. Lavé los trastes, acomodé el pequeño cuarto y me fui sin despedirme. Al cerrar la puerta permanecí parado en el pasillo del edificio, pensando en la aterradora mirada de Sasuke, era la misma mirada de un animal enfurecido esperando cazar a un animal mucho más grande que él. Ojos ardiendo en determinación. Sasuke había aceptado el descarado reto de Nara, y no pensaba perder.

 

     Nara colgó la llamada y dio un sorbo a su café cargado, apenas podía mantenerse despierto. En la mesa estaba su copia de la novela de Uchiha, llena de anotaciones y párrafos marcados.

     —Fuiste algo duro con el novato —dije dando el último bocado a mi desayuno.

     —¿Sabes lo maravilloso que es esta novela corta? —preguntó sacudiendo el maltratado libro.

     —Leí el borrador —asentí despreocupado.

     —Entonces debes saber que es un escritor de temer.

     —Pertenecemos a la misma editorial, no debemos competir entre nosotros.

     —¡Somos la mejor editorial de todo Japón, y seguramente del mundo! Nadie es digno de estar a mi igual, llevo años sin encontrar inspiración, pero Uchiha puede revivirme. Sólo le falta un empuje, algo que le haga decidirse a ser el mejor de entre los mejores.

     La expresión histriónica de Nara revelaba desbordante alegría y un aura desafiante. Supongo que, después de todo, un poco de competitividad amistosa no sería malo.

     —Me iré a dormir —Nara dejó una cantidad de billetes considerable sobre la mesa y se levantó con su chaqueta sobre el hombro. —Dile a la editora Haruno que pase por mi nuevo borrador mañana a primera hora del día.

     —Tu editora es Temari.

     —No pienso escribir otra novela de romance, tengo una ligera intuición del género que va a elegir Sasuke para su nueva obra, y la editora Haruno es perfecta para el trabajo. Que no se te olvide.

     Me dio una última mirada con sus ojos adormilados, debajo de ellos, sendas cuencas negras sombreaban su rostro. Sin duda, Nara necesitaba un largo sueño reparador antes de comenzar a escribir. Y como editor en jefe, era mi trabajo cuidar de nuestros escritores.

     No tardé mucho antes de salir yo también del restaurante.

 

     Como de costumbre llegué tarde a la editorial, tuve que ir a una empresa de bienes raíces para solicitar una casa con especificaciones especiales y agendar una cita con la mudanza, después de todo no puedo permitir que mi amado Sasuke siga viviendo en semejante caja de zapatos.

     Recorría por el pasillo hacia la cocina cuando escuché alboroto en la oficina de Umino, me detuve el tiempo suficiente para ver salir hecha una furia a la editora Haruno. Era una mujer hermosa, con un corto cabello rosado y ojos verdes digna de una modelo; tras su fina y delicada figura de dama nadie podría imaginarse la bestia indomable que salía cada que Haruno cambiaba de temperamento, y en ese preciso momento frente a mí se encontraba el King Kon, acercándose con fuertes pisadas capaces de quebrantar el suelo.

     Pensé que moriría.

     —¿Puedes creerlo? —exclamó furiosa, —Umino dijo que debía ser la editora de Nara. ¡La editora de ese arrogante y soberbio niño! Cree que puede hacer lo que le plazca, y encima pretende que vaya mañana temprano a recoger su estúpido borrador. ¿A caso no sabe que una fina mujer como yo necesita sus largos sueños de belleza? ¡Agh! Me molesta.

     —¿Nara piensa escribir tan rápido una nueva novela? —pregunté extrañado, aunque pensándolo bien, tiene sentido después de lo sucedido en la mañana.

     —Al parecer sí, y a la escoria esa no se le ocurrió mejor género que el Thriller. Aunque debo admitir que no es estúpido, eligió a la mejor en el campo —ondeó su cabello, argullosa. —Por otra parte, escuché que le fue muy bien a tu novato en su debut —sonrió alegre. —Tal vez después me lo presentes, está causando algo de revuelo dentro de la editorial.

     —Seguro, y suerte con Nara, no es un escritor fácil de tratar.

     —Tú deberías saberlo mejor que nadie, ¿no es verdad?

     —Sí… —susurré mientras me alejaba de Haruno.

 

     Durante las horas de trabajo traté de recolectar información sobre las ventas del libro de Sasuke, pero a pesar de la inmensa organización y precisión de la editorial Konoha, era tardado conseguir cifras exactas y confiables de entre todas las librerías y puestos de literatura regados por los diferentes distritos de Japón, y aun más teniendo en cuenta que el lanzamiento fue ayer. Al final de la jornada la escasa información apuntaba a que Nara aplastó rotundamente a Sasuke, pero teniendo en cuenta que los ejemplares sacados de Sasuke apenas alcanzaban la mitad de los ejemplares de Nara y que para uno era su debut como escritor, las cifras no determinaban el verdadero éxito de mi amado. Aun así, debe esforzarse más para alcanzar a ser un Best-Seller. Cerré los ojos dispuesto a descansar, el teléfono de la oficina sonó.

    

     Toqué la puerta del jefe Hatake, entré cuando escuché su voz desde el otro lado.

     —¿Cómo se encuentra el escritor Uchiha? —preguntó asomando la cabeza de entre una montaña de papeles que ocupaban todo el escritorio.

     —Bien, alegre de haber publicado su primera novela —me senté después de mover algunos papeles que estaban regados sobre la silla.

     —Es normal. Las cifras son algo anticipadas, pero el libro se vendió bien y se está preparando un segundo lote de impresiones.

     —Esas son excelentes noticias —exclamé alegre. Eso significa que la brecha entre Nara y Sasuke se acortaría.

     —Igual el lanzamiento del escritor Nara fue un éxito, como cabía de esperarse, ahora mismo la imprenta está trabajando en un segundo lote de su libro, y si alcanza a convertirse en un Best-Seller estamos sopesando la posibilidad de traducirlo a unos cuantos idiomas.

     —¿Por qué me cuenta esto de Nara? No soy su editor —dije fastidiado.

     —Pensé que sería bueno que lo supieras, escuché que Nara se siente motivado después de leer la novela de Uchiha, esto podría ponerse interesante.

     Ese Umino, ¿acaso no sabe ocultarle cosas al jefe Hatake? Debo tener más cuidado con los dos, ahora estaba jugando en un campo minado.

     —Ya —dije indiferente, —le haré saber a Uchiha.

     —Gracias. Por poco se me olvidaba, las ganancias del libro ya fueron depositadas en su cuenta, hazlo consiente de lo importante que es mantener buenas financias en un mundo tan impredecible como lo es el literario.

     —No se preocupe, jefe Hatake —dije antes de cerrar la puerta tras de mí. Va a cuidar su frágil economía comprando una lujosa y costosa casa.

 

     Al salir de la editorial compré algunos postres y me dirigí al apartamento de Sasuke, estuve un buen rato tocando la puerta, finalmente abrió cuando me disponía a marcharme, de inmediato extendió un dossier recién impreso de su borrador. Sin dejarme pasar lo leí parado en el pasillo, él me observaba desde adentro con sus ojos cansados y enrojecidos. Sin duda había estado trabajando largas horas sin descanso. Al finalizar la lectura el terror se apoderó de mí, no por la historia, sino por lo que se avecinaba.

     Sasuke había escrito el borrador de un Thriller.

 

—Fin del capítulo Cinco —

Notas finales:

Gracias por haber leído hasta el final. Prometo quitarme el óxido para los próximos capítulos. 

¡No olviden dejar sus comentarios!

 


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