–Muy agradable.
–Gracias –Sonrió el mayor.
Jungkook sintió como su rostro se enrojecía cada vez más y el calor subía hasta sus orejas. ¿A quién le decía gracias? el ambiente se había vuelto extraño pero le gustaba verlo de esa manera. Se sonrojó sintiendo los latidos de su corazón aumentar de velocidad mientras el tiempo pasaba.
–Es la primera vez que me lo dicen –Sonrió abiertamente –Y me alegra.
El menor cada vez se ponía más nervioso a su lado.
–Porque está bien tal y como soy –Acarició su cabello avergonzado.
Tal vez para el menor esas palabras no fueran la gran cosa pero para Jimin significaban bastante. Después de todo incluso sus amigos le decían que su personalidad era un gran desperdicio para esa cara tan atractiva que poseía.
–Cuando se dan cuenta de mi personalidad –Explicó –Me doy cuenta que se ha terminado –Sonrió.
–Eres… tan lento como siempre –Devolvió la sonrisa.
Jimin iba a preguntar el significado de aquellas palabras cuando fue interrumpido por una voz femenina detrás de ellos.
–Jimin-ssi… ¿Podría hablar contigo? –Dijo una chica completamente enrojecida.
El mayor se acercó a la chica.
–Puedes irte sin mí –Habló volteando a ver al chico.
–No… Yo te esperaré –Bajó el rostro porque a este punto el mayor pronto se daría cuenta que estaba sonrojado por su causa.
–Ok, ahora te veo –Hizo un gesto con la mano mientras avanzaba con la chica.
Caminaron a un lugar más privado y mientras lo hacían no pudo evitar voltear a ver el rostro del menor que lo miraba fijamente, ¿qué significaba esa expresión? No la entendía ni estaba cerca de hacerlo.
Siguieron caminando durante un sendero que los llevo a un lugar apartado de la gente y de Jungkook. Aunque durante todo el camino no pudo sacarse de la mente aquella expresión que le había dado el chico.
Un parte de él quería darse prisa para volver a su compañía y descifrar su interior, sin embargo pronto volvió a la realidad donde una chica estaba intentando decirle sus sentimientos a pesar de que él encontraba pensando en otra persona.
–Entonces… Me gustas –Bajó su cara completamente roja.
Vaya.. se había perdido todas sus palabras y solamente escuchó sus palabras finales.
–Exactamente, ¿qué parte de mí te gusta? –Preguntó.
–¿Eh? –Se sonrojó más –Eres muy guapo, alto y tienes esa aura de perfección.
De nuevo… Esa palabras que todas las chicas decían de él.
–Gracias… Pero lamento decepcionarte –Al menos debía ser franco.
–¿Por qué? –La chica parecía aún más avergonzada.
Jimin suspiró –Porque ya estoy saliendo con alguien.
Alguien que dice que está bien como soy
El tiempo pasaba lento cuando esperas a alguien. Demasiado lento cuando esa persona no era cualquiera, sino esa persona.
–¿Dónde está la casa de Jungkook? –Preguntó asustándolo –Siempre me acompañas a la mía –El menor le sonrió cuando lo vio ahí parado junto a él.
–Lo hago porque quiero –Respondió con franqueza.
Palabras que hicieron sentir bien a Park.
–Es lo mismo para mí –Sonrió.
–Entonces vamos –Le devolvió la sonrisa.
Jungkook comenzó a caminar hacia el lado solitario de las calles donde no pasaban los camiones ni estaba cerca el metro. Jimin lo observó con una expresión llena de confusión, pensando que quizás el pelinegro se había confundido de camino.
El menor al sentir que su hyung no lo seguía volteó a verlo.
–¿Por qué vas hacia allá? –Señaló confundido.
–Mi casa está en las montañas –Ladeó su cabeza.
–¿¡Montañas!?