Jungkook tocó el timbre de la gran casona.
–Bienvenido joven Jeon –Sonó una voz a través de la bocina.
–Vengo con un sunbae del instituto –Explicó.
–Entendido –Se abrió la puerta.
Al mayor de repente le entró miedo. ¿Quién demonios era Jungkook?
–Espera… –Lo tomó del hombro.
–¿Quieres volver? –Lo miró con decepción –Después de venir hasta aquí –Bajó su rostro.
Aquella mirada le impidió negarse, era demasiado brillante, hermosa y perfecta.
–¡Wow! Algunas personas realmente lo tienen todo –Soltó el mayor.
–No creo que exista ese tipo de gente –Dijo Jungkook acariciando su barbilla detenidamente.
Park ladeó su rostro pensativo –Entonces, ¿qué más quieres? –Preguntó viendo la gran mansión desde la cabeza a los pies.
Jungkook no dijo nada, solamente lo observó. El castaño no entendió el mensaje así que también lo observó. Se encontraban de esa manera jugando con las miradas hasta que se escucharon unos pasos dirigirse hacia el exterior.
Una chica hermosa salió del portal de la casa. Su cabello le llegaba hasta los hombros y era de color castaño. Tenía un vestido de color rosa que además resaltaba su blanca piel. Park Jimin se encontró de frente con ella en cuanto salió, ella también lo miró extrañada para después sonreír sorprendida.
–¡Que lindo! –Se acercó a él.
El muchacho pensaba que era la hermana de Jungkook.
Como si hubiese visto a un artista la chica comenzó a atacarlo con preguntas triviales completamente emocionada.
–Jimin, estas molestando a Park –El menor agarró su hombro separándolos.
Jimin, esa bella chica tenía su mismo nombre. Ella era la Jimin que tanto amaba el menor. Y realmente no quería hacerlo, detestaba ese sentimiento pero el corazón quería lo que el corazón pedía y de alguna ya manera la odiaba…
Jimin se soltó de su agarre para acariciar la barbilla de Park.
–¡Que piel tan hermosa! –Fue interrumpida nuevamente.
Jungkook la tomó con ambas manos de los hombros para separarla suavemente de Park.
–No ligues o me enfadaré –La tomó de las manos.
–¿Eh? –Lo miró confundida.
¿Tanto le gusta? Que ni siquiera le deja tocarme.
–Que demonios… –El mayor dijo antes de salir corriendo.
–Se fue.. –Dijo Jimin con una expresión llena de tristeza.
Jungkook también corrió detrás de él dejando a la chica sola y confundida.
–¿Ahora que le hiciste a mi hermano? –Salió Junghyun.
–Nada amor –Lo tomó de las mejillas y abrazándose a él –Yo tampoco entendí.
Park Jimin corrió hasta que sus piernas no podían más. Su aliento estaba alterado y ni siquiera sabía donde se encontraba cuando oyó los pasos de Jungkook acercándose a él.
–¡Espera! –Gritó.
–¡No me sigas! –Volvió a emprender la carrera.
¿Qué mierda estaba haciendo siguiéndolo? Cuando sus piernas no pudieron más, se paró resignado a que el pelinegro lo alcanzara. Su cabeza estaba mareada y se sentía completamente débil, todo era tan confuso y estaba nervioso. Estaba a punto de perder la cabeza por culpa de ese chico.
–¡Dije que no me siguieras! –Gritó.
Y de alguna manera estaba harto de la situación.
–Solo quiero saber porque hiciste eso –Se acercó el menor acortando la distancia entre ellos dos.
Siete días eran suficiente para vivir un sueño…
–Yo… –Dio un paso hacia atrás.
Todavía no había recuperado su aliento.
–¡Cuidado! –Advirtió el pelinegro.
Pero era demasiado tarde, el cuerpo del mayor se hizo para atrás llevándose consigo a Jungkook entre sus brazos.
Pero para Jimin, siete días habían sido suficientes para enamorarse
–Estuvo cerca –Lo abrazó después de haberlo protegido del golpe.
Jimin quedó abrazado del menor, su rostro estaba cerca de su pecho y él podía sentir claramente como los latidos de su corazón se aceleraban por la cercanía. Su mano estaba aferrada fuertemente con el pelinegro y su mente estaba a punto de perder la razón.
–¿Estás bien? –Jungkook preguntó apretando su mano.
–Hoy…–Se recargó en su pecho –¿Qué día es? –Miró decepcionado al menor.
Sólo faltaban dos días más…