El sol estaba muy resplandeciente contrario a como se sentía por dentro. Se adentró a su habitación y miro el reloj; 6:45 p.m. Se sentía ahogado, frustrado, quería aclarar todo, quería que Naruto le explicara, pero solo huía, lo ignoraba para estar con Gaara. Los había visto un par de veces juntos después de lo que paso en la azotea. Había intentado llamar a Naruto pero éste lo ignoraba como siempre. No respondía sus llamadas ni sus mensajes y cuando iba a su casa no habría su habitación o su madre le decía que había salido. Tenía que dejarlo ir pero simplemente no podía, no se hacía a la idea de apartarse de su lado. Había platicado con su hermano sobre el tema y le aconsejo que se alejara de él, cosa que por supuesto sabía pero que no quería hacer, ante eso su hermano le replico que debía ver primero por su bienestar que por el de los demás, que si Naruto no quería saber nada de él, lo respetara y se hiciera a la idea de ya no tener a ese revoltoso a su alrededor. Y por mucho que le costó admitir que Itachi; su hermano tenía razón; dejo de buscar a Naruto abriéndose a nuevas posibilidades de establecerse emocionalmente y así es como había llegado hasta este momento.
Un chico maduro de 24 años con el mismo semblante de hace años pero con un alto más notable y una piel más nívea, sus ojos se veían cansados y se profundizaron más al igual que se oscurecieron. Un negro penetrante, como un vacío en el que te podías perder. Su nariz se afino más y su mentón igual, sus labios eran muy delicados y rosados, dando por terminado un ser de aspecto afable y frágil pero a la vez inalcanzable.
Desvió sus ojos a una chica que le hablaba demasiado, ya se había cansado de escucharla así que solo la dejo ser. Era aburrido pero después de lo que había pasado con aquel chico la había conocido a ella quien se mostraba interesada en su persona y aunque al principio solo lo acosaba decidió entablar conversación donde le pedía amablemente que dejara de hacerlo, ella al verse intimidada lo dejo y decidió cambiar de estrategia a una donde comenzara como amiga y ahí estaban, viéndola hablar mientras él bebía limonada con una pajilla.
- Sakura, detente – pidió aburrido – Estoy harto de oírte hablar de Ino y su relación con Chouji, ¿no ves que no me interesa?
Agacho la cabeza y dejo que su cabellera rosa cubriera su vista.
- Sasuke, creo que deberías ser más accesible a temas – murmuro sin mover su postura
- Termina de comer que ya me quiero ir – pidió ignorando su pedido.
La chica ya no dijo nada y Sasuke en silencio agradeció eso, después de todo no tenía por qué aguantarla, no era su novia y solo salía con ella cuando quería distraerse de su trabajo. Era auxiliar contable en una buena empresa y aunque no ganaba bastante dinero le alcanzaba para solventar sus gastos no obstante ya se comenzaba a aburrir de estar al día con el dinero. Y contrario a lo que decían de ellos, si tenía vida social no solo con Sakura, a veces le gustaba ir a los bares a pasar el rato con Suigetsu y Juugo; compañeros del trabajo, y aunque al principio se mostraba reticente, al final acepto descubriendo que no era malo pasarla bien de vez en cuando, porque sí, contrario a lo que decía si la había pasado bien y la pasaba de igual manera.
Era pasada la media noche y el sueño comenzaba a hacer presencia, esa noche era el cumpleaños de Suigetsu pero como era de esperar su casa estaba atiborrada de gente porque era popular a pesar de su aspecto un tanto tétrico al hacer semejanza a un pescado, era llamativo y buen amigo. Los dos pequeños cuartos estaban cerrados con llave por el simple hecho de que no quería gente ebria o copulando en ellos.
Se tallo los ojos ante la imagen que vio a unos pasos de él, en la puerta para ser exactos; un sueño pensó, quizá una ilusión por el cansancio. Pero llego a la realidad cuando unos brazos lo rodearon por la espalda.
- Sasuke, hazme compañía esta noche – le susurraron en el oído demasiado sensual y atrayente.
- Estoy cansado – murmuro
- Es mi cumpleaños, que sea mi regalo – sonrió estrujándole su erección en el trasero
Dio un brinquito pequeño por esa acción y trago saliva, quizá solo por esa noche se dejaría llevar por las acciones de su amigo porque no era como si fuera la primera vez, ya había pasado un par de veces pero ambos habían acordado que no había sentimientos de por medio. Suigetsu estaba enamorado de otra persona y él, bueno, él solo no tenía a nadie en quien pensar, nadie que le hiciera una revolución en las emociones; vacío, era lo que sentía.
- Vaya – escucho tras él cuando había ido por una bebida, había acordado quedarse hasta que la fiesta terminara y pasar a la faena con Suigetsu, esa noche no dormiría y no le importaba. Se giró lentamente y lo miro, no era una ilusión y menos un sueño, ahí estaba frente a él; Naruto. – Cuanto tiempo ¿Eh?
- Hum… - Quizá lo mejor era ignorarlo y eso haría, así como antaño, el otro lo había hecho
- Eh, Sasuke – lo llamó, su voz había cambiado al igual que su aspecto, se miraba más maduro, más varonil – Hace años te hice daño, me comporte como idiota
- Si bueno – rodo los ojos queriendo escapar de esa situación – ya no importa
Dio un trago a su bebida y lo miró, ahí, estático sin decir nada, paseando sus ojos por su rostro, hizo ademan de querer decir algo pero pronto se calló.
- Naruto – le llamaron - ¿Y las bebidas?
- Ah, es que me encontré con Sasuke ¿Lo recuerdas? En el instituto – sonrió nervioso
Dio una hojeada y era el mismo, Gaara, se veía más alto también, pero esta vez se veía con ojeras más considerables y su rojo cabello más largo. Suspiro abatido, no quería ser la discordia entre ellos dos así que con un movimiento de cabeza se despidió saliendo de ahí escuchando un susurro apenas audible ¿Qué hacías con él? Se giró un poco curioso a lo que iba a contestar pero mejor no haber volteado pues ya se estaban besando.
Un vuelco en el estómago, una punzada en el pecho y un nudo en la garganta fue lo que sintió al verlos; falló, falló en olvidarlo.