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Agridulce por Lunatico

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Notas del capitulo:

Hola, yo de nuevo, con actualización rapidita porque hay muchos merodeadores...

Romeo me llevó a tomar otro camión para encontrarme con Gret. Se despidió de mí con un abrazo y un beso en la cabeza, y me hizo prometerle que le mandaría un mensaje o le llamaría cuando me encontrara con mi hermana.

Quedé de verme con ella en una playa que era famosa por tener un asta en la cual se ondeaba la bandera del país, era una de las playas más conocidas de la ciudad. La bandera estaba situada en una gran banqueta que tenía unas escaleras que conducían a la playa, que estaba llena de gente por ser fin de semana. Del otro lado de la calle estaba un gran parque, era el más grande de la ciudad, en wikipedia decía que era el pulmón de esta, pero era mentira, la ciudad estaba llena de arboles por todos lados, las colonias, los grandes cerros que la rodeaban, era una ciudad muy verde, era una ciudad muy colorida. Me gustaba vivir ahí por muchas razones, entre ellas, que siempre estaba soleado, el calor insoportable me gustaba, tenía su lado bueno, el mar totalmente azul, no había demasiada contaminación, y era completamente verde, ¿qué más podía pedir? Clima tropical, mar, vegetación extensa, Romeo. Era la ciudad perfecta.

Mi hermana venía cruzando la calle caminando hacia mí, esperé a que se acercara lo suficiente para empezar a hablar, como siempre; venía hablando por teléfono. Al llegar me sonrío y sin dejar de hablar por teléfono me hizo señas de que empezáramos a caminar. La pizzería a la que íbamos quedaba como a 20 minutos caminando, así que tomamos otro camión. Lo bueno de ir con mis hermanas es que ellas pagaban. Cuando mi hermana al fin colgó se digno a hablarme.

-Veo que ya te quitaste la venda de la cabeza.

-Ah, sí, es que nada más tengo una cortadita.

-Y te pusiste mis curitas con adornos...-suspiró.

-Es que fueron los únicos que encontré.

-Ah mira que interesante- su semblante era oscuro- en fin.

Cuando llegamos a Pizza Hut, mi hermana y mi mamá ya estaban ahí, no acostumbrábamos a salir con mi Papá. Entramos y nos dieron una mesa de 4 personas, de esas mesas que están pegadas al piso, y tiene los asientos frente a frente, y en las que solo se puede entrar por un lado. 

-Ángel - comenzó a hablar mi mamá- ¿Fue alguien ayer a la casa?

-¿Por qué la pregunta?- sentí como una gotita de sudor resbalaba por mi cara.

-Por que tu tía me dijo que ella no te llevo, ¿Por qué no me dijiste que llevo alguien más?- maldije a mi tía mentalmente, mis hermanas sólo me miraban expectantes.

-Ah, sí llevé a Romeo, no si se te acuerdes de el- sonreí al mencionar su nombre- el sobrino de Doña Mari.

-Sabes que no me gusta que lleves gente a la casa cuando estas solo y más si es un hombre- iba a empezar de nuevo.

-¿A qué te refieres?

-¿Quién sabe qué cosas hicieron ayer? De por sí ya dicen que eres gay, imagínate ahora.

-No me importa lo que piensen los demás, yo no hice cosas malas- de hecho sí las había hecho pero no planeaba decirlo.

-Pero a mí sí me importa lo que digan los demás.

-Mamá cálmate, Ángel  no hizo nada malo- me defendió Gretel.

-No te enojas Mami, estamos festejando tu cumpleaños- Anel también habló.

-Ya te dije Ángel , y te lo advierto, el día que tú me salgas con tus mariconadas, ese día dejas de ser mi hijo- las ganas de llorar se acumularon en mi pecho, sentía un nudo en la garganta y las piernas temblorosas- prefiero que te mueras antes de eso.

-Sí, ya me lo habías dicho- volteé a ver a Gretel quien pusó cara de: "No le hagas caso".

El resto de la noche fue un fiasco para mí, por suerte el carro de lo traía mi mamá así que no tuvimos la necesidad de andar transbordando. Me puse los auriculares, prendí mi Ipod y me enfrasque en mi mundo. ¿Por qué maldita sea mi Mamá tenía que ser tan cruel conmigo? ¿No se suponía que los padres amaban a sus hijos sin importar que?

Lo peor de todo, es que me sentía mal por algo tan insignificante. Sólo tenía ganas de ver a Romeo y abrazarlo, tenía la seguridad de que eso me haría sentir mejor. Me alarmé cuando recordé que Romeo me había pedido que le avisara cuando me encontrará con mi hermana.

Saque mi teléfono de mi bolsa, que estaba en vibrador, habían 10 llamadas perdidas y 5 mensajes. En uno decía: "¿Ya llegaste?, ¿estás con tu hermana?

 Otro decía: Ángel , contesta mis llamadas, estoy preocupado.

El siguiente: Ángel  por favor, no estoy tranquilo, llámame o contesta mis mensajes.

 El cuarto: Gato, espero que estés bien, por fa contéstame.

El ultimo: Ángel, sí no me contestas iré a verte a la hora que acabe de trabajar, no me importa quién o quienes estén en tu casa.

El último mensaje lo había enviado hace una hora.

Estoy bien, discúlpame se me olvidó llamarte, no sabes cuantas ganas tengo de verte Romeo  te hablo cuando llegue a mi casa porque ahorita no puedo, voy con toda mi familia en el carro. Te quiero.

Esperaba que nadie se diera cuenta del mensaje que acaba de enviar, pero mi Mamá iba manejando y platicando felizmente con Anel, Gretel estaba mensajeandose con quién-sabe-quién y tampoco parecía muy preocupada por mí.

¿Te paso algo? ¿Qué tienes?

Qué bien se sentía que alguien se preocupara por ti. Sí sabía que mi familia lo hacía pero, era por obligación, era muy diferente a que alguien extraño además de tus amigos se preocupara por ti, eso era realmente estimulante, me sentía amado por primera vez en mi vida, como si las palabras de mi Mamá no fueran tan hirientes, aunque seguían ardiendo con la misma intensidad.

Te hablo cuando llegue a la casa. Ya no me mandes más mensajes, yo te hablaré cuando llegue ¿ok?

El camino fue realmente deprimente, iba viendo por la ventana de la camioneta. Era de noche y la costera estaba totalmente iluminada, los grandes Hoteles del lado de la playa, las tiendas de ropa, los restaurantes, las luces, el mar, incluso había gente en la playa, la calle se veía de color amarillo, ya que la costera estaba muy iluminada, eso me gustaba de ella.

Mi mamá insistió en ir a hacer la compra de la semana, eran las 9 de la noche y ella quería ir a comprar. No tenía ánimos de ir pero Gretel me convenció, después de todo no podía quedarme solo en el estacionamiento. Al salir del auto el aroma típico de los estacionamientos me invadió, ese aroma a calor y a ambientador de carro, al menos así lo sentía yo.

Compramos muchísimas cosas, tal vez fue porque íbamos todos, en el transcurso del tiempo me di cuenta de que mi mamá no me hablaba. Odiaba esa actitud tan infantil de ella, se suponía que el que debería estar enojado era yo, no ella, siempre hacía eso, cada vez que se peleaba con alguno de nosotros nos dejaba de hablar.

Al llegar a casa y después de subir todas las bolsas de compra, me dirigí a mi cuarto, me di un baño reconfortante y al salir me aventé a la cama, eran ya las 12 de la noche, me puse a pensar en las palabras de mi mamá y las comparé con la situación actual.

Mamá me odiaría, era algo inevitable, yo estaba con un hombre y no lo cambiaría, ella se enteraría algún día y todo se vendría abajo, como ella dijo, mejor me debería morir. No pude contener las lágrimas, lloré en silencio hasta que mi celular empezó a sonar, era Romeo.

-¿Bueno?

-¿Gatito? ¿Dónde estás? Me tenías preocupado, dijiste que me llamarías cuando llegaras ¿qué pasó?

-Ah-Me soné los mocos- sólo me puse a pensar en otras cosas ¿Ya saliste de trabajar?

-Sí, no hubo mucha gente hoy  así que el Gerente me dejo salir temprano, ¿Estas llorando? ¿Te sientes mal?

-Nada, solo cosas mías- no podía contarle a Romeo lo que me pasaba.

-Voy para tu casa.

-Romeo son las 12:30, es peligroso.

-No te preocupes, me iré en colectivo, me quedaré a dormir contigo toda la noche si es necesario, con tal de hacerte sentir mejor- sonreí, podía imaginar su sonrisa al otro lado de la línea.

-P-pero.

-Pero nada, voy para allá- me colgó.

¿Cómo iba a hacer que Romeo entrara a mi casa? Esa pregunta hacía que no lograra calmar mis nervios, si mi Mamá se diera cuenta me iba a matar, o a correr de la casa. Salí de mi cuarto lo más cuidadoso posible, y vi que todas las luces estaban apagadas, esa era una buena señal. Me asomé al cuarto de mi mamá, abrí la puerta lentamente y pude ver que estaba dormida como una piedra. Baje las escaleras al primer piso y escuché como un carro se detenía, me asomé por la ventana y vi a Romeo pagarle al chofer. Me acerqué a la puerta, tomé las llaves y con la mayor discreción posible la abrí. Romeo estaba del otro lado, me iba a abrazar cuando lo tome de la mano y lo jalé hacia dentro, cerré la puerta con sumo cuidado y lo llevé hasta mi cuarto.

-Gato ¿Qué fue eso?

-Sí mi mamá se entera que estas aquí me mata.

-¿Y tú crees que yo iba a dejar que te mataran?- me sonrojé- Me moriría yo antes de ver cómo te matan, antes lucharía con todas mis fuerzas para evitarlo, para evitar verte llorar, para evitar que sufras- en ese momento y con esas palabras, no pude contenerme más, las lagrimas salieron a borbotones por mis ojos, me aferré a Romeo y este sólo me acariciaba y besaba la cabeza- "Todo va a estar bien"- me besó la cabeza e hizo que levantara la cara para verlo a los ojos- "Yo estoy contigo", tal vez no tenga la solución a tus problemas, pero, lloraré contigo Mi dulce Ángel- su mirada era demasiado dulce. Se iba acercando lentamente a mí, yo no podía dejar de llorar, hasta que unió sus labios con los míos, ese mágico rose hizo que mis lagrimas cesaran, me sentía en el cielo, Romeo me besaba con tanta suavidad, como si temiera que en cualquier momento me fuera a romper. Pasó sus brazos por mi espalda y me apretó contra él.  Sus besos eran realmente dulces. Me guió hasta la cama y me recostó con suavidad, el estaba encima de mí y seguía besándome.

-Ángel, quiero que confíes en mí, quiero poder servirte de apoyo, pero si no me dices lo que te pasa no podré ayudarte bebé- hablo Romeo una vez que separamos nuestros labios, me miraba con una intensidad indescriptible, sus ojos me incitaban a volver a probar sus labios.

-N-no puedo Romeo, no le cuento mis problemas a la gente, no soy así, todos tienen suficientes problemas como para cargar con los de alguien más.

-Ángel, quiero que confíes en mí, si sigues así va a llegar un momento en el que te vas a quebrar por completo, la gente no puede guardarse sus problemas, tienes que sacarlos.

-Sólo lo he hecho una vez, pero entendí que a nadie le importaba lo que me pasaba- los recuerdos de aquella ocasión inundaban mi mente, las lágrimas volvían a salir de mis ojos con intensidad.

-¿Quiénes fueron esos malditos que hicieron algo así?-su mirada era de odio- Yo jamás podría no interesarme por ti, tu eres mi futuro, y tengo que cuidar bien de ti. Conmigo puedes contar para lo que sea Ángel, te apoyaré incluso aunque no tengas la razón.- las palabras de Romeo llegaban a lo más profundo de mi interior, por alguna razón le creía ciegamente, creía absolutamente todo lo que me decía.

-Yo, Yo no quiero que mi Mamá me odie Romeo.

-¿Por qué te va a odiar?

-Por... por ser tu novio- Romeo abrió los ojos como platos- Yo, yo la quiero, pero también te quiero a ti, no quiero separarme de ti, no quiero, ¿Por qué se empeña a decirme cosas tan feas? Yo, trato de ser buen hijo, lo que más quiero es hacerla sentir orgullosa, pero es mi vida, y es mi felicidad, tu eres mi felicidad...

-¿Se enteró de lo nuestro?- Romeo había palidecido.

-No, pero se enteró de que el viernes viniste a mi casa y se puso a decirme que tú eras algo de mí y que no quería un hijo maricon.  ¿Por qué es tan cruel? Digo, es mi Mamá.

-A veces las personas no medimos nuestras palabras- Romeo se había acomodado, ahora estábamos sentados recargados en la cabecera de la cama, el me tenía abrazado y yo hundía mi cabeza en su pecho- Yo no dejaré que te separen de mí, ni tu Madre lo hará, le demostraré que puedo será tan buen esposa como una mujer- enrojecí, su comentario me sacó una sonrisa.

-Jajaja, me imaginé a ti con un mandil y cocinando- me sequé las lágrimas.

 -Ya te lo he dicho, no me importa ser tu mandilón- me besó la cabeza- te quiero mucho Ángel, nunca lo olvides, siempre te encontraré, aunque nos separemos, nos perdamos, muramos, o explotemos, siempre encontraré la manera de llegar a ti ¿sabes por qué?- negué con la cabeza- porque tú eres mi destino, eres mi hogar, eres ese abrazo de bienvenida que te da tu familia después de haber estado lejos por mucho tiempo, eres el sol que sale después de días de lluvia, eres lo que pensé que jamás podría sentir- me apretó más a él y me dio otro beso en la cabeza.

-Eres, la cosa más dulce que jamás podría haber pensado llegar a probar- le sonreí con todas mis fuerzas.  Esta vez yo me acerqué a sus labios, enrede mis manos alrededor de su cuellos, puse mis piernas una en cada lado de las suyas, me senté en su regazo y lentamente invadí sus labios. Era asombroso porque esta vez yo tenía el control de la situación, acariciaba el cabello de arriba de su nuca, el llevó sus manos hasta mi trasero y lo comenzó a tocar, sólo que esta vez no me oponía.

Yo dominaba su lengua y la movía a mi ritmo, exploraba su boca como si nunca en la vida pudiera volver a besarlo. El se concentraba en acariciar mi espalda y mi trasero.

Los besos subían cada vez más de tono, ya no eran besos dulces, habían evolucionado completamente, yo por mi parte empecé a quitarle la playera a Romeo. Una vez hecho esto, pude admirar su perfecto cuerpo. Me mordí el labio y el sonrió.

-Que sexy Ángel.

-Ca-cállate.

Romeo me quitó mi (su playera) y la lanzó lejos. Empezó a besar mi clavícula y a bajar lentamente hasta llegar a mis pezones, vi como los miraba y estaba a punto de adivinar su siguiente movimiento cuando sentí como empezaba a lamerlos. La sensación era estremecedora, me hacia arquear la espalda, sentía cosquillas en la zona pero no quería que parara, el placer era demasiado cegador, yo empezaba a aferrarme a su espalda, su hermosa y fuerte espalda, mientras él seguía su labor. Yo reprimía mis quejidos pero era inútil, el me miraba con una mirada demasiado sexy, era imposible no doblegarse ante ella. Llevó sus manos hasta mi short y justó cuando estaba a punto de tirar de él... Tocaron la puerta.

 

Notas finales:

Por el momento no he podido contestar reviews pero les juro que contestaré todo lo que me dejen, no tengo celular, y desde ahí los contesto, ya que no haya muros en la costa soy todo Suyo.


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