Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Agridulce por Lunatico

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos, una pequeña explicación de lo que ha sido mi vida este año...

Entre a trabajar el julio pasado y bien chido no, agarré cuerpo xD hice musculo xD adelgacé, sólo un poco, pero me sentía taaan bien, en fin, recién me despidieron y fue así deee no jodas, es horrible decirle adiós de manera tan abrupta a una parte de tu vida, duele. En fin... mi mejor amigo/novio me dejo de hablar, literalmente me dijo que lo fastiaba y eso y no me hago la victima tiene muchisima razón para decirlo, pero eso no quita que me dolió.

Y pues quiero renovarme, recién cumpli 22 años y no he hecho nada de mi vida, la mayoria de mis amigos de prepa ya acaban este año la uni y Yo ni siquiera la empiezo,y cosas por el estilo.

Primero que nada me quiero poner al cirriente con esto... Espero que sigan leyendome y yo voy a tratar de seguir con mi vida, espero entrar el proximo año a la escuela (aqui en mexico el ciclo escolar empieza en agosto) pero aún hay mucho que tengo que pensar... es horrible ser pobre... estudien muuucho, superense, no dejen perder años... nunca los recuperaran, aprecien a sus padres y a la gente que los aguanta en sus peores momentos, y no los cansen con sus peores momentos. Perder una amistad a mi edad es feo porque practicamente estoy solo xD.

 

Y ya mejor no hablemos del amor y las relaciones de una noche...

-¿Ángel? ¿Estás bien?- La voz de mi Papá me trajo a la realidad.

Yo estaba en blanco, podía sentir como se me había ido el color de la cara, mi pulso disminuyó. Romeo tenía una cara de pánico total.

-Sí, estoy bien.

-Escuche un ruido ¿Qué pasó?

-Nada, sólo me caí de la cama, pero nada más.

-¿Estás seguro de que no es nada?

-Seguro, ahora vete que tengo sueño.

-Como si hicieras algo en la casa, todo el día te la pasas echado sin hacer nada, ¿de qué te puedes cansar?

-Yo sé mis problemas.

-Tú no tienes problemas, eres un chamaco chiqueado- odiaba cuando mi Papá me decía que yo no tenía problemas. Qué sabía él, si nunca hablaba conmigo.

-Ya pues, déjame dormir- le contesté molesto. Oí sus pasos afuera en el pasillo y como se cerraba una puerta.

Mire a Romeo que seguía pálido, me baje de encima de él y me acosté a su lado.

-Estuvo cerca- suspiró, como si hubiera estado conteniendo la respiración. En ese momento me di cuenta de lo que estuvimos a punto de hacer.

-Llegó en un buen momento- reí. Romeo frunció el seño.

-Para ti…

-Para ambos- Romeo sacudió la cabeza y se incorporó.

-¿Ya te sientes mejor?

-Sí, mucho mejor, creo que sólo necesitaba estar contigo.

-¿Me puedo quedar a dormir esta noche contigo?- puso su cara de suplica.

-Pero, nos pueden descubrir.

-¿Descansa alguien de tu familia mañana?

-No, pero pueden entrar a mi cuarto.

-Pero tú lo cerrarás con llave y seguro- me guiñó un ojo.

-Está bien- suspiré.

-¿Puedo tomar un baño? Necesito algo frio rápidamente- se sonrojó.

-S-sí- había entendido el porqué de su petición- pero no te queda mi ropa.

-Ah no importa me pongo la misma.

-¿Cómo crees? Metete a bañar, veré que hago.

Al final terminé encontrando unos bóxer que mi mamá me había comprado hace tiempo y que habían estado demasiado grandes para mí. Romeo se veía realmente apuesto al salir del baño. Sólo con bóxers, y el agua todavía escurría por su pecho y su cabello, me sonrojé al verlo. Era malditamente atractivo.

-Que fría estaba el agua, me encantó.

-Tengo sueño Romeo, así que apaga la luz y duérmete- le dije mientras me acostaba en la cama, en parte ya no quería seguir viendo su cuerpo de esa manera.- mañana me quedo solo alrededor de las 9:30, voy a fingir que duermo hasta que se vayan, e incluso en ese momento, saldré antes a revisar si en verdad ya no hay nadie antes de que salgas tu.

-Como digas mi príncipe- Romeo se acostó a mi lado y me observaba, como si esperara algo de mí.

-¿Q-que?- su mirada me ponía nervioso.

-Te estoy esperando.

-Pero si ya estoy aquí.

-¡Ay Ángel!- suspiró- Olvídalo- Apagó la luz, se acostó y se dio la vuelta dándome la espalda.

Entonces capte la señal. Me acerqué a él y lo abracé, hundí mi cara en su espalda y pude aspirar su aroma a jabón, su piel era suave y dura a la vez. Sentí como el giraba la cabeza hacia mi dirección. Quince segundos después me estaba abrazando de frente.

Me desperté cerca de las 10:30, Romeo me observaba fijamente, yo estaba con la cara en su pecho y él me pasaba un brazo por detrás de la cabeza, noté que mi mano estaba en su abdomen y me apené por el acto, en seguida me aparté de él.

-¿A dónde crees que vas? Ya te he dicho que no me molesta que me toques, en lo absoluto, es sexy cuando lo haces.

-No quiero que las cosas se salgan de control como anoche.

-Las cosas pasan cuando tienen que pasar, ¿no crees en el destino?

-¿El destino?- asintió- soy más de los que creen que uno forja su propio destino.

-En parte así es pero, me refiero a cosas a las que uno está predestinado, hay cosas, por ejemplo: el cáncer, tu no elijes tenerlo…

-Si eres un fumador la cosa cambia.

-Bueno dejando a un lado ese criterio, tu no elijes tener cáncer, es algo a lo que estas desafortunadamente destinado a tener, ¿me entiendes?- asentí.

-¿Eso quiere decir que estábamos predestinados a no hacer nada malo anoche?

-Yo no lo considero malo, y lo veo de otra manera, creo que no estábamos predestinados a volvernos uno sólo de una manera tan común y corriente, creo que el destino nos tiene preparado algo grande, ya sabes, como las parejas de las películas, somos una pareja entre un millón que está destinada a tener una historia digna de un Oscar, ya sabes, Tú y Yo juntos forjando nuestro destino, Podríamos tener una historia aun mejor que Noah y Allie.

-Nadie jamás podría tener una historia como la de ellos, pero en todo caso, ¿Quién sería yo?

-Tu serías Allie por supuesto- me besó la cabeza.

-Osea que: ¿mi Mamá me va a separar de ti, conoceré a otra persona con la que me comprometeré, volveré a la ciudad a buscarte y tendré sexo desenfrenado contigo, para darme cuenta de que mi prometido o prometida no es exactamente el amor de mi vida y mi “destino” es estar contigo? No pues sí, estoy totalmente de acuerdo.

-No hagas que parezca tan estúpidamente irreal- suspiró- El punto es, que, espero poder ser un buen Príncipe, mi Príncipe.  Como todos los chicos de las películas.

-Sigue soñando- bromeé un poco.

 -A lo que quiero llegar es, que, no me importa que me toques, de hecho me gustaría que te sobrepasaras conmigo, y, dejando eso a un lado- me besó la mano y después me miro con intensidad- Esperaré todo el tiempo que sea necesario por ti, nuestra primera vez tiene que ser mejor que la Luna de miel de Zeus con Hera, tal vez su Luna de miel tardo 300 años, pero ese tiempo es demasiado corto para poder demostrarte cuanto te quiero, una vida no me bastará para poder amarte todo lo que deseo- estaba super sonrojado.

-¿Cómo en la canción?

-Como en la canción, que no te asombre, si un día te llego, con otra cara y con otro nombre.

-Eres un cursi.

-Y tu eres hermoso- me dio un beso de piquito. Yo estaba que no podía con él color rojo en mi cara.

-¿Cómo lo haces?

-¿Hacer qué?

-Ser, tan… Li-lindo- agaché la cabeza.

-Hay personas que nacen guapas pero nacen tontos, otras que nacen feos pero inteligentes, otras que nacen lindas pero torpes, y estoy yo; el vivo ejemplo de que Dios puede todavía hacer personas perfectas- lo miré incrédulo.

-Te vendría bien un poco de humildad, pero es cierto eso de “verbo mata carita”

-No es mi culpa que tengas un novio tan guapo.

-Créete.

-Soy guapo acéptalo.

-Estas pasable, he conocido mejores, ¿te acuerdas del chavo que se subió al camión ayer?- Frunció el seño.

-Sí, ¿el qué?

-El sí estaba guapo, ya sabes incluso llegué a pensar que Disney debería hacerle un Príncipe en su honor- reí internamente.

-Agh- Romeo se revolvió el cabello- ¡Soy más guapo que él!

-Te he dicho que me gustan las cosas lindas, no las personas guapas, eso quiero decir que tu no me gustas…

-Que cruel eres.

-Me e-encantas- El sonrojo apareció en el rostro de ambos.

-¿Te digo un secreto?- asentí- Tu también me encantas… - bajo hasta mi cuello y lo aspiro.

-¿Qué tipo de persona soy?- dije tratando de cambiar el ambiente- tu dijiste que hay guapos tontos y feos listos, ¿Qué tipo de persona soy yo?

-Tú, eres Ángel…

-Eso ya lo sé…

-Déjame terminar- me miró a los ojos- No hay palabras que puedan describir cuan perfectamente imperfecto eres.

-No… no digas eso, no hay personas perfectas, solo imperfecciones en el mundo.

-Claro que sí hay, y una está enfrente de mí, y es tan poderosa que me hace decir las peores cursilerías del mundo.

-Detente, me haces sonrojar- quise animar un poco el ambiente.

-No eres de ningún tipo de persona, ya que tú eres único y original, como nadie en el mundo. No hay nadie como Tú, no hay nadie como Tú mi amor, no hay nadie como Tú…- me cantó al oído.

-Eres un idiota Romeo, ¿Por qué te empeñas en hacerme sentir así?

-Quiero que recuerdes que hay alguien que espera por ti, todos los días. Así que ven- me jaló y me acomodó en su pecho acostándonos de nuevo en la cama- tenemos todo el día de hoy…

-De hecho mi papá hoy llega a las seis.

-Tenemos hasta las seis para estar así, me encanta estar así contigo. Me traes paz.

-P-Pero ya no tengo sueño.

-Yo tampoco, pero me gusta sentirte apoyado en mi pecho.

Estuvimos al menos una hora y media acostados en la cama, yo usaba su pecho como almohada, el se limitaba a acariciarme el pelo, no hablábamos, sólo estábamos en esa posición, era realmente relajante, como cuando acaba la semana de exámenes y te das cuenta que pasaste con buenas calificaciones, incluso esa sensación se quedaba corta, era como si, todo lo que siempre habías querido se materializar justo frente a tus ojos. El pecho de Romeo era mi almohada favorita, y según él decía; Era su juguete favorito.

No me molesté en fijarme si había alguien más en la casa, pasaban de las diez de la mañana así que era más que obvio que no habría nadie. A las 11:45 bajamos a desayunar, Romeo me hizo prepararle algo de desayunar, por más que me negué al final terminé sediendo.

-Entonces... ¿Qué me harás de almorzar gato?

-Mi especialidad... Salchicha a la mexicana.

-¿Es lo único que sabes hacer verdad?

-Sí, y te callas y te lo comes porque me obligaste a hacerlo.

-No hay problema. Me como todo lo que este hecho por tus manos gato.

-¿Cuándo decidiste llamarme gato? -dije mientras picaba la salchicha- si sigues haciéndolo, puede pasarte lo que a esta salchicha- puse mi cara  perversa.

-Ok, elige entre estas tres opciones: Cariño, Cielo, Terrón.

-¿No puedes sólo llamarme Ángel? O Angi- me llevé un pedazo de salchicha a la boca y comencé a picar el jitomate.

-Una persona especial merece un nombre especial- estaba a punto de interrumpir pero me metió otra salchicha a la boca y me calló- Un nombre que no sea el que se le dio al nacer.

-Tonto.

-Hermoso. En fin, me voy a poner algo de ropa- dijo mientras se estiraba y subía a mi cuarto a cambiarse.

Estaba cocinando, sumido en mis pensamientos cuando oí que tocaron la puerta. Me sentí aterrado. ¿Quién podría ser? Me iban a descubrir y con Romeo, si era alguno de mis primos le dirían a mi Mamá y me ocasionaría más problemas. Romeo bajo acomodándose la ropa, con la cara totalmente pálida.

-¡Ángel! ¡¿Estas?!, ¡Soy Yo, Sol!

Menos mal pensé. Mire a Romeo tratando de tranquilizarlo. Sólo le dije: Sigueme la corriente, es Sol ella no dirá nada. Abrí la puerta y ahí estaba Sol, me miraba con una ceja alzada, y su mirada estaba llena de persuasión.

-P-pasa- dije nervioso.

-¿Por qué tardaste tanto en abrir? ¿Que estabas hacie...- paró de hablar cuando vió a Romeo sentado en la sala- ¿Qué hace Romeo en tu casa?

-Hola Sol, a mí también me da gusto verte- Romeo tenía cara de muerto.

-Vino por una libreta que prometí que le prestaría- éxito.

-Pero ayer te trajo a tu casa- lo volteó a ver como si estuviera investigando un caso- ¿Por qué no te la llevaste ayer, si viniste a dejarlo? Pudiste matar dos pájaros de un tiro.

-E-es que se me olvido.

-Aja, lo que sea-movió la cabeza a los lados como desechando una idea- ¿Qué estas cocinando Ángel?

-¡Mi legendaria Salchicha a la mexicana!- Sol me miró riendo, y Romeo me miró con ternuro, creo que Sol lo sintió porque regreso a ver a Romeo quien cambio su semblante un segundo antes de que Sol lo alcanzara a ver.- ¿Quieres almorzar con nosotros?

-Ósea que invitaste a Romeo a almorzar- se llevó una mano al mentón- Interesante... ¿Qué esta pasando aquí?- su semblante era oscuro.

-¿A-a q-que t-te re-refieres Sol?- Volteé a ver a Romeo quién tenía la cabeza agachada.

-No pasa na...

-Ángel es mi novio- abrí los ojos como plato. La voz de Romeo salió segura y con un aura prometedora.

-Siempre supe que eras Gay Romeo, y que ibas detrás del tonto de Angi, era de esperarse. Felicidades Ángel- volteó hacia donde estaba yo- al fin tienes una novia, a menos que tu...

-¡CALLATE! ¡NO TE ATREVAS A DECIRLO PERRA DEL MAL!

-¡SEAS EL PASIVO!

-¡PERRA, PERRA, PERRA, PERRA, PERRA!

-Eres gay y hueles a caca- Sol reía a más no poder, me molestaba lo que había dicho pero me sentía bien acerca de como lo había tomado.

-Ya- al fin volvía a hablar Romeo, llegó por detrás de mi, me paso un brazo por los hombros y me besó la cabeza- dejen de pelear. Sol ¿Puedo decirte prima?

-Claro que no.

-Pero ¿por qué?

-No confío en ti, ¿me aseguras que no lastimarás a la niña de Ángel?

-¿Me crees capaz de lastimar a esta cosita?- me dio un piquito en los labios.

-¿Cosita? ¿Lo has visto enojado?

-Ya déjense de tonterías- interrumpí el momento- No quiero que le digas Prima, y Sol no me digas niña, maldito Hombre.

-Entonces Primo- le dijo Sol a Romeo- ¿Prometes cuidar a la niñita llorona de mi prima?- me miró triunfante.

-Lo prometo- Romeo levantó la mano en señal de promesa. Me sentía humillado.

-Por cierto- sol empezó a olfatear- ¿No les da un olor a quemado?

-¡Mis Salchichas!

-¿Algún día podré comer algo cocinado por ti que no esté quemado?

-En tus sueños- contesto Sol.

Al final terminamos desayunando cereal con leche, Sol desayuno con nosotros, y me dijo que se quedaría conmigo todo el día ya que estaba aburrida. Acabando de comer, subí con Romeo a mi cuarto por su mochila, Sol "quiso darnos privacidad" así que nos dejó subir solos.

-Que buena, la actitud de tu prima no crees.

-Sí, no me esperaba menos de ella.

-Bebé, te quiero y estoy tan feliz, al menos una persona sabe que eres mío- me abrazó demasiado fuerte.- te quiero enano- se acercó a mis labios y me besó.- Eso fue porque ya no te lo puedo dar enfrente de Sol.-asentí.

Bajé a despedir a Romeo y se fue. Sentía que no podría esperar hasta el lunes para poder verlo  nuevo y estar con él, me sentía realmente estúpido, odiaba ser tan dependiente de las personas, en verdad lo odiaba, no me gustaba imaginar qué pasaría si Romeo algún día se cansara de mí y me botara, no creía poderlo afrontar. Pero una seguridad enorme se había mudado a mi cuerpo desde que estaba con Él, así que deseché la idea. Romeo no podría abandonarme, no sería capaz.

-¿Me puedes explicar qué es lo que acabo de ver?- volteé y vi a Sol mirándome con el seño fruncido.

-Vayamos a mi cuarto- Sol me siguió en silencio, al llegar nos acostamos en la cama, la cual olía a Romeo, tenía ganas de enrollarme en las sabanas y aspirar su aroma, embriagarme con él, sin embargo, sol estaba ahí y me estaba mirando raro.

-¿Ahora sí me dirás?

-¿Qué quieres qué te diga? Ya lo viste todo, estoy con Romeo- Quería sonar seguro de mí mismo más no podía quitarme la sensación del nudo en la garganta.

-No me contestes así, no te estoy juzgando ni nada por el estilo...-suspiró- hemos estado juntos desde que nacimos, te quiero como a un hermano, y siempre te voy a apoyar- instintivamente mis ojos  a brotar lágrimas- ¿Por qué lloras?- me abrazó.

-Porque mi Mamá no lo tomará como tú, ya sabes como es, es homofóbica, me va a correr de la casa, voy a dejar de ser su  hijo, y no quiero, pero  amo a Romeo y no lo quiero dejar.

-¿Lo amas?- asentí- entonces no tengas miedo de lo que pueda pasar, si tu felicidad es con Él, lucha por alcanzarla, el ser humano tiene derecho a ser feliz. Se feliz, si tu Madre te corre, sabes que  mi casa está abierta para ti, sabes que Yo no te dejaría solo. Me sorprende que siendo tan  listo no hayas pensado en esas opciones.- Me quedé soprendido.

-Me sorprende tu sabiduría- me limpié las lágrimas- gracias.

-A veces encontramos ayuda donde menos la esperamos.

-Te quiero Sol.

-Ya pues, deja de decir ridiculeces- Reímos al unísono.

Notas finales:

un comentario o consejo de vida?

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).