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Agridulce por Lunatico

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Notas del capitulo:

El segundo de la noche

Al llegar a casa mi mamá estaba lavando ropa, era raro que estuviera en casa, bueno algunos días salía de trabajar hasta tarde y en otros salía demasiado temprano. Me puse a ver la tele, puse una película ya que en la tele no había nada bueno, vi crepúsculo, me encantaba esa película, ya había leído los tres primero libros, era raro que a un hombre le gustara ese género de películas pero mis hermanas me inculcaron el gusto, estaba viendo la parte en la que Edward salva a Bella de ser aplastada por la camioneta, inmediatamente vino a mi memoria el recuerdo de cuando Romeo me salvo de caerme al barranco, y la parte en la que Edward se enoja porque Bella le pregunta cómo lo hizo, me recordó al enojo de Romeo que vino después de caer en la banqueta.

Mi mamá me mando a comprar, ya que la comida ya iba a estar lista. Estaba molesto porque mi mamá rompió el momento de romanticismo del día. A mitad del camino pude ver como alguien venía en mi misma dirección, como siempre tenía pensado desviarme para no toparme con el sujeto, pero al acercarme un poco vi que era Romeo, no pude evitar sonreír.

Se dirigió hacia a mí traía el uniforme, sólo que el pantalón de la escuela lo tenía doblado hasta la mitad de la pantorrilla, al estar a escasos centímetros de mi me sonrío mientras respiraba agitadamente, el sudor le escurría por la cara, quise suponer que venía de su casa. Me atrajo hacía él y me abrazo, sentí sus manos rodeándome la espalda y apretándome, mi cara quedaba a la altura de su cuello y podía sentir su aroma, el hecho de que estuviera sudado no me importó en lo más mínimo, de hecho su aroma era agradable, pero como me había abrazado de imprevisto no lo había correspondido todavía, me acercó más a él hasta que su boca pego con mi oído.

-Al fin los dos solos- me susurro en el oído- siempre he querido estar así contigo- me lamió la oreja.

-D-déjate de tus cosas Romeo, estamos en plena calle, nos van a ver.

-Tsk- chasqueó la boca molesto- deja que nos vean, no me importa lo que piense la gente, mientras tu estés conmigo- en ese momento sentí como si una parte de mi, se hubiera derrumbado, el tener a Romeo tan cerca de mi me hacía sentir confundido, justo en ese momento no sabía lo que estaba pasando, empecé a alzar los brazos, tenía la intención de corresponder su abrazo, mi cara ardía y se sentía muy bien, justo cuando lo iba a rodear por completo este me interrumpió- ¡wow! Aguantaste mucho tiempo, jamás pensé que aguantarías tanto tiempo- me sonrío.

-Este, s-si, amm si me das permiso, tengo que ir a comprar, mi mamá me está esperando para comer.- le dije, estaba demasiado apenado, ¿cómo pude pensar en devolverle el abrazo?

-Ah mira yo también vine a comprar.

Después de comprar, nos quedamos sentados en un muro que estaba cerca del lugar, Romeo me había convencido de quedarme a platicar un rato con él, nos acomodamos debajo de un gran árbol.

Romeo se sentó a mi derecha. Estaba a pocos centímetros de mí, poco a poco me empezó a agarrar la mano, cuando se dio cuenta de mi expresión sonrió con curiosidad, me acariciaba las manos y jugaba a recorrer mis dedos, de vez en cuando los apretaba y los pellizcaba para oírme quejar.

-Amm le ayudas a tu prima en su trabajo ¿cierto?- pregunté

-Sí, como vivo con ellos es lo mínimo que puedo hacer.

-¿Y no te harta?

-Bueno pues me va mejor a mí, mi mamá y mis hermanos llevan ayudándoles desde hace un año que llegamos de la capital la ciudad, no nos tratan mal pero me gustaría más estar en mi casa a estas horas del día.

-¿Llegaste hace un año? Y ¿por qué no estudiaste aquí?-

-Es que me quedé viviendo en la casa de la familia de mi Padre, y vivía en el centro, así que la secundaria a la que iba me quedaba más cerca. Pero mi mamá me extrañaba así que me vine a vivir con ella y me metí a esta escuela

-Oh, y ¿porqué no te viniste a vivir aquí desde el principio? ¿Eso también tiene que ver con el que te hayas atrasado dos años en la escuela?- vi como Romeo volteaba la cara- este, si no me quieres decir, no me lo digas- le dije apenado.

-Es que pasaron muchas cosas- dijo con la cabeza agachada- mis Padres no se llevan muy bien- ya somos dos pensé- y pues hace un año y pues una vez se pelearon muy feo, demasiado diría yo- abrió más los ojos mientras sonreía, sentí como iba apretando mi mano más fuerte, sin llegar a lastimarme- y pues nos tuvimos que ir de la ciudad, al llegar aquí nos quedamos en la casa de mi prima, y me iba a meter a estudiar, pero como ya faltaban pocas semanas para que acabara el año no me aceptaron en ninguna escuela, yo ya tenía pensado meterme a la escuela donde voy ahora, pero mi Padre vino a buscarnos y le dijo a mi mamá que le diera a mis hermanos o la iba a demandar y cosas por el estilo- sonrió con sarcasmo- yo ya estaba grande y me di cuenta de que ellos necesitarían más a mi mamá que yo, así que le dije a mi Padre que yo me iría con el si el dejaba en paz a mis hermanos, el acepto así que me fui a la casa de su familia, estudié segundo de secundaria de nuevo, pero cuando iba a terminar el año me di cuenta de que mi mamá me extrañaba, ella no lo decía pero lo demostraba, así que me enfrente a mi Padre, el ya tenía otra mujer y esta estaba embarazada así que no le importó y me dio mi libertad, lo único que extraño de eso, son mis amigos.

-En serio discúlpame, por hacerte hablar de eso- dije apenado.

-No te preocupes Angi, confío en ti- sentí como seguía acariciándome la mano y como jugaba con mis dedos. Nunca me había gustado que otro hombre me tocara con tanta confianza, pero con Romeo era diferente, el me hacía sentir cómodo.

-O-oye Romeo este ¿A-a ti te gusta S-Selena?- lo dije, sabía que era el momento de preguntárselo, estaba muriendo de la vergüenza, pero me aplaque al recordar que el era mi rival, claro si era verdad que ella le gustaba- es que oí cuando Dana te dijo que te gustaba.

-Así que oíste eso- dijo eso más para el que para mí- ¿y que si me gusta? ¿Tienes algo en contra?

-Nop, pero es que ella me g-gusta también- frunció el seño al oír mi respuesta.

-Oh, ya veo, no te preocupes no me gusta- dijo con indiferencia- ni siquiera se me hace bonita- parecía molesto.

-¿Te pasa algo? Pareces enojado, y como puedes decir que no es bonita.

-No me pasa nada- dijo con un tono de voz que me pareció molesto- y no, no es bonita, al menos para mí. Y dime ¿ya le dijiste que te gusta?

-Sí, se lo dije hace un año pero me rechazo, dijo que sólo amigos, en ese entonces ella andaba con Mario.

-Oh que pena- dijo con una sonrisa sarcástica- yo prefiero a niñas como Gloria o Ginny.

Lo mire con escepticismo- ¿Crees que Gloria es bonita?- no es que fuera fea pero es que nada de ella me atraía. Era morena un poco más que yo, rolliza, el pelo ondulado se lo peinaba con una coleta, tenía la espalda un poco ancha para ser mujer.

-Si es muy bonita y Ginny también.

-¿Ginny? Te sientes bien, es horriblemente bipolar, wow eso sonó horrible, digo es mi amiga pero es demasiado bipolar- Ginny era bonita sí, pero eso se venía abajo cuando la tratabas, su cara siempre mostraba un semblante molesto, era delgada, demasiado diría yo, no era muy baja de estatura pero tampoco muy alta, el pelo le llegaba a los hombros, lo tenía lacio y de color rojo, era bonita, pero era un completo ogro por dentro.

-Me gusta pescar a una persona orgullosa, así es lindo cuando todo su orgullo se derriba por mi- me dijo con una sonrisa picara.

Nos quedamos callados, un rato, sólo disfrutando de la sombra del árbol el aire fresco que apaciguaba considerablemente el calor. Al cabo de un rato Romeo habló.

-Bebé te tengo que soltar, sé que es difícil para ti, pero tenemos que ir por caminos diferentes- dijo con un tono de llanto.

-Wow, no me había dado cuenta de que estas cosas seguían juntas- dije mientras señalaba nuestras manos entrelazadas- este, nos vemos mañana- le dije apartando las manos y dándole la espalda. Caminé dejándolo atrás y cuando estaba a una distancia considerable, volteé a ver y ahí seguía Romeo, justo donde lo había dejado, sacudió la mano en señal de un hasta luego, me lanzó un beso y se fue el también. Me sentía estúpidamente feliz.

Sin darme cuenta llego el viernes, ese día los maestros nos habían citado en un punto de la ciudad para empezar a desfilar. Me sentía estúpidamente estúpido, éramos la única escuela marchando. Al llegar al punto de encuentro hicimos un pequeño programa y al fin puse en práctica lo que había ensayado en la semana con Romeo y el Maestro Aquiles. Romeo no había ido a la marcha pero eso ya lo sabía de antemano, ya que me había dicho que era una pérdida de tiempo. Al final todo salió bien.

Paso una semana y la maestra de español nos había dejado de tarea aprendernos una poesía corta ya que quería que la recitáramos al otro día. Era 30 de septiembre, era una fecha importante ya que tanto Mario como mi Mamá cumplían años ese día. Habíamos decidido hacerle una pequeña fiesta sorpresa a Mario en la tarde pero sólo un grupo exclusivo éramos: Ginny, Gloria, Selena, Marisol, Zuleyma, Andy, Romeo y Yo, Beto estaba enfermo así que no pudo ir toda esa semana.

Cuando se trataba de alguno de mis amigos, lograba unir a Ginny y a Gloria con Selena. En todo el día nos pusimos de acuerdo en donde íbamos a celebrar el cumpleaños de Mario, para nuestra suerte hace un año había robado un paquete de llaves de la escuela cuando el director me mando a buscar algo a su oficina. La escuela era perfecta para celebrar el cumpleaños de Mario, estaba vacía a más tardar a las 3:30 y nos habíamos citado a las 4:00 p.m. A mí junto con Selena nos había tocado ir a comprar el pastel, todos habíamos cooperado para este, Romeo llevaría los refrescos, Gloria iría por Mario con la excusa de que iban a investigar las poesías que nos había dejado de tarea la maestra de español, Ginny junto con Zuleyma iban a ir a un OXXO a comprar cerveza (se vistieron y maquillaron para aparentar ser 4 años más viejas), Marisol y Andy conseguirían los platos.

Fuimos con Selena a comprar el pastel a una pastelería que estaba bajando el cerro de donde vivíamos, tomamos el camión para bajar y subir. El pastel era de queso con merengue blanco y fresas en la orilla, en el centro decía "Felicidades Mario", llegamos a la secundaría y ya estaban todos menos Gloria, Mario y Romeo, saqué la llave del bolso de mi bermuda y abrí el portón de la secundaría, para nuestra suerte nadie vigilaba la escuela cuando esta se quedaba sola, así que la tendríamos completa para nosotros, Andy y Sol habían llevado un estéreo así que lo encendimos y conectamos un USB, sólo faltaba que llegara el cumpleañero y el de los refrescos.

Faltaban 5 min para las 4 y todavía no llegaban esos tres, de repente me llego un mensaje a mi celular que decía: oye vengo muy cargado puedes venir a ayudarme, estoy en la puerta de atrás de la primaria... Te quiere Romeo sonreí estúpidamente al leer ese mensaje, pero salí en su ayuda, le encargue el pastel a los demás y fui por Romeo, por suerte la primaria estaba a escaso 100 metros de la secundaría. Cuando llegue vi que Romeo podía cargar perfectamente los refrescos, ya que nada más llevaba 3, me molestó el saber que me había hecho ir por el sin ninguna razón.

-¿Para qué me hiciste venir? Puedes cargar esos tres refrescos perfectamente tu sólo- dije molesto.

-Es que, quería verte a ti solo antes de ver a los demás, te extrañaba- me dijo con una cara de arrepentimiento que ni el mismo creía.

-No digas esas cosas, nos acabamos de ver hace menos de 3 horas- le dije un poco sonrojado- sabes pareces mujer pidiendo atención, puaj.

Alzó la vista y me miró desafiante- ¿Así qué, yo soy la mujer que suplica atención?- me dijo con un tono raro.

-Pues tú eres el que está diciendo que me extraña.

Me agarró de la playera y me pego contra la pared quedando los dos de frente y Yo atrapado entre la pared y Romeo.

-Sabes, yo me la paso pensando en ti todo el día y me molesta que tú no lo hagas- me dijo con el semblante molesto, yo sólo trague saliva.

-¿P-porqué debería pensar en ti t-todo el tiempo?, eso suena raro, tu y yo somos hombres, no, no deberías decir esas cosas- lo mire lo más rojo posible.

-A mí eso no me importa sabes, yo creo que el amor llega de cualquier forma, si eres un dinosaurio, un extraterrestre o un ser de color morado, y sabes, tú me llegaste, así que tienes de dos: o me dejas hacer contigo lo que quiera, o te cambias de escuela, te mudas de ciudad y te cambias el nombre- dijo acercándose lentamente a mi boca, sentía su respiración y su aliento en mi nariz, se estaba acercando demasiado a mi boca, ya no sabía qué hacer...

-¡Hey, chicos!- dijo Sol a lo lejos-¡¿Dónde están?¡

Nos separamos, yo estaba completamente avergonzado y Romeo miraba enojado a Sol, por suerte esta no se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Nos fuimos con ella a donde estaban los demás. ¿Qué había estado a punto de hacer? me mataba la culpa, me sentía mal, ¿Qué diría mi mamá si se enterara? Quería golpearme por haber estado a punto de besar a un hombre.
Notas finales:

Review?


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