Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Agridulce por Lunatico

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi; aquí estoy de nuevo; espero les guste y se animen a comentar :$. A ver si subo otro cap mañana o pasado. 

Al estar solo no pude evitar pensar en mi día. Ayer Romeo era mi amigo, hoy era mi novio. El solo hecho de pensarlo me hacía sonrojar. ¿Qué le diría  a mi familia? ¿A mis amigos? No podía negar que desde que lo vi sentí algo, algo que me hizo querer llorar, y siempre que me hacía alguna lindura, partes dentro de mí inconscientemente-consciente despertaban o reaccionaban. Me gustaba mucho físicamente. Era lo de siempre, cada vez que un hombre llamaba mí atención eran por las mismas facciones: Alto, delgado, con buen cuerpo (músculos), guapo y con buena nalga, Romeo cumplía con todos esos requisitos, aunque él me trataba bien, y jamás había sentido algo parecido por nadie. Todos mis “enamoramientos”, hasta ahora, habían sido con mujeres, aunque después de lo que Romeo me hacía sentir no sabía si podía llamarlos “enamoramientos”, creo que sólo eran gustos. En fin, antes cuando un chico me había llamado la atención era sólo eso, pero con Romeo me sentía diferente, me gustaba físicamente y su personalidad era muy linda, podía abrazarme y podía yo abrazarlo sin sentirme incomodo o mal. Me gustaba esa sonrisa que me dedicaba, era deslumbrante, su voz era realmente fresca, muy linda y me hacía sentir paz, su olor que me encantaba, tanto que no quería soltarlo cuando me abrazaba, sus brazos que eran demasiado agradables y cómodos al igual que su pecho. Estaba claro Romeo me encantaba. No había mád que pensar.

...

Me desperté realmente tarde. Toda la noche no pude dormir bien, los nervios me impedían cerrar los ojos. Toda la noche me la pasé pensando en Romeo, lo cual me hacía sentir mal, no quería que él pensara que era un enfermo o algo por el estilo, pero sólo pensaban en estar con él, quería que me abrazara como lo había hecho un día antes. Me bañe demasiado rápido y me cambie a la velocidad de la luz, me puse la playera de educación física en vez de la camisa ya que me tocaba ese día.

Llegué corriendo a la escuela, otro poco y no alcanzaba a entrar. Tan pronto llegué a mi edificio y empecé a subir las escaleras, mi corazón empezó a latir acelerado, me sentía caliente de la cara y las orejas y una estúpida sonrisa se me dibujo en el rostro. Cada escalón que subía significaba un nivel más  de nerviosismo, al grado de que mis piernas comenzaron a temblar. Cuando llegue al último piso, en la esquina para doblar a mi salón, estaba Romeo recargado, con los brazos cruzados y su mochila roja colgada en la espalada, miraba hacía enfrente así que yo lo veía de perfil, la luz le alumbraba la mitad del cuerpo y hacía que se viera demasiado bien, sus ojos, su piel, sus labios carnosos todo él. Lucía perfecto.

Cuando se percató que estaba ahí volteó a verme y me sonrío, se dirigió hasta donde yo estaba y me examino de pies a cabeza, podía sentir su mirada examinándome, lo cual me hacía sonrojar, esto se combinaba con la agitación por haber subido 4 pisos de escaleras, la presión en mi cuerpo era insoportable.

Llevó sus manos a mis ojos y con su pulgar recorrió la línea de mis ojeras. Instintivamente cerré los ojos. Sentí como se iba a cercando lentamente a mí cara, podía sentir su respiración en mi boca. Me quedé esperando un beso que nunca llegó.

-¿Por qué esas ojeras?- me preguntó Romeo con dulzura.

-Sí, ya lo sé, me hacen ver más feo de lo normal, pero es que no podía dormir- no pensaba decirle el motivo. Tomó mi cara entre sus manos y me hizo mirarlo a los ojos.

-Para mí, tu eres la persona más linda que he visto- me sonrojé- con o sin ojeras, te ves maravilloso- me beso los parpados- quiero besarte más pero si alguien nos ve, sería problemático- me estrecho entre sus brazos y pude espirar su aroma embriagador.

-S-sí- entiendo.

-Vamos a entrar pues, ya es tarde- Caminamos hacia el salón, la maestra ya estaba ahí. El horario del viernes era de lo más relajado, Civismo a las dos primeras, Ingles a la tercera, Recreo, cuarta y quinta Español, y las dos últimas eran Educación física y Artes.

Antes de entrar al salón, Reuní todo el valor que tenía y le di un beso en los labios a Romeo. Al separarnos el estaba todo rojo y cuando me dispuse a abrir la puerta el me jaló del brazo y me dio otro beso, sólo que esta vez más profundo.

Al entrar al salón Beto se burló de nosotros por haber llegado juntos, Romeo sólo lo miraba con superioridad como si hubiera podido hacer algo que él no. En el recreo salí a comprar de comer junto con Beto y los demás, comimos en la cafetería, Romeo se fue con Mario, ya que últimamente se la pasaban juntos, los dos tenían la misma edad así que creía que esa era la razón.

Había acabado de almorzar y quedaban 10 minutos para que acabara el recreo cuando recibí un mensaje en mi celular. Era de romeo.

Te veo en el salón, yo ya estoy aquí, apúrate con suerte y tenemos 5 minutos a solas

.

.

.

.

.

Te quiero gatito.

Me sonrojé al leer lo último. Le dije a los demás que tenía que ir al baño a nadie pareció importarle tal vez porque todos tenían algo más importante por lo que preocuparse que por mí. La cafetería estaba del otro lado de la escuela así que corrí demasiado para llegar a mi edificio, una vez estaba en este, subí corriendo las escaleras, incluso subí de dos en dos. Al llegar a mi salón mi corazón volvía a palpitar aún con más fuerza, tanto que dolía, quería excusarme pensando en que era por haber corrido tanto.

Abrí la puerta del salón, Romeo estaba sentado en una butaca que no era la suya, está estaba del lado de la ventana. Todas las cortinas estaban cerradas lo cual me ponía nervioso. Me acerqué hacía él apenado y todavía respirando como maniaco por la carrera.

-¿Para qué me querías?- le pregunté con la cabeza agachada.

-Quería verte a solas- me hizo señas para que me acercará un poco más.

-Pues ya me tienes aquí.

-Ya lo sé- me jaló del brazo y me sentó en su regazo- aprovechemos estos…- miro su celular- 7 minutos que tenemos juntos de una buena manera- me sonrojé.

-¿A qué te refieres?- ladeé la cabeza.

-A esto- me miró fijamente a los ojos y unió sus labios con los míos. El choque de estos fue electrizante, las cosquillas en mi estomago eran insoportables y a la vez no quería dejar de sentirlas. El llevo sus manos a mi cuello, ya que al estar en esa posición yo quedaba más alto que el. Nos separamos por la falta de aire, yo me sentía demasiado caliente de la cara y el también se veía un poco rojo- me encanta tu sabor Angi.

-¿G-gracias?

-Me encanta también esa manera en la que no sabes cómo reaccionar a lo que yo te digo o hago.

-E-es q-que…- Me besó. Esta vez yo me aferré a su cabello- Siempre me tomas por sorpresa- dije una vez nos habíamos separado.

-Es que tú me provocas- me dio un beso en la nariz.

-Yo no provoco.

-Claro que sí- sonaba divertido- a cada rato, desde que te conocí lo has hecho como un millón de veces.

-¿Cuándo he hecho algo así?- hice un puchero.

-Siempre, en este preciso momento por ejemplo, con es puchero tan lindo que hiciste, ese día que dormimos juntos con ese estilo tan provocativo que lucías, cuando te emborrachaste y me dijiste que era cómodo y me llamaste Romi- no recordaba eso ultimo.

-¿Romi?

-Ves, lo haces y yo no me puedo controlar, quiero comerte.

-Eso se llama canibalismo Romi- me burlé de él.- y ese día no dormí así porque quisiera, tu lo sugeriste.

-¿Ves? Esa actitud tan rebelde que tienes me vuelve loco, y no voy a dejar pasar todas esa provocaciones.

-¿A qué te refieres?- estaba asustado. Se acercó a mi cuello y me paso su lengua a lo largo de este- ¿Q-que es-estas ha-ha-ciendo?- de repente empezó a chuparme en sólo una zona.-¡Detente!- lo aparte de mí.

-Qué lindo chupetón tienes ahí, ¿Quién te lo hizo?- se burló.

-¿De qué hablas?- estaba espantado.

-Mira- uso su celular como espejo y pude ver el obvio chupetón que tenía, para mi desgracia la playera del uniforme de Educación Física no tenía cuello así que no me podía cubrir. En momentos como esos odiaba haber decidido cortarme el pelo.

-¿Por qué lo hiciste?- estaba un poco molesto.

-Tranquilo, no lo profundicé así que ahorita va a desaparecer- me miró tranquilo.

-¿Estás seguro?- seguía mirándome en el reflejo del celular.

-Sí, y si no pues ¿qué más da? Que sepan que sólo yo puedo hacerte chupetones.

-¿Quién te crees que eres?

-Tu novio- me sonrojé. -¿Quién crees tú que soy?

-Romi- reí burlonamente.

-Hey, luego te quejas de que te hago chupetones.

-Pues si me haces, yo también te hago- lo amenacé.

-Quiero ver eso- sonrío con burla y malicia.

-No te burles de mí.

-Es inevitable, sí tuvieras un novio como tu lo entenderías- agaché la cabeza al momento que sonaba el timbre.

-¿Cómo yo?- sugerí al escuchar el timbre.

-No te ofendas gato, pero, eres muy ummm, cómo decirlo, ingenuo, dan ganas de molestarte.

-Vete a la mierda- lo fulminé con la mirada.

-Oh, ¡Vamos!- trate de levantarme pero me aferró fuerte hacia él.- no te enojes, y no uses esa boquita para decir esas palabras. Mira que hay mejores maneras para darle uso.- me miró con picardía.

-¡Cerdo!

-Gatito, no te enojes, yo me refiero a besos- tomó mi rostro de los cachetes y me hizo voltear verlo para darme un piquito en los labios- siempre que te veo me dan ganas de romperte el hocico a besos- ¿por qué me decía cosas que me hacían caer demasiado rápido.

-¿Cómo puedes decirle esas cosas a un hombre?- sí, me sentía inseguro, sabía y creía completamente en que el amor gay existía, pero era increíble que me estuviera pasando a mí.

-Eso es porque eres el hombre más encantador del mundo, te lo dije en la mañana ¿no? Que tu eras el ser más lindo para mí, con o sin pene, hombre o mujer, no me importa, sólo sé que me haces algo que me vuelve loco, que quiero tenerte en mis brazos todo el día y sí, ¿por qué no? Hacerte el amor- enrojecí por completo- y eso es lo único que importa, no pienses mucho las cosas, gatito, estoy loco por ti.

-Deberíamos salir- no sabía que responder, lo que me había dichi me había dejado sin palabras. …l me miró incrédulo pero rápidamente sonrió como siempre lo hacía- si nos ven aquí encerrados, yo sentado encima de ti y con las cortinas cerradas lo pueden malinterpretar.

-Tienes razón- me paré de encima de él y él se levanto de la butaca- pero para terminar.- se acercó y puso sus manos por detrás de mi cintura, agachó la cabeza y unió sus labios con los míos, yo me aferré a su cabello. Nos fundimos en un beso largo. Nos soltamos una vez que el aire se acabo y fuimos afuera a “platicar”.

Cuando llegó la hora de educación física nos fuimos a cambiar. Mi uniforme era nuevo y como no había tenido la oportunidad de revisarlo porque se me había hecho tarde no me di cuenta de que el short estaba corto. Al final no tuve otra opción más que salir así. Al salir del baño ya no había nadie así que me dirigí a la cancha, vi a los demás y me sentí extrañamente cuando vi a Romeo con su uniforme, la playera le queda bien, pero su short estaba también corto, le marcaba las nalgas y sus piernas se le veían muy bien. Una de las cosas que llamó mi atención fue como se le marcaba su miembro a través de este. Me sacudí la cabeza y no quise pensar en ello, no necesitaba pasar por algo más vergonzoso que un short demasiado corto.

Romeo volteó a verme con una sonrisa, vi como me examinaba de pies a cabeza, primero sonrió con malicia y después frunció el seño.

-Wow, estas bien buena- se burló Beto de mi.

-Uff, me dan ganas de cogerte- me dijo jesus.

-Déjate de tus estupideces, imbécil- lo fulminé con la mirada.

-La gata ya sacó las garras- dijo Ivan.

-Déjenme en paz los dos, si tanto quieren meter su pene en algo, métanselo uno al otro.

-Te lo meto a ti si quieres mami- dijo Jesus.

-Chúpanosla- dijo Ivan.

Les enseñé el dedo de en medio y me fui, el maestro todavía no había llegado si no, no habrían dicho eso.

-Te lo meto cuando quieras.

-Yo también puto.

Volteé a ver a Romeo y tenía una mirada asesina, miraba a Jesús y a Iván con odio, me dio miedo la manera en la que los veía. Cuanto volteo su mirada hacía mí cambió su semblante.

Beto me pasó el brazo por detrás del cuello y empezamos a caminar juntos hacia donde estaban los demás, cuando llegamos me dio una nalgada y se fue con Andy, Romeo enfureció ante esto, al darse cuenta Beto río.

-Tu short está muy corto ¿no crees?- preguntó Romeo.

-También el tuyo.

-Sí, pero ellos no me están mirando como algo para comer.

-¿De qué hablas? Son asquerosos, esos dos imbéciles.

-Te prometo que para la próxima vez que esos dos imbéciles te digan algo como eso, les va a faltar vida para arrepentirse y dile a Beto, que ese trasero es mío- me dio una nalgada el también. Lo fulminé con la mirada pero pareció no darse cuenta- Agh, estoy tan enojado.

-Que sea la última vez que me nalgueas- lo regañé, ahora yo también estaba enojado- no me gustan esas estupideces.

-¿Pero a Alberto no le dijiste nada verdad? Claro son hermanos, pues ¿Qué clase de hermanos?- volteé a ver alrededor para saber si alguien nos veía, pero parecía que todos tenían asuntos más importantes.

-Déjate de estupideces Romeo, Beto es mi amigo de hace más de 4 años- estaba realmente enojado.

-¿Estupideces dices?- se pasó una mano por el cabello- yo te conozco desde que nacimos. Y lo más importante soy tu novio.

-Y eso te da derecho a nalguearme ¿por?- El sarcasmo salía de mi cuerpo como agua en un recipiente que esta por demás lleno.

-Por qué eres mío- se veía desesperado.

-¡Ah caray! No pues, mira que interesante, yo pensé que me había parido mi mamá.

-Sabes qué Ángel , déjalo.

-Sólo no me vuelvas a nalguear sin mi permiso.

-Y ¿Alberto si puede?

-No, el sabe que odio que me haga esas cosas.

-Agh, la culpa la tiene tu short- enarqué una ceja.

-¿Disculpa?

-Tu short te hacer ver deseable- no creía lo que decía.

-Sabes me voy de aquí.

-Espera, Ángel .

-Ya me enojé Romeo, mejor déjame en paz, voy con Beto.

-Sabes, mejor deberías ser novio de Beto.

-Si verdad- más sarcasmo. Me di la vuelta y me fui.

El maestro llegó y nos dijo que para la próxima clase teníamos que interpretar una canción por grupos, después de eso empezó a darnos clase de Educación Física, como era el mismo maestro para las dos materias solía dejarnos tarea y pasar a la otra clase siempre. Como cada vez; nos ponía a correr y a hacer toda clase de ejercicios y al final nos dejaba una hora, siempre y cuando nos quedáramos en la cancha, la mayoría de mis compañeros tanto hombres como mujeres jugaban futbol, yo me sentaba recargado en uno de los pilares que sostenían el techo de la cancha y platicaba con mis amigos o nos íbamos a las gradas cuando el peligro de ser golpeados por un balón era demasiado.

Empezamos con el típico calentamiento, en el transcurso de este, no podía dejar de sentirme incomodo, el short se me subía cuando me agachaba, Romeo estaba detrás de mí y podía sentir su mirada. Después nos pusieron a correr, 5 vueltas a la cancha, seguimos con abdominales, y unas carreras. Siempre me había gustado hacer esa clase de actividad física, ya que en los deportes no era para nada bueno. Una vez acabamos; Ginny, Yo y otras dos compañeros nos fuimos a sentar a las gradas. Al fondo estaban los demás jugando futbol. Tal vez Sel y Gloria no se llevarán pero se unían increíblemente bien cuando jugaban futbol.

Poco después de que llegamos a las gradas, las chicas se fueron a “platicar cosas de mujeres” a un lugar más alejado, yo me quede solo. No paso mucho tiempo hasta que llego Beto a hacerme compañía, junto con Mario, ellos también estaban jugando futbol, pero el balón se había ido lejos así que en lo que los demás lo buscaban ellos fueron hacia mí. En sí no hablaron conmigo, sólo hablaban entre ellos pero estaban sentados uno a cada lado mío. Al poco rato de que se fueron llego Romeo, venía sudado, ya que el también estaba jugando futbol. Se veía realmente atractivo, como el sudor escurría por su cara y su pecho. Me daban ganas de darle un abrazo.

Llego hasta enfrente de mí con las manos en la cintura, yo estaba sentado recargado en la pared con las rodillas dobladas a la altura de mi pecho.

-¿Qué pasa?- pregunté.

-Vine a verte…- se sentó al lado de mí, muy pegado, su cara se veía rara, como si estuviera triste o algo, lo cual me hizo sentirme mal- y a disculparme por lo de hace rato.-sacudí la cabeza preparándome para lo que iba a decir.

-Discúlpame tu a mí, hablaré con  Beto y le diré que ya no haga esas cosas- tenía la cabeza agachada y sentía la cara arder.

-No, para nada- levanté la cara y Romeo me sonreía deslumbrantemente- tienes razón, no porque seamos novios tengo derecho a tocarte.

-Por que somos no-novios debo respetar la relación- dije apenado.

-Hay Ángel - me sonrío- estoy tan feliz que, si no estuviéramos en público te comería a besos.

-Yo ta-también Romeo- se sonrojó.

-Pero insisto, no deberías usar ese short- frunció el seño- me dan ganas de sacarle los ojos a todos los que te ven usando ese short.

-Nadie me ve Romeo,  no seas paranoico.

-Te ves adorable Angi- me miraba con ternura.

-No digas…- sentí un golpe en la cabeza, el cual me derribó e hizo que me golpeara la parte de atrás de esta. Grité. Me dolía mucho la cabeza. Volteé a ver a la derecha y vi un balón, sentí algo caliente saliendo de mi cabeza.

-¡Ange!l ¡Ángel ! ¿¡Ángel  estas bien?! ¡Responde!- la cara de Romeo era de pánico- Tranquilo bebé, vas a estar bien- me acercó a su pecho, su cara de preocupación era increíble.

-Romeo,  me-me duele la cabeza-mi voz salió muy baja.

-Ya, ya, ahorita pasará.

-¿Qué paso?, ¿Ángel  cómo te sientes?- la voz del maestro resonó en mi cabeza. Pude ver a mis compañeros alrededor de mí. Por primera vez me sentía el centro de atención de las personas- ¿puedes caminar?- hice el intento de pararme pero las piernas me temblaban.

-No-dije con dificultad. Me dolía hablar.

El maestro me cargó y me llevo a la enfermería. Pude ver que Romeo se dirigía furioso hacía donde estaban Jesús e Iván.

-Ustedes fueron verdad- les decía con desprecio.

Ellos dos sólo rieron. Pude ver como Romeo tomaba del cuello a Iván y lo lanzaba contra Jesús. Y después de eso me perdí en un sueño completamente profundo.
Notas finales:

Nos leemos! Si no actualizó es porque morí


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).