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Agridulce por Lunatico

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Notas del capitulo:

Here I go again!

Las clases terminaron y me despedí de Romeo, decidí caminar hacía mi casa por el camino corto. Al llegar no había nadie así que me dispuse a lavar mi uniforme y hacer mi tarea, no le entendí nada a la tarea de matemáticas así que la dejé a un lado con la idea de decirle a otro día a Gloria que me la pasara. No podía dejar de pensar en Romeo, había algo de él que me hacía sentir muy bien.

-Déjate de tus tonterías Ángel , el es tu amigo y nada más, recuerda lo que paso el año pasado por enamorarte de tu mejor amiga, así que mejor no eches las cosas a perder, además habíamos jurado que este año seríamos normales- me dije a mí mismo.

Normal. No me consideraba una persona normal, desde que era niño fui excluido de todo, mis primos me catalogaban una persona débil y alguien de quien burlarse, mi familia pensaba que era gay y se burlaban de mi por eso, el hecho de que a mi edad nunca hubiera tenido novia sólo hacía que las burlas aumentaran, aunque claro, ya no eran burlas directas, esta vez eran murmullos, me gustaba leer y me criticaban por eso, me gustaba bailar, cantar y pintar por lo que se burlaban más de mí, todo lo que yo hiciera ellos lo tomaban como una razón más para reírse de mí, eso hacía que yo me sintiera lo menos normal posible, para mí lo normal era ser como ellos, en la escuela me molestaban, me pegaban mis compañeros entre ellos Jesús a quién le tenía miedo, ellos me acosaban todos los días e incluso hubo un tiempo en el que decidí no ir a la escuela más, y también del lado de mis “amigos”, a Ginny le encantaba humillarnos y yo sólo podía tragarme el coraje. Si ser como esas personas era ser normal, yo no quería serlo.

Esos pensamientos siempre terminaban deprimiéndome.

Los días pasaron volando y para el jueves Romeo ya se llevaba con la mayoría de mis amigos, e incluso con Dana, la chica que entro el mismo día que él, de hecho se llevaban de maravilla, no podía dejar de sentirme enojado al verlos juntos, ese día Dana dijo algo que me hizo dudar de muchas cosas.

Estábamos en clase de Ciencias, Estábamos sentados como siempre, había 5 filas de alumnos yo me sentaba en la cuarta, al lado de mi estaba Beto, enfrente de mi estaba Ginny, al lado Selena, enfrente de ella estaba Andy, al lado del estaba Gloria, atrás de Selena estaba Mario y detrás de mí Romeo, quién en ese momento no estaba detrás de mí lo cual me molestaba un poco, siempre (Los últimos tres días) platicábamos, nos contábamos cosas, o nos ayudábamos mutuamente, en ese mismo instante el estaba en la fila de al lado con Dana estaban platicando de lo más felices, a esta le gustaba decir que eran primos, ¿cómo Romeo podía ser primo de esa cosa?

-Pero a ti te gusta Selena, ¿no? Me dijiste eso el otro día.- escuché como Dana le decía eso a Romeo, volteé hacía donde ellos estaban y vi como Romeo miraba a Dana con cara molesta, como si esta hubiera dicho algo que no debía, me pareció que Selena no escucho porque no vi que le tomara mucha importancia, pero yo reaccione de manera distinta. No sabía el porqué de mi enojo, pero tenía dos teorías; la primera era que, Romeo tenía más oportunidad con Selena que yo, ya que él era guapo, alto y más carismático, y la segunda era un poco aterradora; estaba celoso porque a Romeo le gustaba Selena. Quise desechar la segunda opción, lo más seguro era que fuera la primera.

No podía dejar de pensar en lo que había dicho Dana, incluso estaba molesto, y el estar molesto me molestaba, tenía ganas de preguntarle directamente a Romeo, pero no me sentía con la confianza de hacerlo, a demás, a mí qué me importaba si a él le gustaba ella, yo tenía que esforzarme el doble. Dentro de mí sentía que algo no cuadraba, estaba seguro como que el cielo es azul de que me gustaba Selena, pero algo me molestaba, el saber que a Romeo le gustaba ella me enojaba, no quería que ella fuera de nadie ¿o sería al revés? Las cosas estaban saliendo tal como lo había pensado cuando Zuleyma me dijo que le gustaba Romeo, Selena como de costumbre empezaría a andar con él y serían una pareja feliz. Genial. Pero lo que no me dejaba en paz era el motivo por el cual me enojaba, si el que Selena pudiera ser su novia, o el que a Romeo le gustara Selena.

Ese día en el recreo comimos todos juntos, Beto, Gloria, Andy, Mario, Ginny, Zuleyma, Marisol, Romeo y Yo, Selena no estaba porque no se llevaba con Ginny y Gloria ya que en primero de secundaria habían salido mal y pasaron de ser las mejores amigas a ser las rivales más odiadas. Estábamos riendo de las cosas que decía Beto, yo no podía aguantar más tiempo, quería saber la verdad me molestaba el tener la duda, no estaba muy metido en la conversación, más bien estaba enfrascado en mis pensamientos, afuera todos reían y creo que Romeo noto mi ausentismo porque al llegar al salón me pregunto el porqué de este.

-¡Oye! ¿Te pasa algo? Noté que estabas muy ausente hace rato.-Me preguntó Romeo.

-Nada, es sólo que me distraje pensando, es que esta semana empieza una serie que quiero ver, es una serie musical y en los promos se ve que van a cantar Bad Romance, y estaba pensando en que tal se oirá- Mentí. Comencé a cantar Bad Romance, volteé a ver a Romeo quien sólo me sonreía.

-Cantas bonito- me dijo mientras me sonreía. Su sonrisa era odiosamente atractiva. No pude evitar sonrojarme.

-¿lo dices enserio? ¿O te estás burlando?

-Lo digo enserio cantas… Lindo.

Entramos al salón y cada quién regreso a su lugar el estaba sentado detrás de mí, de pronto se acerco demasiado a mi oreja, mi corazón latía demasiado rápido y con mucha fuerza, la piel se me enchino y sentí como sus labios se abrieron y comenzó a cantar con voz seductora.

-No puedo ya disimularlo, no- tragué saliva, puso su mano en mi hombro- te toco y empiezo a temblar, empiezas tu a desnudarte- bajo su mano hasta llegar a mi espalda baja y comenzó a hacer círculos con su mano, yo estaba demasiado nervioso a ese punto- Me miras y me pides más- se acerco más a mi oreja y me lamio esta por detrás, me crispé- sudados los dos perdí el control- estiro el elástico de atrás de mi pantalón- me entrego y sólo sé que te siento- Metió su mano a mi pantalón y me agarro una nalga, enrojecí y lo detuve.

-¡Hey!- lo detuve- y-yo no me llevo así contigo, yo no me llevo así con nadie- le dije mientras volteaba para ver si alguien nos había visto, en efecto todos mis amigos nos habían visto- no me gusta que hagas ese tipo de cosas- le dije aún rojo, en serio no me gustaban esas cosas, cuando veía a mis compañeros jugar a que uno era mujer y el otro se le repegaba me daba asco, era asqueroso, no tenía nada en contra de los homosexuales, pero me molestaba que dos personas que no lo eran hicieran ese tipo de cosas y se sintieran con derecho de juzgarlos.

-Tranquilo- me dijo Romeo sacando su mano de mi pantalón, no me había dado cuenta que esta seguía ahí- quería ver tu reacción- sonrió maliciosamente- fue linda.

-Todos te vieron hacer eso, y no, no fue linda, no me gustan esas cosas- era la primera vez que le hablaba con ese tono de enojo. Por lo regular era una persona muy amable y feliz pero a veces mi tolerancia, la cual no era mucha llegaba a su fin y me daba por gritarle a todos y molestarme por cualquier insignificancia (Incluso yo sabía lo idiota que podía llegar a ser), mi prima solía decir “no hagan enojar a Angi”. No podía decir que estaba en mi limite pero en verdad estaba molesto, más por las reacciones que tuvo mi cuerpo ante sus toques.

-No es cierto nadie vio.

-Sí, si vimos- dijo Mario- que escondido te lo tenias Romeo eres puto, y le andas dando a Ángel - miré a Mario con cara de escepticismo, ¿Por qué tenía el que darme a mí?

-Ya sabes, el es mi novia- dijo Romeo, yo enrojecí yo lo miré aún más molesto.

-Que joto eres- me dijo Beto- y yo que pensé que ya no podías ser más patético- lo mire con odio.

-Romeo, no la hagas enojar que te va a matar, no la conoces enojada- dijo Selena, no podía creer que ella también participara en eso.


-Váyanse a la fregada todos ustedes, déjenme en paz- les dije en tono molesto, señal de que no estaba bromeando con ellos, odiaba que se refirieran a mí como una mujer- Soy HOMBRE que les quede claro hombre, tengo PENE- les dije sonrojado.

Todos se quedaron callados y se empezaron a reír, me sentí la persona más estúpida del mundo, agarre mi mochila y salí del salón trate de parecer indignado pero cuando iba saliendo tropecé y esta vez todo el salón rió de mi. Camine hasta llegar a la parte de atrás de la escuela donde estaba la cancha, me acosté en las gradas, saqué mi celular, me puse los auriculares, subí todo el volumen y me perdí en mis pensamientos mientras escuchaba a Avril Lavigne.

No supe en qué momento me quede dormido, hasta que la maestra de español que me había dado clases el año anterior me despertó.

-Ángel , Ángel , despierta, ya acabaron las clases

-¿¡Eh!?- dije levantándome de prisa- ¿qué hora es?-

-Son las 11, todavía no acaba la cuarta hora, debiste ver tu cara cuando te dije que ya habían acabado las clases- Me molesto el que todos se burlaran de mi- pero qué bueno que te encuentro, justo te iba a buscar a tu salón, necesito pedirte un favor- me dijo mientras buscaba algo en su bolsa.

-Dígame- saco un folder de su bolsa. Yo me reincorporé.

-Como ya sabes, estamos en septiembre y se acerca el 15- me dijo como si no fuera mexicano y no supiera que se festeja ese día, en fin quiero que digas el discurso de la independencia- estiró la mano y me dio el folder- pero tienes que practicar porque lees muy rápido- asentí- bueno me tengo que ir porque tengo clases, entra a tu salón o te reporto- asentí- te encargo mucho eso.

 Vi como se marchaba, me colgué la mochila para irme, pero antes pase al baño a lavarme la cara y me compre un refresco para quitarme el mal sabor de boca, había dormido una hora, a ver si la maestra me dejaba entrar. Justo por esto me molestaba enojarme, siempre me arrepentía de lo que había hecho después, ahora iba a entrar al salón e iba a parecer un idiota sin orgullo, no es como si gozara de un buen orgullo, cuando me pelaba con mis amigos por algo que ellos me habían hecho, siempre era “Yo” quien les empezaba a hablar de nuevo o quien les pedía disculpas, me gustaba pensar que era porque en verdad apreciaba su amistad, pero a veces me daba tristeza y coraje ser siempre yo el que tenía que perder el orgullo, es como si yo no significara nada para ellos, nunca antes nadie se había disculpado conmigo y en verdad me preguntaba qué se sentía que le importarás a alguien tanto como para pedirte una disculpa. Genial ya me había puesto emo y depresivo.


Entre al salón y todos voltearon a verme, la maestra no estaba así que deduje que no había ido a darnos clases, me senté en mi lugar y saqué de nuevo mis audífonos y mi celular, cuando sentí la mano de Romeo tocarme el hombro y sentí a este acercándose a mí.

-Ya no estás enojado- me dijo con precaución en la voz. Sólo volteé la cara -¿eso significa que sí?

-No, no estoy enojado- le dije suavizando mi expresión- sólo que me molesté un poco pero ya se me paso, me quede dormido en la cancha y creo que eso hizo que se me pasara.

-Menos mal que la maestra no vino si no te iban a poner reporte.

-Mph, ¡hey! Sel, oye ¿hiciste la tarea de química? Pásamela, es que no le entendí- dije yo tratando de cortar la plática con Romeo.

-Por tonto, si no por qué, ahí saca la libreta de mi mochila, es una color rosa- el color favorito de Selena era el rosa.

Me dispuse a copiar la tarea mientras Romeo seguía cantando la misma canción que había cantado momentos atrás. Empezaba a odiarla, por alguna razón empecé a cantarla yo también en mi mente. Seguía copiando la tarea, Romeo seguía cantando la misma canción ¿qué acaso no se sabía otra?

-¿Qué no te sabes otra canción?- le pregunté en tono molesto.

-¿Verdad que si estas enojado?- me pregunto mientras me sonreía- y no, no me sé otra, me gusta Wisin y Yandel.

-A mí también me gustan pero empiezo a odiarlos.

-¿Quieres que me calle? ¿O no será que quieres que te haga lo de hace un rato?- me dijo en tono seductor mientras se iba acercando cada vez a mí. Me sonrojé.

-Déjame copiar la tarea, si tú no tienes nada que hacer entonces deja a los demás que hagan sus deberes.

-Está bien pero te molestaré cuando acabes.

-No te atrevas- lo fulmine con la mirada- mira mejor ve con Mario a hablar de mujeres o algo así.

-No digas cosas de las cuales te puedes arrepentir, si le gusta una mujer te va a cambiar, y ahí vas a andar tu de celosa- dijo Beto quien había escuchado la conversación.

-Váyanse a la fregada los dos, déjenme copiar mi tarea- Ellos se salieron del salón y cada uno se fue por su lado, empezaba a creer que no se caían bien, yo me quede copiando la tarea.

Las clases terminaron, la maestra de química nos retuvo hasta las 2 así que cuando salimos, la escuela ya estaba vacía, no había turno vespertino así que por eso estaba sola. Caminamos hacía la cafetería esperando encontrarla abierta, íbamos Beto, Gloria, Ginny, Romeo, Mario y Yo, para nuestra suerte sí estaba abierta compramos un refresco cada uno, Romeo no compro nada porque no tenía dinero, el saber esto hizo que se me oprimiera el corazón.

-Romeo- le hable mientras compraba, el alzo la mirada, estaba viendo los dulces- ¿no quieres algo? Yo invito.

-No como crees- pude ver un lindo sonrojo en su cara que hizo que yo también me sonrojara.

-Anda que no siempre me pongo a invitar cosas.

-No enserio, no quiero nada- me miro con seguridad pero lo ignore.

-Este, deme dos 7up- le dije a la tendera- ¿te gusta el 7up?- le pregunte a Romeo y este asintió- y también deme unas papas adobadas- La señora me despacho y yo le pague, los demás nos esperaban unos metros más delante de donde estábamos Romeo y Yo- compartiremos Papas- le dije a Romeo este asintió.

-¿Por qué se tardaron?- dijo Ginny- Ya es tarde.

-Es que estábamos comprando.

-Si Angi me compro un refresco- dijo Romeo con voz de niño. Yo no quería que se enteraran los demás.

-Miren, también le compra cosas a su marido- dijo Beto burlándose de mi- no te creas Ángel .

-No me importa lo que digas Beto como si fuera…- no termine la frase, unos brazos me envolvieron y sentí como era jalado hacía atrás, sentí el pecho de Romeo en mi espalda y su aroma entrando por mi nariz.

-¿Y que si así fuera? ¿Te pondrías celoso Beto?- dijo Romeo mientras me pegaba más a su cuerpo y miraba con burla a Beto. Yo estaba demasiado rojo como para reaccionar. Beto sólo se sonrojó.

-¿Yo? ¿Celoso de ti? Jajajaja yo no soy puto wey, eso dejalo para ti- dijo Beto burlándose de Romeo. Por alguna razón sus bromas no parecían muy amistosas.

-Jajajajajaja, no digas eso con tanta seguridad wey, ya te veré en unos años de golfita en las esquinas Beto.

-Sólo lo haré si tú me compras guapo- empezó a bromear Beto.

-Yo no compro cosas tan feas.

-Pero estas con Ángel .

-Sí pero el esta bonito y tu no- le sacó la lengua.

Romeo y yo íbamos camino a nuestras casas, la calle estaba sola como siempre, a esa hora del día. La calle era de dos carriles, del lado derecho había un cerro que estaba lleno de arboles y monte, del lado izquierdo había un muro como de 70 cm que te ayudaba a no caerte al barranco. Íbamos caminando por la banqueta yo iba ala izquierda de Romeo, me subí al muro e iba caminando por este, de pronto una rama de un árbol que venía de abajo se interpuso en mi camino, me distraje al quitarla y sentí como mi pie izquierdo se salía del muro y se iba al barranco. Toda mi vida paso en un instante, sentí que moría, no quería morir así, no sin haber amado. Sentí una mano apretando mi mano derecha y como alguien me jalaba. Desperté de mi momento post-muerte tirado en la banqueta al lado de Romeo quien seguía aferrado a mi mano, no pude evitar ponerme rojo. Solté su mano y me levanté despacio, el hizo lo mismo.

-Gracias- le dije- si no hubiera sido por ti no sé que me hubiera pasado…

-¡¿Estás loco?! ¡¿Cómo se te ocurre caminar en el muro?! ¡¿Qué hubiera pasado si no hubiera estado aquí yo  o alguien más?!- se detuvo y me abrazó- ¡No vuelvas a hacer eso! ¡¿Me oyes?! Me espantaste horrible ¡¿cómo le iba a decir a tu mamá que habías muerto?!- por alguna razón el que se hubiera preocupado tanto por mí hizo que en lo más profundo de mi ser reaccionara algo.

-Pero no fue así- dije tranquilizándolo- no pasó nada gracias a ti- estar de esa manera con él me dio una sensación demasiado agradable- esto, deberías soltarme puede pasar alguien e interpretaría mal la situación- le dije tratando de zafarme de su agarre.

-Que piensen lo que quieran, no me importa lo que digan de mi los demás, mientras yo sepa el por qué o la verdad de las cosas todo está bien- sus palabras resonaron en mi mente ¿Por qué yo no podía ser así de maduro? Me soltó y pude volver a respirar normalmente.

-Deberíamos irnos ya van a ser las tres y si mi mamá está en la casa se va a enojar conmigo- dije yo tratando de olvidar lo sucedido hace unos momentos. Asintió.

No tardamos ni dos minutos en llegar a mi casa me despedí con un simple “hasta mañana” y me dispuse a subir .

Mi mamá llego a eso de las 3:30 había traído comida del centro así que la sirvió y fue a meter una carga de ropa a la lavadora y a mí mando a comprar, ya en la tienda algo en mi cabeza me dijo voltea, y así lo hice, vi a un chico alto con un pantalón gris doblado hasta la mitad de la pantorrilla y una playera blanca.

-Romeo- me dije sonriendo. ¿Por qué estaba feliz de verlo? Si apenas hace menos de media hora había estado abrazado de él, ¿por qué justo tenía que recordar el abrazo? La dueña de la tienda me despertó de mis pensamientos, me di la vuelta y empecé a caminar hacia mi casa, en el fondo tenía la esperanza de que Romeo fuera hacia a mí y me abrazara por detrás como cuando salimos de la escuela, pero eso no paso, sin embargo Yo no pude evitar voltear la cara para ver si él seguía ahí, de algún modo el que no se diera cuenta de que yo estaba ahí hizo que me sintiera un poco triste
Notas finales:

Review?


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