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No te conozco pero te amo por Ghost princess Perona

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Notas del capitulo:

Espero que les guste...

“No puedo creerlo, ese tipo… ¡voy a destrozarlo con mis propias manos!” decir que Izuna estaba molesto era el entendimiento del siglo. No paraba de soltar improperios y malas palabras en contra del hombre que lo había esclavizado mientras se cambiaba a toda prisa. Madara esperaba afuera, rogando porque le quedara la ropa que le había prestado. “Nii-san, me queda un poco grande”

“Ya me lo esperaba” suspiró el Uchiha mayor, entrando con el kit de costura. “Déjame arreglarlo para ti” comenzó a remangar la basta. “Sólo un par de puntos por…”

“Nii-san, ¿podrías dejar que actuar como una madre aquí? Me estás avergonzando” dijo el menor con la cara roja al ver cómo unos oficiales se burlaban de él mientras pasaban por delante de la sala donde se estaba cambiando.

“No puedes salir así, ¿qué van a pensar de ti?”

“Lo mismo que todos aquí” el chico se quedó quieto. “Y dime, ¿Cuánto tiempo llevas aquí? ¿Has vuelto a enseñar en alguna parte?”

“Algo… algo así” volteó la cabeza. “Es que no hay muchas vacantes para personas como yo… quiero decir que hayan tenido problemas de drogadicción” añadió rápidamente. “últimamente sólo enseño en las charlas que organiza una ONG a la que pertenezco.”

“Oh… lo siento”

“No es tu culpa… felizmente” comenzó a coser la tela con facilidad. Era reconfortante poder hablarle con familiaridad a su propio hermano, sobre todo por haberle guardado tanto rencor por tanto tiempo. “Sabes, algunas veces me imaginé lo que haría cuando te viera de nuevo. Pensé en darte una bofetada en la cara…”

“Ya lo hiciste, no es necesario repetirlo”

“Déjame terminar” lo picó con una aguja. “Decía, pensé en darte una bofetada primero y luego… luego quizás matarte de una manera muy dolorosa o abrazarte fuerte para que no volvamos a separarnos” terminó con una pierna, pasando a la otra. “Ahora definitivamente será la segunda.”

“Gracias, morir de una manera dolorosa no está en mi lista de cosas que quiero experimentar” Madara dobló la tela, continuando con su trabajo. “¿Y bien? ¿Qué se supone que haces si no puedes enseñar?”

“Trabajo en esa ONG… y hago limpieza en la oficina del fiscal de distrito” Izuna le dedicó una mirada torva. “Mira, las cosas aquí no son fáciles como tú esperarías. Tengo suerte de que Hashirama me consiguiera ese trabajo, algunos de mis ex compañeros de cautiverio rogarían por un trabajo así.”

“Hashirama… qué bien… te llevas muy bien con tu compañero de apartamento. Supongo que es fácil vivir con él siendo tan buenos amigos”

“No es mi compañero de apartamento, es mi novio” el menor apretó los puños. Iba a matar a ese idiota, lentamente… después de que metiera a Danzo tras las rejas. “Espero que no estés planeando nada malo.”

“¿Yo? Claro que no, cómo crees” cruzó los dedos. “Es sólo que no sé cómo voy a encajar en su nidito de amor sin arruinarles la fiesta. ¿Debería empezar a buscar un lugar donde vivir?”

“No, tranquilo, ya hablé con él y eres más que bienvenido ahí” siguió cosiendo la basta de sus pantalones. “Pero más vale que no hagas nada que me haga arrepentirme de acogerte o vas a saber lo malo que puedo ser”

“Claro, nii-san” Izuna sudó. Sabía que cuando su hermano lo amenazaba normalmente daba miedo… al menos a él. “Ojalá me recupere como tú.”

“Lo harás”

“Con esta picazón no lo creo” se frotó los brazos, lo que el Uchiha mayor tomó como un signo de que el síndrome de abstinencia comenzaba. “Necesito…”

“Sé lo que necesitas, pero no lo vas a tener” terminó, dándole un tirón a la ropa. “Vas a venir en este instante a la clínica de rehabilitación a la que fui y vas a tomar el tratamiento. Además te voy a inscribir en el grupo de apoyo para drogadictos al que fui… y voy a vigilarte como un halcón” lo miró seriamente a los ojos. “Si te acercas a un kilómetro de una aguja voy a hacer que sea el peor día de tu vida.”

“Sí, nii-san” salieron del cuarto. Ya era muy tarde, tenía que ir directamente al grupo de apoyo, sus amigos ya estaban esperando. Prueba de eso su teléfono sonó. Vio su bandeja de mensajes antes de irse, Setsuna le estaba avisando de que ya estaban abajo. “Vamos”

“¿Tengo que hacerlo?” preguntó, consciente de que su hermano probablemente les había dicho a esas personas muchas cosas malas sobre él.

“Sí, debes recuperarte, camina” lo tomó de la mano para que no fuera capaz de huir. En la parte de afuera dos chicos los esperaban. Izuna bajó la cabeza cuando ellos se fijaron en él muy interesados. “Hola, perdón por llegar tarde”

“Tranquilo, ya vemos que estuviste ocupado” Setsuna vio al chico frente a ellos. Cambió de idioma a rumano. “¿Quién es tu amigo?”

“Yo también lo hablo” intervino el menor.

“Oh, vaya” Hikaku también cambió de idioma. “¿Quién es? ¿algunos de los chicos recién rescatados de Danzo? ¿Lo llevas a la rehabilitación?”

“Bueno… este es mi hermano Izuna y sí, lo llevo a rehabilitación” ambos se sorprendieron. El chico gruñó, sabiendo que eso pasaría. Sólo llevaba cinco segundos conociéndolos y ya lo odiaban. “Sí, sé lo que les conté sobre él…”

“¿Qué no te vendió?”

“No lo hizo” los dos se miraron. “Verán, lo que realmente pasó es que… Danzo nos llevó a los dos. Me engañó para que odiara a Izuna y a él para que pensara que yo seguía viviendo en Rumania… los dos estábamos aquí, trabajando para él” rodó los ojos. “Recién hoy lo han liberado”

“Sí… ¿tienen algo que me quite este maldito picor?” se frotó los brazos de nuevo, dejándoles en claro a los otros que ya no aguantaba más el síndrome de abstinencia. “Necesito… necesito algo que me ayude.”

“Te darán oxicodona ahí si realmente te es tan difícil, pero lo mejor sería que pararas de tomar drogas inmediatamente.”

“No es que quiera, es que…”

“Sí, lo sabemos, también pasamos por esa etapa” Hikaku se volteó, ansioso por llegar a su destino. Todavía no le gustaba caminar por la ciudad en la noche, lo ponía paranoico. En cada esquina veía a un posible violador, como los que muchas veces había tenido que complacer. “He empezado a trabajar de asistente de editor” confesó en medio del camino. “No es lo que imaginaba cuando me gradué, aunque no está mal.”

“¿Estudiaste en la universidad? ¿Cómo?”

“Niño, estudiaba antes de ser secuestrado por Danzo, lo retomé después de la rehabilitación” respondió el aludido. Siguieron conversando de sus respectivos estudios hasta llegar a la clínica. “Estamos aquí” señaló. “¿Vas a llevarlo con el doctor primero?”

“Sí, mejor que le recete algo antes de que se despelleje los brazos” Madara cogió de los brazos a su hermanito, jalándolo hacia adentro. Los ojos del menor se movían por todas partes, tratando de identificar posibles peligros. “Hola, doctor Sarutobi. Necesito algo para él, se está muriendo de la abstinencia.”

“Como todos” Sasuke los saludó amablemente. A veces trabajaba en esos sitios por razones humanitarias, sobre todo después de la experiencia de sus mejores amigos con el mundo de la prostitución. “¿Qué solías tomar?”

“No sé… cualquier cosa que el proveedor me pudiera vender por lo poco que tenía después de que ese maldito viejo me quitara todo.”

“¿Danzo?”

“Danzo” concedieron los dos. El médico entendió y comenzó a revisar sus gavetas, sacando distintos implementos. “¿Le vas a dar oxicodona?”

“Primero le haré un examen general y un examen sanguíneo para determinar el siguiente curso de acción” les mostró una aguja. “Ahora quédate quieto, esto terminará antes de que te des cuenta…” miró al mayor. “Madara, sujétalo”

 “En seguida”

-Más tarde-

“Gracias al cielo por la oxicodona” dijo Izuna, saliendo de la cafetería con su hermano. Todavía le dolía el brazo por el pinchazo que le dio Sasuke y pasar un tiempo con los amigos de su hermano que hasta hace unos pocos minutos lo creían un maldito tampoco le sentaba bien, así que estaba listo para irse a la cama. “¿Siempre te dejan en tu departamento?”

“Si, siempre. Setsuna y Hikaku viven juntos… o lo hacían hasta que uno se mudó con su novia”

“Es sencillo, cuanto más juntos estemos, más seguro es” el segundo suspiró. “Así son las cosas. Te acostumbrarás, al igual que a muchas cosas.”

“No quiero acostumbrarme” ingresó a la casa, siendo escoltado a su habitación por su nii-san. Una vez dentro se acostó en la cama, tapándose sin siquiera molestarse en cambiarse de ropa. “Buenas noches, dile al idiota que espero no vuelva hasta que Danzo esté en la cárcel.”

“Izuna, sé que no te agrada Hashirama, pero vas a tener que aceptarlo, llevamos saliendo más de un año y es la persona más dulce que pudieras conocer” lo descubrió. “Además tienes que cambiarte de ropa, para dormir se utilizan piyamas.”

“Vaya, no los había tenido desde Rumania” los recibió. A Madara esos le quedaban un poco pequeños por lo que había engordado al recuperarse de su experiencia con Danzo… o más bien vuelto a su figura natural saludable. “Volviendo a ese estúpido, no me cae bien porque no te entiende realmente.”

“Nos entiende más de lo que piensas” el otro estaba a punto de argumentar, pero el mayor le cerró la boca. “En primer lugar, tienes que conocerlo para opinar. En segundo, Hashirama estuvo a punto de volverse una víctima, Danzo violó a uno de sus hermanos y quiso vender a dos de ellos.”

“Ooooohhhh, sus hermanos quizás nos entiendan, quizás deberíamos salir con ellos.”

“Están en protección para testigos” explicó su nii-san. “Aunque quizás los veas en el juicio de Danzo”

“Si es que algo así ocurre, voy a llevarles flores” terminó de cambiarse, echándose en la cama y dejando que su hermano lo arropara. “¿Puedo dormir contigo?”

“Ya no eres un niño”

“Estoy asustado de despertar y ver que todo es un sueño”

“No pasará, tranquilo” le besó la frente. “Y tienes que acostumbrarte a dormir sólo. Es por tu bien” se sentó. “Me quedaré hasta que te duermas.”

“Nii-san, gracias”

-Unos días más tarde-

“Danzo-sama, llegamos con la carga especial” los gorilas llegaron, arrastrando a los chicos. Todos ellos estaban muy asustados, especialmente los más pequeños. “Están fresquecitos, recién salidos del barco.”

“Muy bien” el anciano le abrió la ropa a uno, procediendo con el otro y el siguiente, hasta haberlos desvestido a todos. “Este no tiene buenas tetillas ni una cintura fina, tienen que mejorarlo” señaló, analizando los cuerpos desnudos de cada uno. “Ahora, denles ropa y pónganlos a bailar en el bar”

“¿Bailar en el bar? ¿Qué…?”

“No tienes que saber, querido” le estampó un atuendo tan corto que era casi inexistente al infortunado que habló en el pecho. “Salgan ahí y entretengan a los clientes” chasqueó los dedos. “Asegúrense de anunciar que son lotes nuevos, hay cargos extra por tocarlos”

“Como ordene, jefe” salieron a anunciarlo. Mientras estaban en eso entró la policía, alertados por el infiltrado que tenían en el bar, disfrazado de cliente. El halcón de la guerra trató de escaparse por atrás, pero estaba bloqueado por…

“Alto ahí” Reto le apuntó al hombre, que alzó las manos. “He esperado tanto tiempo para hacer esto” anunció mientras sacaba las esposas de su cinturón. “¿Sabes a cuantos de los chicos que secuestraste tuve que desenterrar? No, porque a la mayoría los quemabas hasta que no quedaba nada de ellos” se las puso alrededor de las muñecas. “¿Te gustó estar en la cima? Ya verás cómo te va en prisión, maldito”

“¿Realmente crees que me vas a detener? Hazlo, cumple tu fantasía por unos segundos. No voy a pasar ni una noche en prisión.”

“Eso ya lo veremos, tengo un par de testigos que te encantará conocer. Después de usted” lo escoltó hacia una patrulla, donde lo esperaban el resto de sus gorilas. Lo llevaron a la comisaría, donde el asistente del fiscal esperaba. Él puso miles de carpetas en la mesa y abrió una, comenzando a leer.

“Hashirama Senju, ya deseaba verte” dijo. Esto no pareció alterar la concentración del menor en su lectura. “¿Qué no me vas a interrogar?”

“Sé que eres demasiado listo como para hablar sin la presencia de tu abogado, así que ni siquiera lo voy a intentar” masajeó su ego, tal y como era su plan. Ese idiota picaría, estaba seguro de ello. “Por eso pensé en usar mejor el tiempo y revisar los antiguos casos que se te atribuyen… no son tantos, tengo que concederte eso” así, sigue masajeando su ego. “Con la cantidad de chicos que tenías trabajando…”

“Bastantes, incluidos esos hermanos…” se calló cuando se dio cuenta de que estaba cayendo en una trampa. “No voy a decir nada hasta ver a mi abogado.”

“Sí, eso mismo dije yo” escogió uno entre todos. “Tienes buen gusto. De hecho estos últimos años he estado viendo a muchos de los chicos que pusiste a trabajar, están muy bien. Hay que reconocer que tienes muy buen ojo para el negocio.”

“Tienes buen ojo, como tu padre. Él siempre venía a… abogado”

“Llámalo, el teléfono está allá” le señaló. “Espero que conozcas a uno bueno que no haya terminado en la cárcel por ser tu cómplice”

-En la casa-

“¿Realmente tengo que hacerlo?”

“Yo me tengo que ir a trabajar, así que la casa es toda tuya” Madara estaba recogiendo sus cosas para salir. Izuna se cruzó de brazos, rodeado de productos de limpieza. Cuando estuvo sólo cogió la aspiradora y empezó a recoger toda la suciedad del suelo. De repente sonó el timbre, alertándolo de que alguien estaba esperando. “Ya voy, ya voy” abrió la puerta. “Mire, no estoy…”

“¿Hola?” un peliblanco bien vestido estaba esperando con un niño pelinegro a su costado. “¿Vive Hashirama Senju aquí? La última vez que lo vi…” se fijó bien en él. “Sabes, por alguna razón me eres muy familiar.”

“Sí, sigue viviendo aquí, yo… vivo aquí por el momento” le estiró la mano. “Soy Izuna Uchiha, por cierto.”

“Tobirama Senju, este es Kagami” le respondió el saludo sin soltar la mano del pequeño. “Puedo… ¿puedo esperar a que llegue adentro? Los de protección a testigos no están nada alegres de que haya venido directamente aquí, el apartamento de mi hermano no es precisamente secreto y hay muchos que quisieran impedirme que dé mi testimonio… eso es” el albino lo miró. “Tú eres el chico que me sacó de ese lugar antes de que Danzo se diera cuenta de que estaba ahí”

“¡Sí!” ahora lo recordaba bien. “Nunca me he alegrado más de sacar a alguien de un problema como ese… gracias a eso ahora soy libre.”

“¿Y qué haces aquí?” el pelinegro levantó una ceja. “No es que no me agrade volverte a ver, es sólo que estás en el apartamento de…”

“Tu hermano sale con el mío” su cara de sorpresa no tenía precio. “Sí, es extraño. Según lo que me han dicho se conocieron hace años en una calle, él le invitó una cena… y salió de ahí queriendo ayudar a los más desfavorecidos y pintando retratos suyos” el peliblando asintió. “Yo también pienso que es raro.”

“Sumamente raro” claro… era demasiado raro. “Entonces… ¿eres uno de los testigos del caso o sólo vives aquí?” el otro volvió a darle una mirada extraña. “Lo siento, es que… llevo un tiempo sin relacionarme con prácticamente nadie que no sea Kagami o un policía” sonrió, sonrojándose. “¿Cuál fue tu experiencia con Danzo?”

“Me cobró una deuda explotando mi cuerpo y robándose a mi hermano porque era más rentable tenernos a los dos trabajando para él que sólo a uno” se cruzó de brazos. “¿Y tú? ¿Qué te hizo para que protección a testigos te tomara bajo su ala?”

“Intentó venderme en una subasta ilegal en París” el niño que estaba a su costado le jaló la ropa. “¿Sí, cariño?”

“Tengo que ir al baño”

“Claro” lo tomó de la mano. “Lo siento, es importante. Todavía tiene dificultades para… bueno, lo entenderás. Él también… tú ya sabes”

“Adelante” Tobirama se fue y el pelinegro se quedó mirando su trasero. No sabía que Hashirama tuviera a esa bomba sexy como hermano. Sólo por eso se ponía mejor la perspectiva de soportar al tonto ese… aunque iba a tomárselo con calma, no quería fallar en el momento crucial. Al regresar del baño habían vasos de refresco frío esperando a sus compañeros. “Me sentí mal por no haberles ofrecido nada, así que les traje esto”

“Gracias, ya tenía sed” tomó un poco de su bebida. “Oye, he caído en cuenta de que no te he agradecido nunca por haberme salvado…”

“Hey, fue un placer”

Notas finales:

¿Qué les pareció? Está acercandose al final... ¿estarán Tobi e Izuna juntos? Review!!


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