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No te conozco pero te amo por Ghost princess Perona

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Notas del capitulo:

Espero que hayan disfrutado de la historia!!!

“El juicio tiene que salir bien” Hashirama comenzó a decirle a sus testigos. Tenía muchos reunidos entre antiguos esclavos de Danzo y malnacidos que sólo querían evitar que los metieran en la cárcel. “De acuerdo, la víctimas más antigua conocida va primero” señaló a Itama, que suspiró, levantándose del sofá. “No te guardes ningún detalle”

“Van a echarle la culpa a papá en mi caso, él me ofreció a ese viejo”

“Querido, papá ya está en la cárcel… igual que nuestro hermano” Tobirama, que tenía a Kagami prácticamente pegado a su cintura, habló desde su esquina de la habitación. “Supongo que se sorprenderá cuando sepa que lo estaba escuchando…”

“Si es que no lo sabe ya” el moreno pasó las páginas. “Gracias a la información que incautamos de su apartamento hemos liberado otros cien almacenes y la Interpol logró intervenir en una subasta de esclavos sexuales clandestina en París” negó con la cabeza. “Parece que nuestro pajarito tenía muy buenas conexiones.”

“¿Tan mal estaba la cosa?”

“Dile eso a los al menos tres hombres dentro de la lista de los cien más ricos del mundo que estaban ahí” Reto dijo, chequeando sus e mails. “Muchos han tenido que dar sus explicaciones a sus esposas cuando salió la noticia.”

“Auch, eso debió doler”

“Sí, sobre todo porque algunas todavía llevaban puestos sus diamantes” temblaron, pensando en lo lucho que debió doler ser golpeado por eso. Bueno, se lo merecían. Siguieron repasando el juicio hasta que llegó el turno de los hermanos Uchiha. Entre su larga lista de víctimas que iban a testificar, ellos eran los que más preocupaban al fiscal, sobre todo por… “Por favor…Por favor… no se les vaya a ocurrir saltar del estrado o algo así para atacarlo” los miró muy seriamente. “¡Lo digo en serio! ¡Ese hombre sabe de las debilidades de cada uno y las explotará! ¡La rabia es suya, así que no vayan a caer!”

“Relájate, si se me ocurriera atacarlo no sería aquí” Izuna habló. Guiñándole el ojo a Madara. Parecía que los dos tenían un plan para sacarse la ira. Hashirama, por alguna razón, estaba temeroso. “Nii-san y yo tenemos nuestros propios planes para él.”

“Sea lo que sea, no quiero saber” el moreno ordenó algunos papeles. “No lo miren a los ojos para nada. Se burlará con ellos para hacerlos enfadar o como lo hacía siempre cuando recogía sus pagas, para decirles que todavía están bajo su poder” se acomodó en su silla, tratando de darles confianza. “Recuerden que son libres y que todo eso quedó atrás.”

“Llevamos siendo libres más de un año, dudo que se nos olvide” Hikaku dijo, aunque sabía que lo más difícil de olvidar eran todos esos años que habían pasado vendiéndose a sí mismos para que esos malditos no los mataran. El miedo… Danzo. Todo iba de regreso a ese hombre.

“Aniya, ¿Kagami en verdad tiene que testificar?” el albino se había sentado, poniendo al niño en su regazo. “No me gustaría que más tarde lo señalaran por… tú ya sabes qué. Quizás el niño no debería…”

“Si quieres que se le condene por todos los cargos, entonces debe hacerlo” el Senju mayor se movió hacia su hermano. “Tranquilo, yo haré el interrogatorio, estará bien en mis manos” le pasó una mano por el pelo al pequeño, que lo miró con un poco de recelo. Le sonrió, haciendo que le devolviera el gesto. “¿Lo ves? Está bien conmigo”

“Sí” Tobirama no estaba muy convencido. En el tiempo que habían estado escondidos juntos él y el niño habían desarrollado un lazo muy fuerte, como si fueran padre e hijo. Se rehusaba a dejar que algo dañara a su ya herido pequeño, manteniéndolo cerca. Y él también disfrutaba de tenerlo cerca. “No sé, yo…”

“Kagami es nuestro testigo estrella, lo necesito, por favor” su hermano ahora había terminado rogando. Genial, no iba a poder vivir con la culpa si no ayudaba a quién los ayudó tanto. Sobre todo cuando sin él su padre los hubiera… ugggg, mejor no pensarlo.

“Mi niñito…” lo miró. Este le devolvió la mirada. Suspiró, cambiando de dialecto. “¿Quieres hacerlo?” él asintió. “¿Sientes que puedes?” asintió. “Está bien, pero recuerda siempre que estaré cerca, ¿sí?” lo abrazó, cosa que este reciprocó. Izuna se les quedó mirando, el albino realmente era adorable en su fase de mamá. “Estaré justo en la entrada”

“Tobi, no es recomendable que…”

“En la entrada” una mirada penetrante del otro hizo que se tragara todas sus palabras. El menor de los hermanos Uchiha sonrió, el albino estaba candente cuando se ponía tan aterrador.

“Si yo hubiera tenido un padre la mitad de bueno, esto no habría pasado” comentó Itama. Usaba un traje negro muy formal, algo que normalmente no se pondría. Era más de usar jeans y camisetas muy ceñidos… aunque últimamente comenzaba a taparse más. Se sentía mejor con su autoestima, además de haber recibido terapia. “Hashi-nii… no tengas piedad”

“No lo planeo” se cruzó de brazos. “No puede quedar libre”

“Claro que no” el fiscal recogió sus documentos, señalándole la puerta. El testigo suspiró, no sabiendo si estaba listo para enfrentarse al hombre que se había prácticamente convertido en un sinónimo del terror mismo para él. Hashirama le dedicó una última mirada a su novio, que le dio un asentimiento, enviándole su confianza. Tras esto los dos desaparecieron para entrar a la sala del juicio.

“Oye, después de esto… ¿te gustaría ir a una cafetería conmigo?” preguntó Izuna a Tobirama. “Conozco un sitio donde venden buen café. Y también sirven leche de vainilla para Kagami”

“¿Qué te parece?” le preguntó al pequeño, que asintió con los ojos. “Claro, vamos”

“Sí” Madara negó con la cabeza, no podía creer que su hermano estuviera usando precisamente ese momento para ligar con un chico. Se quedó sentado, esperando a que le llegara el turno…

“Tranquilo, podrás hacerle frente” Setsuna repentinamente se sentó a su costado, apretando las manos. “Eres más fuerte que yo, y si yo puedo… también tengo mis dudas… pero sé que puedo hacerlo. Lo que ese hombre me hizo no debería poder hacérselo a nadie más y lucharé porque eso no pase.”

“Parece que te has inspirado”

“Recuperar tu vida cuando ya has perdido las esperanzas hace mucho es una gran fuente de inspiración… más si tienes a alguien que te quiere a tu lado” sonrió. “Voy a casarme. Leah y yo nos comprometimos apenas ayer” levantó la cara, radiante. “Sabes, al principio pensé que iba a decirme que no por mi pasado y todo eso, pero…”

“Hey, tú lo dijiste, recuperaste tu vida” el otro pelinegro le recordó. “Además, ella habría tenido que ser una tonta para dejarte escapar”

“¿Y tú y Hashirama? Ya llevan un año juntos, ¿no van a atar el nudo pronto?” su amigo estaba confuso, parece que no sabía cómo eran las cosas en ese país. “Aquí es legal el matrimonio gay, deberías irte planteándotelo”

“No sé, estamos bien por ahora…”

“Sólo piénsalo, casarte no es tan malo” Madara mordió su labio. Apenas y había superado sus traumas, no quería precipitarse. Además, tenía a Izuna a considerar ahora. Él actuaba como si todo estuviera bien, pero lo había escuchado gritar por las noches y rascarse los brazos cuando se le pasaba el efecto de los medicamentos. “Estará bien”

“¿Ehhh?” levantó la vista de nuevo. “¿Izuna? Supongo que sí, pero…”

“No te pongas trabas, él está dando todo de sí mismo para superarlo completamente. De hecho, creo que pronto tendrá más de una razón para dejar atrás a Danzo Shimura, justo como nosotros.”

“¿El hermanito de Hashirama?” los observó, parecían llevarse muy bien. “No lo sé, él es un poco exigente y… no lo sé. Mi hermano puede ser un poco impredecible.”

“Como digas, yo sólo te digo que no te cierres a las opciones. Tú y Hashirama no deberían temer a dar el siguiente paso, están hechos el uno para el otro” sonrió ladino. “¿Todavía sigues modelando para sus dibujos?”

“No” dijo firmemente, poniéndose rojo. Su compañero se tapó la boca para contener la risa. Era prácticamente de conocimiento público que en su tiempo libre el moreno disfrutaba de dibujar a su amante en distintos escenarios. Antes el pelinegro posaba para él, pero desde que intentó exponer en la sala algunos de sus dibujos dejó de hacerlo, avergonzado. Lo que él no sabía era que a pesar de la postura que utilizara el Senju seguían dibujándolo, incluso cuando dormía en la cama.

“Bueno, fue mejor de lo que pensé” el mencionado entró, prácticamente arrastrando a su airado hermano. El menor estaba fuera de sí, por lo que tuvo que ser sentado en el sillón y agarrado hasta que dejó de agitarse. “Gracias por resistir hasta que estuviéramos fuera de la sala del jurado.”

“Te juro que si ese tipo se atreve a presentarse ante mí con esa cara una vez más…”

“No lo hará, acabo de machacar a su abogado ahí afuera” le aseguró Hashirama, soltándolo lentamente. “Y esa actitud no le ha ayudado nada”

“Sí le ha ayudado a algo… ¡a que quiera darle un puñetazo en la cara!” Itama todavía se debatía, pero ya se controlaba mejor. Comenzó a darle de golpes a la pared, sintiéndose muy enojado, tanto que… sí, siempre se había sentido así… antes… “¿Puedes traerme un poco de café? Lo necesito más que nunca”

“Claro, todavía queda un tiempo antes de que el siguiente tenga que testificar” señaló a Setsuna. Entre todos los jóvenes que habían sido rescatados de las mazmorras de la perdición de Danzo, él era el mayor. Y no sólo eso, sino que recordaba a muchos de los que fueron asesinados por ese proxeneta. “Tobi…”

“Ya sé, ya sé, no voy a perder los estribos” pues resulta que era imposible. Cuando fue interrogado Kagami, el albino estuvo a punto de salir disparado hacia el otro abogado. Felizmente fue detenido a tiempo por Izuna, que había tenido la sensatez de seguirlo. Fue cargado, hecho una fiera, de regreso a la sala de espera. “¡suéltame! ¡YO le voy a enseñar a ese lo que significa una relación consentida!”

“Ya cálmate, ¿Qué no ves que esto es lo que quiere?” el pelinegro se las arregló para sentarlo en una de las sillas de madera. “Está lo suficientemente desesperado como para recurrir a esta táctica… si te hace enojar será el final. Lo sabes, ¿verdad? También eres abogado”

“Sí, lo sé… por desgracia” trató de liberar su brazo. “Ya suéltame”

“Sólo si prometes quedarte tranquilo” el Senju asintió, notando la vista del recién devuelto niño en él. No iba a pelearse delante de alguien tan impresionable. “¿Estás bien?”

“Sólo lo estaré cuando ese tipo se pudra tras las rejas” apretó las manos, deseando con todas sus fuerzas que así pasara. El Uchiha se sentó a su lado, pidiendo exactamente lo mismo. Pronto se les unieron otras personas en el sentimiento.

-Afuera-

“¡Atrás!” era la única palabra que podían escuchar los presentes cuando salieron del juzgado… o al menos la única que no se perdía en medio del griterío. La noticia del veredicto de culpabilidad dado a Danzo Shimura había corrido como la pólvora y no sólo en los salones de alta sociedad que el halcón de la guerra solía frecuentar, sino que entre los reporteros locales. Como pirañas, estos descendieron sobre el acusado, prácticamente estampándole la cara con sus micrófonos para obtener un comentario del ahora famoso criminal.

“Tengo que admitirlo, esos son más aterradores que Danzo” Hashirama sonrió, satisfecho por un trabajo bien hecho. Se volteó hacia su novio. “¿Quieres venir a comer conmigo? Tengo que desaparecer antes de que esas pirañas me alcancen.”

“Claro” Madara le tomó de la mano, dejando que se lo llevara. A lo lejos vio cómo su hermanito le ofrecía un café al de Tobirama a pesar de lo reducidos que eran sus fondos. “Parece que has iniciado más de un amor.”

“Eres tú quien los iniciaste… al igual que todo” se sentó delante de él sin dejarlo ir ni un segundo. “Si no te hubieras escapado esa noche, no sé lo que hubiera sido de mí. Seguro que no habría encontrado mi camino” acarició su piel. “Ahora míranos nada más. Izuna ha conseguido un empleo en un taller, Tobirama regresó a salvo, va a adoptar un niño, Itama se ha vengado, va a terapia, Setsuna tiene novia…”

“Tú nos rescataste”

“Sólo porque tú estabas ahí” le dio un beso. “No te conocía, pero te amé” el otro se sonrojó. “Me enamoré a primera vista de ti. Ahora que te conozco” volvió a hacerlo. “Te amo aún más”

“Eres un completo idiota, ¿Quién se deja llevar por un amor a primera vista?”

“Yo” el Senju parecía estar muy hablador, incluso más de lo habitual. “Y no me arrepiento, fue maravilloso… todavía lo es” el mesero llegó en ese momento para pedir la orden. Se retiró después de que ordenaron. “Me van a dar un ascenso en el trabajo” esto sorprendió a Madara, que levantó la cabeza. “Sí, por fin estoy avanzando en mi carrera. Incluso me darán un jugoso aumento.”

“¿Por qué estás tan feliz por un aumento?”

“Porque creo que con él podremos mudarnos a un apartamento más grande” se revolvió un poco incómodo. “Ya sabes, para dejarle a Izuna el que tenemos ahora. Se alegrará, ya lo verás. A cualquier chico de su edad le encantaría un poco de privacidad.”

“Lo dudo” su hermano se había mantenido pegado a él desde que se reconciliaron, todavía inseguro de si debía hacer algo o no. Con todo el problema de Danzo apenas y hacía pequeñas decisiones. “¿Por qué mencionas una mudanza así de repente? ¿Es que acaso no te gustaba el apartamento que tenemos?”

“Claro que no, es que… quiero tener algo de tiempo a solas contigo de nuevo. Y…” sería mejor terminar con esto de una vez. “Tengo algo que preguntarte”

“¿Ah, sí? ¿Qué es?”

“Madara… tú y yo hemos pasado por mucho. A pesar de todo esto, hemos podido encontrarnos el uno al otro” metió su mano en el bolsillo, sacando una cajita de terciopelo. “Por eso… no quiero separarme de ti nunca más” lo abrió delante de él, revelando un hermoso anillo que de seguro había costado más de lo que ganaba en un año. “Madara ¿quieres casarte conmigo?”

“Yo… ¡sí!” se levantó para abrazarlo y dejar que le pusiera el anillo. Cuando se calmaron volvieron a sus asientos. “Por cierto, ¿Cuánto tiempo llevas planeando esto?” exhibió su nuevo accesorio. “Setsuna me dijo que esto era posible aquí, pero jamás pensé que en verdad me lo fueras a pedir.”

“Estaba esperando el momento adecuado” y que se le pasara el miedo, pero no iba a decirlo en voz alta. “Luego en deshacerme de Izuna por un momento” le sonrió. “Ese niño siempre está cuidándote, ¿sabes?”

“Él piensa que tiene que hacerlo para compensarme por habernos metido en problemas en primer lugar” se cruzó de brazos, pero se relajó casi en seguida. Había dejado de lado hace mucho el rencor que sentía hacia su hermano. “Entonces… ¿haz visto algunas propiedades donde podamos mudarnos? ¿Un bonito y espacioso departamentos para unos recién casados? ¿Qué tenga espacio para una oficina?”

“No, tenía que ir contigo… aunque sí contacté a un agente de bienes raíces” le entregó un catálogo. “Podemos verlas más tarde”

“Sí…” se quedó mirando una página. Ese apartamento era simple, pero bien ubicado y espacioso. Le gustaba mucho. “¿Crees que pueda encargar algunas cosas rumanas por catálogo para decorar?”

“Lo que tú quieras, es tu casa también” se besaron. El amor en verdad era algo fabuloso

-Unos meses después-

“Todavía no puedo creer lo que está pasando” Izuna comentó, vestido con su mejor traje a Tobirama, que luchaba por hacer que Kagami no se quitara la chaqueta. El pequeño había mejorado bastante con su lenguaje, pero todavía utilizaba un rumano muy fluido cuando quería que su madre no entendiera sus malas palabras. Por desgracia, tenía al lado un hombre que lo entendía muy bien. “Eh, esa boca”

“¿Esa boca? ¿Qué está diciendo?” el niño bajó la cabeza y se dejó la chaqueta. “¿Kagami? ¿Qué estabas diciendo?”

“No quieres enterarte” iban a conversar más, pero en ese momento entró la pareja feliz, vestida en sus mejores galas para sellar su unión. Todos aplaudieron cuando ambos firmaron el contrato y se besaron. Los hermanos menores fueron los primeros en acercarse a felicitar a los mayores, seguidos de su madre y los Kimura, que se apartaron rápidamente cuando él e Itama se acercaron. Izuna captó la incomodidad inmediatamente. “¿Y? ¿Qué tal te va con tus abuelos?”

“No nos hablamos mucho… creo que de no ser por mamá no lo haríamos” suspiró “No lo malinterpretes, quiero conocerlos y que conozcan a Itama, pero… ellos aún no han digerido que también seamos hijos de ese hombre” bajó la cabeza. “Supongo que podría ser peor, no hemos vuelto a ver a Kawarama desde que lo pusieron tras las rejas.”

“¿De verdad quieres volver a verlo?”

“Es mi hermano” ambos miraron a los mayores, que bailaban muy cerca el uno del otro, con sus frentes chocando y los ojos inmersos el uno en el otro. “Aunque… mi hermano favorito es y siempre será Hashirama”

“Eso sin duda” se quedaron en silencio un momento. “¿Has pensado en vivir juntos?”

“No empieces…” los dos se miraron un poco retadores, para luego reír. “¿Por qué mejor no te vienes a vivir conmigo y Kagami? No es por ofender, pero tu apartamento parece una lata de sardinas.”

“Eso no puedo negarlo”

Notas finales:

Espero que les haya gustado!!! Gracias por su apoyo y todas las reviews que me han mandado, fueron las que me inspiraron a seguir escirbiendo. Estén atentos a mis proximos fics, que todavía tengo muchas ideas!!!


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