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No te conozco pero te amo por Ghost princess Perona

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Notas del capitulo:

Espero que les guste

“Nos hemos estancado un poco en lo de Danzo” Reto suspiró, pasándose una mano por el cabello. “Desde que encontramos el almacén donde tenía a muchas de sus víctimas ha cubierto mejor sus pasos. La única buena noticia es que tus hermanos están a salvo. Protección a Testigos me lo ha asegurado” siguieron observando la red que habían armado. Empezaba con Danzo y terminaba con Butsuma, aparte de eso nada. Demonios, ¿Dónde se habían metido esos canallas? “El niño también está bien”

“Me alegra” Hashirama suspiró. Sabía que como fiscal no debería ver más que el aspecto legal, pero esta investigación era personal para él. Esos malditos se habían llevado a la persona que amaba y ahora amenazaba a sus hermanos. “¿Hikaku tampoco ha dicho nada más?”

“Con la Interpol haciéndose cargo de él creo que no podremos sacarle más. Demonios, esto es una pesadilla” el policía se arañó la cabeza. En eso entró en su oficina una pareja de anciano, la misma con la que el fiscal había coincidido la otra vez, demandando hablar con él. El jefe inmediatamente aceptó, olvidando su reunión con el castaño. El Senju salió y fue directo al escritorio de otro de sus colaboradores. “¿Quiénes son ellos?”

“Son los Kimura” respondió el detective cruzándose de brazos. “Su caso es realmente antiguo, de cuando el jefe no era más que un novato. Nunca llegó a resolverlo y creo que por eso se siente mal” negó con la cabeza. Sabía lo que la mayoría pensaba cuando un caso era así de antiguo, que no iba a resolverse nunca. “Les deja venir para enterarlos de los avances en la investigaciones, aunque son inexistentes desde hace como treinta años” le sonrió de manera pícara. “¿Quieres que te lo cuente? El caso, quiero decir”

“Si deseas...”

“Bueno, pasó así. La noche de su cumpleaños número diez la pequeña Naomi Kimura se fue a dormir tarde, muy cansada. Alguien entró en la casa por la puerta de vidrio que daba al jardín. Utilizó adhesivo para que no se escuchara cuando rompía la ventana y abrió el cerrojo desde el interior. Los padres ni se dieron cuenta, estaban demasiado cansados” puso un dedo en su teclado. “Cuando se despertaron la niña ya no estaba en su cama. Buscaron por toda la casa, pero sólo encontraron evidencias de la intromisión. Llamaron a la policía… pero nadie pudo encontrar al criminal.”

“Vamos, ni que hubiera cometido el crimen perfecto para que no lo encontraran con todos los avances en criminología que ha habido en estas últimas décadas” el policía se encogió de hombros. “¿No han sacado ADN de los vidrios?”

“El cabrón usó guantes, así que ni ADN ni huellas” el fiscal siguió con su lista de pruebas que se podía realizar, pero en cada una aparecía una contramedida. “Tienes que admitirlo, era un maldito muy previsor. Y tuvo que ser muy inteligente… y con una buena educación. Eso sí que debió tener.”

“Al parecer no lo suficiente” Hashirama buscó con la mirada a su amigo, que despedía en esos momentos a los ancianos. “¿Qué creen que pasó con la niña?”

“Nunca la encontraron, a pesar de que la buscaron hasta debajo de las piedras, así que… los inspectores de ese tiempo creían que el secuestrador la violó, la mató y la enterró dentro de las primeras veinticuatro horas del secuestro para evitar que lo encontraran. Había mucho terreno que ha desaparecido por la invasión urbana, así que las pruebas habrán quedado sepultadas bajo alguna casa.”

“No lo sé, parece demasiado esfuerzo para tan poco tiempo con ella” el moreno se adelantó hacia su amigo una vez los señores se hubieron ido. El expediente que tenía en la mano debía haber sido leído y releído miles de veces en muchísimos años, lo mismo que el libro que reposaba sobre el escritorio del jefe de policía. “¿Este caso te obsesiona o algo así?”

“Se ha convertido en una de las razones que me impulsan a seguir a pesar de lo repugnante que puede resultar este trabajo. Saber que he ayudado a familias como esa… que puedo seguir ayudándolos, que puedo darles nuevas esperanzas…” se dejó caer en su asiento. “Kotori Kimura viene todos los días aunque no la traiga su marido. Quiere respuestas, quiere poder abrazar a su pequeña o despedirla como se merece… y yo no puedo darles el cierre que necesitan.”

“Es horrible” Hashirama cogió el archivo y lo abrió. Entre las páginas estaba una foto de la niña hace treinta años. “Ahhh, esos eran los ancianos con los que me topé hace poco” espera. “¿De hace cuanto dices que es?”

“Más de treinta años”

“¿Sabes lo que da grima? Que me parece haberla visto en alguna parte” siguió mirando a la jovencita sonriente… vaya, esa sonrisa lo confundía. Estaba seguro de haber visto esa cara antes, pero no la sonrisa… o muy contadas veces. Además le venían a la mente algunas diferencias. “No sé, quizás era mayor cuando la conocí”

“¿Mayor? ¿Quieres decir que aún puede estar viva?” Reto levantó la cabeza. Había manejado el caso todo este tiempo desde el punto de vista de que debía estar muerta, como su maestro había deducido por lo prolongado de su ausencia. Si estaba viva todo cambiaba. Pero también podía ser un error. “¿La conoces?”

“No puedo asegurarlo” la volvió a guardar en el file y siguió pensando. “¿Tienes los datos del caso del secuaz que arrestamos en la redada? Los necesito para el alegato final del juicio”

“Aquí los tienes” Reto se los entregó, más se quedó pensativo. ¿Podía Naomi Kimura estar vive después de todos estos años? Bueno, habían antecedentes de víctimas de secuestro que reaparecían tras muchísimos años desaparecidas. Mientras él se realizaba una pregunta tras otra, Hashirama salía de la comisaria directo al juzgado. Pronunció un alegato final magistral que ayudó a la condena del criminal. Y como tenía un poco de tiempo libre…

“Bonitos dibujos” alguien le habló por la espalda. Se volteó con desagrado y vio a Kawarama ahí parado con una expresión satisfecha. “Y buena condena conseguiste. Parece que otro malvado irá a la cárcel por mucho tiempo.”

“Hablas como si no te importara” el moreno sabía que así era. Ese hombre no era lo suficientemente importante ni sabía lo suficiente como para ser considerado siquiera una pérdida, por lo que sus superiores lo dejaron sólo. Es más, su padre y su hermano, junto con sus socios, estarían felices por eso. Había sido un chivo expiatorio magnifico. “¿Qué haces aquí?”

“Tenía un pequeño caso de corrupción que arreglar… aunque el tipo era un completo tarado, consiguió que de todas maneras le pusieran una multa.”

“Qué bien, has librado a otro”

“Genial, ¿no? Miles para mí y nada de cárcel para él. Es un trato justo”

“Las víctimas estarían en desacuerdo” Kawarama observó el papel de nuevo. Habían muchas flores y una figura en medio, de cabello muy largo… ¿acaso una chica? Pero no la había visto nunca. “¿Qué quieres conmigo? No me has hablado desde hace mucho.”

“Ahhh, papá quería hacerte una oferta que de seguro te interesaba” dejó su maletín en el piso. “Sabes, se arrepiente de haberte obligado a estudiar derecho. En eso tenías razón, no es precisamente tu vocación ser abogado. Está pensando en abrir nuevas becas, una para alguien que ya tenga otra carrera, pero que se muestre interesado en las ciencias…”

“No era mi vocación… pero ahora estoy muy a gusto siendo fiscal” se levantó, cerrando la libreta. “Sí, todavía me interesa estudiar botánica, pero no voy a hacerlo con dinero manchado de sangre y cosas peores. Tengo principios.”

“¿Sabes cuanto te costaría? ¿Cuánto tardarías en reunir el dinero con tu paupérrimo salario de empleado del estado?”

“Sí, pero quiero tener mi consciencia en paz” se fue sin despedirse, harto de las palabras de su hermano. Sabía que Kawarama era amoral, pero ¿esto? Sin duda su padre estaba empeorando la amoralidad de su hermano con la suya propia.

“Oye, Itama y Tobirama desaparecieron de repente” le gritó el menor desde la lejanía. “Mamá está muy preocupada por ellos, llora todas las noches. Quiere ver a sus pequeños” claro que lloraba, pero no era por la preocupación. “¿Sabes en dónde están? Seguro que eso ayuda a calmarla un poco”

“Sí, claro, como si a ti te importara alguien que no seas tú”

“Oh, por favor, es mi madre”

“¿Y eso cambia algo?” se miraron el uno al otro retadores. “No, no sé donde están. Tampoco tengo un número de contacto o algo así. Lamento no ser de ayuda”

“Qué pena… y yo que pensé que podrías ser de ayuda” se fueron muy molestos el uno con el otro. Kawarama apretó los dientes, había esperado que su hermano le diera algunas pistas sobre los prófugos. Los necesitaban para saldar la deuda con Danzo, esa clase de cosas no eran broma. Suspiró cansado, quizás sería mejor focalizarse en la captura de ese niño que aún seguía escapado. ¿Dónde diablos estaría?

-Más tarde-

“Hola, me preguntaba si Hashirama estaría por aquí, pero parece que me equivoqué” Sasuke entró en el despacho de Reto como si nada. Esto le habría sorprendido hace unos meses, pero después de tratar con el Senju y con el Sarutobi era algo de todos los días. “¿Tiene idea de dónde puede estar?”

“No… pero si lo esperas quizás hasta te lo encuentras” el menor se sentó en una de las sillas de su despacho muy pensativo. “¿Qué tienes?”

“¿Qué? Oh, es que mi novia me acaba de dar la noticia de que está embarazada” contestó el doctor mientras apretaba su maletín entre sus manos. “Me mudaré con ella tan pronto como encuentre un lugar… no sé cómo decírselo.”

“Simplemente dile que a partir de ahora tendrá que pagar él sólo su apartamento, lo entenderá de esa manera”

“No seas…” de repente Sasuke se fijó en la foto que tenía encima de su escritorio. La recogió para mirarla de frente… en verdad la niña se le hacía familiar. A pesar de ser pequeña, con el largo cabello castaño claro y unos ojos verdes hermosos… esperen, Hashirama los tenía iguales a esos. Los había heredado de su madre. Aparte había otra cosa. “¿Qué es eso que lleva alrededor del cuello?”

“Es un collar, obvio” el jefe de policía parecía sorprendido. “Ren Kimura me dijo que su hija jamás se lo quitaba del cuello, ni siquiera para ir a dormir. Cuando ella desapareció también lo hizo el collar.”

“¿Dónde lo compró?”

“No lo compró, lo mandó a hacer” Reto frotó las manos. “El collar es único. Cuando Naomi tenía cinco años fueron todos de vacaciones a Cartagena y ella ganó una esmeralda en un concurso, justo su piedra de nacimiento. Estaba tan feliz que su padre ahorró por un año entero para engastarla en un collar. Según él tenía las palabras “a mi pequeño ángel” grabado en la base de la esmeralda.”

“Vas a creer que me volví loco, pero… he visto un collar justo como este en otra parte” los ojos del policía se abrieron tanto que no podía creerlo. ¿De verdad estaba pasando esto? ¿O sólo eran falsas esperanzas?

“¿Quién lo tiene?”

“Hashirama” en ese momento el mencionado entró por la puerta, cansado y llevando una gran cantidad de expedientes en las manos. Los otros se le quedaron mirando como si hubieran visto un fantasma, lo que lo confundió de sobremanera. Estaba a punto de hablar cuando su compañero de piso le pidió algo. “Entrégame tu collar”

“¿Qué?”

“Tu collar, dámelo” el moreno no entendía, pero de todas maneras se quitó el collar y se lo entregó. Reto se lo arrebató a Sasuke, encendiendo una luz y poniendo a contraluz la esmeralda. En la base una escritura gastada se pudo leer: a mi pequeño ángel. El médico también la pudo apreciar, entonces sí conocía a esa niña. La familiaridad no era una coincidencia. “Este es…”

“No hay ninguna duda” Reto lo estiró sobre la mesa. “¿De dónde demonios sacaste esto? Lo encontraste, lo compraste… ¿Dónde?”

“En ninguna parte, lo heredé de mi madre. Siempre lo ha tenido… o al menos eso es lo que ella me había dicho. ¿Me van a decir qué diablos está pasando aquí?” tras una pequeña explicación el castaño estaba que no se lo podía creer. ¿De verdad? ¿Ese collar pertenecía a una niña que fue secuestrada? “No puede ser… simplemente… no. Mi padre pudo habérselo comprado o… ella pudo haberlo encontrado, pero… mi mamá se llama Namie, no Naomi. Aparte los años y las fechas de nacimiento no coinciden.”

“Hashirama, eso no prueba nada. Tu padre incluso entonces tenía el dinero suficiente para falsificar esos documentos. Además” el Sarutobi levantó un dedo. “Tienes que admitir que tu madre se ve demasiado joven para tener la edad que tú dices que tiene.”

“¿Y? Hay muchas personas que se ven más jóvenes de lo que son” el Senju seguía defendiéndose. No precisamente a su padre, que era más que capaz de hacer algo tan depravado como eso para satisfacer sus caprichos horribles, sino que a su familia. Tenía que creer que en algún momento habían sido felices… que en algún momento había habido amor entre las personas que lo engendraron. “Miren, quizás mi madre conoció a esa niña o se encontró su…”

“Mira, Hashi… no quiero deshacer todas tus ilusiones, pero haya pasado lo que haya pasado, tu madre tiene alguna relación con esa niña. Aparte tu papá…” Sasuke torció el gesto como si pensara en algo desagradable. “Tu hermano dijo, y yo le creo, que tu papá tiene un gusto muy desarrollado por las niñas demasiado jóvenes” todos compartían su expresión asqueada ahora. “Lo más prudente sería asegurarnos de que esa niña no está todavía pidiendo ayuda para que la liberen de su captor.”

“Pero…”

“Dijiste que querías hacer lo mejor para todos, que querías buscar a alguien y liberarlo” Reto lo miró con seriedad. “¿De verdad crees que aquel que amas es al único al que deberías encontrar? ¿Qué esa niña no merece que la ayudes?”

“Bueno, yo…”

“Hashirama, tienes que. Esa pareja también busca a alguien, tal y como tú. Puedes ayudarles a encontrar a esa persona que tanto han tratado de encontrar o al menos a darle un cierre al tormento que han pasado por años.”

“Yo… está bien, pero no quiero molestar a mi madre. Si todo fuera algún error” los tres se quedaron pensativos. “¿Hay alguna manera de hacerlo sin que ella se vea envuelta o… algo así? Indirectamente por así decirlo.”

“Bueno… por suerte la hay” Reto se paró. “Puedo pedirle a Kotori Kimura que me dé una muestra de ADN con una excusa. Si analizamos tu ADN mitocondrial con el de ella y coinciden, entonces significa que estás emparentado con ella por la vía maternal” el Senju asintió, sabía cómo funcionaba esa prueba. “Los dos son adultos y los dos lo habrían autorizado, así que no habría problema” lo miró. “¿Donarías tu ADN?”

“Claro que sí” al día siguiente que la señora Kimura llegó, el jefe de policía le pidió su autorización para tomar una muestra de ADN. Ella lo consintió y ambas se analizaron en busca de alelos en común, ADN mitocondrial y otras cosas. Sasuke Sarutobi llegó más tarde con Hashirama ese día, ansioso por ver los resultados. Cuando lo abrieron no lo podían creer. Kotori Kimura y Hashirama Senju tenían el mismo ADN mitocondrial, además de muchos alelos en común. “Es increíble… pero sólo muestra que somos parientes cercanos”

“Quizás… pero tenemos el ADN de Kotori… y el de su hija del antiguo archivo. Podemos compararlo con el de tu madre si pudiéramos obtenerlo de alguna manera.”

“El problema es que mi madre está demasiado dominada por ese bastardo para hacer nada por sí sola” apretó su teléfono. “Aunque… creo que la dejarían venir si le digo que tengo un mensaje de mis hermanos. Será una oportunidad de oro.”

“Tendremos que aprovecharla bien” Reto lo pensó bien. “Si lo hacemos no sólo podríamos darles un cierre a los Kimura, sino sacar de las calles al segundo del halcón de la guerra.”

“Y lo haremos”

-Al día siguiente-

“Hola, mamá” Hashirama se levantó con una brillante sonrisa. Su madre estaba envuelta en un grueso abrigo de pieles oscuras y portaba unos gruesos anteojos de sol a pesar de que no había sol ni luz, prueba de que escondía algo. Ambos estaban en un café Starbucks, cosa a la que la mujer no estaba acostumbrada. “Te esperaba… aunque fue una sorpresa que vinieras, pensé que no te dejarían.”

“Tu padre… está en el trabajo” contestó ella, diciendo una excusa tonta. Ambos sabían que Butsuma envió espías para poder escuchar cada palabra de su conversación. El moreno se excusó unos minutos y regresó con dos cafés, poniendo uno delante de su madre. “Gracias, cariño” tomó un sorbo “¿Has tenido noticias?”

“Sí, unas cuantas. Tobi e Ita… ellos me dijeron que tenían que desaparecer un tiempo, pero que volverían pronto. Creo que… Tobi está interesado en adoptar un niño o algo así, han ido a sitios donde se puede hacer eso” mintió descaradamente, aunque seguro que el gorila que los seguía y la mujer se lo creían. “De todas maneras, te echan de menos. Quisieran verte, pero al parecer… tienen problemas con papá.”

“De… desearía que todos ustedes se las arreglaran… para… para arreglar todo con… Butsuma” ella tembló al decir ese nombre. Hashirama tuvo que apretar los puños. Sabía lo que ese maldito le hacía a su madre, más tenía que permanecer callado. “Él los… los quiere… es su… su papá y…”

“Mamá, ¿te ha pasado algo en el ojo?” preguntó estirando la mano para quitarle los anteojos. Ella se puso a llorar cuando se los retiró y pudo ver el ojo morado que la última paliza de su marido le dejó. En su llanto tiró su café a medio beber. “¿Quieres otro?”

“S…. sí… por favor” ella trató de coger la taza, pero él fue más rápido.

“Ya lo tiro yo” sin embargo se guardó la tapa con la saliva de su madre. Todavía estaba renuente a creer que su familia estuviera cimentada en el abuso infantil por muy infeliz que fuera su padre, pero de todas maneras debía confirmarlo. Al salir de la cafetería unas horas más tarde se encontró con una persona.

“¿Lo tienes?”

“Por supuesto”

Notas finales:

¿Qué creen que saldrá? Review!!!


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