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No te conozco pero te amo por Ghost princess Perona

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Notas del capitulo:

Espero que les guste...

“Ha sido un muy buen golpe” Reto le mostró el periódico a Hashirama, que había sido recibido con aplausos esa mañana en la oficina del fiscal. “Se ha publicado en todas las primeras planas que Butsuma Senju ha sido arrestado por haber secuestrado y mantenido cautiva a una menor de edad”

“¿No ha salido nada acerca de la trata de blancas?” preguntó el hijo del acusado, pasando la página para ver la noticia al completo. Ahí salía una foto de su madre, ahora identificada como Naomi Kimura y otra de su padre con esposas en las muñecas, encerrado en una jaula. “Me sorprender que alguien no haya metido las narices ahí todavía, si saliera a la luz sería una gran noticia.”

“El trato que le conseguiste a ese bastardo especifica que ninguna de sus actividades ilícitas que no tengan que ver con el secuestro será rebelado a la prensa. Tu padre es un cerdo” le miró con un poco de odio. “Pero ha ayudado más que muchos informantes.”

“Lo odias en serio”

“Naomi Kimura ha sido un caso que realmente me marcó desde que era un joven oficial, el que mi maestro siempre se arrepintió de no poder resolver” suspiró, soltando su cigarrillo. “Ahora que tengo al culpable cerca me da rabia no poder meterlo en la cárcel más tiempo.”

“Míralo por el lado positivo, al menos puedes procesarlo por el caso de secuestro” dejó el conjunto de papeles sobre la mesa. “¿Hay cambios en la investigación?”

“Tu padre suelta migajas… más cada una de ellas nos ha llevado a almacenes importantes donde guardan a menores de edad… lo que me da la impresión de que utilizaba sus privilegios para hacer cosas como mucho reprobables” sacó un archivo de su escritorio. “Hemos liberado a al menos cuatrocientos niños entre cinco y trece años.”

“¿Alguno mayor?”

“¿Todavía conservas la esperanza, eh? Sí, un almacén tenía al menos cien entre quince y dieciocho, ninguno mayor” apartó las espeluznantes fotografías de todos los niños liberados, flacos y famélicos, saliendo de las bodegas que se habían convertido en sus cárceles. “Esta es una lista de clientes frecuentes, uno de los esbirros de Danzo la tenía. Trató de huir, uno de los nuestros le disparó.”

“Debió destruirla en lugar de fugarse con ella” la leyó rápidamente. “¿Han arrestado a ese montón de pervertidos?”

“Fue lo primero que hicimos. Ellos claman inocencia, más hay suficientes pruebas incriminatorias entre la lista y los testimonios de los niños que abusaron para enviarlos por un largo laaaargo tiempo a la cárcel.”

“¿Había cadáveres en los almacenes?” el jefe de policía no contestó, por lo que el fiscal suspiró. “Tú y yo sabemos que es imposible que no mataran a ninguno. Pueden haber sido trasladados al hacerse demasiado mayores, pero si se enferman o quedan incapacitados por un accidente…”

“No hay cuerpos. Según los gorilas de Danzo el maldito cremaba los restos con un horno que pidió con una empresa fantasma y esparce los restos” los dos se quedaron en silencio, incómodos. Ninguno imaginaba a cuantos niños habían perdido de esa manera.

“Su… supongo que no hay nada que hacer” finalmente el fiscal pudo hablar. “Voy a… voy a presionar más a nuestro prisionero favorito para conseguir información acerca del paradero de los almacenes donde guardan a los mayores.”

“De acuer…” de repente uno de los policías de la comisaría entró. “¿Qué pasa?”

“Jefe, un hombre ha llegado hace poco, diciendo que quiere hacer una demanda” su expresión era bastante preocupada. “Debería escucharlo, su historia parece casi irreal, pero tiene pruebas de que puede serlo. Yo no…”

“Está bien, está bien. Tráelo” hizo una seña y el hombre entró. Estaba temblando un poco, aparentemente de miedo, con una vieja caja de herramientas en su mano. “Buenos días, señor. Mi subordinado me ha contado que tiene algo que decirme. Por favor hágalo con toda confianza, si es necesario ocultaremos su identidad.”

“Señor… ¡tiene que hacer algo!” finalmente gritó, tirándose sobre el escritorio y poniendo la caja ahí. “Está… ¡está loco! ¡Y yo no lo sabía, no lo sabía! Por Dios, estaba tan cerca, era mi amigo… creí que lo conocía… ¡pero no! ¡Estaba demente! ¡Tan demente que no puedo siquiera empezar a…!”

“Por favor, cálmese” se levantó para sostenerlo, haciendo que el hombre respirara incluso más rápidamente. “Cuéntenos lo que ha pasado.”

“Bueno… hoy fui a la casa de un amigo de la escuela… siempre hemos sido muy amigos, bebíamos juntos y muchas otras cosas… él es chef, tiene un restaurante muy famoso en el centro de la ciudad” tragó duro. “No estaba en casa. Era la hora del almuerzo, así que no me extrañé. Yo… yo iba a buscar unas herramientas para arreglar una silla. Entré en la casa… él suele olvidar sus llaves, así que tiene una escondida en una maceta… yo me enteré por casualidad…”

“¿Qué pasó después?” preguntó Reto, aún no seguro de por qué todo eso debía concernirles a ellos. Ese hombre había allanado una morada, no era su caso.

“Abrí un armario y me encontré con una caja de herramientas. Pensé que era la suya y me fui… pero una vez en mi casa se me cayó por accidente y se abrió” él sacó el seguro de la caja y reveló un montón de fotografías. “¡Todo eso salió y no podía creerlo! ¡Pero era verdad! ¡Ay, Dios, ¿Cómo pude no darme cuenta antes?!”

“¿Son fotos?” tomó una. En ella salía un joven atado siendo brutalmente violado con lo que parecía una barra de metal delgada. Junto con ella se encontraban muchas más, algunas de otros jóvenes. Sus expresiones de dolor eran tan nítidas y realistas en esos pequeños retratos que ninguno creía que fueran falsificaciones. El mayor sacó una en particular. “No lo puedo creer”

“¿Qué?” preguntó el Senju interesado.

“Es Naka Uchiha, un drogadicto menor de edad que desapareció de su casa hace algún tiempo. Nuestra teoría era que se había escapado de la casa, pero… creo que esto la contradice” bajó la fotografía y se levantó lleno de pesar. “Demonios, en unos días estaría cumpliendo dieciocho años. Ojalá todavía esté vivo… si no jamás me lo perdonaré.”

“¿Van a allanar esa casa?”

“Tenemos suficiente evidencia para asegurar que ese hombre es un peligro” se volteó hacia el fiscal. “Consíguenos una orden, nos prepararemos para irrumpir antes de que ese asesino mate a alguien más.” De repente Reto cayó en cuenta de que no había preguntado una cosa importante. “¿Cuál es el nombre de su amigo?”

“To… Torifu Akamichi”

-En la casa de Torifu, unas horas más tarde-

“Ya es hora, pequeño” el gordo chef acarició la cara del joven que negó con lágrimas en los ojos. Estaba acostumbrado a ser violado y degradado, pero no a ser torturado. Danzo cuidaba bien de sus esclavos en ese sentido. “No… guarda tus lágrimas. Las necesitarás después”

“Po… por favor… no me… no me haga daño” sus ojos seguían soltando gotas de agua. Entonces la barra metálica que el hombre sostenía tocó la piel de su pezón, enviando shocks fuertes de electricidad a través de él a todo su cuerpo. Gritó de dolor, despertando al amiguito del sádico. Este volvió a acercar la barra a otro espacio con piel descubierta, dejando quemaduras y sacudiendo su cuerpo sin cesar, mientras una cámara tomaba fotos automáticamente de la tortura. Setsuna gritaba, pidiendo que se detuviera. El aparato se acercó a sus piernas, dejando huellas en la parte interior de sus muslos y otras partes sumamente dolorosas…

“¡Sí!” el hombre se quitó el pantalón y comenzó a sobarse. No iba a penetrarlo, qué asqueroso, pero su dolor sería suficiente como para hacerlo venirse. “Vamos… grita… gri…”

“¡Alto ahí! ¡Levante las manos!” la policía irrumpió en ese momento en la casa. El hombre tiró su instrumento y levantó las manos, asustado. ¿Tan pronto? ¿Su fantasía se había acabado tan pronto? “Queda arrestado por asesinato y violación.”

“Muy bien, chicos” Reto entró cuando el asesino estuvo esposado. Se dirigió inmediatamente al jovencito en la mesa, que había elegido ese momento para desmayarse. Podía ver las quemaduras en su fina piel blanca. Inmediatamente se puso a trabajar en abrir las correas que lo sujetaban a la mesa. “Llamen a una ambulancia. ¡Pronto!”

“¿Qué sucedió?” preguntó Hashirama, reuniéndose con el jefe en el hospital al que habían trasladado al anónimo herido que habían sacado de la casa del asesino serial. Tenían que tomarle testimonio para el juicio de ese hombre.

“Lo electrocutó muchos veces. Los doctores están con él” respiró hondo. “Todavía no me han dicho si corre o no peligro, pero esas quemaduras…” sacó una cajetilla de cigarros de su bolsillo. “Voy a fumar un rato afuera, dime si hay algún cambio”

“Claro, amigo” el Senju se quedó ahí, esperando por los doctores. De repente uno salió, un amigo de Sasuke que le tenía mucho aprecio. “¿Está bien?”

“Por suerte para él, llegaron a tiempo. Las quemaduras sanarán en su debido momento con el correcto tratamiento, los shocks eléctricos no afectaron nada permanentemente” sin embargo bajó la mirada. “Lo que más me preocupa es el estado mental del joven. Cuando comenzamos a revisar sus partes privadas comenzó a gemir y a agitarse…”

“¿Creen que ha sido víctima de abuso sexual?”

“No lo creemos, sabemos que ha sido víctima de él” apretó su tabla. “Y muchas veces” volvió a consultar sus apuntes. “Mencionó a alguien llamado Danzo…”

“¡Danzo!” el moreno estuvo a punto de caerse al suelo por la sorpresa. “¿En verdad? ¿De verdad mencionó a ese maldito?” el médico asintió un poco asustado. “Es que… aun no es público, pero es un sospechoso en una investigación por trata de blancas que estamos haciendo. Te rogaría discreción en lo que…”

“No se preocupe, no diré una palabra” se revolvió un poco nervioso. “Hemos hecho algunos análisis de sangre para descartar algunas infecciones comunes en los trabajadores de la industria sexual, los resultados deben estar en unos momentos. Le haré llegar una copia de la hoja médica cuando los tenga.”

“Muy bien” sacó su teléfono. “Reto, tuvimos un inesperado golpe de suerte. Nuestra reciente víctima de un sádico sexual resulta ser uno de los esclavos de Danzo” el otro puso grito en el cielo. “Baja la voz, por favor, y ven lo más rápido que puedas. Puede despertar en cualquier momento y quiero estar ahí para interrogarlo” colgó y se coló en la habitación en la que dormía Setsuna. Para pasar el tiempo sacó su cuaderno y comenzó a trabajar en su retrato de la persona que amaba. Estaba tan centrado en eso que no notó cuando el joven abrió los ojos hasta que este se movió. “Qué bueno que despertaste”

“¿Dónde estoy?” preguntó mirando a todas partes. Su pasado le impedía confiar en cualquier persona aunque esta portara un uniforme, así que se encogió en la cama listo para protegerse de cualquier ataque. “¿Quién es usted? Si no me contesta en este momento voy a…”

“Tranquilo, estás en el hospital” eso explicaba el blanco de las paredes y la bata que llevaba puesta en ese momento. “Te trasladaron aquí cuando las autoridades allanaron la casa de ese pervertido que te secuestró” volteó un poco su silla. “Mira… sé que es difícil, pero necesito que me cuentes todo lo que te ha pasado.”

“No hay mucho que decir, ese hombre me subió a su auto y me torturó…”

“Me… me refiero a la prostitución” los ojos del menor se abrieron mucho. No esperaba que se hubieran dado cuenta. “Mencionaste a un tal Danzo cuando los médicos te estaban tratando las heridas...”

“Cualquier cosa que haya dicho, olvídenla”

“Pero…”

“¡Olvídenla!” gritó volteándose, con lágrimas en los ojos. No quería recordar la desgraciada vida que había llevado durante tanto tiempo ahora que por primera vez en años se sentía bien. Desde que un uniformado… se fijó en el fiscal a su lado. Se había quedado callado, con el cuaderno de dibujo en sus rodillas. “Es bonito, ¿me lo enseñas?”

“Sí, claro” se lo pasó de buena gana. El paciente sonrió ante la imagen, se parecía tanto a su buen amigo… lo que lo hizo deprimirse más. Los guardias sin duda se habrían enterado ya de que Madara estaba enfermo. Y eso lo llevaría a la muerte. “Sabes, esta es la persona que me inspiró a tomar un rumbo en la vida” esto lo sorprendió aún más. ¿Era posible que…? “Nos conocimos por accidente… pero nunca pudo olvidarlo. Por él entré a la fiscalía y no pararé hasta que pueda vivir sin miedo.”

“Entonces tenía razón. Realmente lo estás haciendo por él” una sonrisa amarga llenó el rostro de Setsuna. “Maldito Madara y su condenada suerte. Mira que conseguirse a alguien que está tan colado por él que quiere retar a Danzo en persona para liberarlo” apretó las manos. “Él sí que tiene suerte… ojalá ese fuera yo.”

“¿Conoces a Madara?”

“¿Conocerlo? Soy uno de sus amigos más cercanos… y creo que por eso estoy a punto de dejar la envidia de lado” sonrió. “Está en un almacén del distrito norte, junto con muchos otros. Si te das prisa aún estás a tiempo de salvarle la vida.”

“¡¿Qué?!”

“Está enfermo, con mucha fiebre. Y cuando te enfermas así en nuestro pequeño mundo es hora de decir adiós” apretó las sábanas. “Espero que puedas hacerlo” Hashirama sacó su teléfono para gritarle a Reto que no viniera, sino que enviara hombres a todos los almacenes de la zona norte. “Te aconsejaré algo más, cuando lo hayas liberado deja el caso. Por su bien y por el tuyo.”

“No puedo hacerlo” el Senju apretó los brazos. “Ese hombre no sólo ha torturado y utilizado a la persona que amo, él… violó a uno de mis hermanos hace muchos años. Y hace poco trató de llevarse a dos para venderlos a unos pervertidos en París. Apenas pude ponerlos a salvo a tiempo.”

“¡Así que esos eran los lotes exóticos que se le escaparon!” silbó Setsuna divertido. Parecía que el viejo halcón de la guerra había encontrado la horma de su zapato esta vez. Desde el fondo de su corazón deseó que ese fuera el caso, para ya no vivir con miedo del hombre. “¿Qué son? Normalmente los quiere con alguna característica especial…”

“Son albinos”

“¡Albinos! ¡La piel tan blanca es muy cotizada! ¿También son vírgenes?” él no respondió. “Al menos uno debe serlo, ¿tengo razón?” el moreno asintió. “Sí, se vendería bastante bien. Tienes suerte de haberlos podido mandar lejos antes de que Danzo les pusiera las manos encima” sonrió amargamente. “No como a…”

“¿No como a quién?”

“Olvida lo que dije”

“No quiero” el moreno se acercó mucho a él y le tomó las manos, destilando tanta amabilidad que al explotado rumano se le hacía difícil de creer. “Me has ayudado como no tienes idea. Gracias a ti puedo rescatar al amor de mi vida a tiempo. ¡Incluso me has puesto un paso más cerca de meter al violador de mi hermano en la cárcel! Así que por favor, déjame ayudarte” no podía apartar los ojos de esos profundos bosques verdes. “Déjame ayudarte”

“Yo… está bien. Mi nombre es Setsuna Uchiha y…”

-En el depósito-

“Sí… bueno, jefe, es que uno de los chicos está muy enfermo y queremos pedirle permiso para…” el gorila sostenía a Madara del brazo, lo único que mantenía a este lejos del suelo por la fiebre tan alta que tenía. Mentalmente le pedía disculpas a Hashirama por desperdiciar todos los esfuerzos que estaba haciendo por él, pero ya no podía aguantar… “¿Qué simplemente sigamos el protocolo? Gracias, jefe” colgó, metiéndose el celular en el bolsillo y sacando su pistola. “Lo siento, chico, pero tienes muy mala suerte. Al horno vas.”

“No…”

“¡Manos arriba!” la policía entró en ese momento, rodeando a todos los presentes. Los matones soltaron sus armas ante la superioridad numérica y armamentística de los oficiales. Reto entonces ingresó, sintiéndose muy satisfecho de haber allanado ese lugar sin necesitar la ayuda de la información de Butsuma. Por fin sentía que estaba haciendo algo completamente bien.

“Quedan todos detenidos por tráfico de blancas” paseó la mirada. “Estos amables caballeros de ahí les leerán sus derechos y los llevarán a sus nuevas habitaciones… temporales… hasta que les podamos encontrar una celda en la cárcel del condado. ¿Alguna pregunta? Si la tienen guárdenselas” los gorilas no emitieron ni un ruido. “¿Está claro? Bien… ¡llévenselos!”

“Sí, señor” las personas comenzaron a salir. El jefe de policía se arrodilló en frente del joven caído, que apenas se mantenía consciente.

“Tranquilo, pronto estarás a salvo” le tocó la frente. Estaba ardiendo. “¡Llamen una ambulancia!”

-En el hospital-

“¡¿Cómo está?!” Hashirama corrió por los pasillos, llegando justo en el momento en que su amado estaba entrando al ala de cuidados intensivos. Los doctores se arremolinaban a su alrededor, gritando diferentes cosas que los enfermeros traían con el fin de estabilizar al paciente febril.

“Nada bien” Reto le puso una mano en el hombro, tratando de calmarlo. “Lo trajeron lo más rápido que podían, ahora lo importante es bajarle la fiebre” apretó un poco su mano. “Descuida, es un joven muy fuerte. Se recuperará. Tiene una muy buena razón para hacerlo” sonrió con picardía. “Sabes, no dejaba de repetir tu nombre cuando lo estaban trasladando”

“De… de verdad” se puso completamente rojo de la vergüenza.

“¡Pues claro!” siguió, no queriendo desperdiciar una buena oportunidad para burlarse. “Seguro que tus hazañas contra el monstruo ese lo tienen impresionado. Qué suerte, muchacho. Tienes una gran oportunidad con ese chico.”

“Hummm” humo prácticamente salía de sus orejas. Sentía tanta vergüenza… pero al mismo tiempo estaba alegre. Su corazón latía tan rápido… ya quería que el otro se pusiera bien.

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¿Quieren que Mada se recupere? Review!!!


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