-Misaki no es por espantarte, pero el hijo que llevas dentro de ti es heredero del hermano de mi esposo.-dijo Akihito.
- ¿QUE?!! No es cierto ustedes me están mintiendo verdad es ¿solo una broma?
-No Misaki no te estamos mintiendo, te estoy hablando con la verdad.- aclaro el pelirrubio.
- ¡Entonces ustedes son unos Yakuzas!- grito Misaki saltando de la mesa y asustando a los bebes.
-Misaki tranquilo no te pasara nada confía en mi si.- trato de tocarlo.
-Aléjese de mí, Yo le dije que no quería encontrarme con alguien igual a ustedes, me mintió!- grito.
Asami solo veía y escuchaba todo lo que pasa en su hogar, pensar que su medio hermano le hizo eso al pobre chico, todo lo que sufrió y ahora la carga de llevar al heredero de un yakuza italiano, todos los problemas que se vendrían si su hermano se entera que él lo tiene escondido en su casa, no se lo podría imaginar una lucha entre Japón e Italia.
- Misaki créeme no te vamos a hacer nada, mira yo también viví con el miedo de que asami me hiciera algo que yo no quería y lo sé, él es un yakuza pero lo amo sin importar todo lo que me paso lo amo y esa prueba de nuestro amor fue casarnos y el tener a nuestros dos hijos, y te entiendo, se que tienes miedo, por favor Misaki no te pasara nada con nosotros, Mira te lo prometo no te pasara nada te lo prometo ¿sí? .-le dio la mano
Misaki dudaba no podía confiar en nadie.-si le estaba mintiendo y si lo entregan a Leonardo, no eso nunca pasara.- pensó
-Misaki créeme.-hablo Akihito
Asami se levantó de su asiento carga a su hija y se dirige hacia él peli café.
- Confía en nosotros, mi hermano nunca te volver a tocar… ni hoy ni nunca.- sentencio asami
- Mmm...Está bien les creeré.- dijo tímido.- ¿Segura que no dirán nada y ellos no sabrán donde estoy verdad?
-No te preocupes, no diremos nada, nosotros te protegeremos Misaki desde ahora vivirás con nosotros y que te parece trabajar aquí como niñera cuidando de mis hijo obvio te daré tu paga mensual pero no saldrás a la calle solo, pero si quieres salir dime y le diré a uno de mis guardias, ¿Qué te parece?-pregunto Akihito
-Está bien, si así lo desean trabajaré para ustedes.-sonrió
-Bien es hora de terminar de comer, porque se acerca la hora de la siesta de estos pequeñines.-dijo Asami
Y así como lo dijo asami se sentaron en la mesa degustaron sus alimentos, limpiaron la cocina, Akihito le indico su nuevo cuarto a lado de la recamara de los niños, le dijo dónde estaba el baño, salieron y se dirigieron al cuarto de los niños le mostro donde está su ropa los juguetes, pañales el cómo se limpiaban las mamilas como se hacía la fórmula para los bebe, como bañarlos y como cambiarles el pañal.
-Bien Misaki pues eso sería todo lo que te podría enseñar sobre cómo cuidar un bebe aunque faltan otras cosillas sin importancia pero más de rato te las diré.
- Si está bien que descanse.- se despidió.
se dirigió a su cama nueva, se dejó caer en la inmensa cama, el solo pensar que los señores asami lo protegerían y aparte darle el gran trabajo de cuidar a sus hijos no se lo podría creer.
- Gracias mamá por enviarme a unos grandes ángeles.- susurro
Se levantó de su cama, y se dirigió al baño se dio un buen baño con el agua caliente, salió del baño colocándose la ropa que Akihito le había prestado, tomo sus medicinas. Hablo con su bebe por unos minutos contándole las bellas y buenas personas que cuidarían de ellos y sin darse cuenta se quedó dormido.
...........EN UN HOTEL DE JAPÓN............
-¿Como que se escapó idiotas?-grito un muy molesto Leonardo.- Encuéntrelo quiero que me lo traigan pero si no lo encuentran en 12 horas serán hombres muertos escucharon, ¡DIJE ESCUCHARON!- Grito
- Si señor.- salieron de cuarto los dos hombres.
- Así que tuviste la valentía de escaparte de mis manos mi lindo Misaki, pero esa valentía no te durara mucho, te tendré en mis manos cueste lo que cueste.- sentenció y golpeo con fuerza una estante de madera, miro unos papeles que sobresalían de la cama, camino hacia la cama, encontrándose con una hojas con el nombre de Misaki en ellas.
-Así que estas esperando un hijo mío Misaki.- sonrió.- Te voy a encontrar Misaki y jamás te dejare ir.