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El secreto de los angeles por Angel Of Death

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Capitulo 2

 

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Hokkaido, Japón

 

 

Horo-Horo despertó agitado, sentía un leve dolor al costado, miró hacia todas partes, el dolor pronto desapareció.
-  Que raro.- se levanto la camisa para ver si tenía algo, pero no tenía nada, estaba normal, miró a un lado Ren ya se había levantado, suspiro, era cierto Ren había venido a visitarlo, al menos eso pensaba él. No le había preguntado que hacia en Sapporo, pero ya se imaginaba que seguramente estaba haciendo un trabajo de familia, a si que prefirió no hacerle ninguna pregunta. Sería mejor disfrutar estar con él, y dejar de preocuparse por esos sueños y esa tal “lanza del destino”.
-  Eso haré.- exclamo él, fue al baño y bajo en seguida, solo encontró a su hermana.
-  Y Ren.- pregunto él.
-  Esta afuera, dijo que vería los alrededores, le dije si quería que lo acompañará pero me dijo que no.
-  Se podría perder.- dijo Horo.
-  Es Ren… no te preocupes.
-  ¬¬ no me preocupo.- exclamo algo hastiado. Saco un poco de comida y la devoró en un dos por tres.- iré a buscarlo.
-  No irás a trabajar.- le dijo su hermana.
-  Hoy no… mi jefe no va estar.
-  Bien, pero al menos limpia la casa cuando llegues, iré a ver a mis amigas.- dijo ella.- mas vale que lo hagas.
-  Ya lo sé.- n_nU
-  Por cierto Ren ya me dijo que irás al torneo
-  QUE
-  Que bueno que te convenció.- dijo con una sonrisa, Pilika se fue, y Horo suspiro, su hermana no había cambiado, siempre le ordenaba hacer cosas, cada vez era mas estricta con él, le hacia acordar a Anna la prometida de su amigo Yoh, como lo estaría pasando el pobre, pensó Horo-Horo. Bueno pero salió a buscar a Ren, después de todo pasaría con él los días, aunque también tendría que irse con él a la pelea, eso trajo de nuevo los sueños.
-  Hay es mejor que deje de pensar en eso.- se dijo a si mismo.- y salió de la casa.- que le pasa Ren le dijo a mi hermana que volvería al torneo como si yo fuera tan importante, debería haberle dicho que me amenazo.- mascullo él, mientras caminaba.- ese chino, me exaspera, quien se cree para darme órdenes, todo por que viene de una familia de gran alcurnia y toda esa porquería, me da rabia.- gruño de nuevo.- ahora donde se habrá metido, primero me amenaza, y ahora se va y yo tengo que buscarlo… debería dejarlo que se pierda… aunque eso sería muy malo… y yo no quiero ser tan malo ¿o sí? Eso sería pecar… o no… hay… ¡REN DONDE ESTAS!
-  Aquí.- dijo una voz.
-  Eh…- Horo se puso rojo, Ren estaba a unos cuantos metros de él, acaso había escuchado todo lo que había dicho. Si era así estaba en problemas, ya que no trajo sus armas consigo.
-  Con que me dejarías perderme…
-  Ren…
-  Para tu mala suerte no soy tan tonto como tú.- exclamo él.
-  Me estas buscando.- dijo enojado.
-  Y aparte andas diciendo que te amenazo.
-  Bueno… tu dijiste… eso… ayer… y… bueno yo… pensé… que… bueno… con ese tono asustarías a cualquiera.- termino Horo con sus balbuceos,
-  Entonces te asuste… Hoto-Hoto.- Ren se acerco al chico de hielo.
-  Re-Ren… para que te acercas tanto.
-  Acaso me tienes miedo.-
-  No… simplemente no entiendo para que te acercas… tanto… si… bueno… puedo escucharte.- bien horito estaba nervioso, Ren se estaba comportando de una manera muy rara desde ayer, aunque parte de él le gustaba lo que estaba haciendo, pero otra parte le decía que esto no estaba bien
-  Sabes… me gusta ponerte nervioso.- bien nuestro Horo se sentía algo confundido, chocó contra un árbol, Ren estaba encima de él, con una mirada muy sensual, Horo se puso rojo, pero eso es lo que él quería.
-  “pero en que rayos estoy pensando”- se dijo Horo, Ren empezó a acercarse lentamente al rostro de Horo, quien no atinaba a que hacer, estaba dividido, en quitarse a Ren o seguir con lo que sea que estaba haciendo Ren, pero era mas que obvio lo que quería hacer el Tao, solo que Horo es un poco lento para estas cosas.  Estaban ya a escasos centímetros, cuando Horo simplemente lo empujo, recibiendo en ese instante de lleno un ataque que venía hacia Ren, callo al suelo adolorido.
-  Como…- Ren estaba confundido, no había sentido la presencia de ese ataque, ni nada peligroso. Pero Horo si lo había sentido.- ¡Horo-Horo!- grito y se acerco a él.
-  No te preocupes no es nada.- dijo parándose apenas.
-  Quien lanzo ese ataque.- Ren iba a perseguir a quien fuera que daño a Horo. Pero algo le detuvo.
-  No tiene importancia.- dijo la voz de Horo algo débil.
-  Si serás idiota… como que no tiene importancia, por si no sabes ese ataque venía dirigido a mí.- Horo simplemente sonrió. Ren se sonrojo ante el acto del Ainu.
-  Han estado atacando desde hace dos meses, aún no entiendo por que, pero creo que esta vez me tomaron desprevenido, jejejeje- demás esta decir que la risa de Horo era falsa.
-  Tienes problemas.
-  Bueno… no sé… solo empezaron a atacarme, son shamanes, pero no son muy fuertes, por eso se ocultan, pensé que se habían olvidado de mí, ya que hace una semana que no los veo.- dijo Horo.- sabes hasta los empezaba a extrañar.
-  Eres un tipo tan raro.- exclamo Ren. Horo solo se rasco la cabeza.
-  Será mejor que vayamos a mi casa.- dijo levantándose como si nada.
-  No te duele.
-  Eh… ¿Qué cosa?
-  El ataque.
-  No… ya se me paso.- Horo estaba alegre.- bueno vamos.
-  “Como diablos se recupero tan rápido”- pensó el chino, mientras lo seguía. Ahora que recordaba estaba apunto de besar a Horo cuando ese ataque llego, justo en ese instante. Que mala suerte, pensó el chino.
-  Horo-horo.
-  Que pasa.
-  Le dije a tu hermana que ya nos vamos ir a Tokio.- los pasos de Horo se detuvieron.
-  Dime algo… ¿Por qué quieres que regrese al torneo?
-  Por que yo lo ordeno
-  Solo… ¿solo es por eso?
-  Eh
-  No hay otra razón más.- pregunto el Ainu, dejando confundido a Ren. Este se quedo extrañado.- sabes Ren… yo te extrañé mucho.- dijo sin darle la cara, el Tao se quedo sorprendido por las sinceras palabras de su “amigo”.- pero veo que tu no me extrañaste a mí.- antes de que el chino pudiera decir algo, Horo salió corriendo.
-  Espera…!!- pero Ren apenas podía correr tan bien en la nieve, como lo hacia Horo. Muy pronto lo perdió de vista.- “que estúpido soy… por que me quede callado… tonto, Ren eres un tonto, el te dijo que te extrañaba y tu te quedas callado… maldición Ren como puedes ser tan orgulloso”- Ren le pego a un árbol cercano y se encamino hacia la casa de Horo, con los mismo pensamientos atormentándole.

 

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Viena, Austria.

 

Lyserg abrió los ojos lentamente.
-  Joven Lyserg.- llamo Haku preocupado.
-  Que paso?- pregunto el ingles.
-  No lo sabemos… que fue lo que vio.
-  Yo.- Lyserg se levanto del frió suelo, su hada Morphin le miraba preocupadísima.
-  Estoy bien.- dijo tocándose a un costado, y sonrió, dirigió sus ojos verdes hacia arriba, esperando a encontrarse con la misma persona de hace rato, pero no había nada.- ustedes no vieron nada.- Morphin negó con la cabeza al igual que Haku.
-  No amo.- dijo el chico fantasma.- usted…
-  Creo que vi a otro ángel… en realidad todo fue tan confuso.- Lyserg parecía confundido.
-  Será mejo irnos para que descanse, y nos cuento con mas calma.- le aconsejo Haku, cosa que Lyserg no rechazo, los tres salieron del palacio Hafburg.  

 

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Islas Fiji, Suva

 

El pueblo era diminuto, pocos edificios adornaban la hermosa ciudad. Pero cierta persona vivía, y digamos que aquella persona no era muy buena que digamos. Entre sus manos sostenía una fina copa con vino a dentro, la apretó con su mano y esta se quebró enseguida, haciéndose el mismo una herida en la palma de su mano.
-  He esperado casi 1500 años para que esto ocurra, y ellos.- se detuvo, su voz parecía estar cargada de odio y sus ojos azules estaban llenos de ira.- posponen el nacimiento de los Ángeles para otros 500 años más.
-  Señor.- exclamo una mujer, de largo cabello azulado, estaba algo asustada por su tono de voz.- creo que… no nos hará mal esperar otros 500 años más… recuerde que nosotros…
-  Lo se.- observo su mano, tenía todavía la herida, pero esta fue desapareciendo lentamente, y muy pronto su palma quedo igual que antes, no tenía ni siquiera una cicatriz.- somos inmortales… pero aún a si, me causa frustración.
-  A todos nos causa mi señor.- dijo un chico de cabello naranjo.
-  Capper… - le llamo al peli naranja.- diles a los demás que esto se va a posponer.-
-  Enseguida…- en ese instante la puerta de la habitación se abrió estrepitosamente.
-  Amo Sanubi.- un chico de al menos 17 años entro.
-  Que es este escándalo.- le dijo el de ojos azules.
-  Lo siento… pero recibí cierta información que le puede interesar.- le dijo él.
-  Capper… Cliodne… retírense.- el chico de cabellos naranjos y la mujer de cabello azulado salieron sin antes hacer una reverencia.- que pasa…
-  Al parecer mi señor.- dijo el jovencito.- los ángeles han estado recibiendo ciertas señales por parte de su Dios.
-  ¿señales?… explícate.
-  Le están revelando quienes son para protegerse… y hasta podrían liberar su poder antes de que nosotros les encontremos.- exclamo preocupado.- nos engañaron… tal vez los ángeles si se liberen ahora.
-  No se liberarán ahora… yo lo se… pero… no podemos quedarnos con los brazos cruzados, necesito que busques al ángel de la lealtad.
-  Si señor… pero que hay con el ángel de la amabilidad… se supone que ambos…
-  Lo sé… pero recuerda que el ángel de la lealtad tiene mucho mas poder que el otro.- el jovencito salió de inmediato no sin antes hacer una reverencia.
-  No dejaré que esto se salga de control.- sus ojos azul, tenía un brillo frió y de maldad.- el ángel de la amabilidad será mío

 

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Viena, Austria.
 
-  Con que eso paso amo.- le dijo Haku. Lyserg le había contado lo sucedido a su espíritu acompañante, habían salido del palacio y ahora estaban en el hotel. Morphin miraba por la ventana después de haber escuchado la explicación de Lyserg.
-  Creo… no lose.- dijo algo dudoso.- creo que ahora… se como es la lanza de Longinus.
-  ¿sabe hacerla? ¿sabe materializarla?- Lyserg pensó por un momento.
-  Si… las ideas vienen a mí cabeza… al menos eso creo.
-  intentémoslo.- exclamo el fantasma.
-  Pero… no se sí.-
-  Estoy seguro que lo harás bien.- dijo Haku poniendo una de sus manos sobre la de Lyserg, el cual se sonrojo.
-  Bien.- el sol ya se había ocultado y pensó que de noche se podría hacer mejor que de día.- vamos.- los tres salieron afuera, llegaron hasta la parte detrás del hotel, donde no había nadie. Lyserg tenía su péndulo.- Morphin… Haku… solo hagan lo que yo les pida.- ambos espíritus asintieron.- muy bien.- respiro hondo.- aquí vamos.- lanzó su péndulo.- Morphin posesión al péndulo.- en seguida  el hada hizo caso a Lyserg. Su péndulo se devolvió para pasar por delante de él.- Haku, concédeme tu alma.- en ese instante posesionó el espíritu del humano dentro del péndulo.- ahora transfórmate en la Lanza de Longinus.- con ambos espíritus adentro del péndulo, una gran luz brillo, inundado todo el lugar.

 

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Japón, Hokkaido

 

Ren había regresado al hogar de los Usui, se sentó en el sofá, estaba solo, Pilika se había ido mucho antes y Horo-Horo debía estar en cualquier lugar, se fue dejándolo con las palabras en la boca

 

Ese Horo… como se va dejándome a sí… ya verá cuando regrese.

 

Pensó el chino. En ese instante llamaron a la puerta, Ren no sabía si abrir o no, después de todo estaba en casa ajena y tenía un problema que resolver con Horo, pero siguieron tocando, no soporto más y se paro para abrir.
-  Que quieres.- dijo secamente, el chico que estaba tocando era de su edad, vestía ropas tradicionales y tenía el cabello un azul oscuro casi negro, sus ojos tenía un color carmín.
-  Eh… Horo… no esta.- dijo nervioso al ver la mirada asesina de Ren.
-  No esta… quien lo busca.- dijo enojado y algo celoso por decirlo de alguna manera.
-  Eh…
-  ¡Yurei!- grito una voz conocida.
-  Horo-Horo.- exclamo el chico de ojos carmín. Y se dio la vuelta para saludarlo y abrazarlo, cosa que molesto al chino.
-  Que pasa.- dijo preocupado.
-  Paso algo… digamos va a pasar algo… tu hermana no esta no es así.
-  Dijo iba donde sus amigas.
-  Te mintió.
-  ¡QUE! Que diablos hablas… ella…
-  ella fue a interceder por ti… fue a defenderte… al parecer esta convenciendo a los ancianos para que el liderazgo pase a las manos de ella.- Ren escuchaba con atención.
-  Esa  niña esta loca.- exclamo Horo.- ella no sabe nada de esto y… es muy joven para casarse.
-  Disculpa.- Ren se acerco al escuchar lo último.
-  Si… si alguien llega tomar el liderazgo te tienes que casar obligatoriamente con alguien de la misma tribu… por eso que yo… no quería…- dijo agachando la cabeza.- ya que estabas obligado… o la eliges tu mismo o te la eligen por ti.
-  En este caso a Pilika le van a elegir un marido…
-  Eso esta por verse.- dijo Horo-Horo, y salió corriendo.- Yurei el amigo de Horo salió corriendo tras de él, al igual que Ren, quien quería saber que haría el chico peliazul.

 

Siguieron a Horo, hasta llegar a un gran templo estilo oriental, todos sus alrededores estaban cubiertos por la nieve, y los árboles igual.
-  Horo… vas interrumpir la reunión.
-  Ya eso no importa.- dijo enojado, y se metió a dentro.
-  Esto se va poner feo.- exclamo el oji carmín Horo ya adentro, vio como su hermana conversaba con los ancianos del consejo, todos sentados en una larga mesa.- PILIKA.
-  Eh… hermano que haces.
-  Detengan esto.- pidió Horo, Ren y el chico entraron detrás de él.
-  Joven Horo.- exclamaron los ancianos.- sabe que su hermana quiere tomar el mando de líder.
-  Ya me lo contaron.- exclamo frió, Ren se sorprendió por la actitud del chico de hielo.
-  Entonces sabe que ella puede tomar el mando.
-  Es que acaso no entienden… para que siguen haciendo esto… según por lo que sé, antes se elegían a los lideres por la falta de alimentos y la guerra… pero ahora no hay nada de eso.
-  Debemos seguir tradiciones.- dijo un anciano.
-  Hermano déjalo así.
-  No Pilika… no dejaré que arruines tu vida por una tontería.
-  ¿tontería? Tu mejor que nadie… debes saber por que nuestras tradiciones deben mantenerse… tu padre te lo dijo cuando eras niño.- Ren se preguntaba a que se refería.
-  Si… pero ahora esto ya no es importante.- exclamo él algo dolido por la mención de su padre.- ya que… con el tiempo se  fueron olvidando… ya no es necesario.
-  Nosotros pensábamos lo mismo.- exclamo otro anciano levantándose.- cuando tu padre tomo el liderazgo… pero viste que no fue así.- dijo recordando, Horo agachó la cabeza, Yurei igual y también Pilika. Ren seguía sin entender las palabras del anciano.
-  Solo quiero tiempo…
-  ¿tiempo?
-  El torneo de shamanes se reanudará en una semana más.- Ren se sorprendió como él sabía eso y a que venía con eso ¿Acaso aceptaría el puesto de Líder? - y yo necesito ir al torneo y pensaré lo del Liderazgo.- los ancianos se miraron.
-  Muy bien… - cada uno se fue.- esperemos que durante tu ausencia no suceda lo mismo que hace 500 años.- Ren no entendía nada, de nada.
-  Será mejor regresar a casa.- exclamo Horo con una sonrisa hacia Ren.
-  Hermano.- el tono de voz de Pilika era preocupante.
-  No te preocupes… yo me ocuparé de eso.- le dijo para tranquilizarla.

 

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Ren estaba a dentro con Pilika, había regresado a su casa, mientras Horo estaba afuera despidiendo a su amigo Yurei.
-  Quiero saber por que hiciste eso Pilika.- le pregunto Ren, quien no sabía nada, Pilika sonrió.
-  Te estaba dando tiempo.- Ren se sorprendió y no entendió las palabras de la peli azul
-  No te entiendo.
-  Ren… se que te gusta mi hermano.- el Tao se ruborizo ante las palabras de la chica.- y no trates de negarlo… se te nota, la preocupación y esas miradas… además soy mujer y notó esas cosas.- Ren no sabía que decirle a la hermana de Horo.
-  Yo…
-  A Horo ya le tiene decidida una novia si llega a tomar el liderazgo… por eso decidí eso… a mí en cambio no… y tardaría en tomar el Liderazgo, en cambio a mi hermano… se casaría inmediatamente.
-  Te hubieses arruinado la vida por ese tonto.
-  Pues ese “tonto”… es lo mas preciado en tu vida ¿no Ren? – el chino volvió a ruborizarse.
-  No le digas.-
-  No te preocupes… no soy tan tonta… se que debes decírselo tú… además mi hermano a sufrido mucho.- dijo casi en susurro, Ren le iba a preguntar a que venía ese comentario pero en ese instante el peliazul entró
Horo y con una gran sonrisa en su rostro.
-  Hermano que te decía Yurei.  
-  Solo me contaba que mañana se va Japón, por lo del torneo.
-  Era un shaman.- pregunto Ren.
-  Bueno… - dudo Horo.- algo así… sabe usar magia por eso oculta sus poderes espirituales.
-  Y… como sabías que el torneo se va a reanudar en una semana.- dijo Ren curioso. Hori se puso nervioso
-  Bueno yo… como te explico.- exclamo sudando.
-  Me vas contestar…
-  Hay… Ren… solo lo supuse…- en ese instante sonó un sonido, era del oráculo virtual, Ren traía el suyo con consigo, Horo miró el suyo que se encontraba en un repisa, bien arriba.

 

“El torneo se reanudará en 7 días más, deberán reunirse en la ciudad de Tokio”

 

-  Creo que supusiste bien o me estas ocultando algo, Hoto-Hoto.- ¬¬ .Horo rió nerviosamente, al parecer su secreto se estaba descubriendo.

 

 

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-  Que bien.- exclamo Pilika.- Hermano es hora de hacer un duro itinerario para entrenar.
-  QUE- Pilika le paso un pequeño cuaderno. Tenía varios apuntes.- con esto voy a morirme antes de siquiera entrar al torneo.
-  No seas exagerado hermano.- dijo enojada.- aunque yo no este, tendrás que hacerlo.
-  No irás…- dijo exclamo Horo, apunto de estallar de felicidad.
-  Si… me quedaré… , ayudare a mi madre… y a diferencia tuya tengo que estudiar… a si que
-  Que pasa.- pregunto Ren.
-  Ren me harías un favor.
-  Depende ¿Qué es?
-  No te preocupes será algo fácil de hacer… en especial para ti… creo que te gustará.- dijo ella con una sonrisa picarona. Horo no entendía nada.
-   Esta bien… dime.
-  Quiero que mantengas vigilado a mi hermano.- le quito el cuaderno a Horo.- y que veas… mas bien que lo obligues hacer todo esto.
-  ¡QUE!- grito Horo-Horo.- “no creo que Ren acepte”- pensó feliz Horo nOn
-  Esta bien.-
-  “¡que!”- el pobre de Horito cayo hacia a tras cuando Ren acepto, el pensaba que lo iba a rechazar. Mientras Ren veía el libro cuidadosamente.
-  Bien esta todo listo.- dijo Pilika.- mañana prepararé algo delicioso, ya que se irán no es así.
-  Así es.- dijo Ren cerrando el cuaderno.
-  Bien… vuelvo enseguida.- la hermana de Horo se fue mientras el seguía tirado en el suelo.
-  No pensarás en serio… hacerle caso a mi hermana.- a Ren se le dibujo una sonrisa, pero una de esas sonrisas que dan miedo, a parte sus ojos decían todo, Horito tragó saliva.
-  “lo que me espera”- pensó el T-T. Ren se levanto y miró a Horo.
-  T-T
-  Horo…
-  T-T
-  Horo
-  T-T
-  DEJA YA DE HACER ESO
-  nOn lo siento jejejejejeje.
-  Dime algo… en verdad me extrañabas…
-  Eh.-
-  Lo que me dijiste esta mañana… quiero saberlo.- la sonrisa de Horo se desvaneció.
-  Yo… yo… sí.- dijo algo apenado.- si… y mucho… pero eso ya no impor…- pero no fue capaz de seguir hablando, ya que sus labios fueron atrapados por otros, impidiéndole hablar. El joven de hielo estaba sorprendido y ruborizado por la acción del chino, el beso fue sumamente tierno y corto, pero aunque halla sido corto parecía que Ren con ese beso, le decía todo, le decía que el lo había extrañado mucho,
Una sonrisa se dibujo en su rostro la verlo tan confundido y ruborizado, aunque parece que el también lo estaba
-  No digas que ya no importa.- le dijo en tono de orden.- iré a dar un paseo.- simplemente se fue, dejando a un confundido Horo parado ahí como si nada, la puerta se cerro, Ren había salido y Horo aún no reaccionaba, se quedo en blanco. Aaaaaaah!!!!!! Hasta que por fin se movió, pero para caer en el suelo.
-  Debo estar soñando.- se dijo así mismo cuando se levanto.- Ren acaba de besarme.- llevo sus dedos temblorosos a sus labios, aún podía sentir la presión de sus labios sobre los suyos. Aquella sensación cuando lo beso. Sonrió, tal vez Ren no lo diría con las palabras pero puedo entenderlo (aunque no lo crean ¬¬) el si lo había extrañado, este pensamiento lleno de gozo el corazón del chico.

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