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Cuando Solo Falta Uno por DanyNeko

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— ¿Cómo estuvo su clase de deportes de hoy? —Yugi le preguntó amablemente a Tea mientras todo el grupo se dirigía a la salida de la escuela, al final de la jornada.

La castaña iba soltándose la pequeña coleta del pelo, agitando levemente la cabeza para que sus cortos mechones se acomodaran por sí solos —ha sido agradable, la profesora nos ha dejado quince minutos al final de la clase para hacer lo que queramos, incluso nos dejó tener música siempre que mantuviéramos un volumen moderado —parloteó la chica, guardando la liga de su pelo en el bolsillo exterior de su mochila.

El tricolor se mordió el labio inferior para contener un puchero —la profesora de deportes de las chicas parece muchísimo más agradable —Yami, quien caminaba a su lado, llevando la maleta de su aibou, sonrió al ver le intento de mohín del oji-amatista.

—Comparado con Karita-sensei, cualquiera parece agradable, Yugi —bromeó la bailarina —pero sí, ella lo es —se encogió de hombros con una sonrisa, mientras pisaba la acera fuera del colegio.

Ryou, quien caminaba abrazado a la cintura de Bakura, con el brazo de este sobre sus hombros y conversando con Duke sobre la nueva canción de un dúo musical que a ambos les gustaba, detuvo su paso cuando todos estuvieron en fuera.

—Entonces ¿nos vemos allá en dos horas? —cuestionó con su dulce sonrisa, su cabeza reposó en el hombro de su pareja, sobre la tela de la bufanda que Bakura llevaba.

Joey asintió, acomodándose su propia bufanda amarilla — ¡Claro! Yo también había estado queriendo ir desde hace unos días.

—Nos vemos en la entrada principal entonces —concordó Duke, listo para irse.

Joey, Duke, Tristán y Tea se despidieron, dejando a las dos parejas.

—Tuviste una buena idea, a los chicos les gustó —alabó Yugi a su amigo, sintiendo a Yami pasar un brazo por su cintura.

Ryou sonrió entusiasta —es que le están haciendo mucha publicidad a ese nuevo centro comercial ¡Dicen que el salón de juegos es dos veces más grande que la Arcade del centro! —el pequeño albino se puso en puntillas tres veces, como dando saltitos de emoción.

Yugi soltó una risilla, a la par de Bakura, por la reacción del oji-verde — ¿Vamos entonces por Malik?

.

Cuando Yugi mencionó su nombre, Malik reaccionó, dándose cuenta de que sus amigos por fin habían terminado las clases.

El egipcio, después del pequeño momento de espionaje, se había salido del área de la escuela y se había subido a un árbol, recostándose entre las ramas a esperar.
Sonrió y se apresuró a bajar del árbol para reunirse con ellos.

— ¡Yugi, Ryou!

Los dos aludidos se voltearon al oír sus nombres y se separaron del agarre de sus parejas para dirigirse al pelicenizo.

— ¿Malik? —Yugi parpadeó sorprendido.

— ¡Malik! —a diferencia del tricolor, Ryou se dirigió de inmediato al egipcio para saludarlo con un abrazo.

El egipcio soltó una risilla, contento con el gesto del dulce albino e ignoró el gruñido ahogado -que, casi con total seguridad, provenía de Bakura- en favor de abrazar a su amigo de vuelta.

— ¿Hace cuánto estás por aquí?

— ¡Justo íbamos a por ti!

Malik parpadeó, tomándose unos segundos para distinguir quién había dicho qué, a pesar de que Yugi estaba a dos pasos de distancia y Ryou seguía abrazándolo.

—Diría que, al menos, una hora —contestó primero a Yugi — ¿por mí? ¿Iban a verme? —preguntó ahora a Ryou, disolviendo el abrazo para colocar, distraídamente, solo un brazo alrededor de su torso y ladeando la cabeza con inocente curiosidad.

Ryou asintió dos veces antes de detenerse en seco por un escalofrío que le recorrió el cuerpo y lo hizo tensarse. Malik lo notó por efecto inmediato; miró a Ryou con curiosidad y una pequeña sonrisa apenas disimulada en sus labios.

—Sí, tenemos que decirte algo —Yugi se calló de golpe, víctima del mismo escalofrío que Ryou.

La sonrisa de Malik se hizo más grande, los yamis ni cuenta se dieron por estar pendientes de sus respectivas luces. Se mordió el labio inferior, con la anticipación burbujeándole el estómago; ya quería ver sus reacciones — ¿podemos ir a otro lugar? —Ryou no pudo evitar tensarse, incluso sonrojarse levemente cuando Malik le preguntó eso al oído, por lo que el egipcio finalmente lo soltó para evitar desatar más la ira del ex-ladrón de tumbas —yo también tengo algo importante que decirles.

—Etto… —Ryou intercambió una mirada con Yugi antes de afirmar —sí ¿vamos al parque?

Malik aceptó, con un asentimiento de cabeza —vamos —accedió.

.

Bakura se sentó sobre una de las mesas de picnic en el parque, colocando a Ryou inmediatamente sobre su regazo. El albino se removió con incomodidad de mostrarse tan íntimos frente a sus amigos -más que nada, frente a Malik- pero el egipcio no le tomó la mayor importancia más que para dejar escapar una sonrisa anhelante.

Yugi le ofreció una sonrisa apenada, sentado al lado de Yami y con sus manos entrelazadas —debimos preguntarte antes, pero ¿estás ocupado el resto de la tarde?

Malik parpadeó tres veces, enfocando su atención en el menor de los tricolores —no realmente ¿por?

—Invitamos a los demás a reunirnos en dos horas, en un nuevo centro comercial —explicó Ryou, resignado a que su pareja no lo dejara ir y, por lo tanto, con un ligero y adorable sonrojo en sus mejillas —teníamos la intención de prepararte una bienvenida más… privada y calma, a falta de mejores adjetivos —movió sus manos según hablaba —pero dadas las circunstancia… —compartieron una sonrisa, sabiendo que se referían a su llegada sorpresa.

— ¿Te gustaría venir con nosotros? —concluyó Yugi.

— ¡Yo encantado! —aceptó con una dulce sonrisa.

Ryou dio una palmada — ¡Perfecto! —Malik acomodó la mochila que llevaba sobre sus piernas, para sacar algo — ¿y qué era eso importante que querías decirnos?

—Primero, aquí tienes —el egipcio sacó el antiguo tomo que Ryou le había prestado y se lo ofreció —gracias.

El oji-verde tomó el libro en sus manos, dándole una sonrisa — ¿te lo has leído todo ya?

Malik se ruborizó y mordió su labio inferior —sí, digamos que… ¿me absorbió la lectura? —ofreció dudoso —me lo leí casi del tirón.

Yugi y Ryou soltaron unas risillas. Lo comprendían.

—Kura —Ryou se volteó hacia su oscuridad para pedirle la mochila y guardar el libro. El mayor, sin embargo, acercó su mano derecha a las de su luz, tocando con los dedos medio y anular la tapa del tomo antes de girar la mano hacia arriba; inmediatamente el libro se desintegro, siendo teletransportado a la casa de ambos.

—Listo, en casa —explicó sencillamente, regresando su brazo alrededor del cuerpo de Ryou. El aludido le dedicó un beso en la mejilla en agradecimiento antes de volver su atención al hikari egipcio.

Pero, a Ryou y Yugi les llamó rápidamente la atención la cajita que el egipcio sacó luego de la mochila.
Volvieron a sufrir un escalofrío.
¿Qué traía Mali ahí?

Sin saber muy bien por qué, Bakura y Yami -quienes se habían mantenido en silencio casi todo el rato, dejando a sus luces interactuar- se tensaron en alerta, entrecerrando sus ojos en la caja que reposaba en las manos del extranjero.

El faraón apretó inconscientemente la mano de su aibou y Bakura presionó más a Ryou contra su cuerpo.

—Tengo algo para ustedes —Malik abrió la caja con cuidado mostrando los artículos del milenio y sorprendiendo a los dos pares.

—Mi... el rompecabezas —reaccionó primero el tricolor oji-amatista, mirando sorprendido la caja mientras se separaba de su yami, quien se mantenía en shock sin poder creer lo que sus ojos veían.

—No puede ser —atinó a susurrar el faraón, sin moverse de donde estaba, aun cuando el calor de la mano de Yugi dejó la suya.

—Pero… ¿Cómo? —preguntó ahora Ryou, librándose también del contacto de su pareja -lo cual fue posible únicamente porque Bakura estaba igual de sorprendido que Yami- para acercarse a Malik, al igual que su amigo tricolor.

Ambas luces tomaron sus artículos con cuidado, como si estos fueran a desaparecer al tacto, y no pudieron evitar sonreír con cariño al sentir el peso familiar en sus manos. Eran como niños encontrando ese juguete que tanto querían y que creían perdido.

Bakura no podía ni parpadear ante la sorpresa, incluso cuando sintió a su luz separarse de él, no pudo ni moverse debido al shock que le provocó el ver la sortija. El corazón, el estómago, o lo que fuera dentro de él, se revolvió como si cientos de murciélagos revolotearan ahí. Heridas viejas escociendo. No eran sensaciones agradables.

Yami simplemente sintió incomodidad, representándose como un vuelco en el estómago.

Malik estaba sonriendo al ver la felicidad de sus amigos, gracias a su entrega, sin embargo un furioso escalofrío de alerta lo hizo voltear directamente hacia Bakura, cuya magia oscura empezaba descontrolarse.

—Ba-Bakura, Faraón… ¿se encuentran bien? —preguntó tímidamente, atrayendo la atención de sus amigos hacia sus parejas.

— ¿Yami? —el ex-monarca se espabiló ante el llamado de su luz, sacudiendo la cabeza ligeramente antes de volver la mirada a Bakura, sintiendo la misma alerta de Malik.

—Bakura ¿Qué tienes? —Ryou lo miró preocupado, apretando su sortija con ambas manos.

Yami fue a colocar una mano sobre el hombro de Bakura, al ver que este no respondía ni al llamado de su pareja, pero el albino le rechazó con un movimiento brusco —no me toques —gruñó y se llevó ambas manos a la cabeza, enterrándose los dedos entre el pelo con fuerza —¡Y aleja esa cosa de mí! —exclamó al ver que su luz daba dos pasos hacia él.

Ryou se sintió herido, aunque el rechazo de su novio no era directamente para él, sin embargo ¿Significaba eso que tendría que dejar su sortija? Obviamente la quería de vuelta, pero si hacía daño a Bakura…

—Pensé que lo habías superado —le espetó Yami, luego de notar la reacción del hikari albino —sus almas ya no se encuentran en los artículos y tú lo sabes mejor que nadie.

Bakura parpadeó rápidamente, recordando.
Con rapidez pasaron, por su cabeza, momentos luego de que él y Atemu se establecieran en ese limbo que habían llamado ‘el mundo de sus memorias’. Las personas de su aldea rodeándolo, las mujeres aplaudiendo, los hombres palmeándole la espalda o revolviéndole el cabello… su madre abrazándolo y sollozando con una sonrisa.
Todas las personas que habían sido parte de su infancia, agradeciéndole por luchar siempre en su nombre… y perdonándolo por haberse dejado engañar por Zorc.

Los ojos de Bakura se empañaron antes los recuerdos. Incapaz -por primera vez en mucho tiempo- de contener sus lágrimas, el ex-ladrón agachó la cabeza, para ocultar esa ‘patética’ vista de los que lo rodeaban.

Ryou quería desesperadamente abrazarlo, el dolor de Bakura llegaba a él a través de su enlace; sentía en su pecho el lastimero llamado de su oscuridad, suplicando por la luz que lo consolaría y le daría paz… pero no sabía si acercarse con la sortija lo lastimaría más.

— ¿Las almas de esa aldea ya no se encuentran en los artículos? —Ryou escuchó que Yugi le preguntaba en voz baja a Yami, no queriendo perturbar a Bakura, con temor de que su magia sombría se desestabilizara.

El oji-vino negó —todas fueron purificadas tras nuestro duelo, cuando la piedra cayó —lo cual le recordaba lo absurdo de que estuvieran en manos de Malik, por lo que miró al joven Ishtar, esperando una explicación.

—Ahora son solo objetos mágicos —el oji-lavanda extendió su mano derecha, sobre la cual apareció el cetro milenario —después de cinco mil años de existencia, albergan demasiada energía, sospecho que por eso re-aparecieron. Necesitan un dueño que los mantenga bajo control —jugueteó con el cetro en su mano —Ishizu los encontró entre unas cosas del museo —añadió como explicación.

— ¿Controlar… su magia? —musitó Yugi, mirando el rompecabezas en sus manos — ¿Ishizu-san te pidió que nos lo dieras?

Malik estiró su mano a la pirámide de oro —algo así —con dos dedos dibujó una figura irregular, pasando por la parte baja del rompecabezas y, cuando chasqueó los dedos, esta se convirtió en la cadena que Yugi solía usar. El oji-amatista no dudó en colgarse de nuevo su querido artículo, no sin asombrase de la demostración mágica del moreno. Malik entonces se dirigió a Ryou e hizo lo mismo, obsequiándole al albino una cadena plateada, más delgada que la del tricolor —deberías haber visto lo inquieta que estaba la sortija desde que me acerqué a su escuela —tomó la cadena y se la colgó a un atónito e indeciso Ryou —nadie más que tú puede usarla —le sonrió con dulzura.

—Pero… —el aludido miró a su pareja.

—No le hará daño —aseguró Yami, volviendo a tomar la mano de Yugi para que este regresara a sentarse con él —es su propia mente lo único que lo tiene así… te necesita.

Ryou agradeció a Yami con una sonrisa antes de apresurarse a abrazar a su amado. Envolvió el cuerpo frío que estaba poco menos que temblando, intentando no llorar, y dejó que su presencia lo tranquilizara lentamente.
Bakura se tensó cuando, al sentarse Ryou sobre su regazo, pudo escuchar claramente el tintineo armónico de la sortija. Por un momento ahí se sintió como un mero animal salvaje; tuvo el impulso de sacudirse, de empujar al cuerpo encima suyo y salir corriendo lejos del anillo de oro… pero la luz de su pequeño yadonushi era más fuerte que eso.

Con los ojos cerrados, era más sensible a todo. El abrazo de Ryou lo envolvió por completo en una cálida sensación de comodidad y felicidad; incluso dejó de sentir el frio clima.
Todo era calor, una luz más maravillosa que el propio sol, felicidad, protección… amor.
No supo en que momento dejó de enterrar sus dedos entre su pelo para envolver desesperadamente sus brazos alrededor de su luz, ni cuando movió la cabeza para ocultarla en el cómodo lugar entre el cuello y el hombro de Ryou… Mucho menos fue consciente de las pocas lágrimas que dejó escapar allí, pero Ryou no se lo mencionaría.

—Todo está bien —lo arrulló, sintiendo como el aura de Bakura se tranquilizaba por completo -igual que su magia- acurrucándose alrededor de sí como un gato dócil que se frotaba contra las piernas de alguien en busca de mimos —estoy aquí, contigo —su mano derecha reposaba cómodamente en lo alto de la cabeza de Bakura mientras que la izquierda acariciaba todo el largo de su pelo —siempre juntos, Kura… Te amo.     

En respuesta, Bakura emitió un sonido ahogado desde el fondo de su garganta, enterrando más su cabeza en su pequeño refugio.

Ryou sonrió. No lo había dicho esperando una respuesta concisa, en ese momento solo quería consolar a su yami, y eso incluía demostrarle todo el amor que pudiera.

 

Yami no estaba interesado en ver el tierno momento luz-oscuridad que Bakura estaba propiciando, así que fue a recostar su cabeza contra la de Yugi; el oji-amatista sin embargo se levantó, tirando de su mano para que fuera con él —Démosles un poco de espacio —susurró el pequeño tricolor, tanto para su yami como para Malik, a lo que el moreno estuvo de acuerdo y los tres se movieron a otra mesa, a un lado.

—Nunca pensé ver a Bakura tan… —Malik no supo terminar su oración, mirando aun a los albinos.

— ¿Vulnerable? —tanteó Yugi, a lo que egipcio asintió —ha vuelto a ser tan humano como tú y yo, Malik, creo que es natural.

—Supongo… —Malik se forzó a sí mismo a desviar la mirada del romántico escenario, dejando a los albinos en la cálida burbuja de amor y protección que Ryou había generado para Bakura — ¿Qué tienes en mente? —curioseó con el oji-amatista, cuando lo vio jugueteando con la punta del rompecabezas.

—Sabes manejar muy bien el cetro —mencionó Yugi, ganándose también la mirada curiosa de su yami — ¿Cómo lo haces?

Malik le sonrió, balanceando el cetro entre sus dedos —aprendí a usar la magia por ensayo y error desde que era un niño —afirmó, para luego mirar dudoso al oji-vino — ¿nunca le enseñaste a aprovechar las habilidades del rompecabezas?

Yami negó —no entendía muchas cosas, utilizaba mis propios poderes por inercia, así que no tenía manera de enseñarle —explicó, finalizando con un suspiro. Yugi empujó débilmente su hombro con el de Yami y le dedicó una caricia en la mejilla —ahora que tengo mis recuerdos, podría enseñarte si lo deseas.

La sonrisa que Yugi le dio en respuesta le hizo palpitar el corazón al mayor — ¡Sí, por favor!

Malik se llevó una mano tras la nuca, con una pequeña sonrisa — ¿yo también podría acompañarlos? Aún sigo practicando y aprendiendo.

— ¡Será divertido! —afirmó Yugi.

Yami miró de reojo a los albinos —Aibou ¿no se supone que debemos encontrarnos con los demás en un par de horas? ¿No deberíamos irnos?

Yugi los miró unos momentos —dejémoslos unos minutos más.

—Como desees —Yami se acurrucó más con su luz.

Malik no pudo evitar volver su mirada entre las dos parejas, cada una tenía su forma de demostrarse afecto, aunque los dos ex-espíritus no habían perdido su carácter.

Equilibraban una relación que parecería perfecta a la vista del resto del mundo.

Él no podía evitar envidiar eso.

Deseaba lo mismo. ¿Marik también lo querría?

¿Ellos también podrían ser así?

Antes de que se diera cuenta de sus propios pensamientos, una suave melodía acarició sus orejas y los distrajo de sus cavilaciones.

Yugi había levantado la mirada al cielo, sin ver nada en particular, pero estaba tarareando con una pequeña sonrisa y no tardó empezar a cantar suavemente.

         

Kinou no yonaka ni mita nagareboshi
mada oboeteiru
I was waiting for...

(Todavía puedo recordar la estrella fugaz que vi,
En la oscuridad de la noche anterior,
estaba esperando...)

Malik apenas fue capaz el murmullo apreciativo que el oji-vino expreso. El egipcio sabía que, como faraón, él debía de haber presenciado decenas o cientos de músicos y bailarinas con sus mejores demostraciones… sin embargo, su expresión beatifica era la de alguien que estaba presenciando algo tan hermoso que no podría describirse con palabras.

Y, seguramente, así era para él… solo por tratarse de Yugi.

Hello, shooting-star
Hello, shooting-star again
matteita yo
yume wo miru ano ko wa zutto
koko ni iru no, ah~ ah~
ano hi no mama, ah~ ah~

(Hola, estrella fugaz
Hola, estrella fugaz otra vez
He estado esperando
Ese niño soñador todavía está aquí
Siempre... ah, ah...
Justo como estaba ese día, ah,  ah...)

 Continuará...

 

 

 

 

Notas finales:

Hey! ^^/ 

Esta vez no tarde tanto xD 

Ok, primero: la canción que utilicé se llama Hello shooting star
Es el ending del Ansatsu Kyoushitsu.
Me estoy viendo ese anime y quiero hacer un OS pronto (antes de que pierda la idea, basicamente xD)

segundo: ya se que me estoy alargando :v pero me gusta como va quedando este fic con caps 'cortos'

Digamos que llegará a los diez caps xD

Nos leemos la proxima :3 

Ja ne~nya ^n.n^/


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