El tiempo paso inexorablemente; el Shohoku se convirtió en unos de los mejores equipos de básquet de Japón. Los cinco se convirtieron en jugadores reconocidos por la ciudad.
Pero inevitablemente, Sakuragui quedo en rehabilitación por la lesión en su espalda luego de jugar. No se sentía solo ya que su adorada Haruko le escribía cartas contándole lo que sucedía en la escuela mientras él estaba en una clínica.
Rukawa fue convocado por la selección juvenil y se entrenó con los postulantes que fueron seleccionados. Se perfecciono aun mas, mejoro su juego.
El segundo año comenzó tan rápido que Ryota debía leer algunos artículos para llegar a ser un gran capitán.
Muchos fueron los que se anotaron para formar parte del equipo, aunque eso se debía a su participación en el campeonato nacional.
Hoy comenzaba las clases. Otro año que iniciaba, volví a mi departamento donde empecé a vivir hace un año. Los entrenamientos con la selección juvenil me sirvió bastante ya que mejore mucho en mi forma de jugar. Ahora estoy de vuelta a mi cruda realidad.
Volver a los entrenamientos y tener que compartir con …L este espacio. Debo decir que cada vez que iba a trotar por la playa lo veía leer unas de las tantas cartas que recibía.
Pensé en la loca idea de escribirle una, grave error de mi parte. El solo hecho de verlo a los lejos era suficiente, con su típico insulto hacia mi persona “Zorro idiota”. Ja! Gran apodo me pusiste Sakuragui.
Lo difícil viene ahora, se que somos enemigos….bueno, es lo que tú quisiste, ya que nunca te di motivos. Ahora soy consciente que debo otra vez esconderme detrás de mi mascara de hielo. Volver a los insultos de tu parte y de mi parte. ¿Acaso no te das cuenta de que eres el único a quién molesto? Es porque eres muy inocente para darte cuenta de mis indirectas tan visibles.
Este año solo prometo que trataré de acercarme a ti, tratare de tener una buena relación de compañeros. Ya no pienso dejarme llevar por tus insoportables insultos, aunque eso me lleve a la locura. Porque de esa manera capto tú atención solo para mí, en ese instante solo eres mío.
Este amor me quema tanto, me ha llevado a tantas locuras por las noches desde soñar contigo y tener que proporcionarme caricias, deseando en lo profundo que me tocaras.
Mi amor por ti no sé cuando nació, solo sé que un día no pude dejar de mirarte y al otro ya estaba pensando en ti constantemente.
Empecé a observarte detenidamente; como tus ojos cambian de color dependiendo del reflejo del sol, que te gustan los helados granizados. Amas cantar aunque tu voz suene como un martirio para otros. Admiras mirarte al espejo y peinar tus cabellos rojos.
Te gusta caminar bajo la lluvia. Ríes por cualquier bobería y te enoja que se aprovechen de los demás. Vas siempre al denny`s con tus amigos.
Hay cosas que se de ti y otras que me gustaría descubrir, solo si me das la oportunidad de conocernos mutuamente.
El odio que me tienes me prohíbe acercarme a ti, retrocedo al verte mirarme con profundo odio. ¿No sabes que duele? Quiero gritarte y decirte tantas cosas, pero callo. Mil veces he callado cuando tenía atorado en la garganta miles de emociones y sentimientos dispuesto a salir. Y me detengo…
He llorado tanto, y todo es causa tuya. ¡Mírame!...ve en mis ojos lo que siento por ti. No mires los fríos que son, solo mira como brillan al verte. Como te siguen a todas partes.
Tan difícil es para darte cuenta, por eso eres un Torpe. Un torpe sin remedio. Escandaloso, bullicioso, engreído, e irrespetuoso. Eres tal como te imagine, un tal opuesto a mí, mi alma gemela. Te estuve esperando incansablemente.
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El entrenamiento comenzó, Ryota es el nuevo capitán. Recibe a los nuevos aspirantes jugadores para el equipo. Iniciando con la práctica, nos hizo correr alrededor de la cancha.
Indudablemente ese día estaba tan callado y silencioso todos que tanto Ryota y Mitsui se dieron cuenta que faltaba el detonante. El revoltoso pelirojo. El hacía falta y mas para un zorro que extrañaba oír su voz.
Ayako, la manager del equipo, anotaba indicaciones que el capitán le daba acerca de determinados jugadores. Haruko, le tomaba el tiempo.
Rukawa estaba en el extremo de la cancha jugando con Mitsui. Todo el ambiente era tranquilo que ya comenzaba a aburrir.
-todo es silencio.- dijo finalmente el tirador de tres puntos mientras trataba de detener a Rukawa. El pelinegro lo escucho atentamente, si faltaba el dueño de su amor.
Pero inesperadamente todo cambio en un segundo. En la puerta apareció una figura, nadie aun lo tomaba en cuenta. Hasta que se hizo notar.
— ¡Oigan! ¡Que cara de amargados que tienen!— esa escandalosa voz hizo que todos voltearan a ver. Todos fueron a su encuentro, bueno. Rukawa se quedo parado y paralizado.
— ¡Hanamichi, amigo!— saludo Ryota
—Volvió el mono pelirojo— bromeo Mitsui
— ¡oye! Mitsuito no te pases. Ryochin, que bueno verte. — les dio un abrazo a los dos.
Sakuragui estaba más alto y más atractivo. Tenía el cabello hasta la nuca. Su característica alegría contagió a los demás. A cada uno le dio un abrazo, bromeo con ellos. Todo estaba a su alrededor.
Menos ÈL…
— ¡oye zorro! ¿Acaso no me saludas?— gritó aturdiendo a los demás. Se fue acercando al pelinegro, este se ponía nervioso al verlo ir a su encuentro.
Sus ojos quedaron hipnotizados, sin querer apartar la mirada, el pelirrojo se acercaba a él con seguridad. El tiempo pasó lento, el aire se iba de sus pulmones con lentitud.
Allí estaba frente a frente, y el recuerdo de aquel choque de manos resonó en ese lugar.
Sus manos se chocaron en un gesto de saludo. Pero para Rukawa aquello eras más que eso, era su gran oportunidad de estar más cerca de …L.
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