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Amor en tiempos de monarquía por Black Angel

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Notas del capitulo:

Una disculpa a los seguidores de este fic, pero como acabo de terminar la carrera, la tesis me trae loca y me es difícil escribir, tartaré de actualizar mas seguido. 

A leer ;D

Nain se incomodó un poco por la forma en que lo veía el príncipe, aquellos ojos grises lo veían expectante, aquel brillo que emanaba de ellos se clavó en lo mas profundo de su corazón, como era posible que alguien a quien acababa de conocer lo viera con eso ojos.

- Les presento a Nain, nuestra primogénita y la futura esposa del príncipe Luca.

El duque tomo de la mano a su hijo y se la ofreció al príncipe, este no tardo en tomar la mano del joven y la beso de la manera mas delicada y hermosa posible.

- Oh mi hermosa Nain, he soñado tanto con este momento. Por fin te vuelvo a encontrar y eres mas hermosa que en mis sueños.

Aquello tomo por sorpresa a Nain que solo atino a sonrojarse y a dar una leve reverencia, aquel joven superaba sus expectativas, era alto, guapo, de rizos negros desordenados que caían al nivel de sus mejillas, sus ojos grises enmarcados por unas largas y rizadas pestañas lo hicieron desprenderse de la realidad. Él se había imaginado a alguien completamente diferente, al menos esperaba que no tuviera una mala personalidad que lo hiciera romper todo el encanto.

- Bueno – dijo el rey, complacido por lo que veía, al parecer los jóvenes se llevarían muy bien – es hora de llevar a los duques a sus habitaciones, la servidumbre llevara su equipaje, por favor acompáñenos.

El rey ofreció el brazo a su esposa, el duque hizo lo mismo con la suya y juntos caminaron hacia la entrada del palacio, Nain caminaba detrás de sus padres, abanicándose porque de pronto había sentido un calor que nació en sus mejillas y se extendió a todo su cuerpo, mientras que Luca no perdía ninguna oportunidad de ver a aquel ángel de mejillas sonrosadas y ojos azules.

Ambos estaban perdidos en los movimientos del otro que no se dieron cuenta que había una mirada expectante y llena de odio que se dirigía desde un de las habitaciones del segundo piso, aquellos ojos chocolate no se separaron de la pareja, el dueño se juró que no dejaría que aquel matrimonio arreglado fuera feliz, porque si él no lo era, tampoco lo serian aquellos dos.

El grupo se adentró al castillo, se dispusieron a cenar, los reyes y los duques notaban que Luca no le quitaba los ojos de encima a Nain, y este en lugar de sentirse incomodo se sonrojaba y le daba una sonrisa tímida, aquellas acciones de ambos tenían a las familias mas que complacidas ya que aquello auguraba algo bueno para la futura pareja. Después de cenar los sirvientes dirigieron a los invitados a sus respectivas habitaciones. Los duques en una y Nain en otra, una vez dentro el joven pudo respirar, no sabía que era aquello que le provocaba el príncipe, aquel joven apuesto le hacía sentir una calidez en su corazón como no la había sentido con Carlo, caminaba lentamente hacia la gran cama cuando escucho que alguien tocaba la puerta, un poco temeroso regreso y dio vuelta a la manija, se asomó con ojos expectantes y sorprendiéndose al instante. Una hermosa rosa blanca se asomó por la pequeña abertura que había dejado el joven.

- Buenas noches mi hermoso ángel.

- Muchas gracias joven príncipe, esta hermosa pero… creí que ya estaría dormido.

- Deja de lado las formalidades y llámame por mi nombre, pronto seremos esposos y es justo que seamos mas familiares a partir de ahora ¿No crees?

- Esta bien, Luca – dijo Nain, haciendo énfasis en esas cuatro palabras, que con el solo hecho de pronunciarlas le causaba un estremecimiento involuntario que mas que ser extraño era placentero.

- No sabes cuánto espere este momento, desde el día que te conocí he soñado con esos hermosos ojos azules, enmarcados por esas encantadoras pestañas que hacen juego con tu hipnotizante rostro.

- ¿Me conociste cuando era bebé?

- Si, nos presentaron cuando eras un hermoso bebé y no has cambiado para nada, sigues igual de preciosa que antes.

- Entonces ahí se decidió nuestro compromiso.

- Así es, ahora te deseo buenas noches mi hermosa Nain, no es correcto que estemos solos antes de estar casados, así que te deseo buenas noches mi hermoso ángel.

Luca tomo la suave mano de Nain y le dio un casto beso en el dorso antes de darse la media vuelta y caminar hacia su habitación. La rosa emanaba un dulce y hermoso aroma que capturo la atención de Nain, aquello le demostraba que el joven príncipe era todo un caballero, en ese momento recordó que Carlo ni siquiera había tenido un gesto aunque fuera así de pequeño, hablaban sí, pero nunca le dio ningún presente.

Carlo, al recordar aquel nombre se le vinieron a la mente todos los buenos recuerdos, las caminatas por el jardín, las visitas nocturnas y los bailes en las fiestas, pero todo lo bueno fue borrado por la despedida amarga que le dio el joven, aquella noche que estuvo a punto de descubrir su secreto al tratar de arrebatarle la virginidad, pero el aroma de la rosa lo regreso a su nueva realidad, a su próxima boda con el príncipe, que, a lo que se veía lo trataría con amor y devoción, ahora se enfocaría en corresponder aquel amor que le profesaba aquel joven de ojos grises.

De pronto un nuevo toquido en su puerta lo saco de su ensoñación, tal vez al príncipe se le había olvidado darle otra cosa, rápidamente se dirigió a la puerta y con emoción y desesperación la abrió, esperando encontrarse con aquellos ojos grises, pero lo que encontró solo genero terror en su mirada, un temblor involuntario comenzó a inundar su cuerpo.

- ¿Por qué te asustas mi hermosa Nain?

- Ca… Car...lo – el miedo lo hacía titubear - ¿Qué haces aquí?

Empujando la puerta del cuarto de Nain, Carlo entro y lo acorralo contra la pared, todo paso tan rápido que Nain ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar, cuando ya estaba aprisionado entre aquel cuerpo, el cuerpo de aquel al que creía amaría por siempre, pero que mas temprano que tarde se dio cuenta que no valía la pena.

Aquello lo tenia en shock, creía que después de lo que había pasado aquella noche en los jardines de su casa jamás lo volvería a ver, pero estaba equivocado porque ahí estaba, reflejando lujuria contenida en aquellos ojos chocolate.

- Te sorprende que este aquí ¿Verdad?

Carlo mantenía presionado al menor aplicando fuerza en los antebrazos, aquello en definitiva le dejaría marcas.

- Resulta que mi padre recibió invitación para la boda del príncipe y como nuestra casa ha sido prospera, mi padre decidió aprovechar para pedir audiencia ante el rey y así ascender de rango a la familia, pero amor mío cuando me dijiste que te casabas jamás me imagine que sería con el príncipe, veo que tu avaricia pudo mas que el amor que decías tenerme.

- Eso… eso no es cierto Carlo, yo… yo te amaba, pero… pero tu mataste ese amor.

- ¿Y cómo querías que reaccionara después de que me dijiste que te ibas a casar con otro?

- Eso no justifica lo que trataste de hacerme.

- Me prometí que serias mía y así lo será mi hermosa Nain.

Gruesas lágrimas comenzaron a emanar de aquellos ojos azules, mientras Nain negaba entre sollozos y le repetía que lo dejara en paz que no ganaba nada. Pero Carlo no le hizo nada, simplemente se acercó y al oído le dijo:

- Por esta noche no te hare nada, pero te aseguro que uno de estos días te hare una visita especial.

Robándole un beso salvaje y hambriento que no fue correspondido se despidió y salió a toda prisa de la habitación del joven.

Nain quedo en shock después de lo que le había dicho, no podía creer que Carlo sería capaz de hacerle algo así. Como pudo se desvistió y se quitó el vaporoso vestido, en ese momento necesitaba a Laura, ella era la única que lo entendía y que podía ayudarle a pensar en algo, pero ella llegaría hasta dentro de dos noches ya que al ser su doncella y la única que sabía su secreto se mudaría con él al castillo, así que era necesario que ella dejara sus cosas en orden antes de partir de manera indefinida con él.

Se acostó en aquella gran cama y dejo que el cansancio se apoderara de él, esperaba que aquello lo ayudara a olvidar todo la situación.

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George caminaba en dirección a la alcoba del príncipe, con la esperanza que este le regalara una noche mas de placer, por el momento solo podía creer que sería la última noche ya que aún no ideaba el plan para poder volver a ser exclusivo, había visto al príncipe alejarse de la alcoba de aquella jovencita alzada, pensaba alcanzarlo cuando vio que otro hombre se acercaba a la misma puerta y tocaba, en ese momento George se escondió, se veía que aquel joven no quería ser descubierto así que fue cauteloso. El joven se adentró a la alcoba de la muchacha y al cabo de unos minutos salió de la misma con la boca llena de maquillaje, aquello que acababa de descubrir sería demasiado beneficioso para él, ya que aquella jovencita se había traído consigo a su amante.

No sabía quién era, pero se veía que aquel joven era de menor categoría,  tal vez era alguien de los invitados que también había solicitado audiencia para elevación de rango, así que averiguaría y tal vez sacaría provecho de aquello. Contento se dirigió a la habitación del príncipe, con el fin de poder disfrutar un día más de sus caricias.

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“Caminaba por la plaza del reino, las plantas de los pies le ardían, bajo su mirada y vio que estaba descalzo, sus dedos y sus uñas estaban llenos de tierra y lodo, su ropa no era mas que una túnica rasgada que le llegaba a media espinilla, su peluca y maquillaje ya no existían, ahora su cabello estaba corto y su piel pálida, todo el lujo al que estaba acostumbrado se había ido, ahora solo se encontraba ahí, escuchaba abucheos, gritos de odio hacia su persona. Adultera, le gritaba la multitud mientras le aventaban todo tipo de desperdicios, lodo, tierra, algunos hasta escupían, de pronto la gente abrió paso a alguien, por sobre las cabezas de los plebeyos diviso unos risos oscuros, creía que estaba salvado, el príncipe se plantó frente a él y con una mirada cargada de odio se dirigió a él y a la multitud:

- Nain, estas aquí para que cumplas tu castigo, le has sido infiel al príncipe heredero y la gente clama tu escarmiento, así que serás humillada en público por esta misma gente.

El príncipe no dijo mas, se dio la media vuelta y dejo que la gente hiciera su trabajo, Nain sintió como las personas lo jaloneaban y lo empezaban a golpear, todo estaba terminando mal.

- No, no, no….”

Nain se retorcía en su cama, su madre había entrado a despertarlo y a ayudarle a vestirse, pero al ver que su hijo pataleaba y lloraba mientras decía entre sollozos que lo dejaran en paz se apresuró y lo zarandeo, el muchacho abrió los ojos de golpe y al ver a su madre ahí rápidamente se a abrazo a ella y lloro amargamente. La mujer no entendía aquello, pero correspondió el abrazo y dejo que su hijo se desahogara, ya tendrían tiempo de aclarar aquello.

Una vez se calmó Nain, se levantó de la cama haciendo que su madre lo siguiera se sentaron frente al escritorio y ahí respirando profundo por fin hablo el joven.

- Madre tengo que decirte algo.

- Hijo ¿Qué te paso?, ¿Acaso extrañas a Laura?

- No madre, tengo que confesarte algo, ¿Recuerdas la fiesta que dieron tú y papá hace ocho meses?

- Si hijo, aquella en la que te perdiste por una hora, pero, ¿Qué tiene que ver esa fiesta con lo que te está pasando?

- Lo que pasa es que en esa fiesta conocí a un joven.

- Y que tiene que lo hayas conocido, ese día fue demasiada gente, además que tiene de malo, siendo alguien comprometido siempre te acompaña Laura.

- Madre, te estas desviando del tema, ese joven, se enamoró de mí, me lo confeso después de que hablamos y…

Aquella confesión había descolocado a la mujer, además aquel silencio que se había instado en las palabras pronunciadas por su hijo fueron las que hicieron que la mujer entrara en cólera, como era posible que nadie se hubiera dado cuenta de aquello o que Laura tuviera la osadía de callarse aquello tan grave.

- Nain ¿Qué has hecho? Acaso tu ¿Te acostaste con él? Sabes lo que acaba de pasar, has deshonrado a la familia y por si fuera poco has dejado que alguien mas sepa de tu secreto – la mujer estaba histérica haciéndose historias en la cabeza y tratando de pensar soluciones ante esa gran catástrofe.

- Madre, cálmate por favor, necesito que me escuches – Nain trataba de calmar a su madre, pero esta se encontraba furiosa, pero aun así se sentó otra vez frente a su hijo, esperando que le diera una explicación – conocí a un joven llamado Carlo, nos vimos a escondidas y con ayuda de Laura, pero el día que ustedes me confesaron que estaba comprometido le dije que lo nuestro ya no podía ser, él se puso como loco y trato de abusar de mí, pero no sé cómo fue que me zafé y corrí a mi habitación, creí que lo había dejado atrás pero anoche vino aquí a mi cuarto y me dijo que primero sería de él, antes que del príncipe es por eso que ahora tengo miedo, perdóname madre.

Nain se echó a llorar una vez mas, escondiendo su cara entre sus manos y apoyándolas sobre sus muslos, creía que aquella falta suya se quedaría entre Carlo, su nana y él, pero no sería así, su error lo estaba persiguiendo poniendo en peligro su futuro y el de sus padres, aquella reacción hizo que la mujer suavizara sus facciones pero no podía evitar ver a su hijo con aquella expresión en sus ojos entre enojada y decepcionada.

- ¿Anoche hicieron o te hizo algo?

- No madre, aun no me ha hecho nada, pero tengo miedo, miedo de que vaya y le diga al príncipe que no he respetado su acuerdo, no quiero que el príncipe piense algo malo de mí, él se ha portado tan amable y lindo conmigo, anoche antes de Carlo el vino y me regalo una hermosa rosa – la madre vio escondido entre el miedo, el brillar del amor naciente de su hijo hacia el príncipe.

- Haremos esto, no me separare ni un momento de ti, hasta que llegue Laura, no creas que tu nana saldrá limpia de esto, ella también tiene la culpa por solapar ese comportamiento, le pediré a tu padre que solicite guardia en tu cuarto, ya le inventare una excusa y comprobare que no me estas mintiendo el día de la revisión.

- ¿Día de qué?

- Antes de tu cumpleaños serás sometido a la revisión protocolaria, ya que la persona que se case con el heredero tiene que conservarse pura hasta la noche de bodas esto para evitar usurpaciones por parte de la familia que presenta a la nueva consorte.

- Pero madre, se darán cuenta de mi secreto.

- Hijo, cuando vinimos a presentarte ante los reyes te hicieron una revisión para ver tu fertilidad y los médicos que la hicieron aún están al servicio de los reyes así que ellos son los que te revisaran esta vez, tienen firmado un acuerdo de confidencialidad, así que si lo rompen tendrán que enfrentarse a la muerte.

Aquellas palabras pronunciadas por su madre le daban solo un poco de paz a su corazón, ella se caracterizaba por tener siempre una solución a los problemas, cuando la mujer termino de pronunciar aquello, Nain asintió ligeramente con la cabeza, se levantó de la cama y se dispuso a vestirse, su madre le ayudo y juntos salieron a desayunar, lo que no se esperaban era que durante el camino Carlo apareció con su padre, siendo escoltados a la sala del consejo.

- Buenos días – dijeron ambos hombres al unísono, pero en la cara de Carlo se notaba una sonrisa maliciosa que fue solo perceptible para Nain.

Aquel simple gesto de amabilidad cargado de rencor por parte del joven hizo que los ojos de Nain se desorbitaran, su respiración se volvió rápida y entrecortada, su pulso comenzó a bajar haciendo que la palidez normal de la piel del joven se volviera más notoria. La madre del joven noto aquello y con rapidez se acercó a él.

- Hija, ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?

- Es él.

Solo en un susurro casi imperceptible fueron pronunciadas aquellas palabras, antes que el joven cayera desmayado, dejando un miedo aún más fuerte en la conciencia del joven.

Notas finales:

Dejen sus Reviews, me ayudaran a mejorar y saber su opinión. 

Nos vemos en la próxima actualización...


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