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Amor en tiempos de monarquía por Black Angel

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Notas del capitulo:

I´m back...

Una disculpa por estar desaparecida tanto tiempo, pero estuve sin tiempo para escribir y actualizar, se que los capítulos que subo son cortos pero mi tiempo libre se vio menguado. 

Los dejo leer ;D

Después de aquella confesión por parte de Luca, Nain se sentía destrozado, presentía que él sabía algo, sin embargo, si se lo preguntaba directamente le negaría todo, así que la única solución que le quedaba según su criterio era enfrentar a Carlo, en cuanto el príncipe salió de la habitación Nain se dirigió a Laura.

- Ahora mas que nunca debo enfrentar a Carlo.

- Pero joven, no sabe que es lo que pueda pasar.

- Lo se Laura, pero ¿Acaso te diste cuenta de lo que acaba de pasar?

- El príncipe está enojado por algo.

- No es solo por algo, estoy seguro de que sabe algo y no me arriesgare a perder al que puede ser el amor de mi vida, solo por que alguien no pudo cumplir su capricho.

Dejando a Laura sin derecho de réplica,  Nain salió de la habitación con presura, haciendo que sus tacones retumbaran en el piso de mármol, de pronto un sentimiento de temor lo ataco, estaba a punto de darle un ataque de ansiedad, se sentía desesperado, estuvo a punto de caer de rodillas, pero unas manos delicadas y gentiles lo detuvieron, tomándolo del brazo con delicadeza,  lentamente levanto la mirada regularizando su respiración, uno de los sirvientes la sostenía y le dirigió una mirada de preocupación.

- Señorita ¿Se encuentra bien?

- Si, Gracias, solo estoy un poco… abrumada eso es todo.

- ¿Segura? Se ve muy pálida.

- Si, gracias por ayudarme, eres muy amable, ahora si me disculpas tengo un asunto que atender.

Apresurado se dirigió al salón, la música sonaba dulce y delicada, un grupo de meseros se veía ataviado atendiendo las mesas de aperitivos, aquel salón lleno de gente con la cara empolvada hizo sentir a Nain como en una cárcel, ya que a pesar de que todos estaban ahí para felicitarlo también se daba cuenta de alguna que otra presencia emanaba envidia hacia su persona, muchas de ellas de jovencitas preciosas que aun creían tenían una oportunidad con el joven príncipe.

Llego hacia la puerta principal, el anunciador hizo que la multitud guardara silencio y grito con fuerzas el nombre de la joven, su padre lo esperaba al pie de los escalones, le ofreció su mano y lentamente caminaron a donde los reyes, Nain estaba en extremo nervioso, Luca lo veía con una expresión entre amorosa y dolida, su madre aún se veía enojada y los reyes estaban complacidos por la belleza que irradiaba tan delicada criatura. Una vez llegaron a donde estaban los reyes, su madre se apresuro a flanquearlo y con una delicada reverencia los duques presentaron a su hijo.

- Sus altezas, reyes de Varsena, con un gran respeto y una profunda admiración nosotros los duques de Cela, les presentamos a nuestra hija Nain, para hacer cumplir el compromiso de nuestra amada hija con el joven Luca, príncipe de Varsena.

- Agradecemos su gentileza al dejar que tan hermosa criatura sea consorte de nuestro hijo y aceptamos gustosos el cumplimiento del compromiso, además felicito a la joven Nain por su décimo sexto cumpleaños, dando inicio a los preparativos de la boda.

El rey bajo de su trono y tomó la mano de Nain, guiándola hacia el príncipe ofreciéndole aquella blanca mano, Luca la sostuvo con delicadeza y la acunó entre sus dos manos y la acaricio, sellando la acción con un suave y dulce beso en el dorso de esta.

La multitud suspiro ante aquel acto de caballerosidad, vitoreando por la próxima boda de los jóvenes, sin embargo, una mirada de odio captó la atención de Nain, no entendía porque la mirada de color chocolate emanaba aquel desprecio. Luca se di cuenta que la joven estaba distraída en algo y al instante se dio cuenta de su antiguo amante, cuando este se dio cuenta que el príncipe lo veía se dio la media vuelta y se marchó, no sin antes darle una señal al conde.

Luca hizo una gran reverencia e invito a Nain a bailar, la gente suspiraba con la dulce melodía de los violines y el clavicordio, se abrieron paso entre la multitud, llegando al centro, comenzaron un baile lento y romántico, el corazón del menor comenzó a palpitar, sintiendo como sus manos se llenaban de una calidez abrumadora, de pronto fueron ellos solos, Luca guiando aquella danza que emanaba una sencillez y protección.

- Te amo Nain.

Aquellas palabras fueron suficientes para que el menor se diera cuenta que siempre le había pertenecido al príncipe, había nacido para completar aquella alma hermosa, eran almas gemelas. Apenas iba a contestar cuando unas campanadas captaron su atención, el pánico se reflejó en su rostro, el reloj del salón dio las 8.

- Yo… yo…

La reina se dio cuenta de la situación y con un pequeño apretón en el dorso de la mano del rey le comunico la situación, rápidamente el hombre la saco a bailar, seguidos de los duques. La duquesa se había dado cuenta de la consternación que envolvía a la situación, preguntándose de los errores que podrían salir a flote.

- Lo siento…. – musito Nain.

En un susurro que capto el príncipe, se soltaron de las manos y vio como la joven se alejaba de él a paso apresurado, unos segundos después lo siguió, apartando delicadamente a la multitud que se había arremolinado en torno a ellos, la joven salió del gran salón, bajo las escaleras que daban al jardín y corrió apresurada hacia la zona de los árboles, sus pasos se dirigieron hacia la gran bugambilia.

Una luz bailoteaba entre las flores de la planta, aquella se alzaba majestuosa formando un castillo perfumado, capaz de guardar secretos y resguardar amantes, sin mirar atrás Nain se adentró a la pared de pétalos, se perdió en la inmensidad de las flores, encontró el origen de la luz y encaró al dueño de la lampara, pero su sorpresa fue mayor al no encontrar a quien esperaba.

- ¿Tú quién eres?

- ¿Tan pronto se olvidó de mi señorita?

- Eres el joven que me ayudó hace poco – pronunció Nain con los ojos llenos de confusión.

- Así es jovencita o debería decir adultera.

- ¿Que estás diciendo?

- Usted citó aquí a su amante, yo los escuche.

- Eso es una mentira, me han citado aquí a base de chantajes y falsos.

- Claro, esperemos que eso se lo crea el príncipe.

- No creerá nada de lo que le digan, por que él me ama, yo lo siento por la forma en que me mira, me abraza y toma mi mano, sus acciones están llenas de amor y cariño, aunque apenas me he dado cuenta yo también lo amo y soy capaz de hacer lo que sea por él.

Aquella discusión fue el principio de algo inevitable e inesperado, George, en un arrebato de rabia y celos tomó un pedazo de madera del suelo, le dio un fuerte golpe en su costado, rasgando la manga del vestido, el castaño levanto como pudo a Nain y lo amarro con un trozo de enredadera seca que estaba en el tronco, el rubio forcejeaba tratando de zafarse, sin embargo, la hierba era demasiado fuerte.

- Ahora pequeña sabandija – Poniéndose de cuclillas y estando a la altura de Nain lo miró a los ojos – te dejare aquí para que mi amado Luca solo me pueda ver a mí.

Aquellas palabras fueron pronunciadas con saña y mientras rasgaba el vestido del rubio, le tomaba de los cabellos, jalándolos, exponiendo su cuello y dejando una marca en la clavícula, como un recordatorio que tal vez ese sería el día de su muerte.

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Luca persiguió al joven que le había hecho la seña a George, se dio cuenta al instante que el era el amante que Nain citó para poder verse, ya que la había seguido hacia la bugambilia donde vio que la figura de la joven se había perdido, rápidamente lo interceptó y jalándolo del brazo lo encaró.

- Felicidades joven duque.

- Ah buenas noches príncipe – dando una reverencia demasiado burlesca y exagerada – igualmente, lo felicito por su “compromiso”.

Aquella burla fue la gota que derramo el vaso en la paciencia del joven príncipe, con furia se le abalanzó al conde y le propino un golpe en la mejilla, rápidamente lo inmovilizó contra el piso y tomándolo de la solapa del saco lo sacudió y mirándole a los ojos lo enfrentó.

- ¡¡Dime!! ¡¡Maldito!!, ¿Porqué diablos viniste a seguir a MI prometida?

- Jajajajaja – Carlo reía fuera de si – por que ella me lo pidió.

- ¡¡¡Eso no es verdad!!! Ella me ama y estoy seguro de que tú la has amenazado.

- Claro que no mi joven príncipe, tu has visto que ella me dejo una nota que fue a caer a tus manos.

- Se que eso no es cierto ¡¡¡Maldito!!!

Luca iba a asestar un golpe mas en la mejilla cuando vio que un soldado paso corriendo al lado de ambos mientras gritaba, lentamente levantó la mirada y se dio cuenta que había fuego que salía de la bugambilia.

- ¡¡¡NAIN!!! – gritaba el joven príncipe mientras se levantaba y corría hacia el inicio del fuego.

Carlo solo pudo hincarse y desorbitar los ojos con horror, cuando vio una menuda figura que salía de un lado del fuego, rápidamente se levantó y corrió en dirección del joven sin mirar siquiera que la gente había salido del gran salón y se congregaba cerca de la llamarada.

Pronto se escuchó el crujir de las ramas y los troncos del árbol, las llamas estaban destrozando lentamente la belleza que había poseído aquella hermosa escultura natural. Luca llegó a los pies de la pira y cayó de rodillas temiendo lo peor, pero lejanamente escuchó una voz, una que pedía ayuda, levantó la mirada y evitando a los guardias que trataban de detenerlo se arriesgó y dejó que aquellas lenguas de fuego lo engulleran.

- A … yu… cof, cof, cof, ayu… da…

Nain gritaba con dificultad debido al fuego que había a su alrededor y es que después de que George cambiara de opinión con respecto al modo de matarlo y les prendió fuego a las paredes de flores, porque según él, quería que sufriera lentamente por el hecho que moriría quemado y desfigurado, con el conocimiento que aun en su muerte Luca lo odiaría por serle infiel y escaparse con su amante.

Nain estaba a punto de perder el conocimiento cuando un par de cálidas manos lo tomaron por las mejillas.

- Nain, por favor no te vayas.

- Luca – con ojos somnolientos miro al joven príncipe y derramo pequeñas lagrimas – perdóname.

Aquellas palabras confundieron al príncipe, ya tendría tiempo para analizar aquello, en ese momento lo que importaba era sacar a Nain de ahí, pronto la desamarró y la cargó, las llamas ya habían consumido gran parte del árbol y no veía alguna salida, con fuerza abrazó a su amado y derramó lágrimas de coraje mezclado con impotencia, sintiendo el calor abrazador lentamente se acercó a sus labios y los unió con los del rubio susurrando palabras de amor que se perdieron con el crujir de la madera.

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- Ahora será mío, mío, mío – George cantaba como si fuera la letra mas hermosa que jamás se haya compuesto – yo seré tuyo, tuyo, tuyo.

- ¿¡¿¡¿¡Qué diablos has hecho!?!?!?

- Solo recupere lo que es mío – dijo el menor con ojos desorbitados y faltos de emoción.

- ¡¡¡Ese no era el plan!!!

- ¡Al diablo con el maldito plan! Ya me deshice de esa maldita y mi amado príncipe solo tendrá ojos para mí.

- ¿Eso crees?

- ¡Si!, porque ella ya está muerta y pudriéndose en el infierno, de donde nunca debió de salir.

- ¡¡¡EL PRINCIPE!!! – gritó una mujer cerca de la pira.

Aquel grito interrumpió la conversación que estaban teniendo aquellos cómplices que intentaban romper y destrozar el amor puro que había entre el príncipe y la pequeña duquesa, George se jaló de los cabellos y derramo lagrimas amargas al darse cuenta de que tal vez el seria el causante de la muerte del joven al tratar de saciar sus deseos.

Notas finales:

¿Les gustó el capítulo?

Sus comentarios me ayudan a crecer como escritora, nos vemos en el próximo...


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