El calor que sentía en ese momento lo hizo removerse en la cama, lentamente abrió los ojos, estaban demasiado hinchados y no era para menos, la noche anterior había llorado hasta quedarse dormido, aun pensando en lo que paso se removió en su cama, lentamente se sentó y se quedó ahí viendo hacia la pared que tenía en frente, no tenía ánimos de nada, solo quería dormir y no despertar.
Un rechinido se escuchó hacer eco en habitación, la doncella entro sin tocar viendo como el pequeño se encontraba apagado y triste, ahogo un grito al ver su cara manchada de sangre, rápidamente se acercó a él y lo sacudió para sacarlo de su trance.
- Joven Nain ¿Qué tiene?, conteste, dígame algo.
El pequeño parpadeo varias veces, dándose cuenta que Laura lo llamaba y lo sacudía.
- Me haces daño Laura, prepárame el baño por favor.
- Pero joven, ¿Qué le ha pasado? Tiene la boca y la barbilla llena de sangre seca. Donde se ha metido que se ha hecho daño.
En ese momento Nain se dio cuenta del sabor a hierro que aun inundaba su paladar, sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas, pero esta vez no las dejo salir, se tragó aquel nudo que se le había formado en la garganta y le volvió a ordenar a su doncella.
- Anda Laura, prepárame el baño, cambia las sabanas y te pido, no, te ordeno que no le digas nada de esto a mis padres.
- Pero, joven, usted no está bien.
- Lo se Laura, pero así como tú eres la única que sabe mis secretos, te pido que no digas nada, no preguntes mas, quiero descansar un poco, además te alegrara saber que Carlo no volverá.
Aquella confesión la tomó por sorpresa, su joven amo se había separado de aquel conde que fue capaz de robarse su amor, ella sabía que la relación clandestina de los jóvenes era mala y que algún día terminaría mal. Al menos ahora podía dormir tranquila sabiendo que su amo no se volvería a exponer a que le pasara algo malo o que alguien mas descubriera su secreto y es que cuando la pusieron al servicio de aquel muchacho le confesaron la verdad, que aquella jovencita de cabellos rubios era en realidad un niño comprometido con el heredero a la corona, solo algunas personas sabían ese gran secreto y los duques se habían asegurado que nadie mas lo supiera.
Sin hacer ninguna otra pregunta preparo el baño, llenando la gran tina que tenía el joven en su baño, la lleno de sales de lavanda, limón y vainilla, ayudo a Nain a desvestirse y lo dejo solo ahí, mientras ella se dirigía a cambiar las sabanas y las cobijas de la cama.
Nain lentamente se desvistió, quitándose la bata e importándole poco donde había caído ya que solo la lanzo lejos de él, sin ánimos, aquella blanca piel ahora se encontraba adornada de algunos moretones, en sus brazos y su cuello, desabrocho su camisón dejando que se deslizara, haciendo que ese tacto le recordara lo sucio que se sentía, porque aunque no le había pasado nada aquella simple acción lo hacía regresar a la noche anterior, como aquellas manos recorrieron de manera indecente su blanca piel.
Se metió a la tina dejando que el calor del agua abrazaba su cuerpo, Laura sabia como hacerlo sentirse relajado, la combinación de las esencias le daba un toque placentero al ambiente. Apoyo su cabeza en la orilla de la tina y cerró los ojos, después de lo que había pasado con Carlo decidió que lo mejor sería hacerles caso a sus padres y aceptar el compromiso, al fin y al cabo ellos sabían lo que era mejor para él, solo esperaba que su prometido no se decepcionara de encontrar un pene debajo de la vaporosa falda.
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“Una hermosa señorita bailaba de manera inocente y seductora en medio del salón, sonaba una música agradable en el gran salón, pero no lograba identificar de donde venía aquella deliciosa melodía ya que el salón estaba completamente solo, lentamente se fue acercando a la joven que al notar su presencia lo miro fijamente. Aquella mirada azul e intensa se asomaba debajo de un antifaz, una gran peluca adornaba su cabeza, se veía la sensualidad reflejada en ese pequeño cuerpo, la joven le sonrió, le quiño un ojo y corrió fuera del salón. Luca no se pudo mover, se quedó estático mientras veía como su amada Nain huía dejándolo confundido y solo”
Luca despertó de golpe, la luz calo dolorosamente en sus ojos grises, quiso moverse pero un brazo lo mantenía casi inmovilizado, como pudo se volteo y encaro a la persona que no lo dejaba moverse, en el momento recordó que era su amante en turno, un jovencito de cabellos café y deliciosas curvas que había sido suyo la noche anterior, aquel jovencito era hijo de una de sus nanas, se podía decir que habían crecido juntos, el pequeño de 14 años fue iniciado en las artes del amor por él, aunque desde un principio le dejo en claro que solo sería sexo entre ellos el pequeño se había enamorado de Luca cuando tuvo razón de aquel sentimiento.
- George, despierta, tu madre vendrá pronto.
Luca removía al adolescente que solo apretaba los ojos en señal de inconformidad
- 5 minutos más por favor.
- No George, ya es tarde, tu madre no tarda en venir y no quiero que te reprenda, recuerda que está más que estresada por el compromiso y la boda.
El pequeño se tensó al escuchar aquello, había olvidado por completo que Luca se iba a casar en dos semanas, su madre y todos los sirvientes estaban preparando el cumpleaños de la hija de los duques de Cela, ya habían acordado que el cumpleaños número 16 de la joven se iba a celebrar en el castillo junto con la consolidación del compromiso, dejando que durante la siguiente semana los futuros esposos se conocieran antes de la boda y para eso solo quedaban 15 días, en dos semanas el pasaría por completo a segundo término y Luca lo desecharía como una basura, algo se le iba a ocurrir para disfrutar por lo menos una noche mas aquel cuerpo que le había enseñado lo que era el placer.
Aunque Luca no conocía a su prometida se la pasaba hablando de ella, de aquellos ojos tan azules y del cabello tan rubio que según el pertenecían al ángel mas perfecto, no negaba que aquellas palabras le daban muchos celos, pero él había aceptado ser el amante que hiciera que el príncipe descargara su apetito sexual, así que no podía reclamar nada.
George se levantó de la cama, rápidamente se vistió, se dirigió hacia la puerta y antes de salir observo como aquel cuerpo varonil, de ancha espalda, blanca piel y negros rizos, se adentraba en el baño, para quitar los rastros del sexo.
Luca sabía que George sentía algo mas que solo cariño por él, pero no podía corresponderle y lamentablemente nunca iba a corresponderle como él quería, porque aunque no conocía a su prometida, la amaba desde el momento que se la habían presentado 15 años atrás, recordaba aquellos hermosos ojos azules que lo seguían en cada uno de sus sueños. Su corazón se aceleró al darse cuenta que en 15 días serian por fin marido y mujer, se estaba acercando la tan deseada fecha en la que estarían juntos.
Salió del baño con un camisón encontrando a su nana en la habitación cambiando las sabanas y las cobijas de su cama, estaba ventilando el cuarto ya que el olor característico del sexo aún se encontraba presente en la habitación. La mujer sabía que el príncipe tenia encuentros con alguien, hombre o mujer no importaba, ella sabía que el joven tenía preferencia por ambos.
- Joven príncipe, ¿Cuántas veces le he dicho que se comporte?, su madre ya pregunto la razón por la que hago tan seguido la lavandería.
- Nana, no le hagas caso.
- Siempre termino sonsacándolo, pero que pasara ahora que se case ¿Seguirá llevando esa vida?
- No nana, mi amor por ella es tan grande que, una vez que se anuncie el compromiso dejare a mi amante en turno y me enfocare en hacer feliz a mi hermosa Nain.
- Eso espero joven, ahora sus padres lo esperan para desayunar.
Luca se cambió rápidamente y se dirigió al comedor, viendo por el camino como todos los sirvientes estaban atareados en arreglar el gran salón para el banquete de cumpleaños y presentación del compromiso. Llego a la mesa y vio como sus padres ya habían empezado a desayunar, su madre le dio una mirada desaprobatoria y su padre solo lo vio cómplice sabiendo ya por que su hijo se había tardado.
- Otra vez llegas tarde a comer hijo, debes mantener tus modales, que dirán los duques cuando lleguen.
- Madre ya estoy aquí, no te preocupes, cuando ellos lleguen seré la persona mas educada del mundo, además tengo que darle una buena impresión a mi prometida.
Los reyes se miraron cómplices, habían olvidado decirle a su hijo aquel pequeño secreto que guardaban, creían que cuando se enterara les reprocharía, pero ellos estaban mas que enterados de los encuentros sexuales que tenía su hijo, sabían de su bisexualidad así que no le vieron problema alguno a que primero conociera a su prometido y después le contaran.
- Hijo, Nain y sus padres llegaran esta noche, descasaran y arreglaremos los términos del matrimonio por la mañana y por la noche se celebrara el cumpleaños número 16 de tu prometida.
- ¿No estas emocionado hijo?
- Claro que si madre, por fin volveré a ver a ese hermoso ángel de ojos azules y cabello rubio.
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Laura ayudo a Nain a colocarse el corsé, poniéndole las enaguas y la falda del vestido, se maquillo y salió de su habitación dejando detrás de él un exquisito aroma a canela y limón que ya lo caracterizaba, llego al comedor donde sus padres lo esperaban, se sentó y se dispuso a comer en silencio. Aquello dejo preocupados a los duques ya que Nain era muy enérgico sobre todo en las mañanas, pero ese día su semblante era triste y apagado.
- ¿Qué pasa hijo mío?
- Nada madre, es solo que no puede dormir bien anoche.
- ¿Sera por la emoción?
- ¿Emoción de qué? – Nain la miro desconcertado como si no entendiera de lo que le estaba hablando.
- Recuerda que tu cumpleaños se celebrara en el palacio y se anunciara tu compromiso con el príncipe, además tendrás 15 días para conversar y conocer mejor al joven.
Nain se había centrado tanto en Carlo que había olvidado por completo aquello.
- Lo siento madre lo olvide por completo, creo que necesito empacar ahora.
- No te preocupes hijo, ya Laura se está empacando tus cosas, partiremos por la tarde, son aproximadamente 3 horas hasta el reino, pero preferimos llegar allá por la noche para descansar y poder ver los preparativos de última hora, mañana por la mañana.
- Si padre – Nain asintió y siguió comiendo en silencio.
Terminando de comer Nain salió al jardín, se sentó a la orilla de la fuente, metio sus largos dedos en el agua cristalina, sintiendo la frescura, ahí vio como los peces de colores se arremolinaban y mordían sus dedos. Dejo escapar una pequeña risilla por el cosquilleo que sentía en los dedos, pero de repente gotas que perturbaban la calma del agua espantaron a los peces, Nain dejo salir gruesas lágrimas, todo aquello había sido demasiado para él, descubrir que Carlo solo quería hacerlo suyo el mismo día que le habían confesado que se iba a casar.
El día pasó demasiado rápido, entre que su madre le entregaba el vestido para su boda, la preparación de sus cosas y los arreglos de la casa por la ausencia de los duques se llegó la hora de partir, la familia monto el carruaje y se dirigió hacia el reino de Varsena.
El carruaje llego a su destino, los reyes y el príncipe salieron a recibir a los duques personalmente, con una gran reverencia saludo el duque, ayudando a bajar a su esposa del carruaje también hizo una reverencia y de pronto el mundo se detuvo para Luca, ahí estaba, el amor de su vida, la mujer que siempre lo perseguía en sueños, estaba ahí frente a él, aquellos ojos azules adornados por unas largas pestañas, lo miraban fijamente, entre extrañado y triste, una tristeza que no le gustaba para nada, Luca sería el encargado que durante ese tiempo emanaran felicidad y amor puro.