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Y ante todo, ¿por qué él? por Miraku

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Notas del capitulo:

El capítulo sí está editado, sólo eso basta con decir.

¡HOLA!

Ya abajo explico por qué no actualicé la semana pasada.

Sin más, a leer:

Vinx es conocido como alguien indiscreto, impertinente, grosero, pervertido y un largo, muy largo etcétera. Pero si hay algo que no le podemos negar de nuestro buen Vinx, es su cariño por Henri. Henri es el freno y salvavidas de este baterista sin filtro; es su mejor amigo, su centro de inspiración y su oasis de felicidad. Si algo le llegaba a ocurrir a Henri, Andrew haría todo lo imposible para remediar ese dolor y tener presente la sonrisa de su vocalista. No había amistad más pura y real que la de ellos dos. Los secretos escaseaban entre ellos dos y ver por la seguridad del otro era su principal objetivo. Los verdaderos amigos se pueden contar con los dedos de la mano y te sobrarán dedos. Pero ni Andrew ni Henri necesitaban ponerse a contar quiénes eran de verdad sus amigos, con saber que contaban entre ellos dos, bastaba y sobraba. Así estaban más que felices.
            La vida los unió desde muy temprana edad. Henri había llegado a esa mediana ciudad junto con su madre y el deseo de salir adelante. Su madre, tras haber sido traicionada y abandonada por el hombre que tiene el título del padre de nuestro ángel vocalista, decidió que lo mejor era irse a refrescarse con nuevos y limpios aires. La mujer buscó incansablemente por un trabajo que le dé una vida digna a su hijo; siendo ella egresada de una buena universidad de enfermería, no fue difícil conseguir empleo. Ya teniendo cubierto el tema de labor, su madre, de nombre Alicia, buscó un buen lugar donde vivir y escuela para su hijo. Dios los crea y ellos se juntan, pues al llegar a aquella medianamente gran casa de dos pisos, Henri conoció a Andrew.
            El chico rubio iba saliendo de la casa y recibió sonriente a sus nuevos inquilinos. Como la madre de Andrew era la encargada de vender el predio, no fue difícil para el jovencito infiltrarse y conocer a sus nuevos vecinos. Henri, antes de llegar a esa ciudad, era un chico retraído, callado y sumamente tímido; casi ni hablaba, en realidad. Su mamá siempre le invitaba a hacer amigos, a hablar con gente de su edad, ya que ella no era la única que necesitaba conocer. Con un pequeño empujoncito, Alicia insistió a su hijo para acercarse al chico de bonitos ojos verdes y sonrisa con un diente frontal faltante. Andrew le saludó efusivamente y le dio la bienvenida con un apretón de manos. Ese chico era un total opuesto a Henri (y actualmente lo sigue siendo). Por lo que el pequeño no le tomó confianza sino temor, ese chico le atemorizaba y envidiaba: era muy expresivo. Y sin que los dos pudieran darse cuenta, después de que un decepcionado Andrew cabizbajo se largara ya que el nuevo chico tampoco le tomó la palabra, Henri fue quien lo comenzó a seguir con la mirada cada que lo veía de cerca o de lejos.
            Henri y su mamá habían llegado a su nuevo hogar al comienzo de las vacaciones de verano, así que desempacar y prepararse para el regreso a clases fue pan comido (omitiendo las luchas para conseguir el dinero). Henri veía en su escritorio su nueva mochila y uniforme, estaba orgulloso ya que él fue quien planchó perfectamente las prendas. Aún era relativamente temprano, por lo que el pequeño de casi ocho años decidió que sería buena idea ir a cazar luciérnagas. En su antigua casa había muchas y le gustaba atraparlas en un frasco y después dejarlas ir. Henri tomó una vieja mochila para sus solitarias aventuras junto con un impermeable amarillo y unas botas de hule azules; se las puso sobre su suéter azul y pantalón café y salió en su búsqueda. Con lámpara en mano para poder llegar a su destino, que era una pequeña área verde detrás de su nuevo hogar y la enorme y elegante casa de a lado, que era donde vivía el chico con el diente faltante. Caminaba con cuidado y cuando visualizó la silueta oscura de aquel enorme manzano supo que ya había llegado. Henri sacó de su mochila un frasco y se acercó al árbol pero se sobresaltó al oír un tímido lamento por lo que con más cuidado se acercó para ver de quién se trataba. La sorpresa se imprimió en su rostro: era Andrew. El chiquillo estaba sentado en una rama llorando. Andrew estaba llorando, ¿por qué? La duda y la pena invadieron al pequeño Henri y, quitando su fuerte pánico ante el hablar con la gente, le preguntó si estaba bien.
            Andrew paró su llanto de golpe y se quedó callado, sentía sus mejillas arder. Sus hermanos mayores le habían provocado el llanto y ellos fueron los que le clavaron en la mente que si te veían llorar es porque eras débil y marica. Andrew quería ser fuerte y vencer el miedo que les tiene a sus padres y hermanos. Su familia siempre le presionaba por una u otra razón, ya sentía que podría desfallecer en cualquier momento si no fuera por el esfuerzo que ha puesto para seguir en pie. La delicia de un triunfo y la refrescancia de la victoria son algo utópico para el chico, más no imposible. Pero Henri le volvió a preguntar si estaba bien, que qué tenía, su tono utilizado era insistente y preocupado. Andrew sabía que ese niño de cara linda no hablaba con nadie más que con su madre, si ahora le preguntaba por su estado es porque le importaba. Tal vez podría por fin hacer un amigo.
            No sólo Henri tenía dificultad para hacer amigos, no, Andrew igualmente. Sólo que en esta situación es porque era demasiado impertinente, efusivo y nadie lo quería. Cuando Andrew quiso hacerse el fuerte respondiéndole que no lloraba que porque eso era de niñas, Henri sonrió y rió levemente. Ambos pelearon sobre el llanto para que al final el niño de ojos verde oscuro confesara que lloraba porque sus hermanos le estaban molestando y habían quemado un juguete suyo. Henri se sorprendió de que, a pesar de eso, Andrew no odiara a sus hermanos. El niño aseguraba que era una prueba para hacerse más fuerte con el tiempo. Más eso no quitaba el hecho de haber lastimado la fragilidad y pureza infantil de Andrew.
            Aun así, siguieron hablando y hablando felizmente.
            A partir de esa noche, una amistad realmente fuerte nació.
            Fue una gran sorpresa para los dos niños de casi ocho años al saber que irían al mismo colegio. Andrew, al ver llegar a Henri, le sonrió. Ese diente faltante lo hacía ver lindo. Henri, un poco más confiado, se acercó a Andrew y él se encargó de mostrarle las instalaciones. Esos pasillos con casilleros, carteles de bienvenida, maestros y con niños y jóvenes vistiendo un feo uniforme gris con azul vieron andando a los dos chicos, siendo felices porque tenían ya compañía a su lado.
            Los años pasaron, y esas dos casas, esa área verde, el enorme colegio, la mediana ciudad y el tiempo vieron crecer a estos dos amigos. Los mejores amigos, eran casi hermanos si no fuera porque no comparten sangre (aunque una vez lo intentaron pero terminaron llorando). Andrew se la vivía en la casa de Henri. Siendo ellos vecinos, las casas estaban plenamente unidas, muy unidas, en realidad. La ventana del cuarto de Henri tenía salida a un pequeño pasillo que se unía a la ventana de un cuarto de la casa de Andrew. Así que cada que tenía tiempo, Andrew iba al cuarto de Henri y hacían lo que se les ocurriera: jugaban, dormían, veían tele en la sala, platicaban, sea lo que sea pero siempre se divertían.
            Su sueño y amor por la música nació gracias a que la madre de Henri era y es coleccionista de acetatos de buenas bandas de rock. Todo su fanatismo se convirtió en el amor y pasión por la música y que les influyeran para formar la banda más impresionante de estos tiempos y futuros.
            Ahora, es al recuerdo que necesitamos conocer para comprender qué sigue en esta historia. Ambos amigos eran ya todos unos Adonis: guapos y bien desarrollados. En ese entonces, Andrew aún no era novio de Alexandra, sólo la veía trabajar y suspiraba por ella, le daba miedo preguntarle para salir. La confianza actual de Vinx se forjó cuando CaNniBaL fue oficialmente fundada. Ya claro Henri sabía y tenía en claro sobre sus preferencias y su amigo estaba enterado de ellas, hasta que se enamoró de un chico. Era un joven de la Universidad cerca de la que Henri y Andrew asistían. Realmente iban a estudiar para pasar el rato, lo de hacer una banda iba totalmente enserio. Los padres de Andrew le obligaron a estudiar alguna licenciatura como lo habían hecho sus hermanos, y Henri decidió seguir la fachada con él para evitar cualquier desnivel. Pero lo que aquí nos importa era que Henri se sintió atraído por ese chico y no dudó en acercarse a él. Henri se volvió alguien abierto y muy hablador después de haber estado tanto tiempo pegado a Andrew, era inevitable. Le coqueteaba y saludaba; y ese chico cayó antes los encantos de Henri. Después de un tiempo, cuando Henri cumplió los diecinueve años, en esa pequeña celebración el muchacho se le declaró y pidió comenzar una relación con nuestro ángel. Andrew no estaba de acuerdo, no porque fuera el hecho de que ambos eran hombres, eso ya lo aguantaba porque se trata de Henri, pero ese chico no le brindaba nada de confianza al baterista amateur.
            Andrew le insistió a su casi hermano que tal vez no era buena idea y que ese joven no era el correcto. Henri no le hizo caso. Su amigo siempre decía lo mismo de cualquiera de sus parejas. Pero ya una vez anterior Henri sufrió el rompimiento de su corazón y Andrew se lo había advertido. Siempre se lo advierte. Pero las cosas no siempre pueden salir mal. Tal vez esta vez sí había encontrado una pareja estable. Así que no le hizo caso alguno a Andrew y siguió con su relación.
            Junto con bellos momentos, los problemas llegaron muy pronto. No tenían ni dos meses de relación y ya el novio de Henri lo tenía muy controlado al chico. Andrew pasó a segundo plano por culpa de ese sinvergüenza y el cantante estaba siempre estresado para hacer lo que sea necesario para mantener contento a su pareja. Aun así, Henri hacía también lo imposible para no dejar de lado su pasión por la música, a su madre y, por supuesto, a su mejor amigo; aunque éste último siempre insistía que debía acabar con ese intento de noviazgo.
            Henri es prodigioso y talentoso: sabe tocar el violín, piano, guitarra, flauta trasversal, arpa, e incluso la gaita y algunas percusiones. Era un chico con tanto talento para los instrumentos como con su voz: una magnífica voz media y baja que posee buenos cambios medianos de voz y que alcanza muchas notas graves. Junto con Andrew pensaban ya en formar una banda, sólo que les faltaba gente. A pesar del talento de Vinx y Henri, no era suficiente si querían sobresalir, más fue en esos momentos donde todo se arruinó.
            El novio de Henri insistía en ir a los ensayos de su pareja y ese mejor amigo que dice tener, para ver de cerca a Henri y poder controlarlo. Ese tipo veía trabajar duramente a su novio tocando la guitarra o piano mientras cantaba sin desafinar –que eso es algo realmente difícil sin que te salga un error– y Andrew (que también toca varios instrumentos) le coreaba y ayudaba en cuanto podía. Y en vez de darle apoyo, el novio, de ese entonces, de Henri le dijo que lo mejor era que él no tocara ningún instrumento, que así no lucía. Henri, asustado de que fuera abandonado por alguien que quiere, intentó rebajar a sus esfuerzos, pero no bastó. Su novio siempre le recordaba que no debía tocar él los instrumentos, que eso se lo dejara a Andrew y a los demás integrantes que consiguieran. Y poco a poco, Henri perdió su confianza ante su talento para tocar y dejó los instrumentos para solamente cantar.
            Tiempo después, casi un año para ser exactos, ese tipo terminó a Henri, y el chico lo aceptó sin darle importancia. Él ya consideraba que hace tiempo que su relación había terminado y cuando vio al rostro de Andrew supo que de nuevo había tenido razón su amigo y fue a abrazarlo con fuerza. Su casi hermano lo acunó con cariño y fuerza, a fin de cuentas, seguía siendo frágil. Ya no debía precipitarse y tentarse ante los hombres que le atrajeran.
            Henri, un tiempo después, tuvo otra pareja que de ella hablaremos después.
            El cantante suspiró, no era hora de recordar esas cosas. Hoy iban a grabar una canción nueva y ver ideas para unas otras en espera, los sencillos ya estaban a la vuelta de la esquina y debía tener todo respaldado para poder hacerlos como se debe. Para apenas llevar cuatro meses de trabajo, no estaban nada mal su ritmo. Sólo que la actitud de Andrew fue lo que le sacó de onda porque de un día para otro estaba más distraído, nervioso y torpe que de costumbre. Y esas actitudes se enfatizaban más cuando Hinata estaba cerca de su mejor amigo. No pudo evitar sentir unos ligeros celos.
            ¿Y eso por qué? Sencillo: Andrew ha comenzado a intentar en acercarse a Hinata y convivir más con él. Y de tal forma que parecía que Vinx buscaba hacer sonreír al DJ, buscaba que el ambiente fuera ameno y era más relajado a pesar del “odio” que según profesaba contra el lindo chico de ojos carmín. Se supone que Henri quería eso, deseaba que todos se pudieran llevar bien y deseaba que su mejor amigo y el DJ comenzaran a convivir y hacerse cercanos. Pero Andrew dejó de lado a Henri. Eso era lo que le molestaba, de ser el centro de atención de Andrew pasó a ser simplemente una compañía más. Eso no era justo, Andrew ha sido toda su vida su mejor amigo y compañero, que un DJ con actitud de diva acaparara de tal manera la atención del rubio, celaba a Henri. Se supone que son mejores amigos...
            —Qué raro que hayas sido tú el primero en llegar —dijo Andrew de sorpresa para el vocalista mientras entraba al estudio—, normalmente te pierdes con tu... aparentemente llamada relacioncita con McGiffen por varias horas y haces que nos retrasemos.
            —Lo-lo lamento... —se disculpó con palpable vergüenza el chico con cara de ángel—. No quería ser una carga para ti, y lo sabes.
            —¿Carga?, ¿por qué mi mejor amigo y fuente de inspiración sería una carga? Para nada, sé que por ahora McGiffen te tiene hechizado y no tengo permiso de quejarme como tal porque yo también me he dado escapadas con lindas chicas en otras ocasiones y si tú me las disculpas, ¿por qué yo no? Sólo ten más cuidado, es que lo haces muy seguido y se podrían dar cuenta los demás. Y por lo visto, quieren mantener eso en secreto.
            Henri sonrió y sintió sus mejillas hervir. Andrew había dicho que él era su fuente de inspiración, eso, eso le había hecho el corazón palpitar con fuerza. De verdad que no podía enojarse de verdad con él. Andrew tiene una mala personalidad cuando está siendo provocado pero, en momentos como ese, en la calma, ese baterista sabe siempre qué decir. Debía relajarse, después de todo, él quería que Andrew y Hinata se llevaran, ahora debía aguantarse.
            —Pero sí tengo que pedirte un favor. —Continuó Vinx mientras sacaba el trabajo que dejó a medias la noche anterior.
            —¿Qué necesitas?
            Vinx se acercó a Henri demasiado, los ojos completamente abiertos del baterista examinaban y escrutaban al vocalista. La respiración de su casi hermano era serena y pausada que chocaba con delicadeza contra su rostro, esa cercanía sólo podía significar una cosa: era un favor de mucha importancia.
            —Quiero que vuelvas a tocar algún instrumento.
            —... ¿Qué?
            —Ya me oíste, así que no te hagas, quiero que vuelvas a tomar un instrumento, sientes tu culo en una silla y toques la siguiente canción que compongamos.
            —No lo sé, Andrew... —Henri desvió la mirada, avergonzado—. Sabes que esa confianza para los instrumentos ya la perdí, a veces quiero volver a hacerlo pero, no lo sé, me da miedo, de verdad que me da miedo. Siento que lo echaría a perder y no queremos atrasarnos por culpa de mi mediocridad.
            —¿Mediocre?, ¿quién dijo que eres mediocre? Por favor, Henri, ese idiota no puede seguir torturándote mentalmente, ya de eso han pasado siete malditos años. Y por culpa de ese hijo de puta perdí parte de mi mejor amigo, ¿crees que no me preocupa que ya no toques ni un acorde? ¡Claro que me preocupo! Y no por la banda, CaNniBaL está bien; me preocupo por ti. Ya no quiero ver esa desconfianza en tus ojos, amigo. Ya no quiero ver que te cierras a solamente cantar, porque sé que eres capaz de eso y mucho, mucho más. Eres el que más talento tiene de nosotros cinco y no lo has demostrado por ese tonto miedo sin sentido que creció por culpa de un estúpido cuyo nombre no quiero ni pensar. Por favor, Henri, no debemos dejar que Hinata se encargue de hacer los instrumentales que faltan para la banda sonora cuando te tenemos a ti, quien puede hacerlo.
            —¿Esto lo haces por mí o por Hinata? —Preguntó molesto Henri, después de lo que dijo su casi hermano.
            —¿Disculpa? No te entiendo.
            —¡¿Cómo que no lo entiendes?! Andrew, ¿qué te traes con esa actitud de querer llevarte con Hinata? Si juras odiarlo y de pronto intentas acercarte a él con tal serenidad. Dime, ¿por quién pides este favor?, ¿por mí o por Hinata?
            —Suenas celoso, mierda. Sólo agregué eso porque Hinata es el encargado de hacer todos los instrumentales ya que así es más fácil. Y no, no te pido el favor por él, lo pido por ti... y por mí, quiero que vuelvas a tocar. Jamás te pediría algo imposible, jamás haría algo por alguien más antes que para ti porque eres la única familia que me queda y que de verdad amo. Si te pido que vuelvas a tocar es porque sé que eres capaz de hacerlo y hacerlo mejor de lo que cualquiera se pudiera imaginar. Por favor, Henri, hazlo por ti mismo más que por mí, el tarado que te pide el favor...
            Henri miró a los ojos de su mejor amigo para lanzarse a abrazarlo. Aquellos fornidos brazos siempre le han dado ese calor jamás encontrado. No lo podía negar, Andrew era reconfortante y muy dulce, tal vez demasiado. Cuando logras entrar al corazón de este baterista, puedes sentir esa cercanía y cariño que le ha profesado al vocalista desde que decidieron convertirse en mejores amigos para toda la vida. A pesar de sus grandes imperfecciones, principalmente la homofobia, Vinx era alguien extraordinario, sumamente noble y dedicado a lo que le gusta y ama. Sus dedicaciones principales son la música, su novia y Henri. Por ahora, no había nada más que le interesara, o eso parece.
            Andrew correspondió con grandes fuerzas el abrazo que le daba su amigo. Aunque suele quejarse del contacto entre dos hombres, no puede evitar desear cuidar de solamente Henri; siendo él su razón de inspiración y felicidad, no tenía de otra que siempre buscar por la comodidad de su casi hermano. De verdad que Andrew no sabía qué hacer sin Henri; pero con un abrazo mientras le acariciaba la espalda con dulzura y unas palabras de confort y fortaleza bonitamente susurradas al oído del vocalista, son menesteres y eficaces para que su mejor amigo recuperara la compostura. Y el dulce susurro que le dedicó Henri pronunciando la simple y deliciosa frase “Está bien” le ayudó a Vinx a darse cuenta de que iba a recuperar a su mejor amigo por completo, a su felicidad.
            La puerta sonó. Rápidamente Andrew se separó y comenzó a limpiar la inexistente suciedad de su inmaculado cuerpo mientras Henri se cruzaba de brazos y dejaba entrar a la persona que pedía permiso de acceso con un simple “Adelante”. Quien entró fue Luther junto con Tony. Sólo que lo curioso del asunto era la emoción que emanaba el guitarrista principal, mientras que Tony no le daba caso y se iba a sentar en el sillón con flojera. Y atrás de ellos entró Charlie con su gesto seco y frío de siempre. Pero pronto dejaron de darle caso al bajista recién llegado para ver el estúpido y ridículo baile que estaban efectuando Luther, moviendo sus caderas y brazos de un lado a otro.
            —¿Por qué está bailando Luther? —Preguntó en voz muy alta Vinx sin poder dejar de ver al vergonzoso acto de su amigo guitarrista.
            Tony suspiró rendido y miró al baterista: —Hinata comienza a trabajar con Lila a partir de hoy. La cantante va a venir aquí a hacer el trabajo para que no dejemos de lado el proyecto que nosotros tenemos. Mierda, Luther, deja de bailar así, parece que quieres, más bien, orinar.
            —Parece marica, más bien —agregó el baterista mientras se dirigía a la salida del estudio con algo de prisa.
            Antes de que Henri, sumamente desconcertado, preguntara adónde iba su amigo, Vinx se había salido ya, cerrando de forma brusca la puerta. ¿Por qué de la nada ha comenzado a hacer eso? Desde ese extraño cambio de actitud de su casi hermano y felicidad, Henri, se ha sentido olvidado...
            Andrew intentaba acercarse a Hinata y, cuando estaba con el DJ, se retractaba; porque la cobardía pintaba su alma, lanzando el grito de la retirada, la oportunidad la deja ir junto con ese extraño sentimiento que se albergaba fuertemente dentro de su corazón.
            Andrew no lo entendía pero tenía fe de que debía estar cerca de Hinata. Estaba seguro de que debía cuidarlo. Estaba seguro que debía dejar de lado sus groserías. Estaba seguro de que debía dejar de ser tan cobarde y tan hijo de puta en cuanto a sus insultos. Tenía que reconocer que a veces se le pasaba la raya cuando peleaba con Hinata. Dejaba expulsar palabras grotescas y sin tacto. Lastimaba a Hinata en magnitudes descomunales en comparación a todos los homosexuales que ha atacado juntos. Hinata era un blanco fácil, pero, después de cada situación que ha vivido con él, por fin estaba aprendiendo que al débil no se le debe de abusar. Al que es diferente es, más bien, un complemento. El complemento de nuestra vida para el alcance de una perfección completamente imperfecta. Andrew fue educado con la idea de que el hombre está hecho para la mujer y la mujer está hecha para el hombre. Hinata es completamente lo opuesto. Comparando estas dos formaciones, es donde se completaban, porque ninguno estaba en el punto medio... no hasta que se tenían frente a frente.
            El guapo baterista caminaba a pasos gigantes con dirección al estudio de Hinata. Llegó bastante rápido y, como es típico de él, abrió la puerta sin permiso ni cortesía. Hinata estaba hablando por teléfono en esos mismos instantes.
            —Gracias por llamarme, abuela —dijo amablemente Hinata—, pero ya me tengo que ir a trabajar... luego te llamo yo, cuídate mucho... yo igual, hasta pronto.
            Y colgó. Dejó su teléfono con funda que tenía la figura de Pussyfoot, el gatito de los Looney Toons, sobre la mesa y vio al que recién llegó. Vinx tenía una mirada seria pero no enojada, asqueada o hastiada como solía regalarle. Últimamente ese guapo baterista ha cambiado mucho en cuanto a su actitud frente a él. Hinata se salió de onda por esas atenciones proporcionadas por su eterno rival. Claro que de vez en cuando seguían peleando y diciéndose insultos absurdos pero eso ha bajado mucho. Las peleas, de hecho, disminuyeron después de la más fuerte que tuvieron, que, incluso, hizo llorar a Hinata mientras era abrazado tontamente por Vinx. Así que su actual situación era incómoda cuando no intercambiaban palabras, de cualquier índole o idioma. Si estaban hablando, ambos se sentían bien uno con el otro, si estaban callados, Vinx solía irse rápidamente o Hinata sudaba en frío. Era algo extraño para ambos, en especial porque no entendían la infinita cantidad de sentimientos adjuntos a estas cursilerías.
            —Vinx, ¿qué se te ofrece? —Preguntó Hinata algo sorprendido de ver tan temprano al baterista de CaNniBaL.
            —¿Lila comienza a trabajar contigo a partir de hoy, verdad? —Respondió con otra pregunta el baterista y Hinata asintió algo confundido—. Bueno, entonces..., ten cuidado de Luther.
            —¿Luther?, ¿tu amigo, el guitarrista líder?, ¿por qué?
            —Sólo hazlo... no..., no quiero que te utilice.
            Esa petición sacó completamente de serie al DJ. ¿Había oído bien?, ¿Vinx estaba, acaso, preocupado por él? Esa sí que tenía que ser la broma más grande y pesada que le ha hecho hasta esos momentos. Hay límites y, según el criterio de Hinata, esta vez Vinx sí que los rebasó de mala manera. El que el guapo baterista fingiera preocupación por su persona le molestaba, con eso no se jugaba. Si cuando Hinata ve que quieren incluir sentimientos, él daba un alto. Odiaba sentir pero era necesario para mantenerse humano. Pero mientras más lejos de sus emociones, es mucho mejor.
            —Vinx, no sé a qué carajos te refieres... pero no juegues con fuego si sabes que te puedes quemar —sentenció Hinata con una mirada sumamente seria—. Deja de fingir que te preocupa lo que sea qué mierda quiera intentar tu amigo conmigo o con Lila.
            —No lo estoy fingiendo. De verdad, ten cuidado con Luther. Se quiere acercar a ti, más de lo permitido por la ley divina, para sacarte información sobre Lila. No quiero que se propase contigo por una mujer. No es justo para ella ni para ti; hazme caso, sé que Luther es un completo idiota con mucha mierda en la cabeza. Sólo piensa en guitarras, su hermano y en tetas, no quiero que por culpa de su falta de tacto te haga daño.
            La seriedad con la que lo aseguraba Vinx asustó un poco a  Hinata. Tal vez sí que estaba hablando enserio, ¿pero cómo creerle si este tipo siempre anda bromeando y diciéndole cosas hirientes? a las veinticuatro horas al día, los sietes días de la semana y con ese sentido del humor tan estúpido y molesto, ¡¿cómo?! Ni siquiera conoce tan bien al amigo ese de Vinx, tampoco es como si ya conociera a Vinx mismo. Pero, pesando ambas relaciones, ha tenido más contacto con Vinx, quizá demasiado. Y conoce más de ese idiota macho gorila que al guapo pelirrojo obsesionado con la seguridad de su hermano gemelo. No le quedaba de otra que seguir el consejo de este guapo rubio idiota. Y Vinx es amigo de Luther, debe tener una razón bien justificada para pedirle tal cosa.
            —E-está bien —respondió aún algo confuso el DJ.
            Vinx sonrió fugazmente de forma complacida: —Es lo mejor, maldito traga pelotas.
            Y se fue rápidamente. El corazón de Andrew, sin que el propietario lo entendiera, latía a un millón por hora. Era una bomba de tiempo a punto de explotar. El gesto confuso de Hinata se le hizo extrañamente adorable.
            Como hemos entendido, Andrew ha estado intentando acercarse a Hinata pero con el objetivo de no pelear. Quería conocer al DJ. Después de haber visto esas lindas fotos (que aún esconde en su celular de forma bestial) vio que era necesario parar con esos comportamientos. Claro que los insultos van y vienen de forma automática, ya se acostumbró a tratarse de mala forma con Hinata. Pelear está en su aire y sangre. Pero recibir una sonrisa tan serena y cálida como algunas que vio en las imágenes, no le caerían mal. Hinata ha demostrado que tal vez sea alguien de confianza para nuestro orgulloso y homofóbico baterista. Si ya tiene un mejor amigo gay –enfatizando que es su mejor amigo–, ¿por qué no tener otro? Aunque siempre le falte el respeto a esta gente con gustos diferentes, no le caería mal ir aprendiendo una que otra lección. Y sólo Hinata es capaz de enseñarle. La vida te junta con las personas que menos puedes esperar y éstas son las que más cosas te enseñan. Así que intentar, aunque sea intentar, ser amigo de Hinata era un nuevo propósito de Andrew. Deseaba verlo feliz, deseaba tener esas sonrisas cálidas y esos brillantes ojos como regalo para él. Quería ser parte de la vida de Hinata y que el DJ fuera parte de la suya.
            Con aquella satisfacción de saber que Hinata le tomaría la palabra, salió más tranquilo. Debían seguir trabajando.

Seis meses. Justamente se cumplían seis meses y medio desde que se inició el proyecto que creó la autora Suri Spoon. El tiempo se fue volando, cada canción, cada pelea, cada anécdota son testigos fieles de estos momentos. Ocho canciones estaban listas ya y han sido agregadas a la banda sonora final. Faltaba hacer cuatro canciones más y los tres sencillos que se encargaron al momento de firmar el contrato. ¿Pero, qué hay de Lila? Bueno, les daré un breve resumen de tomo lo que pasó en esos dos meses y medio:
            Lila es una chica de baja estatura, piernas delgadas, pecho plano y cinturita de avispa. Una mujer atrapada en un lindo cuerpo de niña. Aprovechando eso, Lila adquirió una imagen total de lolita. Usa siempre vestidos con holanes, colores pastel, peluches, perfectamente peinada y maquillada; casi parecía una verdadera muñequita de porcelana de no ser porque está viva. De actitud vivaz y espontánea. Ojos grandes de color azul cristalino cayendo a un verde agua y piel muy blanca, con cabellos rubios y ondulados y esa boquita pequeña y sumamente carnosa la volvían una belleza ilegal. Ella es conocida por su apariencia y por ser cantante de indie-pop. Teniendo varios éxitos, era una chica reconocida por su música movida y letras atrevidas. Con metáforas dulces, ella cantaba letras llenas de lujuria, sexo, diversión y reflexión. Era una fabulosa mujer de la edad de los integrantes de CaNniBaL y muy sincera. Cualquiera caería ante su ternura. Y Luther estaba completamente hechizado por ella.
            Desde el primer día que llegó, Luther decidió hablarle pero eso no salió ni tantito bien. Al verla llegar tan linda y bien vestida, se acobardó y retrocedió sin hacer nada. Incluso, sintió envidia al ver a Vinx, su amigo, saludar amenamente a la cantante de abrazo y beso. Se supone que le ayudaría y, siendo su amigo baterista tan guapo, el que le haya saludado no era de mucha ayuda, en realidad.
            Lila fue quien se le acercó a saludar. Luther no pudo y casi sentía que se moría. De hecho, se desmayó cuando la chica le tocó el hombro y le sonrió. De verdad que era muy linda, debía conquistarla a como dé lugar. Así que debía recurrir a Hinata.
            Como Vinx le había advertido, Luther se acercaba a Hinata y le hablaba sumamente bonito. El chico llegó a caer en esos falsos encantos y quiso dejarse ir por la galantería del guitarrista. De no ser por Vinx y su molestia ante lo tonto de Hinata, el DJ hubiera hecho una estupidez: sentirse atraído por Luther. Cuando le hizo entrar en razón (con un buen golpe en la cabeza), pelearon y Vinx ganó. Cuando se dio cuenta de eso, el fundador de CaNniBaL estuvo molestándolo por casi dos semanas enteras sobre esa absurda victoria; pero eso sí, Vinx seguía cuidando de Hinata. Luther era una amenaza ante la fragilidad del chico de ojos carmín. Todos esos actuados coqueteos por parte de Luther fueron castigados debidamente: Hinata no le hizo caso ni una vez más. Y Andrew golpeó y regañó a Luther hasta el cansancio (agregando que su gemelo, Tony, le ayudó al baterista). Así que después de ser sermoneado como pecador ante el padre, Luther fue directo con Hinata y le pidió como gente civilizada ayuda para conquistar a Lila. Hinata le sonrió con ternura y suma calidez que hasta provocó un sonrojo al guitarrista líder. Pero, a final de cuentas, le ayudó y, en menos de un mes, Lila ya estaba interesada en Luther. La chica llegó en el cuarto mes de trabajo de esa extraña alianza entre CaNniBaL y Hinata y para el quinto ya estaba feliz con el guitarrista pelirrojo.
            Salieron en unas cuantas citas y Luther no podía estar más enamorado de aquella chica con cuerpo de lolita. Era sencillamente perfecta para él. Y todo se lo debía a Hinata. Necesitaba agradecerle, por lo que fue a su estudio y cuando estuvo frente a él, le sonrió:
            —No sé cómo pagarte por la ayuda, Hinata —dijo sonriente Luther.
            —No es nada, Lila se ve feliz contigo —respondió relajado el DJ—, con solo prometerme que la vas a cuidar debidamente estaré bien.
            Luther sonrió mientras asentía y, por instinto, abrazó al DJ.
            ‹‹Santo cielo. No sólo Lila debería ser ilegal, este chico tiene cuerpo para pecar›› pensó un morboso Luther mientras estrechaba entres sus fuerte brazos al delgado y lindo cuerpo de Hinata.
            El chico de cabellos ahora completamente negros, sin sentir las malas intenciones del guitarrista, aceptó el gesto y también apretó juguetonamente el gesto. De no ser porque Vinx llegó y arruinó el momento carraspeando y tosiendo muy falsamente, su amigo pelirrojo hubiera aprovechado para apretar una de esas nalgas de ensueño. Pero ya tenía a la linda Lila, mejor debía aguantarse de esos insanos deseos carnales y estúpidos. De todas formas, Lila le gustaba más.
            —Lamento arruinar su momento sumamente marica, pero hay cosas qué hacer —dijo un indiferente Vinx—. Tenemos que ir al estudio de grabación. ¿Por qué? Porque a Luther le toca grabar y Hinata debe venir porque... porque sí.
            Los otros dos chicos asintieron y siguieron al baterista rumbo a la habitación que guardaba al equipo de punta para grabar de la mejor manera. Ony Music Re:cords no era cualquier cosa, no, no, no.
            Mientras estaban en ese camino, Hinata se topó con que Spencer, su manager, iba caminando de forma apresurada. Cuando el flacucho chico vio a su mejor amigo, se acercó con más rapidez, casi trotando, y le vio con un poco de preocupación mientras lo detenía de su destino. Vinx y Luther ya se habían adelantado.
            —Hinata, por fin te encuentro —detuvo al DJ de su destino a mitad del desierto pasillo con esa oración—. Mira, sucedió un percance con unos patrocinadores asociados con el proyecto, y tengo que ir a verlos, parece que quieren hacer un cambio de planes y que consiguieron una nueva entrevista pero nos la darán sólo si negociamos correctamente. Alexis, el manager de CaNniBaL y Charlie vendrán conmigo y estaremos ocupados casi todo el día, ¿no hay problema?
            —¿Por qué debería haberlo? —Sonrió dulcemente el amor no correspondido del flaco manager—, al contrario, espero que les vaya bien y que nada malo salga. Y ya en la noche pido un taxi, no siempre debes de andar de chofer para mí. ¿Ya vas de salida?
           —Sí... Me da pendiente dejarte sin aventón a tu casa pero nos tienen de manos atadas y será mejor arreglarlo ya. Lindsey, la secretaria de McGiffen, ya está allá esperándonos. Nos vemos mañana.           
            Hinata sonrió comprendiendo la situación y abrazó a Spencer, deseándole la mejor de las suertes. Los patrocinadores y accionistas pueden ser difíciles en varias ocasiones, pero Spencer siempre ha sabido qué hacer para evitar cualquier problema. No era hoy le excepción. Cuando Spencer se alejó por el lado contrario, Hinata siguió su camino hacia el estudio de grabación. Allí ya estaban todos. Dentro de la cabina se encontraban Tony y Luther, afinando sus guitarras, y, lo más sorprendente e irreal, Henri afinando un violín. Había oído hace tiempo que Vinx quería que Henri tocara y una vez que tuvieron oportunidad de hablar a solas, el vocalista le confesó lo nervioso que estaba de volver a sostener un instrumento. Hinata le alentó a no tener miedo, y ahora se sorprendía que de verdad estuviera pasando.
            Vinx estaba en la tabla de control junto con algún empleado encargado de esa área, Lila dando saltitos como niña pequeña que apoyaba a su novio y McGiffen también estaba allí presente, de brazos cruzados, a la espera de la presentación; el productor iría más tarde con los patrocinadores a negociar y ayudar a su incompetente secretaria. Hinata se acercó en silencio y espero a que la luz roja se encendiera, indicando que comenzaba el repertorio. No tuvo que esperar mucho, eso sucedió pronto.
            Los músicos dentro de la cabina se posicionaron en un lugar cómodo con auriculares de casco. La música hecha por Hinata comenzó a sonar y Tony con una guitarra acústica le comenzó a seguir. Los coros de Luther con otra guitarra creaban eco y ambiente, dando espacio a que Henri comenzara a tocar el violín. Una sonata prolongada y fuerte era lo que más atención llamaba, era impresionante. Henri ponía tal pasión y fulgor que el violín se volvía un aire palpable y visible. La piel de gallina se le volvió a todo presente. El instrumental que había creado Hinata era ameno, pero con esas guitarras y ese bello solo de violín volvían de la canción la sonata más colorida, bella y nostálgica de hasta ahora. Henri debía tocar más seguido.
            La canción era corta pero quedó perfecta. Dieron la señal de finalizado y bajaron sus instrumentos los músicos.
            Y no sólo el DJ estaba fascinado con Henri. Lila tenía los ojos sumamente abiertos, Andrew sonreía complacido y encantado del trabajo de su mejor amigo pero McGiffen era otro caso. Aún con los brazos cruzados, sonreía con dulzura pura a su pareja. Henri, al notarlo, le devolvió el gesto con una chueca y nerviosa sonrisa; se sentía desfallecer, volvió a tocar, por fin lo hizo de nuevo. Le debía una muy grande a Andrew, ya después se lo agradecería. Pero, en el fondo, a Henri le hubiera gustado que todos los de la banda le hubieran visto. Justamente Charlie y Alexis fueron los faltantes, eso le entristecía un poco pero ellos estaban ausentes por causas importantes. Por lo menos debía conformarse con tener a McGiffen ahí.
            Comenzaron a aplaudir. Y Hinata iba a seguir la celebración de no ser porque su teléfono sonó: le estaban llamando. Al ver de quién se trataba, se preocupó un poco: era Patricia, una sirvienta de su familia y su amiga de la infancia. Así que algo apurado salió del estudio para atender le llamada.
            —Patricia, hola —contestó dudoso Hinata—... sí, ¿qué sucede?... ¿Qué? No, eso no es posible... no...
            Hinata comenzó a llorar fuertemente sin poder permitirlo. La noticia que Patricia le estaba dando era la peor broma que uno podría hacerle. Pero no era broma, era real lo que le decía la chica: su abuela murió. La abuela de Hinata era la persona más cercana al chico, fue la mujer que de más cariño y amor lo llenó. Su abuela se encargó de darle las lecciones y cariños maternales que jamás recibió de su verdadera madre. La persona que más lo quiso y cuidó acababa de morir. Esa linda viejecita que lo vio crecer y que siempre le llamaba para saber de su estado había partido de este plano terrenal. Acababa de perder a su familia más querida y no hay nada que pudiera hacer para regresar en el tiempo.
            —S-sí... está bien, iré ahora mismo... gra-gracias, Paty. —Sollozó Hinata mientras colgaba.
            Tapó su rostro con sus dos temblorosas manos y se recargó contra la pared, más no se dejó caer. No podía creerlo, de verdad que no podía creerlo. Su abuela, se amada Abuela Mathilde había muerto. ¿Por qué lo dejó solo? Su abuela le había prometido que jamás lo abandonaría, que estaría con él siempre y ahora... había partido. Las lágrimas siguieron su curso y comenzaron a mojar su cuello, ropa, manos y corazón. Se sentía completamente roto. Debía ir a la casa de sus padres ahora mismo. Lo malo era que Spencer estaba fuera y era el único que podría llevarlo cuanto antes. Esto no estaba pasando.
            —Niñita, ¿qué te ocurre? —Preguntó un confuso –e interiormente preocupado– Vinx al ver el deplorable estado de Hinata.
            Rápidamente se limpió el rastro de llanto y debilidad: —No es nada.
            Vinx sacó un pañuelo, como la vez del derrame de soda, y se lo extendió con ternura. Era una muda invitación a que debía confiar en el baterista y decirle qué ocurría. Después de haberse limpiado y sonado, Hinata miró al guapo rubio y siguió llorando sin sollozar:
            —Mi abuela acaba de morir y debo ir cuanto antes con ella. El problema es que Spencer salió y está ocupado, no sé si haya autobuses disponibles para estos momentos y  es que yo no sé conducir..., jamás me dejaron aprender. Y enserio me urge llegar hoy mismo a la casa de mis padres en la ciudad vecina.
            Sin pensarlo, Andrew contestó: —Yo te llevaré.

CONTINUARA
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Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

Vaya, vaya...

Bueno, la semana pasada no pude actualizar porque salí con una amiga que quería verme y hace tiempo que no nos reuníamos. Aproveché salir que casi no lo hago y como no tengo internet no tenía cómo actualizar. (Y quién sabe si la próxima semana pueda...)

¿Qué les pareció?

Ya en el siguiente capítulo veremos la aventura que tendrán estos dos en el funeral de la abuelita, será bueno les digo yo.

Espero sus rews ya saben que me inspiran a seguir a pesar de todo. Quiero leer todo lo que piensen.

Los Quere Musho, Miraku, SAYO~


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