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Y ante todo, ¿por qué él? por Miraku

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Notas del capitulo:

CANCIÓN: Sácale brillo a una pena –Mägo de Oz.
(Ahora sí, mi banda favorita en todo el mundo le da título a, tal vez, el capítulo más esperado hasta ahora)

... ¡Hola!

... Sé que no tengo excusa qué dar con el hecho de que, sí, sí que me perdí para actualizar. Pero traigo mi justificación y se las doy ahora mismo para que sepan en general: mi computadora se descompuso dos veces en una semana. La primera vez pude arreglarla yo misma pero la segunda sí tuve que ir a pedir ayuda (no tengo otro medio para escribir fics y me preocupé perder todos mis avances). Ya cuando la arreglaron, me sentí triste por mal cuidar mi compu y dejé de usarla. Pero tomé valor y ya está aquí lo que tanto anhelan.

Créanme cuando les digo que este es el capítulo que han estado esperando.

ADVERTENCIA: Este capítulo contiene escenas sexuales explícitas.

Sin más, a leer:

Hinata suspiró. Ya no estaba tan seguro de si era bueno que Vinx supiera sobre sus raíces. Pero el baterista actuó bastante bien, a decir verdad. No hizo revuelo ni nada, sólo quedó, como era obvio de esperarse, muy conmocionado. Ahora varias cosas tienen sentido. Eso prendió la molesta curiosidad de Vinx. Porque, ¿quién en su sano juicio se iría de casa siendo hijo de Moonlight? ¡Sólo Hinata! Debía de haber una razón justificada para ello.

            Siguieron caminando lejos del hotel. Realmente Hinata no tenía ganas de estar, siquiera, cerca de la moderna construcción; le traía a la vida varios recuerdos insanos y pecaminosos. El DJ no quería combinarlos con los que se vayan a crear con este micro viaje. Todo estaba pasando demasiado rápido para procesarlo y comprenderlo. No quería creerlo, pero el trabajo se estaba acumulando fuertemente para ellos. La decisión de Suri Spoon para pedir a CaNniBaL y DJ Hinata como los compositores de la banda sonora original fue espontánea e imprevista. La escritora los pidió cual niña llorando por un juguete que le gustó. Las películas ya estaban listas pero no tenían música, no hasta que los músicos decidieron aceptar el trato y hacer este reto. No lo estaban haciendo mal pero era complicado, a veces todos se separaban y descarrilaban lejos del objetivo principal. Y cuando vuelven a su normalidad, sea lo que sea, algo vuelve a romper esa ligera unión de cordura. Era un dolor de cabeza muy fuerte.

            Vinx lo siguió también. El baterista caminaba a su nivel mientras se encendía un cigarrillo y se ponía los lentes de sol. La luz estaba siendo muy fuerte, por lo que Hinata se puso los suyos también. No le antojaba fumar en esos momentos, pero le parecía erótico ver a Vinx con esa imagen. Ambos estuvieron en un largo y ruidoso silencio. El confortable cantar del mar era una musicalización armoniosa para el revoltijo que sentía el DJ dentro de sí. No se sentía del todo cómodo con lo que ahora sabía Vinx. Hinata tenía la necesidad de seguirle explicando, no era suficiente. Quería que el baterista supiera todo sobre él, que también comprendiera –aunque sea sólo un poco– que no era completamente de piedra. Hinata estaba roto, completamente roto y vacío. Sabía que estaba podrido y corroído por diversos sentimientos enfermizos. Y a pesar de todo, el DJ anhelaba que Vinx conociera el estandarte roto que es. Así que le decidió contar.

            Hinata tomó la mano de Vinx y decidió irse un poco más alejado de lo que ya del lugar. Quería evitar ese hotel, esos sentimientos, ese dolor y a toda la gente. No quería ver a nadie más que a Vinx, a nadie más que a Vinx. Todo lo demás, para Hinata, era unilateral y a la vez vomitivo porque es su pasado y sabe que ha cometido, comete y cometerá demasiados errores que hasta será penoso hacer el intento de contarlos. Error tras error ha forjado un camino inseguro al DJ. Ahora que ya cometió otro error, contarle una verdad a Vinx, debía terminar por efectuarlo, ya nada puede ser peor. Hinata deseaba que de este error saliera algo bien, que Vinx haga algo; que le haga ver que hizo bien una equivocación.

            Llegaron a un mirador. Era plena medio día, ya hacía hambre. El lugar delimitaba los extremos que separaban el suelo de concreto y la arena por un muro de piedras de poca altura. Ahí no había gente, todo turista debía de estar comiendo o viendo otros lugares más interesantes que ese simple mirador; y los lugareños debían estar trabajando. Nadie debía molestarlos. No ahora que Hinata sería honesto, más de lo permitido para él mismo. Vinx se recargó de espaldas a la magnífica vista del mar con distintos tonos azules que se difuminaba con el cielo mientras se quitaba los lentes; al contrario que Hinata, quien le daba la espalda a la cuidad y veía con más interés al mar, también retirándose sus gafas.

            Opuestos tenían que ser esos dos.

            Hinata suspiró y vio de reojo cómo Vinx hacía trucos con el humo del cigarro. Ambos se vieron y desviaron la mirada. Hinata le comenzó a relatar. El DJ le dijo que tal vez podría ser injusto que sólo le dijera que era hijo de Adam Moonlight sin haberle explicado ciertas cosas más. Vinx apeló ante ello. El DJ le dejó que le llenara de cuantas preguntas se le cruzaran por la cabeza. La primera que le vino a la mente a Vinx fue el por qué no quería que supieran que Hinata era hijo de Moonlight.

            El DJ sonrió y comenzó: —Eso es simple, Vinx. No soy tan tonto como para no darme cuenta que siempre fue conveniencia. Toda mi vida estuvo rodeada de personas superficiales que no tenían ni la más mínima intención de ser algo especial conmigo sino que querían estar cerca de mi padre. Desde pequeño lo supe muy bien. Supe reconocer las sonrisas de todos esos sacos vacíos de honestidad. No soy nada sin mi apellido, hasta que me busqué mi propio lugar. Ser DJ es mi pasión, soy sólo Hinata cuando estoy en el escenario, grabando, dando ruedas de prensas y estando cerca de quienes me siguen por lo que soy y ofrezco y no lo que me da mi apellido. Ya de por sí tengo que lidiar con mi apariencia, sé que mi cuerpo no es el de un hombre común, que soy extravagante, siempre lo fui, que nada en mí es normal. Y así me gusta, me gusta ser Hinata, sólo Hinata.

            Vinx asintió conmovido. Y preguntó otra cosa que le rascaba a la curiosidad. Quería saber más sobre el pasado de Hinata, lo que sea que le contara pero le valía. El DJ se abrió la vez que su abuela había muerto, pero no era suficiente para el baterista, quería más de Hinata. Y si alcanzaba esa confianza, Vinx se abriría por completo ante Hinata, sin máscaras, sin insultos, sin nada que ocultar. Vinx sería capaz de confesar el dolor que siente cuando de Alexandra se trata; asunto que no lo habla con nadie, ni siquiera con Henri.

            —Ya sabes un poco. Mi mamá me tuvo cuando ella tenía sólo dieciséis años. Sospecho que fue todo planeado, porque mi papá es mayor de edad que Azuki por cinco años, así que lo ató tempranamente. Ellos se conocieron cuando mi padre estaba en la Universidad y ella en preparatoria. Adam se encantó al instante por Azuki y se hicieron novios muy rápido. De hecho, no habían salido ni en la tercera cita y ya Azuki lo jaló a su cama y lo volvió adicto a ella. Mi abuela me contó que Adam ya estaba a punto de emprender su proyecto con su propia compañía, es un genio, después de todo no muchos entraban a la Universidad Politécnica Nacional de Empresas Tecnológicas con una beca completa como él y ya llevaba dos cumplidos de carrera, e incluso, ya estaba haciendo su propio imperio. Varias empresas lo tenían en la mira y pelearon por tenerlo como empleado, Adam se aprovechó para obtener el capital y hacer su propio emporio. Tenía muchos sueños y todos esos se cumplieron a pesar de que Azuki le puso mucho problema. Ella estaba desinteresada en estudiar, buscaba sólo tener a un hombre que la mantuviera y le consintiera en todo. Adam pronto emprendió para arriba y su marca empezó a reconocerse demasiado rápido, era una locura. Pero antes de eso, ellos ya me esperaban. Muchos dicen que Azuki rompió el condón una vez y fui el producto de un accidente preparado y otros mencionan que Azuki emborrachó a Adam para tener relaciones sin protección a como acostumbraban. Sea como sea, al saber que Azuki estaba en cinta, a Adam no le quedó de otra que casarse con ella, estaba enamorado por lo que no tuvo mucho problema. Pero mi abuela asegura que, la verdad, él no estaba muy contento con la idea de ya tener un hijo porque tenía mucho trabajo encima. Yo nací y Azuki me dejó con mi abuela. Prefirió estar con Adam mientras él trabajaba. Tsukki Technology ya estaba en la cima y para cuando yo tenía cuatro años ya estaba rodeado de lujos exuberantes: en la maldita mansión que tú ya conoces. Siempre me cuidaron niñeras y mi abuela. Mi mamá sólo me tuvo para atarse a un hombre que estaba convirtiéndose en uno de los más ricos del mundo. No soy más que eso, un Moonlight por accidente, ¡Vinx, fui un error! ¡Fui un puto error a propósito! ¡Jamás fui querido por mi madre y mi padre a penas y me hizo caso! Dudo mucho que él también me quiera de verdad, sólo tengo a Patricia porque mi abuela me dejó. No soy más que un asco.

            Hinata sentía sus ojos a punto de romperse a llorar. Odiaba tener que recordar aquello, recordar que sus padres estaban juntos por su culpa. Que no nació en una familia que lo deseaba y planeaba. Sólo fue recibido por su abuela y creció con Patricia y más tarde con Spencer. Y siguió un camino parecido al de sus padres. No podía negarlo, se parecía tanto a su madre que se tenía asco. ¡Hinata se odiaba! ¡Odiaba cada parte de él mismo!, incluso su fachada de chico rebelde y su dolorosa verdad: es adicto al sexo.

            Vinx intentó mirar a Hinata pero el DJ le desvió la mirada. Primero tenía que acabar para que así, Vinx pudiera sacar su propia conclusión. Pero el baterista ya estaba conmocionado, no podía creer que Hinata se asqueaba de sí mismo y que fuera el producto de un accidente para atar un matrimonio antelado.

            —Primero deja que acabe y luego podrás hacer lo que quieras, Vinx —dijo Hinata con la voz claramente cortada—. Crecí con la educación de los mejores tutores y en las mejores escuelas. Decían que debía estar preparado para ser sucesor de mi padre, que yo debía continuar con todo lo que nunca deseé. Se me fue arrebata una infancia normal y la decisión de hacer con mi vida lo que yo quisiera. Mi abuela evitó que me convirtiera en un muñeco plástico, siempre me mantuvo humano pues estaba siendo consumido ante la superficialidad. Patricia era su medio, mi abuela la trajo y la puso a estudiar conmigo para que evitara ser influenciado. No lo soporté más. Ya no soportaba estar en esa casa, en esa residencia, en el mismo techo que mi madre, ¡sabiendo que yo a ella no le importo! No podía tolerar más su rechazo. Me fui a los dieciséis años a refugiarme con un amigo lejano, mayor a mí pero que me acogió en su departamento sin problemas. Dejé atrás a mi abuela sin darle explicaciones en la cara, todo se lo dije por una carta que le puse en su cuarto y me fui en la noche de mi cumpleaños..., por eso, amo mi cumpleaños porque me liberé de la presión. Seguí asistiendo a mi colegio por petición de mi abuela que me rogó por no dejar de estudiar y le hice caso. Fui apoyado silenciosamente por ella. Y en el colegio tenía a Spencer y Patricia y ella se encargaba de mandarle recados de mi parte a mi abuela Mathilde. Perdí contacto con todos los demás y mis padres nunca mostraron interés en mi escape. Piensan que tarde o temprano volveré porque los necesito, cosa que no es cierto. Si nunca estuvieron presentes en mi infancia, no los necesito ahora. La música siempre fue algo que amé y empecé mi trabajo subiendo videos a internet, como muchos lo hacen ahora y ahora soy mundialmente conocido. Fue un logro hecho por mí mismo y estaba orgulloso de ello. No terminé los estudios porque me dediqué a mi pasión en su totalidad. Tengo sólo dos años de carrera completa, de hecho. Y si te preguntas por mis gustos, bueno, siempre me atrajeron los hombres. Nunca hubo momento en que no buscara con la mirada a un hombre y me viera atraído por el mismo. Perdí mi virginidad a los catorce porque soy un estúpido necesitado. Me gustó el sexo y me volví el adicto que soy. Soy inestable con las relaciones porque tengo miedo a hacer el error de que luego me dejen solo, así que primero lo hago yo. Cerré mis sentimientos y ahora soy la imagen que soy: El DJ Hinata, un adicto sexual que le gusta cambiar el color de su cabello tanto como meterse en la cama con hombres. Soy un asco, Vinx, ¡me parezco a mi madre y soy mucho más enfermo! Soy mucho peor..., soy un animal sin razón, no, ni siquiera eso tengo merecido de ser, ¡no soy nada! Soy peor que cualquier prostituta, porque me entrego muy fácilmente, soy manipulador, me encanta tener el control de todo, de romper a los demás porque no quiero hacerlo yo, no quiero que me rompan. No tengo a nadie, ¡nadie me quiera ya!

            —¡Cállate, mierda! —Gritó Vinx—. ¡No digas una puta palabra más, Hinata! No lo tolero, no soporto toda la mierda que dices de ti mismo. Me vuelve loco saber que te digas tantas veces que eres un asco y que te pareces a tu madre, lo repites y repites como si fuese la jodida verdad absoluta. Me duele, ¿sí? Nunca tuve idea de que te sientes así contigo mismo. No digas eso de nuevo, si sigues haciéndolo, lo seguirás siendo, ¡seguirás siendo las misma puta basura que tanto mencionas! Ya cállate.

            Vinx agarró del brazo a Hinata y lo abrazó. Lo abrazó con fuerza y sumo cariño. Hinata se rompió a llorar cuando se sintió rodeado por los brazos de Vinx. Era cierto, seguiría siendo siempre un error y es algo que no podrá remediar. Ya nada le queda por hacer sobre su pasado, pero sí por su futuro. Un futuro con Vinx no sonaba mal. Estar entre sus brazos era cálido y seguro. Aquellos fuertes brazos le tomaban con seguridad, seguridad que ya creía perdida. Así que el DJ le correspondió al abrazo y se aferró a ese confort tan nuevo para él, no lo quería perder. Tenía miedo de dejar ir esa sensación cuando apenas la estaban conociendo. Hinata estaba aterrado, completamente aterrado. No quería perder este momento porque, después de tanto tiempo, sentía aquel sentimiento indescriptible para el DJ.

            Y frenó en llorar. ¡Estaba metiendo sentimientos! Estaba haciendo las cosas mal, otra vez. Dejó que Vinx lo viera completamente vulnerable y triste. Se había prometido no dejarse ver así nunca más, no quería ser débil. Más Hinata es débil, frágil y torpe. El DJ ya era un blanco fácil, literalmente. El que Vinx lo viera de esta manera era ya lo de menos. Si no dejaba salir todos sus miedos y dolores, no podría seguir más adelante. Llorar era algo que ya vio Vinx en Hinata; pero ahora éste lo hacía porque dejó purgar penas que siente sobre sí mismo. Estaba acabado y roto. Pero eran pedazos grandes y fuertes, capaces de ser reconstruidos por alguien más. Alguien que tuviera el deseo de hacerlo, de salvar al chico que cambia constantemente su color de cabellos y que sus ojos no sean los únicos que demuestren todo el ser caído que es Hinata Moonlight. Perdón, sólo Hinata. Así. Sin más.

            Vinx acarició los cabellos del chico y se sintió impotente. El baterista tenía conciencia de que muchos crecieron difícilmente, él era parte de ese porcentaje, pero Hinata se cayó por culpa de todo lo que creyó de él mismo. El DJ se ha considerado un error por veintidós años y ahora que por fin dejaba salir todo ese martirio, Vinx le recordó que siempre sería eso. Y era cierto. Si Hinata seguía con la mentalidad de ser una basura, lo sería. Vinx aprendió que uno es lo que uno cree por las malas; a base del propio dolor que su familia le causó. Ambas familias crearon a esos dos chicos dejándoles una base, y ellos continuaron por su camino e hicieron lo que tomaron por conveniente.

            Cuando Hinata se sintió mejor y dejó de llorar, se separó del cuerpo de Vinx. Ambos sintieron el frío de la separación. Ambos pares de ojos se encontraron y se vieron con todos los peligrosos sentimientos que estaban formulando el uno por el otro. Nuevamente estaban jugando con fuego y se estaban quemando dormidos a propósito. Si no paraban con toda su situación, todo se haría más peligroso. Y aun así, no le dieron caso. Vinx le sonrió con galantería y Hinata se sonrojó. Para el DJ, Vinx era demasiado guapo.

            Regresaron por el camino de donde vinieron y se decidieron enfrentar la prueba que era estar hospedados en el hotel del padre de Hinata.

            Al llegar, Vinx fue con la recepcionista y le coqueteó un poco para hacer que la chica diera la indicación de evitar avisar que Hinata Moonlight se encontraba presente. Porque cuando lo vio, la chica estuvo a punto de ir a correr la voz. Andrew, tan encantador como es él, le dijo lindas palabras susurradas al oído y la convenció de mantener todo en silencio y confidencialidad; después pidió la información de su hospedaje y recibió las llaves de sus cuartos, que, claro, eran los más lujosos de ese Hotel cinco diamantes.

            Andrew jaló lejos a un molesto Hinata de la recepción y se dirigieron al elevador. Al parecer ya estaban sus maletas en sus cuartos y todo listo. Tenían lo que restaba de ese día libre hasta la noche y mañana comenzaban a grabar a pesar de que, lo más seguro, traerían un buena resaca encima. En la noche era la pequeña fiesta en el bar principal. Pero, por ahora, Vinx se encargaría de distraer y tener lejos del hotel a Hinata. Sus habitaciones estaban relativamente alejadas, aún muchos creen que estos dos se odian, era de esperarse que el cuarto de Hinata esté, literalmente, a la esquina paralela contraria de la de Vinx.

            —Arréglate, iremos al mar —dijo Vinx.

            —¿Ahora mismo? —Preguntó un sonrosado Hinata viendo que Vinx lo traía agarrado de la mano.

            —Sí, sólo tú y yo. Te espero aquí mismo en menos de media hora.

            Y así, Vinx se separó del DJ y cada uno tomó su rumbo dirección a su cuarto que eran suites. El DJ se emocionó y corrió directo a la puerta con chapa de oro que indicaba era la habitación número “530”. Tenía que darse un baño, arreglarse y verse bien. Además, no sabía qué ponerse, quería verse lindo, atrevido y atrayente para Vinx. Irían al mar, era una gran oportunidad. Vinx hizo que Hinata olvidara todo dolor anterior, era hora de relajarse.

            Y sí, Vinx se apresuró y cambió rápidamente. Él no le dio mucha importancia el verse bien porque siempre se ve bien. Para cuando corrieron veinte minutos, el baterista ya salía de su suite y se dirigía al punto de encuentro con el DJ. Había diez minutos de sobra, pero el baterista se sentía emocionado por salir únicamente con Hinata. Era la primera vez que lo hacían por gusto propio y eso emocionaba a Vinx. Así que, checando que su aliento no oliera mal –después de haberse lavado fuertemente los dientes y boca– y guardando su teléfono, ya estaba esperando a Hinata. Sólo irían a comer y al mar. Esas islas prehispánicas se dividen en zonas de turistas, donde fácilmente los pueden reconocer, y la zona indígena, donde difícilmente los podrían reconocer. Vinx lo había planeado todo cuando veía en internet sobre esas playas. Así que ya sabía a dónde y cómo ir. Además, Andrew quería encontrar el lugar donde le tomaron aquellas fotos a Hinata que aún guarda en su celular y ve cuando lo necesita. Estaba seguro que era en esas playas debido a las islas rocosas que se veían a lo lejos. Y si no era, daba igual, Vinx quería una nueva foto de Hinata sonriendo con naturalidad.

            Unos minutos después, Hinata salió y se acercó donde Vinx estaba esperando ya. El DJ estaba usando un short de mezclilla blanco y algo gastado, una playera verde menta muy holgada, sandalias cafés y sus típicos accesorios: aretes largos y cortos, pulseras a lo bestia, ajorcas en ambos pies, gargantillas y ligero maquillaje. Y ese cabello por ahora azul le sentaba bien. Vinx relamió sus labios antes de que el DJ llegara a su lado. Se veía muy bien.

            Ambos comenzaron a caminar y salieron del hotel. Para evitar sospechas se revolvieron con la gente, aunque era complicado debido al llamativo cabello de Hinata, y se dirigieron a la desviación para ir rumbo a la zona indígena. Ese lugar también era visitado por turistas pero muy pocos, era más para la población originaria de la isla. La viejita con la que se había cruzado Vinx le explicó que ella y su familia también tenían un restaurante. Así que ya tenían dónde comer. Vinx trató de ubicar y pronto encontró el lugar que la ancianita le describió, un techo de paja y sin paredes, solamente sostenido por mástiles de madera y un letrero de madera tallada que decía “Coma aquí”. Ambos músicos se dirigieron al lugar. Y Hinata estaba fascinado con el ambiente: tan tranquilo y sereno; nadie le gritaba ni nada porque no lo conocían. Era bueno escapar de la fama un rato, en especial si sales a una cita exprés con un hombre homofóbico.

            Se sentaron en una mesa con vista al azulado y bello mar. Un señor con bigote y piel de bronce pronto fue a atenderles. Y en vez de verse incómodo, el mesero fue muy agradable dando recomendaciones y opciones para bebida y comida. Pidieron lo que se les antojó y devolvieron las cartas. No era un establecimiento lujoso como tal pero a los dos huracanes les gustó la familiaridad con la que servían. Sólo estaban ellos, otra familia comiendo lejos de su mesa y los empleados. Era perfecto. Vinx le comenzó a sacar plática a Hinata y se dejaron ir por las palabras. Se reían de los chistes del contrario, contaban todo lo que se les ocurría y Hinata era encantado por el baterista. Vinx se sabía muchas cosas y chistes, en especial escenas de películas o videojuegos que ya ha visto. Eso le sorprendía y divertía porque Vinx lo decía exactamente igual. Pronto lo que pidieron llegó a su mesa: la cerveza de Vinx, la limonada rosa de Hinata y el plato de carnes que pidieron junto con antojitos típicos de la zona. Son hombres, es obvio que comen mucho, ¿no? Se rieron y apostaron para ver quién comía más carne: saliendo victorioso Hinata porque Vinx había comido de lo demás con más abundancia. Ambos rieron y terminaron pidiendo un helado cada quien. Vinx quiso probar del de Hinata y le robó una cucharada y ambos rieron. La comida estuvo bastante buena, a decir verdad. Vinx disfrutaba aquello, ¡disfrutaba ver a Hinata tan feliz! Al final, Vinx pagó por todo. Incluyendo la buena propina por el agradable sujeto, haciendo que el DJ se quejara pues él quería pagar su parte.

            Salieron del restaurante y se pusieron a ver todos los lugares que les ofrecía aquella pequeña zona. Vieron mercados artesanales, decoraciones, estatuas de dioses de las antiguas civilizaciones, cómo trabajaban los nativos y muchas cosas más típicas del turista. Incluso, unas señoras le probaron ropa de la región a Hinata, argumentando que se veía muy bien con ella. Hinata sacó su teléfono y decidió tomarse una selfie con Vinx, ambos sentados en una fuente rodeados de varios colores y olores mágicos. Vinx se dejaba guiar por todo lo que le llamaba la atención a Hinata. Iban a donde el chico de cabellos azules veía interesante. Fueron con músicos, “sacerdotes” –donde Vinx compró incienso para Charlie–, mujeres bailarinas con pintura corporal que quisieron arrastrar a Vinx pero no pudieron porque Hinata se lo llevó lejos de allí. Total, se llevaron gran parte del día conociendo cosas nuevas e Historia de ese pueblo. Para que al final, terminaran donde querían en un principio: caminando por el mar.

            Se quitaron los zapatos y los dejaron, junto con sus demás cosas aparte, al cuidado de una señora que tenía un puesto de eso mismo: guardar cosas a treinta pesos la hora. Y se fueron a caminar. El sol ya estaba bajando, eran cerca de las seis de la tarde y en ese lugar oscurecía hasta muy tarde. Así que aún podían disfrutar de la luz natural. Hinata caminaba cerca de la orilla, viendo de reojo a Vinx, quien andaba a su costado izquierdo. Se estaban acercando a una zona rocosa y bastante bella. Ese lugar de lejos le llamó la atención Hinata y esa era la razón por la cual estaban caminando rumbo allí. Vinx le había consentido mucho ese día y se lo agradecía aunque no se sentía merecedor de tanto.

            —Gracias por lo de hoy, Vinx —dijo el DJ mientras jugaba con la espuma del mar usando sus descalzos pies.

            —No es nada, también me la pasé bien —respondió con simpleza el baterista.

            Y no dijeron nada más hasta que llegaron a donde querían llegar. No había alma alguna más que ellos dos. Qué conveniente. Pero se sentía bien, así nadie les molestaría. Ya cuando tuvieran que volver al hotel lo harían pero, por ahora, estarían lejos de toda responsabilidad y estrés que su famosa vida les da. Es difícil ser famoso porque a veces la privacidad deja de existir.

            —Es lindo este lugar, ¿no? —Dijo de pronto Hinata.

            Ambos veían a las rocas, el sol se estaba metiendo. El momento se volvió incómodo porque ya no sabían qué más decir o hacer. Era de esas instancias donde quisieran seguir con algo pero no encontraban palabra alguna. Hinata se acercó a Vinx y chocó su cadera con él para empujarlo. El baterista se rió y decidió abrazar al DJ. Ambos se abrazaron y se vieron directamente a los ojos.

            —Eres un tonto, ¿sabes? —Preguntó Hinata mientras pasaba sus brazos por el cuello del contrario.

            —No, pero ya me lo dijiste —respondió Andrew mientras posaba sus manos en la cintura de Hinata.

            —Estamos haciendo todo esto muy peligroso, no sabes las ganas que tengo de besarte, Vinx.

            —Me gusta correr riesgos.

            Y se besaron.

Unieron sus labios en un necesitado y muy anhelado beso que ha estado esperando por ser estrenado desde hace mucho. Los labios carnosos de Hinata chocaron con los delgados de Vinx y se fusionaron en aquella danza que siempre quisieron efectuar con quien lo hacían ahora. Ambos labios son expertos pero ahora dudaban de cómo efectuar algo tan querido por ellos. Era dulce y cálido, con sumo cariño movían sus labios tratando de saborear tanto como pudieran de la boca ajena. Besaban aquellos labios como nunca antes, con sensualidad, con astucia, con sumo deseo. Y así, poco a poco, fueron intensificando la fuerza y necesidad. Se fueron besando con más ímpetu y ferocidad.

Ambas lenguas se encontraron y comenzaron a pelear. Era un beso húmedo y sus salivas se mezclaban dando un ruido erótico que demostraba cuánto habían esperado por besarse. Vinx puso una mano en la nuca de Hinata y presionó más fuerza, ¡le volvió loco besar a Hinata! Se sentía muy bien y el chico sabía hacerlo de una manera que le encantó. De hecho, Hinata también estaba concentrado en lo que hacía, cerrando sus ojos y un bello sonrojo adornando sus pálidas mejillas. Ambos peleando para saborear algo peligroso y adictivo.

Hinata fue quien se separó para respirar. Cuando vio que Vinx estaba desprevenido, aprovechó para pegársele más de lo debido y besar su cuello. El DJ comenzó a pasar lengüetadas con sensualidad y besaba donde le gustaba y veía que era sensible Vinx. El baterista dio un respingo al sentir tan rica lengua dejar mojado donde pasaba con picardía. Sin querer quedarse atrás, Vinx puso sus manos sobre los bien formados y carnosos glúteos de Hinata y comenzó a masajear con lentitud y tortura para disfrutar de los jadeos de Hinata y su caliente aliento contra su oreja.

—Déjame hacértelo ahora, Hinata —pidió Vinx mientras le volvía a besar los labios y después el cuello del DJ.

—No tienes que pedirlo, Vinx, por favor —respondió lujurioso el chico de cabellos azulados.

—Enséñame y te sentirás orgulloso de tu alumno.

Ambos rieron estando conscientes de que era cierto: Vinx ha dado por atrás pero no con un hombre. Quitando todo el posible asco que podría correr por las venas del baterista, estaba mucho más ansioso de probar por completo la piel del DJ, cosa que ya se ha tardado.

Hinata le dio otro casto beso en los labios de su contrario y su lado más lascivo apareció a flote. Empujó a Vinx e hizo que se sentara en la blanca y lisa arena. Donde se encontraban estaba por completo de cómodo y nadie les vería, sería difícil que lo hicieran porque las rocas le tapaban y de su lado contrario estaba desierto. Era la escena perfecta, el momento perfecto, con el deseo perfecto y con la persona deseada. Había sido mucho preámbulo para aquello. Se volvieron a besar mientras que Hinata se ponía sobre el tronco de Vinx, con ambas piernas por los costados y sentando su delicioso trasero sobre el músico.

Sintiéndose en el cielo de una manera completamente nueva, Vinx aprovechó para ir desabrochando el short del contrario e irlo retirando. Tarea que fue algo complicada pues ambos no dejaban de besarse con tal pasión y que sus salivas se cayeran por la voracidad. Era algo que volvía por completo loco al contrario.

Hinata se separó y terminó por retirarse el short, ropa interior y su playera para dejar a la verde vista de su contrario su exquisito cuerpo. Una preciosa hechura de simetría se posaba ante el baterista. Brazos delgados, cuello largo y blanco, su pecho plano, como cualquier hombre común, con unos pezones rosados y brillosos, mucho más grandes de lo normal en un varón y completamente apetecibles. El abdomen de Hinata es completamente plano, delgado y firme, ligeramente se veía marcado; pero esa cintura delgadita, era un pecado muy fuerte, pequeña y curveada. Sus muslos carnosos y un trasero igualmente formado y lindo que llamaban por completo la atención de Vinx. Su pene era de tamaño normal y se estaba comenzando a despertar, además de que estaba completamente lampiño. Y el que Hinata se quedara con las ajorcas, gargantillas y pulseras puestas le daban un toque sexy.

Vinx cayó rendido ante el cuerpo de un hombre.

El DJ le miró lleno de lujuria y aprovechó para deshacerse de las ropas de Vinx. Pronto, ambos estaban completamente desnudos y el chico de cabellos azules pudo apreciar el Adonis que tenía enfrente. Vinx era demasiado exquisito, un cuerpo fuerte y marcado por el excesivo ejercicio pero a la vez muy delgado. Esos cuerpos eran los que más le agradaban a Hinata. Bronceado de poca forma y tenía otro tatuaje el baterista entre el muslo izquierdo y sus cintura, era de un dragón largo y delgado de color rojo brillante. Hinata pasó la yema de sus dedos con ligereza en el dibujo bellamente hecho. Sus piernas son largas y fuertes, se veía la rigidez de sus músculos fácilmente. Además de que ya conocía el enorme pene que tenía el baterista con ligero vello en la base. Pero ver completamente desnudo a Vinx le pareció el mejor espectáculo.

Se volvieron a besar y Hinata dio comienzo a la masturbación de Vinx para despertar alguien allá abajo y dar fin a algo muy deseado. Mientras, Vinx se entretenía masajeando el trasero, el DJ tenía que reconocer que lo hacía de tal manera que ya despertó su miembro por completo, porque sentía que se quemaba y sentía necesario sentir a Vinx por completo ya. Y éste atacó sus pezones de sorpresa, Vinx se acercó a esos botones rosados con hambre y los lamió y dejó caer su saliva sobre ellos, dejándolos brillosos y completamente erectos. Comenzó a chupar y embestir contra el que saboreaba, mordiendo de vez en cuando sólo para oír a Hinata gemir.

No era como Vinx creía. Los gemidos de Hinata eran sonoros y lindos, completamente excitantes. Estaba prendiéndolo en una locura inconmensurable. Se oía cómo el chico repetía de vez en vez su nombre artístico. Era sexy, de verdad que sí. Así que fue siendo más rudo con los pezones del contrario sólo para oírle suspirar de placer. Los lamía, mordía de una manera alocada que hizo a Hinata sentir el cielo. Fue estimulando Vinx hasta dejarlos a ambos completamente rojitos y llenos de saliva. Luego se dirigió a morder y marcar donde le gustara. Y como Hinata seguía sobre su cuerpo, sintió los escalofríos que le producía.

Hinata, mientras masturbaba con una mano a Vinx, queriéndolo sentir dentro ya, llevó su mano libre hasta su propia boca y comenzó a chupar tres dedos suyos, si no se preparaba le dolería. Chupó y fingió un oral frente a los curiosos ojos de Vinx dándole un toque excitante. Al mismo tiempo de todo aquello, Hinata movía sus caderas de adelante hacia atrás para estimular con su culo y testículos el miembro despierto y palpitante de placer de Vinx. El baterista gimió satisfecho, podía sentir cómo el ano de Hinata se contraía del tacto. Pero más excitado se sintió al ver que Hinata dejó de masturbarle para abrir espacio entre sus nalgas y dirigir uno de sus dedos a su ano y comenzar a abrirse a espacio. No tuvo que esperar mucho y comenzó a moverlo de adentro hacia afuera y después de unos segundos metió un segundo dedo y hacerse tijeras y embestidas que le sacaban gemidos. Su rostro ardía y veía con sus entrecerrados ojos carmín cómo Vinx le admiraba llenó de excitación.

—Tócame, Vinx, tócame, ¡ahhh! —gimió Hinata mientras tocaba su punto G con fuerza y abría lo más que podía su ano.

Vinx tragó duro y con una mano abrió más espacio en el trasero de Hinata y la otra comenzó a tocar el miembro de Hinata.

—¡Ahhhh, Vinx, Vinx! Por favor... —volvió a jadear lleno de placer el DJ.

Vinx comenzó un típico movimiento de arriba hacia abajo. Tomando poco a poco confianza, era masturbar un pene, eso lo hace seguido a sí mismo, difícil no debe ser a otro hombre. Comenzó a jugar con el miembro de Hinata y estimulando como Vinx acostumbra a hacerse a sí mismo. Hinata gimió alto y satisfecho, repitiendo con seguimiento que quería más rápido. Y el baterista volvió a mordisquear donde gustaba, dejando una que otra marca roja en lugares estratégicos: el hombro, cuello, cerca de la nuca, y clavícula.

Hinata se introdujo un tercer dedo y arremetió contra sí más duro. Embistiendo y estimulando al mismo tiempo, sintiendo ya las ganas de tener a Vinx dentro de su cuerpo. Le volvía loco todo lo que también Vinx le hacía, le masturbaba de una manera que le encantaba y volvía loco. Pero lo mejor estaba por comenzar.

Cuando Hinata se sintió bien preparado, se posicionó de tal manera que el pene de Vinx rozara contra su sonrosada entrada, palpitante e impaciente de introducirlo. Hinata se movía de arriba hacia abajo para sentirlo y que le diera espasmos, mientras que gemía dulcemente. Estaba incitando al baterista, acariciando su pene contra su culo. Vinx le volteó y se volvieron a besar llenos de hambruna mientras gemían al compás del vaivén; las salivas y el sudor se combinaban con el pre-semen. Pronto, Hinata fue introduciendo el pene de Vinx dentro de sí con cuidado. Y cuando entró por completo gimió altamente y un escalofrío le atacó.

—Mierda, es más grande —se quejó Hinata lleno de lujuria.

Vinx rió por el cumplido y besó en la nariz a Hinata. Ambos se veían directamente a los ojos, sus respiraciones eran erráticas y todo era una inconmensurable calentura que sucumbía sus cuerpos.

—Y tú aprietas mucho más rico que cualquier mujer con la que he estado. Me encantas, Hinata —dijo excitado el baterista mientras daba una ligera embestida contra el chico encima de él.

—¡Ahhh, Vi-vinx, espera! —Sonrió complacido Hinata. Sabía que lo lograría, sabía que lograría hacer que Vinx se volviera adicto a él y sólo lo deseara a él.

Unos segundos después, Hinata comenzó a mover circularmente sus caderas para ir acostumbrando ambos cuerpos a la intromisión. Andrew gimió extasiado por tan placentera sensación, ¡era mucho mejor de lo que podía describir! Hinata comenzó a dar saltitos sobre el pene de Vinx y así, el ritmo fue tomando rumbo.

Los gemidos de Hinata eran fuertes y deliciosos, volviendo loco al baterista, tanto, que olvidó ser sutil y comenzó a embestir con fuerza al DJ. Quería escuchar más de aquello, por lo que puso sus manos en la cintura de Hinata y daba con más contundencia sus empujes. Dando, por fin, en el punto G de Hinata repetidas veces.

—¡Ahí, joder, ahí de nuevo, Vinx! —Gimió complacido el chico de cabellos azulados mientras comenzaba a masturbarse.

Vinx quedó fascinado por lo erótico que resulta ser el DJ teniendo sexo. Era sublime escucharle gemir y pedir por más, por lo que buscaba la mejor manera de satisfacerle y parecía haber cumplido su misión. Los sonrojados cachetes de Hinata, sus ojos perdidos en el placer y la saliva cayendo de sus labios le daban un aire lascivo muy nuevo para el baterista. Era delicioso y es que el interior de Hinata era completamente estrecho y caliente. Pensaba que no sería así por la cuestión de que Hinata es todo menos un santo, pero no, estaba apretándole tan ricamente que era un nuevo paraíso para Vinx. Simplemente delicioso.

Pasaron los minutos y la postura donde estaban era ya incómoda. Hinata sacó el miembro de Vinx y ahora él se acostó sobre la lisa arena. Levantó sus piernas y dejó su ano libre para ser ultrajado por el baterista. Quien se hincó y metió rápidamente su pene dentro de Hinata y gimieron. Las piernas del DJ estaban sobre los hombros de Andrew y así le apretaba con más fuerza el miembro entre sus ardientes paredes. Vinx embistió con fuerza y mucha velocidad. Hinata gimió lleno de placer al sentirse ultrajado con ferocidad. Andrew se movía tan bien y le daba tan duramente donde quería que era imposible callar aquel placer a flor de piel. Tanta fue su excitación, que el DJ se vino y derramó su semilla sobre su abdomen.

Acercó su rostro y besó a Vinx. Sus lenguas directamente se encontraron y enredaron para dejar que la saliva cayera a gusto propio. Vinx dio con más fuerza pues ya se preparaba para sacar su miembro y venirse fuera.

—¡Dentro, Vinx! ¡Vente, ahhh, dentro de mí, ahhh, más, más! —Suplicó Hinata al saber lo que pretendía su contrario.

Y así fue. Vinx obedeció al DJ y eyaculó dentro de él. Una fuerte y espesa cantidad llenó las paredes del DJ y un espasmo junto con un gemido y una corrida más le acompañaron. Vinx gimió el nombre del chico debajo de él y esperó a terminar por completo. El semen salía escurriendo por la entrada a ligeros hilos, corriendo por el culo de Hinata y cayendo a la arena.

Había sido maravilloso. Querían ya repetirlo, pero por cómo se iba metiendo el sol era ya hora de volver al hotel. Habría que hacer una encantadora excusa a la razón de los claros chupetes que tenían por el cuerpo y que se oyera convincente. Ya luego pensarían si preguntan sobre su paradero.

Por ahora, se vieron a los ojos y se volvieron a besar. Eran adictivos esos labios.

CONTINUARA
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Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

#HinataEsTierno

#YaHuboBeso

#YaFollaronEsosDos

#VinxEsUnProstituto

(Usen el de su preferencia, por fis)

“El Mundo de Miraku” es Patrocinado por “Mauro” el único androide argentino (?).

MIRAKU: Ya no se pueden quejar conmigo por la cuestión del beso. ¡Ya hubo beso y unas cositas más! Así que, refiriéndome al lemmon, ¿qué les pareció esta escenita subida de tono?, ¿en qué creen que deba mejorar? Ya sé que en mucho pero las opiniones siempre ayudan demasiado.

Otra cosa, tampoco pude actualizar debido a una depresión que por ahí me ando cargando, siempre me ocurre pero creo yo que no debió ser excusa para fallarles pero simplemente no pude debido a que no me veía tecleando y haciendo la historia, lo lamento por tardar tanto.

Charlie no me acompañó porque está enojado ya no ha habido capítulo de él y Spencer, discúlpenlo.

Espero sus comentarios con ansias y cariño. Ya sabe que son siempre bien recibido y me animan bastante para seguir adelante.

Los Quere Musho, Miraku, SAYO~


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