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Y ante todo, ¿por qué él? por Miraku

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Notas del capitulo:

CANCIÓN: Little Talks –Of Monster and Men.
(Yo creía que muchos conocían esta canción, como mínimo, y resulta que nadie la podía ubicar. Lloré por eso (OKNO) pero me gusta mucho, y tiene un sentido metafórico a lo que trata el capítulo de hoy. Los quiero, lo saben.)

¡Hola, roqueros! (¿qué estupidez acabo de escribir y no borré?) Me tardé dos semanas porque tuve un examen sorpresa y me puse de salvaje por esa circunstancia y no tenía editado el capítulo, pero ya está; padre, padrísimo ¡Voy a triunfar! Ya saben, noticias y weas de más, abajo en el “Mundo de Miraku”. Con decirles que hasta yo ando emocionada por el capítulo nuevo...

Sin más, a leer:

Andrew abrió los ojos y palideció. No podía ser cierto. Todo menos aquello, no lo quería creer, no lo podía entender. ¿Por qué justamente ahora?, ¿por qué nuevamente habría que rescatar a Henri de unas garras que jamás podrá alejar? Era toda una Odisea siquiera intentar encarar a Alexis. Ese hombre era perverso cuando no se trataba del asunto laboral; además de que el manager sabía aplacar perfectamente al baterista rubio. Y Henri es el blanco directo de su retorcido manager. No se trataba de cualquier cosa, se trataba del bienestar de su mejor amigo y razón de felicidad. Ahora el que sentía miedo era Vinx. ¿Cuándo o cómo fue que eso volvió a ocurrir?

Abrazó con más fuerza a su amigo, como un vano intento de protegerlo. No quería soltarlo ahora, presentía que, cuando se separaren, Henri estaría más lejos de lo posible. Alexis era difícil de tratar y si se enteraba de esta cercanía que ahora mismo tenía con Henri, Vinx sufriría, y caro, las consecuencias. El guapo baterista lo sabía bien, sabía que Alexis es territorial. Temió por lo que sea que le pase a su mejor amigo; pero, al menos, ya comprendió muchas cosas. El que anoche Henri estuviera drogado y, para colmo, con cocaína era por una razón. Si habían estado intentado alejar al vocalista de tal peligro, debido a los serios daños que le han llegado a provocar, más allá del simple sangrado de nariz, que haya vuelto a doparse debió ser culpa de alguien que supiera de su adicción y que quisiera aprovecharse de ella. Por única respuesta: Alexis. Todo ya tenía una razón justificada, pero no el alivio de Vinx.

Una cosa era el simple hecho de que Henri haya vuelto a caer en la tentación de la droga, pero es algo que va mucho más allá: se trataba de Alexis. Aquel hombre obsesionado con el vocalista; para nadie era nuevo la forma en que aquellos orbes grises con matiz azulado se quedaban mirando a Henri. Lo desvestía con lentitud y devoraba con tal deseo que en ciertas ocasiones, los de la banda se sintieron incómodos. Era incómodo, simplemente. Y muy retorcido. Porque no había forma de sacar a Henri de ésta: Alexis lo tiene acorralado por el simple hecho de que es el manager de la banda completa. No se podía juntar el trabajo con la vida personal, era punto y aparte. Alexis fue el único hombre que en primeras instancias confió en su talento y hace tan bien su trabajo que por eso mismo no pueden alejarlo; agregando de que Henri parece una marioneta sumisa ante él. Le obedece a todo.

Y todo por una misma razón que Andrew sospecha: el amor no correspondido de Henri.

El baterista sabía que su mejor amigo se muere de amor por alguien, no sabía de quién pero quería deducirlo. Hay tantos hombres en la vida de Henri que podría tomar tiempo sacar la respuesta correcta; sin excluir el hecho de que cuando Vinx intenta de hablar de eso con su mejor amigo –a pesar de su clara “Homofobia”–, él le evadía con cualquier otro tema. Era un escurridizo pero muy listo Henri. Así que Andrew se prometió esperar hasta que el vocalista decidiera hablar y soltar toda la verdad por completo. Sabía que de lo Alexis era apenas una confesión a medias, Andrew le daría su tiempo para que soltara toda la sopa y hacer algo al respecto.

Sinceramente, siendo fundador de CaNniBaL, no le molestaría despedir a Alexis y levantar una demanda por acoso y abuso sexual. Tenía el poder de hacerlo siempre y cuando Henri se lo permitiera. Aunque fuera él su mejor amigo, Henri debía decidir y actuar por mano propia. Lo que escoja el vocalista serán órdenes a acatar para el baterista. Si hay algo que respeta mucho son las decisiones ajenas (excepto las de Hinata) y siendo su mejor amigo el epicentro del temblor, con más razón.

—¿Qué quieres que haga? Puedo ir a matarlo ahora mismo si lo deseas —susurró con cariño Vinx mientras apapachaba a su mejor amigo.

Cuando se trataba del miedo de Henri, nunca lo deja de mimar y abrazar; a pesar de todo.

—¡No, no! —Respondió inmediatamente Henri tembloroso—. Ya te lo he dicho, no quiero que le hagas nada. Si te comento sobre el contrato de Alexis es porque debes ayudarme a mantener apariencias; no quiero más problemas, yo me las arreglaré con él. Tú no entres en ello, no tienes porqué. Sólo..., cuídame como siempre haces y no me abandones cuando te necesite.

—Primero muerto a dejarte a tu suerte con ese bastardo... Te haré caso porque tú me lo pides, pero si no fuera así, créeme, ya estaría pudriéndose tres metros bajo tierra ese maldito. Te ayudaré porque eres mi amigo, pero..., ¡ah, diablos!, ¡No me hagas esos ojitos, no me puedo resistir!

Henri le miraba con los ojos bien abiertos y un tierno pucherito. Sabía que Vinx es débil ante él, mejor aprovechar aquello que perder todo apoyo.

Cuando escuchó suspirar al baterista, Henri sonrió. Vinx aceptó resignado a no decir nada y simplemente a darle apoyo en el confort. Se volvieron a abrazar con fuerza y Henri dejó soltar una sonrisa de tranquilidad. Cómo adoraba estar siendo mimado por su mejor amigo. Lo quería, lo quería tanto que era imposible dejarlo ir...

Después de varias horas, casi todos los integrantes de CaNniBaL, Lila y Hinata estaban listos en cuanto a su imagen y para grabar la primera toma. No debía ser tan complicado, a ellos no les pidieron coreografías ni nada por el estilo. Les dieron instrumentos personalizados y dispuestos a ser maltratados para la causa (eso último era porque serían mojados y después de ello serían todo menos funcionales). Harían los primeros cuadros en el manantial subterráneo.

Hinata había quedado alucinante. Nadie podría dejar de verlo. Su cabello, como era de esperarse, lo cambiaron de color, era ahora de color negro azulado con un degradado rojo apasionante y profundo; además de que a su peinado le dieron grandes toques y lo cortaron en capas más desniveladas y atrevidas. Llevaba un short ajustado y de cuero negro, con medias de la misma tonalidad, transparentes y rasgadas de forma horizontal. Botines militares con varias cadenitas colgando y que sonaban cada que daba un paso; además de un centenar de accesorios en pulseras, gargantillas, collares, aretes y anillos con el mismo estilo y colores. Una ombliguera holgada de color rojo y un chaleco tipo gabardina que de largo le llegaba casi a los tobillos y, al igual que Henri, estaba llena de accesorios que la hacía bastante pesada, de color gris opaco cayendo al negro. Con un maquillaje vistoso, como siempre es de esperarse de él: delineador más recargado y sombras negras con difuminados rojos metálicos y también un tatuaje de hena sólo que puesto en ambas mejillas del chico y eran más pequeños que los del vocalista; y con un poco de brillo labial había quedado perfecto.

Vinx no fue la excepción de no perder de vista al DJ. Se veía precioso y sumamente atrayente. Incluso le ayudó a dispersar lo abrumado que está a causa del problema con Henri. Sabía que aquello es asunto serio, pero era inevitable no hacerle caso a la figura del hombre que le atrae sexualmente. Era imposible, se trataba de Hinata. Era todo un pecado, con cada una de sus letras.

—Vinx —hablando del rey de Roma, Hinata le llamó la atención al baterista—. Ven tantito.

No sabría cómo tomar aquella expresión, sinceramente. Tenía un tono difícil de comprender. Pero no por eso no le haría caso. Lo que quisiera el DJ estaría perfecto, y más si lo quería por privado. Pero si era hablar, lo que se dice hablar, tenía cierto miedo porque podría pedirle que le explicara algo sobre la noche anterior. Eso sí que no. No quería disculparse o, mínimo, pensar sobre el perro de Fernando. ¿Quién se creía ése al besar a su Hinata de esa manera? Ahí está erradicado el detalle: Hinata no es suyo y es libre de hacer lo que quiera con quien quiera. No están en una relación, después de todo. Habría que recalcarse eso antes de actuar.

Vinx siguió en silencio al DJ. Se fueron al camerino donde éste último fue arreglado momentos antes. En esos instantes estaban trabajando con unas tomas para Lila, debía tener cuidado la cantante de indie-pop porque estaría dentro del agua y hay bailarinas de danza aérea detrás de ella.

—¿Qué sucede, traga pelotas? —Preguntó Vinx mientras se dejaba caer cual peso muerto en el sillón del improvisado camerino.

Hinata lo vio despectivamente. No podía creer lo cínico que era este hombre. Era increíble, debería, por lo menos, sospechar sobre lo que quería el DJ. Y no, no era nada sexual en esta ocasión; raro, pero cierto.

—¿Por qué te peleaste con Fernando? —Preguntó por fin el chico mientras se cruzaba de brazos.

—¿Fernando?, ¿ése tipo se llama ‘Fernando’? Qué simple, la verdad es que no le queda ese nombre. Su cara no lo define como ‘Fernando’, tal vez ‘Armando’ o quizás ‘Jorge’ pero...-

—¡Vinx, no me cambies el tema! Hablo enserio, ¿por qué lo golpeaste?

El baterista suspiró rendido. Era obvio que no podría esconder por mucho tiempo ese problema que buscó. Por más que lo retrasara, llegaría Hinata enojado por el hecho de que golpeó a un hombre que no merecía aquello. Lo reconocía, reconocía que Fernando no tenía culpa de haber estado besando al DJ y haberse intentado defender. Todo fue culpa de Vinx que no supo detenerse en los límites; había sido muy injusto de su parte: si él se la pasaba coqueteando y haciendo lo que quería con cuanta linda chica frente a los ojos carmín de Hinata, él no hacía lo incorrecto al realizar lo mismo. Pero fueron sus celos los que rompieron esa estabilidad. Vinx debía reconocerlo, fue egoísta y cruel, pensó sólo en su beneficio y le quería cortar todo derecho al DJ. Su trato decía que era sexo y ya. Estaba siendo un tarado y todo por culpa de sus sentimientos. ¡Ni siquiera con Alexandra ha llegado a esos extremos! Ni con respecto a su novia ha hecho tanta estupidez como ahora con Hinata. Debía confesarlo.

—Sé que no debía hacerlo... —comenzó a hablar el baterista mientras veía a otro lado—, pero no pude evitarlo. Y, si quieres saber la verdad, es que me dieron celos.

Hinata abrió sus ojos como platos y sintió sus mejillas arder. Esto tenía que ser una broma. No, no, no, no podía estar ocurriéndole eso ahora y menos con alguien como Vinx, el fundador de CaNniBaL.

—No-no deberías estarlo, Vinx —intentó razonar el DJ—. Entre tú y yo sólo es sexo y nada más... Y tú tienes a tu novia, lo sabes muy bien, a quien deberías celar es a ella, no a mí. A todos menos a mí, ¿por qué, Vinx?

—No lo sé, debió ser el alcohol y la calentura. Recién me había acostado contigo y ya estabas buscando los brazos de otro perro, debe ser comprensible, creo... Fue impulsivo, ¿sabes?, no volverá a pasar, lo prometo. Y, para agregar, el tipo no está tan dañado, pude matarlo y no lo hice.

—Eso no me reconforta en ningún sentido y de verdad que eres un completo idiota con el cerebro bajo los pantalones, maldito gorila macho.

Vinx rió por el insulto que Hinata le dedicó. Uno de los muchos que el DJ le tiene: “Urgido sexual” –que debe ser su favorito, aparentemente–, “Gorila macho”, “Tonto”, “Idiota necesitado” y un largo etcétera que le daba flojera de pensar. Tal vez no salió tan mal, después de todo.

El baterista de cabellos rubios soltó una sonora carcajada: —Está bien, reinita de la primavera, pero deja de hacer esa carita de pollito aplastado.

—¡No es cara de pollito aplastado, es mi cara normal, maldito imbécil! Te gusta hacerme enfadar como no tienes idea con tus babosadas, de verdad que eres único.

—Oye..., qué lindo.

—Es en el sentido figurado, idiota, deja de hacerte el baboso. Como sea, sólo quería hablar esto, así que, si me disculpas, me voy y tú te sales porque este es mi camerino.

Hinata jaló del fuerte brazo al baterista e invitó para que se saliera del cuarto. Ya en unos momentos podría ser el DJ llamado al lugar de grabación y que lo vean tan juntito a Vinx era mala idea. Normalmente se presentan en el público como los enemigos de siempre con sus absurdas peleas verbales y diciéndose hasta de lo que se van a morir. Eran raros ellos dos, peleaban y no porque quisieran aparentarlo, se peleaban porque así se sentían más unidos que nunca. Con cada insulto y mirada sugestiva que se dan, están conscientes de que, después de todo, estaban bien uno con el contrario.

—¿Y sin mi besito de despedida? —Preguntó inocentemente el baterista queriendo retar al DJ.

Hinata reaccionó mal, se sonrojó y miró con claro gesto de molestia a quien le ponía el día de cabeza.

—¡Qué besito de despedida ni que nada! Deja de andar jugando, hablo enserio, Vinx.

—Yo también, dame mi besito y me voy.

El DJ puso los ojos en blanco y resopló cansado de la actitud que tenía Vinx con él. El baterista hablaba muy enserio con lo del beso, quería uno y no se iría y obedecería hasta obtenerlo. Además, no es la gran cosa, es un beso y punto. No es nada nuevo, no hasta ahora. Sólo que para el DJ era vergonzoso, no estaba acostumbrado a hacer esas cursilerías ni por broma y asomo. Pero Vinx es todo su opuesto, y si a Hinata no le gustan las bromas, al baterista “homofóbico” sí.

Sin más, Hinata jaló del cuello de la playera blanca que traía Vinx (porque en sí el baterista no traía completo el vestuario ni estaba peinado ni maquillado) y le plantó un beso en sus labios. La perforación del baterista estaba muy fría y eso le provocó un escalofrío que le gustó. Fue dulce y hasta algo cariñoso el gesto, completamente diferente a los que acostumbra darse con el rubio. Un beso simple y sin segundas malas intenciones. Había sido perfecto.

Cuando se separaron, Vinx sonrió complacido. Debía ser sincero, amaba besarse con Hinata, le provocaba cierta sensación cosquilluda en el estómago, dándole cierta refrescancia y temblor sumamente nuevo para él. Ni con Alexandra es capaz de sentir aquello, por lo que le era mejor para Andrew. Había algo en Hinata que le estaba enseñando que el sexo no importa para la atracción. Incluso había ocasiones en que olvidaba de que se trataba de dos hombres besándose, y le sacaba una sonrisa amplia al fundador de CaNniBaL.

Pasaron todo ese día con las primeras tomas y ambientación de los chicos en el lugar del manantial subterráneo. Les enseñaron los espacios que ellos debían abarcar, el tempo para cantar y tocar los instrumentos, tener cuidado con sus ostentosos vestuarios y ser retocados con maquillaje a cada rato; había sido pesadísimo y cansado estar repitiendo y repitiendo a cada instante el ensayo. Dato curioso: Charlie se reusaba a ser maquillado y las chicas hasta tenían miedo de hacerlo mal, pero el bajista quedó mucho más guapo de lo indispensable.

Lila estaba dando ese toque femenino y sexy que podría atraer a cualquiera. A la chica se le dio un vestuario alucinante y precioso: un vestido como a ella le gusta, lleno de telas y moños; pero en esta ocasión más rebajado en ese sentido para no perder le esencia de la temática. Era un vestido de corte campana que la parte frontal le llegaba a la mitad de los muslos y la cola hasta el suelo, de hecho, se arrastraba con su caminar y su tela era traslúcida para darle un aire sensual; el vestido era de color negro y blanco. Le pusieron unos zapatos de tacón aguja y gruesa suela de color negro con agujetas gruesas y ajorcas adornando sus tobillos de color plateado. El corpiño del vestido era estraple, o sea, sin mangas, con un diseño simple para que no se viera tan cargado por la gran cantidad de accesorios que le pusieron: collares y más collares de todos los estilos y colores que quedaran en armonía con la temática. Gargantillas delgadas y de terciopelo y aretes de crucifijos dorados y muy largos que le llegaban a los hombros. Guantes sin dedos con holanes negros y pulseras plateadas con atrapasueños colgantes; además de haberle hecho manicura y pintarle las uñas de negro con una de blanco y brillosa. Su maquillaje era discreto para mantener esa apariencia de niña y su cabello fue estilizado con un toque más roquero y atrevido, fue planchado y lo “alocaron” para darle volumen y rebeldía, además de ponerle una diadema con un atrapasueños del lado izquierdo bastante lindo y de adecuado tamaño. Se veía perfecta.

A la chica la estresaron con tomar una y otra y otra vez la toma que querían, de fondo se podía escuchar la canción que estaban grabando: la colaboración entre CaNniBaL y Hinata con la participación de la cantante indie-pop. Tenía que actuar desesperada y asustada, en la necesidad de salir de donde estaba atrapada. Movimientos duros y delicados, la chica tenía el don de actuar y se veía bastante bien la toma que le daban. Enfocaban su rostro y buscaban ángulos de tal manera que la luz que pasaba por algunos agujeros fueran los aptos para darle el toque artístico que querían. El director de los videos era McGiffen y él decidía lo que quería, era bastante serio para ese detalle y checaba que todo quedara en donde debía; nada salía mal cuando él lo dirigía. Unas varias horas después, sin mucho o nulo descanso, Lila fue libre de su trabajo y tocó a CaNniBaL. Mientras la banda entraba en algunos ensayos sin grabar para prueba de instrumentos y resonancia para evitar salir sordos de ahí, Hinata estaba siendo fotografiado y le comenzaron a explicar lo que querían que el hiciera. Querían que el DJ hiciera más aportación actoral para los videos; normalmente el DJ tendía a salir pocamente en sus propios videos musicales. Pero como el vestuario de Hinata era de los más llamativos, bien valía la pena.

Por el lado de CaNniBaL, Henri y Charlie eran, en sí, los únicos con el vestuario completo. El baterista y los gemelos guitarristas no porque a ellos les tocaba hasta mañana grabar sus primeras tomas; por ahora sólo les probaban el maquillaje para hacerle retoques y parte de sus ropas para darle uno que otro detalle final. Pero la suerte del vocalista y bajista no fue tan santificada.

Henri comenzó con algunas grabaciones en otro lado del manantial. McGiffen pensó en cosas especiales para su secreto novio. Escogió los mejores lugares para tomar video con Henri. Y donde estaban era precioso. Era una zona rocosa que era delimitada por el agua de varios tonos azules y verdes, y como ya era el atardecer para esas instancias, el sol a ese punto hacía brillar el líquido y las rocas por donde se filtraba. Contrastaron con una luz más estridente de color verde opaco y la pusieron de forma paralela para darle dos tonalidades a Henri: el artificial y el natural. El rostro del vocalista se reafirmó y se veía precioso. McGiffen sonrió con el resultado y Alexis veía todo con los brazos cruzados desde atrás.

«Sea como sea, siempre te ves así de precioso, mi ángel.» Pensó Alexis mientras suspiraba complacido. No lo podía evitar, Henri era una belleza inmaculada que él destruía día con día.

Comenzaron a darle en reproducción a la canción para que Henri siguiera su propia voz. Grabarían por un buen rato en esa zona. Henri cantaba y se movía como gustaba, dando buenas tomas con sus gestos adecuados al sentimiento de la canción que CaNniBaL hiso: la que retrataba a los villanos de la película. Un aire duro, rebelde, anárquico y sin nada que defender. Eran rebeldes. Las cámaras se encargaron de darle varios cuadros para ser editados posteriormente. Henri se veía tan vivo y liberado, cuando hacía lo que amaba lo elaboraba de tal manera que era imposible negarle que eso es su pasión. Tomaron unas cuantas tomas del rostro de Henri y dejaron en ‘stand by’ a sus cuadros. Ese día terminarían grabando a Henri en la playa, cerca de las rocas que conectaban a la entrada del manantial, en la noche para aprovechar la luz de la luna y la artificial para lo siguiente que deseaban.

Luego comenzaron a grabar con Charlie. Ya era el ocaso del día, el momento perfecto para lo que querían del bajista. Le dieron un bajo Rickenbacker totalmente personalizado para la temática, de un rojo brilloso y del talí colgaban cadenas delgadas y medianas que sonaban con cada acorde que ejecutaba el hábil hombre moreno. Tomaron sus tomas tocando la canción, reprodujo su aportación para la pieza tal cual se escuchaba en la pista original. Enfocaron al bajo, y a Charlie completo; la seria mirada del hombre con el maquillaje y su estupendo atuendo daba ese aire maduro que también debe incluirse.

Charlie vestía con una ajustadísima playera que remarcaba sus músculos, sin mangas, y de color negro. Un pantalón de color gris con varios agujeros en ambas piernas y también delineaban esas extremidades que tenía; portando unas botas militares que llegaban debajo de sus rodillas anchas y de suela grande de color negro igualmente. Él traía una gabardina que tenía sólo una manga y le llegaba a los talones, de color verde militar oscuro pero la parte de abajo se degrada a rojo. Y de accesorios, tenía como brazaletes unas esposas muy anchas y rotas de las cadenas, junto con unas pulseritas de perlas de colores vivos. Su cabello lo agarraron en media coleta y pusieron una venda ancha de color rojo por su frente; a penas y se veía un largo arete de una pluma de águila en su oreja derecha.

De hecho, con el bajista fue rápido, no tardaron mucho porque Charlie no se reía ni pedía repetir nada en comparación de Lila; o que McGiffen pidiera tanta repetición como con Henri. Pronto llegó el momento de la ambientación de Hinata. Haber estado todo el día con el vestuario le molestó al DJ, el short resultó más ajustado de requerido en la zona de sus glúteos y le incomodaba andar con ellos (y Vinx no desaprovechaba la vista ni un instante). Michelle había hecho eso a propósito porque si no, no se vería como la diseñadora quería.

Era de noche, la luna estaba en su fase llena y brillaba con mucha fuerza. Pusieron iluminación blanca de igual manera y una que otra utilería que no es de importancia mencionar. Hinata, por tanto, estaba siendo retocado en su maquillaje mientras McGiffen le explicaba lo que quería que hiciera el DJ.

Pasaron unas horas más con Hinata en la playa: tocando un piano blanco. Andrew aprovechó que ya le quitaron el maquillaje y estaba libre para ver de reojo a las tomas que le hacían a Hinata. Se veían bien con esa ropa y tocando un instrumento más común para el baterista que gusta de lo de antaño. La luz de la luna realzaba los brillos y el matiz profundo de esos orbes carmín que destilaban tal pasión tocando la canción que compuso para su parte: el amor. No estaba seguro Vinx si Hinata conociera plenamente esa palabra –el baterista ya dudaba de si él lo hacía, actualmente–, pero aquella canción había quedado magnífica. La letra que escribió engalanaba todo lo que quería decir cuando alguien pide un último momento de pleno amor. Dulce y melancólica, con metáforas llenas de dobles sentidos pero que también rogaban que si aquello fuera la última vez, que se prolongara hasta donde más se pueda.

No le había hecho caso a la canción de Hinata, no hasta ahora. No por completo, pero Vinx se comenzó a mostrarse curioso por ese detalle.

¿Qué siente verdaderamente Hinata?

~*~

Así se fue el mes entero. McGiffen a veces pedía que se repitiera una escena que se grabó el día anterior porque no lo parecía y trajo totalmente estresados a todos los chicos. Cada mañana tenían que levantarse antes de las siete de la mañana para bañarse e irse a donde debían grabar. Cada día repetir el vestuario, maquillaje, accesorios y peinados, era una locura que ha cansado a todos. Vinx llegó a momentos donde los demás tenían que llamar a Alexis para que le pellizcara como sólo él sabe para controlarlo, si no, no podían hacer la toma bien. Luego llegó un momento donde querían que Vinx usara baquetas de acrílico pero el chico rubio estalló en cólera, no le gustaban para nada. También menciono que hacer los cuadros de los solos por parte de Luther era complicado, se tenían que repetir y repetir para que pudieran tomar distintos ángulos (la ventaja fue que escogieron el mismo lugar de la “selva” para hacer esa parte). Tenían que hacer las tomas de la banda completa tocando juntos, presumiendo sus talentos y bellezas inexplicables. Aquello último fue en el manantial, en la explanada superior del gigantesco lugar. Dieron tomar aéreas, en movimiento, acercamientos, cuadros a cada uno en especial y eso implicaba repetir y repetir y repetir por varios días seguidos. Se tenía que grabas a las lindas chicas de la danza aérea, que hacían bellísimas rutinas con telas de grosor mediano y colores que contrastaban con el entorno y la música. A veces había que grabar en la noche, donde Lila ya estaba cansada pero sacaba de donde podía energía: dándole un apasionado beso a su novio frente a los ojos del molesto gemelo guitarrista, y cantar y cantar y no parar hasta que McGiffen diera pulgar arriba. Hinata tuvo que salir más de lo que acostumbra, le dieron tomas parecidas a las de Lila para que resaltara su imagen. Y contando, también, que Lila, Hinata y Henri tenían cerca de cuatro cambios de ropa, volvió a esos tres lo más estresados y ansiosos con el trabajo.

Después de ese mes, lo habían logrado. Habían logrado sacar todo lo que quería hacer en tiempo y forma. Todo el personal puso su esfuerzo para que el proyecto saliera bien. Cada día se levantaban y se ponían a trabajar para armar el lugar e instalar el equipo necesario para la grabación. McGiffen no permitía retrasos y los encargados de cámaras e iluminación estaban siempre adelantados para evitar ser seriamente sancionados por parte del importante productor y dueño de Ony Music Re:cords; éste no acostumbra a dirigir videos, de hecho, no gusta meterse tanto en los proyectos de los clientes, deja a otra gente a cargo pero ahora no fue así. Tomó las riendas de todo el proyecto y cuidó meticulosamente cada detalle de la contribución entre CaNniBaL y DJ Hinata.

Pero, si había tiempos fuera, claro que se escapaba y robaba a Henri del lugar cercano para comérselo a besos en donde nadie pudiera verlos o sospechar de aquello. A veces andaba muy ansioso y estresado el productor y al vocalista le preocupaba aquello. Entendía que su novio debía estar lo que le sigue de cansado pero no entendía esa necesidad de, cada vez que se podía, recalcarle que lo quería y que sólo debía necesitar del él. Henri llegó a sospechar sobre si su novio secreto sabía de su infidelidad con Alexis pero no tenía sentido: McGiffen lo apachaba y mimaba, no le evadía o peleaba con él como alguien normal haría. Ya no sabía qué pensar el estresado vocalista.

La única vez que se sintió realmente relajado después de que Vinx le reconfortó el primer día de grabación, fue cuando fumó con sus cuatro amigos y compañeros de banda. Hacía tiempo que todos y únicamente los integrantes de CaNniBaL se reunían para hablar, tomar y fumar entre ellos. Como en los viejos tiempos. Disfrutaron aquella noche como nunca con sus mejores amigos y Henri se sintió bien consigo mismo. Fumó marihuana con Vinx al final de aquella velada, fue poquito pero lo disfrutaron. Le recordaba la vez que conoció las drogas junto con su mejor amigo: iban en primer año de preparatoria y unos chicos les retaron a probar un porro, desde entonces ambos amigos fumaban de vez en cuando aquella droga para relajarse. Raramente no eran dependientes de ella. Vinx era más adicto al sexo, en todo caso, que al alcohol o cualquier sustancia tóxica. Y Henri, bueno, ya saben: intenta alejarse de la cocaína. Cuando comenzó a doparse, en primer año de universidad, de alguna forma supo que caería bajo con aquello. Le gustó la adrenalina que le provocaba y toda efervescencia de perder la cabeza. Pero cuando comenzó a presentar diversos dolores de cabeza, y muy fuertes, Vinx supo que esto iría de mal en peor. Henri también lo reconoció e intentó dejarla, fue bien... hasta que Alexis llegó a sus vidas. Cada vez que podía, su manager le pasaba cocaína a ojos ciegos de su mejor amigo y después ya era muy tarde. Decidió, entonces, el vocalista dejarlo de verdad ¡no podía seguir mintiéndole a su mejor amigo y hermano del alma! Y después sucedió lo que ya conocemos en aquella fiesta en el bar principal.

Pero siempre tener a Vinx a su lado le era muy reconfortante.

~*~

Ya faltaba tres días para que volvieran a su país y ciudad natal y seguir trabajando. Ya se venían las épocas de conciertos y había que dar publicidad con los videos para más ganancias y que la película tuviera mayor y mejor demanda. Además de un proyecto que Hinata hace cada año y nunca lo pierde por nada del mundo. Al igual que CaNniBaL con su concierto de aniversario. Nunca se podría descansar.

Ahora Vinx se encontraba dentro del manantial subterráneo, ya sólo faltaba desinstalar la base y arneses de las telas donde las chicas hicieron sus perfectas rutinas de gimnasia. Debía reconocer el baterista que aquello fue un buen detalle.

Pronto sintió que alguien picó sus costillas y aquello provocó que se asustara y retorciera. Vinx era cosquilludo en esa zona específicamente. Al voltearse se dio cuenta de que se trataba de Hinata. Inconscientemente sonrió al ver al DJ aquí. No había otra alma alguna, era la hora de comer y sus amigos andaban quién sabe dónde. Era perfecto para poder hablar a solas con el chico de, por ahora, cabellos negros con rojo.

Cuando Vinx se dio cuenta mejor, vio que Hinata traía una ropa muy simple y cómoda, no como la que acostumbra a usar para presumir sus pecaminosas curvas que vuelven loco al baterista. Por ahora, usaban un pantalón ancho y holgado, con resortes en la parte inferior,  junto con una playera con escote en “V” y sin accesorio alguno. Y así, se veía precioso.

—Hace mucho que no hago una rutina en telas —mencionó vagamente Hinata mientras tocaba la tela de nylon tejido de punto.

—¿Haces gimnasia? —Preguntó sorprendido Vinx mientras se acercaba al DJ.

—Sí, lo practiqué de joven; también sé montar, y no lo hago mal.

—Quisiera verte.

Hinata sonrió, era cierto, hacía tiempo que no tomaba esos dos pedazos de tela y hacía una rutina. Gracias a aquel ejercicio, y la equitación, era que estaba tan fuerte el chico en cuanto a sus piernas y abdomen. Se quitó las sandalias que traía puestas y se acercó mejor. Jaló la tela para ver qué tan elástica era, viendo que era de media baja elasticidad supo que era perfecta. Sólo que no había brea... no a la vista, al menos. Hinata buscó y vio una caja a unos cuantos pasos, de seguro ahí estaría lo que buscaba para evitar caerse.

—Lo haré, pero tráeme esa caja de allá —pidió Hinata mientras sacaba una liga negra y se agarraba el cabello en una diminuta coleta.

Vinx se sorprendió pero pronto fue por lo que el DJ le pidió. Cuando el chico de ojos carmín estaba listo, miró a las telas y suspiró. Era como la bicicleta, una vez que aprendes no lo olvidas hacer. Se sabía subir, colgar, dar piruetas y todo con elegancia. Desde chico le gustó este deporte no olímpico y lo practicó con mucha vehemencia. Logró pasar rápidamente de rango y era profesional, esa tela que tenía el lugar era perfecta. Se colgó, subió e hiso una que otra rutina que recordaba de cuando era un poco más joven. Vinx miró fascinado la pasión y delicadeza con que ejecutaba el DJ el arte de esa danza. A los minutos después de hacer impresionado al baterista, Hinata bajó y suspiró cansado. Había olvidado la exigencia que le pedía y el que fumara de vez en cuando le quitó condición. Pero fue divertido y se sintió vivo cuando lo realizó.

Miró a Andrew y el rubio le regresó la mirada. Ambos sonrieron.

—Me impresionas, niñita —se acercó el baterista a la altura de Hinata—, de verdad que sí lo hiciste.

—¿Y no me darás un premio por eso?

—Hasta la pregunta ofende.

Ambos rieron y Vinx unió su cuerpo con el de Hinata en un fiero beso. A pesar de que estaba pocamente sudado el DJ, no le quitaba lo erótico, esa coletita y aspecto tan simple le quedaba de maravilla. Le gustaba más así a Andrew: un Hinata sin máscaras ni falsedades. Se besaron y besaron con más ímpetu y deseo. Era inevitable, jugaban con los labios ajenos y procuraban saborear todo lo posible del contrario. Vinx pasó sus manos por la cintura de Hinata para aprisionarlo como le antojaba, Hinata correspondió posando sus manos en el cuello descubierto de su contrario.

—Me encantas... —Susurró bajo el baterista al oído del chico.

Los pelos de su nuca se erizaron y sus mejillas se encendieron en rojo vivo. Tenía que ser un idiota ese baterista, corrección, es un idiota. No entendía cómo podía decir esas cosas tan a la ligera; le provocaba mucha vergüenza al DJ, cosa rara, a decir verdad. Pero cuando su corazón latía con tanta fuerza y rapidez, cuando su estómago dolía por esos nervios, cuando no podía dejar de ver aquellos impresionantes ojos verdes: Hinata sabía que también estaba encantado con Andrew.

Y se volvieron a besar...

Era la noche previo al amanecer que despediría de aquellas bellas playas a los músicos. Acabaron con éxito rotundo todo lo que deseaban hacer. Ya en el siguiente mes sería de edición para después publicar los videos y poner los sencillos en el mercado. El día anterior, de hecho, hicieron otra reunión como celebración de lograr como se quería el rodaje; fue un asado en la playa y todos disfrutaron a su manera. Y por manera fue que Vinx estuvo evitando ver a Fernando hablar con Hinata tan calurosamente. Se supone que no debe sentir celos, pero ese productor, a pesar de la pelea con el baterista, nunca dejó en paz al DJ. Hablaban y reían cada que tenían oportunidad. Incluso Hinata se sintió mal por ver las heridas del manager de Lila.

Pero volviendo con lo principal, era ya entrada la noche, no había gente a la redonda y la piscina donde se encontraban Vinx y Hinata estaba alejada del hotel, específicamente de las habitaciones que ellos usaban para evitar ser vistos. Estaban sólo ellos dos dentro del agua y la zona era iluminada con luces de colores azules que brillaban con fuerza con el líquido. Vinx estaba sentado en un escalón donde el nivel era mucho más bajo y veía a Hinata refrescarse y nadar por los alrededores. El baterista estaba más que fascinado con aquella fase de Hinata: donde era simple y tan dulce con él.

El DJ se acercó hasta donde Vinx, se pasó su rebelde y empapado cabello hacia atrás y sonrió a su contrario. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, el baterista le tomó un brazo y jaló hacia su cuerpo, provocando que Hinata se sentara sobre su regazo. El chico de cabellos negros rió divertido y pasó cada pierna a los costados y abrazó por el cuello al baterista. Incitando a que le agarrara ese trasero que tanto le gustaba. Se comenzaron a besar sin pedir permiso antes y disfrutaron como sabían hacerlo.

Después de unos cuantos minutos compartiendo salivas y sonidos húmedos, se separaron con un hilo de saliva colgando de las puntas de ambas lenguas. Hinata posó se frente a la de Vinx mientras buscaba recuperar su respiración. Vinx veía directamente a los ojos del DJ, le gustaba ese brillo que tomaban en la noche. Besó su nariz con picardía y ambos sonrieron sabiendo que estaban bien uno con el otro.

—Cuando estoy contigo se me olvida que el tiempo avanza, tonto —confesó el DJ.

—Igual yo... Aunque..., casi no sé sobre ti... —Vinx respondió algo decepcionado—. ¡Ya sé! Una pregunta tú y una yo hasta que nos cansemos.

—Si se trata de ti, lo dudo... Pero me agrada la idea. ¿Color favorito?

—Azul oscuro —respondió sin más el Vinx mientras comenzaba a besar el cuello de Hinata—. ¿Comida favorita?

—Todo tipo de pasta..., no me vayas a dejar marcas tan notorias, ya me has hecho muchos moretones en este mes, bruto —rió el DJ mientras se dejaba mimar, igualmente le gustaba ser besado por el baterista—. ¿Alergias?

—Sí. Soy alérgico al pelaje de los perros, gatos, conejos y hámsteres, muy alérgico. ¿Y tú?

—Soy alérgico al maní y a la canela.

Vinx le dio un suave beso en la boca a Hinata: —Eso no debo olvidarlo, no vaya a envenenarte después sin saberlo. Me hubiera servido en el pasado pero ahora capaz y sí me arrepiento.

—Tonto... Ahora, dime una anécdota que sabes que jamás podrás olvidar.

—Cuando intenté hacer un pacto de sangre con Henri. Éramos unos críos en ese entonces y pensamos que si juntábamos nuestras sangres seríamos hermanos de genética. Fuimos a la cocina de la casa de Henri y habíamos acordado en hacer el corte, y darnos la mano porque beberlo era muy asqueroso. Tomamos un cuchillo, y de tarados nos cortamos a propósito, sólo que mi corte fue más profundo y no dejaba de sangrar, nos asustamos y gritamos como desquiciados en busca de Alicia, la mamá de Henri; ella es enfermera y nos curó y también regañó. Habíamos tomado muy enserio querer ser hermanos. Mira, dejó cicatriz.

Rió nostálgico al final el baterista, Hinata nunca dejó de verlo y también sonrió. Aquello fue de pura inocencia pero muy adorable a pesar de la tontería que hicieron los dos chicos. El DJ miró la marca que quedó en la palma derecha de su compañero de trabajo con derechos y tocó con cuidado ahí. Ambos rieron.

—Eres una caja de sorpresas, Vinx.

—Igual tú y eso que apenas me estás conociendo.

Aquello era cierto pero para nada aterrador. Como promesa de que intentarían seguir descubriendo cosas nuevas uno del otro, se besaron con un cariño extraño y difícil de explicar. Sabían perfectamente que aquello que estaban haciendo no era nada común si sólo sería sexo y ya... Y tal vez es que ya no querían que fuera de aquella manera. Era hora de algo nuevo e incierto para los dos huracanes. Esos besos, gestos, caricias y curiosidad les estaban dando una paliza a sus planes absurdos y sin estructura. Todo se desmoronaba poco a poco para dar paso a los dolorosos sentimientos que tendrían que soportar por culpa de aceptar que residían unos especiales por su enemigo natural. Sentimientos dulces y mortíferos.

~*~

Arribó el avión y llegaron a su hogar. Nuevamente fue vuelo directo para los integrantes de CaNniBaL, Hinata, Lila y demás personajes de importancia. Con su sumo cansancio, Vinx fue a recoger sus dos enormes maletas que usó para el viaje. Se sobó el cuello y cuando encontró su equipaje, supo que ya por fin tomaría un taxi y dormiría hasta el día siguiente. Fue cansado todo esto, pero increíble a final de cuentas. Cada grabación, escenario y anécdota con Hinata fueron bien recibidas por el baterista de cabellos rubios.

De reojo vio que Hinata también esperaba por sus maletas. Pensó en ayudarle, pero vio que el DJ era demasiado fuerte y pudo con las enormes maletas color aguamarina que poseía.

Ambos se vieron, sonrieron de forma desapercibida, y se dirigieron a la salida para que cada quien tomara su destino. McGiffen ya se había retirado y misteriosamente Henri también, Charlie andaba comprando unos dulces en la tiendita junto con Spencer, últimamente su amigo bajista andaba pegado como chicle a ese flaquito; los gemelos andaban perdidos pero estaban ya grandes y eran lo suficientemente listos para saber cuidarse solos, y Lila estaba con Luther así que ella también estaba bien.

El baterista revisó su teléfono y miró con los ojos como platos las miles de llamadas perdidas que tenía de Alexandra. Esa mujer nunca le habla, ¿habrá pasado algo malo? Esperaba que no, pero ver esa notificación le recordaba que tenía que volver a la realidad: su novia.

—¡Vinx, cariño! —Escuchó el grito de una melodiosa voz.

Era Alexandra, estaba allí. Había ido a recibirlo, eso no era para nada común. Vinx no podía creer que aquello fuera real, se le escapó una gran sonrisa al ver a su despampanante novia recibiéndolo con los brazos abiertos. La chica corrió y lo abrazó mientras se colgaba de la cintura de su querido novio y le besaba con pasión.

Era cierto, había que volver a la realidad. Hinata presenció todo aquello y un gesto de molestia se le escapó al ver que Alexandra lo miró de reojo con la clara malicia. Pero le molestó mucho más el agrio escozor en su garganta, estaba molesto y decepcionado. Era inevitable. Pero se enfureció cuando la chica jaló al baterista lejos de donde Hinata y se quedó plantado; con el deseo de querer detener al baterista y pedirle un último beso. Pronto, el baterista fue atacado por un grupo de reporteros que siempre andaban de chismosos en los aeropuertos para ver si encontraban a alguna celebridad y sacarle cualquier tipo de información y comenzaron a sacarle una entrevista sobre el viaje y otros chismes absurdos mientras abrazaba a su novia con cariño.

Deseaba que ese abrazo y afecto con Alexandra fuera únicamente por apariencia y no porque de verdad el baterista la extrañó. Eso sería demasiado insoportable para Hinata. Esos abrazos y esos besos...

Algo que Hinata hubiera deseado recibir en público pero aquello nunca lo admitiría.

El DJ los miró y suspiró cansado. Nuevamente pasaría a estar en segundo plano en importancia para Vinx. Nuevamente tendría que sentir celos sin justificación y se sentiría solo y triste. Su puso sus audífonos y reprodujo música levemente fuerte; tomó sus dos maletas y salió del aeropuerto para irse de una vez de allí.

CONTINUARA
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Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

#MirakuEmocionada

#Estrés

#AlexandraArruinaShips

#VinxEsUnProstituto

(Usen el de su preferencia, por fis; y no quitaré el de Vinx hasta que alguien lo use >:v)

“El Mundo de Miraku” es Patrocinado por... ¿alguien quiere darme patrocinio?:

MIRAKU: Ya saben que Charlie, el siempre buen amigo Charlie, nos acompaña en estas transmisiones porque es al que mejor confianza le tengo después de mi almohada de emoji que tengo desde hace unos años. ¡Hola, roqueros! (sí, repetí esa estupidez porque yo quiero).

CHARLIE: Eres poco original, ¿sabías?

MIRAKU: Sí, pero que tú me lo digas sí me llegó. *TT-TT*

CHARLIE: ... Como si eso me llegara a importar. Empieza con esto.

MIRAKU: Qué grosero. Como sea, ¿qué les pareció? Hablo enserio, haya yo me emocioné con lo que escribí, se me salió mi fangirl que debo evitar porque mi mamá ya sospecha que tengo problemas, muchos problemas. Ahora sí deben prepararse, el siguiente capítulo es para Charlie y Spencer y algo de Henri. Y ya pronto entraremos en la historia de los gemelos, pero me tuve que poner a investigar sobre embarazos múltiples y más cosas pero espero que les llame la atención, Charlie diles por qué.

CHARLIE: Porque eres una enferma. Me quiero ir de aquí.

MIRAKU: Ay, </3. Bueno, dos curiosidades:

  • Cuando estaba planeando el fanfic y haciendo el organigrama llegué a toma como opción que Hinata sólo fingiera ser puta pero que, en realidad, es virgen y Vinx sería su primera vez. Bastante tonto tomando en cuenta la temática, pero me daba ilusión. Sinceramente me gusta cómo es Hinata ahora mismo.
  • En vez de poner una canción diferente para cada capítulo: quería que fueran tres nada más, una para cada historia (la de Vinx, Spencer y Henri) pero se darían cuenta de quién iría el capítulo y se volvería aburrido.

MIRAKU: Eso es todo (es difícil escoger curiosidades que no den spoilers importantes sobre la historia), espero con ansias sus reviews. Recuerden que la opinión de los lectores, para los escritores, son alimento del alma. Los quiero mucho y Charlie también los quiere pero le cuesta admitirlo, porque sólo tiene espacio en su corazón para Spencer.

CHARLIE: ... Suficiente, me largo de aquí.

Los Quere Musho, Miraku, SAYO~


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