Henri se dejó caer en el sillón como si fuera plomo. Todo su cuerpo le pesaba. Sentía todo adolorido. Sentía que todo se desmoronaba en su inmaculado y lindo cuerpo. Pero lo que más le dolía era el orgullo y el corazón –en el sentido metafórico–. No podía creer que este año laboral acabara de esa manera: con el retorcido contrato con Alexis. No podía ni un segundo más. Le dolía ver los frívolos ojos de su manager, su actitud, sus mañas; y le excitaba tanto ser tocado y poseído por aquel hombre. Era tan bipolar cuando de Alexis se trata.
Pero es que Alexis siempre ha tenido ese vicio especial por Henri. Su retorcida y vomitiva relación no nació de la noche a la mañana por simple gusto o porque de la nada, y por arte de magia, el manager decidiera hacerlo. Eso Henri lo sabía muy bien. Pero no entendía por qué. ¿Por qué Alexis se empecinaba con su persona?, ¿qué hizo para ganarse esa atención de parte del atractivo hombre de ojos grises?, ¿cómo lo hizo? Al igual que cualquier integrante de CaNniBaL, Alexis es capaz de tener cualquier chica –o chico– a sus pies sin pedirlo. Era un hombre muy codiciado. Porque en cuanto a apariencias: Alexis es el hombre más perfecto e increíble del mundo.
Todo mundo se cree el estúpido y fumado papel de buen hombre que sabe llevar limpiamente los negocios de sus clientes. Todo mundo se cree la bobería de que Alexis es un gran hombre y que es todo un sueño de príncipe azul hecho realidad. Que Alexis esto, que Alexis aquello. Siempre poniendo en alto el nombre del importante manager con cinco tornillos faltantes. Incluso la locura que externa a los medios es atractiva pero falsa. Y todo mundo le cree.
Henri le creyó.
Se tragó por completo todas esas boberías. De verdad llegó a ver a Alexis como un hombre perfecto. Un hombre que cualquiera quisiera tener a su lado. Porque así fue al inicio: Henri se sintió bellamente cortejado por su manager. Le hacía detalles especiales, le hablaba al oído con dulces palabas y exquisitos halagos que sonrojaban de sobremanera al vocalista de CaNniBaL. Sentía maripositas en el estómago cuando Alexis estaba cerca de él. Se sentía tan feliz a su lado.
Y tan pronto comenzó esa pequeña luz y chispa de felicidad: todo se fue a la mierda. Alexis le ofreció prontamente ese “contrato”. Y, en desesperación por no querer afectar el hemisferio laboral de sus demás amigos, por el miedo o por no querer salir de verdad lastimado, Henri aceptó por cobarde. No quería que Alexis usara su negativa en su contra como para que cierre su contrato y representación con CaNniBaL, sus amigos no merecerían aquello. Tampoco quería perder de entre sus manos a aquel Adonis. Alexis es guapo, demasiado, de pecaminoso cuerpo, cabello alocado y largo (como a Henri suele gustarle en los hombres); y esa perforación en la fosa nasal derecha le volvía loco. Era una rara combinación de elegancia, astucia y rebeldía la apariencia de Alexis. No negó a la oferta que su manager le hizo. Y el contrato comenzó.
Pero antes de todo ello, Henri jamás olvidaría que fue gracias a un pequeño accidente que fue como conoció a Alexis y logró llevar a CaNniBaL al puesto número uno de toda lista en el mundo musical dentro de su género. Nunca creyó que eso le llevaría a esta actualidad: en medio de un proyecto para hacer una banda sonora original, problemas con sus sentimientos, peleas con su mejor amigo, su relación con McGiffen y el contrato renovado de Alexis. Más problemas que nada.
~*~
Eran unos jóvenes en ese entonces. Recién Charlie se había convertido en mayor de edad, había cumplido veintiún años; y Henri y Vinx contaban los días, horas y minutos para cumplirlos también. El bajista y él aún eran pareja y Henri quería muchísimo a su novio indígena con enorme espalda. CaNniBaL se fundó de manera oficial ya que los gemelos se incorporaron hace unos meses. Su mejor amigo ahora se hacía llamar Vinx y ya llevaba un año de relación con esa atractiva chica llamada Alexandra. Parecía un rumbo normal para esa banda: a no tener más fama que la local. Tocar en uno que otro bar y no poder salir de allí porque no llaman la atención. Henri no quería que así fuera: su sueño colectivo con Vinx siempre fue hacerse conocer con su música y ser una banda legendaria. Pero la vida aún no les entregaba esa oportunidad de oro. No había nadie que quisiera representar a CaNniBaL. Más no había porqué verlo como todo perdido ya. Recién estaba fundada la banda oficialmente, recién estaban dándole a este sueño sus respectivos detalles y ya lo hacían de manera profesional. Todo debía ser poco a poco.
Alexandra, en una ocasión, consiguió un permiso para que la banda de su novio se presentara en un café bar cercano a los suburbios donde Vinx y Henri vivían. Esa noche varias bandas se presentarían, no como un concurso, pero era buena oportunidad para los chicos de CaNniBaL. Y aceptaron enseguida para tener su espacio. El dueño del establecimiento aceptó su participación y ellos aparecerían en las medias instancias del show. Era perfecto, no eran los primeros (tomaban más confianza) y tampoco eran los últimos (normalmente a esos grupos ya nadie les prestaba atención). Vinx y Henri estaba especialmente emocionados. Era hora de rezar para que un manager los escuchara y viera y, así, lograr brincar al otro lado del charco.
La noche esperada llegó pronto. CaNniBaL estaba listo: preparó las tres canciones que tocarían en el repertorio. Henri estaba vocalizando, los guitarristas, bajista y baterista calentaban sus articulaciones y sus instrumentos ya estaban a completa disposición para el momento culmen. Lo harían hasta el final, nada les impediría una presentación y una oportunidad de hacer magia como sólo ellos los sabían hacer.
Alexandra fue a apoyar a su novio. La chica se robó a su mejor amigo un rato, los gemelos fueron a verificar que todo estuviera en orden y Henri se quedó sólo con Charlie. El vocalista aprovechó aquello y se comió un rato a besos al bajista. Parecía una noche más.
Hasta que chocó con él.
Henri había olvidado una pulsera de cuero que su madre le regaló varios años atrás. Presentía que ese accesorio le traería suerte, pero sólo si lo usaba, claro. El vocalista se devolvió a la carrera por la pulsera bajo la amenaza de Vinx para que hiciera el viaje lo más rápido posible porque ya en unos instantes les tocaría aparecer en escena. Henri le sonrió a su casi hermano y salió corriendo lo más rápido que sus largas piernas y el embotellamiento de gente permitieron.
Y cuando iba de regreso, por distraído mientras se ponía su pulsera con un poco de trabajo, se estampó contra un duro y fuerte cuerpo. No se cayó ni nada por el estilo, sólo impactó y sacó al vocalista de su ensoñación. Sus ojos azules chocaron, entonces, contra unos bellos orbes grises, ¡eran los ojos más hermosos que Henri jamás vio! (le hacían competencia a los verde pasto de Vinx en los lineamientos personales del cantante). Y el hombre también quedó embelesado con el chico frente a él.
Alexis se hechizó por Henri. Henri se hechizó por Alexis.
—Lo-lo siento mucho, a-andaba distraído —se disculpó torpemente Henri.
Alexis le sonrió de medio lado y completa galantería: —No hay cuidado, ¿vas a participar en este evento?
—Sí y, de hecho, ya debo irme, me toca en seguida presentarme. Nuevamente lo siento.
Henri salió avergonzado, el hombre le pareció atractivo en demasía. Nunca vio tal combinación de rebeldía con juventud y madurez con experiencia como en ese hombre. El vocalista sonrió para sí mismo. Pronto llegó con sus compañeros de banda y sonrió de manera inocente mientras se disculpaba por el retraso. Vinx rodó los ojos, conocía perfectamente a su casi hermano, son mejores amigos de toda la vida, después de todo. El baterista no tardó en inferir que Henri se entretuvo por una distracción que comienza con ‘Hombres’ y termina con ‘Atractivos’. Ya Vinx buscaría al bastardo y lo uniría a su lista negra para proteger a Henri. No dejaría a su casi hermano en manos de cualquiera, no después de los diversos problemas que ha tenido por ello. Y como Andrew desconocía (y posiblemente aún lo haga) la relación entre Henri y Charlie, pensaba que sería algo normal.
Henri sólo tiene ojos para quien sea su pareja y su amigo y familia. Si un hombre le llamaba la atención al vocalista, era porque ese macho tiene que ser esculpido por dioses y traído sólo para él. Así ha sido Henri, sólo se fija en hombres que le parezcan realmente interesantes y guapos, y si son mayores, mejor. Es curioso, ¿no? Ha tenido relaciones con hombres de su edad o poco más mayores; actualmente su relación con McGiffen tiene una diferencia de once años y, eso, le encanta. La diferencia entre Henri y Alexis es de ocho años, técnicamente.
Y en ese entonces, Henri se flechó por el misterioso hombre de traje y perforación nasal con el que chocó. Deseaba verlo entre la multitud. Le encantaría.
Un encargado les avisó que ya seguían, cuando CaNniBaL apareció al escenario, fueron bien recibidos por varios aplausos y ovaciones de los fans locales que ya tenían reunidos por casualidad. Entre la multitud estaba Alexandra apoyando a su novio con una gran sonrisa y alegría desbordándose por sus ojos verde cristal. La chica traía una playera con el logo de la banda (dibujado por Tony y le quedó muy acorde a lo que buscaban) y un cartel apoyándolos. Es la fan número uno, ¿no?
Henri tomó el micrófono y presentó a la banda. Cuando, al fondo, vio a ese misterioso hombre sentado, mientras bebía un ‘Hielo Ruso’ y de brazos y piernas cruzadas. Sabía que lo estaba mirando, Henri sonrió. Ahora, con más razón, se luciría. Luther comenzó un riff con una guitarra Gibson SG y Luther le siguió con un ritmo más profundo en compañía de una guitarra Super Estratocoaster Ibanez con puente flotante, Charlie subió el volumen de su bajo para que se escuchara con perfección mientras marcaba ritmo y la batería, base de cualquier canción, comenzó a resonar con buena velocidad y sincronía. Llevando la melodía hasta poner de gallina tu piel, con tal profundidad y rudeza que siempre caracterizó a CaNniBaL. Un ritmo difícilmente olvidadizo, y la voz de Henri resonó como eco glorioso. Comenzó la letra –escrita por Vinx– con perfecta pronunciación, fuerza y su tono característico que quedaba perfectamente con su género. Se movió por todo el escenario, cantó con pasión y mucha fuerza. La gente hacía coros en concordancia al instrumental. La batería, las guitarras y bajo sonaban perfectos y limpios. Y así, presentaron sus tres canciones correspondientes. Llenando de sentimientos de adrenalina y fulgor que hierve en la sangre cual efervescencia de lo prohibido.
Alexis sonrió y sus ojos brillaron. Esa banda tenía futuro. Él mismo los sacaría de ser una banda más del montón. Por su puesto que los sacaría. La voz de Henri era melodiosa y le fascinó pues sus tonos graves eran profundos y sonaban muy bien en un chico como él.
~*~
Cuando terminó su turno, todo CaNniBaL estaban celebrando por su presentación allá afuera. Todo el mundo los amó, querían más canciones de ellos –y las tenían preparadas– pero el permiso de presentación indicaba únicamente tres repertorios y ya. Nos les quedó de otra más que agradecer por su atención y retirarse con halagos y gritos de chicas que se enamoraron de tan atractivos chicos. Eran de ensueño, claro que sí.
Henri sonreía mientras Vinx estaba dando su monólogo de lo feliz y agradecido que estaba por tener a tan maravillosos amigos y compañeros de banda. Todo para que los seis terminaran brindando con cerveza barata, cortesía de la casa. Alexandra se abrazaba a su novio y se veían realmente felices los dos juntos. Henri agradecía a la chica silenciosamente por sacar de una oscuridad que consumía a su mejor amigo. Una oscuridad dolorosa y complicada de disipar. Lamentablemente, el tiempo pasó y Alexandra tiró a un fondo mucho peor a su novio y Henri fue declarado como enemigo mortal de la chica.
Callaron. Unos lentos, pausados y fuertes aplausos los calló de su fiesta improvisada. Voltearon por inercia, en busca del dueño de esos “halagos” u “ovaciones”. Sonaba raro, no sabían si eran en sarcasmo o en verdad. Vinx vio a Alexis por primera vez y su ceño se frunció, ¿quién era ese cara bonita y por qué les aplaudía con tal cinismo? Porque, a oído profesional de Vinx, era cinismo y desfachatez.
—Debo reconocer que llevo mucho tiempo sin escuchar algo tan fresco y bueno —habló el hombre con tono calmado e impresionado—. Tienen mucho talento, ¿cómo dicen que se hacen llamar?
—CaNniBaL, ¿y usted es...? —Respondió un desconfiado fundador baterista mientras abrazaba a Alexandra pasando su brazo derecho por los hombros descubiertos de su chica.
—Incluso el nombre es pegadizo, me agrada. Me presento, niño bonito, soy Alexis Wild, manager de la banda “Intoxicated”. ¿La conocen, no?
Vinx y los demás integrantes abrieron los ojos como platos. ¿Ése catrín es el manager de Intoxicated? En esos tiempos, de la naciente banda CaNniBaL, esa banda era la que arrasaba con todos los medios y se escuchaba por todos lados. Era una banda internacional, eso quiere decir que sus integrantes tienen distintas nacionalidades. Su música era poderosa y potente, y Vinx sentía respeto por el baterista de Intoxicated; quería vencerlo en rapidez y técnica. Eran bastantes buenos pero ya no sacaba nada nuevo y, ahora, su manager se aparece de la nada frente a CaNniBaL.
—¿Cómo saber que no eres un charlatán que quiere timarnos? —Igualmente, su inseguridad no se iba y Vinx preguntó renuente a creer que ese hombre es manager de Intoxicated.
—Puedes checarlo en internet, salgo en su artículo de Wikipedia y tengo el mío propio, ¿te lo enseño? —Sonrió divertido y burlón Alexis mientras extendía su lujoso teléfono frente a la mirada curiosa de la banda. Era cierto.
En Wikipedia aparecía la información de Intoxicated y Alexis Wild aparece bajo el título de manager. El Artículo personal del hombre demuestra su vasta experiencia y conocimiento en cuanto al mundo de la farándula y todo lo que tenga que ver con producción musical digital. Y era muy atractivo a ojos de Henri que se sonrojó al darse cuenta de que trató con tanta familiaridad al manager. ¡Además de haber chocado con él! ¡Qué vergüenza!
—Bueno, sí eres manager de Intoxicated, ¿pero qué haces aquí y qué quieres de nosotros? —Preguntó un ya más confiado Vinx.
Todos los integrantes de CaNniBaL miraron directamente al hombre frente a ellos, tenían curiosidad por saber las razones, eso era cierto. ¿Qué hacía por esos rumbos el importante representante de una buena banda de sus tiempos?
—Sencillo, y ustedes deben saberlo, Intoxicated se está viniendo abajo, ya no sacan nada nuevo y yo no logro que lo intenten, no quieren hacerlo. Para más fácil: se fueron a la mierda. Pasaba por aquí y soy cazatalentos, mocosos, me di la oportunidad de ver las presentaciones para rogar por encontrar algo decente. Y los encontré a ustedes. Son buenos, su música tiene profesionalismo, es pegajosa y podría vender muy bien. Hacía tiempo que no escuchaba música como la suya, es muy buena. ¿Qué dicen?, ¿quieren hablarlo y ver qué podemos hacer con CaNniBaL?
—¿Habla enserio? —Preguntó Luther sin estar seguro.
—Soy un profesional, niño, ¡por supuesto que sí! No necesitan pasar por jodidas audiciones en concursos absurdos donde luego los olvidan; los encontré y ustedes me encontraron, ¿qué dicen? No pueden negarse.
—¿Y qué pasará con Intoxicated? —Preguntó ahora Henri curioso sin poder dejar de ver a Alexis.
—Lindo, ¡que se vaya a la mierda Intoxicated! Ya no quieren servir, ustedes pueden vencerlos, no lo dudo.
Las alarmas de Vinx se activaron rápidamente. ¡El bastardo le dijo ‘Lindo’ a su mejor amigo! Ya decía él que todo podría ser perfecto y viene ese hombre y lo jode poniéndole un cursi adjetivo a su mejor amigo como lo es ‘Lindo’. ¡Un hombre no le dice ‘Lindo’ a otro ni por jodida equivocación! A no ser que sea un maldito homosexual. La sangre de Vinx hirvió; más porque se trataba de Henri que porque Alexis sea gay o no. Ya luego se las arreglaría...
—Cuidado con lo que dices a un hombre, bastardo.
O ahora mismo. Alexis sonrió aún más ampliamente, ¿recuerdas al gato rizón de Alicia en el País de las Maravillas, buen lector? Bueno, su sonrisa se queda corta a la que nació en el perfecto rostro de Alexis.
—¿Problema si me atrajeran los hombres..., emmm...?
—Vinx, dígame Vinx. Y sí, sí tengo un jodido problema con aquello, así que piénselo tres veces antes de hacer algo frente mío. Me vale una mierda y media quien sea usted y, si lo veo necesario, le rompo esa cara de jodido idiota que tiene.
—No te preocupes, Vinx. No habrá problemas de esos, me gustan las mujeres.
Algo dentro de Henri se destruyó cuando escuchó aquella declaración. ¿Alexis es heterosexual? Qué decepción. Henri miró hacia abajo y sus mejillas se sonrojaron, ¡¿cómo se atrevía pensar aquello?, si él tiene a su novio! No podía hacerle aquello a Charlie. El bajista es su novio y debía respetar y cuidar de su relación con el callado de Charlie. Lo quiere mucho, tampoco puede mentirlo, es verdad y debe ser fiel a esa confesión y cariño que tiene por él. Tiene novio y Alexis está y debe estar lejos de sus expectativas o deseos. Punto.
—Entonces, tenemos un trato, quiero verlos en esta dirección mañana a las doce, nos vemos.
Alexis le dio la tarjeta a Vinx. En ella, estaba el nombre de Alexis, su número y al reverso se encontraban la dirección del lugar de encuentro junto con la hora y demás información. Vinx sonrió, por fin alguien confió en el talento de su banda. ¡Por fin hablarían con una disquera! Parecía que CaNniBaL, al fin, se alzaría de entre todas las bandas actuales.
~*~
Cuando iba saliendo, Henri fue interceptado por Alexis. El manager acorraló al cantante contra una pared y una pobre luz del alumbrado municipal. Sólo eran ellos dos, en la madrugada, sin que nadie les pudiera ver o escuchar. Henri se sonrojó con fuerza al ver al atractivo hombre impedirle el escape deteniéndole los hombros con sus fuertes y grandes manos. Sintió una oleada de adrenalina viajando hasta su bajo vientre; se excitó por tal cercanía con Alexis.
—Me alegra saber que seas parte de la banda que pienso llevarme a la fama, así podré verte muy seguido, todo el tiempo, quizá...
—Emmm..., y-yo...
—Eres precioso. Dime tu nombre.
—Henri..., y gra-gracias, su-supongo...
Alexis sonrió y besó castamente el cuello del cantante. Aquel aroma y dulce piel que antoja a cualquiera para manchar se impregnaron en el torrente sanguíneo del manager. Desde ese momento, Alexis se obsesionó con todo lo referente a Henri. Ese chico tenía que ser suyo, a como dé lugar.
~*~
Alexis rompió la relación que Henri tenía con Charlie. Incluso los distanció un poco, no le gustaba esa cercanía que tenía su ángel con el bajista. Y su reto mayor era hacer que Henri desplace a Vinx a segundo plano y que sólo quisiera pensar en él.
Porque eso sí, en la junta donde los convocó, Alexis los llevó directamente a grabar unos demos para lanzarlos al mercado de manera anónima. Si éstos vendían, CaNniBaL saldría a la luz. Y así fue, la música de tan alocada banda rebasó las expectativas de todos los involucrados en la prueba. Así fue como CaNniBaL se volvió la banda de culto que es hoy en día en tan poco tiempo. El gran talento que desbordan, su conocimiento no era en vano, sus ideas y sus personalidades los catapultaron a un irreversible estrellato. Todo mundo hablaba de CaNniBaL, todo mundo los escuchaba, todo mundo los admiraba, todo mundo los quería. No podía ser mejor para los chicos.
~*~
Volviendo a lo que nos importa, Henri sabía que Alexis lo encadenó a él desde el instante en que se conocieron. Cuando sus ojos se encontraron fue una irremediable química explosiva la que crearon. Era un deseo sexual tan fuerte y corrosivo, que enferma a cualquiera. Bien Henri podría negarse, podría haber guardado mejor su dignidad pero no fue así, decidió dejarse ir por todo lo que engloba a Alexis y perder la cordura una vez que se quitaban la ropa.
Todo se iba a la mierda cuando sus cuerpos se fusionaban. Por más doloroso que sea el juego que Alexis le tenga preparado, por más denigrante o, incluso, absurdo, Henri se dejaba ir entre esos dos fuertes brazos.
Henri se sentía tan utilizado al final de cuentas. Cuando ya todo terminaba y Alexis le dejaba de lado, se sentía como una muñeca abandonada. Después de haber sido utilizado para jugar, se quedaba solo. Alexis se abstenía de cualquier intercambio de palabras con él al final del acto carnal. Y dolía. Dolía tanto saberse como objeto. Se sentía tan doloroso saber que su acto se repite una y otra y otra y otra vez sin cambio alguno en el final. Alexis lo veía como simple objeto de conveniencia.
Como un desconocido. Como un masoquista. Como una estatua. Como una muñeca sin vida.
Como un ángel con las alas arrancadas.
~*~
Era un nuevo día en la ciudad de mediano tamaño donde toda a magia ocurre. Henri despertó, se había quedado dormido en el sillón donde dejó caer su adolorido cuerpo. Odiaba ser tan distraído y no haber ido a la cama si estaba tan cansado. Ahora todo le dolía más por el pésimo descanso que tuvo.
Nuevamente soñó recordando a Alexis.
Con pereza miró a la ventana por donde se colaba un amistoso viento mañanero. Debía ir a trabajar y hacer como que cada día su relación con Alexis no le afecta e ningún sentido. Como si todo estuviera en orden, como si nunca hubiera tenido problemas con su manager, haciéndoles creer a sus amigos y compañeros de banda que él se encontraba bien. Excepto a Vinx.
Andrew siempre descubría cuando intentaba mentirle. Y eso lo adoraba. Le demostraba que su mejor amigo se preocupa de verdad por él y que lo conoce perfectamente. No por nada fueron, son y serán mejores amigos por siempre. Así que con el caso de Andrew: sólo le insistía que todo estaba en balance y que no debía hacer nada más que darle confort. Adoraba ser abrazado por Andrew, que aquellos fuertes brazos –gracias a las horas de ensayo en la batería y el ejercicio hecho por cuenta propia del chico de ojos verdes– lo reconfortaran y cuidaran de esa manera era algo que amaba en demasía. Quería demasiado a su mejor amigo que dolía.
Dolía tener que ser el mejor amigo y que la filosofía de Andrew sea: su novia antes que sus amigos. Era espantoso. Le recordaba que sólo para Vinx él es el amigo y que Alexandra se lleva toda la mera atención sobre el baterista. Era injusto, Henri conoce mejor a Vinx que esa mujer.
Alexandra es un enemigo natural de Henri. La chica es homofóbica y cuando se enteró que el mejor amigo de su novio es gay, la chica le tomó una mala maña. Ambos se tratan de manera fría y muy poco familiar. Es como si fueran dos desconocidos que recién se conocieron y no se cayeron bien en el instante en que sus miradas chocaron. Se declararon una guerra fría silenciosa. Todo, debido a que simplemente no se toleran. La situación es mucho más complicada cuando de Hinata y Alexandra se trata. Con Henri simplemente son miradas llenas de desprecio y leyes de hielo. No como con el DJ, que pelea a palabra sucia contra la modelo y, de ser posible, casi llegar a golpes y jaladas de cabello.
Henri llegó a los estudios y subió directamente al último piso. Tenía ganas de ver a McGiffen y recibir su beso mañanero. Últimamente su novio se volvió más cariñoso que de costumbre y eso le agradaba tanto. Desde que le dijo que lo ama, Henri se puso muy soñado, ¡se sentía tan hermoso saberse amado por alguien como ese hombre que la gana por once años! Le gustaba tanto a Henri saberse centro de atención del productor y que los ojos del hombre simplemente busquen la silueta del bello cuerpo del vocalista de CaNniBaL.
Aparte, era tan caliente su novio.
Henri sonrió y cuando llegó a la puerta de la oficina de su novio secreto, tocó y esperó el permiso para entrar. Pronto se escuchó el exquisito tono grave y profundo de su pareja diciendo ‘adelante’, que Henri no dudó en hacerlo Cuando entró se encontró con una escena especialmente molesta para él. McGiffen estaba revisando unos papeles mientras que Lindsey, su secretaria frustrada sexualmente, estaba cerca del hombre indicándole ciertas cosas de los documentos. Documentos que McGiffen que ve con aburrimiento, porque deben ser los mismos textos de cada mes pero Lindsey insiste en explicarle sobre ellos como si fuera un niño chiquito. Henri se dio cuenta desde hace varios meses que la secretaria busca mucho la cercanía con McGiffen, esa mujer buscaba coquetearle a su novio secreto. Henri no lo permitiría y por eso carraspeó con fuerza para llamar la atención de los otros dos personajes frente él.
Cuando McGiffen lo vio, sonrió complacido. Ya había llegado su novio. Lamentablemente, estaba ese día especialmente ocupado y no tendría tiempo de hacer nada con él. Eso le decepcionaba pero con mínimo ver la sonrisa en vivo de Henri, le recordaba que todo estaba bien.
Pero ahora no estaba sonriendo. McGiffen vio de reojo y su secretaria también le dirigía una mirada de halcón enojado al vocalista de CaNniBaL. El productor no entendió por qué pero no le dio importancia.
—Lindsey vete ya a la sala de juntas este, voy para allá. —Ordenó con voz firme el hombre mientras cerraba la carpeta que revisaba.
La mujer frunció el ceño y no le quedó de otra que despedirse formalmente de su jefe y salirse de la oficina. Lindsey ya comenzaba a sospechar y si daba con que Henri es pareja secreta de McGiffen no podría acabársela el vocalista de la banda de rock.
McGiffen se acercó a Henri y tomó en un fiero beso. Donde sus lenguas se encontraron y chuparon y lamieron a gusto propio. Con astucia y pasión que caracterizaba a esos dos. Se separaron después de unos largos segundos, siendo seguidos de otros besitos superficiales. Henri se sentía bien junto a McGiffen.
—Oye, tengo el día saturado y me tengo que ir, nos vemos después, ¿sí, lindo?
Henri bajó la mirada: ya se lo esperaba. Asintió y se dejó besar una última vez por su pareja secreta para ser abandonado en medio de la enorme oficina de la que es dueño McGiffen. Era tan típico aquello: su pareja tiene un importante trabajo que lo consume en casi un cien por ciento, es obvio que Henri es un estorbo en la vida de empresario que tiene McGiffen. Se sentía egoísta pero no podía evitarlo, quiere recibir su atención. No tenía nada más, realmente.
Y ahí se quedó, solo y como repuesto y excusa para que McGiffen descanse tan solo unos minutos.
Salió de la oficina y su mirada chocó con la de Alexis. El manager le dedicaba una fría vista y se largó de allí, dejando confundido a Henri. ¿También su manager –que tiene una rara obsesión sobre él– lo ignorará? Perfecto.
Simplemente perfecto.
~*~
Hinata se dirigía al estudio de CaNniBaL con los pensamientos vueltos tornado. No sabía cuál era cuál. Todo estaba perdido y encontrado al mismo tiempo. Le dolía la cabeza con sólo querer intentar acomodarlos. No sabía cómo hacerlo. Todos tenían que ver con Vinx. El maldito y estúpido de Vinx.
Claro que se sintió totalmente indignado cuando fue abandonado por el baterista la ocasión que fueron a la ciudad vecina adonde Jacob. Claro que quería pasar más tiempo junto a Vinx y Jacob. Su mocoso, esa misma tarde, le preguntó el por qué el baterista se había ido de esa manera; y con todo el dolor de su corazón, Hinata le explicó que por eso no puede tener a Vinx como pareja: Vinx ya tiene novia. Su novia es lo más importante para el baterista. Ella siempre estará antes que él, un simple free. Un hombre con el cual folla de vez en cuando. No puede pelear contra ello.
Vinx le recuerda a cada instante que Alexandra es su novia y que debe velar, ver e interceder por ella. Alexandra es la persona principal de Vinx. Hinata sólo es un escape micro temporal. Un escape que Hinata aprovecha como los momentos más especiales de su vida. Como si aquellos momentos fueran toda la vida de Hinata, como si para ellos vive, respira y espera. Que por ellos, él es capaz de levantarse todos los días y buscar una razón para no caer en la desesperación, pero es imposible.
Ya no lo aguanta más.
Quiere a Vinx para él solo.
Quería ser todo lo que el baterista quiera. Que Vinx lo vea con ese cariño con el que ve a Alexandra, que lo bese cono esa dulzura con que besa a Alexandra, que lo abrace con esa soltura con la que abraza a Alexandra. Tener el puesto de Alexandra cuando se trata de Vinx. Pero no lo piensa admitir. No puede admitir que le gusta, y muchísimo, el baterista con el que folla. Que adora lo cursi que a veces se pone con él. Que le gusta la manera en que le agarra el trasero, de una manera tan singular y placentera. Que le derrite por completo sentir su caliente aliento contra su sensible piel. Que le vuelve loco cuando esos ojos verde oscuro se entierran en su cuerpo. Que le reconforta ser abrazado y apresado por esos fuertes brazos. Que Vinx lo tiene babeando.
Entrando al estudio, se encontró a la banda completa arreglando una lista. Estaban decidiendo qué canciones van a presentar para su concierto de aniversario. Tenían tantas opciones y quieren hacerlo de la mejor manera y acomodarlas de tiempos correctos para que el concierto no se vuelva aburrido, cosa absurda tratándose de CaNniBaL. Hinata sonrió enternecido por ver a Vinx tan concentrado acostado en Laura mientras que los ostros chicos lo veían desde el sofá de cuero.
—¡Hinata, llegaste! —Saludó un alegre Luther mientras se levantaba al encuentro del DJ.
Hinata sonrió agradecido por avisar de su presencia. Era como si activaran un chip dentro de la cabeza de Vinx, porque el baterista bajó las hojas que tapaban su vista para encontrarse con la esplendorosa vista que le regalaba Hinata: usando uno de esos ajustados shorts de cuero, ombliguera pegada a su cuerpo y sus diversos accesorios. Además de que ese día Hinata traía puestos los lentes de armazón, dándole un plus a su apariencia. Como siempre, se veía atrayente y ese ombliguito a la vista era tentador. El baterista sonrió de medio lado y volvió a concentrar su vista en las hojas. Sus amigos no deben de ver sus reacciones cuando de Hinata se trata y porque ver así al DJ sólo le ayudaba a crear fantasías de lo más prohibidas en su mente y eso estimulaba al amigote que se carga.
Comenzaron la junta improvisada donde trataron los temas del concierto de aniversario. Ya casi todo estaba listo y sólo debían ir a ver bien las dimensiones para que nada saliera de más o de menos. Y como también debían tomar en cuenta el equipo de Hinata, debían hacer diversos cálculos para poder montar el escenario de manera correcta y sin que se vea amontonado. Se alargó hasta varios minutos y, de pronto, la puerta se abrió dando paso a la despampanante novia de Vinx.
La ya muy mencionada Alexandra.
La chica saludó amenamente a los gemelos, y pasó de largo al bajista, vocalista y DJ presentes. A Charlie, sinceramente, le dio igual; Henri estaba acostumbrado a que la chica haga eso; pero Hinata sí se sintió ofendido. ¿Cómo se atreve a ser tan descortés? Una cosa es que no se lleven bien, y lo entiende, pero otra es haber perdido los principios básicos del manual de Carreño.
—Sí, buenas tardes, Alexandra —saludó sarcástico Hinata.
La chica volteó a verlo molesta: —¡Ay, perdona, mariposita! No te vi por tan pequeño que eres. ¡Hola!, ¿mejor?
—No tanto, ¿qué te costaba saludar, mínimo, por pura cortesía?
Los integrantes de la banda se preocuparon. Nadie le contesta de mala menara a la novia de Vinx sin salir perjudicado. Y tratándose de Hinata, era posible que una guerra mundial se desate. El baterista miró por sobre las hojas la pelea que se estaba creando entre su novia y su compañero de trabajo con derechos. ¿Pelean seguido esos dos? Bueno, Vinx no tenía ni idea de todas las riñas que han tenido esos dos.
—¿Y tú eres educado? —Preguntó sarcástica la modelo mientras se cruzaba de brazos y se sentaba al pie de Laura.
—Más que tú, sí, jirafa.
—Pitufina, no me hagas reír. Educación de ese estilo dudo que tengas, ¿tengo que recordarte que me encontraste teniendo sexo con mi novio por no tocar la puerta?
Hinata se sonrojó con fuerza y un dolor se instaló en su garganta.
—¡Alexandra! —Exclamó Vinx—. Amor, ya deja a Hinata, no vale la pena. Y tú, traga pelotas, no le respondas nunca a mi novia, ella no dudará en pelear.
Ambos recibieron fuerte y claro el mensaje del baterista de cabellos rubios. Para los demás integrantes de CaNniBaL, la reacción de su fundador fue bastante calmada. Normalmente se exalta y le hubiera gritado a cualquiera que le dijera algo a su novia. Y Hinata le dijo ‘jirafa’ a la chica de manera despectiva, y Vinx simplemente los calló. Para los amigos de Vinx, el baterista fue muy amable con Hinata.
Menos Charlie. El bajista se dispuso a observar.
Hinata bajó la mirada avergonzado. Vinx no tenía porqué ser tan duro. Le lastimó escuchar tales palabras de parte de Vinx. Que le dijera ‘Amor’ a Alexandra y el fuera llamado por su estúpido apodo que le puso el baterista desde hace ya mucho. Le hacía sentir tan humillado.
Pues claro, él es la segunda opción.
Había perdido, técnicamente, contra la novia de Vinx. Y eso fue porque el mismo baterista ayudó a la chica a callarlos pero la manera en que habló el chico era lo que más repercutía en la situación. Hinata fue tratado bajo la apariencia de odio que el mundo cree que se profesan; mientras que Alexandra fue tratada con esa dulzura con que se caracteriza un buen novio. Lo más seguro es que Vinx le consiente mucho a la chica, le dice cosas muy románticas, la abraza cuando lo necesite y la besa cuando quiera y donde sea. Mientras que Hinata sólo se queda lado: esperando por la hora en que pueda tener únicamente para él a Vinx.
Y Charlie se dio cuenta de aquello. Sabía que no exageraba o que sacaba conclusiones erróneas. Había algo entre Hinata y Vinx. Ya no tenía duda alguna el bajista. Y, sinceramente, se sintió mal por el DJ. Algo estaba claro, el chico con cabellos azules siempre saldrá perdiendo a este paso. Sólo es un escape. Vinx no puede mantener dos relaciones de esa manera. Lo más correcto, bajo el criterio de Charlie, es que Vinx acabe ya con una de esas dos relaciones, de preferencia, la de Hinata. Saldrá menos afectado el chico. Alexandra ya es una raíz, mejor dicho espina, enterrada hasta el fondo del corazón de Vinx. Quitarla dolería demasiado y sería peligroso. Podrían acabar con la vida de Vinx. No le pueden quitar su ángel por más podrido que esté el mismo. Hinata aún podría salirse y evitar salir adolorido de lo que el baterista es capaz de hacerle.
Vinx podría destruir dos vidas con ese seguimiento: la de Hinata y la suya propia. Y ese es el punto que Charlie aún no toma en cuenta. Un punto que, dejando pasar por alto, hace que se vea de esa manera el razonamiento. Y era que Vinx está encaprichado a Hinata. Desea más a Hinata que a Alexandra. Y no sólo en el sentido sexual, para nada, Vinx no quiere lastimar al bello chico que le gusta. Le gusta Hinata y quiere saber todo sobre él, quiere cuidarlo y quiere protegerlo hasta de sí mismo.
Sin darse cuenta de que acababa de lastimar al frágil corazón del DJ con la forma en que lo calló.
Podríamos decir que no es para tanto. Que el DJ exageró la situación y no debería tomarlo tan a pecho. Pero, hey, llevan varios meses con esa relación y siguen siendo desconocidos conocidos. Hinata no tiene fijación por nadie más que por Vinx. Quien le gusta es Vinx. Idealiza con Vinx. Y que Vinx le diga nuevamente ‘Traga pelotas’ le hace creer que retrocedieron en su camino por donde sea que su relación los está llevando. Sabe que no está bien. ¡Sabe perfectamente que escogió mal sentirse atraído de esa manera por Vinx! ¡Que intentar lo mínimo para alcanzarlo es nulo! ¡Que sólo se siente vivo una vez que se encuentran desnudos y en la cama! ¡Que no hay más allá de ello! ¡No lo han buscado! ¡No lo dejan fluir! ¡Que por más que quiera ser el papel principal de Vinx, no lo será!
Ya lo sabe eso muy bien. Pero eso no indica que pueda dejar de doler. Todo lo contrario, lo estaba matando lenta y penosamente. Quemaba, ardía, martirizaba, mataba. Mataba esa situación a los dos.
Vinx ya no aguantaba más estar siempre lejos de Hinata. Lamentablemente, él causa ese alejamiento por una sola palabra: Alexandra. Y no es culpa de la chica. Ella ni siquiera sabe que su novio la engaña de verdad. Que Vinx se acuesta en repetidas ocasiones, violando todas su reglas de su libertina relación, y –para hacerla peor– con un hombre.
No quedaba de otra que quedar callados ante el dolor y dejarse quemar por el fuego que ellos prendieron.
~*~
Hinata salía del estudio con los ánimos por los suelos. No entendía, y a la vez sí que lo hacía, cómo es que una simple oración imperativa de parte de Vinx le haya afectado tanto. Se sentía ofendido y solo.
Charlie tomó el hombro del chico por pura sorpresa. Hinata miró al bajista y se crispó por la penetrante y fría mirada que tiene el mismo. ¿Cómo es que Spencer puede pasar tanto tiempo con Charlie sin sentir miedo?
—Hinata, no lo diré a nadie, ni me incumbe —comenzó Charlie—. Pero lo noté: tienes alguna clase de relación con Vinx. Lo noté desde el viaje a las islas del sur. Y sólo te puedo decir algo: déjalo. Acaba con lo que sea que tienes con él, porque no vale la pena si sabes que eso que tienen no los llevará a ningún lado. Tú puedes hacer lo que se te dé tu puta gana pero lo mejor es que termines con esto. Alexandra acabará contigo si se da cuenta y nadie la detendrá.
Charlie dejó a Hinata con los ojos cristalizados. ¡Alguien lo sabía! Alguien sabía sobre su trato con Vinx. Las lágrimas se salieron de control y escaparon por los brillosos orbes rojizos de Hinata. ¿Por qué Charlie le dijo eso?, ¿no podría apoyarle? No, no se puede. Era cierto. Hinata sale perdiendo por ser el segundo plato. Pero no quiere dejar ir a Vinx. Y lloró por eso, quería tanto a Vinx que era capaz de atreverse a seguir y buscar la manera en que aquello llegue a funcionar. En un principio sí era de esa manera: no debería ir a ningún lado pero le dieron camino a su relación y estaba lleno de obstáculos. Las lágrimas empaparon el rostro espantado de Hinata. Su cuerpo comenzó a temblar y su máscara se rompió. Realmente no le importó que alguien lo pueda ver así. Está demacrado, roto y necesitado.
Quería que Vinx le dijera que todo estaría bien.
Sin que nadie le consolara por las duras pero ciertas palabras de Charlie, Hinata se fue con sollozos ahogados y el corazón atorado en la garganta hasta su estudio. Una vez ahí, cerró con seguro y se echó a llorar a pulmón abierto.
~*~
Se despertó desorientado y con los ojos llenos de lagañas. Talló sus ojos con fuerza y reacomodó sus recuerdos. Se había encerrado en su estudio para poder llorar como quisiera. Soltó todos sus sentimientos de frustración, dolor y anhelo que siente por Vinx. A pesar de todo, y eso era lo más doloroso, no puede odiar a Vinx. Lo quiere mucho.
Se levantó con fuerzas olvidadas y fue hasta una mesa de centro que ahí tenía para tomar su teléfono y ver la hora, eran cerca de las nueve de la noche. Lo mejor será irse ya de ahí y tratar de olvidar todo viendo alguna película o lo que sea para soltar su malestar. Se sentía mal, muy mal. Sus ojos ardían, la cabeza le daba vueltas y su estómago estaba vacío. Se miró al espejo que tenía por decoración y se vio completamente jodido. El maquillaje corrido, el cabello desarreglado, los ojos y nariz rojos e hinchados por el llanto, y un gesto tan deprimido que hasta se desconoció. ¿Cuándo fue que lloró por un hombre? ¡Nunca! Nunca lo ha hecho hasta ahora, y se sentía muy patético y estúpido.
Salió y vio que ya no había gente en su piso. Por pura curiosidad masoquista, atravesó el pasillo por donde el ventanal daba el espectáculo de la ciudad nocturna y llegó hasta la puerta de cristal donde debería haber un estudio vacío.
Repito, debería.
La luz estaba encendida. Y por inercia y emoción, se acercó a la puerta. Hinata acercó el oído y no escuchó nada raro. Tal vez olvidaron apagarla. Decepcionado y con el corazón caído, se despegó para irse ya de ahí.
Hasta que escuchó la caída de un objeto y la clásica queja de su querido Vinx: “¡Mierda!”.
Rápidamente, Hinata abrió la puerta. El DJ encontró al baterista con la mitad del cuerpo en Laura y la otra en el suelo, y a unos centímetros de él estaba una tableta. Lo más seguro de le cayó a Vinx, ¿cómo o por qué? Ni idea, eso era un total misterio innecesario. Por ahora, Hinata sonrió con tristeza. Ahí estaba Vinx. Y sólo estaba él. No estaban sus compañeros de banda y mucho menos la odiosa Alexandra. Vinx se levantó y miró al chico frente a él y se dio cuenta de que estuvo llorando. Su adorado Hinata estuvo llorando. Eso creó un nudo en la garganta del baterista. Presentía que fue por su culpa.
Pero no pudo darle vueltas a aquello porque Hinata se fue a abrazar a él. Vinx sintió cómo ese cuerpecito se unía al suyo y le abrazaba como si su vida dependiera de ello. No dudó en corresponder con fuerza, queriendo proteger al chico de todo y todos. Incluso de él, mucho más de él mismo. Vinx se acercó, sin dejar de tener a Hinata como koala en rama, a la puerta y la cerró. Más que nada, por seguridad.
Cuando se separaron, Vinx llevó a Hinata hasta Laura y se acostaron. Vinx tenía entre sus piernas el cuerpo del DJ, quien se recostó en el fuerte pecho del baterista, escuchando cómo el corazón se aceleraba. Eso sonrojó a Hinata. Restregó su mejilla contra el cuerpo de Vinx, en busca de calor y abrazándose con fuerza al mismo.
Vinx acarició los cabellos del chico y besó los mismos. Dándole los correctos mimos para que Hinata fuera relajándose y se dejara ir por la reconfortante sensación de estar entre los brazos de Andrew.
—Lo siento —susurró Andrew apenado—. No debí callarte así con Alexandra, pero...
—Ya lo sé, Vinx, no me lo tienes que recordar —respondió el DJ—. Todo el tiempo es así, debó hacer como que no me importa y frente a los demás debemos aparentar como que nos odiamos.
Hinata consideró en decirle a Vinx sobre que Charlie sabe sobre su “relación” pero decidió dejarlo así. Creía que era lo de menos, el bajista es de fiar y se nota que no va a andar diciendo aquello a cualquiera. Charlie era muy callado para hacer algo de ese estilo.
—Pero no te gusta, y a mí tampoco. No sabes las ganas que a veces tengo de besarte cuando es menos oportuno.
—Igual yo... Vinx, ¿te puedo decir algo y no te enojarás?
El baterista se sorprendió y preocupó un poco, igualmente, asintió y besó la cien del chico. Hinata jugaba con su pecho y Vinx podía sentir esas delicadas manos pasearse por toda esa zona de manera ansiosa.
—Te quiero, idiota.
Fue lo único que dijo Hinata para, después, esconder su rostro en la curvatura del cuello y hombro izquierdo del baterista. Vinx abrió los ojos como platos y su ritmo cardiaco se disparó por los espacios siderales. Nunca había sentido tanta emoción al oír tales palabras. Sintió que el alma volvía a su cuerpo. No podía creerlo, sonrió enternecido. Hinata podía ser demasiado adorable a veces. Aún era un niño para los ojos de Vinx.
—También te quiero, Hinata —respondió quedo el baterista sin dejar de acariciar los cabellos del DJ.
—No, pero hablo de que te quiero, ¡te quiero, te quiero, te quiero mucho! Me gustas, Vinx —tembló Hinata—. Y eso está mal, no puedes gustarme, no cuando tienes a Alexandra.
Vinx perdió la mirada. Era cierto y se sentía incapaz de terminar y dejar a Alexandra. Se había prometido nunca dejar ir a la chica. Y debía mantener su palabra por más doloroso que le parezca. Pero, por el lado de su corazón y verdadero ser, el verdadero Andrew, también quería a Hinata. Lo quiere mucho, le gusta mucho.
—No pienses en ella, ya te dije, también te quiero, Hinata. Todo estará bien, ya lo verás.
Se quedaron ahí, abrazados sobre Laura, sin tener intenciones de moverse. Sabiendo que era imposible aquello. Nada estaría bien si ellos se gustan. No podría estar bien si ya todo está corrompido. Igualmente, quisieron taparse los ojos ante la catástrofe y decidieron seguir así de cómodos. Donde se pueden querer sin que nadie lo sepa e interponga.
El DJ acercó su rostro al de Vinx y se besaron.
Nunca un beso supo tan dulce y agrio al mismo tiempo.
CONTINUARÁ
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Perdón por las faltas de Ortografía.