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Y ante todo, ¿por qué él? por Miraku

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Notas del capitulo:

CANCIÓN:  Smile –Avril Lavigne.
(Es una linda canción para decir que la vida es injusta pero que “al mal tiempo, buena cara” xD)

¡Hola, roqueros!

*Se esconde detrás de su fortaleza de cojines* Por favor, y se los ruego, ¡no me maten por haberme desaparecido por cuatro semanas!

CHARLIE: ¿Sigues viva?

MIRAKU: ¡Por supuesto! Si hay algo que odio es que dejen una historia a medias y no se tome la responsabilidad para acabarla por tal por cual razón. Soy lectora también y sé lo que siente. Roqueros míos, de verdad lamento haberme perdido por tanto tiempo pero la verdad es que se me complicó demasiado actualizar. Ya en “El Mundo de Miraku” les platico. Por ahora, disfruten.

Sin más, a leer:

Lo que comenzó como una noche inolvidable por el gran espectáculo que se dio, se convirtió en una noche llena de dudas y asombro.

De hecho, las noticias no dejaron de presentar la nota hasta el cansancio.

“Noticias picantes y de último momento. Tras lo que parecía la mejor noche para un concierto de aniversario de la banda de rock CaNniBaL, se convirtió en el escenario de un acontecimiento realmente sorpresivo. Se decía que se tienen los más altos estándares de seguridad con respecto al montaje y para darnos la cruel ironía: una estructura que sostenía las luces, falló cuando menos debía hacerlo. Según las autoridades, fue un accidente fuera de la mano humana. Parece ser que se aflojó de la parte izquierda uno de los tubos de soporte y la tensión de uno de los cables estalló, provocando la pérdida de la luz de esa zona, y era justamente el que sostenía uno de los reflectores principales. Estamos hablando de un peso cerca de cincuenta kilos y eso cayó. ¡Cayó justamente donde el DJ Hinata se encontraba! Todo mundo se alarmó, pero más grande se vuelve esta noticia porque fue de un acto heroico. El baterista de CaNniBaL alcanzó a salvar al músico DJ de, posiblemente, la muerte. El cable pudo aguantar unos segundos antes de dejar caer al reflector, tiempo suficiente para que el conocido Vinx llegara y jalara consigo el cuerpo del DJ. No pudo salvarle del todo y los paramédicos, al llegar al escenario, dieron con que Hinata se lastimó un tobillo. Pero, a comparación de lo que pudo ser una fatídica pérdida, el DJ está a salvo y fuera de todo peligro. En breve se dará más detalles sobre el accidente.”

¡Eso estaba en todo medio de comunicación! Nadie podía salir de la sorpresa de lo que pudo ser una escena que da espacio a la casi muerte de Hinata. Estamos hablando de Hinata, alguien que si faltaba en la vida, mataría a muchas otras personas: Patricia, Macarena, Adam, Spencer, Jacob y, principalmente, a Vinx. El baterista fue lo primero que pensó. No dejaría que eso suceda. No podía permitirlo, fue casi un milagro que su cerebro haya decidido actuar rápido e ir hacia abajo por los niveles de la pirámide. Fue impulsivo y agradeció esa característica suya, fue muy necesaria ahora. No quería que le sucediera eso a Hinata, ¡mucho menos a Hinata!

“Más noticias. Parece ser que el DJ Hinata será llevado al hospital y tendrá que ser mejormente revisado. Su manager, y, sorpresivamente, todos los integrantes de CaNniBaL se dirigen al mismo lugar para saber sobre el estado del DJ. En breve nos llegará el video del momento del accidente. Más las teorías y conspiraciones sobre este accidente fueron más rápidas: casi todas apuntan a que las autoridades mienten y que fue un accidente provocado, que es imposible que se haya desarrollado así. En todo caso, si fuera así, según estos artículos, el reflector que cayó debió jalar consigo otros reflectores menores con él, tal vez no caer al suelo como éste pero sí irse por la fuerza que ejerció el reflector principal; sin dejar de lado que el DJ Hinata estaba justamente en el lugar donde sucedió esto. En todo caso de que así fuera, ¿quién y por qué habrá preparado esto?, ¿quería, acaso, dejar mal vistos a CaNniBaL?, ¿quiso directamente hacerle algo a Hinata?, ¿Hinata era el flanco a herir? Hay más dudas que respuestas en torno a todo este acontecimiento. Sin más por el momento, siga sintonizado.”

Mientras todas esas palabrerías se difundían por todos los medios de comunicación, mi querido lector, nosotros tenemos la fortuna de poder saber sobre el accidente antes que todos esos molestos difusores de información. ¿Qué suerte, no? Pues bien, así fue como todo sucedió: Justo cuando se escuchó el estruendo de algo quebrarse, Vinx actuó lo más rápido que pudo y por instinto. Saltó de nivel en nivel hasta estar cerca de donde escuchó ese extraño crujido. Su buen oído de baterista no le puede mentir, no ahora. Y, gracias al cielo, no fue así. En cuanto se fue la luz y los gritos de las personas cerca del escenario resonaron, Vinx miró hacia arriba y perfectamente apreció cómo se inclinaba esa estructura y estaba encima de Hinata. El DJ miró a todos lados, también algo asustado por la situación, se veía acelerado. Y lo siguiente sucedió muy rápido y sorpresivo. El reflector se vino abajo con gran velocidad, Vinx no perdió el tiempo y fue para salvar a su pareja. Por pura rapidez y reflejo, tomó el brazo derecho del DJ y lo jaló consigo. Cayeron y se escuchó cómo estampó el reflector contra el suelo. ¡Hinata pudo morir! Todos estaban sorprendidos, en especial en la forma en que Hinata se abrazó al baterista y éste dejaba que le tocara de esa manera tan posesiva. Debía ser por el susto, no cabía de duda aquello. Pero con la fuerza con que fue jalado y sin tener tiempo de reacción, el pie derecho de Hinata se atoró y dobló en cuanto el DJ cayó sobre Vinx. La bota le volvió más incómodo el golpe y una parte de la luz que cayó alcanzó su pie para aplastarlo. Era el ventilador del reflector, la parte trasera, fue jalada por culpa de la gravedad y el tobillo derecho de Hinata lo recibió.

Así que cuando se quiso levantar, no pudo, el pie no le respondía y le dolía como nunca. Se hinchó prontamente y, debido al frío aire de ser un lugar abierto, la herida se enfrió y Hinata dejó de poder siquiera mover un poco la zona afectada. Estaba completamente adolorido y quería llorar por ese mismo dolor. Era insoportable, pero también quería llorar de alegría ¡estaba bien! Y fue gracias a su pareja, Vinx le salvó la vida. En cuanto el baterista reparó en que su DJ no se podía levantar, fue todo un caballero y esperó con él a que los paramédicos digan qué procede. Los mismo llegaron lo más rápido que pudieron, la gente seguían atolondrada por lo sucedido y varios ya estaban con sus celulares tomando fotos y videos de lo que sucedió. Como no fue un hecho catastrófico, no había problema con ello. Los especialistas separaron a Hinata de Vinx y el baterista simplemente comenzó a desesperarse y el enojo hervía por sus venas. ¿Por qué sucedió algo así? No podía procesar respuesta alguna, toda su mente estaba perdida en el punto que es Hinata. Se volvía loco sin intentarlo. Estaba asustado, Vinx estaba completamente en shock y temeroso; sólo quería que aquello haya sido una pesadilla y que su adorado chico de ojos carmín estaba a salvo y no con posiblemente un hueso roto.

—Lo mejor será ir ya al hospital y que le hagan las radiografías —dijo una chica paramédica al ver que el tobillo del DJ no respondía y estaba demasiado hinchado, se estaba poniendo morado.

Los demás asintieron y transportaron a Hinata en la camilla, el DJ se quejaba diciendo que no era para tanto y que no era necesario. Spencer llegó rápidamente al recinto y avisó que él sería quien iría con Hinata en el hospital.

Vinx no pudo evitar ese pequeño ataque de celos. Porque era cierto. Él no podría irse en la ambulancia con Hinata, se vería sospechoso. Pero le hubiera encantado hacerlo y estar en todo momento para ver la situación y hacer lo que sea necesario por Hinata.

Si tuviera que salvarlo una vez más, no lo dudaría, lo hace sin pensarlo.

Hinata le devolvió a Vinx el poder sonreír de verdad.

—Voy al hospital —dijo completamente decidido el baterista mientras se dirigía por un abrigo.

—¿Bromeas, no? —Preguntó un incrédulo Henri—. No te dejaré ir solo, voy contigo.

Vinx sonrió con ternura por lo testarudo de su mejor amigo. Y no sólo él, sus otros tres compañeros de banda ya estaban listos para partir del recinto rumbo al hospital y saber de lo que sería el veredicto final en cuanto al tobillo de Hinata. Mejores amigos como ellos, imposible de encontrar. Sin dudarlo y sin importarle la conglomeración de paparazis y periodistas en las entradas del centro cultural, todo CaNniBaL, Lila y Alexandra se largaron de allí para ir rumbo a donde Hinata. McGiffen se encargaría de dar las declaraciones a los medios, Alexis se encargaría de apoyarle junto con los asistentes de Hinata y todos estos personajes alcanzarían después a los demás para saber el resultado final.

Vinx aceleró como loco aquella camioneta que ha tenido por mucho tiempo la banda con solo una cosa en mente. Y fue regañado por los pasajeros pero no le importó, no le importaba romper tantas reglas de tránsito como sea necesario, no le importaba nada más que una sola cosa.

Debía ser el primero en saber lo que sea que ocurra con Hinata.

 ~*~

Los pasillos estaban vacíos y brillosos por su color blanco. Una que otra enfermera o doctor en turno pasaba por allí bastante ocupados como para reparar en que los llamativos personajes con vestimentas extravagantes estaban mordiéndose las uñas en la sala de espera.

Vinx caminaba de un lado a otro totalmente desesperado. Se mordía la uña de su pulgar derecho y su vista estaba perdida en el pulcro suelo del hospital privado en el que se encontraban. De hecho, su actitud estaba sacando de onda –y de quicio para el caso de Alexandra– a todos los presentes. Parecía que el baterista estaba muy preocupado. No es como si Hinata haya sido ataco por un desquiciado con arma de fuego en mano, pero Vinx estaba a ese grado de paranoia. Cada movimiento y sonido, que sea desigual al ambiente, alertaba al baterista y miraba para ver si era alguien que le dé información sobre su novio. Incluso Spencer estaba más calmado que Andrew.

—Vinx, hermano, relájate un poco —dijo Luther intentando ser divertido—. Hinata está bien y ese culito que se carga le amortiguó otros golpes más.

Los ojos del nombrado se prendieron en llamas.

 —¿Que me calme? —Preguntó con sarcasmo Vinx—. No puedo calmarme cuando estuvo alguien así de morir en un concierto mío, mierda. Podrá caerme Hinata como un grano en medio del culo pero tampoco para que le ocurra eso, ¿qué pasaría si eso le pasara a tu adorado hermano, eh, Luther? Mierda, mierda, ¡mierda!

Luther se pasmó y abrazó instintivamente a Tony. El gemelo se sonrojó y miró de reojo a Lila. La cantante le sonreía con comprensión. La cantante también se preocupaba mucho por su cuñado.

—¡Pero estás actuando como si ese marica estuviera por morir! —Exclamó una histérica Alexandra.

—¡¡Estuvo a punto dé!! —Respondió un enojado Vinx—. Ya cállense todos, mierda, me lo ponen más complicado.

¡Quería gritarles a todos los presentes que estaba muy preocupado! Quería confesar que se moría de miedo por todo lo sucedido. Quería escupirles en la cara que está jodidamente enamorado de Hinata. Que no puede permitir que algo le pase. Pero nadie le creería, nadie podría comprenderlo.

Ama a Hinata. Y quiere decírselo.

Henri llegó adonde todos estaban viendo cómo Vinx camina cual león enjaulado y a punto de morder a cualquiera que se le acerque. El vocalista caminaba con confianza por esos pasillos y traía consigo una pequeña bandeja con unos cuantos cafés. Eran cinco. Entregó uno a Lila, otro a Spencer –quien le agradeció con un enorme sonrojo en la cara–, el tercero era para Tony. Otro para Vinx y el último es para él. El chico con rostro de ángel se acercó a la bestia de Vinx y le tocó el hombro con cariño. Logró tranquilizarlo y le dio su cafecito. El baterista le agradeció con la mirada verde pasto que tiene y le dio un pequeño sorbo. Nadie mejor que Henri para reconfortarle sin saber la razón de hacerlo. Por su lado, Henri le sonrió a su amigo y se fue a sentar junto a Charlie y siguió tomando de su humeante infusión de granos de café.

Pasaron varios minutos más y nadie salía a decirles que Hinata estaba perfectamente.

Las radiografías tardaron un poco. Eso Vinx no lo sabía y sólo se asustaba más y más con el paso del tiempo. Quería meterse a las habitaciones, buscarlo, y ver a Hinata. Spencer era quien tenía permiso de hacerlo, pero el manager vio que era más conveniente quedarse junto a los demás músicos. Fue el propio chico de ojos aguamarina quien les dijo que había que esperar y ya les darían el resultado de la radiografía de Hinata.

—¿No les parece extraño? —Preguntó de la nada Lila.

—¿Qué cosa? —Respondió con otra pregunta Luther.

—El accidente fue muy espontáneo... Nos dicen que no fue provocado pero, la verdad, yo dudo que eso sea cierto. No me queda muy claro cómo pudo pasar de esa manera el accidente y que Hinata hay sido el único herido. Y no seré muy lista, pero sé que esos accidentes no se dan con tanta facilidad.

—¡Y justamente él! —Prosiguió de acuerdo Spencer—. No por nada, pero sólo cayó sobre la zona donde él estaba, y sólo fue un reflector el que se desplomó... ¿Y si alguien sí planeó dañarlo?

Nuevamente, Vinx sintió celos de Spencer –y también un poco de Lila–. Ese chamaco de ojos aguamarina parecía saber mucho de Hinata y de estudiar las situaciones, muy observador. Andrew nunca consideró ese hecho y lo pasó por alto. No lo creyó importante, ¿para qué? Pues parece que tenían un punto sospechoso...

—De hecho —dijo Charlie—, parece que alguien aflojó la estructura de esa zona durante algún intermedio. Tuvimos también unos cuantos durante el concierto de aniversario. ¿No lo crees, Alexandra?

—¿Qué insinúas, Indígena? —Respondió despectivamente la modelo mientras se cruzaba de brazos.

—Nada realmente...

Charlie se levantó sin ganas de que la mujer pelee con él. No la soportaba, de verdad que no soportaba la actitud tan hipócrita y mimada que tiene Alexandra. Le sacaba de quicio y Charlie es alguien muy paciente, pero, simple y llanamente, Alexandra es lo que le sigue de insoportable. Y no dudaba que su obsesión por Vinx la lleve a hacer cosas de esas por seguridad a mantener bajo llave su amado novio baterista. El bajista era el único que sabía de la relación entre Vinx y Hinata y no diría nada al respecto, no sabía, claro, qué habrá sucedido después de que le dijo al DJ que debería parar. No dudaba que Hinata buscó la manera de evitar eso. Pero no negaba que Alexandra se desharía de cualquier entrometido en su relación y podría creer que la modelo considera a Hinata como su enemigo. Henri pasó por lo mismo por culpa de la chica; hasta que Vinx la detuvo.

Se salió del hospital para fumar. Y mientras veía el humo desaparecer por el manto oscuro de la madrugada, recordó perfectamente aquel hecho donde Henri casi muere por culpa de Alexandra. Donde la modelo intentó asesinarlo en un  delirio de locura mal planeada.

Vinx tuvo que controlar a Alexandra de un fuerte ataque de histeria y celos contra Henri. La mujer quiso ahogar a su ex pareja cuando supo que Henri es gay. Alexandra pensó que le querían quitar a su novio y, viendo la cercanía de los dos mejores amigos, decidió atacar cuando fuera necesario. En esos tiempos, Charlie ya tenía problemas con su relación con el vocalista y estaban un poco distanciados por culpa de Alexis. Pero nunca olvidaría la escena de la modelo amateur intentando ahogar a Henri con una almohada. Vinx venía con Charlie de comprar cigarrillos y cervezas después de un día ajetreado. Cuando llegaron, vieron al mejor amigo del baterista peleando por su vida, mientras Alexandra estaba a horcajadas sobre él intentando acabar con esa vida. Vinx los separó, Charlie se llevó a Henri fuera para ayudarle a recuperar el aliento y alejarlo de Alexandra. La chica, por su lado, se peleó con Vinx y fueron unos gritos muy fuertes. La chica logró manipular a Vinx y éste no le quedó de otra que perdonarla pero no quitó el hecho de que Henri y Alexandra, desde entonces, se odiaron y mantuvieron distancias. Porque la condición de Andrew para perdonar a Alexandra fue que se evitara problemas con su mejor amigo. Eso fue todo.

Por eso, Charlie no negaba la posibilidad de que Alexandra pueda hacer algo contra Hinata.

~*~

Por su lado, Henri se abrazó a sí mismo y tembló. Charlie sospechaba que realmente sucedió algo. Tenía miedo de que esa sospecha sea realidad y de verdad le haya pasado algo a Hinata. Henri comenzó a respirar con dificultad y a pensar rápidamente qué hacer.

Vinx, por su atolondrada parte, seguía más y más paranoico por querer ya saber sobre Hinata.

Hasta que por fin una enfermera salió a la sala de espera.

—¿Spencer White? —Preguntó la coqueta enfermera buscando al chico de ojos aguamarina.

—¿Cómo está? —Se acercó el manager del DJ con paciencia.

Vinx estaba atento a lo que sea que diga la mujer de blanco. O sea, ya sabía que Hinata se partió un pie, pero debía saber por cuánto tiempo y si ya le darían de alta o qué debían hacer ahora.

—Fue una fisura en el tobillo además de que se salió de su sitio, estará bien, tuvo mucha suerte —sonrió la enfermera—. Ya acomodamos el hueso e inmovilizamos. Lo daremos de alta mañana, se quedó dormido por los analgésicos que le hemos suministrado. Necesitará de medicamentos para su óptima recuperación y mantener inmóvil la zona afectada por un mes y medio. Acompáñeme para llenar los papeles y que en la mañana pueda salir.

—¿No podemos verlo, entonces? —Preguntó Vinx.

—No —contestó la enfermera—. Ya no es horario apto para ello aunque sea emergencias; y está dormido, lo mejor será que descanse. El joven Hinata llegó muy alterado y nos sorprendió que fuera hasta ahora que cayera dormido, debido al susto del accidente, claro. Con su permiso, y sígame, joven White.

Spencer asintió y se dispuso a seguir a la enfermera. Justamente iba entrando Charlie así que, sin pena o culpa, el manager tomó de la mano al bajista y se lo llevó consigo para que le hiciera compañía mientras hacían el debido papeleo.

—¡Bueno, ya! —Dijo harta Alexandra—. ¿Vistes, Vinx? El marica está bien, ya me quiero ir de aquí. Sabes que odio los hospitales, y ni siquiera entiendo esta absurda preocupación por la mariposita.

Vinx no contestó nada. Pero su sangre hirvió al escuchar de esa manera a Alexandra. ¿Acaso él mismo siempre se escuchó de esa forma cuando hablaba mal de Hinata? Pues, mucho peor...

—¡Vinx, hazme caso! No puedes darle tanta importancia a eso. Si Hinata hubiera muerto o no, nos debería dar igual, es un jodido marica y le pones atención. ¡Vinx! Ese maldito no debe acaparar así tu atención, no vale la pena. Me quiero ir de aquí, llévame a casa, Vinx. ¿Vinx?

—¡Cállate! —Le gritó el nombrado harto mientras tomaba a su novia por los hombros—. Cierra la boca, Alexandra, sólo quiero saber que enserio ya todo está bien. Me estás haciendo enojar, si tanto te quieres ir, vete ya a la salida, voy contigo en un segundo.

La mujer si indignó y con el porte elegante que posee, se salió del hospital. Todos los demás presentes se sorprendieron por el enojo de Vinx. De verdad que la modelo logró hacer molestar a su novio. Nunca le han visto a Andrew gritarle de esa manera a la chica pero bien se lo tenía merecido. Alexandra se estaba comportando cual niña harta de estar en un mismo lugar por mucho tiempo. Estaba haciendo alboroto y poniéndose mimada para que el baterista hiciera lo que ella quería. Está bien, no le gustaban los hospitales, pero pudo tener más pudor y ver que Vinx se sentía responsable del accidente. Él y todo CaNniBaL sentían que así es eso. Hinata pudo morir en uno de sus conciertos, eso es demasiado para poder aguantar en sus mentes y recuerdos. La chica debía ser comprensiva y respetuosa, Vinx sólo quería cerciorarse que ya todo estaba bien y que podría dormir unas cuantas horas sin sufrir consecuencias. Los compañeros de banda y Lila, que estaban presentes durante la discusión, no pudieron estar más de acuerdo con la reacción de Vinx. Tal vez y hubieran actuado igual que el baterista. La situación no es que Hinata se haya roto un pie, no, fue el susto de lo que pudo haber ocurrido. Porque aunque el ‘hubiera’ no existe, puede asustar mucho a nuestras sumisas y manipulables mentes humanas.

Henri se acercó y posó una mano en el hombro de su mejor amigo. Vinx le volteó a ver y suspiró cansado. El vocalista pudo ver perfectamente en esos bellos ojos verdes que no quería gritarle así a su novia; pero no le quedó de otra. Alexandra se ganó ese regaño a puños y dientes.

—Anda, ve con ella. Yo te aviso todo lo que suceda. —Dijo seguro el vocalista.

Vinx miró a los demás y encontró la misma respuesta: “No te preocupes”. Ellos se encargarían de todo. Y aunque no quisiera hacerlo, aunque quisiera quedarse en el hospital y saber sobre el estado de Hinata, no tenía el permiso de Alexandra para hacerlo. Y le dolía, le dolía mucho tener que hacerle caso a su novia. Pero, en apariencias y realidades, ella es la chica del corazón de Vinx; Hinata es el homosexual con el que apenas mantiene una conversación racional para terminar en los insultos. El baterista ya estaba buscando una manera simple para terminar con Alexandra y, si el tiempo apremia, declarar públicamente que Hinata es su pareja. Esto, por supuesto, debe ser en conjunto al DJ. Así que al tiempo, sin remedio alguno, darle tiempo.

El baterista se acomodó su chamarra de cuero, palmeó el hombro izquierdo de su mejor amigo y se retiró con la mirada caída pero caminando como si todo esto fuera algo irreal y que era un pasillo sin chiste. Vinx es bueno mintiendo, pero no ante todos los ojos.

«Hombres —pensó Lila sonriendo—, piensan que pueden esconderlo y sólo logran que sea más evidente. Es obvio que Vinx gusta de Hinata.»

La cantante de indie-pop veía cómo el fundador de la banda de su novio se iba sin poder mirar atrás. Y lo entendía. Si intentaba voltear la mirada, se notaría que estaba preocupado más allá de la responsabilidad moral. Lila sintió, entonces, pena por la situación. ¿Por qué justamente ellos dos tenían que atraerse? Lila no dudaba de que Hinata tuviera sentimientos por el baterista. Fue atando cabos sencillamente: El DJ estaba muy pensativo, pasaba mucho tiempo con Vinx (principalmente peleando y sin saber de sus pasionales encuentros) a vista de todos y ya no le llamaba a manager de la cantante para poder follar. Lila es una mujer lista en ese sentido, y Hinata es su amigo, a final de cuentas. Pero esta fue la clara muestra de que sí había algo sospechoso entre esos dos.

Lila cruzó los dedos. Deseaba que todo saliera bien.

~*~

Unos minutos después, McGiffen llegó acelerado al hospital. Para ese entonces Vinx ya se había retirado, Lila se quedó dormida en el hombro de Luther, mientras que éste hablaba con su hermano. Los guitarristas ya se querían retirar pero Henri les pidió el favor de que le hicieran compañía hasta que McGiffen o, en su dado caso, Alexis se apareciera para poder ponerlos al tanto de la situación. Spencer estaba acaparando a Charlie mientras llenaban el papeleo y esas cosas, por eso el vocalista no quería quedarse netamente solo.

Internamente, cuando los gemelos vieron que McGiffen ingresó a la sala de espera, suspiraron aliviados. Se estaban muriendo de sueño y aburrimiento. Sin poder decir nada más, Luther cargó en brazos a su adorada novia y se retiraron del hospital. Tony siguió a su hermano y después de haberle susurrado a Henri un “Nos vemos luego” atravesó esas puertas y desaparecieron los gemelos de la vista azulada de Henri.

El importante productor vio algo curioso en Henri: estaba nervioso. Si algo fue aprendiendo muy bien es que su novio secreto se pone nervioso con facilidad y para poder notarlo basta con ver el movimiento de sus manos. Se abrazaba a sí mismo y miraba a todos lados en busca de una explicación. McGiffen se acercó y lo abrazó con cuidado y cariño, no había nadie sospechoso a la vista y las enfermeras presentes parecían más ocupadas en su trabajo que en la curiosa pareja de un hombre alto y fornido con un hombre con rostro de ángel.

—Algo te pone nervioso, ¿no te gustan los hospitales? —Susurró con cariño el productor a su pareja.

—¡No! —Se aceleró más el vocalista—. No, para nada. Mi mamá era enfermera, estoy acostumbrado a ellos. Pero..., yo..., Robert, yo..., ¡yo creo que sé que esto no fue un accidente!

—¿A qué te refieres? Henri, todo lo que sepas, debes decírmelo. Lindo..., ¿qué es lo que sabes?

Henri comenzó a llorar. Ya no podía soportar ni un segundo más la presión y la culpa. Él, probablemente, sea quien mejor sabe que este suceso no fue un accidente por un fallo inexplicable y muy sencillo. No era así. Y le dolía en el alma tener que rememorar y confesar cual pecador al sacerdote que hiso mal en mantener tanto tiempo la boca callada. No debió hacerlo. Con fuerza y mucha necesidad, Henri se abrazó con fuerza al cuerpo de su pareja, y, al ver los ojos azules de McGiffen, tembló. Su novio estaba preocupado.

—N-no estoy se-seguro..., pero a-algo tiene que ver el que..., el que haya encontrado a uno de los encargados del equipo de instalación hablando con otros de sus compañeros en uno de los últimos intermedios del concierto. Pero..., no sé...

—¡¿Qué más, Henri?!

—¡No lo sé!, no los escuché pero se veían ansiosos. Me lastimas, Robert, para, ¡me estás asustando!

McGiffen cayó en cuenta de que estaba apretando los brazos de su pareja con fuerza. Pero era necesario saber todo lo necesario sobre este acontecimiento; porque si de verdad fue algo planeado y, sucesivamente, ejecutado bajo orden humana, era menester sacar toda pista a la luz. Lo que Henri le dijo no dejó convencido al productor. Presentía que su novio secreto le escondía algo, tal vez muy importante tal vez irrelevante. No estaba seguro. Pero sí que Henri necesitaba de su cariño más allá de esa forma de sacarle la información.

Con ternura y arrepentimiento, McGiffen abrazó a su novio y lo besó con cariño. Prefería un millón de veces ver a Henri sonriendo que cualquier otra cosa en el mundo. Y si le provocaba lágrimas un amargo pesar, McGiffen vería la manera para ser él mismo la dulce razón para sonreír del vocalista de bello rostro.

Alexis venía llegando a la sala de espera y le tocó presenciar ese –en su opinión profesional– vomitivo acto de “amor” entre McGiffen y su adorado Henri. El manager no se tragaba la ‘farsa’ de que el productor esté realmente enamorado de Henri. Y buscaría la manera, pero le demostraría a su negocio que sus sospechas no son falsas. Henri es suyo, después de todo. Carraspeó con fuerza y se hizo notar en presencia. Los dos tórtolos se separaron por la sorpresa y el instinto de que lo suyo es algo secreto.

Cuando Henri vio a Alexis, no pudo evitar sentir ese amargo dolor de saberse descubierto justamente por su manager. Se sonrojó al instante.

Por el lado de McGiffen, el productor no evitó sentirse incómodo. De cierta manera, Alexis le parecía un hombre con más secretos que cualquier otra cosa. Y, aunque le agradara la manera de negociar y trabajar de este representante, no quitaba el hecho de que le pareciera misterioso. Como si éste escondiera algo...

McGiffen decidió retirarse de ahí, lo mejor sería hablar con Spencer. El chico de ojos aguamarina debe saber mejor que nadie todo lo referente a Hinata. Y no dudaba el productor de que ya se estaba haciendo el respectivo papeleo. Sin tenerle miedo o vergüenza a Alexis, McGiffen besó dulcemente la mejilla de Henri y le susurró que él mismo vendría por el vocalista para irse de ahí. Su novio aceptó y se quedó solo con Alexis.

—Hablo enserio, mi angelito —susurró con mal augurio Alexis—, ¿qué le encuentras tan atractivo a ese bastardo de McGiffen?

—Cállate y ven aquí.

Alexis, más sorprendido que curioso, se acercó a Henri. El vocalista lo haló hacia sí y lo abrazó con fuerza. Todo, con la esperanza de encontrar algo de refugio y confort. Henri estaba completamente aterrado, no sintió nada agradable la forma en que McGiffen le exigió la información y por eso no se la dijo. McGiffen parecía muy acelerado en cuanto a todo lo ocurrido. Si le iba a hablar sobre eso, sería cuando el productor se calmara y descansara un poco.

Alexis correspondió al abrazó.

Y dejó que el vocalista se quedara así por el tiempo que sea necesario hasta que recuperar la compostura. Sin perder el tiempo y la oportunidad, el manager enterró su nariz en el cabello de su negocio y aspiró ese elixir que le embriaga en todos los sentidos: un aroma natural de Henri tan hogareño, el sudor de toda la adrenalina vivida y ligeramente un perfume de frutas. Ese perfume era de mujer y sabía que el propio Henri se lo puso, le gustaba el aroma. Eso lo supo desde los tempranos instantes en que se relacionó con CaNniBaL. No podría desaprovechar ese momento donde el propio Henri había ido a sus brazos.

~*~

Al día siguiente, cerca de las nueve de la mañana, un baterista venía corriendo hasta la entrada del hospital. Le debía una muy grande a Henri por pasarle toda la información sobre lo que pasó después de que se fue. Y lo mejor, ¡su amigo no sospechó! El propio vocalista le llamó y le contestó con rapidez.

—Bueno —dijo Henri bastante tranquilo—, de verdad que tuvimos suerte. Hinata saldrá a las nueve y media del hospital, al parecer se quedó en la habitación setenta y dos y oí que Spencer fue para el departamento del chico para traerle ropa en dado caso de que despierte antes de que llegue. Todo salió muy bien, o eso me dijo Spencer. ¿Ya te sientes mejor? La verdad, es que yo también me asusté.

—Sí —respondió en un suspiro el baterista mientras sonreía—. ¿Te imaginas esa mancha en la biografía de la banda? No lo podía permitir... Me alegro de que esté bien.

—¿Y te llevas mejor con él, verdad? No es necesario que me respondas, eso es obvio ¡y me alegra! No creo que hubiera aguantado tres años contigo y Hinata peleando.

—Ni yo... Como sea, ¿ya estás en tu casa?

—De hecho..., me voy con McGiffen...

Las alarmas de Vinx se encendieron sin preámbulo: —Te hace algo ese maldito y yo mismo voy en persona a romperle la cara y algo más. Nada más no lo puedo amenazar tranquilo porque él ni sabe que yo sé que están en una clase de relación... Descansa..., si es que McGiffen te lo permite o tú se lo permites.

—¡Andrew!

El baterista sonrió y rio contento por saber que todo está bien. Porque estaba decidido, mañana iría por Hinata. Además, ¿qué podía hacer en contra del novio de su mejor amigo? Nada, Henri parecía ir serio con esa relación. Y, sin dejar de lado, él está con Hinata, en secreto, pero lo está.

Ambos amigos se estaban escondiendo muchas cosas.

Volviendo con la actualidad, Vinx llegó a la entrada y justamente vio que venía llegando Spencer. Obviamente que no descartó esa evidente situación. Pero, gracias a lo que sea en Vinx crea, tenía varias cartas bajo la manga y una se le agregó en bandeja de plata. Era perfecto, podría llevarse él mismo a Hinata y nadie tendría que darse cuenta de ello. Había una salida, que buscó antes de cualquier error, en caso de que los paparazis llegaran a joderles la alegre mañana. Eso sí que no, señor, nadie le arruinaría la jugada al baterista.

Con el cabello recogido en una alta coleta, playera con corte en ‘V’ y pantalones negros y rotos de las rodillas, se presentó al hospital. Hombre tan atractivo llamó de inmediato la atención de toda chica presente. Incluso unas lo reconocieron como Vinx, el fundador de CaNniBaL. Querían acercarse al baterista pero el mismo músico las pasó de largo para poder hablar directamente con la recepcionista.

Spencer llegó a su lado.

El manager se pregunta por qué rayos estaba ahí Vinx. Entendía que, como el fundador de CaNniBaL, venía para hablar con Hinata y, no sé, pedir disculpas o algo de esa índole. Pero de verdad no creyó que lo haría. No veía como que Vinx fuera una persona así de responsable, tal parece que se equivocó.

—Vine por Hinata, yo me haré cargo de él —dijo sin más el baterista al manager.

—¿Y por qué harías eso? —Respondió con una pregunta sorprendido.

—Tómalo como un favor, te ves cansado. Ya ayer tú estuviste a cargo de todo lo del papeleo y esa mierda que ni entiendo. Y es lo menos que puedo hacer porque un concierto mío casi mata a tu cliente. Y... vi que Charlie te está acompañando; vi perfectamente que se quedó esperándote en la esquina afuera del hospital, aprovecha todo esto y podrás irte con él..., haré de lado todo el asco que me produce que lo más seguro es por algo que andan tan juntitos y se pueden divertir. Y no diré nada al respecto, no, no, no. ¿Trato?

Al pobre de Spencer sólo pudo sentir cómo los dedos de sus manos se enfrían y el calor se apodera de su rostro. ¿Cómo podía ser tan cínico y sin vergüenza este baterista? No lo comprendía y se sentía acorralado. Porque, la verdad, es que sí quería pasara tiempo con Charlie. Pero por el otro lado, estaba su mejor amigo y amor no correspondido, y tenía que estar para él. Sintiéndose acorralado y culpable, Spencer fue y firmó todos los papeles para dar de alta a Hinata y que el DJ pudiera abandonar el hospital. Y, además, dio permiso y aviso de que Vinx sería el encargado de hacer la labor. Vinx celebró internamente de su victoria y una vez firmó también el papel de visita y la revisaron, entró y se dirigió al cuarto número setenta y dos.

Spencer suspiró y salió del hospital. Al acercarse a Charlie, rápidamente le explicó la razón por la cual salía con las manos vacías, y tan pronto. El bajista no pudo más suspirar y negar con la cabeza, su amigo nunca cambiaría. Siempre sería tan impulsivo como ahora, sin importarle las consecuencias de cualquier tipo. Sabía que era más allá de la apariencia de respeto moral el que Vinx viniera y era porque quería ver a Hinata.

Era lo único que quería: verlo.

~*~

Vinx estaba frente a la puerta y tocó sin esperar un segundo más. Un tenue “Adelante” se escuchó a través de la madera; era una voz masculina más grave que la de Hinata.

Cuando abrió y entró, encontró una imagen que le aceleró el corazón hasta parecer tambor de guerra en la cúspide de la acción: Hinata estaba sentado en la orilla de la cama con una sudadera blanca y pantalones cortos de mezclilla. El tobillo y su pie derecho estaban inmovilizados y asegurados por una venda rosa. Un enfermero de cabellos oscuros y mirada serena estaba haciendo las últimas anotaciones.

Cuando sus miradas se cruzaron, Hinata sonrió completamente sincero. Sus ojos brillaron con la plena alegría de ver a su pareja ahí y nadie más que él. Se sentía completamente contento saber que la primera persona conocida con la que se encontraba era Vinx.

El enfermero, arruinando el ambiente, avisó que ya todo estaba listo y que en cualquier momento Vinx podría llevarse a Hinata. Parecía ser que ya le avisaron que el baterista sería quien se lleva a Hinata. Con coquetería les sonrió a ambos hombres y salió de la habitación, seguramente a entregar el historial médico y a chismear con sus compañeras y compañeros de que le tocó estar con estrellas del espectáculo y que de cerca son más guapos de lo permitido.

—Dime por favor que no le viste el trasero o algo —dijo Vinx mientras cerraba la puerta de la habitación y se acercaba hasta donde Hinata.

—No pude evitarlo —respondió el DJ—; pero no te preocupes, tú tienes mejor culo que ese enfermero. ¿Sabes? Creí que sería como en los libros o en las películas, donde la protagonista está en el hospital y espera que llegué el chico de sus sueños pero siempre termina llegando alguien más que le decepciona.

—La vida no puede ser como esas historias, serían, entonces, muy obvias y aburridas. Los mejor de la vida es cuando la realidad es mucho más difícil de lo requerido.

—¡Vaya, qué poético! No creí que mi novio fuera todo un romántico.

—Por algo soy quien escribe las canciones de la banda. ¿Cómo pasaste la noche?

Hinata sonrió y extendió los brazos: quería ser mimado por Vinx. Y sin rechistar, el baterista fue y se sentó al lado del DJ y lo abrazó con sumo cariño y devoción. Sabía que no debía preocuparse tanto, ahí estaba el resultado, pero era inevitable. No quiere que Hinata sufra en ningún sentido, ni en el físico ni en el emocional.

Sin saber que su propia relación matará a ambos.

—Estaba preocupado —dijo Vinx en un susurro íntimo—. Ni te imaginas cuánto me preocupé. Y me alegra que ya estés mejor...

—Sí y mira —se separó Hinata para ver los ojos de su pareja—: me pusieron una linda venda rosa.

—Tonto, de verdad me sacas un susto y lo único que puedes decir es que te pusieron una venda rosa. Muy marica la venda, por cierto.

El DJ rio y se abrazó nuevamente al baterista: —¿Vas a consentir a este pobre chico lastimado?

—Hasta el último capricho.

Hinata sonrió enamorado y fue él quien tomó la iniciativa de darle un dulce beso a su baterista estúpido. Y era cierto lo que Vinx dijo: la vida no es una historia de narrativa. No podemos controlar a gusto propio lo que el futuro nos depara. Es traicionero y siempre nos cambias las direcciones. Vinx no pudo evitar terminar chocando contra Hinata y que ambos, en vez de separarse, quisieran ahora estar juntos. Es difícil y es lo mejor de vivir. El mañana es el mayor misterio a corto plazo de cualquiera, pero con una sonrisa y ganas de enfrentarlo basta para no temerle a nada.

El accidente ocurrió pero más cosas se venían por delante para estos dos huracanes si de verdad quieren estar juntos. En ese apasionado y lento beso se estaban jurando que estando juntos no pasaba nada. Con ver a sonrisa del contrario, y saber que fueron la razón dé, no habría por qué preocuparse.

Pero, repito, la vida no es una narrativa. No será sencillo simplemente terminar con Alexandra y decirle al mundo que un baterista homofóbico se enamoró de un DJ homosexual adicto al sexo. Todo lo contrario, la chica no dejaría que eso ocurra y es posible que hagan peores dolores de cabeza los medios de lo que pudieran pronosticar.

Y mucho más porque estos dos idiotas aún no se dicen que se aman.

—Pues como primer pedido —dijo Hinata mientras se separaban unos milímetros—: quiero que me cargues como tu dulce princesa y me lleves lejos de este lugar.

—¿Algo más, mi reina?

—Sí, quiero helado y a mi rey para pasar el resto de la tarde viendo películas.

Vinx sonrió y cargó al DJ para llevarlo fuera de la habitación. Sus fuertes brazos eran capaces de aguantar por horas a Hinata pero, por cuestiones obvias, cuando llegaron a la recepción una enfermera quiso saber por qué el DJ fue cargado y no llevado en sillas de ruedas. Vinx se excusó diciendo que la silla no estaba por ningún lado (cruel mentira, para dejar en claro) y que ya era necesario irse. La enfermera, algo dudosa, le restó importancia y le dio unas muletas propias a Hinata. El DJ sabía usarlas sin problema y salieron del hospital, gracias al cielo que o había nadie sospechoso a la vista (McGiffen se hizo cargo de que así fuera) y se largaron en el hermoso auto rojo de Vinx. Con un rumbo en mente: el departamento del DJ.

“Noticias impactantes. Según algunas fuentes confiables de varios foros de internet, el DJ Hinata ya fue dado de alta y todo está en orden con su accidente, fue sólo un problemilla con el tobillo, nada de qué preocuparse. Se dice que estuvo en el Hospital privado de la Estrella de la ciudad. Pero lo más impresionante: ¡El propio Vinx, de CaNniBaL, fue el que recogió al DJ para cuando lo dieron de alta! ¿Será que estos dos músicos ya por fin se llevan bien? Nuestras fuentes afirman que se encontraban ambos bastantes tranquilos y sin crear desorden en el hospital. Parece ser que un homofóbico y un homosexual pueden ser amigos. Hasta aquí nuestra transmisión.”

CONTINUARÁ
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Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

#VinxCeloso

#HenriSospechoso

#CapítuloDeRelleno

#MirakuHaVuelto

(Usen el de su preferencia, por fis... Se les quiere)

 “El Mundo de Miraku” es patrocinado por los tatuajes clandestinos que hago para subsistir en la escuela:

MIRAKU: Ya saben que Charlie, el siempre buen amigo Charlie, nos acompaña en estas transmisiones porque es al que mejor confianza le tengo después de mi almohada de emoji que tengo desde hace unos años. ¡Hola, roqueros!

CHARLIE: O sea, te despareces y luego le haces como que nada sucedió. No te entiendo.

MIRAKU: No sé, como que así me hace sentir menor culpable. Aún tengo demasiado que hacer y ando aquí, actualizando porque ya se lo merecen. Y, la verdad, es que amo mi historia. Pero por quejarte conmigo voy a retardar tu capítulo crucial con Spencer. Roqueros, no habrás capítulo de Charlie y Spencer hasta muy adelante y es culpa de Charlie esta cuestión.

CHARLIE: ¿Quién entiende a las mujeres? Como sea, ve directo al grano.

MIRAKU: Groserote. Roqueros, me perdí por este tiempo debido a que los estudios me comenzaron a consumir viva. La verdad, es que me cansé mucho por varias razones personales y me enfermé muy feo por dos semanas. Cuando iba a escribir, me ponía bien mal y no podía, tenía la mente muy abrumada por todos los pendientes y me costaba ponerme al corriente con esta responsabilidad que también aquí tengo. Eso sí, sepan que acabaré el fic. odio que hagan ese tipo de cosas. La historia la tengo bien planeada, no pienso cancelar ni porque me amenacen de lo que sea.

CHARLIE: Ajá...

MIRAKU: Por cierto, para el segundo y tercer lugar de mi pequeño concurso, espero que sí les haya llegado su premio y muchas felicidades.

CHARLIE: ¿Algo más que quieras agregar?

MIRAKU: No realmente... ¡Ahora, dos curiosidades!:

  • La razón por la que le cambio el color de cabello a Hinata es porque se me hacía aburrido de uno solo. En un inicio, Hinata se pintaría el cabello sólo de colores azules en degradado y posteriormente de azul oscuro por Vinx. Pero, ¿cuál es el verdadero color de cabello de Hinata?, ¿se lo han preguntado?
  • El nombre de Alexis lo escogí a la mera carrera. Todos mis personajes son previamente planeados y esas weas, pero cuando creé al manager de CaNniBaL, nunca le puse nombre hasta que tuve que darle su debut y puse el primer nombre que me vino a la mente xD.

MIRAKU: Eso es todo (es difícil escoger curiosidades que no den spoilers importantes sobre la historia), espero con ansias sus reviews y muchas gracias por esperar por mí, de verdad que eso significa mucho para mí. Leo sus reviews todo el tiempo y éstos me inspiran y motivan a no rendirme, créanme que enserio hacen un fuerte efecto en mí sus bellas palabras. “Y ante todo, ¿por qué él?” es una historia para relajarse y divertirse, con esos elementos que la vuelven simple pero especial (o eso espero) donde deben olvidarse de sus problemas e inmiscuirse en los de los personajes, para que pasen un buen rato y para que reflexionen sobre todos los temas tratados. Espero ya no volver a perderé como ahora y trataré de cumplir, un fic. es también una responsabilidad con muchas personas. Espero sus reviews con amor porque, ya saben, un review es alimento para el alma del escritor. Despídete, Charlie.

CHARLIE: ... Suficiente, cada vez te entiendo mucho menos. Me largo de aquí.

Los Quere Musho, Miraku, SAYO~


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