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Y ante todo, ¿por qué él? por Miraku

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Notas del capitulo:

CANCIÓN: When I come around -Green Day

¡Hola, roqueros!

¡Ay, Dio' mío! ¿Ya son 100 revieews? ¡MADRE DEL SEÑOR!

¡GRACIAS! De verdad muchas gracias por todo me siento muy contenta por ver tanta actividad en este fanfic aquí bien humilde para su deleite.

Ya abajo celebramos...

Sin más, a leer:

Hinata tiró lejos la pluma que tenía en manos y se restregó los ojos con furia, sin importarle que se pueda correr su exquisito maquillaje. Estaba cansado. Ha estado todo el día trabajando y ya no podía más. No podía creerlo. Es que era imposible. No encontraba manera de explicarlo. Era completamente irreal.

Ya habían pasado cinco meses del segundo año del trabajo de la banda sonora original. Ya se habían cumplido otros cinco meses de relación Infragati con Vinx.

Todo pasa tan rápido y le mataba. Pensó que podría sobrellevarlo, más no fue así. No puede soportar ser un amante. No puede soportar ni un segundo más a Alexandra. La muy maldita... La vida era una extraña rutina que siempre se rompía; y, la verdad, Hinata comenzaba a creerse incapaz de seguirla. La vida corría muy rápido de sus manos y tenía que perseguirla. Y más ahora: siendo pareja de Vinx debía estar a la par que él. Debía seguirle los pasos y cerciorarse de que su rubio idiota sigo los suyos. No sólo el DJ debe estar al pendiente de su relación. Por eso se le dice pareja, ¿no? Porque son de dos. Es una relación entre él y Andrew. Costosa, cansada y dolorosa; pero bien ha valido la pena. Muchas anécdotas se han escrito en su piel, mente y alma.

Era extraño.

Era complejo.

Y le encantaba.

«Fascinante» es la palabra correcta. Se sentía como si tuviera de nuevo sus catorce años, como si tuviera una nueva segunda oportunidad de vivir su juventud sin la necesidad de acelerar toda la situación. Teniendo amigos cercanos y con los que se puede confiar, sufriendo por trabajos dejados para la última hora, con esas “mariposas” en el estómago cada que sus ojos carmín chocaban con los verde pasto del guapo baterista.

Una relación sin pies y cabeza. Es abstracta, metafísica, bella: no quieren buscarle el sentido. Y eso era lo que emocionaba a Hinata. Cada día, su noviazgo –si es que tengo permitido llamarlo de esa manera– con Vinx tomaba una forma y color nuevo y diferente al anterior. A veces puede ser el simple corazón rojo apasionante. A veces tomaba forma de una mariposa de color amarilla, Hinata consideraba que eso significaba alegría impregnada de melancolía. A veces era una gota incolora: estaban tristes los dos. A veces eran llamas calurosas y apasionantes. Siempre cambiaba y Hinata le daba su significado correspondiente. Estaba completamente dispuesto a conocer todas las facetas de una relación normal y dispareja. Chocar, atraerse, repelerse y volver a encontrarse en cualquier polo. Son cargas diferentes, después de todo.

Si Vinx quiere arriba, Hinata querrá abajo; pero terminan llegando en un acuerdo que sólo ellos entienden. El DJ lo sabe muy bien: ¡cómo batalló con su novio la vez que se lastimó el tobillo! Sí, está bien, sí que sufrió un fuerte accidente en el sentido de repercusiones, pero no era para tanto. Hinata siempre insistía en ello; sin embargo, Vinx difería en eso y exigía cuidarlo. No lo puede ni va a negar, disfrutó mucho ser mimado de aquella manera por el baterista. El hombre de rubios cabellos y perforación labial es un romántico cursi del ayer. Siempre le llama cuando más lo necesitaba (Hinata consideraba eso el súper poder de Vinx), le besa con cariño y le mima de cualquier manera posible.

Hinata suspiró enamorado. Reposó su mentón en su palma derecha sobre la mesa de su estudio y se dedicó a perderse, como parece ser costumbre, en sus sueños impregnados en esos sentimientos que dan la efervescencia de un refresco (o agua soda) en un día caluroso.

Su teléfono sonó y miró quien interrumpió sus ensoñaciones. Sonrió y contestó al instante.

Tenía tanto que contarle a Patricia...

~*~

Vinx probaba distintos acordes para armonizar una melodía en compañía de una guitarra acústica y la soledad del estudio. Andaba estresado, muy estresado, a decir verdad. O sea, el proyecto iba de viento en popa: perfectamente sereno. Uno que otro percance pero nada peligroso. El próximo mes se estrenaba la película por la que tuvo que partir su culo (y el de Hinata en muchas más ocasiones) y decirle adiós a su amada rutina a la que ya estaba acostumbrada. Trabajar..., trabajar..., ¡y más trabajar! Vinx quería esconderse debajo de una roca y tocar la batería por pura pasión y no porque debía grabar para entregar su proyecto cual niño a su maestra; para que luego se lo devuelvan y le obliguen a hacer cambios indeseados.

Además, ese mismo día no ha ido del todo bien.

Primero que nada, Alexandra estaba enojada.

Segundo, Suri Spoon volvió a intentar a acosarlo y tuvo que escapar con la dignidad que le quedaba.

Tercero, no le convencía ninguna idea para la canción que estaba preparando.

Cuarto, ningún otro integrante le ha dado una idea.

Quinto, su carro está en el taller y tendrá que usar un estúpido taxi para volver a casa.

Sexto, no ha visto a Hinata debido a tantos deberes y se moría por dentro para hacerlo.

Y, se le olvidaba, ¡Alexandra está enojada con él!

Y, como muchos hombres, Vinx sufría la maldición de no saber la razón por la cual su novia estaba enojada. Andrew imaginaba que, entonces, la chica se pondría peor cuando sepa que su relación acababa. Sí, como leíste, paciente lector, Vinx ya estaba por arrancar el papeleo y trabajo para poder acabar con esa tóxica unión a Alexandra. Debía comprenderlo: no todas las promesas se pueden cumplir al pie de la letra. Hinata ya se lo ha hecho ver claramente.

La vida tiene demasiados giros extraños. El baterista comprendía que Alexandra es alguien especial, es una chica única y especial, a final de cuentas. Pero no puede seguir aferrado al ángel que conoció cuando joven si éste ya desapareció una vez que sanó. Vinx le tendió la mano a ese ser y le cuidó y protegió cuanto pudo por la compasión y el amor que nació dentro de él. ¿Todo para qué? Para que, al final, fuera abandonado con el recuerdo de una pluma opaca y el rastro de ese celestial ser que le apuñaló la espalda. Simplemente lo utilizó y ya. Eso fue todo el cuento para Vinx con Alexandra. Y el tonto se empecinó en continuar algo que firmó con punto final hace ya mucho tiempo. Alexandra se fue. No era su ángel esperado, después de todo. Simplemente fue, a ojo de buen cubero, una experiencia de paso. Alexandra le estaba engañando como vil serpiente.

Para empezar, ¿quién decide que es “buena idea” engañarse libertinamente? El extraño trato entre Andrew y Alexandra es la clara prueba de lo que muchos afirman: se engañan y luego se tapan los ojos y oídos para hacer parecer como que todo está bien, cuando no es así; muchos pueden asegurar que esos casi siete años de relación son, ni más ni menos, que un teatro involuntario. No era más que pura farsa que mantenía, de manera intangible, la verdad: ya no hay nada ahí.

Vinx ya no encontraba nada que le provocara nuevos sentimientos para con Alexandra. Ya no se emocionaba ni su pulso se aceleraba cuando de ella se trata. Ya no le brillan los ojos ni se dilatan sus pupilas cuando la ve. Ya no siente aquélla pasión y desenfreno cuando se quitan las ropas. Simple y llanamente ya no había nada con lo cual pueda rescatar en esencia de esa mujer. Lo único que lo mantenía atado a ella era esa absurda promesa.

“Prometo que te cuidaré por siempre...”

Esas fueron sus absurdas palabras de joven. Se entiende que cualquiera hace locuras y tarugadas cuando se es joven, ¡pero no una promesa de compromiso si ni siquiera se piensa uno casar! Cuando Vinx le juró mundo y medio a su “ángel”, había firmado un pacto con el diablo: debía de cumplir al pie de la letra pues Alexandra no es una mujer que disculpe tan fácilmente.

Sin embargo...

Había encontrado un mayor y más fuerte pecado que tiene cuerpo de hombre y unos enormes y bellísimos ojos carmín. Hinata era lo que ahora le importaba. Le ponía la vida de cabeza ese chico con solo un simple gesto. Si le sonríe, Vinx se sonroja. Si Hinata habla, Vinx escucha una melodía completamente nueva. Cuando siente cerca ese delgado y firme cuerpo, hormigas recorren todo su cuerpo a una velocidad y manera tan única que le volvía simplemente loco. Y ama estar loco por Hinata. ¿Se ha preguntado si eso era pasajero? ¡Claro! Claro que llegó a considerar su atracción por Hinata como algo pasajero y que olvidaría; pero cuando ve al DJ y siente esa sensación de soledad cuando no lo ve, se le olvida esa absurda cuestión. Tenía una nueva promesa.

Ahora era Hinata su presente. Era el presente más rebelde y hermoso que jamás sintió. Esas sensaciones nunca las sintió sino hasta que Hinata cruzó la puerta decidido y listo para hacerle la vida añicos. Cada uno de esos momentos le justificaba que nada será en vano. Así. Punto.

El sonido de notificación irrumpió sus momentos de reflexión y el baterista resopló con cansancio. No tenía ganas de trabajar –lo cual es una extraña cuestión– y tampoco sabía ahora quién querría molestarlo por mensajería. Con pereza estiró su mano hasta su móvil con funda que tiene dibujado un dragón con un hada y desbloqueó. Abrió los ojos con mucha sorpresa. Era un mensaje de Alicia.

Era la mamá de Henri.

¿Por qué le mandaría mensaje justamente a él? Tiene a su hijo de sangre al cual molestar (no es como le fastidie la mujer pero Vinx no tenía humor de nada): algo debió pasar. Era un mensaje de mediano tamaño:

“Hola Andrew. Cariño, Henri no me contesta ningun mensaje que le mando, y es raro porque siempre me responde. Podrías ver que le pasa? Te lo agradecería que luego me avisaras. También Andrew, voy a ir a visitarlos! No les emociona? Iré hoy a verlos cerca de las 6, espero que me reciban como se debe...”

Vinx soltó un quejido de sorpresa. No podía ser cierto. ¡Simplemente no podía ser cierto! Alicia, su madre adoptiva, venía de visita y el tonto de Henri ni en cuenta debe de estar. Andrew tenía que contactar a la de ya a su mejor amigo y tener todo en orden. Podrán presentarse a millones de gentes, a reyes o lo que sea, pero Alicia era de temer. La mujer es una conocedora de música y siempre estuvo a cargo de los casi hermanos. Ella sabe cuándo uno tiene problemas y sabe lo que siempre necesita. No, no, ¡no ahora! Y sí, Andrew ama a Alicia, ella le dio todo el cariño que siempre buscó en una madre pero también temía: ella era capaz de saber de sus secretos sin siquiera mover un dedo.

Decidió llamar a Henri. Y si no contestaba, Andrew mismo se encargaría de asesinarlo.

—Contesta, maldita sea... —susurró mientras veía que el reloj marcaba las cuatro con tres minutos de la tarde.

Un pitido..., dos pitidos..., tres pitidos...

—¿Andrew, qué sucede? —Respondió por fin la voz del vocalista.

—¡¿Por qué carajos no le contestas a tu madre?! —Amenazó con fuerza el baterista—. Ya me vino con la queja de que no le has ni leído sus mensajes y que viene hoy en la tarde, idiota.

—¿De verdad? Lo siento..., es que..., estaba ocupado...

—¿Con qué?, ¿follando con McGiffen? ¡Uf, sí que estabas ocupado! Hermano, viene tu madre y no la hemos visto en casi dos años. Trae tu maldito culo para el estudio ¡y ya!

—Ya voy, ya voy... ¿Estás bien?

—¡De puta maravilla! ¡Claro que no, Henri! —Vinx echaba humos por sus fosas nasales—. No me preguntes y ven para acá, mierda. Ya, bye.

Colgó como todo un drama queen y miró todo el estudio. Genial, Laura estaba echa un asco, había basura por todos lados, cables regados como si éstos nevaran. Todo era un puto asco y Vinx gritó exasperado. No podía ser cierto. El tiempo se venía encima y Henri tardaba en hacer aparición. No podía ser cierto, de nuevo.

Suspiró resignado mientras comenzaba a arreglar a Laura y a recoger los millones de bolitas de papel del suelo y depositarlas en el bote de basura como todo un niño ordenado y obediente. Y es que así debe ser. Alicia verificaría su lugar de trabajo y que tanto su hijo biológico como el adoptivo estuvieran en buenas manos y condiciones. Era un examen de aquellos que son imposibles de acabar.

Varios minutos después, Henri llegó corriendo al estudio y se le veía agitado y con el cabello por todos lados. Se veía mal.

—¿Por qué mierda tardaste tanto? —Preguntó consternado el baterista mientras acomodaba los cables.

—Robert no me quería dejar ir —explicó tranquilo el vocalista—. De hecho, fue culpa de él por lo cual no vi mi teléfono. ¿Cómo que mi mamá viene de visita?, ¿de qué trata todo esto?

—¡Como si yo lo supiera! Ya sabes cómo es ella: saliste igual de ideático que tu progenitora. Ahora, ayúdame a poner este lugar presentable y ponte tú presentable: hueles a semen y quién sabe qué mierdas más.

—¡Andrew, cállate!

Henri le dio un golpe en el hombro a su amigo y se dirigió a los baños del edificio para hacer lo que su amigo le ordenó. No lo podía negar, era completamente cierto: olía a una sesión de sexo muy reciente. Así que al llegar a los sanitarios, limpió y lavó sus manos, rostro y arregló su cabello para volver a dejarlo tan liso y perfecto como sólo él lo puede tener. Cuando se cercioró de que no tenía marcas ni olores a la redonda, sonrió satisfecho con su cometido. Volvió corriendo adonde Vinx y le ayudó a terminar de recoger. No entendía por qué el estudio estaba tan jodido pero mejor no preguntó y ayudó a tirar todos esos papeles que no parecían servir. ¿Qué estaba planeando Vinx?

No se pudo poner a pensar más pues recibió un buen golpe de un cojín perteneciente a Laura. Volteó y vio a Vinx sobre esa cama matrimonial viéndolo seriamente con otra almohada en mano. Hablaba enserio con aquello de apurarse y darle mucho caso al hecho de que Alicia venía de visita. Nos es como si la mujer viviera lejos, vive en la misma ciudad, pero los trabajos de madre e hijo impedían estos encuentros como son debidos. Si ella venía era porque habría mucho de qué hablar y algo debía molestarle a Alicia. Porque la mujer suele llamarles para saber de su estado y viceversa; el que venga es algo de nivel superior.

Sonó la puerta y ambos amigos se tensaron. ¡Apenas eran las cuatro con cuarenta y dos minutos, Alicia no podría haberse adelantado tanto! Henri peinó sus cabellos y limpió el polvo inexistente de sus ropas y se dirigió a abrir. Su gesto cambió a uno de consternación al ver que era Hinata.

—¡Hinata! —Exclamó consternado el vocalista. Vinx se tensó aún más—. ¿Qué te trae por aquí?

—Emmm..., yo..., yo venía a entregar estos papeles a Vinx —dijo inseguro el DJ—; quiero su consejo para ver si le parecía bien.

—¿Pedirle, tú, un consejo a Vinx?

Hinata frunció el ceño. ¡Seguía sin comprender esa actitud tan renuente de parte de Henri a hacia su persona!

—No creo que tenga nada de malo. Luego el tonto se la pasa quejando por cualquier detalle y no pienso escuchar su voz chillona cuando se enoja. Esto no es algo que debería hablar meramente contigo sino con Vinx. Si alguien se puede quejar es Vinx.

—¡Yo no me he quejado en ningún momento!

Y antes de cualquiera de los dos chicos comenzaran un extraña y muy nueva pelea, Vinx intervino. Estaba completamente extrañado, Henri no es alguien que guste de pelear ni mucho menos buscar pleitos con alguien como Hinata; de su novio sí puede esperar acciones así, pero el chico DJ estaba actuando de manera celosa. Debía tener cuidado. Se interpuso entre ambos hombres y agitó las manos en señal de pedir la paz y calma.

—¡Hinata, tu voz enojada tampoco es algo que me emocione mucho! Pero —habló lo más sereno que pudo—, lo que pasa es que andamos Henri y yo un poco ocupados con otros menesteres. Déjame la hoja y luego checo para decirte todos tus obvios errores, ¿sí, traga pelotas? Muy bien, nos vemos, ten un buen día, y eso, ya, sí. Adiós.

Prácticamente Vinx empujó fuera al DJ y tomó la hoja que de verdad tenía en manos. Cerró la puerta y suspiró aliviado. Aunque la mirada de Hinata le indicó que no debía cantar victoria por mucho tiempo. Los ojos de Hinata se encendieron en llamas: se enojó.

Genial, ahora debía agregar a su día de mierda que su novio posiblemente lo dejaría en abstinencia injusta y dolorosa. Pero todo era para evitar una extraña pelea. No podía creer que de verdad su mejor amigo y pareja secreta estuvieran a nada de discutir; y lo peor, ¡pelear por él! Vinx no entendía ese punto. Algo sucedía. Algo malo se venía encima del pobre baterista de bonitos ojos color verde pasto.

Cerró los ojos y, sin querer saber nada más sobre el mundo, se fue a acostar boca abajo en Laura y esperar por la llegada de Alicia. Tal vez a ella sí le pueda confiar sus problemas y pedirle ayuda. De verdad que ya le urgía un consejo y es desesperante no tener a nadie quien se lo dé si nadie sabe sobre su dilema. Haber “sido” homofóbico y ahora estar enamorado de un chico se veía tan mal e hipócrita. Pero es que es de verdad. Algo dentro de sí le indicaba que toda su vida algo estuvo viendo mal y por fin se divisaba ese error, más no sabía cuál y sus razones. El baterista bostezó y cerró los ojos, todo jugaba en su contra. Tal vez suicidarse sea buena opción.

Mejor no.

~*~

Una bella mujer entraba a las oficinas de Ony Music Re:cords con un porte elegante y muy conocido. Sus piernas largas y blanquecinas eran un deleite gracias al recatado vestido de corte recto color negro que le llegaba hasta casi encima de las rodillas. Su cabello estaba recogido en una coleta y era de color castaño oscuro y sus ojos recordaron enseguida a alguien: Henri. De color azul brillante y cristalino de bello fulgor que quedaba en perfecto balance con su rostro delgado y labios carnosos y bien pintado de color rojo. En definitiva, Henri sacó la imagen de su madre.

La mujer se acercó a la recepcionista en turno del enorme edificio de las disquera y se sorprendió. Nunca había visto a esa mujer pero daba la clara impresión de que Henri era algo de ella. Son muy parecidos.

—Vine a ver a Henri, ¿lo conoce, no? —Saludó un poco nerviosa la mujer. No sabía bien sobre el sistema de “visitas” y no quería pasar por le vergüenza de ser corrida del lugar. Pero de que vería a sus hijos, los vería.

—Sí, ¿usted es...? —Respondió con cándida sonrisa la empleada.

—Su madre.

~*~

Alicia se miraba en un espejo de bolsillo que debía tener unos quince años con ella, se cercioró que su maquillaje estaba en orden y lo guardó. Estaba nerviosa, ¡hacía tanto que no veía a sus hijos! Lo primero que haría sería darles un buen golpe por dejar a su madre así de sola; luego los abrazaría con fuerza y pasaría unas horas con ellos. Era un plan perfecto. Miró su moderno teléfono, regalo de Henri hace tres cumpleaños, y vio que eran casi las seis. Esos dos más les cabía ya estar listos.

Caminó según las claras indicaciones de la chica de la recepción para poder dar con el estudio de CaNniBaL. Caminó por los largos y elegantes pasillos viendo todo a su alrededor; admiró los cuadros de bandas clásicas que siempre fueron de sus favoritas. Debía admitirlo, quien fuera el dueño, tenía muy buen gusto decorativo y musical. Vio varias puertas pero ninguna era la de donde debería estar Henri y Andrew. Se revolvió un poco pero por fin dio con su destino predilecto. Arregló su vestido y tocó la puerta.

Escuchó estruendos y las conocidas quejas con groserías de parte de Andrew. Ese chico siempre tuvo una boca muy sucia. Nunca le pudo corregir aquello pero tampoco es como Alicia no dijera malas palabras. De hecho, varias malas expresiones del baterista fueron herencia de la madre de Henri. Y, también, si nos las exclamara, Andrew no sería Andrew.

Se abrió la puerta y vio a sus dos hijos que le sonreían con u feo gesto de vergüenza. Ante su madre no podrían esconderse. Eso es más que obvio. No pudo evitarlo y se lanzó a ellos para abrazarlos y llenarlos de muchos, muchos, besos en sus rostros. Las risas de ambos amigos no tardaron y acunaron entre sus brazos a la bella mujer que siempre les cuidó y protegió.

Andrew se sentía más apegado, en especial. ¿Por qué? Sencillo: si no fuera por Alicia, él no sabría lo que es tener una figura materna tan amorosa. La verdadera madre biológica de Vinx es..., es un tema difícil de hablar.

Cuando la sesión de nostalgia acabó, tanto Vinx como Henri, recibieron un buen jalón de orejas de parte de  Alicia para ser llevados de esa manera hasta Laura y sentarse. La mujer se cruzó de brazos y esperó por una obvia respuesta. Era más que obvio que quería saber las razones por las cuales fue descuidada de esa manera.

—Si no te hemos visitado —comenzó Andrew viendo a los ojos de Alicia— es porque no hemos podido ¡y lo sabes!

Alicia alzó una ceja y sonrió divertida. Parecía que sus niños estaban en buena salud.

—¿Sí saben que tenemos mucho de qué hablar, no? —Preguntó Alicia como si eso fuera lo más obvio del mundo—. ¡En estos dos años les han pasado tantas cosas y yo me entero como si fuera una fan más en vez de su madre!, ¿cómo son capaces de rebajarme así, eh? Por ejemplo, lo de la entrevista con Lucy Moon o con Jim Follow lo supe hasta que vi los malditos programas. ¿Algo qué decir a su favor?

—¿Que ya mero se estrena la película? —Respondió irónico el vocalista con un rubor en mejillas—. Mamá, enserio lo sentimos; y no, no hay excusa para el hecho de que no te hayamos visitado.

—Bueno —sonrió complacida la mujer—, que traigan los cafés, tenemos que ponernos al corriente de muchas cosas. Sobretodo sobre ti, Andrew Johnson Newman.

—¿Podrías evitar decir mi nombre completo, sí? Yo me encargo del café, ¿con leche deslactosada y vainilla, Alicia?

—Bien me conoces, hijo.

Vinx salió del estudio con un sonrojo en sus mejillas. Alicia sí que sabe meter bien el dedo en la llaga. Tenía la certeza de que ella podría ayudarlo con su “problemilla”.

Al quedar madre e hijo biológicos solos en el lugar, el silencio reinó.

—Hijo, dime, ¿qué sucede? —Comenzó Alicia viendo preocupada al vocalista.

—Hay muchas cosas que han pasado, mamá —respondió con una sonrisa impregnada en nostalgia—. ¿No te ha pasado que todo va bien pero, con un cambio que tú querías, todo se jode?

—Muchas veces, jovencito. Si eso no ocurriera, tal vez nunca hubieras conocido a Andrew. ¿Sabes? Yo era feliz con tu padre pero siempre supe que él no lo era junto a mí. Cuando él mismo me confesó que tenía un amante hombre, supe que eso era lo que tenía que pasar. ¿Me dolió? ¡Pero claro, tu padre me engañó y se quiso ir! Pero fue por algo mayor: su verdadera felicidad. Él estaba enamorado de ese chico y yo sólo pude darle un hijo; a quien, por cierto, amo mucho. A partir de ello, Henri, cariño, yo también decidí cambiar. Por eso nos vinimos juntos a esta ciudad, cambiamos; pero, para que esto sucediera, algo tuvo que joder la situación. Creía que todo iba bien con tu padre, luego me engañó y al final se fue con alguien más. Me quedé destruida... pero un niñito tímido y de lindos ojos azules con toques ámbar me ayudó a levantarme. Si me preguntas esto, Henri, es porque te pasó algo... ¿Tiene que ver con Andrew?

—¡¿Por qué todo mundo piensa que tiene que ver con Andrew?! ¡No, no es con él meramente el problema! Es con..., con, eh, yo..., yo no sé cómo decírtelo, mamá. Estoy seguro que te avergonzarás de tu hijo.

—¡Eso nunca va a ocurrir, Henri! Podrás hacerme enojar y hacerme sentir triste, pero nunca, ¡nunca!, me avergonzaré de ti ni mucho peor. Dime qué sucede o yo aseguraré que tiene que ver con Andrew.

—Pero no dirás nada hasta que acabe de hablar, te conozco, madre... —Henri hizo una pequeña pausa—. Conocí a un hombre. De hecho, trabajamos con él y fue algo sorpresivo lo que ahora tenemos. Creo que somos novios o algo así... ¡Se llama Robert! Y de verdad me parece magnífico en todos los sentidos..., sólo que... Andrew dice que no es la mejor opción estar con él..., Alexis dice que él no me ama... Y Robert asegura amarme, más yo no puedo decir lo mismo. ¡Soy tan patético! Tengo veintisiete años y no puedo decidir qué es lo que quiero y lo que no. No sé si de verdad quiero a Robert o si sólo lo uso como excusa para superarlo...

—¡Oh, Henri! Sí que estás en un aprieto. Lo tuyo nunca fue saber qué quieres en cuanto al amor, lo sé. Aunque eso no quieta el hecho de que ya has crecido y debes tener decisiones más maduras; debes saber que ya no es la adolescencia donde era más sencillo eso. Cariño, yo sé a quién amas y, aunque me parece una locura pero también de lo más racional, debes entender algo: te ahogas en un vaso de agua. Siempre le das muchos rodeos a las cosas. No es tan difícil comprender que la posibilidad de ser correspondido no está perdida. Pero, en cuanto al tal Robert, bueno, debo decirte que si tú te resignas a la opción de no ser aceptado por tu verdadero amor, quiero que lo sueltes y abras tu mente y corazón a ese hombre. Más tienes que decidir una cosa, y ya. Robert tampoco debe ser tomado como un juego. Y, si te sirve de consuelo o ayuda, cuando me hablaste de él, tus ojos brillaron muy lindos. ¿Qué es lo que quieres, Henri?

—Quisiera escapar a otra galaxia —suspiró cansado mientras se acostaba de lleno en Laura—. Aún no lo sé. Sigo con dudas... ¿De verdad tendré una oportunidad con él? Mamá, ya sabes cómo es.

—Sé cómo es, sí, pero no cómo es realmente contigo. Busca esas pistas que te abran el camino si lo que quieres es llegar al corazón de...

La puerta se abrió y Andrew llegó con los cafés y una gran sonrisa. Sonrisa que se volvió irónica cuando vio a Henri acostado de esa manera, de seguro Alicia ya lo hizo pensar más de lo necesario. Le entregó su bebida a la mujer y dejó las otras dos en la mesa más cercana a Laura. Todo aquello para poder dejarse caer con soltura sobre el cuerpo de su mejor amigo y escuchar las constantes quejas del mismo, pidiendo que lo deje en paz. Andrew rio alto y se acomodó mejor para aplastar a su casi hermano con cariño. Aquella escena se veía con melancolía en los ojos de Alicia. El tiempo pasa demasiado rápido pero aún puede encontrar a esos dos niños traviesos que hacían de todo en su casa.

Aún podía rememorar las veces que tomaban sus acetatos y discos de sus bandas y fingían ser los músicos de dichas bandas. Cuando Andrew escapaba de su casa para irse a dormir con Henri y ella encontraba a dos hijos en vez de uno y preparaba más desayuno. Cuando Vinx se metía en peleas en su adolescencia por cuidar a su amigo y ella lo curaba. Las veces que tuvo que buscar a Andrew con ayuda de su hijo en todo el lugar porque el chico estaba enojado o llorando por ahí debido a todos los abusos que hacían sobre él. Cuando Henri le dijo sobre su preferencia sexual y Alicia, al principio, lloró debido al pasado pero aceptó encantada que su hijo ame a quien decida amar. Todos los regaños que les dio, las galletas que les preparó, los cuentos que leyó y besos de buenas noches que depositó en aquellas frentes. Alicia vio crecer a esos dos famosos músicos y no podía estar más orgullosa de ellos. Estaban triunfando en lo que más aman y eso era un orgullo para una madre. Cada momento que ha pasado junto a ellos no los cambiaría por nada del mundo. No cambiaría a sus hijos así tuviera que morir. Ellos eran su mayor logro.

Tomó su café en silencio mientras Andrew seguía molestando a Henri, era obvio que quería saber de qué hablaba con Alicia. Y la curiosidad lo dominaba en muchos sentidos. Y en esos veinte minutos más que pasaron no pudo sacar más que puras quejas y maldiciones de parte de su mejor amigo del alma. No pudo saber de qué habló con Alicia.

—Pues —habló por fin la mujer con porte elegante—, para que sea justo, Henri salte del cuarto.

—¡¿Qué?, ¿por qué?! —Preguntó exaltado el vocalista.

—Andrew no sabe de qué hablamos tú y yo, así que tú tampoco sabrás de todo lo que platique con él. Danos un tiempo a solas y después me llevan al cine, salió esa película de amor que quiero ver. Anda, anda, ve a buscar con qué te puedes entretener.

Enfurruñado y algo inconforme, salió el vocalista del estudio que está dispuesto para CaNniBaL. Andrew se acomodó mejor en su adorada cama y se sentó en forma de indio, bien derecho y esperando por lo que sea que Alicia le pueda preguntar. Ya se sentía más cómodo y en confianza, en definitiva: le diría sobre su relación con Hinata y esperar de su ayuda. Alicia siempre ha sabido qué decir.

—¿Y bien, Andrew? —Sonrió Alicia—. Podrás sonar como que nada te ocurre pero yo puedo ver en tus ojos que algo te aqueja. Dime lo que me necesites decir, amor, ya sabes que siempre te escucharé.

—¿Y qué pasa si te digo que quiero terminar con Alexandra? —Preguntó el baterista.

La mujer abrió los ojos con mucha sorpresa y desconcierto: —Diría que te tardaste mucho. No lo tomes a mal, niño, pero ella nunca me gustó para ti. Andrew, eres muy noble y ella abusó de aquello. Algo debió pasar para que tomaras esa decisión, pero, ¿estás seguro de querer terminar con ella? Ustedes están prácticamente casados y tendrías que hacer muchas cosas para que te separes de ella de manera justa.

—Completamente seguro. De hecho, nunca estuve más seguro que ahora. Y ya sé que ella sólo me utiliza, lo único que nos ha unido ha sido mi dinero y el sexo. Creo que poder engañarse con libertad ya me indicaba algo malo, ¿no?

Alicia asintió con seguridad mientras se inclinaba en el sillón donde está sentada para tomar con cariño las manos del baterista. Aquellas manos grandes y lastimadas por su profesión. Esos brazos fuertes y ese cabello rubio nunca congeniaron en armonía, Alicia siempre lo pensó de esa manera.

—No sé por qué insistí en que podía rescatar algo de ello. Ya es hora de terminar con ella. Pero la razón de ello es por algo más fácil de entender...

—Conociste a alguien más.

Andrew sonrió ladinamente: —Sí y ese es el problema.

—¿Por qué? No me digas que ya te fijas en casadas.

—¡No, no! No es casada, ni siquiera creo que pase eso por su mente. Es alguien que le gusta mucho hacer controversia, meterse en problemas, rebelde, peleamos mucho, con complejo de diva y cambia muy seguido el color de su cabello.

—Qué descripción tan peculiar. Debe ser muy difícil de tratar, ¿quién es?, ¿la conozco?

—Probablemente... Mamá, me enamoré de un hombre.

Alicia se tensó al oír aquélla declaración. Nunca se imaginó eso..., bueno, la verdad, sí, sí que llegó a pensarlo. Más a quien describe es el tipo de persona que nunca se imaginó que Andrew tuviera fijación. Eso era lo que más le impactó. Además, Alicia nunca se tragó por completo el cuento de la ‘homofobia’ de parte de su “hijo” rubio. Sabe que esa ideología fue impuesta por la familia del baterista, al igual que muchas otras cuestiones sexistas, pero Andrew jamás encajó a ese círculo primordial de la sociedad. El rubio siempre se diferenció de los demás. Y el que nunca haya abandonado a Henri, a pesar de su homofobia y que éste es homosexual, se lo confirma con creces. La mujer sonrió.

—Ya, es un hombre, ¿pero, quién es? Me describes a alguien muy llamativo. —Pidió saber su madre.

—Es Hinata, el DJ con quien trabajamos —los ojos de Vinx brillaron con fuerza—. Creo que eso de que del odio al amor sólo hay un paso es real. Pasó cuando menos lo esperé y ahora sólo puedo pensar en él, en lo mucho que lo quiero conmigo a mi lado y lo especial que es para mí. Al principio consideré seriamente que me volví loco y que todo es pasajero pero, si te digo la verdad, llevo ya varios meses de relación con él... ¿Estás enojada?

—¡Por supuesto que no! Andrew, te oyes muy enamorado, no sé mucho sobre el tal Hinata más que lo que he visto en televisión sobre él. Me sorprende, sí, en especial por quién eres tú. Pero velo bien, hijo: ese Dj te ha hecho ver muchas cosas nuevas, ¿no? Quiero creer que te ha enseñado muchas lecciones que nadie más podrá hacerlo... ¿Quién sabe de su relación?

—Oficialmente, sólo tú..., ¿podrías guardar el secreto? Aún me cuesta mucho esto y para hacerlo público debo dar pistas sobre ello y terminar con Alexandra primero. Quiero hacer las cosas bien con Hinata, porque, si te soy sincero, empezamos pésimo.

—¿Peleando?

—Teniendo sexo casual.

—¡Andrew, por favor! —El nombrado rio por la reacción sonrosada de la mujer—. Vaya, ¿quién lo diría? Siempre sí saliste gay como Henri. ¿Acaso soy un imán de homosexuales?

—Espera, espera, ¿cómo que ‘siempre sí’...?

—Que eso te lo cuente Henri. Por otro lado, no te preocupes, cielo, cuidaré tu secreto y tendrás todo el apoyo de una madre aquí conmigo para lo que sea que necesites. Estoy muy contenta por ti. Te oyes feliz por estar en relación con Hinata. Recuerda que es lo de menos si te gusta una mujer o un hombre, lo que debes tomar en cuenta es en la felicidad mutua y que para que su noviazgo sea exitoso es que nunca se deben aburrir de estar el uno con el otro.

—Créeme, nunca podré aburrirme de él...

Ambos siguieron hablando sobre aquella relación Infragati que Vinx tiene con Hinata. Alicia parecía más que encantada sobre oír de los labios de su hijo sobre aquel DJ. Le contaba desde sus talentos hasta sus mayores defectos. Hablaron sobre que Vinx sintió cosas raras por Hinata desde la entrevista con Lucy Moon. Su madre rio con ganas de esa anécdota pues recordaba cuando vio a su hijo siendo seducido con aquel sensual baile. La vez que Vinx ayudó a Hinata con lo de la muerte de su abuela, los problemas con tener la relación a escondidas y todo lo que volvía feliz a Vinx en torno a su novio. Alicia estaba más que satisfecha con la elección del baterista. Definitivamente necesita ese cambio de aires.

Henri volvió cerca de una hora después para avisar de que ya había comprado los boletos del cine. Así que los dos mejores amigos llevaron a su madre al cine y le consintieron en todo lo que a la mujer le atraía. Así que al final del día, Alicia tenía en manos varias bolsas con varios regalos que sus hijo le hicieron con cariño. No podía evitar sentirse avergonzada por todos los caprichos concedidos; más eso no quitaba el hecho de estar tan agradecida por tener a tan maravillosos hombres con ella. Esta vez anduvieron en el auto de Henri, porque el de Vinx estaría hasta mañana listo. Llevaron de regreso a Alicia al hogar que vio crecer a los dos amigos y Vinx se quedó mirando la enorme casa junto a donde vive Alicia ahora solitariamente.

El baterista cerró los puños con fuerza y no despegó de allí la mirada. Las luces estaban encendidas y los carros estacionados frente a la elegante entrada de donde se supone fue su hogar –cuando el verdadero era una casa mucho más pequeña y conectada a la suya por un pasillo pegado a dos ventanas–. Entonces la puerta se abrió. De ella salió una imponente y grácil mujer de ya avanzada edad: piernas largas, cabello bien restirado y peinado, y sus tacones resuenan en la mente del baterista.

Allí está su madre biológica.

Henri estaba dentro de la casa de su madre arreglando algo con ella, así que no sabría de aquel encuentro.

Vinx miró y su mirada se conectó con la de la mujer. Ésta nunca cambió su gesto en ningún momento..., hasta que unos segundos después dejó escapar un gemido de molestia y algo de asco para tirar el cigarrillo que estaba a punto de fumar y meterse de nuevo a la casa.

El chico miró al piso. No estaba sorprendido. Sus padres le amenazaron con no querer volver a verlo en sus vidas. Él era la deshonra para esa familia. El que debió seguir los pasos de su padre y convertirse en pastor de una iglesia cristiana, hizo todo lo contrario.

La puerta de esa elegante casa se volvió a abrir y de ella salió nuevamente la mujer pero a su lado estaba un hombre alto de bigote y gesto duro. El padre de Andrew.

—Creo que te pedimos no volver a verte —dijo el hombre.

—No vine por ustedes, no se alarmen. Buenas noches.

Henri venía saliendo y vio aquel bizarro encuentro, por lo que se arrimó a su amigo y con un gesto le pidió que le siguiera. Había que irse de allí. Andrew, por querer nuevamente retar a sus progenitores, tomó la mano de su amigo para entrelazarlas y verlos a los ojos. Su madre soltó un gesto de claro asco y molestia mientras que su padre se metió a su casa y decidió abstenerse de decir cualquier improperio.

Sin nada más, Andrew se retiró de allí. Dio media vuelta y regresaron a los estudios.

~*~

Cuando llegaron a su estudio, Vinx seguía callado y dolido. Claro que le hacía sentir mal el hecho de que sus padres no lo quieran ni ver en pintura. Jamás olvidaría aquello. Pero, por ahora, quería perderse en una neblina para turbar esos recuerdos. Se tomó varias cervezas y fumó dos porros para sentirse mejor. Henri lo veía con gesto dolido. El vocalista no podía creer lo crueles que son esas dos personas que se suponen son los padres de Andrew; pero hablar de los hermanos de éste era mucho peor. Henri decidió dejar en paz a su mejor amigo y se retiró del lugar en silencio.

Vinx seguía pensando y su cabeza le daba vueltas. Quería ver a Hinata. Y como si lo hubiera invocado, el DJ se abrió paso al estudio y se alarmó al ver a su novio tan decaído. ¿Qué había pasado?

Se sentó en Laura y dejó que el baterista reposara su cabeza sobre su regazo como un niño asustado y abandonado que quiere un poco de consuelo, metáfora no muy lejos de la realidad. El DJ comenzó a acariciar los cabellos del baterista y a llenarle de mimos.

—¿Qué sucedió? —Preguntó en un dulce susurro.

—Odio a mis padres, eso es lo que sucede.

CONTINUARÁ
#$%#$%#$%#$%#$%#$%#$%#$%
Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

#MirakuOlvidóEditarElCap

#AliciaParaPersonajesLegendarios

#YaSeArmó

--->extra: #AndrewJNewman

#HinataBebé 

(eso útlimo sé que lo desea ¬w¬, si se los dije yo)

"El mundo de Miraku" es patrocinado por las moendas que Miraku se encontró en la calle cuando iba de regreso a casa:

MIRAKU: Ya saben que Charlie, el siempre buen amigo Charlie, nos acompaña en estas transmisiones porque es al que mejor confianza le tengo después de mi almohada de emoji que tengo desde hace unos años. ¡Hola, roqueros!

CHARLIE: ¿Hasta cuándo será esto?

MIRAKU: Hasta que el fic se acabe, y para eso: falta bastante. Le atino como a diez capítulos más.

CHARLIE: Un día más, es un día menos contigo...

MIRAKU: Grosero *hace puchero* ¡Hola, roqueros! ¿Qué les pareció? La mamá de Vinx y Henri hizo aparición y ya puso en su lugar a esos dos tarados, eh~

CHARLIE: ¿Algo más para agregar?

MIRAKU: ¡YA SON 100 REWS! GRACIAAAAAAAAS. Andos muy feliz, hay que alcanzar más rews, no tengo una meta pero debemos llegar lejos, ¿no? Así que, primero dos curiosidades, agradecimientos y esas weas:

  • Henri iba a ser rubio igual que Vinx o más pálido pero no me agradó esa imagen mental.
  • ¿Se dieron cuenta de que los capítulos de los gemelos siempre son canciones de Skillet y del mismo álbum?

MIRAKU: Eso es todo (es difícil escoger curiosidades que no den spoilers importantes sobre la historia). Ahora, Charlie~, los agradecimientos:

CHARLIE: Gracias por sus comentarios, también los queremos mucho y esperamos seguir en contacto porque aún hay mucho de historia para su deleite.

MIRAKU: NO te enojes, el siguiente capítulo es de Spnecer y ese sí que es crucial para la historia. 

CHARLIE: *Con un muy ligero rubor* me voy de aquí, chao *se va*

MIRAKU: No sé si pueda actualizar la próxima semana porque tengo unos proyectos que debo ir a grabar fuera de mi ciudad y está pesado, si sí puedo pues ya la hicimos, si no, en cuanto pueda me repongo. Espero con ansias sus rews y nos vemos.

Los Quere Musho, Miraku, SAYO~


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