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Y ante todo, ¿por qué él? por Miraku

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Notas del capitulo:

CANCIÓN: Hechizos, pócimas y brujería -Mägo de Oz

(La canción viene con todo my love y disculpas, y es la mejor para este capítulo)

...

Sí, sí sigo viva.

La verdad ni ganas da de bromear con esta terrible falta que he cometido contra ustedes al dejar abaondonado todo este proyecto. Y, de hecho, es gracias a este fic. que sigo con vida y con ganas de salir adelante.

No soy alguien que le gusta andar ventilando sus problemas y vida personal de esta manera, pero es por esto que no pude actualizar y me perdí del mundo: como si hubiera muerto.

Si gustas leer, adelante, si no, de una vez aviso que este capítulo contiene smut: escenas de relaciones sexuales explícitas <3

Para los que quieran saber sobre mi desaparición es por lo siguiente: Iba a actualizar como se debía el día justo de mi cumpleaños (28 de julio), sin embargo, sufrí un abandono muy fuerte ese mismo día que me dejó bastante apagado y, ¿por qué no decirlo?, triste. Me entró una depreseión que no me podía quitar, la escuela se me juntó y dejé de escribir, técnicamente. A parte de ello, me estuve mudando unas seis veces y era a lugares lejos de mi familia, no estaba en buenas condiciones para escribir.

Con respecto a lo anterior, es que tengo la firme creencia de que no hay que ventilar tus problemas en lo que escribes, puede afectar el hilo de tu historia, así que me costó reponerme. Y para acabar, me enfermé terriblememte, casi cinco semanas y de ésas, tres estuve sin poder salir de la cama debido a la migraña y la fiebre.

Por fin vuelvo pero no aseguro actualizaciones constantes, más ahré un sacrificio, la historia ya está por acabar y eso sí, no pienso dejar esto rezagado PARA NADA.

Más detalles en su programa favorito "El Mundo de Miraku".

Sin más, a leer:

Alexis se sorprendió por lo impulsivo que actuó Henri. Sabía, y de sobra, que su pececito dorado no estaba en sus mejores cabales. Sabía que estaban entrando en un terreno peligroso del que no querían ser parte, estaban tentando a la suerte y dejar que esta dictamine su futuro. Sin embargo, su debilidad es el pecado en carne y hueso que representa Henri. Si él quiere algo, Alexis podría ser su esclavo.

Sin poder evitarlo, como debería, correspondió al beso con ímpetu y voracidad. Movió a la par sus hábiles labios de acuerdo a la danza que tomó la delantera. Sin tener las ganas de acabar con aquella profunda fusión, siguió y guió a Henri en un encuentro tan apetitoso como pecaminoso. Que, sin dudas, fue aceptado.

Alexis fue tentando sus alrededores para llevar a Henri hasta la habitación del chico, sin poder dejar de besar, chupar, lamer y morder esos carnosos y adictivos labios. Se besaban con tal ferocidad y hambre que rápidamente fueron hinchándose y sus salivas se escapaban de sus bocas. El cantante pegó su cuerpo indecentemente al del contrario, logrando que sus pelvis se rozaran por sobre las incómodas prendas; con ello, dio comienzo a una sensual y tangible fricción de sus anatomías por la búsqueda de máximo placer.

En respuesta, el manager apretó con furia el carnoso y voluminoso trasero del menor, al sentir cómo éste le mordía el labio inferior y pasaba su lengua, lamiendo la saliva restante de la zona. Con confianza, Henri se colgó al contrario, pasando sus piernas alrededor de la cintura y siguiendo sus envistes para mejor y mayor estimulación. Jadeaba y se derretía con los roces y apretones que Alexis le proporcionaba.

El apartamento de Henri es muy pequeño y mucho más modesto que cualquiera de los demás conocidos, y Alexis lo conoce mejor que cualquiera. No tardó en llegar al cuarto del peli oscuro y recostarlo con algo de falta de tacto en la cama. Henri le miraba con lujuria y pasión que destilaba por cualquier poro, era una imagen magnética y atrevida, a pesar de su simplismo. El manager se retiró su camisa y dejó a la vista sus músculos y cuerpo de infarto. El movimiento de éstos contrayéndose por el trabajo es algo que hipnotiza. Henri tragó grueso, se sentó provocativamente sobre sus piernas y le abrió los brazos a Alexis, en espera de ser atendido.

Alexis subió una pierna en la cama y tomó por el cuello al chico para volver a comenzar una nueva sesión de salvajes besos, donde sus lenguas se encontraban y degustaban como quisieran, inspeccionando y tratando de grabar cada sabor y sensación de las ásperas texturas que se combinaban con provecho. Alexis fue bajando al cuello del contrario y besó, mordió y succionó en lugares totalmente visibles y sensibles. En reacción, Henri jadeaba y siseaba el nombre de su amante en susurros excitantes y aires de querer más, mucho más.

Se separaron únicamente para que el vocalista se quitara su playera y volver a abrazar por el cuello al mayor, dejando más terreno expuesto, en espera de ser marcado, lamido y corrompido como tanto le gusta y necesita. Alexis se acomodó mejor en la confortable cama y tomó por las caderas al chico para acercarlo, a la para que lamía su pezón izquierdo: pasaba su lengua de arriba hacia abajo, luego en círculos para al final morderlo.

—Mmmm, A-alexis..., qui-quiero más... —gimió un excitado Henri.

El nombrado sonrió y decidió hacerle sufrir un poco: irían lentamente en esta ocasión. Quería disfrutar cada centímetro del cuerpo de su ángel y marcar cada rincón con sus dientes, rasguños y recibir el mismo tratamiento de vuelta. Sabía que Henri estaba desesperado, mejor dejarle en claro que sería bajo sus reglas el sexo en esta ocasión.

Se dirigió al ajustado pantalón que traía el vocalista de CaNniBaL, y sobó con picardía por sobre la tela el notable bulto que pronto se mojaría si seguía ahí atrapado. El jadeo que resonó en la habitación invitó a continuar. Desabrochó el cierre y botón y metió su mano para que rodeara el perímetro hasta tomar en su palma una nalga del chico, la apretara con fuerza y la separara para dar inicio a un lento y tortuoso masaje. Mientras con una mano hacía eso, sus lenguas volvían a pelearse y besarse sin pudor permitido; dándole como extra que la mano libre de Alexis se acercó a ese encuentro y metió dos dedos en la boca de Henri.

Éste se separó y se dedicó a hacerle una felación a los dedos de su manager. Entre sus dos tersas manos sostuvo la de Alexis y comenzó a dar embestidas a los dos dedos, con más y más excitación. Su saliva se resbalaba lascivamente por lo largo de ellos y con los ojos, y sus gemidos, pedía por más.

—¿No quieres chupar algo más grande? —Preguntó divertido el mayor.

Henri asintió y se levantó de la cama. Alexis se acomodó en el borde del lecho, desabrochó su pantalón y sacó su miembro. Aquel enorme pedazo palpitante y lubricado por el pre semen. Brillaba y palpitaba en una morbosa invitación para el vocalista. Henri se hincó y con una mano comenzó a masturbar para estimularlo al máximo y de sus ojos se veía las ganas de chuparle.

Juntó toda la saliva que podía en su boca y sacó su lengua para dejar caer un grueso y muy vistoso hilo. Dejó que se deslizara por toda la extensión de Alexis y pasó su áspera lengua desde el glande hasta la base; ahí comenzó a lamerle y chuparle como quiso mientras con su mano estimulaba su frenillo. Como respuesta, Alexis gimió satisfecho.

Como si de una paleta se tratara, pasaba su lengua de arriba hacia abajo y viceversa, entreteniéndose en la punta y base como gustase, juntando saliva y escupiendo y lubricando en una exquisita y amarga fusión de sus fluidos con los de su amante. Cuando por fin lo vio conveniente, y se sintió listo, comenzó a meterlo en su boca en su totalidad, cuidando el ángulo para evitarle arcadas y empezando las embestidas para ir cada vez más profundo. Degustando, su lengua recorría la verga de Alexis a gusto, cual buffet predilecto, dando movimientos circulares y aumentando la velocidad de su felación. Cuidó de evitar los dientes, los quería reservar para llevar al máximo a Alexis.

Sintió como su manager agarraba con fuerza sus cabellos y le empujaba para ir a su ritmo y tragara por completo su largo. Se dejó hacer y chupó el pene de Alexis, sintiendo cómo éste  empujaba sus caderas contra su boca. Los jadeos de Alexis y gemidos ahogados de Henri era la sinfonía que los acompañaba en esa noche. Todo el falo del mayor era chupado y atendido por la deliciosa lengua y boca del vocalista. Una mano de Henri reposaba en el perineo de la base y la otra apretaba con necesidad las sábanas de su cama. Sentía unas míseras lágrimas en sus ojos y que se entumecían sus mejillas.

Cuando Alexis sentía que pronto se vendría, se detuvo. A penas iba comenzando.

Sacó su miembro e hizo que Henri se levantara. Alexis mismo le fue quitando lo que restaba de la ropa al vocalista, mientras le lamía el vientre y repartía mordidas y chupetones por donde alcanzara. Amaba la desnudez del menor. Era de lo más exquisito. Le apretó el trasero y separó para pasar un dedo por la rosada entrada.

—¡Ahhh, Alexis..., por-por favor! —Rogó impaciente el vocalista.

El nombrado se levantó y cambió se posiciones, ahora él estaría levantado y Henri sobre la cama. Fue retirándose su ropa restante y la aventó junto a la de Henri en un rincón de la habitación. Se acercó y abrió las piernas del vocalista, mientras remojaba excitado sus labios. Era hora de comenzar con lo mejor.

—Tócate tú mismo, mientras —susurró Alexis mientras mordía el labio del chico y jalaba del mismo.

Henri tomó su miembro, rodeándolo únicamente con su mano derecha y comenzó y estimularse a sí mismo. Con astucia y como sólo a él le gusta, fue acariciándose a su propio placer bajo la penetrante mirada de su manager. Jugaba con sus testículos y con su glande, apretando donde le sacaba más corrientes eléctricas y que lo encendían por completo. Estaba decidido a comenzar a prepararse a sí mismo, hasta que una mano lo detuvo. Alexis sólo le permitiría masturbarse. Gimió en protesta, más cuando vio al mayor lamer sus propios dedos comenzó a aumentar la velocidad de sus caricias. Le encantaba la vista.

El mayor se encimó a horcajadas a Henri y acercó sus dedos a la entrada de éste. Sin permiso ni cuidado, metió el primero, recibiendo un gemido extasiado del contrario. Comenzó a moverlo a la par que sus ojos estaban conectados a los del vocalista. Podía apreciar esos orbes azules con toques ámbar brillar en placer, sus mejillas encendidas, sus gemidos y susurros que pronunciaban su nombre con necesidad, y la ligera capa de sudor era un deleite que solamente se comería Alexis de ahora en siempre. La mejor y más jugosa carne estaba servida para él, y comería de ella por completo. Sin dejar sobra alguna.

Metió otros dos dedos sin más y siguió ambientando esa apretada entrada de tal manera que ambos pudieran sentir el punto máximo de placer. Henri movía sus caderas buscando un contacto más profundo y gimiendo por más. Necesitaba más que simplemente tres dedos dentro suyo, quería a Alexis completo.

—Por favor... —no se hizo de rogar Henri—, ahhh, Alexis..., mé-métemela ya...

—Tus deseos son mis órdenes, mi pececito dorado —jadeó excitado.

Alexis sacó sus dedos, recibiendo un gemido de protesta, y fue al cajón del lado izquierdo de la cama. Ya conocía el lugar y sabía dónde estaban los juguetes y preservativos. Sacó uno y se lo fue poniendo mientras apreciaba cómo Henri levantaba las piernas y pasaba sus brazos por debajo de sus muslos, esperando por ser penetrado. Podía ver aquella palpitante entrada que le provocó un revoltijo de placer.

Se subió al lecho, acomodó su pene con el preservativo ya puesto, y lo penetró hasta el fondo. Henri gimió con una combinación de placer y dolor, toda su parte baja ardió y sintió cómo los estímulos iban de un lado a otro. Tembló y apretó su mandíbula. Trató de aguantar la incómoda sensación y buscó como pudo el placer de la intromisión. Respiró y aguardó a que el dolor pasara, agradeció que Alexis esperara a que se acostumbrara y cuando comenzó a besarle nuevamente.

Pasaron unos instantes, los suficientes para acostumbrarse, y movió sus caderas, pidiendo que Alexis que se moviera. Invitación recibida fuerte y clara, comenzó a moverse justo como a quien tiene abajo le gusta. Sus embestidas llegaron hasta el fondo y la velocidad fue aumentando conforme Henri lo pedía.

Hasta que dio en su punto dulce.

—¡Ahhh, sí, sí, fóllame ahí! —Gimió con fuerza el vocalista.

Henri pasó sus brazos alrededor del cuello de Alexis y se aferró a él con fuerza, gimiendo en su oído y disfrutando de cada sensación. Sentía cómo ese miembro penetraba hasta lo más profundo de su ser y golpeaba con fuerza y astucia ese punto donde más loco se volvía. Gemía con más fuerza con cada embiste que recibía, podía sentir el escroto de Alexis golpeando su trasero, indicando que llegaba hasta lo profundo de él.

—¡Más, más fuerte, Alexis, fóllame más! —Pedía Henri.

Alexis sintió ya insuficiente esa posición, así que salió, volteó a Henri –para ponerlo en cuatro– y nuevamente penetrarle hasta el fondo. Dando comienzo a retomar su ritmo, golpeando donde su amante le pedía...

Siguieron de esa manera, cambiando de posiciones, hasta llegar donde Henri montaba a Alexis. El chico saltaba sobre el pene de Alexis, al mismo instante en que éste le tomaba por las caderas para ayudarle con su vaivén.

—¡Así, fóllate, bebé! —Jadeaba excitado el manager.

Con todas las sensaciones y los morbosos comentarios, Henri eyaculó, apretando fuertemente sus paredes, gritando el nombre de Alexis y sintiéndose rendido. Lo estrecho de esa cavidad llevó a su límite al manager y también se vino. Rasguñó las caderas del chico y sintió una deliciosa sensación de liberación. Había sido fabuloso.

Se miraron a los ojos y Henri le besó con cariño.

~*~

Pasaron unos cuantos minutos y ambos seguían sin poder dormirse. Alexis tenía abrazado, con sólo su brazo izquierdo, a Henri, mientras éste reposaba suavemente en su pecho. El menor jugaba con el ligero vello del fuerte pecho de su amante; quien, por su parte, veía al techo pensando en todo lo ocurrido. Ahora que lo apreciaba, no tenía idea de por qué Henri estaba en ese estado. Simplemente se había encontrado a Andrew en el pasillo y el baterista le imploró que fuera a cuidar de su mejor amigo. Parecía apurado e incómodo con la petición.

Alexis obedeció más por curiosidad que porque haya sido Vinx quien se lo pidió. Cuando entró al estudio simplemente encontró a Henri completamente dormido en Laura; parecía enfermo e intuyó que esa era la razón de todo esto. Más no era tonto, cuando vio el actuar del vocalista una vez despierto, supuso que algo le estaba afectando en muy mala medida.

Era mejor preguntarle a quedarse con la duda.

—¿Ya me dirás por qué actúas así, Henri? —Pidió saber sin despegar su vista del techo.

El nombrado tembló, hacía mucho que Alexis le llamaba por su nombre con tan agradable tono y petición tan correcta que..., que simplemente no pudo evitar sonreír. Había anhelado tanto por instantes donde podría estar así, recostado y disfrutando del pos-coito junto a este hombre en específico. Hacía mucho que no lo hacía, que no se mantenía junto a un hombre así, que le mimara con cariño y no lujuria, que se preocupara por él y que le dé la suficiente confianza como para poder compartir todo aquello que le acongoja.

Y entendía estos instantes. Se había llevado a Alexis más no le dio una razón dé. Él también querría saber si estuviera en la inversa. Y, en verdad, ya no le veía el caso esconder todo lo que ha descubierto y cómo se siente sobre ello. Era lo mejor a guardarse tales dolores. En especial si uno de ellos fue provocado por su mejor amigo; quiere disculparlo, vaya que sí, más primero debe filtrar y reconocer las acciones de Andrew. Sabía que él no lo hizo con malas intenciones, y, bueno, se suponía que es homofóbico ¿cómo podría llegar así, de la nada, a declarar que ahora tiene una relación con otro hombre? Sería para llamarle hipócrita moral. Más Henri no lo quiere ver así. No tiene por qué hacerlo.

—Tú sabes muchas cosas, Alexis —dijo mientras se abrazaba para buscar mayor calor en el cuerpo del mayor—, así que no creo que me vaya a sorprender que supieras que Andrew tiene una relación con Hinata.

«Así que es eso... —pensó Alexis—. Bueno, tarde o temprano se terminaría dando cuenta.»

—Sí, sí sabía de ella —suspiró pesadamente—. No me lo dijeron ellos, fue, en realidad, una casualidad haberlos encontrado en varias ocasiones muy acaramelados. Y, cuando Hinata se iba a retirar sin razón, me lo confirmó con su temor.

Obviamente omitiría a arte de que le robó un beso al DJ, Henri no está en la mejor condición para juegos o chistes. El notable temblor de las manos de su ángel se lo hizo comprender claramente. Así que con la mano que tenía tras la nuca acarició la que Henri tenía reposando sobre su pecho. Las entrelazaron.

—Muchos lo sabían, menos yo... —bajó el volumen de su voz, como si alguien más pudiera oírles—. Mi mejor amigo me mintió y me escondió algo tan importante, reaccioné mal y casi me agarré a golpes con Hinata.

—¿Por qué?

Henri sonrió dolido: —Por Andrew. Pensó que estaba celoso de que me lo ganó y no era así. Estaba decepcionado, me sentí traicionado: mi mejor amigo me escondió de que había encontrado, por fin, el amor. Sabe que a mí, más que a nadie, me daría igual quien fuera, sólo con que ambos estuviera felices y demostrara que..., que cuidaría de Andrew con su vida. Es mi mejor amigo, mi hermano del alma y lo que más quiero es que él ya no sufra...

Alexis sintió su respiración agitarse. Henri no ama a Andrew en el sentido que parecía ser. Había sido un completo imbécil, él también creyó que Henri tiene esa fijación sentimental por su mejor amigo, y no es así. Tal vez y, nunca fue así.

—Por eso me enojé con él —continuó el vocalista—, porque me escondió algo así. Y quiero entender sus razones, ahora está pasando por cosas complicadas con Alexandra, pero eso le pasa porque fue un tarado. Quiero ayudarle, aunque...

—Aunque aún te sientes enojado con él, ¿no es así?

Henri asintió al punto de Alexis. Es difícil perdonar, pero sabe que lo que más necesita Andrew es el apoyo de sus personas cercanas y un perdón. Su mejor amigo no es alguien meramente fuerte; siempre fingió serlo, pero Henri, mejor que cualquiera –incluso que Hinata, por más que cueste–, sabe que Andrew ha estado asustado toda su vida. Fue una marioneta para su familia y a él le recayó toda exigencia, golpe, apodo, regaño, castigo y exclusión que fueron capaces de proporcionarles. Henri fue quien estuvo presente en cada momento de dolor y frustración de parte de su hermano del alma. Le ha tocado abrazarle, apoyarle, consolarle cada que alguien le hacía daño. Andrew siempre fue frágil en ese sentido, es tan sencillo volverlo en marioneta para uso personal, es tan fácil manipularlo por el mismo hecho: tiene miedo a seguir siendo rechazado.

Todo este tiempo, quien se sentía fuera de lugar y maltratado era Andrew, quien buscaba y buscaba por ser aceptado, por ser recibido e incluido como alguien digno, como el ser humano que es: con todo y sus miles de defectos. Simplemente quería eso y Henri siempre lo vio. Nunca hubo instante donde Andrew externara esa necesidad tan muda. En cada acción, en cada mirada, en cada canción escrita por él, Henri apreció que su mejor amigo nunca se ha sentido cómodo consigo mismo. Toda su vida deseó ser simplemente él: ser Andrew y ya.

—Sí, creo que sólo necesito que se baje el coraje —dictaminó Henri—. Pero..., no es sólo por eso que me sentí mal... Tenías razón, Alexis, siempre tuviste razón: fui un imbécil de mierda.

Antes, Alexis se hubiera pavoneado sobre la confesión de Henri. Por supuesto que él siempre tiene razón: sin embargo, era obvio que Henri necesita compasión y no la vanidad de alguien que tenía razón. Respiró hondo y miró hacia el vocalista: éste desviaba la mirada a un punto muerto de la habitación, gracias a las luces de la ciudad y la luna, podía apreciar cada facción de ese angelical rostro. Sus hinchados labios, sus cabellos alborotados por todas partes y su bella nariz respingona y partida, tan perfecta y linda... Alexis decidió esperar a que continuara y escuchar lo que sea que tenga que decirle y como tenga que hacerlo.

—¿Por qué ahora tuve razón? —Eso, un poco de modestia y curiosidad haría que Henri fuera completamente sincero con él.

—Sobre McGiffen... —su cuerpo entero tembló al mencionar el apellido de ese hombre—. ¿Sabías que tiene novia, y que esa novia es Lindsey?

Alexis frunció el ceño, ¿quién, en su sano juicio y sin ofender, querría a la roca de esa mujer? No se ve agradable como pareja. ¿Cómo es posible?, ¿qué tan bajo cayó McGiffen para reemplazar a Henri por esa mujer?

—Vaya que lo escondió muy bien ese detalle —susurró con comprensión el vocalista—. Pes sí, Robert es pareja de Lindsey..., en realidad, yo fui un amante por capricho de ese hombre. Está comprometido con Lindsey y, de hecho, ya tenían siete años de relación. Mucho antes de que yo lo conociera, él ya tenía pareja. No sé qué hice para que me ocurriera esto, para que fuera un simple objeto, para valer tan poco para la gente... Me usó como su juguete y yo juraba que él sería el indicado para mí... para poder..., para poder..., ahhh para poder olvidarte. Quería hacer las cosas bien, y sólo fui un capricho por un hombre que ya está por casarse. Soy tan patético...

Alexis sintió su sangre hervir. Una cosa es su clara obsesión a Henri, pero, aún con ello, sí le ha dado cierto espacio y respeto hasta donde conviene. No lo utilizó por capricho pasajero y no es un amante al que le escondió tanta información de tal valor. Henri es débil ante eso, odia la infidelidad. Siempre le ha sido un tema cruel para él y, ahora, Robert McGiffen  le metió como el amante, como el rompe relaciones, como el malo de la historia.

Escuchó unos tenues sollozos y sintió cómo le abrazaba con fuerzas temblorosas, no hay que ser genios: Henri sigue destrozado. A pesar de su dudoso historial moral, el chico de bellos ojos azules con toques ámbar nunca ha deseado el mal a nadie; nunca fue alguien con malas intenciones para con nadie, ni con sus enemigos. Es, más bien, alguien que quiere evitar a toda costa cualquier malentendido.

Volteó y se encontró con una imagen deprimente. Henri quería callar a toda costa sus llantos, tratando de que fueran de lo más silencioso posible, temblaba con temor y espasmos en reacción a querer tragarse su dolor. Apretaba sus puños y labios con la misma intensidad de dejarlos blancos. Las lágrimas no tardaron en hacerle compañía.

Y sólo así, Alexis aprendió la lección.

Jugar con alguien duele tanto como dejarse ser utilizado. No tenía idea de lo mucho que Henri resentiría saber que fue utilizado como amante cuando le juraron amor eterno, cuando le dijeron en bellas mentiras lo especial que es, cuando le hicieron llegar tan alto para caer tan profundo. No fue alguien digno a respetar: dejó sin cuidado al vocalista por culpa de sus celos. No le dio el espacio ni la atención requerida, lo utilizó igualmente. Y, por el contrario, Henri siguió a su lado a pesar del dolor causado porque le quiere. No es como si haya pasado por alto que Henri confesó que quería olvidarlo, porque le quiere.

Entre sus brazos encontró ese dolor, ese miedo, esa frustración que transmitía un pequeño cuerpo. Hasta ahora él podía devolver el favor, cuidando y protegiendo a quien más lastimó. Si fuera uno justo, Alexis no merece tenerle. Y si Henri veía que así debía, ya no le queda de otra más que aceptar la cruel realidad. Se alejó de él cuando creía que se estaba acercando; cuando parecía que todo lo hacía era de ayuda, y lo que hacía era matar lentamente a Henri. Su enfermizo enamoramiento hacia el vocalista siempre tuvo una mala dirección.

Era una torcida y vomitiva relación la que ambos tienen.

—Dime que a mí me podrás disculpar. —Pidió un asustado Alexis.

Su respiración se volvió errática, sus músculos se tensaron y la vista se nubló levemente. Aunque doliera, aunque no lo quiera: debe saber si aún tenía esperanza de recuperar lo que una vez tuvo, una vez perdió y una vez más quería. Quería remediarse y estar absuelto de toda culpa que ahora carcome cada milímetro de su ser debido a su actuar. Nunca se detuvo a comprender que esa dificultad para despertarse y para dormir cada día es la pena y culpa por no saber cuidar de un amor.

Por respuesta, Henri dejó que se escucharan sus gemidos llorosos. El volumen de su pena subió y todo lo que se escuchaba era la tristeza que purgaba un alma rota. El vocalista tenía la cabeza mareada y un tornado de sentimientos. Nunca se esperó ver ese lado tan dócil de parte de Alexis, uno donde se volvía humano y reconocía que ambos estuvieron incorrectamente parados en ese campo minado que es su “relación”.

Tuvo un “contrato” con Alexis para tener sesiones de sexo cuando fue joven.

Quiso cerrar ese trato debido a la presión y miedo que le causó.

Sin embargo, Henri estaba perdida y locamente enamorado de Alexis, su manager.

Mala idea eso pero es inevitable mandarle al gusto y la pasión.

Intentó alejarse de él para poder encontrar el consuelo que quiere. Quería que alguien más le ame para poderle amar y dejar atrás su amor no correspondido.

Conoció a McGiffen y creyó hallar la persona que borre los tachones de su corazón y volver a empezar.

Resultó una relación sexual y física que no salía de cuatro paredes y que nadie debía conocer bajo ninguna circunstancia.

Nuevamente Henri estaba bajo reglas y controlado por su inseguridad ante querer que Robert le hiciera cambiar de opinión.

Alexis decidió volver a hacer el trato sin previo aviso y Henri no tuvo de otra que meterse en más problemas.

Lo que no contemplaba es que su manager hizo aquello porque estaba celoso y temeroso de que le abandone por completo el hombre del cual está enamorado.

Engañaba a McGiffen pero la culpa siempre le embriagaba.

Cuando quiso escoger a Robert como su única opción y ver la manera definitiva de irse lejos de Alexis, su “novio” resulta ser un hombre comprometido y él ser un amante de capricho y medio.

Todo este tiempo le mintió con la frase “Te amo”.

Alexis ha cambiado su actitud fría y cortante por un hombre suave y desesperado por sus brazos. Quería que le disculpara.

A pesar de que lo ame, también le tiene un enorme miedo inconmensurable. Todo lo que le ha hecho fue afectando su seguridad y su confianza al grado en que Henri se volvió indeciso y con poca fe de que encontrará lo que más anhela: ser amado y amar.

—No lo sé... —lloró Henri—. ¡Te amo mucho, por más que me duela hacerlo, Alexis! Pero no creo que pueda perdonarte cada cosa que me has hecho. Siento que... esta es la última noche donde podré estar así, acostado y abrazado a ti. Porque no sé qué me harás el día de mañana en futuro. Yo no sé qué pasa por tu cabeza cuando se trata de mí. Por ahora, sólo quiero que me cuides y me des ese tiempo que siempre soñé tener: que te quedes a mi lado en cuerpo y alma. Siempre que teníamos sexo, al final te ibas y me dejabas donde sea que lo hubiéramos hecho. Cuando quedábamos en el mismo lugar te dabas la vuelta y no me hablabas más que para hacerme sentir inútil. Quiero, por eso, que esta noche sea la primera donde sienta que me quieres como yo te quiero, sin tus comportamientos posesivos, sin mi miedo. Sólo contigo, pues tengo miedo..., ya no creo que pueda levantarme de una decepción más.

Y volvió a oír sollozos, en verdad que Henri no podía dejar de purgar todos sus sentimientos. Se sentía mal por no querer soltar a Alexis, lo único que deseaba en esos instantes era  que alguien le abrazara y diera el confort que siempre buscó; uno más allá del fraternal, uno más allá de los simples acostones de una noche.  Henri es un dependiente enamoradizo y sabe que sus inseguridades lo han declinado hasta ese punto sin retorno el cual le estaba demostrando cuán mal ha actuado. Llegó hasta  el menester de romperse por completo para entender que ha sido una persona mal guida porque escogió al miedo como acompañante, en verdad. ¿Dónde está el camino correcto?, ¿es ése con Alexis?, ¿acaso él sería capaz de intentar reconstruir al pobre vocalista?...

—Te daré el tiempo que necesites estar alejado de mí —dijo un deprimido Alexis—. Yo moriré sin ti..., eres a quien más amo en mi vida y no sé hacerlo. No sé cómo amar..., el monstruo siempre he sido yo, ¿no es así? Te dejaré ir, no te tocaré ni te alentaré a nada que tú no quieras hasta que decidas si me quieres perdonar o no. Sólo, déjame esta noche tenerte conmigo como tanto deseas, déjame cuidarte...

—Dudo que pueda perdonarte... —susurró para sí mismo—. No quiero una decepción más, en serio que ya no... No te perdono, Alexis.

Aquello dolió más que cualquier golpe que uno pueda imaginar. Saber que la persona que amas también te ama pero es incapaz de recobrar la confianza que tú arrebataste debido a tus celos, es algo que, para los ajenos, tiene sentido, pero para los involucrados es como si ya no hubiera vuelta atrás. Había perdido a Henri sin poder conocer lo que amar con quien ama. ¿Complicado de entender? No lo pongamos en duda, saber que: quieres lo mejor para esa persona pero que eres tú mismo quien la lastima es algo que nadie podría considerar como amor verdadero.

Aun así, lo es. Alexis no tiene duda de que esa sensación ardiente y tan electrizante que sólo siente cuando se trata de Henri es amor. Es un corrosivo amor que no sabe manejar. El que tiene más miedo aquí es Alexis. Ya se lo dijo, no puede vivir sin Henri y éste no lo perdona. Lo ha roto, quien desquebrajó a ese bello chico fue él ¡el culpable es él y aun así busca el perdón! Pues tendrá que cumplir la condena si quiere recuperarlo.

Alexis asintió, tampoco es como si pudiera esperar que Henri absolviera sus errores nada más porque le ama. Había que recuperar la confianza del chico, quitarle el miedo y la inseguridad. Y dudaba que se pueda hacer, el vocalista de CaNniBaL está completamente adolorido y, por ahora y sin tiempo definido, quiere dejar e intentar y reposar. Es sería hasta que crea que sea buena idea volverse a arriesgar.

Había que entenderlo, Henri está aterrado de que le vuelva a suceder. Nunca ha podido curarse, fue una caída tras otra sin tiempo fuera. Por ahora, quería dormir, en los brazos de quien dejará ir a la llegada del amanecer. Esperaba que fuera lo mejor. Ya se despidió de Alexis, y quería pensarlo.

—Pero espero poder hacerlo en un futuro. ¿Esperarías por mí, Alexis?

Esas fueron las suficientes palabras de aliento para el manager que tenía el rostro empapado en lágrimas.

—¿Ya te lo dije, no? Hasta el fin del mundo lo haré. Te esperaré y te ganaré como se debe, mi ángel.

Nunca un sobrenombre de Alexis le sonó tan alentador como ahora lo hizo. Henri sonrió y se dejó dormir junto al desnudo cuerpo de su manager.

~*~

Cuando despegó sus ojos y estiró su cuerpo descubrió que Alexis cumplió con el mudo acuerdo: se había ido. Checó la hora y vio que ya eran pasadas las cuatro de la tarde, quién sabe cuándo Alexis se retiró; pero lo agradecía. Si lo veía en esos instantes hubiera roto a llorar y a pedir que le deje en paz. Quiere darse un tiempo de todos estos temas y mejor ayudar a Andrew con los suyos. Ya el futuro dirá si Alexis es con quien deba reencontrarse o debe alejarse.

Por ahora, se daría una ducha y comería algo, tenía mucha hambre.

CONTINUARÁ
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Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

#HenriDivadelaNoche

#AlexisSentimentalista

#SmutparaCompensar

#MirakuRevivió

El programa de "El Mundo de Miraku" es patrocinado por el sin fín de medicamentos que Miraku tuvo que tomar para sobrevivir:

MIRAKU: Seeeeh, vieran que con lo que tuve que gastar de medicamentos podría alimentar a una familia de diez por bastante tiempo :0 Si o leíste la dramática cartita de arriba y quieres el resumen con algo de comedia, aquí va: Me desaparecí por un tiempo más largo que el pene de Charlie. Charlie, saluda.

CHARLIE: No te mereces el perdón de nadie, y lo sabes.

MIRAKU: Qué suave, como siempre

CHARLIE: ¿Quieres dejar de hacer chistes tan malos de mi pene?

MIRAKU: NO. Pero creo que ya voy saliendo adelante, la escuela me tragó viva y el servicio social no apoyó en nada. Además de que cuando salí de vacaciones, para variar, iba a ponerme al corriente y me enfermé bien feo, más feo que-

CHARLIE: NI LO INTENTES *Con la vena marcada en la cien*

MIRAKU: Más feo que Spencer no te ame, Charlie *hace pose de que se la aplicó, ve que no fue buena idea y sale corriendo del estudio con la cámara en mano* Mis roqueros, hoy habrá doble actualización y espero la próxima semana ponerme al corriente. Ya falta cinco capítulos para acabar.

¡Sí se puede! Y no hay curiosidades porque ya no me alcanzan para los siguientes capítulos, sorry.

Espero que, si alguien aún lee esta basura, me quiera dejar un review porque son siempre muy BIEN recibidos. 

Los Quere Musho, Miraku, SAYO~


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