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Y ante todo, ¿por qué él? por Miraku

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Notas del capitulo:

...

Qué fea yo, debí actualizar hace una semana y no lo hice.

De exscusa tengo que fue mi cumpleaños y quise celebrar (nadie de mi familia se acordó hasta dos días después D':)

Ya para dejar de molestarlos, aquí el nuevo capítulo, perdonen si hay una incoherencia pero no lo pude terminar de editar como se debe porque tengo el tiempo encima y no podía dejarlos sin su cap.

Sin más, a leer:

Después de ese trabajo en equipo tan inesperado por parte de esos dos músicos, la situación realmente cambió. Enserio, Andrew y Hinata rebajaron notablemente a sus constantes peleas y se llevaban más seguido. Claro que, Andrew adoraba no tener a Hinata cerca; siempre se los recordaba a sus compañeros de banda. Si estaba escuchando a Tony y Luther practicar, Andrew los felicitaría y les daría una observación que siempre ayuda a los gemelos, pero al final les recordaba su felicidad de no tener cerca a Hinata. Si estaba en esos momentos de reflexión con el callado de Charlie, una vez que se sucumbía el incienso que el bajista acostumbraba poner, Andrew decía sobre su alegría de estar así, en paz, sin Hinata cerca. Si estaba hablando con Henri, ya sea fumando un poco o acostados sobre la adoraba Laura de Vinx, el baterista al final soltaba en un suspiro de felicidad expresando que amaba estar sin Hinata a la redonda.
            De plano, Andrew seguía sin tolerar al DJ.
            Y viceversa. Hinata trabajaba felizmente sin escuchar los gritos y quejas estruendosas de Vinx. Así disfrutaba su rutina. Llegar, pedir un café negro con mucha azúcar y subir a su propio estudio para seguir con el trabajo. Ya cuando necesitaba un apoyo de oídos o edición, para eso estaba su pequeño equipo. Esos chicos sólo iban a las oficinas los lunes y viernes. Suficientes días para el DJ ya que ellos eran bastante eficientes. Y, volviendo a lo principal, disfrutaba no tener que escuchar los reclamos e insultos de Vinx. Así era mejor, porque le dolían. Así es, a Hinata le molestaba y muy en el fondo de su corazón se sentía dolido por las cosas que Vinx le decía cuando se reñían. Le dolían mucho más por el simple hecho de que se trataba del baterista de CaNniBaL. Hinata no podía negarlo. Vinx se le hacía muy apuesto a pesar de toda su larga lista de defectos.
            Cansado de sus pensamientos, Hinata decidió pausar sólo un momento. De todas formas, ya estaban en planeación otras dos canciones y ya en un rato debían ir los integrantes de esa descontrolada banda de rock a la cabina de grabación. Según Vinx, era algo inhumano no grabar en conjunto si es una banda. A Hinata no le molestó y dejó que el baterista arreglara aquello para cuando tocara grabar. Por su lado, lo que al DJ le tocaba hacer ya estaba listo para ser renderizado y editado junto con lo que entregue CaNniBaL. Un pequeño respiro en el jardín trasero no sonaba mal. Cuando iba caminando con esa dirección, se quedó hecho piedra ante la imagen delante de él.
            Suri Spoon es la actual escritora con una enorme legión de seguidores de su trabajo. Sus novelas retomaron la temática de la fantasía y creó nuevos conceptos a ese subgénero literario. Su historia te lograba cautivar desde el inicio, su dominio de las palabras era alucinante, sus personajes son claras imágenes de críticas sociales necesarias en la actualidad para la reflexión, y sus argumentos tenían aquel trasfondo que ya hace tiempo no se apreciaba en un verdadero Best seller. Además, Suri amaba su vocación, el escribir ha sido como respirar para ella. Y al saber que la fama que ella ganó a pulso surtió efectos al grado de ganarse una película por cada tomo, la llenaba de dicha. Cuando se enteró de que Ony Music Re:cords logró que el DJ Hinata y CaNniBaL estuvieran dispuestos a trabajar en la creación de su banda sonora, se sintió como una niña en plena mañana de navidad: con fabulosos regalos. Y ahora, no quería desperdiciar su oportunidad de tener contacto con su amor platónico desde que CaNniBaL se lanzó a la fama: Vinx.
            La mujer de aspecto universitario interceptó al baterista justo después de que éste salía de los sanitarios. La linda escritora ha estado espiándolo durante esas tres semanas que llevan trabajando y se dio cuenta de que su amado Vinx iba al baño siempre entre las once y doce del día. Así que cuando el apuesto rubio salió del sanitario, se encontró con una cara pecosa, con unos ojos azules tan brillosos como la sonrisa que le dedicaba Suri. Vinx se asustó un poco; pero igualmente, como el caballero que es, le sonrió a la chica y activó su modo encantador y coqueto.
            —Suri, preciosa —saludó Vinx a la escritora y causante de este embrollo—, ¿cómo estás?
            —Ahora que estoy en frente de ti, estoy más que feliz.
            —E-eso me alegra, dime, ¿sucede algo? Si es sobre la primera canción, ya debieron avisarte que-
            El pobre baterista no pudo continuar hablando porque la guapa escritora se lanzó a él y lo besó. Hay chicas fanáticas de bandas y que sueñan con besar a uno de los integrantes; bueno, Suri deseaba con toda su alma poder algún día besar los labios del fundador de su banda favorita, CaNniBaL. Pero para Vinx eso fue mucha sorpresa. Sí, no podía negarlo, la chica le atraía sexualmente, como muchas otras lo han hecho. Y una noche con ella no estaría mal, si Alexandra no estuviera en su casa debido a su trabajo como modelo pero no era así, su novia estaba disponible y con él en esos momentos (agregando de que al baterista le parecía de muy mal gusto un Motel). Además, no entendía por qué pero, de verdad que no quería acostarse con nadie en esos momentos, tal vez más tarde, pero no ahora. Y, siendo sinceros, es que esa escritora le asustaba un poco, tal vez demasiado.
            —Suri, linda —dejar de ser encantador no estaba entre sus planes para Andrew—, calma. Y dime lo que exactamente quieres.
            —Eso es obvio, soy tu mayor admiradora. Sé todo sobre ti y sé que ni a ti ni a tu novia les importa acostarse con alguien más si es cosa de una sola noche. ¿No crees que soy linda, Vinx?
            —Sí, sí que lo eres, y mucho, Suri. Pero, por ahora, no quiero enrollarme en nada y menos siendo tú la encargada del proyecto. Lo de una sola noche va muy enserio, y no quiero lastimar a una chica tan linda como tú por un acuerdo como el que tengo con mi novia...
            A veces, esa sinceridad con encanto ayudaban mucho. Pero cuando la mano derecha de Andrew sintió un seno medianamente grande supo que ahora no sirvió. Suri lo veía con demasiado deseo, sentía que, si no lograba convencerla, esa escritora abusaría de su parte baja. La mujer obligó a que el baterista apretara su pecho, al menos sí eran reales, y se sentía aquella graciosa sensación que provocaban los pechos. Vinx es hombre, un hombre que de verdad le gustan las mujeres y el sexo, pero no quería, no quería tener sexo con ella.
            —Suri, de verdad, no quiero hacer esto contigo, no lo mereces. ¿Quieres dejar mi mano, por favor, encanto?
            —De verdad no me molestaría que fuera una sola noche con tal de pasarla contigo, Vinx. Ya dijiste que sí te parezco bonita, por favor...
            El rostro de Suri de pronto estaba muy cerca del de Vinx, quien intentaba alejar tanto su mano de aquel seno como su rostro del de la escritora con aspecto universitario. Por favor, que alguien lo salve de aquella adorable tentación. Además, iba a tener hoy una cena con Alexandra; casi se le olvidaba pero por las circunstancias por fin lo recordó aquel tarado baterista.
            —¡Suri! —la voz de la interrupción y salvación de Andrew hizo acto de aparición—. Qué bueno que te encuentro, ¿ya te avisaron que hoy grabaremos y editaremos para darte la primera prueba?
            Era Hinata. Haya o no visto aquel DJ homosexual la escena que se montó con la escritora, sin duda, le había salvado su paquete de ser ultrajado por ella.
            La chica, claramente molesta, se alejó de Vinx, quien rápidamente se fue a lado de Hinata. Casi, casi usándolo como escudo, el baterista se posicionó detrás del DJ que era una cabeza más bajo que él.
            —Sí ya me avisaron. Espero un gran trabajo, eh.
            —Y hablando de trabajo —intervino un nervioso Andrew—, qué alegría encontrarte, Hinata. Tenía que hablar contigo para arreglar los últimos detalles. Así que, si nos disculpas, nos vemos, linda Suri.
            El baterista, inconscientemente, tomó la mano del DJ y se fueron de allí lo más rápido y también discreto que pudieron. Vinx se dirigió al elevador y pulsó el botón para indicar que quería ir hacia abajo. El elevador llegó, empujó a Hinata dentro del mismo y presionó a la planta baja. Cuando se cerró la compuerta, Vinx suspiró con alivio. Levantó la mirada de golpe y vio que seguía teniendo su mano sujeta a la de Hinata, así que la soltó con brusquedad y falta de respeto para comenzar a limpiarla sin discreción alguna. El DJ estaba ligeramente sonrojado y muy confundido. Aunque ninguno dijo nada durante todo el trayecto hacia abajo. Los dos músicos, al llegar a la planta baja, salieron y se fueron al jardín trasero. Ese era el principal objetivo de Hinata, él iba por delante, Vinx era quien lo estaba siguiendo. Y cuando ambos ya estaban sentados, uno en cada punta de la banca más larga, Hinata decidió averiguar la situación.
            —¿Puedo saber qué carajos pasó allá arriba?
            —No puedo creer que lo diga, pero fuiste mi salvación, Hinata.
            —¿Disculpa?
            Aquella declaración sí que lo sacó de onda.
            —Suri se ha estado comportando muy extraña conmigo, era obvio que le gusto, le gusto a cualquier mujer, porque soy irresistible —Hinata rodó los ojos ante lo que dijo el guapo baterista—. Pero que haya llegado así de improvisto y que pusiera mi mano en su bonito seno era algo que no me esperé. Y creía que a la que le urgía sexo era a Lindsey, la secretaria de McGiffen.
            —¿¡Ella puso tu mano en su seno!? —Preguntó a punto de reírse el chico de cabellos morados.
            —Eran bonitos y toda la cosa, pero tengo a mi novia, Alexandra, para hoy en la noche.
            —Sonó como si ella fuera un simple objeto para ti...
            —A veces siento que ese objeto soy yo... —susurró con voz muy baja el rubio mientras sonreía dolido.
            —¿Qué dijiste?
            —Nada, nada... Mañana es la entrevista con Lucy Moon, ¿no?
            Hinata asintió lenta y confusamente. Vinx había cambiado muy rápido el tema. Sentía que algo sucedía en la retorcida relación entre el baterista de CaNniBaL y su ardiente novia. No era nueva su relación, todos los medios la conocían, y sabían que se engañaban mutuamente tantas veces como pueden y quieren. Aunque jamás se les vio como una pareja plenamente disfuncional, porque a pesar de los constantes resbalones por parte de ambos, ellos se veían muy felices juntos. Hacían una bonita pareja, a pesar de todo. Pero ver ese cambio drástico por parte del rubio, le preocupó de cierta manera al DJ. Esa sonrisa no era la que el baterista siempre se cargaba, no, esa sonrisa se veía mucho más... sincera y hasta algo linda.
            —Bueno, ya mañana veremos qué sucede. ¿Sabes? Es la primera vez que hablo contigo sin querer golpear o matarte... —volvió a hablar Andrew.
            —Sí, es cierto... —tal vez sí exista una esperanza de que ellos dos se puedan llevar sin peleas.
            —Gracias, maldito traga pelotas.
            —De nada, estúpido urgido sexual.
            O tal vez no podría haber esa esperanza. Porque después de esos dos insultos, los dos volvieron a pelear verbalmente por ver quién le daba el peor insulto al otro. Y desde lo más arriba, Henri los vio y sonrió levemente. Por algo debían comenzar esos dos, y el que hayan hablado por unos minutos en paz, le alegró. Que hayan vuelto a pelear demostraba que ambos estaban bien.
            Al día siguiente, Hinata llegó y vio que estaban esperándolo para llevárselo a los estudios de grabación donde emitían el programa “Moon’s Gossip!”, donde serían entrevistados por tan importante mujer en el medio de espectáculos. En la elegante limosina de color negro iban, de copiloto, Lindsey, y atrás estaban McGiffen con Andrew y Hinata, además de sus respectivos managers. Los demás integrantes de la banda CaNniBaL, Suri Spoon –esto a petición de Andrew, que ya ahora le tiene miedo– y ayudantes de Hinata iban en otra limosina hacia su destino.
            Andrew miró al cielo tras el cristal y vio que comenzó a chispear. La noche de ayer fue muy amena. Su novia y él fueron a cenar a un restaurante elegante y ver a Alexandra con un vestido ajustado lo había prendido. Además de que ver a Andrew arreglado con traje y peinado hacia atrás era uno de los más sagrados privilegios que sólo tendría la pareja del baterista. Habían cenado bien y bebido bastante, así que la sorpresa en el pent-house fue muy excitante. Alexandra se había comprado lencería para la ocasión y consintió a Andrew cómo quisieron esa noche. Así que en aquella mañana él se sentía, de alguna manera, muy relajado y renovado.
            Pasó al menos una media hora de viaje y, gracias a cualquier deidad, Vinx y Hinata no se habían peleado. Ni siquiera se habían dirigido la palabra en aquella fría mañana. El DJ estaba escuchando música medianamente fuerte y Vinx estaba viendo a la ventana mientras hacía ritmos agradables con las palmas de sus manos contra sus piernas. Así que todo transcurrió bien hasta la llegada de los estudios. Era un lugar grande y bonito.
            Todos bajaron de las limusinas y se dirigieron hacia donde uno de los encargados del programa les indicó. A los alrededores había muchas lindas chicas que les sonrían con coquetería a los integrantes de CaNniBaL. Henri las pasaba por alto, Charlie las veía con frialdad (como a todo el mundo), los gemelos saludaban con la mano, y Vinx estaba sonriendo y, si tenía la oportunidad, hablaba con ellas para llenarlas con halagos y dulces piropos. Hinata vio todo eso y, como casi siempre, se molestó por el comportamiento de su, lamentablemente, compañero de trabajo.
            Pero, de entre todas esas hermosuras, apareció una mujer de mediana estatura, piernas largas y voluptuosas, cabello rubio y muy ondulado, senos grandes, cintura mediana y unos bellos ojos café oscuro que se llevó la atención de todos los recién llegados. Se trataba de Lucía Moon, conocida como simplemente Lucy Moon. En persona estaba un poco más gorda a como la ha visto Vinx en televisión, pero, eso, a él no le molestaba ni un poco. La mujer llegó hasta estar frente a frente con el señor McGiffen, el guapo Alexis y el chico flaco que acompañaba a Hinata a donde sea.
            —Es un delicioso honor tenerlo aquí, señor McGiffen. —Reconoció la mujer con su linda voz.
            —Ni lo digas, gracias a ti por invitarnos, Lucy —respondió con galantería el alto hombre—. Y aquí los tienes, los dos huracanes de la música, Hinata y Vinx.
            —Debiste pronunciar primero mi nombre y luego el de Hinata, McGiffen —pidió Andrew con molestia ante una pequeñez y tontería como esa.
            La mujer rió mientras superficialmente tapaba su boca. McGiffen dijo que se divertiría mucho con estos dos, no creyó que eso sería enserio y tan literal. Así que, para ya no perder más tiempo, la periodista llamó la atención de un equipo que estaba cerca de ella y se dirigieron a los protagonistas de aquella noche (y de la historia) para que, la mitad de aquel clan, los tomaran a cada uno y llevárselos en dirección contraria. Los iban a preparar para ir al aire.
            Tal vez para Hinata no esté tan mal, digo, el chico acostumbra a ir de vez en cuando a un spa con su amiga ayudante y relajarse. Además de que estar yendo tan seguido a la estética para arreglarse su cabello y uñas lo han vuelto alguien muy paciente ante los casos estéticos; incluso era una amena compañía gracias a que sonreía con dulzura y escuchaba con atención a quien lo atendía. Del otro lado de la moneda estaba Andrew, un hombre acostumbrado a que le despuntaran el cabello en menos de diez minutos y listo; y quien le hacía el corte de cabello era Charlie, el callado bajista. Así que hablar y ser paciente no estaba entre sus rasgos a destacar frente a este tema. Por lo que al ver que le iban a hacer de cosas en el rostro, no dudó en gritar quejas estúpidas y pedir explicaciones al respecto. Pero cuando visualizó a una gigante mujer corpulenta y de ceño fruncido que estaba a punto de atenderlo, mejor se calló y comenzó a contar hasta 10 mil en su mente. Tal vez así se le pase el coraje y evite que esa señora le haga algo. Todo correcto. Todo perfecto.
            Después de haber pasado por el ritual de belleza que se le aplicaba a todo invitado de Lucy Moon, Hinata y Vinx fueron conducidos al estudio donde sería la grabación para que le echaran un vistazo. Iba a ser presentación en vivo, se estaban acomodando las tarimas para el público, las cámaras estaban siendo probadas al igual que la iluminación. El escenario era una agradable sala de estar con un largo sillón blanco con diversos cojines y al lado de éste había un sillón individual de color rojo: era donde siempre se sienta Lucy. Además de que tenía una mesita de centro con otras decoraciones. Simple y lindo. Tanto el baterista como el DJ no se podían quejar, a excepción de que se tendrían que sentar juntos pero no quedaba de otra.
            Después de ver el lugar, fueron al enorme buffet que estaba predispuesto para el que estuviera allí presente. Las barrigas de ambos gruñeron y se dirigieron a la larga mesa. Cuando esos dos pares de ojos vieron que había sándwiches de barbacoa, los dos dirigieron sus manos para tomar uno y éstas se rozaron tiernamente. Hinata miró directamente a los ojos de Andrew quien igualmente lo veía sorprendido. Alejaron su extremidad con velocidad y Andrew dejó que Hinata fuera el primero en agarrar el bocado. Hinata le sonrió con dulzura y así lo hiso. Ambos se sonrieron ligeramente pero dejaron de hacerlo en tan solo un segundo y se fueron en direcciones opuestas. ¿Qué había sido eso? Se odian, se odian y se odian. Es debe de ser el mantra, bueno, eso se supone.
            Pasó el tiempo y por fin llegó la hora de que el programa comenzara. Las luces apuntaron a la guapa mujer que ahora portaba un vestido pequeño y de encaje sumamente sensual, y con un escote que dejaba lejos a la imaginación. A Andrew le gustaría hablar con ella después, pero a solas.
            Y hablando del baterista y DJ, ambos ya estaban listos para salir a escena, sólo estaban esperando a su señal. El baterista traía un conjunto sumamente desalineado y atrevido: jeans ajustados, botas negras y grandes, una playera blanca bajo una chamarra de cuero y una camisa a cuadros atada a su cintura; sin olvidar los diversos accesorios que él acostumbra a portar, tales como argollas pequeñas en las orejas, su perforación del labio y muchas pulseras y muñequeras con varios colgantes de atrapasueños en miniatura. Por el lado de Hinata, el chico traía un short corto y ajustado que amoldaba con sensualidad su trasero, además de unos tenis tipo converse color rojo, una playera con cuello V igualmente blanca y sus respectivos accesorios: gargantilla delgada negra, pulseras de todos los colores que le combinaban, perforaciones de aro, maquillaje sumamente ligero y vistoso y su cabello fue arreglado muy bonitamente. Ambos eran extrovertidos a la hora de vestirse y lucir. Sus apariencias era lo que los hacía especiales, pues su forma de atraer era única y poderosa.
            La mujer comenzó el programa, recibió aplausos y pronto llegó la hora de la verdad:
            —Hoy me acompañan en el estudio los íconos sensación de la música actualmente. Ambos son de géneros y estilos totalmente diferentes pero con un encanto que atrapó a todos con su trabajo. Un guapo baterista homofóbico y un lindo DJ gay. Reciban con un gran aplauso a Vinx de CaNniBaL y al DJ Hinata.
            El público enloqueció y comenzó a juntar las palmas con fuerza para que salieran a la luz los nombrados. Cuando lo hicieron, se escuchó gritos de chicas emocionadas y más aullidos que no alcanzaron a entender ninguno de los dos. Hinata y Andrew se acercaron a Lucy y se saludaron de beso en la mejilla, había que hacerlo parecer como si todo fuera casual y no planeado desde la mañana aquella entrada. La mujer los invitó a sentarse y en frente de ellos había ya una copa con vino tinto, cortesía de aquella experiencia.
            —Chicos, bienvenidos —comenzó Lucy—. ¿Ustedes están conscientes del escándalo que provocan, no es así?
            —Por supuesto —se apresuró a responder Vinx mientras sonreía—. Es obvio que alguien tan apuesto como yo crea escándalo. Pero igual, es un honor estar contigo hoy, preciosa.
            —Sí —ahora habló el DJ—. Estoy a la espera de lo que nos tengas preparado.
            —Bueno, deberán responder con toda sinceridad, ¿están listos?      
            Los dos músicos asintieron alegres.
            La mujer comenzó a dar una breve presentación a los dos y explicarles sobre sus entrevistas además de una pequeña apertura al público sobre quiénes eran ellos dos y por qué ahora andaban ahí presentes y, sin olvidar tan importante detalle, juntos. Ya estando todos listos, la mujer sacó sus tarjetas con el logo de su programa en la parte del reverso.
            Los dos managers y McGiffen veían el programa tras las cámaras con gestos serios y a la espera de cualquier locura por parte del DJ y baterista. No dudaban de que algo se salga de control. Los amigos de Andrew y los de Hinata estaban sentados en unos cómodos sillones frente a una gran televisión sin poner realmente atención a lo que sucedía.
            —¿Qué nos pueden decir sobre el proyecto que ahora están realizando en conjunto?
            —Bueno —decidió responder Hinata—, a decir verdad, fue algo sorpresivo. Cuando llegué a las oficinas de Ony Music Re:cords y me encontré cara a cara con Vinx, él ni siquiera sabía que yo estaría presente y que trabajaría con su banda.
            —No me esperaba a un homosexual en potencia radical en mi espacio de trabajo —se defendió el baterista.
            El público rió levemente.
            —A mí tampoco me quedó de otra, tu olor a macho del siglo veinte se me está pegando, siendo tan molesto y asqueroso, y no te lo digo porque... ¡Ay, lo siento! Ya lo dije.
            El DJ y fundador de CaNniBaL se vieron con furia y voltearon a Lucy a la espera de la siguiente pregunta. La mujer rubia sonreía divertida y hasta algo preocupada por el tenso momento que ambos hacían por culpa de la presencia del contrario y sus respuestas.
            —¿Qué más pueden decir del proyecto? Me gustaría que emocionen al público y a todo mundo que los está viendo sobre qué están haciendo, sigue siendo un misterio en concreto.
            —Estamos haciéndonos cargo de una banda sonora original para tres películas —dijo Andrew mientras sonreía—. Serán las películas basadas en los libros de la linda escritora Keith S. W., “Tras 10 mil años”. Ya comenzamos con la producción y todo está marchando de maravilla a pesar de que Hinata está incluido en esto. Y también ya estamos preparando los sencillos de los largometrajes, y se está viendo todo para sus lanzamientos antes del estreno de la película.
            —¿Dices que yo soy una molestia en el trabajo? —Interrumpió Hinata sumamente indignado—. Al menos yo no me la paso gritando a la gente para que no toquen mis cosas, en especial una tonta cama matrimonial en el estúpido estudio.          
            —¡Retráctate sobre lo que dijiste de Laura! Y tú no te quedas atrás, porque a ti no te gusta que nadie toque tus tontos audífonos.
            —Chicos, chicos —llamó la atención Lucy a los chicos—, por favor, cálmense.
            El baterista y DJ se dejaron de mirar de forma asesina y se cruzaron de brazos para mirar en dirección contraria a su opuesto. Es entrevista iba para largo.
            Lucy continuó preguntando sobre el proyecto y demás temas relacionados con el trabajo que están preparado. Hinata a veces respondía y a veces lo hacía Andrew pero, siempre, terminaban discutiendo sobre la contestación de su peor enemigo natural. Lucy no podía evitar reírse por lo infantiles que ellos dos eran; era divertido y eso estaba subiendo los ratings de aquella transmisión. Por lo cual, como una recurrente estrategia, Lucy decidió dar paso a las preguntas interesantes y que creaban el morbo en la gente: la vida privada y sexual de los famosos.
            —Ahora, Andrew, ¿cómo va tu relación con Alexandra?
           Ya los dos chicos habían entrado en calor y ya se habían acabado la primera copa de vino que se les fue servida, incluso, ya les sirvieron una nueva.
            —Increíble, ya vamos por seis años de relación.
            —¿Y qué hay de ese extraño acuerdo del que todo mundo murmura y conoce que ustedes dos tienen?, aquel del que se pueden acostar con quien gusten si es cosa de una sola noche, ¿no les ha causado problemas?
            —Ese acuerdo fue idea de Alexandra y todo va bien, lo hemos seguido al pie de la letra. Claro que hay de vez en cuando celos, estamos en una relación formal y seria, pero hemos podido seguir con ese trato y nuestro noviazgo sin ningún inconveniente. Quiero mucho a Alexandra y, creo yo que, eso es lo que importa. 
            Las chicas del público soltaron un monosílabo sumamente prologando en muestra de la ternura que provocó la respuesta de tan descontrolado baterista. Es chico, cuando se lo proponía, era de los más dulce y encantador. Tal vez por eso era tan deseado entre los medios y mujeres. Más para Hinata, detrás de la alegría con la que Vinx se expresó, logró percibir un ligero, muy ligero, matiz de mentira ante esa declaración. Matiz que, realmente, le preocupó.
            —¿Y qué hay de ti, Hinata?, ¿algún hombre por fin te atrapó? Todo el mundo te conoce por ser una presa difícil e inaccesible.
            El chico estaba distraído de entre sus pensamientos que, al escuchar la pregunta de Lucy, se desconcertó y hasta llegó a no entenderla. Tardó en entrar en razón y cuando lo hizo, se sonrojó.
            —N-no, no..., sigo a la espera de ver qué me tiene el futuro.
            —¿Tú sueñas con encontrar el verdadero amor, verdad?
            —Sí..., la verdad es que sí...
            —¿Cómo podrías encontrarlo si lo buscas en alguien que no te lo puede dar? —Preguntó un sumamente incómodo Vinx—. Un hombre es incapaz de darle su amor a otro hombre, es estúpido y no tiene sentido alguno. Por eso no puedo trabajar contigo, es imposible; siendo tú un maldito muerde almohadas que le abre el culo a cualquier tipo que te ofrezca una “buena” noche es raro imaginarse que quieras un verdadero amor. Y con un hombre, mucho menos.
            Todo el foro estaba en completo silencio. Todo mundo estaba sorprendido de la lengua de navaja que se cargaba Vinx; existían los límites y él no los conocía. El baterista estaba frustrado y asqueado. Eso había sido cruel y despiadado, en especial porque estaban en vivo. El público y Lucy estaban a la espera de ver qué pasaba. La conductora temía que Hinata se saliera del escenario. Eso creaba interés en el público, esas peleas eran las que atraían las visitas. Necesitaba que Hinata le respondiera.
            —Puede que tengas razón —respondió Hinata, con el gesto serio—, pero eso será desde tu punto de vista. Cada quien estará en lo correcto desde su punto de vista pero no para el de otro. Y, para mí, el amor se puede encontrar en donde sea, como sea, cuando sea y con quien sea. Te puedo demostrar que estás en lo correcto o, de lo contrario, que estás muy equivocado.
            —Eso lo quiero ver, Hinata.
            —Ya lo verás.
            Lucy sonrió nerviosa, la mirada de cuchillos que ambos se lanzaban estaba poniendo todo sumamente incómodo. Así que la mujer pidió ir a comerciales rápidamente y que en ese lapso de tiempo los dos músicos se calmaran. El público aplaudió. Cuando se avisó que estaban fuera, Hinata y Andrew se seguían viendo con furia: la pelea no fue en vano, iban enserio. La mujer rubia tocó la pierna del baterista para llamarle la atención. Lucy le sonrió y en ese gesto le pidió que se calmara. Vinx, avergonzado, se irguió en su asiento y miró a sus piernas. Hinata suspiró cansado y volteó a otro lado. Ni McGiffen ni sus managers ni mucho menos sus amigos podían ir a hablar con ellos, era regla de Lucy, no hasta que acabara el programa. 
            Pronto se reanudó la programación y ya ambos chicos estaban mucho mejor y más serenos. Andrew, antes de volver al aire, le dio un fuerte trago al vino, dejando la copa casi vacía. Al menos ya se llenó de valor para continuar y hacer como que la anterior situación jamás pasó. Hinata también se pudo controlar, de todas formas, el programa ya estaba a punto de acabar. Sólo faltaba la sección de preguntas candentes, y listo. Serían libres como el viento.
            Unas que otras preguntas más se les hicieron sobre su diario vivir y bastaron para que ambos cayeran en la trampita de la rubia mujer y así respondieran con más soltura y confianza cosas mucho más íntimas.
            —Vinx, ¿quisieras decirme tus posturas favoritas en la cama? —Preguntó sugestivamente Lucy.
            El fundador de CaNniBaL se rió ligeramente: —El perrito, caballo y sesenta y nueve, principalmente.
            Las chicas gritaron de emoción, probablemente habría que secar por allá...
            —¿Y las tuyas, Hinata?
            —Sesenta y nueve, misionero, noventa y seis, son las que más acostumbro.
            De nuevo, más gritos.
            —¿Con ropa o sin ropa lo prefieren hacer?
            —Mitad y mitad, a veces con lo de arriba a veces con lo de abajo —respondió Vinx.
            —Sin ropa, claro.
            —¿Han tenido tríos ya?
            —Claro. Si yo soy el único hombre y las chicas no se tocan entre sí, los hago.
            La homofobia de Vinx aplicaba tanto para hombres como para mujeres, así de imparcial.
            —Ya he tenido varios tríos.
            Y la respuesta de Hinata le sacó el gesto de asco más gracioso y extraño que pudo haber expresado en televisión. Ese niño de santo, no tiene absolutamente nada.
            —Vinx, ¿le harías un baile sensual a tu pareja o mejor que ella te lo haga a ti?
            —Es obvio que me gustaría que me hicieran el baile a mí —contestó sin dudarlo el chico de ojos verdes.
            —¿Y tú, Hinata?
            —Yo se lo haría a mi pareja —rió algo sonrojado el DJ.
            A Lucy se le prendió el foco.
            —Deberías hacernos una demostración, Hinata. Yo creo que a muchos les gustaría verte bailar sensual. Eres casi un ícono sexual de los medios.
            —No creo que debería...
            La presentadora comenzó a aplaudir mientras repetía “Que baile” una y otra vez, y el público y sus managers junto con amigos comenzaron a seguirla. De la nada, todos en el estudio pedían con aplausos que bailara, claro sin contar a él mismo y a Vinx. Éste último porque tenía miedo de lo que pudiera pasar. Era mucha bulla por un simple baile.
            —Está bien... —respondió un rendido DJ ante la presión social.
            Los encargados de utilería trajeron una silla simple. Lucy se paró de su famoso sillón y tomó a Andrew de la mano para que igualmente se levantara y lo dirigió a dicha silla para que nuevamente se sentara, baterista, confundido, le hizo caso. Todo estaba en sumo silencio. Luego, la conductora fue por Hinata y lo condujo frente al baterista. Los dos tenían un gesto de sorpresa y terror, en especial Andrew. Esto no pude estar pasando. La conductora sonrió. Hinata sabía que debía hacerlo, estaba siendo visto igualmente por televisión nacional. Pero, de entre sus más mórbidas ideas, una le atacó en específico. Haría que Vinx se tragara sus palabras sobre él.
             Andrew siempre aseguraba que era imposible que un hombre se excitara con otro hombre. Lo aseguraba cada vez que peleaba en la mañana con el DJ antes de comenzar a trabajar. De verdad que haría que se arrepintiera de eso.
            Una canción sensual, algo movida y llamativa se comenzó a escuchar en el estudio: Hinata le haría un baile sensual a Vinx en televisión nacional. El programa era nocturno, probablemente muchos niños no lo vean porque ya era tarde. Y así, sin perder más tiempo, Hinata se comenzó  a mover lento y lo más sexy que pudo. Se movía suave y correctamente, su cadera iba de un lado a otro que inconscientemente Vinx miró con los ojos hechos platos hacia abajo para ver los movimientos del DJ. El pobre baterista estaba petrificado. El chico se fue trepando al regazo de su contrario mientras seguía moviendo las caderas lentamente, de verdad que se veía muy erótico. Pasó sus brazos alrededor del cuello del baterista una vez después de haber conducido las mismas de Vinx a su cintura para que lo agarrara. Seguía bailando y con el objetivo de prender, aunque sea solo un poquito, a su peor enemigo. Todos reían levemente por la expresión de Vinx, le echaban porras a Hinata y no podían dejar de ver que el baterista no retiraba sus manos de la pequeña cintura de Hinata. El DJ se dio la vuelta y movía su cuerpo lo más pegado a Vinx. Y la canción acabó, Hinata quedó sentado sobre Andrew, quien aún no se movía, y todos comenzaron a aplaudir con mucha fuerza, se escuchaban los gritos y elogios para el DJ. Quien, por su parte, sonrió y agradeció mientras se abrazaba juguetonamente a Vinx con una pose de toda una diva.
            Por el lado de Andrew había una cuestión que lo carcomía y no le quitaba la cara de asustado combinado con asco y un rastro de excitación de su bella cara. Aquella cuestión era que le vio el trasero a Hinata. Le había visto el trasero a un hombre. Y la imagen no se iba, se le hizo sumamente erótica. Carajo ¿¡vio un culo de hombre y le gustó!?

CONTINUARA
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Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

...

¿Cómo les quedó el ojo? A mí seco porque ya no veo nada Xd

Como sea, espero que les haya gustado y me gustaría que comenten qué les pareció.

Les deseo lo mejor y nos vemos en la próxima,

Los Quere Musho, Miraku, SAYO~


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