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Y ante todo, ¿por qué él? por Miraku

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Notas del capitulo:

Holaaaaa (tampoco está editado el capítulo)

Ando con el tiempo encima, pero decidí darme un mini respiro para dejarles el capítulo de la semana.

Espero que los disfruten, Sin más, a leer:

Un montonal de luces y cámaras, gentes corriendo de un lado a otro, y un baterista llorando dentro de su alma. Así es, querido lector, nuestro estimado Andrew –conocido como Vinx el fundador y baterista de CaNniBaL–, sufre. Y sufre mucho. Si hay algo que odia casi tanto como a los homosexuales, eran las sesiones de fotos. Además de que los fotógrafos siempre eran muy especiales con su trabajo. Andrew odiaba eso. Le maquillaban, era una molestia. Le ponían ropa dos tallas más ajustada a su cuerpo con la excusa de que se viera más vistoso, era otra molestia. Lo ponían contra reflectores sin la oportunidad de hacer música sino posar, era molesto. Posar era molesto y más cuando debía hacerlo con sus compañeros de banda. No es que los odie, al contrario, son sus amigos, pero ahora está de moda que los hombres estén demasiado juntos. Quieren los fotógrafos que se pongan uno encima de otro de una forma comprometedora. Eso es estúpido y, para Vinx, sin sentido pero siempre le han soltado la excusa de que a las chicas así les gusta más. Eso no lo tolera nuestro baterista.
            Y hay que agregar algo importante: Henri ha estado muy sospechoso en este tiempo. A Vinx le llamó la atención la actitud que ha adoptado su mejor amigo, ha estado demasiado ausente y soñador. Cuando componen, Henri solo asiente a lo que su casi hermano dice más nunca da su opinión ni nada por el estilo. Pero, aparte de todo eso, su mejor amigo ha evadido muchas cosas: ya casi no habla lo necesario con Vinx (y el baterista siente ira en su cuerpo por eso), ayuda torpemente, sueña despierto, llega tarde al estudio y habla demasiado con McGiffen y muy poco con Alexis. Comúnmente se ve a Henri hablando con el grandioso Alexis si es que no estaba con algún integrante de CaNniBaL o su mejor amigo. La situación era muy rara. En realidad, es muy sospechosa pero Andrew quiere evitar pensar en... eso en cuanto a su centro de inspiración. Porque aun sabiendo los gustos de Henri, Andrew es lo suficientemente despistado y flojo como para querer entrometerse en esos tópicos. Sólo lo hace cuando es necesario y cuando Henri, literalmente, se lo pide. Henri es la razón de ser feliz para Andrew, el verlo tan distraído le saca de onda. Y, ¿por qué no decirlo? Le ponía triste no recibir la atención de su mejor amigo como él está acostumbrado. Pero en esta ocasión intentaría sacarle la sopa sí porque sí.
            La razón de esta sesión de fotos es porque CaNniBaL fueron elegidos como modelos de unos nuevos conjuntos de una importante revista fashionista vendida internacionalmente que sacará una línea nueva de ropa con estilo oscuro. Si bien la moda es algo pasajero, es motor de la felicidad. CaNniBaL son moda. Crean felicidad y mucha superstición, son lo que atrae así que nada mejor que vender sus productos consumistas e innecesarios que con la banda del momento. Y es que esos cinco condenados son lo que le sigue de apuestos.
            Así que, también ganándose otra lanita extra, Alexis no perdió la oportunidad de esa ocasión. Aquella revista de verdad quería a los integrantes como modelos. La oferta fue puesta en bandeja de plata. No había por qué quejarse. Y sin esperar, como casi siempre, Alexis firmó y aceptó el contrato sin haberlo consultado con los muchachos. Pero trabajo es trabajo y deben de verlo de buena manera. Su vida exige muchos lujos, en especial Andrew con su tremenda novia, hay que aplacarse y hacerlo. No podían ni debían quejarse.
            La sesión sería larga en esta ocasión. Tendrían que usar cada uno de los integrantes tres nuevos conjuntos como una pequeña probada de la nueva línea. Los fotógrafos quieren dos fotos individuales de cada chico con sus conjuntos y una grupal por cada ropa, o sea que va a ser bastante largo esto. Si al fotógrafo no le gustaba la toma, obligaba al modelo a repetir todo. Si ese tipo se atrevía a decirle o darle una orden a Vinx, incluso a Charlie, sería hombre muerto.
            El baterista estaba en su propio camerino y cuatro lindas chicas le estaban arreglando. Pero Vinx casi ni ha coqueteado con ellas. Estaba más sumido en sus pensamientos de lo permitido, pero era inevitable: Henri estaba extraño y Hinata volvería mañana de la ciudad vecina. Inconscientemente, se preguntó sobre cómo le habrá ido, por qué hizo el concierto, si le fue bien... si él se encontraba bien y seguro. ¡Maldición! Desde que vio a Hinata contra la luz de la luna en esa lujosa limosina, sus pensamientos siempre pintan al DJ como un ser frágil y necesitado de atención. Andrew no podía quitarse esa imagen cuando alguien mencionaba el nombre de ese mocoso homosexual. Estaba marcada en su subconsciente y un sentimiento de melancolía, junto con la canción que traspasaban los audífonos de Hinata, le invadía y se cuestionaba el porqué de la actitud de ese chico en esos momentos. Tal vez el trabajo éste le provocaba mucha paranoia, sí, eso debe y tiene que ser. Ya cuando Vinx vea a Hinata nuevamente en los estudios con sus audífonos y sudaderas aniñadas rondando por allí, se sentiría mucho mejor.
            Después de casi dos horas en que peinaban a los cinco integrantes, maquillaban y que los vestían con unas extravagantes prendas, estaba todo listo para comenzar la sesión. Uno cuando ve ese tipo de fotos en las revistas deben ser atrapados por las miradas y ropas de los modelos, y también el escenario debe tener su atención. La revista para la que modelarán estos cinco es experta en el tema y sabían muy bien cómo hacer su trabajo, no era una simple toma de fotografías, no. Ya tenían todo listo. Los integrantes de CaNniBaL no pudieron evitar sentir una gran impresión cuando vieron el escenario que les habían puesto. La temática es oscura y algo depresiva, y lo habían logrado de maravilla. Era un fondo gris oscuro con matices más claros y hasta algunos eran rojos, había cadenas colgadas por los alrededores y focos colgando se su cable. Un sillón de aspecto viejo y algo empolvado estaba esperando por los traseros de la agrupación y había hojas, instrumentos, y un montón de utilería que hacía alusión a escombros regados por el suelo. No se veía mal, se veía... interesante aquella escenografía. Pero igualmente Andrew se sentía molesto por la situación.
            —¡Por fin están listos! —Exclamó alegremente un señor ya algo grande de edad.
            Pero el tono con que les habló asustó un poco a Vinx. Era una alerta a su problemita social; sí, si ese hombre es gay, Andrew era capaz de todo. Alexis, Henri, por favor, controlen a su bestia.
            —Gracias por la invitación, Marco —saludó Alexis mientras se ponía frente al hombre y le daba la mano. Aunque por detrás podía sentir el aura de tensión que emanaba su cliente baterista.
            —Ni lo menciones, Alexis. Es un honor tener como modelos a estos cinco guapos, van a ser una sensación sin igual para nuestra revista. Así que no perdamos tiempo y mejor comencemos.
            Andrew soltó un quejido de repudio, y fue lo único que se escuchó después... y también su queja porque Henri le había dado un fuerte codazo en sus costillas. Su mejor amigo finge no tener fuerza cuando es todo lo contrario, eso le dolió. Marco se asombró. El fotógrafo fue advertido sobre el mal comportamiento e impertinencia del fundador, tal vez no sólo para Vinx sea difícil este trabajo.
            Los cinco chicos, con sus nuevas y ajustadas ropas, fueron acomodados en el escenario y las luces fueron encendidas. Joder, esa es mucha iluminación. Algo aturdidos, los amigos fueron tomados desprevenidos por el comienzo de un aire ligeramente fuerte que venía de un ventilador frente a ellos. Marco se puso frente a ellos y les pidió que posaran como si fugazmente habían captado a la cámara, que se vieran casuales pero rudos. Tony y Luther se sentaron, de piernas abiertas, en medio del sillón, encorvados y sosteniéndose sobre sus brazos que estaban encima de sus piernas; Henri se recargó en la parte inferior del mueble, sentado en el suelo con una pierna flexionada y reposando su brazo en ésta; Charlie se recostó contra el respaldo y se cruzó de brazos, él siempre lucía sereno y rudo, no fue difícil para él. Y Vinx se puso del otro lado del sillón, subiendo su pierna izquierda sobre el recargo del brazo y viendo ligeramente hacia la cámara. Tomaron la primera secuencia de fotos. Marco al separarse del lente pidió que cambiaran de pose y los chicos se las arreglaron para hacerlo y le segunda secuencia de flashes los atacaron. Y así se dio comienzo a la sesión. Marco pedía que alzaran más su rostro, que cambiaran el gesto, cambio de posición, etcétera. Luego pasó a uno por uno para que les tomaran fotos individuales en le escena. Pronto, los cinco ya se sentían cansados, pero siempre que encontraban la oportunidad, bromeaban con poses exageradas y ridículas. La oportunidad de disfrutar era algo que siempre buscaban esos cinco amigos. Era inevitable y al menos, así, aminoraban la tensión y el cansancio (y retenían a que Vinx quisiera decir cosas que no debe dé hacia Marco).
            —Bien —dijo Marco mientras se alejaba de las cámaras—, cambio de escenario y vestuario. Doy cinco minutos nada más.
            —Lo más seguro es que ese afeminado no dura ni cinco segundos en la cama, así que eso debe ser demasiado tiempo... —susurró Vinx mientras veía cómo se iba el fotógrafo con su afeminado paso.
            —Ay, no seas payaso. —Le regañó Henri mientras le daba otro codazo a su amigo.
            Y antes de que pudiera decirle algo a su hermano, Vinx se quedó solo en el escenario, genial. Ahora Henri lo abandona, se sentía, en cierta manera, traicionado. Aunque, eso sí, le alegró saber que su adorado amigo le seguía regañando por sus impertinencias. El saber que ese verdadero Henri, aquel el cual quiere demasiado, sigue ahí, le calmaba y le indicaba que pronto él le diría lo que le sucedía.
            Al llegar a su camerino, el grupo de chicas comenzaron a atacarlo para cambiarle el conjunto. Vinx rezó internamente. Rápidamente las cuatro comenzaron a trabajar, la quitaron el cambio que traía para ponerle otro, aunque sintió que descaradamente le tocaban donde no era necesario ni debido; el baterista se sintió secretamente ultrajado, pero no decidió decir nada ni mucho menos quejarse, mientras más rápido acabe con esto, mejor.
            Pasaron los cinco minutos en un solo pestañear y el baterista ya se encontraba nuevamente en el escenario con un nuevo conjunto un poco más ajustado que el anterior, casi no le cambiaron el extravagante peinado y seguía con el mismo retoque de maquillaje que en primera instancia le aplicaron. La escenografía cambió poco: en vez de ser un sofá viejo era ahora una cama distendida con partituras regadas por su alrededor. Además de que pusieron unas prendas por ahí, con más escombros y unas armas que lo más seguro eran falsas. Andrew deseaban que éstas fueran reales para darle un tiro a Marco, no dudaba en cometer ese crimen, la forma de caminar y actuar del fotógrafo le estaba molestando y hastiando. Un poco más, como que Marco lo toque, y Vinx era capaz de explotar.
            —Bien, primero tomaré la secuencia de individuales y luego la grupal —dijo coquetamente el encargado de la sesión—, sólo que quiero aquí a los gemelos juntos. Tony, Luther, por favor.
            Los gemelos se pusieron sobre la cama, Tony rebotó ligeramente para buscar comodidad. Laura era cien veces más disfrutable que esa cosa, pero bueno. Luther se puso junto a su gemelo, que, al notar una pequeña mancha en la mejilla izquierda y se la limpió.
            —Quiero que sean atrevidos e incitadores, las chicas son las que principalmente van a verlos —sentenció Marco mientras acomodaba su cámara.
            —¿Cómo? —Preguntó confundido Luther—, ¿qué quiere, que me encime sobre mi hermano?
            —Más o menos pero no lo digas de forma tan vulgar, lindo; pero, sí, hagan eso.
            La alarma de Vinx se encendió. Ya decía él que no les harían hacer poses tan jodidamente maricas como la que le acababan de encomendar a los gemelos guitarristas de su banda. Los dos pelirrojos se acomodaron de tal forma que Vinx sintió un poco de asco. Tony se bajó de la cama y se sentó en el suelo, recostándose contra la cama mientras que Luther estaba sentado en el borde de la misma con las piernas abiertas y su hermano estaba entre ellas. Luther abrazaba superficialmente al su gemelo, quien con sólo un brazo se unía a su similar. Y comenzó la secuencia de disparos fotográficos. El que una mano de Luther estuviera en el pecho expuesto de Tony –debido a su camisa semi abierta– le asustó un poco al fundador de CaNniBaL. Tal vez, para nosotros, esa pose no era nada o no se veía mal, pero para Vinx era un reto aguantar las ganas de querer gritar.
            Henri, al notar el gesto de su mejor amigo, le puso una mano en el hombro. Al captar la atención del baterista, Henri le sonrió en señal de que podía con ello y que, si se atrevía a gritar algo, recibiría una buena golpiza por parte de su casi hermano. Así que Andrew desistió a la idea de hacer algo respecto de las poses de los gemelos; que, con las sugerencias de Marco, se fueron haciendo más atrevidas y demasiado homosexuales para el aguante del fundador. Así que, para evitar cualquier cosa pública, Andrew fue al baño y ahí gritó todas las majaderías que pudo y se le ocurrió contra Marco.
            Ya después de los gemelos, siguió Charlie. Con él fue rápido, su gesto serio no se abría a muchas opciones. Además de que Marco intentó ser amigable con el bajista y sólo recibió odio en una mirada gélida y sin sentimiento. Sólo alguien puede acercarse con confianza a Charlie y ese alguien no estaba presente y no lo hacía.
            Luego le tocó a Henri. También fue rápido pero mucho más ameno. El vocalista sonreía si quería, se ponía serio si se ameritaba. En fin, él era un encanto de persona.
            El problema fue Vinx.
            El chico, resignado a tener que hacer su labor, fue a donde estaba esa tonta cama y cámaras y se posicionó en medio del desastre improvisado como ambientación. El chico estaba cabreado por todo lo sucedido. Odiaba estar allí, y el haber visto la petición de Marco hacia sus guitarristas era lo que lo tenía pendiendo de un hilo hacia la explosión. Y es que Andrew es demasiado fabuloso para estas cosas, su belleza natural es disfrutable en cualquier sentido, en especial si es en vivo. Sin nada que rechistar, se sentó en la cama, el estar tan molesto le dio ayuda, su gesto estaba completamente marcado y fruncido. Perfecto. Cuando menos se los esperó, el disparo de flashes lo encandiló. Marco le invitaba a seguir así, a que cambiara de pose, cosas sin sustancia para Andrew. Él sólo hizo lo que pudo sin poder sacar sus quejas a la luz.
            Aún quedaba un poco más de esa sesión. Cualquier deidad, que los ampare.
            Pero, hasta eso, fue rápido. Igualmente, después de las secuencias tanto grupales como individuales, Marco pidió cambio y se los llevaron a camerinos para ser vestidos de otra forma (también tocados indecente y ligeramente) para hacer las últimas secuencias. El escenario se cambió también e igualmente de poco, ahora en vez de una cama era un largo y antiguo comedor con la mesa puesta. Andrew, como medio de soltar el estrés, se subió sobre mesa, tirando cosas de por medio e hizo lo que se le pegó en gana, claro, dentro de lo que era legal. Marco intentó no decir nada, debido a los platos literalmente rotos, y le tomó sus fotos. La publicidad era lo que importaba en todo esto.
            Pero por fin la sesión acabó.
            Andrew vio que la cama que usaron para la segunda secuencia estaba junto a su camerino y parecía que no la iban a mover. Así que cuando le fue devuelto el aire al estar fuera de esos pantalones sumamente ajustados, salió felizmente y se acostó sobre el lecho. El usar nuevamente esos jeans ya viejos y agujerados le llenaban de dicha. De hecho, ese pantalón lo rompió cuando tuvo que escapar de las patrullas una vez que se metió en una pelea callejera. Pero esa pelea era por un claro propósito: defender a Henri.
            En aquella ocasión, aquellos jeans le quedaban exageradamente grandes, se los había regalado su abuela que lo visitaba cada año por su cumpleaños. Andrew decidió usarlos un día en el que iba a una pequeña reunión que hicieron unos amigos suyos de la escuela, ya mero tendría que escoger una carrera en ese entonces pero sus planes de hacer una banda estaban más claros que el agua. Aún no le quería dar importancia a ese asunto, sólo pensaba en ir a disfrutar de la música, cerveza, drogas y tal vez un buen polvo con una chica que ahí vea. Ya estando en el recinto, Henri lo estaba esperando para entrar. Pasaron un buen momento en la fiesta y viendo que ya era muy tarde y que su mejor amigo se perdió de vista, Andrew decidió irse, total, ya tuvo todo lo que quiso. Al salir escuchó unas risas estruendosas y se acercó más que nada por curiosidad. Pero fue un milagro que lo haya hecho: unos tipos querían e intentaban abusar de Henri. En la escuela se sabía de él y sobre sus preferencias, pero querer bromear y hacer atrocidades como esas era inhumano; Andrew no lo toleraría. El chico se lanzó contra los tipos y los molió a puño limpio, aunque no tomó en cuenta a una patrulla cercana que estaba haciendo guardia. Y vio que el auto se estaba acercando a ellos y llamando para que se detuvieran. Al oírla mejor de cerca, Andrew tomó del brazo a Henri y escaparon del lugar con dirección a cualquier parte lejos de allí. El rubio, por querer evitarle dolor a Henri, lo salvó de una buena caída por un pequeño barranco cerca del río de aquella mediana ciudad, y Andrew cayó fuertemente. La mamá de Henri fue quien lo atendió y sus padres jamás supieron sobre aquel accidente, no los alcanzaron ni se presentaron cargos (Claro que eso fue influencia de Andrew al amenazar a los agresores con decir palabra alguna). Pero la marca que Andrew se quedó de aquella ocasión fueron los agujeros de sus jeans y la sonrisa llorosa de Henri que le dedicó después de haberlo salvado junto con un cálido abrazo. Pero el verlo sano y salvo, era la más grande recompensa de Andrew.
            Vinx suspiró complacido con aquel recuerdo. Ha vivido tanto junto con su mejor amigo, tanto buenas como malas anécdotas. Simplemente delicioso. Con los ojos cerrados y una sonrisa tonta, Henri se encontró a su mejor amigo. El vocalista no evitó sentir ternura  por ver el gesto bobo de Andrew y se sentó junto a él para después recargar su cabeza en el duro tronco del baterista.
            —No hagas mariconadas conmigo —dijo Vinx sin intención de moverse. Un brazo tapaba su vista.
            —Cállate por un momento y déjame estar así, me lo debes —respondió con un suspiro el peli oscuro.
            Vinx gruñó fingiendo molestia. Pero, a pesar de las circunstancias, le gustaba la calidez que emanaba la cabezota de su casi hermano y su perfume se impregnaba con fuerza en las fosas nasales del baterista. No podía quejarse y este era un buen momento para hablar con su amigo y sacarle todo lo que le esconda.
            —Bueno —respondió Vinx—, te dejo estar así; pero, a cambio, debes decirme qué te sucede.
            —¿A qué te refieres?
            —Ultimadamente has estado muy soñador, señor razón. ¿Quieres comentarle algo a tu sobrino Andrew, tío Henri?
            —¿Tío Henri?
            —Eres como un tío compresivo, y que no toca a sus sobrinos, que siempre me escucha y sabe lo que me pasa. Ahora, me toca a mí escucharte, ya sabes que puedes contarme lo que sea aunque me dé asquito. A fin de cuentas, eres mi mejor amigo y haré todo lo que esté a mi alcance para servirte de apoyo.
            —Puede que tengas razón... —dijo esa frase un tono algo triste—. Pero, el problema que me tiene así es sobre el tema de relaciones. Y a ti no te gusta mucho que digamos saber sobre quién me atrae o con quién salgo...
            —Pero si es para recuperar la actitud de mi mejor amigo, estoy dispuesto a escuchar y no quejarme. Ten confianza, Henri, no me gusta verte así. Sé que algo te afecta, quiero saberlo y, si puedo y me dejas, ayudarte.
            —Si eso dices... Sólo... no sé por qué pero un hombre ha logrado captar toda mi atención y no me deja pensar con certeza...
            —¿No fue cosa de una sola noche?
            —No, ha sido ya mucho más... —suspiró el vocalista—, pero no sé si para él significa algo todo esto que estamos haciendo o qué más quiere. Andrew, no quiero perder esta oportunidad... me gusta mucho ese hombre y ya no quiero seguir esperando...
            Andrew miró ligeramente a su amigo y su gesto demostraba que sabía a qué se refería con seguir esperando.
            —¿No te aterra que sea esto el paso a una verdadera relación? —Preguntó Andrew.
            ‹‹Me aterra más alejarme de ti›› pensó Henri— Temo a que no sea así...
            —¿Pues quién fue el maldito que le robó la atención a mi mejor amigo?
            Andrew usó la palabra ‘atención’ y no ‘corazón’ porque sabía que éste ya le pertenecía a alguien más. Más esperaba que por fin Henri pueda tomar decisiones sobre el asunto y que su corazón sea entregado a quien sí se lo merezca.
            —El sexo con McGiffen no está nada mal.
            Fue lo único que dijo Henri para después pararse y dejar a un pasmado Vinx en la cama. ¿Su amigo se acuesta con su productor? Genial, eso sí que era un verdadero problema. Si Henri salía lastimado por culpa de ese alto hombre, Andrew tomaría cartas en el asunto y eso podría servir como venganza por parte del productor y arruinarles su carrera y el proyecto. Al pensar sobre las consecuencias que eso traería, Vinx fue golpeado con la siguiente idea: tendría que alejarse de Hinata si eso sucediera.

Lunes, ocho por la mañana. Una nueva semana comienza. Los integrantes de CaNniBaL sobrevivieron a una molesta sesión de fotos con ropa sumamente ajustada y Hinata regresó de un agradable concierto en la ciudad vecina (y el sexo con el tipo del hotel fue divertido). Ambos ídolos debían regresar a su principal objetivo.
            Hinata miró al enorme edificio y sonrió tenuemente. Esa mañana estaba más fresca que de costumbre. Se abrazó a sí mismo y frotó la tela de su sudadera para entrar en calor. Sus audífonos emitían una balada que hace tiempo no escuchaba y se dio cuenta del por qué: esa canción no eran tan buena. Igualmente, no le movió y entró al infierno. Saludó a la recepcionista y fue a la cafetería para pedir ese café oscuro con mucha azúcar que tanto le gustaba. La señora que atendía en matiné ya se lo tenía listo, por lo que Hinata agradeció, pagó y se dirigió al elevador. Presionó el botón y esperó a que llegara. Pero él no fue el único en hacerlo, fugazmente vio a una guapa muchacha llegar a su lado: es Alexandra. ¿Qué hacía allí esa modelo? No tenía idea, pero decidió no darle importancia. Seguramente venía a molestar a Vinx pidiéndole quién sabe qué cosa y estar encima de él todo el tiempo. A opinión de Hinata, Alexandra es demasiado molesta. La compuerta se abrió y el DJ y la modelo entraron. Ninguno cruzó palabra con el otro en todo momento.
            Por parte de Alexandra, ver a Hinata fue un hastío. Nunca le agradó. Y sí, aquí encontraremos otra similitud de la mujer con su novio: ella es igualmente homofóbica. Toleraba más que su guapo novio pero de igual forma no estaba de acuerdo con esa preferencia y Hinata se le ha figurado como la fiel imagen de una puta sin remedio (aunque no le veo de dónde se atreve a decir eso si ella se mete con cuanto hombre guapo de le cruza) y muy afeminado. El cuerpo de ese DJ debería ser un pecado, no era posible tanta similitud con el de una mujer y seguir manteniendo la esencia de un hombre como tal.
            Al llegar al último piso, lamentablemente, ambos se dirigían al estudio de CaNniBaL. Los integrantes de la banda estaban ya ahí presentes y calentando las articulaciones para tocar. Hoy iban a grabar dos canciones. Adelantando a este paso podrían hacer ya los sencillos y lanzarlos al mercado junto con un buen video musical. La modelo abrió la puerta, y antes de que Hinata pudiera decir cualquier cosa, Alexandra se le adelantó.
            —¡Vinx, cariño! —Exclamó la chica mientras se abrazaba al baterista.
            —Alexa, qué bueno que sí pudieras venir. —El baterista besó la frente de la modelo.
            —¿Qué?, ¿para qué tenía ella que venir? —Preguntó de intruso Hinata.
            —Necesitamos coros femeninos y Alexa es una buena candidata, niñita.
            —No me digas niñita, urgido sexual.
            Y ambos huracanes se vieron fieramente. Sí, ese era un buen inicio de semana.
            Alexandra separó a Vinx de su pelea de miradas con Hinata y lo jaló para comenzar a besarlo fogosamente. Hinata, al ver el espectáculo, rodó los ojos en clara señal de molestia y se fue del estudio dando un estruendoso portazo. Al DJ le molestaba Alexandra, le molestaba Vinx, pero le molestaba más saber que esa chica acaparaba toda la atención del baterista. Debían trabajar y esa chica distrae mucho a Vinx, demasiado. Además, nadie le avisó sobre los coros femeninos que dice Vinx que se necesitan. Tendría que esperar para poder hablar, más bien pelear, con ese inepto baterista. Y mientras más lejos de esa despampanante mujer, era mucho más aliviador.
            La jornada de ese día, curiosamente, pasó como un simple destello. Habían grabado las dos canciones pendientes y fueron mandadas a las pruebas, la primera que hicieron ya fue aceptada y elogiada; así que no había problemas en seguir en otra que tenían en espera e ir pensando en las próximas. A este paso, los sencillos serán más rápido de lo requerido. Hinata no quería admitirlo pero los coros femeninos fueron un muy buen toque, y la voz de Alexandra era dulce y profunda por lo que quedó muy bien con lo que se tenía cometido. Maldito Vinx, siempre tenía razón en los chequeos que él hace en las composiciones. Si Vinx tonto no es, sólo que su actitud le manchaba. Pero aun así debía hablar con él sobre Alexandra.
            El DJ se esperó a que los otros cuatro integrantes de la banda se fueran. Rara vez ellos se quedaban hasta tarde con Vinx; el baterista siempre se quedaba, casi rozando a las diez y media de la noche, para revisar y practicar una que otra canción. A veces tocaba la batería y a veces tarareaba la sonata. Vinx tenía linda voz pero Hinata jamás se lo dirá y mucho menos que a veces va a espiarlo para tener la oportunidad de escucharlo. Vinx no canta pero debería, eso es lo que piensa Hinata cada que tiene la oportunidad de extasiarse con la melodía.
            Cuando vio que Henri salía junto con Charlie, supo que ya no había nadie más: era su oportunidad de pelear cómodamente con el baterista. Con calma y sigilo, el DJ se dirigió a la puerta de aquel estudio. Acercó su oído, esperando que de verdad solo esté Vinx y nadie más, y al escuchar al fundador de CaNniBaL medio cantando los coros de la próxima canción a grabar supo que podía entrar. Se puso derecho, limpió el inexistente polvo de sus ropas y tocó la puerta. La voz paró de escucharse y los flojos pies de Vinx arrastrándose hacia él le indicaban todo lo positivo.
            —Maldito traga pelotas, qué sorpresa verte aquí —dijo Vinx con algo de sarcasmo y cansancio.
            —¿Me dejas pasar o qué?
            El baterista se hizo a un lado y dejó que Hinata entrara a su provisional santuario de composición. El chico miró a los alrededores, estaba un poco más recogido a como siempre dejan esos cinco revoltosos. Los instrumentos estaban en su lugar, los cables estaban revueltos pero no enredados, las latas de cerveza y una que otra colilla de cigarro estaban amontonados en el pequeño bote de basura, los papeles dispersos por las mesa de centro y Laura estaba allí, bien tendida. Andrew se encarga que Laura esté siempre presentable.
            El silencio que se hacía de ambiente entre ellos dos era de lejos amigable. Porque para ya casi haber cumplido tres meses de trabajo, su interacción se ha visto ante varios problemas. Esa pelea de un mes, le extraña reconciliación y sus riñas verbales de toda la vida son sólo lineamientos de su llevar. Aunque nos podemos dar cuenta de algo importante: Hinata siempre busca a Vinx y viceversa. No hay día que no quieran la presencia del otro y poder pelear. Era una forma enmascarada de demostrar que, con todo lo visto, quieren estar con su contrario. Pero temen confesarlo y ser tachados por miedosos, su orgullo así lo dictamina.
            —¿Qué quieres? —Comenzó Vinx.
            —¿Eh?, ¡ah, sí! —Por fin pudo volver en sí el DJ—. Vinx, sé que no soy nadie para decírtelo...
            —¿Entonces por qué estás aquí?
            —No comiences, tonto. Lo que pasa es que... me molesta que le des tanta atención a Alexandra cuando ella está aquí.
            —Pues claro, ella es una mujer, a las mujeres les gusta la atención.
            —Pero estamos en el trabajo...
            —Tú mismo lo dijiste —a partir de aquí, Vinx subió el tono de su voz a uno rencoroso y muy molesto—, no eres nadie para decírmelo. Alexandra está en todo su derecho de estar aquí y yo debo atenderla, es mi novia. Tú igualmente metes a tipos desconocidos para follártelos un rato y luego echarlos fuera, a mí igual me molesta, es asqueroso y me abstienen los demás a decirte algo. No sé por qué te empeñas en decirme estas cosas si sólo terminamos peleando, y no como nos gusta hacerlo, peleamos de verdad porque eso demuestra que no nos toleramos ni tantito.
            —No lo digas de esa manera. Claro que podríamos llevarnos si no fuera por culpa de tu actitud de apestoso gorila macho. Si te digo esto es porque enserio Alexandra acapara toda tu atención y-
            —¿Y no te pongo nada a ti?, ¿qué, acaso estás celoso de Alexandra?
            —¡No es eso, idiota! Hablo enserio, Vinx. No pones la determinación necesaria cuando ella está aquí, te pido que pongas atención, nada más, y que no le des tanto caso; igualmente tienen otros lugares para ponerse de cariñosos y deciden escoger justamente este para hacerlo. No seas ridículo, Vinx, este proyecto es importante; ¡quiero que lo tomes como tal y que me tomes a mí enserio!
            La voz de Hinata comenzaba a quebrarse, un nudo le estaba cortando su respiración y mantenerle la mirada fiera a Vinx le estaba costando como nunca antes. Sentía que podría caerse.
            —¿Tomarte enserio?, ¿quién podría tomarte a ti enserio? Hinata, no eres más que una burla, una puta que le gusta abrir su culo para cualquier maldito diablo que quiera follarte. Desde que te conocí esa fue mi imagen de ti, y no solo yo, los medios dicen eso y cosas mucho peores. ¿Cómo podría tomarte enserio... si tú no haces lo mismo de ti mismo? No sé qué quieres lograr siendo de esta forma pero con ella sólo terminas por hacerme molestar. Me vale un carajo lo que digas ahora mismo, igual, no te tomo ense-
            Y lo siguiente que se escuchó fue la bofetada que le soltó Hinata contra Vinx. El baterista estaba sumamente pasmado por la acción del chico. Más al voltear la mirada vio los ojos del DJ; esos malditos y realmente expresivos ojazos carmín. Estaban mojados, Hinata había comenzado a llorar. Algo dentro de Andrew se rompió al ver esos caminos salados correr por las mejillas del chico. Se sintió un tonto, es un tonto porque no era necesario soltarle de esa manera la cruda verdad. Había sido él, él fue el maldito diablo con Hinata al comportarse de esa forma.
            —Vinx... —sollozó Hinata mientras negaba con su cabeza—, y-yo...
            El fundador de la banda lo tomó del brazo con el que lo golpeó. Hinata, asustado, instintivamente comenzó a forcejear para que lo soltara. Pero Vinx no se dejaba e intentaba jalar al chico para acercarlo. El DJ pedía en nulas y sordas quejas que le dejara en paz mientras se removía. Vinx nunca ha tocado a Hinata con intención, todos los roces que han tenido fueron sin querer; pero ahora, el baterista estaba consciente de que en su mano tenía el brazo de un maldito homosexual. Al estar peleando, uno por liberarse y otro por no dejarlo ir sin tener una razón aparente, chocaron contra Laura. Hinata fue jalado por Vinx al caer sobre la cama matrimonial. Vinx tenía ahora mismo encima de él a ese DJ. Ninguno se movió, los ojos de Vinx parecían salirse de sus cuencas y se abrieron muchos más, si es que se puede, al sentir las cálidas lágrimas de Hinata en su hombro y que éste seguía llorando. Esa pelea fue cruda y muy tosca. Al final sintió cómo Hinata se abrazaba a su cuerpo.
            —Cállate y no digas nada. —Dijo con voz baja el DJ.
            Y Andrew correspondió ligeramente el abrazo, tendría que esperar a que el chico se calmara.

CONTINUARA
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Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

¿Qué les pareció? (Ya se va a ir poniendo más fuerte la historia a partir de aquí)

A penas voy volviendo a clases y me ando acostumbrando a los horarios por ello a penas y pude checar si estaba coherente el capítulo pero no hice nada en realidad.

Espero que les haya gustado, trataré de arreglar mis horarios para poder tener tiempo de editar y darle bien el capítulo. Sólo que de verdad me ando ahogando en tarea y proyectos por ello, era dárselos así o nada.

Espero sus reviews con ansias y mucho amor.

Los Quere Musho, Miraku, SAYO~


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