Los dos ya se habían tomado una botella completa de whisky, Akihito estaba completamente ebrio y Asami estaba como si no hubiera tomado ni un sorbo, solo miraba divertido la escena de Akihito.
Debía decir que, aunque siempre iba a tomar al bar de su amigo, nunca pasaba a más de cuatro tragos, además de que el licor que frecuentaba, tenía muy poco alcohol.
Asami por su lado, nunca le llegó a afectar tan fuerte cuando tomaba --gran ventaja-- podía tomarse una botella solo y no pasaba a mayores.
-Tengo.. calor- Decía Akihito entre balbuceos y palabras torpes. El menor comenzó a quitarse su abrigo, tirandolo a su lado, y quedando con una camisa gris holgada, que por cierto, mostraba sus marcadas clavículas y su delicado cuello.
-¿Quieres que te lleve a tu casa?- Dijo Asami manteniendo el poco control que tenía en su cuerpo.
-Y-Yo puedo ir solo.- Se recostó en la silla. El menor mantenía una respiración pesada y sus mejillas mantenían un color carmín.
Akihito de un salto, tomó su abrigo del suelo y cuando se disponía a caminar, se tambaleó de forma brusca, casi cayendo al suelo. Casi, ya que Asami se había levantado rápidamente de su asiento y lo atrapó de la cintura.
Akihito miró detalladamente el rostro del mayor.
Que atractivo. Eran los pensamientos que tenía el rubio en ese instante.
-¿Quieres que te cargue toda la vida?- Dijo Asami con su típica voz burlona.
Akihito sin tener el "Control" de su cuerpo y actuando precipitadamente- -como siempre--, acercó su rostro lentamente al del mayor, dándole un beso. Lento y pasional.
Cuando Akihito estaba por separarse, Asami apretó más su cintura, acercando aún más sus cuerpos.
Asami había perdido el control por completo.
El mayor volvió a besar a Akihito, pero esta vez no era un beso lento, esta vez era un beso rápido y salvaje. El sonido casi obsceno de sus labios chocar con los contrarios, se escuchaba por toda la oficina. Akihito envolvió su mano en el azabache cabello del contrario, mientras Asami pasaba sus manos por toda la espalda de Akihito hasta llegar a sus caderas.
Asami hizo que Akihito enrollara sus piernas a su cintura, y en esa posición, se sentó en el sillón con el menor en su regazo, compartiendo aún el beso, pero gracias a la falta de oxígeno que atacaba sus cuerpos, los dos se detuvieron con las respiraciones muy agitadas y soltando varios jadeos.
-No quiero hacerlo en tu oficina- murmuró Akihito rozando sus labios con los ajenos.
Asami sin pensarlo más, tomó la mano del menor y salió a grandes pasos de la oficina, encontrándose con algunos guardias que aseguraban el edificio a esas horas. Estos les daban miradas de curiosidad, pero rápidamente fingian que nada pasaba.
Cuando los dos estuvieron finalmente en el estacionamiento, Asami se encaminó hacia su auto, el cual era un hermoso y sofisticado Mercedes Benz. Akihito, con la poca conciencia que los acompañaba en ese instante, se emocionó de poder estar sentado en una belleza de esas, ya que solo tenía la oportunidad de verlos en la televisión.
Akihito aunque ganara bien en su "trabajo" no podía arriesgarse a tener propiedades y bienes a su nombre. El asunto de ser un asesino, casi reconocido por todo Japón, no era algo fácil.
Akihito miraba las calles por la que el mayor conducía el auto; eran calles con casas lujosas y grandes, eran mansiones. Un profundo sueño golpeó la consciencia de Akihito, haciéndolo dormir al instante, siendo arullado por los movimientos del vehículo.
[...]
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Sentía unos labios rozar con los suyos, también la corriente pasar por todo su cuerpo. Estaba completamente desnudo, sentía unas grandes manos pasar por todo su cuerpo.
Fue ahí cuando Akihito reaccionó.
Miró todo a su alrededor y se encontró con una habitación amplia, todo era de colores oscuros y claros --algunas cosas-- estaba acostado en una enorme cama King. Pero lo más importante; Asami estaba encima suyo, con la mirada más obscura y penetrante que haya visto jamás.
Deseo y lujuria.
Akihito todavía estaba bajo los efectos del alcohol, pero estos habían disminuido, ahora tenía control de su cuerpo y podría apartar ese cuerpo.
Pero no lo hizo.
Akihito ansiaba el toque de Asami en su ser, y Asami estaba dispuesto a dárselos.
Akihito se encontraba desnudo debajo de Asami, quien todavía llevaba el torso sin camisa alguna, el mayor tocaba y besaba todo a su paso, jugando.
A Akihito no le importaba nada en ese instante, su cuerpo solo respondía al deseo de ser tomado. No sabía si era el efecto del alcohol. Puede que si, puede que no.
Asami tomó uno de los rosados pezones de Akihito y los llevó a su boca y succionar de estos. Akihito no podía evitar sacar sus gemidos desde el fondo de su garganta.
-A-Asami, por-porfavor- Murmuró contra el oído de Asami, este comenzó a besar su cuello, dejando marcas que pronto tomarían color.
Asami bajó sus manos hasta el trasero del rubio y apretó, haciéndo que Akihito soltara gemidos de placer. El mayor llevó sus dedos hacia donde se encontraba la entrada de Akihito, haciendo círculos alrededor, Akihito soltaba suspiros y apretaba aún más el cuerpo de Asami hacia si mismo.
Asami comenzó a insertar el primer dedo, despacio.
Akihito se empujaba hacia este, tratando de que entrara más a su interior, Asami dándose cuenta, metió dos dedos al apretado interior, moviéndolos para dilatarlo, y a la vez, para encontrar el dulce punto que haría ver a Akihito las estrellas.
-¡Ahh!- gimió Akihito, soltando a Asami y llevando sus manos a su rostro. Asami lo había encontrado. -¿Q-Qué fue e-eso?-
-Solo sentirás placer desde ahora- Asami siguió con su trabajo.
-Ha-hazlo ya, te qui-quiero d-dentro- Asami se detuvo, sacó sus dedos del caliente interior, sacando un gruñido de inconformidad, y rápidamente quitó sus pantalones y su camisa, quedando desnudo.
Volvió a posicionarse encima del menor y abrió sus piernas, metiéndose entre ellas, y sin previo aviso, entró de una sola estocada.
Akihito abrió sus ojos, dejó ir un grito ahogado, ya que fue muy de repente.
-N-No te mu-muevas- Respiraba pausadamente tratando de relajarse y de acostumbrarse al tamaño del contrario. Sentía que lo partiría a la mitad.
Asami esperó pacientemente, manteniendo el control que tenía y cuando sintió que Akihito movía sus caderas, comenzó a moverse despacio. Las tocadas eran lentas y profundas, sus cuerpos se movían al ritmo de las estocadas que propinaba Asami al menor.
-A-Asami... ya no a-aguanto- Akihito rasguñaba la espalda de Asami por salvajes embestidas, de verdad creía que su tamaño era arrasador.
Akihito no pudo aguantar más y se vino entre los dos cuerpos, nunca había tenido un orgasmo tan intenso como el que experimentaba en ese momento.
Asami, al ser apretado aún más por el interior de Akihito, aumentó la rapidez de sus embestidas y sin pudor, tuvo su orgasmo dentro del menor, quien se estremeció al sentir la esencia de Asami en su interior.
Asami cayó rendido encima y los dos trataban de calmar sus respiraciones, una fina capa de sudor descansaba en sus cuerpos. Volvieron a mirarse y se besaron nuevamente.
No sabían si estaban ebrios o ya sabían lo que estaba pasando.
[...]
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