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Festival de Tanabata por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Yugi-oh! Y sus personajes no me pertenecen. Si fuera así Yami no se hubiera ido y terminaría estando con Yugi, igual que Ryou con Bakura y Malik con Marik.
Además Tea se iría al tártaro por p*rr* xD.
Denle like a mi página de face, se los agradecería un montón, allí se entraran sobre los fics que subo y cuando actualizo, también subo imágenes de Yugioh =3 
https://www.facebook.com/pages/DanyNeko/786629491430778?ref=hl

Dicen que si duermes con una foto de tu amado/a bajo la almohadalo encontrarás siempre en tus sueños...

— ¿Este es el que querías? —Ryou dejó un grueso albúm de fotografías sobre la cama de su primo.

Malik cerró el anuario de secundario que tenía en sus manos — ¿tienes las fotos del ultimo campamento al que fuimos todos juntos verdad? —le preguntó el peli cenizo.

—Ah... sí —respondió con obviedad, señalando el nombre del libro impreso en letras doradas.

"Fotos del Campamento Furai"

—Gracias Ryou —Malik tomó el libro, deslizando sus dedos por la portada antes de abrirlo.

En la primera foto estaban ambos primos, sacando las maletas de su casa. Esa la había tomado Yugi.

Al lado se veía una camioneta-taxi, por las dos puertas abiertas se veía a Bakura, Atem frente a frente con sus nintendo DS en manos. Marik estaba al lado de Bakura y Yami junto a su gemelo, los cuatro pendientes a las consolas.
Estaban jugando a pokemon Blanco2 / Negro 2 si no mal recordaban.

—Ese fue un verano muy divertido —mencionó Ryou, mirando a su primo pasar la página despacio.

—Ciertamente lo fue —concordó el moreno, viendo una foto de Yami, subido a caballo sobre la espalda de Atem, cosa que les sacó unas risas a ambos, pues el moreno estaba inclinado hacia adelante y parecía reclamarle a su mellizo.

En la siguiente foto estaba Yugi junto con Yami, el oji-violeta estaba abrazando su mochila de Malvavisco y Yami lo miraba con una sonrisa enternecida y una expresión que dejaba entrever el gran cariño que sentía por el menor.

Los primos negaron con la cabeza. No sabían cómo es que esos dos aún no habían formalizado una relación.

Al pasar de página, en la quinta foto estaban Ryou y Bakura... ¿ese de fondo, con cara de despiste, era Atem? Los albinos parecían estar hablando tranquilamente, ni siquiera se dieron cuenta de que les tomaban una foto. Bakura tenía una sonrisa ladina y una tez altiva, segura; una expresión muy común en el albino mayor. Ryou por su lado le sonreía dulcemente.

El albino presente se sonrojó un poco al ver la foto, el cosquilleo tibio en sus pómulos lo avergonzó tanto que se levantó de la cama cual resorte —i-iré a recoger la ropa limpia —soltó la primera excusa que le llegó a la mente y salió de la habitación color dorado de su primo.

Malik se rio con gusto de Ryou. A veces sospechaba que su primo realmente tenía una relación en secreto con el pelo de murciélago de su amigo... luego lo pensaba bien, es decir... ¡Era Ryou, por amor a todos los dioses egipcios! No es que su primo fuera pan de azúcar inocente que iba por la vida deshojando margaritas y creyendo que la cigüeña trae a los bebes... pero Ryou era muy transparente, por lo menos para él y Yugi era como un libro abierto.

Cuando decidió dejar de lado el tema de su primo dirigió sus ojos a la sexta foto del libro...

Una de las primeras actividades que habían hecho tras llegar al campamento había sido ir a nadar al enorme lago que había allí. Había algunos chicos en el muelle con cañas de pescar pero Malik, Marik, Bakura y Atem se habían lanzado de cabeza a disfrutar del refrescante agua.

A Malik le había dado un calambre a varios metros de la orilla y Marik había sido el primero en darse cuenta de ello.

Lo había sujetado con un brazo para que se calmara, lo primero, y luego lo llevó a la orilla, sacándolo en brazos, al estilo recién casados.
Malik hubiese reclamado, todo sonrojado, de no ser por el dolor en su pierna derecha, ya dormida la extremidad, y con los dedos encogiéndose en una forma dolorosa.

Ryou había corrido hacia ellos, preocupado al igual que Yugi, pero fue el propio Marik quien, después de dejarlo sentado en el césped, le tomó la extremidad acalambrada y le aplicó unos pequeños movimientos y un cuidadoso masaje, hasta que el dolor desapareció.

Malik estaba sin palabras. Cuando el dolor desapareció miró a su, hasta entonces, amigo-de-mis-amigos, con los labios temblando, el aliento atorado en la garganta y el corazón latiendo a un ritmo irregular.
El mayor solo le dedicó una sonrisa, levantándose, y le dijo en un tono de voz suave que solo él escuchó —me alegra que estés bien, ten más cuidado ¿de acuerdo?

La foto fue tomada justo antes de que Marik se levantara por completo. A Malik le daba vergüenza ver su propia tez.

Desde ese momento Marik pasó de ser un chico con el que coincidía porque era amigo de sus amigos -de Bakura, más específicamente- a ser su amor secreto.

De eso hacía más o menos un año, y el inocente amor hacia el chico que lo había socorrido solo había ido creciendo. Malik podía perderse fácilmente en los cabellos ingrávidos de Marik, o en los ligeros músculos -imaginando estar de nuevo entre sus brazos- y unos ligeros calorcitos lo embargaban; así mismo, cuando quería darse cuenta, ya estaba buscando sus ojos, pequeños, traviesos y astutos, lo atraían cual metal al imán.

Malik deslizó sus dedos por el plástico que protegía aquella fotografía, recordando la copia de la misma que residía enmarcada y perfectamente escondida en su armario. La miraba todos los días al buscar su ropa, suspiraba y sonreía.

Con una sonrisa nostálgica plasmada en sus labios, se decidió a pasar más páginas con rapidez, o podría pasarse toda la tarde perdido en varias memorias que se escribieron aquellas vacaciones de verano. Pronto empezaron las fotos individuales y al final halló una foto de Marik, el chico estaba encaramado en la rama de un árbol, mirando hacia el lago, el cielo ya se pintaba de naranja y rosa, y por el ángulo en que fue tomada la foto -y también por la calidad de la cámara, todo sea dicho- ligeros destellos de luz se colaban por entre las hojas.

Malik se mordió los labios, detallando la foto y acariciándola con las yemas de los dedos. Luego de un minuto o dos de contemplarla, con mucho cuidado, la sacó del libro.

—Así que dormir con la foto bajo la almohada ¿eh? —recordó todo lo que sus amigas Dany y Hikari les contaron hace dos días en medio de su partido de soccer y sonrió —por probar que no falte.

.

.

.

Hikari se dejó caer sin cuidado sobre un pequeño sillón de color rosa chillón de la... ¿Decima? ¿Undécima? tienda en la que había entrado ya con sus amigas.

Pasaba de medio día y solo ella había hallado una yukata que le gustara y la compró para el festival. Llevaban ya un par de horas en el centro comercial y, siendo sincera, ya empezaba a entrarle hambre.

— ¿Después de aquí subimos a la plaza de comidas? —dijo, como quien no quiere la cosa, aunque por dentro estaba al borde de rogar. Daba gracias a los dioses de haberse llevado ese día sus zapatillas más cómodas.

— ¡Claro! —aceptó Dany, tratando de buscar una prenda de color oscuro con un diseño que le gustara —ya va siendo hora de almorzar, y me empieza a dar hambre.

—Como gusten chicas —concordó Rose distraída entre varios accesorios para el pelo de tonos celestes, turquesas y azules.

—No sé cuál de los dos es mejor ¿qué opinan? —Dany se acercó a sus amigas con dos yukatas, una de color violeta oscuro con estampado de lunas plateadas, otra de color magenta con estrellas color celeste pálido.

—Ambos son bonitos —le sonrió Hikari.

— ¿Por qué no te pruebas ambos y a ver cuál te queda mejor? —opinó Rose con un par de palillos que dejaban colando perlas de tono celeste muy claro.

— ¡Está bien! —la azabache dejó su bolso al lado de la bicolor y se fue a meter en el probador más cercano.

—Cuando terminemos con las yukatas iremos a por las sandalias y ya después nos ocuparemos del maquillaje y los accesorios —planificaba Rose en voz alta.

Hikari solo gimió de imaginar la de horas más que le esperaban allí metida.

Amaba DEMASIADO a sus amigas. Más les valía invitarle un gran helado de vainilla con cereza más al rato.

Continuará...

 

Notas finales:

Os dejo el cap y me voy corriendo que si no mi hermana me mata, porque le prometì que iria a su casa a dormir y nos veremos en la estaciòn de autobuses ^^U

Si mañana no hay cap pueden culparla a ella por llevarme a un parque de atracciones un sabado por la noche y luego reterme toooodo el domingo en su casa jeje

Ja ne~nya 


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