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Apartamento
¿Por qué? ¿Por qué Sasuke le estaba haciendo esto delante de toda la Universidad? Naruto podía sentir la mirada de todos sobre ellos, pues seguramente nadie podía creer que el estudiante nuevo estuviera besando a Naruto –un simplemente Beta para todos -, estaba seguro de que muchas chicas y chicos –Alfas o Betas -. Estarían furiosos por lo que sus ojos veían. El Namikaze no era idiota, sabía perfectamente bien que a pesar de que Sasuke era nuevo muchos ya suspiraban por él y deseaban llamar su atención de cualquier forma. Pero había sido Naruto el escogido por Sasuke para estar a su lado, aunque él creyera que se trataba sólo de un chantaje. Aunque el Omega deseaba quitarse de encima al Alfa simplemente no podía hacerlo, le gustaba como Sasuke lo besaba y lo abrazaba, se sentía demasiado bien. Y una parte de él deseaba mucho más del Uchiha. Una parte de su cerebro quería continuar con aquel beso, pero en contra de su deseo e intentos logró separarse del Alfa, a quien no dudo en mirar con molestia.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó en susurros, ahora toda la Universidad no está mirando. —Observó con cautela a su alrededor, y efectivamente todos los estudiantes no le quitaban los ojos de encima. Sasuke sonrió.
—Eso es justo lo que quería lograr —dijo como si su acción fuera normal—. Ahora todos sabrán que eres mi novio. —Tomó el mentón de Naruto y lo movió con suavidad, el Omega se sonrojó. Naruto le dio un manotazo y se soltó de su agarre.
—Me voy a mi cuarto. —Dio media vuelta para encaminarse hacia el lugar. Pero el Uchiha lo tomó del brazo.
—Iremos juntos, después de todo también es mi habitación. —Y sin poder oponerse el Namikaze accedió. Mientras caminaban hacia el edificio en donde se encontraban los dormitorios, Naruto podía sentir la mirada de todos sobre él. Comenzaba a pensar que luego de ese beso había ganado muchos enemigos, y eso no le agradaba en lo más mínimo.
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Cuando llegaron hasta su habitación Naruto buscó la llave en su cuarto, abrió la puerta y finalmente entraron al lugar. Sasuke cerró la puerta detrás de él y enarcó una ceja al ver como el Omega se sentaba en su cama para luego suspirar. No comprendía porque a Naruto le molestaba tanto que todos en la Universidad supieran que estaban juntos –aunque fuera sólo una mentira -, su actitud hacia que el Uchiha tuviera dos teorías. La primera era que al ser un Omega que fingía ser Beta seguramente deseaba pasar desapercibido, y su nueva relación llamaba demasiado la atención. Y la segunda era que el Namikaze jamás había estado con nadie en una relación. La segunda opción le gustaba mucho más a Sasuke. Sonrió al pensar en que él podría ser el primer Alfa en la vida de Naruto, y porque no el único, eso le agradaba aún más.
—¿Por qué estás tan molesto? —preguntó el Uchiha sentándose a su lado. La pregunta hizo que Naruto frunciera el ceño.
—No quiero llamar la atención, siempre fui un estudiante más en la Universidad. Pero ahora todos estarán pendientes de nosotros —confesó. Le preocupaba demasiado que si todos comenzaban a investigar sobre él su secreto pudiera salir a la luz.
Sasuke meditó las palabras del Omega por unos minutos. Intentaba comprender la situación del Namikaze, pero resultaba complicado, pues nunca creyó que algo así sucedería en su vida. Era consciente de que se aprovechaba de su situación, pero aun así había algo más que lo empujaba a estar a su lado.
—Bien, no volveré a besarte en público si eso es lo que te preocupa —prometió, aunque esa promesa resultaba difícil de cumplir, ya que los labios del Omega le resultaban demasiado tentadores.
—¿Lo dices en serio? —preguntó. No estaba seguro si debía confiar plenamente en él. El Uchiha resopló.
—Soy un Alfa, yo no miento —dijo con seguridad—. Pero a cambio tú tendrás que almorzar conmigo todos los días. —Sonrió para luego levantarse de la cama. Bueno, eso no le molestaba a Naruto, sólo tendría que hablar con Sakura.
—Está bien —respondió finalmente. Luego vio que el Alfa ya se estaba marchando—. ¿Vas a salir? —preguntó. Sasuke asintió.
—Sí, tengo que hablar con alguien, regresare pronto. —El Uchiha regresó hasta donde se encontraba Naruto. Y sin que él se lo esperara se inclinó y besó sus labios. Fueron unos segundos en los cuales el Omega no tuvo tiempo de reaccionar—. Dije que no te besaría en público, nunca dije que no lo haría en privado. —Y antes de que Naruto pudiera decir algo salió del cuarto.
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Sasuke caminó por los pasillos de la Universidad hacia el patio trasero. Buscó su celular en el bolsillo de su abrigo y llamó a su Hermano, Itachi le respondió de inmediato. El Alfa le comentó a su hermano sobre la madre de Sakura quien era una excelente psiquiatra, y que quizás podría ayudarlo a descubrir que sucedía con Deidara. Itachi se tomó unos minutos para pensarlo y finalmente aceptó. Le pidió a Sasuke que hablara con la joven y le pidiera el número de teléfono –o celular -, de la mujer y la dirección de donde solía atender a sus pacientes. Platicaron unos minutos más y luego la llamada de cortó.
El Uchiha regresó por el mismo camino y fue una fortuna ver que Sakura se encontraba en el patio platicando con quienes debían ser sus amigas, suspiró. Odiaba a quienes la rodeaban pues lo habían perseguido desde que llegó a la Universidad. Aun así caminó hacia ella pues debía conseguir la información que Itachi necesitaba.
—Sakura —llamó cuando estuvo a unos cuantos pasos de ella. La nombrada dejó de hablar con sus amigas y volteó a verlo—. ¿Podemos hablar? —le preguntó. Ella asintió.
—Sí. Chicas, las veré en clases —se despidió de las jóvenes, quienes rápidamente se marcharon. Cuando ambos estuvieron solos ella preguntó—. ¿De qué quieres hablar conmigo?
—Naruto me comentó que tu madre es psiquiatra, necesito que me des sus datos. Mi hermano necesita ponerse en contacto con ella —explicó él.
Sakura se sorprendió al escuchar sus palabras, no conocía demasiado a la familia Uchiha, pero hasta donde sus padres le habían contado todos sus miembros eran personas sin ningún tipo de problema médico –mucho menos que necesitaran una psiquiatra -, aun así ella estuvo de acuerdo en darle los datos de su madre, estaba segura de que no tendría problema en hacer un espacio en su agenda para hablar con el hermano de Sasuke.
—Por supuesto, espera un momento. —Sakura buscó en su bolso una pequeña libreta y un bolígrafo. Escribió el número de celular de su madre y la dirección del consultorio con su perfecta y limpia ortografía—. Estos son sus datos, hablaré con ella y le pediré que esté pendiente de la llamada de tu hermano. —Con una sonrisa le entregó el pequeño trozo de papel. El Alfa lo tomó.
—Gracias, le daré estos datos a mi hermano. Nos vemos luego. —Sasuke dio media vuelta para regresar a su habitación. Pero la voz de Sakura lo detuvo.
—Sasuke-kun. No sé cómo comenzaron las cosas entre tú y Naruto —le dijo—. Pero no juegues con él. Naruto no está solo —le advirtió. El Uchiha sólo le sonrió y continuó con su camino. La Alfa suspiró para luego marcharse hacia el salón de clases, debía hablar con su amigo y saber qué era lo que estaba sucediendo con Sasuke.
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Itachi había dejado su celular en el despacho luego de hablar con Sasuke. Caminó por el pasillo de la casa y llegó hasta la sala, allí se encontraba Deidara. El Omega estaba entretenido colocando en un jarrón las flores que su esposo le había llevado ese día.
—Dei —lo llamó y el nombrado volteó a verlo—. Pronto iremos a visitar a alguien, y quiero que tú seas muy bueno con esa persona. —Sonrió mientras lo tomaba con suavidad de los hombros.
Pero las palabras del Alfa parecieron afectar de otra manera al Omega, pues esas palabras resonaban fuertemente en su cabeza. Durante muchos años escuchó esa misma frase ser dicha por una persona que le hizo mucho daño. Sus manos comenzaron a temblar y el pánico se hizo presente en su mirada. Aquella reacción sorprendió al Uchiha, pero su sorpresa fue mayor al presenciar algo que creyó nunca pasaría.
—N-no… Eso no... Seré un buen Omega —murmuró mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.
Después de tantos años fueron las primeras palabras que Itachi escuchaba, por única vez Dei había hablado cuando lo encontró y así fue como supo su nombre. Pero luego de ese día el Omega no volvió a pronunciar palabra alguna. Escucharlo le provocaba una serie de sentimientos encontrados, pues al parecer sus palabras habían despertado en el joven una serie de eventos que él por ahora desconocía. Aun así no dijo nada y simplemente estrechó al Omega entre sus brazos.
—Nadie te volverá a hacer daño —dijo en susurros—. Yo voy a protegerte siempre —prometió.
Una solitaria lágrima se deslizó por la mejilla de Deidara. Aun con miedo se atrevió a levantar sus brazos y rodear la espalda de Itachi con ellos. Ese Alfa para él resultaba diferente a los demás, y no deseaba perderlo. No quería estar nuevamente solo. Si tan sólo lograra recordar su apellido o quien le había hecho tanto daño todos sería diferente, pero su mente estaba completamente bloqueada, y lo único que recordaba era su propio nombre.
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Las clases habían finalizado y Naruto caminaba por los pasillos hacia su habitación. Durante todo el día había sentido las miradas de sus compañeros sobre él y podía jurar que más de una no era una sonrisa de amabilidad. Ino parecía tener claras intenciones no estar de acuerdo con su “actual relación”, pues sabía que la Beta estaba interesada en Sasuke desde que lo conoció. ¿Pero que podía hacer él? Simplemente, nada. Aunque toda su historia con el Alfa había comenzado con una casi amenaza, la actitud del mismo lo hacía pensar que no era así, había algo en él que al Uchiha le gusta, y esa idea a una parte de su cabeza le gusta. Nunca pensó que un Omega tan simple como él podía atraer a un Alfa como el Uchiha. Al cruzar el campus se cruzó a Sakura, quien rápidamente lo detuvo y lo hizo acompañarla una banca desocupada en donde ambos tomaron asiento.
—Y bien, ¿vas a contarme lo que está pasando? —preguntó al Alfa cruzándose de brazos. El Omega suspiró. No podía decirle a su amiga la verdad, seguramente si lo hacia ella buscaría a Sasuke con la sola intención de hacer que lo dejara en paz, y una pelea de Alfa era lo que menos deseaba Naruto.
—Sasuke descubrió que soy un Omega —dijo en tono bajo. La mirada de Sakura fue de horror, pero antes de que dijera algo Naruto continuó—. Me ayudó cuando olvide tomar mis supresores. Desde ese día comenzamos a hablar, me invitó a una cafetería y me confesó que estaba interesado en mí. —Se permitió sonreír.
La mirada de la chica fue un verdadero poema, pues no esperaba que alguien más supiera el secreto de su amigo. Aun así, ahora estaba un poco más tranquila de saber que el Uchiha no era un aprovechado.
—Bien, creo que él realmente está interesado en ti. —Sonrió con picardía ella—, pero no te confíes demasiado, los Alfas son buenos mentirosos —le advirtió—. Si algo sucede debes decírmelo de inmediato. —El Namikaze asintió.
—Lo haré. Gracias por preocuparte por mí, Sakura-chan —realmente Naruto valoraba tener la amistad de la joven.
Ambos se levantaron y continuaron caminando. Sakura le comentó que irían a bailar el sábado y por supuesto él estaba invitado, ahora que Sasuke era su novio por supuesto que podía acompañarlo, aunque a Naruto no le agradaban demasiado esos lugares asistiría por ella, y también le preguntaría al Alfa si quería ir con él.
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Cuando Naruto entró a su cuarto Sasuke se encontraba escribiendo en su laptop. El Alfa al verlo dejó lo que estaba haciendo.
—Sakura-chan dijo que podía invitarte a ir con nosotros a bailar este sábado —dijo rápidamente mientras dejaba su bolso en la cama. El Alfa resopló.
—Odio esos lugares. Dale las gracias de mi parte pero no iré. —Regresó a escribir en su computadora. El Namikaze se encogió de hombros.
—Como quieras. —Comenzó a sacar sus libros y revisar cuales eran sus tareas para los próximos días.
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El sábado llegó, y todos se reunieron para ir juntos a la disco. Fuera de la Universidad sus amigos ya lo esperaban, se dividieron en dos grupos para acomodarse mejor en los dos autos que estaban estacionados y así emprendieron la marcha hacia el bar. Al llegar mostraron sus identificaciones y les permitieron la entrada.
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Dentro era muy difícil de caminar y la música se encontraba a todo volumen, por suerte Sakura ya había reservado una mesa para ellos, de no haberlo hecho no sabrían en donde se hubieran ubicado. Mientras ellos pedían bebidas con nombres demasiado extraños, Naruto sólo pidió una soda. Y aunque todos lo miraron de manera extraña él no cambio de opinión, el Omega no bebía alcohol y no pensaba comenzar a hacerlo ahora. Además, eso podría tener algún efecto contrario con los supresores que tomaba. Pronto el ambiente comenzó a animarse, todos reían de bromas que se hacían entre ellos, las bebidas iban a venían y algunos se levantaron para ir a bailar. Sólo quedaron Naruto, y Sakura.
—Ve a bailar —la animó—. Sé que quieres bailar con él. —Miró al joven que le sonreía a su amiga.
La Alfa volteó su mirada y le sonrió al extraño.
—Pero no quiero dejarte solo —le dijo.
—No lo estoy, tengo mi soda —bromeó mostrado su segundo vaso—. Ve, estaré aquí cuando regreses —prometió. Y ella asintió.
—De acuerdo. —La chica se levantó de su lugar y fue hacia la pista de baile, el Omega sonrió cuando el joven que le había estado mirando se levantó y caminó hacia ella.
—Hola —saludó una voz desconocida. Naruto, quien hasta ese momento se encontraba observando a sus amigos, se giró para ver quién lo saludaba.
—Hola —respondió.
—¿Puedo sentarme? —Él enarcó una ceja.
—Si quieres —expresó sin darle demasiada importancia. El hombre se sentó demasiado cerca lo cual molesto al Omega, podía sentir a quilómetros que se trataba de un Alfa, pero decidió ignorarlo.
—Soy Anthony —se presentó.
—Naruto —dijo de forma tajante.
—¿Por qué tan solo? —trató de iniciar una conversación.
—Mis amigos están bailando —respondió de manera.
—¿Por qué tú no estás bailando?
—Porque no me gusta. —Anthony pareció comenzar a fastidiarse con el comportamiento del Omega.
Sonrió cuando vio que Naruto dejaba de prestarle atención. Con cautela sacó de su bolsillo un extraño polvo que echó en la soda del Omega. Naruto, sin saber lo que estaba pasando tomó su bebida y la bebió de una sola vez. El Alfa sonrió y se levantó del lugar, pronto ese Beta –para él Naruto lo era -, comenzaría a relajarse, y cuando fuera el momento el regresaría por su presa.
Los minutos comenzaron a pasar y el Omega comenzó a sentirse mareado, además de que estaba sudando y parecía que su temperatura corporal había comenzado a subir, aunque el Omega quería pensar que se trataba por el lugar era pequeño y había muchas personas allí. Pero estaba seguro de que se trataba de algo más. Con cuidado se levantó de su lugar y comenzó a caminar hacia el baño, necesitaba calmarse y quizás mojar su rostro ayudaría. Pero antes de entrar al lugar alguien lo tomó por sorpresa y lo golpeó contra la pared. Naruto se quejó de dolor.
—Ahora no creo que puedas rechazarme. —Esa voz le resultó conocida. Su vista era borrosa, pero aun así supo que se trataba del mismo Alfa que se había sentado a su lado.
—Sueltamente —le ordenó. Mientras intentaba soltarse de su agarre, pero se sentía muy mareado y sin fuerzas.
—Tranquilo, dulzura. La pasaremos muy bien. —Sonrió.
Pero antes de intentar acercarse para besar al Omega, un fuerte golpe en su mejilla lo alejó del Namikaze. El Alfa se recuperó y enfrentó a quien lo había golpeado.
—¿No lo escuchaste? Dijo que lo sueltes. —Naruto miró a quien lo había salvado y se sorprendió al ver que se trataba de Sasuke. ¿Cómo supo en dónde encontrarlo? —Anthony se enfadó al ver que alguien se interponía en sus planes. Pero él era un Alfa, y no se amedrentaba ante nadie.
—¿Quién te crees que eres? —preguntó. Pero su valentía se esfumó al reconocer de quien se trataba. Todos en la ciudad sabían del regreso de los Uchiha, y sabían también lo peligros que podían llegar a ser. Pues eran una familia reconocida al ser todos Alfas.
—Lárgate de aquí si no quieres que yo mismo te saque —amenazó.
Anthony no dijo nada y rápidamente se marchó mezclándose con las personas que bailaban en el centro de la pista, no iba a pelear con un Uchiha, si lo hacía probablemente no viviría para contarlo, cuando Sasuke se volteó parecía estar molesto, pero Naruto no tenía la culpa de lo que había sucedido.
—Yo… —El Omega no pudo hablar porque el Uchiha lo tomó de la mano y comenzó a llevarlo hacia la salida—. ¿A dónde me llevas? —preguntó sin ninguna intención de soltar su mano aunque esta estaba muy fría.
—Nos vamos de aquí —anunció.
—¿Qué? No puedo irme sin decirles a mis amigos. —Intentó dar media vuelta pero le era imposible.
—Envíales un mensaje —recomendó—, no puedo creer que te dejaran solo en un lugar así —masculló—, te dieron algo que podría causar que tu verdadero aroma llenara el lugar, si eso sucede estarías en problemas.
Cuando Naruto escuchó eso se horrorizó, lo peor que podría haberle sucedido era que todos en ese lugar percibieran su olor a Omega, si eso sucedía estaría en problemas, pues el lugar era sólo para Betas y Alfas. El Namikaze intentó seguir los pasos del Alfa, pero al llegar a la salida unas horribles nauseas lo atacaron y terminó vomitando en la entrada del lugar. Sasuke masculló por lo bajo al ver lo sucedido, más al ver que parte de la ropa de Naruto se había manchado. Cuando el Omega se sintió mejor se levantó. El Alfa lo tomó de la cintura y lo guío hasta su auto.
—Entra —aquello fue más una orden que una petición.
Ante su estado Naruto no tenía intenciones de replicar, así que sólo hizo lo que Sasuke le dijo. Entró y mientras se colocaba el cinturón de seguridad, Sasuke abrió la puerta del lado del piloto, y encendió el motor del auto, unos minutos después se encontraban camino a su casa, pues no pensaba llevar a Naruto a la Universidad. Sasuke conducía demasiado rápido para gusto de Naruto, esquivaba a cada auto que se interponía en su camino, fue en ese momento en que se percató de que ese no era el camino hacia la Universidad.
—¿A dónde vamos? —preguntó.
—A mi departamento —respondió. Cuando Naruto escuchó aquello se sobresaltó, iba a replicar, pero Sasuke fue más rápido—, no voy a hacerte nada, simplemente necesitas un lugar seguro para descansar. Eso que te dieron podía ser peligroso.
Bien. Sasuke podría tener razón, aún no sabía qué clase de droga habían peusto en su bebida y podía ser peligroso. Realmente no le preocupaba ir a casa de Alfa. Creía en sus palabras de que no era su intención hacerle daño.
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Les tomó media hora llegar hasta el edificio. Dejaron el auto en el estacionamiento y subieron hasta el piso “10” en donde se encontraba en departamento de Sasuke. Cuando entraron Naruto ni siquiera se tomó la molestia de observar el lugar, sólo quería dormir. Sasuke lo ayudó a llegar hasta el cuarto de huéspedes y le prestó algo de su ropa, finalmente lo dejó sólo para que se cambiara. Naruto suspiró, aún estaba mareado y sentía muchas ganas de vomitar. Fue hacia el baño y se cambió de ropa. Cuando estuvo listo fue hacia la cama, corrió las cobijas y se dejó caer en ella para luego cubrirse completamente. Abrazó la almohada y suspiró. Nunca pensó estar en el departamento de Sasuke. Todo el lugar tenía su aroma, y eso le gustaba. En cuestión de segundos se quedó profundamente dormido.
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Sasuke recorría la sala de su casa, había sido una buena idea seguir a Naruto. De sólo ver como ese infeliz intentó hacerle daño provocó en él unas inmensas ganas de matarlo. Eso nunca le había sucedido antes, lo que lo llevaba a pensar que el Omega era realmente importante para él. Subió las escaleras y fue hacia el cuarto de huéspedes. Se acercó hasta Naruto y lo contempló mientras dormía. Tenía una pequeña sonrisa en su rostro, eso significaba que tal vez estaba teniendo un buen sueño. Pero en ese momento algo sucedió. El Omega se movió entre sueños y murmuró un nombre que lo tomó por sorpresa.
—Dei… —musitó. Mientras se volteaba para continuar durmiendo.
¿Dei? Eso no podía ser una casualidad, así solía llamar Itachi a Deidara. Eso no podía ser una casualidad. Poco a poco Sasuke comenzaba a pensar que sus sospechas eran reales y que tal vez Naruto podría tener una relación con Deidara. Esperaría hasta la mañana, entonces hablaría con el Omega e intentaría obtener algo de información. Con aquella idea en mente salió del lugar y fue a su habitación. Comenzaba a creer que el haberse encontrado con Naruto traería una serie de encuentros que podrían aclarar muchas cosas del pasado.