Joey aún está muerto de la risa mientras sale del helicóptero que acaba de llegar a Domino en el techo de KaibaCorp con un Ryu cubierto con una manta felpuda del dragón negro de ojos rojos que compró en la tienda de la escuela.
Partirle la madre a un aspirante a Seto siempre cambia su humor, más aun cuando descubrió que era un gran galardonado de Obelisco azul.
Su cara fue impresionante y la de todos los que pudo ver cuando le lanzó un ataque combinado de monstruos que redujo la mitad de la vida de su rival mientras se agachaba a limpiar la boca de Ryu que comía una compota sentado a su lado.
Ya aprendió que si batallará y Ryu no está con Seto entonces debe batallar a su lado.
Fue rápido. Una penosa batalla rápida. Al menos para alguien que se burló de la suerte.
Aunque posiblemente ahora esa suerte se le devolvía…
Cuando llamó a Seto al salir de la isla le dijo que estima irse a las 8 de la noche de la empresa. Joey le convenció, a punta de promesas no aptas para los dulces oídos de sus dragones, para que fuera a las 6 y que pudieran llevar a comer a los niños.
Claro que había que hacer un par de arreglos por ese asunto de fanáticos y prensa pero meh, Seto se encargaría.
Así que para esperar decide ir a la parte de Kaibalandia que no tiene cosas aburridas de empleos sino a los juegos. Tiene que hacer algunas vueltas para evitar personas que se encuentren con él para poder acceder a una de las salas VIP. Aunque claro es inevitable siempre estar encubierto, sobretodo siendo él Joey Wheeler que parece tener pésima suerte para los encuentros.
Estando en el ascensor directo a las salas VIP con dos guardaespaldas, una mano consigue detener el ascensor de cerrarse por completo. Detrás jadeos de los dueños.
-¡Si! Lo conseguimos.- Celebra uno de ellos y Joey no necesita que se abra la puerta por completo para poner los ojos en blanco porque reconoce esa fastidiosa voz donde sea.
El ascensor se abre mientras Joey piensa. “Claro, también vino el otro” Aprieta un poco más a Ryu que sigue cubierto con la manta.
En el ascensor entran Rex Raptor y Weevil Underwood, y el primero de inmediato hace un gesto despectivo cuando ve a Joey.
-Oh, pero miren quién es. El perdedor que necesita de la suerte Y abrirse de piernas para ser alguien en la vida.
Joey enseguida siente a los guardias detrás de él que quieren ponerse delante pero no, él es Joey Wheeler y peleará sus propias batallas.
Aunque eso no quite que una vena se hinche en su frente.- ¿Perdedor yo? La última vez que lo noté estabas en el ranking 3000. ¿O era 5000? – Pregunta con una sonrisa malvada mientras ve a l par casi sulfurarse de rabia.
-¡Eso fue porque te llevaste a mi dragón! – Inconscientemente Joey aprieta más a Ryu con el sonido de eso.- ¡Todo ha sido siempre tu culpa!
-Algún día conseguiremos nuestra venganza. Ese lugar que tiene Yugi me pertenece.- Dice Weevil apretando los dientes.
Joey suspira.- Llevan años contándome el mismo discurso, quizás cuando estén, no sé, al menos en el top 1000 hablemos de una venganza.
El fanático de los dinosaurios vuelve a quejarse pero Joey se distrae cuando Ryu descubre su cabeza y mira detenidamente a Rex Raptor. Al principio Joey cree que volverá a esconderse pero simplemente se queda ahí, mirando detenidamente.
Rex enseguida nota que Joey ni siquiera le presta atención.- ¡Ah! ¿Y ahora me ignoras?
-Espera, cállate.- Habla Weevil mirando a Ryu.- Ese es el mocoso del que tanto hablan.
-¿Oh?
Y por alguna razón Ryu sigue mirando. Joey no ve miedo. Es aun más sorprendente cuando Ryu de repente estira la mano en dirección a Rex Raptor, solo esa acción hace a Joey abrir increíblemente los ojos.
Rex Raptor frunce el ceño al ver al niño estirar la mano a él aunque al notar algo alza la ceja.- Oye, ¿Es idea mía o se parece a mí dragón?
Joey tiene un segundo para estremecerse cuando las puertas abren y no le importa que piso sea porque de inmediato sale. Se voltea y mira al par aun en el ascensor sobre el hombro.- Disfruten su sala VIP que pueden usar una vez al año.
-¡Maldito!
La puerta se cierra y no oye nada más. Joey se apresura a correr por el pasillo. Sabe que los guardaespaldas lo persiguen para no perderlo de vista.
Cuando siente que está a una buena distancia se detiene jadeando un poco.
-Señor Joey. ¿Pasó algo?
-¿Debemos deshacernos de ellos?
Joey sacude la cabeza.- Nah, solo quería...- Mira para todos lados y nota que bajó tontamente en el área de recuerdos.- Eh. ¡Comprar peluches para mis bebés! ¡Eso mismo! – Se asiente y camina a la tienda mientras lo siguen. Sabe que no le creen pero no comentarán anda.
Mientras tanto.
-Ryu.- Joey mira a su dragón que aun mira hacia el ascensor.- Ryu.- Vuelve a llamarlo hasta que al fin voltea a verlo.- ¿Sabes quién era?
Ryu muerde su labio y luego vuelve a ver al ascensor.- Cweo que es impotante.
Ahora Joey se muerde su labio.- ¿Tanto como yo? – Porque en realidad tiene sentido. Rex Raptor también fue su dueño.
Ryu sacude la cabeza y luego la apoya en el hombro.- Papi y papá son mejoes.
Joey le sonríe para volverlo a tapar con la manta. Aunque eso que pasó lo dejó sin duda pensativo.
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-¿Estás seguro que esto es necesario?
-Ya te he dicho que debemos ocultarnos para no ser descubiertos.
-No sé, Yugi. Creo que llamamos más la atención
Yugi asiente aunque se ríe un poco detrás de su mano libre porque no puede superar que aunque traten de pasar inadvertido en definitiva dos chicos con sudaderas que tapan sus caras y uno de ellos con un niño de la mano es sin duda sospechoso.
Claro que Yami quiere saber si es en serio importante después del segundo policía que pregunta lo hacia dónde piensa que llevan al niño y sus identificaciones.
Y es la segunda vez que Yami casi mete la pata diciendo que no tiene ninguna hasta que Yugi muestra la de él y levanta un poco la prenda para mostrar su cara y decir que está de encubierto por lo de los Kaiba.
Afortunadamente le han creído.
-No hay nada que hacer. Mi cabello es muy obvio y el tuyo es como el mío. Si nos ven con un niño…- Yugi niega con la cabeza. Ese es un túnel que no quiere atravesar.
Yami suspira.- Ni cómo quejarme.
Llegan a un centro comercial, después de pasar la misma rutina con el guardia de seguridad.
-Bien, tenemos doble trabajo. Ropa y cosas para ti. Ropa y cosas para Kuro.- Porque ya es hora de ponerle ropa adecuada a ambos.
Yami asiente mientras sigue a Yugi a una tienda de ropa de niños. No sabe si decirle que no debería realmente gastar tanto dinero porque no sabe cuánto tiempo se quedarán él y las cartas pero decide no hacerlo. Yugi ahora mismo está feliz mientras toma una linda camiseta roja con un osito en ella y lo pone sobre Kuro para saber su talla.
No. No será él quien quite su sonrisa.
-¿Padre? – Mira hacia donde Kuro está haciendo un puchero y levanta una ceja acercándose.
-¿Qué pasa?
Yugi hace un puchero muy parecido y eso es una estocada doble.- Nada de lo que elijo le gusta. Lo sabía. No sirvo para esto.
Eso hace que la cara de Kuro se llene de lágrimas y sacuda la cabeza.- No, papá.
Bueno, Yami tampoco tiene realmente experiencia en niños, pero al menos conoce su carta.- Calma ustedes dos.- Dice caminando y arrodillándose junto a ellos y viendo la pila colorida que tiene Yugi a su lado. Enseguida desliza su mano hasta encontrar la misma camiseta que había visto antes pero de color negro.- ¿Qué tal esta, Kuro?
Kuro abre la boca para luego sonreír y asentir rápidamente.- ¡Esa!
Yugi mira y luego seca sus lágrimas con sus mangas.- ¿Te gusta negro? – Y con esa pregunta él mismo se da un facepalm.- Duh, mago OSCURO y su nombre es Kuro.
Yami se ríe.- No te ataques tan duro, Yugi.
Yugi suspira mientras empieza a devolver todas las cosas coloridas a la pila.- De verdad es la carta del mago oscuro.- Luego s ele prende una bombilla y mira a Kuro.- Dime, ¿Te gustaría un sombrero o un gorro?
Kuro muestra una sonrisa y asiente.- Si, de color morado.
Yugi sonríe y luego lo levanta para ponerlo en su cadera.- Bien, entonces busquemos primero unos lindos gorros.
Ambos asienten pero cuando están a punto de ir se acercan dos guardias de seguridad.
-Escuchamos que habían dos personas sospechosas con un niño que lloraba.
Yami suspira y Yugi no puede evitar reir.
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-Amor.
-¿Hm?
-Cuando me dijiste que te encargarías pensé que alquilarías un restaurante familiar como esas veces que hemos almorzado con los niños. No pensé que harías esto.
Kaiba suspira.- ¿Cuántos años van, Joey? Y aun te sorprendes por algo así.- Niega con la cabeza.
Por primera vez los niños realmente se desprenden de las manos del rubio y el castaño para ir tras los juegos.
Joey ahora niega incrédulo aunque combinado con resignado mientras sigue a su novio a unas de las mesas de McDonald.
Que Seto Kaiba haya alquilado el establecimiento completo de McDonald por una hora es algo de esperar para alguien como él que le gusta la privacidad. Pero lo que Joey no esperaba era llegar y encontrar toda el área de parqueo llena con una versión infantil del parque de atracciones de Kaibalandia.
Columpios giratorios, carruseles con temáticos de sus dragones, disco de duelos giratorios, un espacio increíblemente grande lleno de arena con juegos infantiles de parque de más nivel que los cotidianos, porque Joey estaba seguro que esos túneles transparentes no era nada que había visto.
Francamente era el sueño de todo niño pequeño. Incluso sus tímidos dragones que no les gustaba estar separados de ellos simplemente corrieron hacia la arena.
Joey se sienta junto a su novio.- Para qué me molesto.- Suspira mirando la gran exageración de su novio para un parque infantil.- ¿Si sabes que McDonald tiene su propio parque en el segundo piso, cierto? – Le alza una ceja.
Kaiba se alza de hombros.- Tengo planeado instalar el parque en el patio de la mansión pero necesitaba saber si les gustaba. Si no, podría simplemente culpar a McDonald y mi nombre quedaría intacto.
A Joey se le cae una gota por la nuca porque su novio es francamente infantil no importa lo que diga. Simplemente decide comerse su comentario. No vale la pena desperdiciar su saliva en algo que ha repetido desde esa vez que por su primer aniversario decidió comprarle un puto yate porque le dije que la única vez que había estado en un barco era el Reino de los Duelistas.
Así que mejor otra pregunta.- ¿De dónde rayos sacaste todo esto? Ni siquiera tú puedes mandar a hacer algo tan rápido.
Kaiba sonríe, se acerca y pone una mano en la mejilla del rubio.- Eso es algo para que los CEO de Corporaciones internacionales se preocupen. Tu preocupación actual es levantar a Jolyne y Ryu para que pueda sentarse en el carrusel.
Joey le hace un puchero y Kaiba se apresura a besarlo.
Francamente ya derrotado Joey suspira mientras rueda la silla y que quede justo al lado del castaño para recostarse en su costado y apoyar la cabeza en su hombro.
Ambos ven a los niños y Joey francamente no puede olvidar el encuentro de la tarde, aunque toda la absurdez de su novio ayudó un poco.
-Seto. Hoy me encontré con Rex Raptor y su amigo.
Kaiba suspira exasperado mientras pasa su brazo sobre los hombros del rubio.- ¿Y ahora que quería ese tipo?
-El mismo discurso de siempre, ya sabes, su venganza y que soy la razón de su desgracia. Sin importancia.- Empieza a jugar con los dedos de Seto que cuelgan de su hombros hasta que los entrecruza con los suyos.- Lo que me sorprendió es que Ryu se lo quedó mirando e incluso estiró su mano a él.
-Hm, supongo que significa que recuerda que fue su dueño.
Joey suspira porque aunque lo sabía, no quería oírlo.
-Le pregunté a Ryu y me dijo que era importante pero no tanto como tú o yo. O sea, puedo entender que yo sea importante, llevo más de 5 años con esa carta pero incluso tú eres más importante.
Joey se sorprender cuando Kaiba lo acerca para besar su sien.- ¿Francamente? Desde que ese niño me llamó papá sin razón no creo que tengan sentido con nada respecto a nosotros.
-¿Oh? ¿Seto Kaiba no quiere saber la razón de algo? – Joey levanta la cabeza la cabeza para sonreírle burlonamente.- ¿Quién eres y que hiciste con mi novio?
Kaiba suspira.- Después de ver a ese faraón aparecer frente a mí he decidido que todo se puede ir a la mierda.
Joey abre los ojos increíblemente sorprendido porque ese es más su lenguaje que el de Kaiba, supone que asi de harto debe estar con toda la magia a su alrededor.
-O-Ok, bueno entonces vayamos con el flujo.
-Gracias.
Al rato Jolyne corre hacia ellos para jalar a Joey porque quiere montarse en el carrusel y Ryu corre hacia Kaiba para que lo suba a la resbaladilla.
Ambos suponen que es normal, porque no los vieron en la noche que estuvieron separados.
Luego cuando van a comer Joey no puede evitar reírse de la cara agria de su novio cuando lo ve leer el menú y decidir que comerá en casa mientras vuelve a sentarse a esperar a los otros tres.
Ya en la noche, para poder cumplir la promesa, duermen a los niños y los dejan en una habitación diferente. No algo que haya intentado con lo mucho que se quejan, pero el estar tan cansados les ayudó a dormir en la limosina.
Y allí mientras Joey recibe besos en la nuca que van descendiendo por su pecho, se pregunta si la verdadera razón para traer todos esos juegos fue para realmente cansar a los niños para no ser molestados toda la noche.
Gime ligeramente al sentir besos cerca de su ombligo y mientras levanta la cabeza de su novio para darle un largo y tendido beso se responde en su mente.
Es Seto Kaiba, por supuesto que ese fue su plan
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El teléfono de Yugi comienza a vibrar en la cama a la mañana siguiente. Nadie lo nota realmente porque los 4 habitantes de la casa están mirando fijamente la pantalla. Yami y Kuro están jugando Mario Kart mientras Yugi anima a ambos y el abuelo solo aplaude porque no entiende nada de lo que pasa.
La vibración del celular se detiene porque solo fueron 3 mensajes recibidos y se puede leer que uno de ellos es de Marik y otros dos muy extraños de Ishizu.
Extraño porque Yugi no la había contactado antes.