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Criando cartas por MizaiTan

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Notas del capitulo:

¿Cuántos meses han pasado ya? Lamento la espera pero no podía evitarlo, cada vez que llego a fin de semestre mis profesores enloquecen y me dejan demasiados trabajos. Asi que descuidé mis fics e incluso asi aun no termino la universidad sino hasta el 15 de diciembre, asi que tiempo para escribir dramas largos no tengo. Hay que esperar hasta después de esa fecha.

Pero si he tenido tiempo de leer fics y manga mientras hago trabajos o antes de irme a dormir y wow, me llegó inspiración para hacerle una conty rápida a este fic. No se, me dieron ganas de un poco de ternura en estos días estresantes en los que ando.

Sin más aqui está el capitulo

Destino.

Esa es una palabra complicada de explicar. Incluso para aquellos que han experimentado en primera mano hechos relacionados a éste.

¿Coincidencia? Quizás encontrar la tapa ganadora de otra bebida en tu refresco favorito.

Pero el destino habla de palabras mayores. No existe una cadena de coincidencias, eso es definitivamente algo destinado.

-¿Tu padre? – Pregunta Yugi al niño en sus brazos.- ¿Tienes otro padre aparte de mí? –

El niño levanta una ceja.- Por supuesto que sí.

Yugi aprieta el agarre del peli-morado.- ¿C-Cómo se llama?

-¿Papá? – Pregunta el niño algo preocupado, ¿Por qué su papá hacia una pregunta tan obvia? Quizás aún se sentía mal. Pero al ver su cara algo angustiada decide responderle.- Tu le dices Yami.

Yugi no tiene ni idea de cómo no dejó caer a su “hijo” con eso que le contó. Por lo que pone al niño lentamente en el suelo para luego agarrarse la cabeza.

-¿Papá? – Escucha su pequeña carta sonando preocupado mientras agarra su pantalón.

Pone la mejor sonrisa que puede en ese momento a pesar que salió como una mueca.- ¿Cuándo hablaron, Kuro?

-En mi sueño.- Dice mirando a Yugi.- Me dijo que volvería pronto.

Y eso fue suficiente para que la visión de Yugi se tornara en negro y se desplomara en el suelo escuchando antes un pequeño grito a su lado.

 

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Joey estaba en el jardín con los niños, persiguiéndolos mientras éstos corrían riendo de él.

No estaba muy seguro, pero ambos parecían de unos tres años de edad, y por la forma en la que Jolyne se refería a Ryu, ella era la mayor.

Antes que Kaiba se fuera al trabajo ambos decidían que hacer con el tema de los niños. Por ahora le contaron a Roland sobre la situación que casi se le salen las cuencas de los ojos al ver a los niños y las cartas pero afortunadamente se entendió.

El resto de los empleados era más complicado al no ser conocedores de las cosas fantásticas que le suelen pasar, y viendo a los niños llamarlos ‘papá’ y ‘papi’, no le quedó más remedio que decir sobre una posible adopción.

Eso se podría salir de control. Dos niños saliendo de la nada despertaría en un escándalo y no era algo muy bueno con el próximo torneo llegando. Así que por mucho que Joey amara salir a caminar a la ciudad debía quedarse con los niños en la mansión a menos que fueron a un lugar seguro y en un auto blindado.

Joey no estaba muy feliz con el arreglo pero dejarles niñera estaba fuera de cuestión. En primero porque ninguno de los dos confiaría en una desconocida y en segunda porque si ver a Kaiba irse en la mañana hacía que ambos tuvieran lágrimas en los ojos, no se quería imaginar qué pasaría si también se fuera.

Aunque ahora jugando con los niños no estaba infeliz, de hecho se estaba divirtiendo. Estar solo en casa mientras su novio trabaja lo hacía tan aburrido que por eso salía. Así que podía ver algo bueno de la situación.

Corrió hasta levantar a Jolyne.- ¡Te atrapé!

La niña se rio.- ¡No, papi! – Grita y ríe mientras Joey comienza a hacerle cosquillas.

-Pero que linda, mi princesita.- Dice cantarinamente mientras detiene las cosquillas para ajustarla a su cadera y mirar por el resto del jardín.- Ahora. ¿Dónde estará mi príncipe?

Dicho niño comienza a correr al ver que detectaron su presencia pero no nota una pequeña piedra por lo que cae de cara.- ¡Wah! – Comienza a llorar.

Joey al verlo sigue corriendo en su dirección pero ahora con un rostro preocupado.- ¡Ryu! – Llega hasta él para dejar a Jolyne en el suelo y levantar a su pequeño dragón que enseguida se amarra a su cuello.- Ya, ya, bebé.- Le arrulla y besa su pequeña mejilla húmeda que es lo poco que se alcanza a ver de su cara enterrada.

En eso escucha nuevos sollozos procedentes de abajo, al mirar nota que es Jolyne que comienza a derramar lágrimas. Joey se agacha, aun sosteniendo a Ryu con su brazo derecho, para abrir su brazo izquierda a la pequeña peli-blanca que de inmediato se lanza a abrazarlo.

El rubio da gracias a sus años de pandilla por la resistencia que le dio para poder aguantar el peso de ambos niños estando agachado.

Después de un rato no escucha más llanto por lo que voltea su cara para ver a Ryu con la suya volteada mirándolo. Joey le sonríe y le besa la nariz haciendo que el niño ría.

-Papi.

El rubio escucha la voz de Jolyne, quien al verla ríe interiormente cuando hace un puchero muy marcado y muy tierno.

La levanta con su brazo izquierda para que esté a la misma altura que Ryo, pero de lado opuesto, y también la besa en la nariz, haciéndola reír con mucha más fuerza que Ryu.

-¿No más lágrimas? – Pregunta a lo que ambos niños niegan.- ¡Perfecto! Ahora que tengo en mi poder al príncipe y la princesa es hora de llevármelos.- Dice levantándose del suelo con un niño en cada brazo.

Jolyne patalea divertida.- ¡Oh no! ¡El monstruo nos atrapó! ¡Ryu, hay que escapar!

Ryu la mira y luego al supuesto monstruo solo para acurrucarse en sus garras.- Me gudta el montuo.

Jolyne queda con la boca abierta para luego reír y seguir pataleando.- ¡Entonces Jolyne salvará al príncipe Ryu!

Joey ríe mientras le hace una seña a una de las mucamas para que abra la puerta del jardín.- Ohh, pero el monstruo sólo quería invitarlos a su casa para tomar merienda con ustedes.- Le hace un puchero a Jolyne.- ¿No dejarás al monstruo solito, verdad?

Jolyne pone un dedo en su barbilla considerándolo.- Está bien, pero solo si la merienda es rica.

-Trato hecho.- Dice Joey entrando con ambos niños para llegar a la cocina

Ah. No le molestaría en nada que su vida siguiera así.

 

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Yugi se siente cansado, pero no lo suficiente como para no notar un peso extra en su estómago. Así que con toda la fuerza que puede reunir abre sus ojos para encontrarse acostado en sofá de la sala con su pequeño mago abrazado a su cintura, poniendo su cabeza en su estómago.

-¿Kuro? – Le llama haciendo que levantara la cabeza inmediatamente. Yugi se siente mal al ver su expresión preocupada, por lo que pasa una mano en su lacio cabello sonriéndole.- Estoy bien, Kuro.

El peli-morado muerde su labio asintiendo, no muy convencido.

Yugi hace ademán de levantarse pero Kuro de inmediato lo detiene.- No, papá. El abuelo dijo que te quedaras así.- Dice frunciendo el ceño.

Yugi asiente, por fin entendiendo que se desmayó y que fue llevado por su abuelo al sofá. Se siente mal por preocuparlos a ambos.

-¿Dónde está el abuelo?

-Fue por medicina.- El niño mira hacia abajo.- ¿Papá?

-¿Hm?

-¿Dije algo malo para que te sintieras mal?

Yugi niega de inmediato.- Para nada. Solo me sorprendí.

-¿Por padre? – Pregunta ladeando su cabeza un poco, a lo que Yugi asiente.- ¿Por qué?

-Hace mucho no lo veo.- Dice mirando nostálgicamente hacia un portarretrato con una foto tomada en Egipto, la única foto donde sale Yami en su cuerpo. Mira a su carta con determinación.- ¿Qué te dijo?

Kuro pone un dedo en su barbilla mirando hacia arriba.- Algo sobre una época, dioses, y un nombre que no recuerdo.- Yugi se le resbala una gota por el cuello por lo poco útil de la información.- Y que con todo eso por fin vendrá a vernos.

Yugi levanta sus cejas y abre mucho los ojos.- ¡Wow, En serio! – Exclama sentándose en el sofá al no poder evitar la sorpresa. No oye a su hijo reclamándole que se vuelve a acostar. Solo lo siente en su regazo para abrazarlos fuerte.

Sabe que está sonriendo como idiota por la cara perpleja de Kuro desde su pecho.

-¡Esto es grandioso, Kuro! ¿Sabes cuándo será? – Pregunta y se desinfla un poco al verlo negar.

-No me dijo eso.

Yugi se alza de hombros.- Bueno, no importa. El punto es que vendrá

 

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Mientras trabajaba Kaiba se pateaba mentalmente.

Que idiota es.

Advirtiendo a Joey el día anterior de no encariñarse con su carta poniéndole un nombre para él terminar haciendo lo mismo justo al día siguiente.

Esto no era correcto.

Esas cartas son monstruos de duelo, y por mucho que ambos desearan que fueran niños reales para adoptarlos de verdad, es algo imposible.

No lo podía negar, son muy tiernos ambos, y sobre todo al ser niños que no le tienen miedo en lo absoluto como otros. Le respetan y le quieren.

Pero no debían desviarse, la principal prioridad es regresarlos a la normalidad. Qué importa que pueda ver el lado parental de Joey, ver a niños felices llamándole papá, sentirse otra vez responsable de un ser menor, ver sus cartas…

Se da un facepalm cuando nota que poco a poco cae en el mismo agujero que Yugi y Joey.

Suena el telecomunicador de la oficina, dejando su trabajo a un lado.- Señor, Kaiba. La limosina espera para su hora de almuerzo.- Dice su secretaria.

-Entendido.- Responde simplemente, cerrando la línea para levantarse de su asiento. El almuerzo no sonaba mal para despejar un poco su mente, aunque la idea de ir a un restaurante de lujo solo no le hacía gracia. Le gustaba que Joey viniera a su oficina a recogerlo para almorzar juntos, rotaban con sus preferencias. Pero ya no podían hacer eso y sin duda es algo que extrañaría.

Baja por el ascensor VIP hasta el parqueadero donde Roland lo espera abriendo la puerta. Aunque no esperaba una pequeña tormenta que llegó a sus piernas.

-¡Papá! – Grita Jolyne emocionada abrazando su pierna izquierda. Por fin pudo ver a su papá y estaba feliz por eso, su papi es genial pero nada es más genial que tenerlos a los dos juntos, como tenía que ser.

Seto la mira inclinándose un poco para levantarla y apoyarla en su cadera. Mira la puerta abierta de la limosina y ve a Joey salir de ella con Ryu en sus brazos.

El pequeño peli-negro estira sus bracitos para también ser abrazado por papá, por lo que Joey se lo pasa para que ahora un niño esté en cada brazo.

Joey ríe con la escena y se acerca a su novio para darle un pequeño beso.- ¿No creerías que hoy no almorzarías conmigo, cierto? Además hoy tenemos dos plus.- Dice poniendo una mano en cada pequeña cabeza.

El castaño se sorprende, no lo niega, pues no esperaba ver a Joey y los niños en absoluto cuando bajó al parqueadero.- Joey, sobre lo que hablamos en la mañana…

-No te preocupes, amor. Roland se encargó que no hubiese nadie en el parqueadero, salvo los guardaespaldas. Solo hace falta que hagas una de tus famosas llamadas para que nos busques un restaurantes con la sala a toda nuestra disposición.- Le sonríe el rubio.

Kaiba no puede evitar inclinarse, aun con los bebés encima, y darle un beso a Joey.- Es mi influencia la que provoca que cada día te hagas más inteligente.

Joey frunce el ceño.- ¿Insinúas que era un idiota o qué?

Kaiba no responde y simplemente pone a los niños en el interior de la limosina para luego sentarse él.

-¿Y qué te hace pensar que es por ti, ricachón? – Dice Joey entrando también.

Ambos acomodan a los niños en sillas para bebés que mandaron a comprar. A Joey le hubiese encantado comprar las cosas pero salir no era una opción, así que ni modo.

Seto hizo la llamada a un restaurante familiar que a Joey le gustaba mucho, era un lugar ni muy grande ni muy pequeño pero ambos apreciaban la calidad de la comida. Kaiba en un principio tenía sus dudas del establecimiento pero pronto entró a su lista de restaurante por el cálido ambiente y la buena comida. Pidió al dueño el alquiler del lugar por la hora del almuerzo a un precio que el dueño de inmediato dijo que si y que estaría disponible dentro de veinte minutos, además de garantizar confidencialidad.

Además entraría por el parqueadero para evitar vistas indiscretas.

Al colgar y terminar de informar a Roland su destino, notó una pequeña conversación.

-Ya te dije que no, Ryu. Debes acostumbrarte.- Dice Joey poniendo una mano en el cabello del pelinegro.

Kaiba de inmediato notó que Ryu hacía una carita apaleada mientras estiraba sus brazos a Joey que suspiraba mientras negaba. Haciendo que el labio de Ryu temblara.

-¿Qué pasa? – Pregunta Seto.

El rubio mira a su novio.- Pues Ryu quiere que lo lleve en mi regazo pero no, debe aprender a estar en la silla.- Mira otra vez al oji-rojo.- Ya te dije antes, los niños grandes se sientan solos.

-¡Si, Ryu! – Dice la niña en su asiento rosa y de flores blancas.- ¡Mira! ¡Jolyne está solita y no llora! – Dice orgullosamente.- ¡Ya no somos bebés!

Ryo mira a los dos risueños para luego ver a su papá, pidiéndole con su cara que le dijera que si podía estar con su papi, se sentía solo en ese asiento con correas. Kaiba asiente mirando al pequeño.- Ryu, es como ambos dicen.

Ryu mira a los tres para luego mirar hacia abajo.- Pelo… Pelo… Soy el bebé de papa y papi.- Muerde su labio.- Papi lo dijo.

Kaiba y Joey se miran para que luego el rubio suspirara.- Si eres nuestro pequeñín, dragoncito. Pero lo siento, los niños grandes deben usar la silla.- Ve a Ryu con su labio temblando aún más.- No te preocupes, en cuanto lleguemos te abrazaré fuerte y te besaré mucho y también dejaré que papá te abrace. Pero solo si eres fuerte y aguantas hasta que lleguemos. ¿Si? – Le sonríe pero Ryu sigue con la cabeza gacha, por lo que toma su mano con fuerza.- Tomaré tu mano y no la soltaré hasta que lleguemos.

Ryu mira sus manos unidas para luego asentir lentamente.

Kaiba sonríe a la escena. Su cachorro y su pequeño son tan tiernos. Luego voltea a ver a la niña a su lado que tenía un puchero.- ¿Pasa algo, Jolyne?

-Jolyne también quiere un abrazo de papá y papi cuando lleguemos.

-No hay problema, princesita.- Dice Joey quien escuchó.

Kaiba la ve poner una sonrisa. Y él también sonríe.

Es increíble que a solo dos días Joey conozcas tanto a sus ‘hijos’, para poderlos calmar. Lo que le hace desear aún más, en lo profundo suyo, que estos niños realmente fueran sus hijos.

Notas finales:

Bueno, este es el nuevo capitulo. que tal? Yami volverá en algun punto aunque aun no sabemos por qué y qué relacion tienen esas palabras que dijo Kuro.

Me pregunto si estoy haciendo a Ryu muy consentido?

Jolyne... No puedo evitar pensar en Jojo cuando escribo ese nombre, y en serio no se parecen en absolutamente nada.

Hablando de eso, me gustaría hacer algunas preguntas a mis lectores cada que actualizo caps, a ver si tenemos cosas en comun. Que les parece?

Bueno aqui está mi pregunta:

¿Qué otros fandom siguen sin importar los años, aparte de YuGiOh?

En mi caso, serían principalment tres: Hetalia, Kyo Kara Mao y Jojo... Han pasado años de la conclusion de los dos primeros y yo los sigo amando con fuerza, siempre ando leyendo de ellos, y pues de Jojo, solo de hace dos años pero soy fiel al manga y sus fanfics.

Bueno, nos veremos proximamente

Bye-Nee


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