Se suponía que sería un día normal.
Aún se acomodaba a esa locura que su carta se había convertido en una niña de tres años pero estaban empezando a tener una rutina.
Se suponía que almorzaría en paz con su novio y los niños, tendría una reunión donde posiblemente algunas cabezas rodasen por el suelo y luego iría a casa.
Ese ERA el plan.
-¿Señor? – Pregunta Roland que no tenía que ser un genio para saber lo molesto que estaba su empleador.
-Roland.- Lo llamó fríamente.
-¿Si?
-¿Me puedes explicar cómo demonios pasó todo esto? – Sus venas crispaban mientras veía a su jefe de guardaespaldas.
Su idea de terminar una reunión no tenía nada que ver con descubrir por medio de Roland que su cachorro había sido obligado a participar en una batalla y que en la confusión Ryu había sido descubierto.
Se levanta dando un manotazo a su escritorio.- Van a rodar cabezas.
Roland se inclina a su jefe.- Me encargaré personalmente de eso, Señor.- Incluso a él no le gustó lo que pasó y también quería venganza.
Kaiba le asiente sabiendo que contaba con Roland para empezar a caminar.- Que preparen el helicóptero. Vamos a rescatarlos primero y luego a solucionar este lío.- Ladra la orden para avanzar y salir de la oficina.
Roland asiente llamando a todos desde su comunicador mientras Kaiba toma su celular para hacer una llamada.
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-¡No puedo creerlo! – Exclama Joey moviéndose caminando de un lado a otro en la sala VIP.- ¡Lo primero que les digo es no dejar que nadie los vea y es lo primero que hacen! – Regaña a los tres niños sentados en el sofá que lo miran con expresiones tristes.
-Pero papi.- Protesta Jolyne.- Sólo Ryu fue visto.- Señala a su hermano que la mira traicionado.- Kuro y Jolyne se quedaron aquí.- El pelimorado asiente varias veces mirando entre Joey y su papá que lo veía con decepción.
-No importa – Joey detiene su andar para verlos a ambos.- Estoy seguro que ambos le ayudaron.
Kuro y Jolyne bajan su cabeza.
Yugi se cruza de brazos al lado de Joey mirando con total desaprobación a su mago. Pero en cuanto éste levantó su cara con atisbos de lágrimas toda postura de regaño se le pasó.
Se acercó a abrazar a Kuro que de inmediato rodeó el cuello con sus brazos.- No llores, Kuro.
Kuro muerde su labio.- Lo siento, papá.- Levanta su cara para ver al rubio.- Lo siento, tío Joey.
Yugi pasa su mano por su cabello para relajarlo.- No hay problema, siempre que no vuelvas a hacerlo.- Kuro le asiente y entierra su cara en el hombro del oji-amatista.
Joey se da un facepalm. Estúpido Yugi. ¿Por qué tenía que ceder tan rápido? Ahora los dragones los miraban con lágrimas en los ojos esperando un abrazo y quedaría como el padre malo si no lo hacía.
Se suponía que regañarían pero la verdad también tiembla su determinación al ver a ambos bajar del sofá y acercarse a sus piernas.
Jolyne abraza su pierna izquierda.- Papi, no te enojes con Ryu y Jolyne – Dice Jolyne mirándolo con su labio temblando.
Ryu estira sus brazos para ser levantado.- P-Papi. – Con lágrimas corriendo por sus mejillas
Maldición, esto era injusto. Eso era un arma doble.
Se rinde y se arrodilla con un suspiro a los que ambos los abrazan.- Bien, bien.- Dice palmeando ambas cabezas.- Pero la próxima vez que alguno se escape les pondré niñera y me iré.- Les da una advertencia que no tenía planes de cumplir, pero tuvo el efecto inmediato porque ambas cabezas se alzaron para verlo.
-¡No! – Gritan al unísono nada gustosos de la idea y Joey sonríe palmeando otra vez sus cabezas.
Joey mira a Yugi que tiene a Kuro apoyado en su cadera y suspira.- ¿Y ahora qué?
Yugi le responde con otro suspiro.- Ni idea, estamos atrapados.
Después del estallido y la carrera de Joey para escapar todo se volvió un caos. Pedían entrevistas, el corredor estaba asediado y aunque estaba James junto a dos guardaespaldas junto a los guardias del torneo y los del Kaibalandia, era imposible salir sin ser vistos. Todas las salidas estaban cubiertas de reporteros, incluso las traseras.
En realidad con ayuda de todo el personal podrían salir y llegar a la limosina esquivando preguntas, el problema es que sería imposible hacerlo sin que Jolyne y Kuro sean vistos. Y con un solo escándalo bastaba por el día de hoy.
Joey mira a los dragones que aún le abrazan. Pero antes de decir nada su celular empieza a sonar.- Jolyne, podrías buscarlo, por favor.- Le dice a la niña que asiente feliz y se aleja a buscar la cosa rectangular que hace ruido y se lo da su papi. Joey hace una mueca resignada al ver quién llama.- Es Seto.- Anuncia.
Jolyne sonríe.- ¿Papá? ¡Quiero hablar con él! – Dice emocionada a lo que Joey niega.
-Quizás luego.- La peliblanca hace un puchero pero asiente. Joey aleja un poco a Ryu para levantarse pero el niño aún se abraza a su pierna. Ya empezando a acostumbrarse a eso Joey contesta con algo de miedo.- ¿Hola?
-Joey.
Joey se traga una maldición. Cuando la llamada empieza así nunca augura nada bueno.- ¿Si amor? – Dice en un intento de apaciguar la situación.
Escucha un suspiro.- Aunque creo que eres un idiota.- Joey muerde su labio conteniendo un insulto que sabe que no es apto para los niños que lo miran expectantes.- Te doy la razón en esto.
Joey abre la boca sorprendido pues no esperaba eso.- ¿De verdad?
-Si alguien trata a los dragones o a ti de esa manera en frente mío tampoco me hubiese quedado quieto.- Joey sonríe aunque se sonroja levemente por esa respuesta.- Pero…- Kaiba se detiene y a Joey le da un leve escalofrío por el tono frío.- Aún estoy de un humor de perros porque no tendrías que estar ahí en primer lugar.-
-¡Exactamente mi punto! – Joey le responde.
-Peleaste bien, yo me ocuparé del resto.- Joey sonríe. Claro que sabe lo despiadado que puede ser su novio, antes eran enemigos jurados, pero francamente no recuerda ya la época en que podría vivir sus días sin escuchar su voz volverse tierna.- Aunque hay que disciplinar a esos niños para que no hagan nada así de nuevo.- Dice contundente.
-Ah.- Joey mira a los niños que lo miran y luego a Kuro que estaba jugando con Yugi y sus peluches de Kuribo. Se le cae una gota por la nuca.- No te preocupes, Yugi y yo ya nos encargamos.- Y en realidad debería sentirse decepcionado de sí mismo de ceder tan fácil.
-Bueno, eso está bien.
Joey se tambalea cuando ambos niños ahora abrazan sus piernas, recordando la situación en la que están.- Oye Seto. Estamos en un lío para salir ahora.
-No te preocupes, ya me ocupé de eso.
-¿Eh? – Pregunta confundido.
-Nos vemos en unos minutos.
-¿Minu…? – No alcanza a decir nada porque su novio le cuelga. Mira raro su teléfono.
Yugi voltea a verlo desde su posición.- ¿Qué dijo Kaiba?
Joey lo mira aun con su cara de confusión.- Que ya se ocupó de todo y que lo veríamos en unos minutos.
Yugi imita su cara confundida, y es incluso cómico de ver.- ¿Minutos? Pero KaibaCorp está a más de media hora y pasará mucho para que pueda entrar.
-¡Justos mis pensamientos! ¡Pero el canalla me colgó!
Jolyne no estaba feliz y su puchero lo demostraba, porque no pudo hablar con papá pero se alegró al escuchar que vendría y jaló el pantalón de su papi.
-¡¿Papá viene?!
Joey la mira rascando su nuca.- Supongo que sí.
Jolyne mira a su hermano.- ¿Escuchaste, Ryu? ¡Papá viene! ¡Y no es de noche! – Dice feliz a lo que Ryu también se alegre y suelta el pantalón de Joey para aplaudir feliz.
Y a pesar de llevar algunos días a Joey aún le parece tan surrealista ver dos niños pequeños tan emocionados por ver a su novio.
Y a partir de ahí pasó uno o dos minutos cuando la puerta se abre y James se asoma.- Está libre, síganme.
Yugi y Joey lo miran sorprendidos.- ¿Libre? – Pregunta Joey sin creerlo.- ¡Hace cinco minutos estaba imposible pasar por las puertas!
El guardaespaldas se inclina.- Y aún lo es.- Se endereza e ignoró las caras desconcertadas.- Por favor síganme por este camino, es seguro.
Yugi se encoge de hombros y Joey asiente en silencio, ambos aun escépticos pero haciendo caso.
Jolyne se aferra a los peluches en el suelo.- ¿Los llevaremos, papi? – Le pregunta al rubio pero James le responde primero.
-No se preocupe, señorita. Llegarán a la mansión, yo los llevaré.
Jolyne miró al hombre con traje para luego ver a su papi que le asiente con una sonrisa que ella imita. Si su papi le dice que si entonces debe ser verdad.
Jolyne se levanta y es cargada por Joey que tiene a Ryu en el otro brazo. Aun con la advertencia no quiere que ninguno salga corriendo y agregar más al avispero.
Yugi se quita su chaqueta y cubre a Kuro con ella para luego levantarlo. Si lo peor llegaba a pasar lo mejor es que nadie viera el rostro del niño que carga el Rey de los Juegos.
Salen al corredor e increíblemente ya no hay personas en cada esquina pero hay numerosos guardias.- Ese loco.- Murmura Joey sabiendo quién lo hizo aunque ni idea del cómo.
James los dirige escaleras ariba hasta llegar a la azotea donde un helicóptero gigante con su hélice aun girando está estacionado con un Seto Kaiba de brazos cruzados fuera de éste.
-¡Papá! – La reacción fue inmediata pues ambos niños se mueve para que Joey los pueda bajar y correr donde su papá que al verlos se agacha para recibirlos.
Yugi abre la boca sorprendido. Claramente recuerda a Kaiba alzando a Ryu de cuando lo descubrió pero no se imaginaba verlo recibir así a los niños.
Joey se ríe.- Cierra la boca, amigo.
Ambos se acercan con más calma que los niños que están siendo levantados por Kaiba. Al parecer en una intensa conversación.
-… ¡Y el divertido hombre de negro trajo peluches, papá! – Dice Jolyne emocionada alzando sus brazos para ejemplificarse.
Ryu asiente.- Papi jugó al ten.- Dice feliz.
-¡Y fue divertido! – Termina Jolyne a lo que Ryu asiente varias veces.
Kaiba les asiente a cada cosa que dicen a pesar de la velocidad en que lo hacen. Ve a su novio llegar que se acerca a darle un beso casto en saludo.
El rubio sonríe irónicamente.- Después de tantos años se supone que nada ya me debe sorprender viniendo de ti.
Kaiba le sonríe para luego ponerse serio.- Aunque esto es una medida momentánea, aún hay que hallar una manera de arreglar todo.- Acomoda a los niños mejor en sus brazos.- Estoy cansado de recibir mensaje sobre tu “engaño”
Joey quita la sonrisa y desploma sus hombros.- Lo sé.
-Bueno, por lo pronto subamos.- Dice entrando al helicóptero, cuyo tamaño es mayor que uno normal.
Los dos amigos asienten y entran. Les dan los protectores de oídos y hay tres de tamaño pequeño para los niños. ¿Cuándo los consiguió? Pero la pregunta se responde como muchas otras. Porque es Seto Kaiba. Piensan Yugi y Joey a la vez.
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Como Kaiba dijo fue sólo una medida momentánea para sacarlos de ahí, en cuanto el helicóptero llegó a la mansión estaban igual de asediados. Era hasta ridículo lo rápido que se movía la gente que se empujaban en las rejas de la mansión.
Yugi no podía ir a su casa por lo que Joey ofreció una habitación en la mansión a lo que Kaiba asintió indiferente cuando su novio le preguntó.
-¡Mira estos titulares! – Le muestra a Joey a Yugi desde su celular mientras iba deslizando la página.- “Engaño de año”, “Joey Wheeler infiel con hijo a bordo”, “Se busca madre pelinegra”, “Seto Kaiba reacciona”, “Ryu, la razón de una ruptura.”- Cada uno que leía lo hacía más enojado hasta que tira su celular. A la cama por supuesto, no es rico para comprar otro diga lo que diga su novio.- ¡A la mierda todos! – Exclama enojado.
Y Yugi está feliz que ya es entrada la noche y los niños duermen.
Aunque aún con la hora la prensa no se detiene. Kaiba se había tenido que ir, según él a resolver lo que ocurrió llevándose a Roland y a quién sabe cuántos más guardaespaldas. Se veía listo para la guerra y cuando Joey le preguntó si era lo de la prensa le respondió que eso sería en la mañana.
Ninguno de los sabía de qué asunto en concreto se trataba, pero era mejor no preguntar.
-¡En serio! – Su atención vuelve a Joey que se cruza de brazos molesto.- ¡Incluso en un foro me llamaron puta! ¡Puta! ¿¡Puedes creerlo!? – Yugi no alcanza a responder aunque Joey no esperaba una respuesta y seguía despotricando.- ¡Al menos llámenme perro o infiel! ¡No un nombre femenino!
A Yugi se le desliza una gota.- ¿Es por eso que estás ofendido?
Joey se cruza de brazos aun molesto por lo que para Joey fue un Sí.
El rubio se calma luego de un par de minutos de echar humo y se descruza de brazos.- La cosa es que la única forma de arreglar esto es anunciando que tenemos dos hijos. Pero maldición, ¿Qué decimos? ¿Qué los adoptamos? Aun se supone que deben regresar a lo que eran.- Dice en pánico mirando a la puerta del estudio de su novio por si alguno de los niños estaba despierto y vuelve a mirar a su amigo.- Si decimos que son nuestros hijos y luego desaparecen entonces ¿Qué? No pienso buscarles reemplazo.
Yugi suspira entendiendo el dilema de su amigo, pues él se siente en la misma situación. Pone una mano en su hombro.- Es feo pero la única forma de arreglar esto y que dejen de decirte esas cosas.
Joey le sonríe.- Sabes que en realidad me da igual lo que digan de mi.- Luego lo mira frunciendo el ceño.- Pero es cierto que no tendremos paz hasta que la prensa se entere.- Suspira.
Ambos quedan en un silencio que es interrumpido por pasos corriendo. Miran a la puerta para ver a Kuro llegando donde Yugi.- Kuro, ¿Qué haces levantado a esta hora? – Le pregunta Yugi mientras Kuro toma su mano para levantarlo y que lo siguiera.
-¡Papá! ¡Ven! ¡Padre me dice que te lleve!
Y eso enciende la curiosidad y emoción de Yugi que se levanta para seguir a Kuro con Joey detrás igual de curioso.
Caminan y llegan al cuarto momentáneo de Yugi y Kuro, donde este último se suelta para correr a la mesa de noche y tomar una cartas del deck de Yugi y volver a él.
-Mira.- Se la da
Ambos adultos miran la tarjeta para que luego Yugi la deje caer y Joey murmura.- ¿Es una puta broma?
Yugi no puede corregir a su amigo para que no diga esas cosas delante de un niño, porque estaba muy ocupado poniendo ambas manos para tapar su boca.
Casi siente que se le va el aire y Kuro lo mira preocupado.
Joey se tuvo que sostener de un escritorio de la habitación.
Ambos tan desconcertados con lo que vieron.
Allí en el piso alfombrado de la gran habitación de huéspedes está una carta que habían visto hace unos días que decía: Mago Oscuro – No disponible. Pero lo nuevo es que en lugar de estar la carta en blanco donde debería estar la imagen estaba una ilustración del rompecabezas del milenio con una pequeña frase debajo.
Gracias a desconocida magia muy pronto estaré contigo.