Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Criando cartas por MizaiTan

[Reviews - 104]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Helloo, mundo! Estoy agradecida por la acogida que ha tenido el fic. Es la primera vez, desde que escribo fics, que tengo tantos comentarios en el primer capítulo.

Este capitulo me salió rapido, me llego la inspiración de la nada. 

Espero les guste.

Luego del pequeño susto Yugi se acerca para mirar con asombro al niño y luego recoge su carta. Efectivamente decía “No disponible” junto con una imagen del vacío. Voltea a ver que el niño lo mira detenidamente.

-H-Hola.- Saluda Yugi aun desconcertado.

-Hola.- Responde el niño inclinando su cabeza un poco en señal de respeto.

Al ver a Yugi aun congelado Joey se acerca para quitarse su camisa y ponérsela al pequeño, aunque le quedaba inmensa. En vista de que su chaqueta aún estaba siendo utilizada.

-Listo, así al menos no estarás desnudo.- Lo mira un sentado, viéndolo con ojos curiosos. Lo ve señalarlo.

-¿Y tú? – Le pregunta el pequeño.

Joey mira hacia donde señala y nota que solo lleva la camisilla por estarse quitando la ropa. Niega con una sonrisa.- No te preocupes, tú lo necesitas más. Además aquí tengo más ropa. ¿Cierto, Yugi? – Voltea a ver a su amigo quien aún está con la boca abierta.- ¿Yugi? – Vuelve a preguntar golpeando su hombro.- ¡Yugi!

Lo saca de sus pensamientos con eso.- ¿A-ah? ¿Qué?

Joey suspira.- Tranquilo te entiendo.- Señala discretamente al chico pelinegro a su lado que ve curioso al otro niño.

Yugi asiente dando unas cuantas respiraciones para calmarse.- De acuerdo, entonces… Emm.- Se detiene pensando un poco en cómo llamar al niño.- ¿Mago oscuro?

El niño voltea a verlo sonriendo ligeramente.- ¿Si, padre?

Ahora si ambos muchachos mayores abren la boca sorprendidos. Eso no lo esperaban.

-Repentinamente me sentí viejo.- Murmura Yugi en su estupor aun mirando con asombro al niño que ahora inclinaba su cabeza confuso, no sabiendo si había dicho algo malo.

-O-Ok. Esto está cada vez más raro.- Dice Joey rascando su cabeza viendo a ambos niños. Luego mira a su amigo al notar algo.- Oye Yugi, este niño al parecer es algo mayor que mi dragón y también habla mejor, quizás él sepa más.

Con ello Yugi nota que efectivamente el niño parecía tener 4 años o quizás 5. Su lengua no se pegaba tanto al hablar como la del pequeño pelinegro que ahora tomaba un peluche de Kuribo que encontró y se lo daba al pelimorado. Ambos sonriendo.

A Yugi le pareció demasiado tierno pero desliza eso en su mente.- Es cierto.- Responde a lo dicho por su amigo.- Eh, niños.- Ganándose la atención de dos pares de ojos adorables.- Vamos a la sala, voy a traer leche y galletas. ¿Si?

Allí ambos descubrieron que ese era el interruptor para los niños. Pues el tímido dragón enseguida se levanta con una sonrisa y corre a la sala, y el pequeño oji-azul se levanta sonriendo y caminando rápido por donde se fue el otro.

Ambos anotan ese dato en su mente, para luego seguirlos.

 

Xxx0xxx0xxx

 

-En realidad no se mucho.- Dice el pelimorado tomando un sorbo de su leche, siendo observado atentamente por los dos adultos.- Solo que desperté en ese cuarto y decidí esperar que padre llegara.

-Ok, primero que todo.- Dice Joey.- Por favor, córtala con lo de “padre”, me está poniendo de los nervios.

El pelimorado frunce el ceño confuso.- Pero si él es mi padre.- Señala a Yugi, el cual toma su mano y la baja.

-Señalar es de mala educación.- Le dice amable haciendo que el niño se sorprendiera y luego se disculpara sonrojado.- A lo que Joey se refiere es que suena muy formal. ¿No crees?

El niño piensa un poco y asiente.- Puede ser, ¿Pero qué digo entonces?

Ambos adultos se miran interrogantes, no sabiendo qué responder.

El ojirojo, el cual está sentado en esos momentos en el regazo de Joey, levanta su bracito y luego mira al rubio.

Yugi se ríe ganándose una mirada interrogante de su amigo a lo que este niega. Le parece tan divertido lo opuestos que son el niño y Joey, pues el rubio nunca levantaba la mano en clase para pedir la palabra, solo hablaba y ya.

El niño sigue con la mano levantada y Joey suspira.- Adelante, habla. No tienes que pedirme permiso.

El niño asiente para mirar al niño mayor y señalando al rubio.- Él es mi papi. Yo le llamo papi.

El pelimorado toca su barbilla pensativo.- ¿Entonces “papá” está bien? – Pregunta mirando a Yugi que estaba algo consternado al igual que el rubio.

Joey soba su cuello nervioso.- Saben, niños.- Se gana la atención del pequeño par.- Creo que sería mejor que nos llamaran por nuestros nombres.- Mira a Yugi que asiente con una sonrisa nerviosa.- Podrían generar malenten…- Se detiene al escuchar sollozos.

Voltea a verlos y ambos niños comenzaron a sollozar. Yugi de inmediato se levanta para recoger al pelimorado que estaba en el suelo y cargarlo, éste de inmediato lo abraza.

Por otro lado Joey aun sentado acomoda al niño poniendo su cabeza en su hombro y dando masajes circulares en su espalda para que se calmara.

Pero ninguno de los dos se calmaba.

Joey suspira.- Vamos, mi dragoncito. ¿Qué pasa? – Le pregunta preocupado.

-Pa-Papi es papi. Pelo papi no quiele.- Dice entre sollozos.

De lo único bueno que pueden sacar de esta situación es que, quizás por las personalidades de los niños, ninguno llora fuerte.

Yugi comienza a caminar con el niño en sus brazos después de un rato que dejó de sollozar pero seguía pegado como un Koala. Suspira ya cansado con la situación.- Está bien, puedes llamarme papá por ahora.

De inmediato levanta la cabeza del hombro de Yugi, dándole oportunidad a éste de secar sus lágrimas con una de sus manos.- ¿De verdad?

Yugi asiente para luego ir a sentarse con Joey.

El ojirojo voltea su cabeza para ver la escena y luego mira a Joey con grandes ojos de cachorro. El rubio mira hacia Yugi. “No tenías que ceder tan rápido”. Le reproche en su mente asintiendo pero luego besar la nariz del niño haciendo que una linda y tímida risa saliera.

-Así que no llores. No me gusta verte llorar.- Toma una de las servilletas de la mesa de centro para secarle las lágrimas.

Pasada la situación y luego de un nuevo vaso de leche y algunas galletas continuaron con la conversación.

-¿Sabes cómo o por qué te convertiste en un niño? – Pregunta Joey.

El pelimorado inclina su cabeza muy confuso.- ¿Convertir?

Yugi se asusta un poco por ello, así que toma la carta para enseñársela.- ¿Sabes qué es esto? – El niño niega asustando a ambos adultos. ¿Significa que no recordaba haber sido un monstruo de duelo? - ¿Cuál es tu ultimo recuerdo?

El pelimorado piensa un poco para luego negar.- Solo recuerdo despertar y esperarte.

-¿Entonces por qué le llamaste padre si no lo recuerdas? – Pregunta curioso el rubio dándole una galleta más al niño que estaba en sus piernas.

El ojiazul levanta sus hombros.- Siento que debo llamarle así. Así como siento que conozco algunas cosas.- Mira al pelinegro que felizmente acepta la galleta de Joey.- Siento que él es mi amigo

Yugi asiente mirando ahora a Joey.- Ósea que básicamente olvidaron todo sobre lo que son pero recuerdan básicamente sus dueños y junto con quienes pelearon. Pero todo reducido a sus edades físicas.- Ve a Joey suspirar.

-Acabas de hacer sonar tan serio uno de los hechos más bizarros que he visto.- En eso suena su celular, y este con dificultades lo saca del bolsillo, notando que es su novio.- Hola.- Le contesta.

-Hola, cachorro. Ya me contaron sobre tu escapada.-

Joey ríe nervioso.- Si, lo siento por eso. Es que sabes que eso de los guardaespaldas no me gusta.- Dice lo primero que se le ocurre, aunque no era tanto mentira.

-Y te entiendo, no te preocupes. Solo que me pareció raro lo de que te fueses por la ventana.- Joey ríe un poco con eso, haciendo que el pequeño pelinegro lo mirara con ojos curiosos y una sonrisa.- ¿Dónde estás ahora?

El niño estira su mano para alcanzar el celular a lo que Joey lo levanta un poco y niega, el pequeño hace un puchero.- En casa de Yugi, amor.- Joey pone su índice sobre sus labios, haciendo una seña de silencio que el niño imita pero no entiende. Allí de repente Joey se da cuenta de algo.

-¿A qué hora paso por ti?

-¿S-sabes algo? ¡Yugi me invitó a quedarme a dormir! – De inmediato Yugi lo mira extrañado pero él lo ignora.- ¡Quiere mostrarme algo curioso que le llegará mañana!

Hay un silencio del otro lado de la línea haciendo que Joey trague nervioso.- De acuerdo.- Joey suspira aliviado en su mente.- Entonces te recojo mañana en la tarde.

-Ten buena noche, amor. Adiós.- Corta el celular rápidamente antes de escuchar respuesta. Nota que dos pares de ojos lo miran detenidamente. Uno curioso con su dedo aun en sus labios, y el otro con una ceja levantada.

Joey se levanta del sofá y deja al niño donde estaba, abre una aplicación de juegos en el celular para luego pasárselo. El pelimorado curioso también mira el aparato.

Eso los distraerá un rato.

Le hace señas a Yugi que lo sigue hasta el estudio.

-¿Qué pasó Joey? ¿No le ibas a contar a Kaiba?

-Pues sí, pero si la teoría de que ellos recuerdan algo es cierta entonces creo que mi dragón podría estar molesto con Seto o echarse a llorar.- Dice Joey.

Yugi está por renegar cuando se pone a pensar. En realidad Ambos se han enfrentado muchas veces y normalmente termina con la batalla de dragones.- Tienes un buen punto.

-¿¡Cierto!?

-Pero y entonces ¿Qué? ¿Ocultarlos por siempre?

Joey piensa un poco.- Pues podríamos investigar un poco hoy.

Yugi asiente no muy convencido. Pues ni sabe dónde podrían empezar a buscar.

 

Xxx0xxx0xxx

 

-¡Papi! – Un pelinegro pequeño llama ofreciendo una taza al rubio.- ¡Chocolate!

-¿Eh? Ah, sí. Claro.- Joey toma la taza para dar un pequeño sorbo.- Delicioso.- El niño le sonríe en respuesta tomando otra vez de su vaso, sin ver el cansancio del rubio.

Yugi bosteza. Ambos pasaron toda la noche buscando, leyendo. Incluso traduciendo ranuras pero nada. Incluso estaban hartos de ver sus cartas porque llevaron horas haciéndolo.

Estaban cansados y apenas eran las 9 am. Sin absolutamente ninguna pista. Solo resolvieron llamar a Marik para ver si sabía algo desde allá.

Ya los niños estaban vestidos con ropa de su edad, pues Yugi fue a hacer las compras en la mañana mientras Joey los cuidaba. Aunque Yugi solo pudo darle un golpe en la cabeza cuando lo encontró dormido al muy condenado.

Tomaban el desayuno tranquilamente cuando en eso suena el timbre. Yugi está apunto de levantarse cuando Joey levanta su mano, deteniéndolo.- Tranquilo, yo voy estoy más cerca.- Se levanta, no notando que el pelinegro se baja de su silla para seguirlo.

Joey abre un poco la puerta, solo mostrando su cabeza, y casi se cae ahí mismo.- ¿¡Se-Seto!?

Dicho castaño levanta una ceja por la reacción, pero igualmente se acerca a darle un beso corto a Joey, que este acepta, apretando la puerta contra su cabeza para que éste no vea dentro.

-¿Qué haces aquí? – Pregunta algo nervioso.- Pensé que vendrías más tarde

-En realidad si pero tuve una reunión en la sede cerca de aquí, asi que decidí venir.- Dice para luego ver que su cachorro aún no se mueve.- ¿No me dejarás pasar?

-¿Eh? – Joey nervioso trata de pensar una excusa.- O-Oh, es que… ¿Recuerdas lo que me iba a mostrar Yugi? Pues llegó, y es vergonzoso y se supone que no debo contarte de eso.- Habló muy rápido

-Entonces… ¿Asumo que me estas echando? – Pregunta Kaiba cruzado de brazos. Joey niega con la cabeza como puede.

-No te lo tomes así, amor.

Kaiba suspira.- Confío en ti. ¿Lo sabes, cierto? – El rubio asiente con su cabeza.- Pero esto es muy sospechoso.

-Te prometo que no es nada malo.

-¿Papi?

Ambos escuchan esa voz que Joey no quería oir en lo que duraba la conversación. Mira hacia abajo para ver con horror a su dragón imitando su posición en la abertura de la puerta pero mucho más abajo.

-¿Qué?

Joey mira hacia su novio y nota esa mirada molesta que hace mucho tiempo no veía.- P-Pues.

-Abre la puerta, Joey.- Exige con una voz fuerte, provocando un escalofrío en la espalda de Joey. Con uno de sus brazos empuja un poco al niño para quitarlo de la vista de Kaiba. Aprovechando este último el momento para empujar la puerta y abrirla completamente.

Joey se quita como puede por el impacto que causó el golpe de la puerta. Alertando a Yugi y levantándose para ver lo que pasaba.

Seto solo lo determina por un segundo para luego volver a ver a Joey que tenía detrás suyo un niño pequeño.- ¿Quieres explicarme de dónde salió ese niño y por qué demonios te llama asi? – Pregunta furioso.

Joey sacude sus manos frenéticamente.- ¡No es lo que piensas! En realidad…

Joey calla al ver algo que ni en sus más extrañas fantasías pensó posible…

-¡Papá! – Grita el niño pelinegro emocionado al reconocer al castaño y abrazar sus piernas. Sorprendiendo a los tres adultos.

… Su dragón acababa de llamar “papá” a su novio, el cual lo venció varias veces.

Notas finales:

Creo que tengo buena racha, justo ahora escribo la continuación de mi fic del internado.

Para los curiosos, estos pasó cuando Seto se encontró con el niño XD

En serio, este fic me sale escrito en un tirón.

Espero tener el proximo capitulo pronto. 

Bye bye!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).