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Lo que ellos no saben por Nelke

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Notas del fanfic:

Esta historia es un fanfic de la serie de animación de Netflix, Voltron. El lore (historia en la que se basa el fanfic) y los personajes no me pertenecen.

Pidge lo sabe. Allura lo sabe. ¡Hasta Coran lo sabe! Los únicos que parecen no saber qué pasa entre las paredes del Castillo de los Leones son los protagonistas de esta historia: Keith y Lance.

Keith y Lance se odian abiertamente. Keith odia como su compañero moreno flirtea con descaro, aunque sin éxito, con cualquier chica, sea cual sea su origen de la galaxia. Detesta que se vanaglorie de sus habilidades como piloto y como francotirador, que tampoco son tan buenas, y aborrece esa expresión de chulo que pone, mirándole por encima del hombro, cuando de pocas cosas hay que estarle agradecido. De igual modo, Lance desprecia a Keith. Odia que no le preste atención y nunca le perdonará que se olvidara de su cara y de su nombre tras reencontrarse unos meses atrás. Detesta la facilidad que tiene Keith para casi todo, sobretodo para dejarle en ridículo. No le gusta nada la sequedad con la que se dirige al resto y esa actitud de rebelde sin causa que provocó que lo expulsaran de la escuela Galaxy Garrison…

En resumen, Lance y Keith son los perfectos antagonistas de una novela… Lástima que no puedan serlo en la vida real, en la que deben unir fuerzas para derrotar a Zarkon junto con los otros tres pilotos de leones: Hunk, Shiro y Pidge.

¿Y qué es lo que el resto de la tripulación sabe y ellos no? Pidge, la paladín verde, se ha fijado en que nada le baja más las defensas a Keith que las respuestas de Lance, en especial su sonrisa parece trastocarle. El capitán de Voltron se ha fijado en que el moreno puede dar hasta el 200% de sí mismo si con ello consigue impresionar a Keith, por el cual parece profesar más admiración y envidia que odio realmente. Hunk percibió la enorme preocupación de Keith durante una misión en la que casi pierden a Lance, mayor aún que en las incontables ocasiones en las que otros miembros del equipo han estado en peligro de muerte. Y por último, Allura ha dejado de preocuparse de que Lance le tirase los tejos, ya que durante los últimos numeritos del más alto se fijó que siempre flirteaba cuando Keith estaba presente, mirándole de soslayo a cada comentario o gesto innecesario, a los que Keith no hacía más que responder inconscientemente inclinando las cejas y haciendo un mohín con los labios.

- Se gustan.- Suspira Pidge dejándose caer sobre la mesa del comedor tras otra pelea entre el paladín rojo y el azul.

- Es obvio.- Añade Hunk con la boca llena de comida alteana. Sólo él es capaz de comer esa viscosidad verde con agrado, a los demás les sigue pareciendo infumable.- No hacen más que molestarse el uno al otro para llamar la atención.

- ¿No podrían empezar a salir?- Añade Allura después de tragar una cucharada de su comida.

- ¡Quiznak!- Protesta Coran.- Con esta actitud, será imposible derrotar a Zarkon.

- Debemos mejorar su trabajo en equipo… -Dice Shiro poniéndose bien su chaleco negro.- Pero son tan competitivos…

- Debemos hacer que se enrollen.- Le corrige Pidge y un extraño brillo cruza sus gafas redondas.- Si ellos no se aclaran, les aclararemos nosotros.

Todos sus compañeros la miran con desaprobación, no está bien meterse en los asuntos de otros… Si bien es cierto que ese par de tarados podrían tardar décadas en darse cuenta de sus propios sentimientos y siglos en apercibir los sentimientos del otro.

Al otro lado de la puerta del comedor, un contrariado Keith se deja caer hasta el suelo, deslizando su espalda contra la pared hasta quedar sentado. Lo ha oído todo, desde los argumentaciones hasta las conclusiones. Lance y él habían dejado el comedor para ir a entrenar hacía a penas unos diez minutos, pero Keith decidió volver al comedor para preguntarle a Coran sobre los parámetros editables de la sala de entrenamiento, encontrándose con dicha conversación. Al principio, no entendió de quién hablaban, ¿amor? ¿celos? Pero en cuanto escuchó sus nombres se quedó congelado tras la puerta, prestando atención a cada palabra y agarrándose el pecho a través de su camiseta negra, ya que su corazón no paraba de incomodarle en la caja torácica.

- ¿Qué me gusta?- Musita sonrojado desde el suelo.

- ¡Eh, mullet!- Le grita Lance acercándose a él, burlándose de su cabello.- ¿Qué te está retardando tanto?

- ¡N-nada!- Dice él, levantándose rápidamente aún con un rubor en las mejillas.- Mejor le pregunto otro día a Coran, están reunidos…- El pobre no sabe ni qué decir ni qué excusa poner, pero lo que tiene claro es que no quiere entrar en el comedor en estos mismos momentos, y menos aún que lo haga Lance.

- ¿Ha?- Hace él, ladeando la cabeza achicando los ojos y con cara de pocos amigos.- ¿Y qué?- Este chico no tiene ningún sentido de la privacidad.

De repente, la puerta que separa ambos espacios se abre, dejando ver a Pidge.

- Me había parecido oír vuestras voces.- Dice maliciosamente.- ¿Estabais espiando?

- ¡No!- Se apresura a decir Keith, delatándose. Ella sólo le mira con una sonrisa de medio lado, mientras Lance sigue sin entender nada.- Sólo quería preguntarle algo a Coran, pero ya nos vamos…- Dice agarrando a Lance por el brazo y arrastrándole fuera de escena.

- ¿Qué ha pasado?- Pregunta Hunk acariciándose su llena barriga.

- Parece que Keith nos ha escuchado…- Explica la bajita toda seria, aunque alegrando en seguida su expresión.- Y parece que le hemos dado en qué pensar.

En otro lado de la nave, tras cambiarse a sus armaduras de combate, Lance y Keith se disponen a practicar en la sala blanca y negra de entrenamiento. Tras preprogramar a los soldados blancos con motivos dorados para que les ataquen, ambos se colocan en el centro de la pista a esperar a una horda de enemigos.

- Hoy venceré a más robots que tú con tu estúpida espada.- Le reta Lance chocando su espalda con la de Keith.- No te apures si necesitas que te eche una mano, princesa.- Añade, sabiendo que esas palabras fastidiarán a su compañero. Sin embargo, éste no le reprende, como siempre hace, lo cual provoca que Lance relaje su posición de lucha y se gire para verle, aunque sólo sea de perfil.- ¿Keith? ¿Te pasa algo, mullet?- Pregunta con preocupación.

De golpe, los enemigos aparecen en frente de ellos de las blancas cabinas, iluminándose las luces azules de sus cabezas y de la pechera de sus armaduras. Hay tres, repartidos de forma equidistante por la sala. Keith aprovecha esta distracción para salir corriendo hasta el primer soldado robot, chocando su espada con él y ahorrándose dar incómodas explicaciones al castaño. Lance protesta porque otra vez parece que Keith le va a llevar ventaja en la lucha, posiciona bien su arma y corre lejos de su adversario para poder dispararle desde un buen ángulo. Sin embargo, dichos robots están programados para el combate cuerpo a cuerpo y tienen una alta resistencia a los disparos láser, por lo que por más que Lance le dispara, el caballero blanco sigue avanzando hasta él, blandiendo su azulada espada. Keith se deshace en un momento de su enemigo, desvaneciéndolo en un haz de luz blanquecino y cian, quedando ante la escena de su colega a punto de ser atacado por el segundo enemigo. Sin pensárselo dos veces, Keith corre hasta la espalda del robot, blandiendo su espada en alto, sin darse cuenta de que el tercer enemigo le flanquea por la izquierda. En un segundo, Lance desvanece a su rival con un último disparo certero en el centro de su coraza mientras ve cómo el tercer soldado ataca a Keith, quien a penas lo ha visto llegar y no se ha podido cubrir bien con el escudo. El peli-azabache sale empujado hacia atrás por el impacto mientras una rabia enorme inunda a Lance, quien carga su pistola a máxima potencia, haciendo desaparecer al último robot blanco entre un estallido de resplandor brillante.

- ¿Estás bien?- Dice Lance corriendo a su lado, aunque al darse cuenta de sus propias palabras, se aclara la garganta y cambia tanto su discurso como su tono.- Quiero decir, ¿te has roto algo, muñeca?

- I… idiota…- Gime Keith, quien se ha dado un buen golpe en la cabeza. Hace desaparecer su escudo energético e intenta sentarse.

- ¿A quién se le ocurre ir sin casco?- Le regaña Lance ayudándole a sentarse erguido.

- Tú tampoco lo llevas…- Responde el otro secamente.

- Vamos a la enfermería.- Le dice colocando su brazo izquierdo alrededor de su cuello para cargarlo y ayudarle a andar. Keith lo mira disimuladamente y todo lo que antes escuchó en el comedor  vuelve a su mente.

- Oye…- Lance le mira, empezando ambos a andar.- Gracias.

- ¿Qué?- Lance se sorprende, Keith nunca es amable con él, mucho menos agradecido.

- Gracias… por preocuparte por mi.

-¿¡Quéee?!- Grita el otro sonrojándose. Ni muerto va a admitir que él estaba preocupado por el paladín azul.

- Jajaja.- Se ríe Keith, dándose cuenta por primera vez de que sus compañeros son más listos y observadores de lo que él nunca pudo llegar a imaginar.- Yo también estaba preocupado por ti, por eso he bajado la guardia y me he olvidado de nuestro tercer enemigo. Pero veo que te las puedes arreglar bien.

- ¿A caso lo dudabas?- Chulea Lance, sin admitir el subidón de autoestima que le acaban de adquirir.

- Déjame en mi habitación.- Le dice Keith al llegar a la bifurcación entre los dormitorios y la enfermería.

- Allura debería mirarte eso.- Protesta el moreno, quedándose los dos estáticos en el suelo, pues ambos quieren caminar en direcciones opuestas.

- No hace falta, como mucho tendré un chichón. A penas me duele.- Se justifica, quitando su brazo de encima de los hombros del otro.

- Tú sabrás.- Le dice y le acompaña hasta su cuarto. Keith entra mientras que Lance se le queda viendo desde fuera.- Ha sido un buen combate.- Le dice a modo de despedida y sonriendo abiertamente.- ¡Te he ganado! ¡Lance 2, Keith 1! ¡Y salvarte me da un bonificador x2, por lo que oficialmente soy el mejor paladín de Voltron.

Keith suspira y le mira desde la cama, con una mezcla de cariño e incredulidad que Lance no sabe descifrar, por lo que se acerca a él para examinarle mejor. ¿Seguro que el golpe en la cabeza no lo ha dejado tarumba? No es normal que Keith no le esté respondiendo o poniendo caras raras.

- ¿Seguro que estás bien, Keith?- Le dice tomándolo del rostro e inclinándose para quedar más cerca de su cara.- ¿Vamos a la enfermería o a ver a Allura? Ha sonado como un coco vacío ese golpe de antes.

Keith no puede por más que reírse. Ese imbécil hasta cuando se preocupa por él tiene que insultarle. La reacción deja aún más sorprendido a Lance, quien queda paralizado en la misma posición que antes, pero quedando absorto ante la poco frecuente sonrisa del paladín rojo. Cuando Keith deja de reír, alza la mirada y se sorprende de que su compañero esté tan quieto y concentrado, aún con la mano en su pálida mejilla. Sus labios se mueven solos y pronuncia algo que jamás pensó que se atrevería a decir.

- Lance, me gustas mucho.

Lance sigue de piedra pero sus ojos reaccionan ante las palabras que acaba de escuchar destellando levemente. Su corazón deja de latir por un instante y dejando la cabeza en blanco, se acerca más a Keith para depositar un pequeño y silencioso beso en sus labios. El corazón del paladín rojo no podría latir más deprisa y se sonroja salvajemente, al igual que Lance al darse cuenta a través de la expresión del otro de lo que acaba de hacer.

- Yo, no…- Tartamudea Lance intentando encontrar una explicación lógica, o aunque sea creíble a lo que acaba de pasar.

Pero Keith, temeroso de lo que pueda pasar si ese tonto le da vueltas de más, le toma de la nuca y vuelve a juntar los labios, entendiendo que más vale un gesto que mil palabras, incluso para entender los sentimientos propios.

- Me gustas Lance.- Reafirma el pelinegro con una tímida sonrisa en el rostro.- ¿Te gusto yo a ti?

- Me vuelves loco.- Responde dejando escapar el poco aire que queda en sus pulmones y uniendo sus labios una vez más.

Notas finales:

Si has leído hasta aquí... ¡Muchas gracias!

¿Te ha gustado? ¿No? ¡Me encantaría saber tu opinión!

Hace mucho que no escribo un fanfic, así que le he dedicado mucho cariño, tanto como el que le profeso a estos dos personajes y a toda la comunidad fandom de Klance ^^

Sea como sea, ¡Gracias por leer!


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