En este mundo en el cual yo solo soy capaz de mirarlo a él, él no tiene ojos para mí, en un principio no miraba a nadie; Así que tontamente creí que solo esperar a su lado era suficiente para hacerme feliz, demasiado ingenuo en este mundo en el que el destino mueve las cartas a su placer. Sin ningún otro objetivo más que hacerlo sonreír me quede siempre a su lado, disfrutaba su presencia, amaba todo de él, pero al mismo tiempo no me atrevía a amarlo por completo.
Aunque siempre fui y soy su persona más cercana, jamás seré la persona que esté en su corazón.
Hice todo tipo de cosas para estar siempre a su lado, sonreíamos y jugábamos, estoy seguro que soy su alma gemela, más nunca podre ser el amor de su vida ya que yo mismo deseche esa oportunidad.
Al principio solo era cercano conmigo, siempre me miraba solo a mí, pero mis miedos no me dejaron ir más allá, confesar mis sentimientos me aterraba, el solo pensar que por decir cualquier cosa podría perderlo me daba demasiado miedo, así que solo hui, pensé demasiado en todo lo que nos rodeaba; en nuestros padres, en nuestros compañeros de grupo, en las fans, pensé en todo menos en nuestra felicidad e invente mil excusas para alejarme; tal vez noto mis miedos y mi lejanía, ya que al pasar el tiempo, ese brillo en sus ojos y resplandeciente sonrisa que solo a mí me pertenecía, empezó a brillar por ver a otro, ese cálido tacto que solo a mí me otorgaba simplemente se volvió solo de otro; su corazón que yo ciegamente creí que no sería de nadie aunque yo no lo reclamara, poco a poco volteo sus latidos por una persona que no dudaba en tomarlo.
Él jamás se alejó de mí, aun cuando esa persona y él se correspondieron mutuamente; incluso fui el primero en saber sobre ello, el confiaba en mí y realmente expreso todo lo que había en su corazón, así fue como me entere todo lo que lo llevo a lo que es hoy.
Comenzó su historia dejándome un sabor de melancolía y arrepentimiento…
“Realmente ha pasado bastante desde nos conocemos cierto, me gustaría pedirte un favor, podrías solo escucharme hasta el final, ya que esto no es fácil me gustaría que escucharas sin juzgar… yo de verdad estuve por mucho tiempo enamorado de ti, un amor tan fuerte que me carcomía el alma, más cuando te acercabas y creía que era una señal, pero al querer hacer lo mismo me alejabas, tal vez no eras consiente o tal vez simplemente no querías serlo, con el simple hecho de verte sonreír mi corazón se sentía feliz, me hacía feliz tu presencia y que siempre me tomaras en cuenta, me hacía feliz sentirte mío… Pero no era así, en más de una ocasión llore en soledad por lo mal que se encontraba mi corazón por mi gran primer amor, un amor unilateral; en uno de esos momento él me encontró, y me tendió la mano, ’ya no llores por él’, esa fue la única frase que dijo y me abrazo hasta que calme mis sollozos, me sentía bastante mal, pero me pude desahogar por primera vez, él me dijo que se había dado cuenta, que sabía lo que sentía por ti, me sentí morir ya que creí que ese era el motivo de tu lejanía, pero él dijo que no era tal, que él se pudo dar cuenta porque su mirada siempre me perseguía. Realmente creí escuchar mal, pero al ver su rostro avergonzado mis pensamientos se confirmaron, él me propuso intentarlo, estar con él para olvidarte, en un principio creí que bromeaba pero su cara era demasiado seria como para tomarlo en broma; no supe que decir, solo le dije que necesitaba pensarlo. Así fue que en una semana intente de todo para acercarme a ti, a pesar de que sabía que con eso lo lastimaba a él, no me importo, solo quería estar a tu lado, pero no funciono del modo que yo quería, ya que al intentar acercarme a ti tú te alejabas más y más; así simplemente me acerque a él y le dije que lo intentaría, pero que no podía prometer alejarme de ti ya que mis sentimientos movían mi cuerpo a voluntad; al parecer no le importo y me sonrió al tiempo que sus brazos me rodeaban; fue la primera vez que recibí un abrazo tan dulce que al tacto parecía derretirme como la miel que emanaba de sus hermosos ojos, por una pequeña fracción de segundo te borraste de mi mente.
Así fue como empezó mi historia con él, esa historia en la que él sufrió más que nadie y aun así nunca soltó mi mano.
Empezamos por ser un poco más cercanos, pasar más tiempo juntos; sin embargo cada que tenía la oportunidad le dejaba de lado e iba a tu encuentro, no imagino cuantas sonrisas fingió por mi culpa, realmente estaba ciego, yo estaba pasando por la misma situación y a pesar de saber cuan doloroso era esto ni una sola vez observe claramente su dolor, solo me concentraba en mi propio sufrimiento, el cual posiblemente no se comparaba ni un poco con el de él, ya que al menos yo tenía el consuelo de que tu no sabías lo que sentía por ti, sin embargo yo sabía claramente que era yo quien ocupaba su corazón y aun así lo lastime a diestra y siniestra solo viendo por mi propio sentir.
Fue demasiado tiempo el que seguí persiguiéndote sin importarme demasiado verlo a él detenidamente, pero poco a poco fui acostumbrándome a su calor, a esa sonrisa que lenta pero constantemente atacaba mis pensamientos y se iba grabando a fuego lento, su voz que al principio considere molesta por que era lo contrario a la tuya, cada vez me parecía más y más encantadora, él simplemente estaba poco a poco entrando en mi corazón y apoderándose de mi alma.
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