Hubo algo que nunca considere, así como yo sufrí contigo y busque un refugio lleno de calor, porque él no habría de hacer lo mismo ya que estaba en mi misma situación, estaba bastante ciego para no considerar eso; hasta que en cierta ocasión me di cuenta, cuando yo te perseguía sin descanso y lo dejaba de lado, él se mantenía sentado solo por un largo rato observándonos y luego lo perdía de vista, supongo que él se iba a estar solo como yo lo hacía cuando me sentía derrotado por tu actitud, pero después de un tiempo cuando yo no estaba con él, en lugar de quedarse solo como acostumbraba, otra persona se acercaba y se quedaba a su lado sin despegarse ni un instante, creí que era normal que se llevaran bien, hasta que le vi sonreír, esa sonrisa que creía que era solo mía se la estaba dando a esa persona, me sentía tan furioso que solo me quede sentado en silencio observándolos.
Fue ahí cuando me di cuenta de lo idiota que era, estaba celándole como un estúpido, teniendo mil y un pensamientos sobre como el amor que decía sentir por mí era mentira y como se atrevía a ser tan cercano a otro cuando yo estaba justo enfrente, entonces la persona que estaba con él se dio cuenta de que los observaba, lo abrazo procurando su espalda en mi dirección y me dedico una mirada de satisfacción total acompañada de una sonrisa, no podía hacer nada, yo tuve totalmente la culpa de esa situación, lo aleje de tal modo que no tenía la confianza de ser perdonado, esa sonrisa llena de luz que me derretía el corazón y su mirada llena de miel que confundía mis sentidos ya no serían míos.
En ese momento, al pensar en tener que estar sin él, tú te borraste de mi mente por más de un instante, a partir de ese momento solo podía pensar en cómo hacer que él no se alejara de mí, tú pasaste a tercer plano.
Me sentí como un reverendo pedazo de mierda, despreciando todos sus esfuerzos y alejándolo sin descanso, y ahora tratando de mantenerlo a mi lado, sin embargo no lo podía dejar ir, no quería soltar su mano, mi egoísmo venció a mi orgullo y baje mis defensas por completo, al punto de aceptar que mi amor por ti ya no era ni la sombra de lo que fue, que solo me seguía aferrando a ti por temor a aceptar que su mirada, su sonrisa y todo de él me tenía completamente cautivado, al punto de que mi mirada solo lo seguía inconscientemente, me había enamorado de nuevo sin darme cuenta, y ahora estaba a punto de perderlo, tenía que hacer algo.
Al principio realmente estaba sorprendido, tanto que incluso se alejó un poco de mí, tal vez pensó que si se ilusionaba y luego yo me alejaba nuevamente dolería más; aunque mi cambio fue incluso para asustarme a mí mismo, parecía radar, un radar que solo servía para localizarlo a él y estar siempre a su lado, mi querido rival me miraba con un poco de molestia ya que no le di ni un solo espacio para acercarse, e incluso cuando lo hacía yo lo apartaba de su lado quedándome entre ellos.
Fueron muchas las veces en que teníamos pequeños encuentros para ver quien se quedaba con su atención, perdí algunos y gane otros; realmente los papeles se habían invertido, él que había gastado tanto tiempo estando a mi lado sin obtener una respuesta, ahora podía permanecer en su sitio sin siquiera moverse y yo me acercaría a él sin lugar a dudas; en este punto yo solo lo perseguía sin dejar espacio alguno para que dudara y dirigiera su mirada a otra persona, quería llenarlo de mi presencia a tal grado der tan necesario como el oxígeno.
Siempre pensé que no habría sonrisa más hermosa que la que me dedicaba cuando se acercaba a mí, estaba completamente equivocado; había una sonrisa que era mil veces mejor que esa, la sonrisa que yo le provocaba al acercarme a él, al centrar toda mi atención en hacerlo feliz, esa era la sonrisa más hermosa que cualquier ser sobre este universo podría tener, a tal grado que solo podía corresponder su sonrisa con la mía, estaba completamente fascinado y perdido en todo su ser, <dudar> jaja, esa palabra había desaparecido por completo de mi vocabulario, el seria solamente mío.
Con esa forma de pensar simplemente desapareciste por completo de mi mente y de mi corazón, seguía jugando y riendo contigo, pero ya no sentía nada más que amistad, una fuerte y profunda amistad, con esa determinación y con mi corazón en la mano me acerque a él y le conté por completo como me sentía, como nunca podría alejarme de ti por que eras mi más cercano amigo y quería que siempre estuvieras a mi lado, como mi corazón se agrietaba cada vez que él sonreía para otro y como ese mismo corazón no podía latir para nadie más con la fuerza con la que latía para él, le dije como él se había convertido en el centro de mi existencia y que nunca quería que se fuera de mi lado, le dije una y otra vez que lo amaba como un loco desesperado, simplemente le dije cuanto le quería y espere sus respuesta.
Esa respuesta no se hizo esperar, mi corazón estaba demasiado exaltado, él soltó mi mano y cubrió su rostro, en el instante en que le vi mi corazón se partió en mil pedazos, estaba llorando, no lo dude ni por un instante y lo acune entre mis brazos, verlo llorar me dolía más que nada en el mundo, mi alivio fue grande al comprender que eran lágrimas de felicidad al saber que por fin era correspondido, aunque no entiendo cómo pudo dudar de eso después de como actué, ya nada importaba, él era mío y yo era suyo, me declare y acepto ser mi novio sellando este pequeño secreto con un beso que me elevo al cielo.
Tuve un poco de culpa por estar con él al pensar en mi querido rival, pero él era realmente afilado en esas cuestiones, no tuve que explicar nada, supongo que leyó la sonrisa de mi novio, ya que solo se me acerco y me dio un golpe en el hombro, lo tome como la señal de que se declaraba derrotado, a pesar de que sonreía sé que no era feliz, yo lo comprendía mejor que nadie.
Pero al menos ya todo estaba resuelto, y a partir de ese momento, con el debido cuidado, él y yo podríamos empezar nuestra relación, siendo todo esto lo que me llevo a hablar contigo y dejar ir todo el pasado, quiero ser feliz junto a él y quiero que tú al igual que mi querido rival sean felices.”
Esa fue su historia de amor, por un momento sentí mi corazón romperse poco a poco, pero la luz de sus ojos, esa luz que solo proyectaba felicidad me calmo, sonreí y le di un abrazo a mi gran amigo, ese amigo que creí solo sería para mí, pero el destino me mostro que si no persigues lo que deseas lo perderás.
Tal vez el hilo rojo nunca nos unió, aunque me gustaría pensar que así fue, aunque sea por un momento yo lo ame y el me amo, mi cobardía me detuvo pero no a él, que sea feliz con la persona que ahora ama será mi gran recompensa y a la vez mi castigo, mi lección de amor, esa lección que aprendí hablando de ti.
Gracias y hasta siempre.