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No Incondicional por carina_mew12

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Notas del capitulo:

holo a todos!!

cómo les va en este nuevo año? espero que bastante bien nwn yo pues.... tenemos salud, que es lo importante (?) ah, y yaoi xD jajajaj bueno, no estoy mal, sólo algo... inconforme, pero bueno, esa es otra historia... la historia que verdaderamente nos importa aquí es la de estos tres ewé así que sin más, los dejo con el capitulo nuevo!!

nos leemos abajo~

3. Tan Sólo Un Beso

- ¡¿Qué demonios te pasa Aho?!- el pelirrojo se le fue encima apenas se puso de pie, mas su puño cerrado jamás llegó a tocar al moreno pues tres de sus compañeros de equipo lo detuvieron antes de que pudiera alcanzarlo.

Y mientras Kagami maldecía e intentaba zafarse del agarre de sus compañeros, Aomine permanecía con la vista fija en el que una vez fue el jugador fantasma de la generación de los milagros, quien, al igual que él, no dejaba de mirarle, pero ninguna palabra salió de sus labios. Cuando Kagami dejó de hacer escándalo y todo pareció calmarse, los chicos decidieron irse a casa ya sin ánimos de seguir con su juego. Como fue su costumbre hace tiempo, Tetsu y Aomine caminaron juntos a casa e incluso compraron una paleta helada en el camino... una paleta doble que dividieron en partes iguales para compartirla.

- Aomine-kun....- el moreno se estremeció al escuchar su nombre, pues aquel tono si bien no expresaba mucho, de alguna manera sabía que significaba problemas- ¿por qué lo hiciste?

- odio a ese idiota, lo sabes- dijo botando el palito de madera de su helado en un basurero cercano- ¿por qué más lo haría?

- no mientas Aomine-kun, sé que fue otra cosa....- aseguró mientras se adelantaba y se cruzaba en su camino, impidiendo que siguiera avanzando- ¿fue por mí?

- tks, no lo sé, ¿de acuerdo?- su mirada se desvió inevitablemente, no lograba mantenerle la mirada al otro debido a la vergüenza- sólo... no soporté verlos tan juntos, es todo

- ¿estás celoso de Kagami-kun?

- ¿celoso de Bakagami?- una risilla irónica escapó de sus labios, a veces la imaginación de Tetsu parecía ir demasiado alto- ¿quién estaría celoso de…?

- Aomine-kun…- le cortó abruptamente el más bajito- ¿quieres intentarlo?- el moreno le miró confuso mientras arqueaba la ceja; últimamente no entendía mucho de lo que su amigo hacía, nada había sido igual desde que había entrado a Seirin. El silencio les envolvió nuevamente hasta que Kuroko dijo algo que provocó el bochorno del otro- comenzar a salir...

___________________

El suave jadeo de su pareja lo trajo de nuevo al presente; quizá los dulces labios del peliceleste le hicieron recordar aquel día que comenzaron a ser novios de forma oficial… o tal vez fue la forma inesperada en la que el peliceleste pedía las cosas la que trajo a su mente aquel día; después de todo estaban en una situación similarmente incómoda… sólo recordaba haber entrado a casa de Tetsu para jugar videojuegos y comer bocadillos y ahora estaban sentados en el suelo, devorándose en un beso tan húmedo que cada chasquido que se ahogaba entre sus bocas le provocaba a Aomine un placentero escalofrío.

Que Tetsu tomara la iniciativa le parecía tan jodidamente sensual que su cuerpo no tardó en hervir en deseo; soltó el mando de la consola para usar sus manos en algo que ansiaba más, rodear la estrecha cintura del otro y pegarla a su cuerpo, sintiendo ese abrasador calor que emanaba también del más bajito

- Tetsu, estás tan caliente...- murmuró mientras mordía los labios contrarios cuidadosamente, asegurándose de atrapar cada gemido con su boca al menos hasta que el peliceleste pareció tener dificultades para respirar. Si bien Aomine rompió el beso, sus labios siguieron paseándose en el rostro contrario; lamió la comisura de sus labios, besó sus suaves mejillas, y poco a poco fue bajando por su barbilla a su cuello hasta hundirse en la delicada curvatura que formaba su clavícula.

El aroma de Tetsu siempre le pareció tan irresistible, y sumado al delicioso y cremoso tacto que tenía su piel, no pudo evitar querer probarle a profundidad; separó los labios, y sin advertencia previa, rodeó una buena porción de su carne con la boca y succionó como si la vida se le fuese en ello. Pasó un rato, no supo exactamente cuánto, y se separó apenas unos milímetros… el sabor del peliceleste aún cosquilleaba sus labios, por lo que los relamió con la esperanza de retener un poco más ese dulce sabor a la vez que tomaba un poco de aire para la siguiente ronda.

Y mientras besaba y chupaba el delgado cuello contrario, una de sus manos comenzó a colarse por debajo de la camisa de Kuroko, palpando su cálida piel y disfrutando de su textura sedosa y casi inmaculada antes de que su novio lo apartase de una patada por explorar lugares que “no debía”.

Sin embargo, eso no sucedió.

Al contrario de la discusión que siempre venía cada vez que Aomine intentaba cruzar la línea, esta vez Tetsu tan sólo soltó un suspiro mientras se retorcía debajo de él, no supo si por molestia o por otra cosa. Pero cuando el moreno se enderezó un poco para buscar alguna explicación, pudo ver algo ardiendo en la mirada del contrario; algo tan intenso que parecía hablar por él. Sin perder su mirada celeste, Aomine siguió subiendo con sutiles movimientos hasta el pecho del otro y encontrar uno de sus pezones. Decir que Kuroko se puso completamente rojo era poco; pero lo que hizo clic en la mente del moreno era que, en efecto, su pareja no se estaba resistiendo… de hecho, sus gestos parecían indicarle que quería más.

La desesperación y la lujuria parecieron apoderarse del cuerpo de Daiki, pues, apenas captó el mensaje, subió la camisa contraria con la intención de sacarla, pero sus manos le temblaban tanto que no pudo hacer otra cosa que alzarla hasta la altura de la cabeza contraria, pasándola por detrás de su cuello… aunque si veía el lado positivo, al menos había logrado inmovilizar los brazos de su pareja para evitar que “interrumpiera” su diversión. Ver las marcas rojizas y palpitantes resaltadas en el cuello de Tetsu le dio tal satisfacción que deseó marcar cada centímetro de esa pálida piel, por lo que comenzó a morder y besar la zona recién expuesta, dejando hincados sus dientes el suficiente tiempo para marcarlos en cada ocasión.

- Aomine… kun…. Ahhhh….- los jadeos de su novio no dejaban de taladrar sus oídos y acelerar su pulso; al menos así estaba seguro de que no había muerto del susto en aquella casa del terror, eso en realidad estaba pasando… tenía a Kuroko a su merced.

Si bien le encantaban los pechos enormes, los pequeños pezones rosados de su novio lo atrajeron como imán, atrapando uno de ellos con los dientes. Estaba duro y a la vez tan suave, y con ese sutil sabor… ah, parecía que su novio estaba hecho de caramelo. Se tomó el tiempo para masajear su tetilla con la lengua justo antes de abarcarlo con su boca completamente, y con su mano rodeó su pectoral hasta hacerlo sobresalir y chuparlo como siempre había deseado hacerlo. Aun con ese pecho tan pequeño, Aomine no pudo contener su libido y pronto la ropa de ambos comenzó a estorbarle.

Aprovechando que le quedaba una mano disponible, se fue deslizando por su abdomen hasta el pantalón del contrario, en donde tiró lentamente del elástico hacia abajo para dejar la parte inferior expuesta. Mas su intento se vio frustrado cuando la ropa del peliceleste se atoró con “algo” que le impidió bajar más allá de su trasero. El moreno volvió a intentar, y al darse cuenta de que sus esfuerzos no rendían frutos, tuvo que dejar las tetillas del otro por un momento y bajar su mirada para quitar ese obstáculo de su camino.

No tardó mucho en encontrar al causante de su problema, después de todo ese bulto entre las piernas de Tetsu era imposible de ignorar… un bulto lo suficientemente prominente como para impedir que le sacara los pantalones… un momento… ¡¿Tetsu estaba erecto?!

***********************

​A la mañana siguiente en el instituto Seirin...

Kagami Taiga no era un chico brillante, pero ese día en especial ni siquiera había llenado bien el espacio de su nombre en el examen; su mente aún estaba perdida en lo que había ocurrido con Aomine hace ya un par de días. No recordaba mucho de aquella vez en que el asunto con ese idiota empezó; sólo sabía que estaba discutiendo con Aho después de que insultara a Kuroko y luego... y luego estaban en su departamento, perdiendo la virginidad contra la pared de la cocina.

Sintió un escalofrío en la nuca de sólo recordarlo; ¿cómo permitió que todo eso pasara? No se consideraba alguien lujurioso, pero desde que se enredó con Aomine incluso comenzó a masturbarse… era un pecado que Kuroko estuviera con alguien así. Sin ser consciente levantó su vista hacia donde estaba su amigo, casi sintiendo pena por él… hasta que vio algo. Fueron sólo unos segundos pues el peliceleste se acomodó el cuello de la camisa enseguida, pero estaba seguro de haber visto una marca en su cuello. No, debía ser su imaginación, el peliceleste nunca dejaría que Aomine hiciera algo como eso…

- muy bien chicos, el tiempo terminó- anunció el profesor apenas sonó la campana de salida, provocando quejidos y suspiros de alivio por igual - pasen sus exámenes al frente, mañana tendrán sus resultados- con esas últimas indicaciones, los alumnos dejaron sus pruebas con el profesor, y rezando por obtener una buena calificación, salieron del aula; la tortura escolar había terminado por ese día.

- oi, Kuroko- el pelirrojo alcanzó a su compañero y juntos comenzaron a caminar hacia el gimnasio, tenían práctica en diez minutos- ¿cómo te fue en el examen? Yo no pude responder todo, el tiempo pasó demasiado rápido- comentó, mas parecía hablar para sí mismo pues el otro no le respondió- ¿Kuroko?

- ah, Kagami-kun. Perdona, venía distraído- no hacía falta que se lo dijera, hasta su mirada inexpresiva parecía estar en otra parte en esos momentos- el examen me aturdió un poco….

No era experto en leer las acciones de su sombra pero sabía que algo le pasaba, aunque tampoco podía obligarlo a contárselo si no deseaba. Decidió que era mejor no profundizar más en ello y siguieron su camino en silencio hasta los vestidores, los demás miembros ya portaban el uniforme y calentaban en la cancha mientras esperaban a la entrenadora, por lo cual los únicos en los vestidores eran ellos. Sus casilleros quedaban de lados contrarios, así que era inevitable darle la espalda a Kuroko mientras se cambiaba. Fue cuestión de cinco minutos cambiarse de ropa, pero cuando se dio la vuelta para salir junto a su sombra, se dio cuenta que éste seguía de pie frente a su casillero abierto sin haberse quitado nada salvo la chaqueta del uniforme

- se nos está haciendo tarde Kuroko, ¿qué esperas?- el pelirrojo no pudo evitar fruncir ligeramente el ceño- tenemos suerte que la entrenadora no haya llegado aún, pero no podemos confiarnos. Si llega y ve que no estamos nos pondrá uno de sus ridículos castigos

- está bien Kagami-kun, ve. Te alcanzaré en un momento

- no seas ridículo. La última vez que tomaste un castigo de la entrenadora tú solo terminaste en urgencias- se acercó al más bajito y lo tomó de la muñeca con una mano mientras que la otra intentaba quitarle la camisa; le ayudaría a cambiarse o él mismo lo vestiría de ser necesario. Sus esfuerzos dieron frutos poco después, cuando dos de los botones finalmente cedieron a su fuerza y se soltaron, mas en ese mismo instante el pelirrojo abrió grandes los ojos, y sin pedir permiso, levantó la camisa del peliceleste para asegurarse que lo que acababa de ver no fuera producto de su imaginación- Kuroko, tú....- Kagami tragó lento y volvió a mirarle; la blanca piel de su compañero estaba llena de mordidas y marcas rojizas desde su clavícula hasta el hueso de la pelvis, siendo la de la última zona la que estaba tan fuertemente marcada que se veía violácea. No parecía que fueran marcas de una pelea, sino huellas de una noche bastante apasionada. Una sensación agridulce se instaló en la boca del estómago del pelirrojo junto a una opresión incómoda que le impedía respirar bien; aun así, logró reunir fuerzas para hablar- va… vaya, finalmente Aho lo hizo….- habló Kagami entre carcajadas para calmar un poco el ambiente, mas el silencio y el ridículamente obvio sonrojo de su compañero le hizo callarse de golpe. Nunca había visto a Kuroko así- yo le diré a la entrenadora que te sientes mal, no tienes que salir si no quieres- le dio un par de palmadas en la espalda al peliceleste y finalmente salió de los vestidores pensaba en alguna excusa para su compañero.

¿Pero qué tipo de mentira podía inventarse? Kuroko se notaba sano a simple vista, aunque debajo del uniforme debía tener todo tipo de marcas, y por su actitud seguro las tenía por todas partes… de nuevo esa sensación extraña le apretujó las entrañas y un sabor amargo le inundó la boca. Pero esa sensación desagradable no era nada comparado a lo que sintió al llegar a la canchas y ver a los alumnos de Too calentando para un partido. La mirada del pelirrojo se paseó por todo el gimnasio y finalmente suspiró… Aomine no estaba ahí, sólo estaban presentes jugadores que ni siquiera conocía, lo más probable era que fueran suplentes.

- disculpen la tardanza, tuve que ir a recibir a nuestros invitados- la entrenadora de Seirin parecía más contenta de lo habitual… seguramente tramaba algo- como parte del entrenamiento, hoy tendremos un partido amistoso con la Secundaria Too. Quizá no todos sean titulares, pero no pueden confiarse

- ¿no todos?- hubo algunos murmullos entre los jugadores de Seirin, no veían a ningún titular entre los alumnos del equipo contrario

- ¡ya estoy aquí!- la puerta se abrió sorpresivamente y por ella entró Momoi, la entrenadora de Too, arrastrando una especie de costal de tela por el suelo con ayuda de otro par de chicos- lamento llegar tarde, cada vez es más difícil atraparlo- el bulto a sus pies comenzó a moverse violentamente hasta abrirse, dejando emerger a alguien de su interior

- ¡joder Satsuki, te dije que no estaba de humor para…!- el moreno se quedó mudo al ver que no estaba en el gimnasio de su escuela, sino en la de Seirin, y todos le miraban con expresiones difíciles de descifrar- ¡¿qué demonios…?!

- ¡muy bien! ¡ya que nuestro jugador sorpresa ha llegado, vamos a…!- mas Riko dejó de hablar al ver que su equipo estaba incompleto; o al menos no lo había visto todavía- Kagami-kun, ¿y Kuroko-kun?

- él… no se sentía muy bien- se apresuró a responder el mencionado, ni siquiera tuvo cabeza para inventarse una buena excusa así que sólo soltó lo primero que se le vino en mente- está en los vestidores

- ¡¡Tetsu-kun!!- la pelirrosa corrió inmediatamente a los vestidores en auxilio de su amado Kuroko, ganándose un suspiro de lástima de parte de los demás pues no sólo estaba enamorada de alguien quien nunca le mostró interés, esa persona también tenía pareja.

Después de la pequeña conmoción y de calentar un poco, el partido de práctica entre la Academia Seirin y su eterno rival Too, finalmente dio inicio. Tomando en cuenta que sólo había un titular entre el equipo rival, Seirin iba en desventaja en parte causada por la distracción de su jugador estrella, Kagami Taiga. El pelirrojo estaba en la cancha pero su mente no; perdía los pases, fallaba los tiros más básicos y se le vio trastabillar en más de una ocasión. La única razón por la cual el marcador no estaba tan desigual era porque Aomine también parecía estar en las nubes; si hasta parecía correr mucho más lento, como si algo pesado lo halara de los tobillos y le impidiera alzar las piernas.

- ¡¡Kagami!!- el grito del capitán de Seirin bastó para atraer la atención del pelirrojo hacia él, aunque fuese sólo por un segundo. Hyuga hizo un ligero movimiento en el aire, indicando silenciosamente a su compañero que podía pasarle el balón. A pesar de tardar un poco en captar, Kagami finalmente se apoderó del balón y fijó su vista en el capitán, preparándose para un pase. Mas en ese preciso momento alguien pasó rápidamente a espaldas del pelinegro y se preparó para interceptar su tiro… aunque Aomine intentara apoderarse del balón, no lo permitiría. Kagami apretó los dedos, frunció el ceño y lanzó.

La pelota parecía ir en cámara lenta mientras pasaba entre los jugadores hacia su objetivo… Hyuga estiró el brazo tratando de alcanzarla, pero parecía que ese tiro no había sido para él pues se fue de largo y en cambio terminó golpeando de lleno la cara de Aomine con la suficiente fuerza para dejarla roja.

Por supuesto que los gritos y blasfemias no tardaron en llenar la cancha, pero aun así el partido continuó… hasta donde pudo. Después de varios balonazos “accidentales” de Kagami hacia múltiples zonas del moreno, incluyendo las partes blandas, Riko decidió detener el entrenamiento antes que Aomine saliera lastimado de gravedad. Los equipos se dieron las gracias con una reverencia y cada uno tomó su camino, los anfitriones hacia los vestidores y los invitados fuera del gimnasio para abordar el autobús que les llevaría de regreso.

- ¡¿pero qué te pasa idiota?!- no conforme con el resultado de ese partido, Aomine le dio alcance al pelirrojo antes que saliera del gimnasio, aprovecharía que ya no quedaba nadie para desquitarse a sus anchas. Lo tomó del brazo firmemente no sólo para detenerlo, también para obligarlo a darse la vuelta y verlo frente a frente- ¡¿tienes algún problema conmigo?!

- ¡ya te dije que fue un accidente!- el pelirrojo soltó un manotazo al aire para soltarse y le regresó el ceño fruncido al contrario

- ¡¿Accidente?! ¡¡Casi me dejas sin descendencia, Bakagami!- incluso sentía sus piernas temblar todavía tras el último impacto, era un verdadero milagro que pudiera estar de pie todavía- ¡¿por qué te desquitas conmigo?! ¡¿Qué cojones se supone que hice?!

- ¡Te aprovechaste de Kuroko, eso hiciste!- bien, finalmente dejó ese nudo en la garganta salir y lo dijo. Detestaba la idea de imaginar a su amigo bajo las garras de ese sujeto. Conocía por experiencia todas sus sucias mañas y estaba seguro que si algo pasó entre esos dos la noche anterior, fue sin el consentimiento de Kuroko

- ¿Qué ca… yo no me aproveché de él!- le gritó ofendido- ¡Tetsu fue quien me atacó primero!

- ¿Kuroko? Sí, claro- Kagami endureció más sus gestos antes de tomar al moreno por la playera con ambas manos, fijando sus ojos brillantes de ira en los del contrario- quizá seas su novio pero eso no te da derecho alguno de obligarlo a hacer algo que no quería

- ¡yo no lo obligué a nada, maldición!- le sostuvo la mirada sin inmutarse, no existía nada en el mundo que lo hiciera dar un paso atrás… a excepción de los fantasmas, y tal vez Akashi… a veces cuando Tetsu se enfadaba era aterrador… bueno, quizá le temía a algunas cosas, pero Kagami no era parte de esa lista- además, ¿cómo sabes lo que pasó anoche? ¿Tetsu… te contó?- una traicionera gota de sudor bajó por su sien justo después de decir aquello

- no hizo falta que dijera una palabra, con lo que vi fue más que suficiente…

- ¡¿ah?!- esta vez fue el rostro del moreno el que cambió de expresión- ¡¿qué demonios haces viendo a MI novio desnudo?!- como hacía el pelirrojo, Aomine sujetó el cuello de la playera contraria y lo levantó de tal manera que sus talones se despegaron unos milímetros de suelo

- ¡no lo vi desnudo! ¡Estábamos en los vestidores y… fue bastante evidente ¡y quién sabe qué otras cosas haya tenido más abajo!

- ¡¿estás insinuando que lo golpeé o algo?! ¡No jodas! ¡Yo nunca lastimaría así a Tetsu! ¡Además eso no fue lo que sucedió! ¡Estábamos con la consola y… un momento, no tengo por qué darte explicaciones a ti! ¡Lo que haga o no con Tetsu no es…!- se quedó callado repentinamente pues el pelirrojo lo sujetó de la camisa con más fuerza y la gesticulación de su cuerpo era indicio de que iba a atacarle… pero lo que recibió fue algo que no pudo prever…

Una calidez inexplicable nació desde sus labios y le recorrió el cuerpo entero en sólo un instante; no supo bien qué pasaba hasta que abrió bien grandes los ojos y cayó en cuenta que Kagami tenía sus labios contra los suyos… ¡Lo estaba besando! ¡Acababa de romper su acuerdo más importante! Aunque debía admitir que los labios del pelirrojo eran más suaves y jugosos de lo que habría imaginado…

- …- el jugador de Seirin había cerrado los ojos involuntariamente, mas abrirlos un poco se percató de lo que sus malditos impulsos le obligaron a hacer. Empujó al moreno apenas sus neuronas hicieron sinapsis, y con la cara tan roja como su cabello, se talló los labios con fuerza para quitar esa cosquilleante sensación que el otro dejó en ellos- ¡No quería hacerlo! ¡Mi cuerpo se movió solo!- y en realidad no mentía, era justo lo que sucedió. Y antes de darle al moreno la oportunidad de golpearle, buscó una ruta de escape con su mirada; sin embargo, lo único que sus ojos vieron fue a Aomine acercarse de nuevo a él, y con una suavidad impropia de él, acarició su rostro con su diestra. El pelirrojo no pudo hacer otra cosa que presenciar cómo ese bastardo se acercaba cada vez más hasta que sus labios volvieron a unirse.

Y mientras exploraban sus bocas por primera vez, hubo un pensamiento en común que atravesó la mente de ambos:

“Maldición. Creo que… estoy enamorado de este idiota”

Continued…

 

Notas finales:

omgatito!! esto se puso intenso xD

no se olviden de comentar!! owo/ y feliz 2018 a todos!

Alessa los ama <3


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