02 de Junio de 2015
Abroché mi sudadera mientras me acomodaba bien en el asiento del bus, era un viaje largo y ya comenzaba a anochecer, en poco tiempo haría frío pero realmente eso era lo que menos me importaba porque la vista que tenía desde mi ventana era hermosa.
Los últimos rayos de sol de ese día teñían todo de un color naranja suave y se colaban por la ventana del chofer creando una tenue luz que me alumbraba la cara, calentando mis pómulos por un par de minutos más antes de que caiga la noche.
Ese día las calles estaban raramente tranquilas, el bus estaba casi vacío y eso me permitió relajarme un poco. No me agradaba el amontonamiento de gente.
Tomé mi celular que vibraba en mi bolsillo por un repentino mensaje en whatsapp que me sacó de mi ensoñación, tratando de enfocar lo que decía.
Luhan, hey. Mañana necesito mi...
Dejé el mensaje a medio leer, realmente me importaba muy poco. Decía algo de mañana así que supuse no era nada de urgencia.
Bajé un poco en la aplicación y el corazón se me estremeció al punto de que creí sentir dolor.
Chats archivados (1)
Presioné la conversación archivada y sentí un nudo en la garganta al leer lo último que ponía.
-No puedo más con esto, Sehun.
-Está bien. Buena vida, Luhan.
-Lo siento...
-Visto 24 de Abril 2015
Mis ojos se llenaron de lágrimas y no estaba seguro si era por la conversación o por el hecho de que aún la tenía guardada.
Solté una risita desganada y bloqueé la pantalla, limpiando con mi manga las lágrimas que se acumulaban en mis ojos.
Hacía 39 días que no hablaba con él.
Hacía 39 días que no lo veía, tocaba o besaba.
Hacía 39 días que el corazón se me apretujaba con el más mínimo recuerdo de él.
Hacía 39 días que el corazón se me había roto en mil pedazos y todo por mi culpa.
Todo había sido mi culpa, yo le había pedido terminar todo, asustado de mis sentimientos. Por cobarde, por no querer aceptar que estaba enamorado de un hombre, perdí al único amor de mi vida.
Había tirado 9 meses de "relación" a la mierda por ser un patético cobarde.
Me había roto el corazón yo solo, porque Sehun... Sehun. Él era perfecto. Era atento, un poco frío pero aún así muy tierno cuando quería, caballero, guapo y me quería incondicionalmente. Pero yo fui un egoísta que solo pensó en si mismo y en lo que diría su familia antes de pensar en mi felicidad y, aún más importante, la de él.
No recuerdo en qué momento el bus se había llenado al punto de que ya no quedaban asientos vacíos.
Me levanté para darle el asiento a una señora mayor y me sostuve de uno de los caños amarillos para no caer.
El viaje continuó normalmente, con el chofer haciendo las respectivas paradas en donde subían y bajaban personas. Pero una parada en especial, una que conocía muy bien, hizo que el corazón se me detenga por unos segundos.
Esa era su parada, allí tomábamos el bus para ir a mi casa o donde nos encontrábamos para salir.
Pero mi corazón no se detuvo porque pasamos por ese lugar. Sino porque casualmente, él subió al bus justo en ese momento.
Conectamos miradas casi al instante y sentí mis ojos aguarse una vez más, así que bajé la mirada primero, asustado de que me vea en ese estado. Aunque probablemente ya lo sepa, me conoce perfectamente bien.
En ese momento éramos dos extraños que se conocían perfectamente bien.
Lentamente, pagó su boleto y se adentró, quedando justo a mi lado. Y yo por poco no comienzo a hiperventilar porque ¿cómo puedes pararte al lado de alguien con quien tienes tantos recuerdos y no decirle ni una sola palabra?
-...Cuanto tiempo sin verte. -Susurró en un tono demasiado tranquilo y yo no pude evitar que mis ojos se llenen de lágrimas al punto de casi rebosar. No me había dado cuenta de cuánto había extrañado su voz.
-S-si, ha pasado mucho... -Sorbí por la nariz y corrí mi cara a otro lado. Me sentía patético al reaccionar de esa manera y más frente a él. Pero es que jamás en mi vida me había arrepentido tanto de algo como de haber terminado con él.
-¿Cómo te ha estado yendo?
-No muy bien, realmente. -Respondí sin pensarlo y ya qué más daba, de todas formas puede leerme incluso dándole la espalda.
-A mi igual... -Comentó en un suave susurro y no pude evitar soltar un suspiro entrecortado.
-¿Has estado... estás con alguien más? -Pregunté atropelladamente y me palmeé la frente mentalmente porque se me había escapado.
-No, Luhan. No hubo nadie después de tí. -Dijo con total seguridad y yo no sabía cómo hacía para hablar tan relajado cuando yo estaba en este estado.
-Ya... ya veo.
-¿Y tú has estad-
-No. -Lo corté, increíblemente, sin titubear.- No he estado con nadie.
-Ya veo.
Faltaban dos calles para que yo tenga que bajar y deseaba con todas mis fuerzas que él bajase conmigo, entre a mi apartamento, encienda la tele, haga bromas, me bese, me toque y se quede toda la noche conmigo. Como antes.
Pero eso no era posible.
-Aquí es mi... parada
-Si, lo sé. -Respondió seco y bajé mi mirada.
-Supongo que... adiós. -Susurré y él suspiró.
-Si, supongo que adiós. -Me di media vuelta, tocando el botón para indicarle al chofer que esa era mi parada y cuando frenó me bajé a paso lento, esperando y rogando que Sehun me siga.
Una vez en la calle, oí las puertas del bus cerrarse y el motor arrancar, alejándose de a poco.
Volteé ilusionado, esperando que por alguna casualidad Sehun estuviera ahí detrás mío. Pero no. Estaba solo, ya de noche, frente a mi edificio.
Y en ese momento las lágrimas fluyeron por mis mejillas, acompañadas de sollozos lastimeros que brotaban de mi garganta.
Busqué la llave de mi apartamento en el bolsillo y me adentré al edificio.
-¡Luhan!
-...No -Susurré para mi mismo mientras volteaba rápidamente y ahí, frente al edificio estaba él.
-Luhan... déjame hablar contigo, solo un minuto. Por favor... -Su voz ahora sonaba áspera, desesperada y lentamente volví a salir, encaminandome hacia él.
-Yo... Luhan, yo la he pasado realmente mal sin ti. Tal vez si me dieras otra oport-
-Shh -Lo callé una vez que estábamos frente a frente. Él frunció el seño y se veía realmente hermoso esa noche.
Lentamente colgué mis brazos en su cuello y acerqué mis labios a los suyos. Reclamando un beso, dulce y melancólico. Lleno de sentimientos.
Lleno de amor.
Él no tardó en corresponder y no se por cuánto tiempo estuvimos así hasta que tuvimos que separarnos por aire.
-Sehun...
-¿Si? -Me respondió y yo apoyé mi frente en su hombro.
-No me dejes ir nunca más...
-No lo haré, lo prometo. -Respondió y me besó nuevamente.
-Vamos, entremos a mi apartamento que está helando aquí afuera...
39 días pasé sufriendo por un error mío.
39 días me arrepentí de mi decisión.
Y 39 días después, volví a respirar tranquilo. Porque el chico que había dejado hacía 39 días, estaba aquí conmigo y no tenía planeado irse. Ni yo planeaba dejarlo ir, jamás.