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Easy Going por liuny

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Easy Going

Capítulo 3:

— Entonces Cho ¿Cómo piensas hacer este año para conquistar al bombón de Potter? Lo tienes difícil ahora que está con Malfoy —Le preguntó Marietta.

— Sí, he oído, que los Malfoy son bastante posesivos, y no comparten nada. Especialmente su pareja. Y yo no veo a Harry como un chico que traicione a su novio.

— La carne es débil —Dijo perversamente—. Solamente tengo que levantarme un poco la falda —Dijo subiéndosela con los dedos de forma provocativa.

— No sé, yo jamás he visto que Potter se fije en esas cosas…

— Oh Merlín. Marietta, es un hombre, todos los hombres caen rendidos por un buen par de piernas, yo me casaré con él o me dejo de llamar Cho Chang, imagíname, es uno de las personas más ricas del mundo mágico, un cuerpo envidiable, poderoso, y en quinto lo traía loco ¿Qué te puedo decir? Malfoy, es algo pasajero… Él me quiere a mí.

— Ándate con cuidado amiga, puedes salir mal parada de esto, especialmente si Potter se entera que estás jugando con Él simplemente por su dinero y fama.

— Cierto, no está demás tomar precauciones —Sugirió la otra amiga—. ¿No sería mejor un filtro?

— Esto es algo personal, yo tengo que hacer que el Golden Boy caiga rendido a mis pies —Dijo sin quitar esa sonrisa de satisfacción de la cara.

1

— ¡Potter! ¡Boo! —Le asustó Malfoy saliéndole por detrás mientras hacía que el chico botara en su asiento.

— ¡Joder contigo crío! —Le dijo molesto.

— ¡Jaja! No sabía que tú fueras de los que andara con un libro debajo de las narices todo el tiempo, pensé que ese papel lo tenía Granger —Miró el título del libro. “1001 preguntas y respuestas mágicas”—. ¿Qué clase de libro es ese?

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó sin paciencia.

— Pues, vengo a visitar a mí novio.

— No hay nadie a cien metros a la redoma Malfoy, te recomiendo que huyas antes que te hechice.

— Soy tu novio, tengo derecho a estar a tú lado —Le dijo en tono sarcástico, consiguiendo que el moreno volviera a su puesto y siguiera leyendo furibundo. En realidad, no había podido dormir muy bien, ya que las relevaciones perturbantes que había recibido, lo traían preocupado, y seguía sin entender ¿Por qué demonios, Malfoy daba una excusa tan estúpida como esa?

— No eres mi novio, simplemente estás aparentando serlo, que siempre te de por molestarme, porque desgraciadamente no tienes nada que hacer, me parece totalmente injusto —Le reprochó quitando la vista del libro y posándola en sus obres grises, Draco sintió por segunda vez como esos posos verdes insondables, le robaban el aliento; tenía que preguntarle, no se resistía.

— ¿Y como va lo de Granger? —Preguntó en tono malicioso, no sabía como lanzar la pregunta, sin sonar preocupado.

— ¡Eres un real hijo de puta Malfoy! ¿Qué no sabes lo que es el tacto? Deberías ir a un psiquiatra a que te revisen el cerebro, disfrutar con las desgracias ajenas es un claro signo que tienes problemas… pero ‘amor’ para tú información no la he visto, y dispensa lo que te voy a decir, pero, pareciera que: desde que decidí ser tu novio, firmé mi ‘inscripción’ en el otro bando… —Lo miró con la furia latente en sus ojos, cerró el libro y se lo tiró bruscamente, el rubio tuvo que atraparlo para evitar que le diera en la cara. Empezó a alejarse de allí. Suspiró nervioso, ¿Por qué su madre le había inculcado disculparse cuando no tenía nada de razón? Y en ese momento la había cagado, pero ¿Qué haría luego de disculparse? ¿Besarlo y seguir de la mano? En su mente le pareció algo muy hilarante… pero, se levantó a seguirlo, maldita conciencia, por ella era que aún no poseía la maldita marca en el brazo.

— Escucha —Dijo luego de darle alcance, tuvo que agarrarlo del brazo para detenerlo

— ¡Suéltame! —Le ordenó forcejeando, pero el ojiverde jamás se había caracterizado por su fuerza física, además Malfoy le sacaba unos cuantos centímetros de más, le sostuvo también el otro brazo, y lo miró a los ojos fijamente.

— Lo siento ¿ok? Quedé consternado cuando escuché aquella conversación, y sinceramente ¡No tengo la jodida repuesta del porque! Tenía que venir a preguntarte como estabas, pero, no tengo ni la menor idea de cómo va eso… —Terminó sin saber muy bien como terminar o si debía agregar otra cosa, lo soltó con un deje de desesperación. Los Malfoy normalmente no cometían ese tipo de errores, pero, hubo algo que lo desconcertó aún más, había pánico del genuino en las obres de Harry, el cual, empezó caminar muy rápido, se llevó una mano a la cabeza, ¿Por qué en ese momento tenía que pasarle eso?—. ¿A dónde vas?

— ¿Cómo que a donde voy? A hablar con Parkinson —Balbuceó lo primero que se le vino a la mente… sentía que otra vez venía esas olas de poder que no podía contener en su interior, era la tercera vez que le ocurría en todo lo que iba de año escolar y solamente había transcurrido un mes cuando mucho, pero, en las pasadas tres veces había podido llegar a la sala del requerimiento y no destrozar nada, ni siquiera Dumbledore se había enterado de aquello.

— ¿Qué? ¡¿Para que?!

— A decirle que han raptado a Draco Malfoy —Siguió perdiéndose en la línea de sus pensamientos.

— No seas imbécil, en mi casa, al contrario de lo que la inmensa mayoría cree, me enseñaron a disculparme cuando he metido la pata hasta el fondo, y créeme no fue mi intención preguntarlo así… joder, no sé que hago diciendo todo esto… —Masculló por lo bajo.

— Yo… —Pronunció sin saber muy bien que decir, se sentía enjaulado, ¡Necesitaba liberar un poco de toda la energía que tenía contenida! Empezó a sentir nauseas, si se había alejado tanto era porque no quería ser molestado, se llevó una mano al pecho. Cerró los ojos por un momento.

— ¿Potter? —Preguntó, pero, nada, las lámparas de fuego, empezaron a moverse irregularmente, y un viento gélido empezó a soplar, un rayo se escuchó afuera a pesar de estar todo despejado, el menor de los Malfoy no sabía muy bien que hacer, el otro estaba perdiendo el control de sus poderes, a él; hubo un tiempo que también le sucedía eso, no en tal magnitud como para descontrolar el clima, pero, si destruir todas las cosas a su alrededor, recordó lo que hacía su madre, curiosamente, hoy había pasado mucho por su memoria, suponía que era porque estaba muerta…. Sabía que igual se arrepentiría de sus actos, lo importante ahora era evitar que Potter destruyera el colegio, además, Dumbledore, no estaba presente en el colegio, por un llamado del ministerio. Draco lo abrazó, obligándole a que su oído quedara junto en el lado donde estaba su corazón.

Empezó a tratar de descender sus latidos del corazón al mismo tiempo que sostenía a Harry el cual quería irse de allí lo más pronto posible antes que sucediera una catástrofe

—Cálmate… no hay necesidad de perder el control, drena la adrenalina, usa los latidos de mi corazón como guía —Empezó con voz tranquila—. Has lo que te digo, te sentirás mejor… vamos, sigue los latidos de mí corazón, úsalos como línea, síguelos, respira. Con calma y sin apuros.

Poco a poco la magia fue cediendo, junto con la conciencia del chico, de repente sintió un peso muerto perderse en sus brazos, miró a Harry desmayado en sus brazos, odiaba esos momentos, lo hacían demasiado vulnerable, no saber que hacer.

Lo sostuvo un poco mejor para no terminar los dos en el piso, lo llevó a rastras, y lo sentó en un banco, a esperar que despertara, mientras lo hacía agarró el libro. Y lo empezó a leer, para aparentar que lo que estaba haciendo el moreno era descansando plácidamente en las piernas de su ‘novio’ desgraciadamente, Harry tenía todas las posibilidades de estar en un shock mental. Él no era un maestro en meditación… todo lo contrario era un desastre, temía que sus latidos hubiesen estado demasiado rápidos y hubiera entrado en conmoción, apretó el libro, mientras intentaba concentrarse en sus páginas… Él no era su padre. Lucius Malfoy podía detener su corazón si el momento lo ameritaba. Dueño de su cuerpo, de este no emanaba nada que él no deseara. En cambio Él siempre había sido demasiado pasional, si lo herían; sangraba.

Miró a Harry, estaba tan tranquilo. Se atrevió casi con un miedo irracional a quitarle un mechón que estorbaba en su cara, lo acarició sin saber realmente lo que hacía, el moreno se revolvió inquietamente, y en varios parpadeos terminó por despertar, sus ojos verdes denotaban confusión, quitó rápidamente la mano de donde la tenía.

— Mi cabeza —Dijo poniendo un gesto de dolor mientras se llevaba las manos a la zona afectada—. ¿Qué sucedió? ¿Malfoy?

— No Potter, Merlín…

— ¿Qué sucedió?

— ¿No lo recuerdas?

— Maldito dolor de cabeza.

— Estuviste a punto de tirarnos el castillo encima ¿Ahora si recuerdas?

— Lo lamento… no suelo recordar nada cuando mis poderes se salen de control.

— No es por nada, pero, yo te recomendaría que fueras a vomitar. Te sentirás mejor —Dijo agradeciendo a las divinas providencias que no se acordara de nada.

— ¿Cómo sabes? —Preguntó curioso, mirándole.

— Potter, no eres el único que pierde el control de sus poderes —Interceptó sus miradas, y al seguir viendo confusión, reviró los ojos y agregó—. ¿Qué no lees?… No me respondas, escucha Potter, los magos de sangre pura, como tú o como yo, con un nivel relativamente alto de poder, al estar muy ‘sensibles’ y con esto no me refiero a sensibilidad si no a los sentidos, uno se vuelve viseral y suelta la magia ¿Qué no te lo han explicado? —Silencio por parte del moreno—. Ahora entiendo el porque siempre andas con esos ataques —Dijo volviendo a leer el libro, dejando a Harry sin saber que decir. Este se revolvía las manos nerviosamente. El rubio se levantó y le devolvió el libro—. ¿Qué te pasa?

— Na… nada… gracias por evitar que destruyera el colegio, bueno, si es que hiciste algo antes que me desmayara —Le dijo yéndose de allí, antes que el rubio lo hiciera.

2

Harry estaba en la biblioteca leyendo ¿Qué más podría hacer allí? Las palabras de Malfoy aún seguían presente, que raro Él siempre ignorante, luego preguntaban ¿Qué porque había cogido la costumbre de tener un libro cerca? No era agradable que siempre te agarraban desprevenido, pero, por más que buscaba y tenía unas tres horas allí, no encontraba nada de lo que el rubio le había dicho.

— Potter —Dijo Draco y el aludido lo miró.

— ¿Qué sucede?

— ¿Te molesta que me siente aquí? No hay más espacios vacíos —Harry lanzó una mirada a la biblioteca, iba a abrir la boca—. Sí los hay, pero, dudo que alguno de ellos me quiera sentado a cinco metros de…

— Adelante, la biblioteca es un lugar público —Murmuró frustrado volviendo al libro.

— ¿Qué buscas? —Le preguntó con impropia curiosidad, al ver el libro, alzó una ceja—. ¿Potter? —Miró al techo, perfecto ¿Ahora que le decía a Malfoy?—. ¿Estás buscando algo relacionado a lo que yo te dije ayer? —Silencio—. No vas a encontrar eso allí, son conocimientos orales que se pasan de generación en generación… son técnicas exclusivamente reservadas, para los sangre pura, puesto que ningún otra persona haría algún desastre con su poder, hay sus excepciones por supuesto, por ejemplo, Weasley, aunque tratara no lograría mover ni una vela con su enfado.

— ¿Qué te hace pensar eso Malfoy? —Masculló bajito.

— Tú actitud…

—«Maldita su fría lógica» —Pensó el moreno malamente. El rubio pareció empezar a meditar algo, acarició el puño de su camisa ausentemente.

— Te enseñaré…

— ¿Perdón?

— Potter, ¿Hablo en chino? Te enseñaré a mantener bajo control esos ataques, no es que yo sea un experto, pero, con tal de no tener a cada rato el pensamiento de las pesadas rocas en sobre mi cabeza… ¿Quieres? —No supo porque agregó eso, pero lo de la ayuda salió de repente como todo lo que había hecho hasta ahora. De verdad le había nacido ayudar a Potter, luego de verlo en ese estado tan deprimente, como fuese, no tenía importancia.

— ¿Qué clase de juego sucio me vas a jugar ahora?

— Ningún juego sucio, ni trampas de por medio. Ya te lo dije, eres un peligro… —Esto le dolió al ojiverde en lo más profundo, todo el mundo se lo decía, siempre lo había sido y en el fondo lo sabía, ahora llegaba Malfoy y con una franca sinceridad se lo reafirmaba. Sin embargo, se tragó lo que sentía, si le estaba proporcionando esa ayuda, así fuera por una mala broma, aceptaría la ayuda.

— ¿Qué tengo que hacer?

— Nada, por ahora, solamente mantente sereno…, dentro de una semana es la salida a Hogsmeade, no vallas…

— ¿Ah?

— ¿No te estoy diciendo que te voy a decir como controlarte? —El moreno lo miró receloso—. Solamente espérame en vez de bajar en el reloj… ahora, tengo que terminar este informe, tú sigue en lo que estabas.

3

— Tengo que sacármelo de adentro —Dijo Harry sacudiéndose lo que fuera que le había caído del maldito animal—. ¡Estás clases apestan! Con todo el respeto que se merece Hagrid. Una clase de Criaturas mágicas es para aprender ¡Por lo tanto tienes que prevenir todo lo que hacen!

— También tú de confiado que haces todo lo que te dice… —Le dijo Ron, sin tocarlo.

— No estás siendo de ayuda…

— Da gracias a Dios, que no es más que saliva pegajosa.

¡Purgo! —Murmuró molestó y todo él quedó como nuevo.

— Deberíamos hablar con el director, y hablarle de la situación, sino, nadie pasará Cuidados, en los EXTASIS —Dijo Hermione con cuidado, había tratado de aparentar normalidad frente a Harry sin conseguirlo totalmente.

— Es la mejor idea que has tenido en todo lo que va de año —Le dijo hoscamente.

— Pero, me da pena con Hagrid… se ve tan…

— ¿Emocionado? —Sugirió el pelirrojo irónicamente.

— No era la palabra, pero, supongo que también funciona.

— No creo que ni siquiera necesitemos las firmas, Herm, la saliva era el cebo para luego clavarte el diente ¿Qué hubiese sucedido si yo no lo hubiese sabido?

— Estarías en la enfermería sufriendo de gangrena —Dijo con una sonrisa tímida.

— Eso, estás ayudando mucho Herm —Le dijo el ojiazul.

— Me di cuenta —Finiquitó la castaña—. Ciertamente, esos animales hay que dar una teoría previa, lo cual nunca hace, pero… Él no es un pedagogo…

— Pedagogo o no, esto ya se le fue de las manos, es un gran maestro, puesto que ningún título te da los conocimientos que se adquiere con la práctica, pero, carece de sentido común… y sabes que lo aprecio mucho, y que lo considero mi amigo… pero.

— Cierto Harry… tienes mucha razón —El moreno se volteó asustado, junto con Hermione y Ron.

— ¿Pro… profesor Dumbledore? ¿Cuánto tiempo lleva eh… allí?

— El suficiente para haber escuchado todo, señor Potter —Le dijo Snape apareciendo.

— Hace algunos momentos vinieron los Slytherin junto con algunos Ravenclaw, encabezado por el señor Malfoy, alegando cosas desfavorables hacia las clases de Cuidado de Criaturas mágicas…, decían que tú, siendo su amigo no te advertía las cosas ¿Qué pasaría con todos los demás? Pensé que era simplemente como los demás años, con el señorito Draco no me espero otra cosa, ese joven tiene un poder de convencimiento sorprendente, pero, ahora veo que todos tienen la misma opinión…

— ¿Qué estaban viendo? —Demandó Snape.

— Algo peor que los Escarbutos —Dijo Ron por debajo.

— ¡Ron! —Le reprochó la castaña.

— Harry, ¿Qué crees que debería hacer? —Todo el mundo se quedó pasmado, el Director de Hogwarts, le estaba pidiendo consejo a un alumno.

— ¿Señor? ¿Si no lo sabe usted como puedo saberlo yo? Simplemente soy un estudiante.

— Por eso te pregunto ¿Qué harías?

— Yo puedo responder esa pregunta por Potter para que no se sienta tan mal de estar traicionando a su amigo el gigante… o le enseña algo de pedagogía o tan siquiera sentido común o prefiere a la bruja de cuarto ¿O me equivoco?

— Bue… eh…, sí, en realidad, parece que me hubiera robado las palabras de la mente.

— Eso hice —Dijo con su voz apacible.

— Tendré que hablar con Hagrid, aparte hay un programa, el cual estoy seguro él no sigue.

— Gracias por la información… —El trío de oro se miró entre sí preocupado, no era su intención que algo así se escuchara.

4

— Aquí estoy Draco —Le dijo el moreno llegando a su lado.

— ¿Qué no sabes lo que es el sentido de la puntualidad?

— Sí, pero, pasó algo desagradable en la torre y tuvimos una reunión importante, lo lamento… ya veré como lo compenso. ¿Entonces que vamos a hacer? —Dijo agarrándole el brazo al ver que un grupo de gente volvía sus miradas hacia ellos.

— Tú sólo sígueme —Harry se soltó.

— Después de ti —Luego de esas últimas palabras empezaron a caminar. El silencio que había era por demás de incómodo, pero nadie se molestaba en romperlo, era preferible ese ambiente denso que empezar a pelear y a discutir por estupideces que los dos sabían no tenían ningún tipo de coherencia lógica, pero sus orgullos se lo daba. Llegaron a un cuarto bastante alejado en las mazmorras—. ¿Por qué aquí?

— Porque sí…

— Malfoy…

— Potter, necesito que no haya ningún tipo de bulla ¿Qué mejor que esto?

— Está bien, tú ganas. Me hubieras preguntado y yo encontraba algo sin tener que caminar mucho.

— Vale señor eficiencia, la próxima vez escoges tú el lugar.

— ¿Hay más de una clase?

— ¿Qué pensabas?

— Nada —Dijo volteando la mirada.

— Umm…

— ¿Qué hago?

— Siéntate —Dijo el haciendo lo mismo, se sentó en forma de meditación y el ojiverde lo imitó—. Ahora cierra los ojos y quédate quieto. En el budismo que utiliza mucho la técnica de la meditación, hay tres ejercicios primordiales —Empezó a explicar mientras Harry no podía dejar de mover las manos con los ojos cerrados—. Deja de moverte Potter ¿En que idioma? Como iba diciendo —Prosiguió cuando el movimiento cesó—. Hay tres ejercicios básicos, el primero, es ir sintiendo cada parte de tu cuerpo, las emanaciones que irradia. Ese es el único que vamos a practicar hoy, y nos concentraremos en las manos, procura no matarnos Potter.

— Exactamente ¿Qué es lo que hay que hacer?

— Sentir tus manos con tu mente, ve que es lo que hay en ellas… solamente concéntrate en tus manos…

— Espero que esto valga la pena —Masculló por debajo. Malfoy abrió los ojos y se levantó, le acomodó la espalda y las manos, las tenía en una mala posición—. Quédate así hasta que yo te diga. Concéntrate en tus manos.

El rubio se sentó en una silla y comenzó a leer, Potter no duraría ni una hora antes de empezar a sufrir de una hiperactividad bastante desagradable. Habían pasado aproximadamente unos cinco minutos desde que estaban allí encerrados el ojiverde sentía como los oídos le zumbaban, se estaba volviendo fastidioso.

— Malfoy, me duele la espalda…

— ¿Y que quieres tú que yo haga? Si te concentras no tienes porque pensar en dolor…

— Grrr…

— Sigue.

— ¿Cuánto tiempo más voy a estar en esta posición?

— El tiempo que yo considere necesario.

— Ahhh… genial.

— Concentración Potter —Fue lo último que accedió a decir Draco. Veinte minutos después Harry se acostó abriendo los ojos, el ojigris lo miró bajando el libro—. ¿Te cansaste tan rápido?

— No me importa, ya no puedo más.

— Pero, si no has hecho nada.

— Me duele toda la columna.

— Claro, si tiene una mala posición ¿No te va a doler? ¿Sentiste algo?

— No…

— Bien, no saldremos de aquí hasta que sientas algo…

— ¡¿Qué?!

— No lo repito, vuelve a la posición de antes, nadie dijo que esto fuera fácil, y a mí me tomó cuatro años de mi vida aprenderlo.

— Malfoy, no tengo cuatro años de mi vida.

— Chist. Solamente has lo que te digo.

— Joder —Dijo obedeciendo.

Una hora después Harry estaba caminando de un lado a otro mientras que Malfoy no lo dejaba salir de allí. Aún no había logrado sentir nada de nada. Y la compañía que tenía no era nada placentera.

— En fin Potter, te invito el almuerzo en Hogsmeade, dudo mucho que adelantes algo más. Por lo menos, practica por tu cuenta…

— ¿Qué voy a practicar? Esto me parece muy sin sentido. Pero, te acepto la propuesta del Almuerzo.

5

— Gracias —Dijo Malfoy a Madame Rosmerta, mientras les servía el almuerzo, un sándwich de pan árabe con salmón y queso crema, junto con unas papas crocantes, y un Té Light helado, para el rubio. Después a Harry una hamburguesa de Res, con todas las calorías del mundo, acompañado de papas fritas, junto cerveza de mantequilla.

— De nada, señor Malfoy… —Se retiró con una reverencia—. Señor Potter —El aludido el sonrió reverenciando también a modo de despedida.

— ¿Te vas a comer eso? —Preguntó algo asqueado, viendo el sendo mordisco que le pegaba a la hamburguesa. Luego de tomar un trago de la botella.

— ¿Por qué la pregunta? —Dijo limpiándose—. Obviamente, sino no lo hubiera pedido… —Le contestó volviendo a mordisquear lo más decente que pudo la gran hamburguesa. Draco miró a Harry, luego a la hamburguesa, repitió el proceso tres veces. Movió la cabeza negativamente, y cuidadosamente con los dedos rompió un trozo de pan sin desbaratarlo, y se lo llevó a la boca—. ¿Viste que Bulgaria ganó el partido contra Alemania? —Empezó buscando conversación, el rubio levantó la vista—. Está bien, tienen a Viktor pero, Alemania estaba más preparado, pero, esa Bludger que dejó en coma a Devisser…

— ¿Potter eso es conmigo? —Preguntó sorprendido.

— ¿Alguna persona me está mirando o hablando conmigo? es horrible comer así, ¿Viste el partido? —Insistió.

— Papá me llevó a Bulgaria a verlo, ciertamente, no me esperaba la sorpresiva victoria de Bulgaria, cuando todas las expectativas iban en su contra, si también concuerdo la desventaja de Devisser con la desafortunada Bludger —Dijo mientras volvía a introducir un pedazo del emparedado en su boca, luego se limpió elegantemente, para terminar con un sorbo del té, El moreno lo miró, ahora que lo escuchaba atentamente, podía distinguir un leve acento francés y un acompañamiento a sus palabras con los justos y necesarios movimientos de su mano—. ¿Sucede algo?

— Para nada, ¿En serio estuviste presente? Yo quería ir, pero, se me hizo imposible… y eso que Viktor me mandó las entradas y todo por correo…

— Sí, estuve allí. ¿Qué Krum te mandó entradas?

— Ajá, es un gran amigo de nosotros, desgraciadamente, Dumbledore se negó a darnos el Portkey. Cuando le sugerí a Hermione que yo lo haría, casi no me dijo “Harry Potter, quedas castigado por todo el resto de las vacaciones” —Respondió recordando con gracia mientras imitaba la voz de Hermione y una sonrisa aparecía en su rostro—. Hubiera sido muy fácil, puesto que ya había cumplido mi mayoría de edad…

— Ahora si que lo he escuchado todo…

— Si no fuera por Hermione jamás nos hubiéramos hecho amigos, es más, luego de terminar Hogwarts, él nos dijo que fuéramos a visitarlo a su casa una semana a Bulgaria, dijo que le darían unas cortas vacaciones, me dio mucha risa, cuando hablábamos por la chimenea, sus padres se pasmaron al enterarse que el ‘gran’ Harry Potter —Dijo con clara ironía—, iría a pasar las vacaciones con ellos. Pero, lo vimos por televisión luego de un complicado proceso y saltarnos muchas leyes del ministerio, pero, el papá de Ron nos ayudó.

— Interesante —No atinó a decir nada más, escuchar a Harry era ameno y agradable, su tono de voz, no era muy varonil, pero su carisma lo volvía el centro de atención por naturaleza, aunque no lo buscara—. ¿Y piensas aceptar la idea? —Preguntó para que siguiera. Estaba conociéndolo más y no le importaba saber sus planes a futuro.

— ¡Sí! Por supuesto, estamos muy emocionados por la idea —Dijo como un niño pequeño, mientras sus ojos brillaban de emoción, terminó la hamburguesa, se limpió, y siguió—. Además, Hermione, Ron y yo, estamos pensando comprar un apartamento entre los tres en Londres muggle, y vivir allí. Será muy divertido.

— Oh ¿En serio? ¿Y que tienes pensado estudiar?

— Pues, Aurología, al igual que Ron, o sino puedo plantearme lo de jugador profesional de Quiddicth, mientras Hermione creo que aún no se ha decido entre Medimagia y Relaciones mágicas ¿Y tú que piensas estudiar? —Dijo habiendo olvidado completamente que era Malfoy con el que estaba hablando.

— Finanzas… —Dijo con un deje de decepción en la voz que fue rápidamente captado por el moreno.

— No pareces muy contento —Draco, dejó el plato a un lado, y se recostó en el espaldar, con los brazos cruzados—. ¿Qué no quieres estudiar eso? Vamos, puedes contarme; no es que valla a ir a contárselo a la primera persona…

— En realidad, quiero ser Auror.

— Buena broma esa Draco —Le dijo tocado.

— No es una broma, no es precisamente Auror lo que quiero ser, sino es que necesito, la carrera para luego hacer una especialización en pociones.

— A quieres ser ¿Pocionista?

— Sí; pero la carrera se eliminó hace mucho tiempo.

— Tengo entendido que el profesor Snape lo es…

— No, Severus, es un auror, Sumacunlaude en pociones, ha hecho cinco especializaciones, recibiendo doce menciones en catorce consulados —Dijo con orgullo en la voz, Harry soltó una risita—. ¿De que te ríes?

— Hablas de Él con mucho orgullo —Dijo en broma, pero, luego se enserió—. Perdón, se ve que le tienes mucho aprecio, pero no deberías estudiar lo que tu padre te dice…

— Potter —Dijo cambiando la voz y el tono, volviendo a ser Malfoy—. Yo me voy a encargar de todo el Imperio Malfoy, cuando termine mi carrera y mi padre deserte al igual que mi abuelo lo hizo con él… tengo que hacerlo.

— Pero, no es lo que quieres, eso de manejar los negocios familiares se aprende, pero es tu vida y tú deberías hacer lo que quieras con ella.

— Ojalá fuera tan sencillo. Además, papá, jamás consentiría que me volviera profesor.

— No es necesario, puedes hacer investigaciones en el ámbito médico o en la Aurología o en los campos mortífagos… —Soltó como última opción—. Y sino quieres tener nada que ver, pues, puedes crear tu propio sindicato privatizado, tus posibilidades económicas te lo permiten, prosperarías.

— Potter, hay algo que me intriga, soy Malfoy ¿Recuerdas? Tú enemigo de toda la vida, ¿Por qué me miras con esa sonrisa en la boca de todo es posible, y me animas a que cumpla mi ‘sueño’?

— ¿Te molesta que lo haga? No entiendo tú actitud, sinceramente, no abras la boca para hacer comentarios de ese estilo, la estábamos pasando muy bien, además, me parece súper incoherente que solamente vayas a estudiar finanzas porque te lo impusieron… habla con tu padre, por más que sea, tendrá que entender que tiene sangre, y que la comparte contigo.

— «Esto sería igual que lo la marca, pelear hasta casi causarle un infarto, ya bastante decepcionado está de mí…»

— ¡Harry! Compañero —Saludó Ron, mientras que el moreno se levantaba a saludarlo propiamente, Draco se terminó el té sintiéndose claramente celoso del moreno. Él no sabía lo que era tener que pisar con cuidado cada paso que daba, no tener amigos, solamente aduladores que lo seguían por su fama, ni siquiera podía confiar ciegamente en Blaise y en Pansy, ellos siempre serían una fuente de información a su padre si hablaba demasiado, ser repudiado por tu propia familia, pero, por la sociedad tener que sacar la hipocresía por delante, dejó el vaso en la mesa.

— Siéntate ¿Pasaron bien su cita? ¿Y Hermione?

— Sí, ¿Y tú? —Dijo fulminando con la miranda al ojigris.

— Buenas tardes, Weasel… ¿Qué no tienes ni siquiera buenos modales?

— Draco… —Le dijo mirándolo malamente.

— Pues, ella dijo que se sentía algo mal y que prefería regresarse al castillo. Perdón por no decirte, pero, nos pusimos a ver posibles apartamentos que pudiéramos escoger —Dijo bastante animado.

— No importa ¿Y que encontraron?

— Unos están unos muy buenos, le avisamos a mamá, y dijo que le parecía perfecto que quisiéramos empezar nuestra vida independiente. Y te manda saludos y besos, y le pareció algo extraño que estuvieras de novio con Malfoy, pero, igual te felicitó, los gemelos, le mandaron a decir, que una lágrima caía de tus ojos por culpa del hurón, y desearía no haber nacido —Le dijo advirtiéndole—. Y que, pasaras por la tienda, que tenían algo que mostrarte, Bill, que felicitaciones, ya era hora que trataras de sentar cabeza. Charlie, que no podía decir nada de la risa, pero, que lo invitaras a tu matrimonio, y que cualquier cosa, le avisaras y ya mandaría un dragón a quitarle la cabeza a Malfoy si te hería de alguna forma.

— Weasley, entendí el mensaje, le toco un cabello a Harry y toda tu ‘numerosa’ familia hará algo para destruirme.

— Me alegra que lo tengas en claro, lo bueno de ser una familia numerosa ¿No Harry? —Le dijo guiñándole un ojo.

— Supongo. ¿Y lograron elegir algo? —Volvió a preguntar.

— Sí, pero todas las iniciales son demasiado altas… —Dijo el pelirrojo con algo de pena.

— ¿Y eso que importa? Yo pongo lo primero y luego lo arreglamos —Le dijo el ojiverde, mirándolo como si fuera la cosa más tonta del mundo.

— No Harry, no puedes hacerte tú sólo cargo de los gastos.

— Oh por merlín, no empecemos con lo mismo de siempre ¿Quiere? Tengo la fortuna Potter y la Black a mi entera disposición ¿Qué hago me la como?

— Casi diez mil dólares… —Le respondió—. Bueno en galeones sería unos doscientos…

— ¿Doscientos galeones? —Preguntó Malfoy incrédulo—. Eso es lo que me dan a mí de mesada todos los meses… —El ojiazul abrió la boca, sorprendido.

— ¿Qué haces con tanto dinero? —Preguntó anonadado, mientras Harry le agradecía mentalmente por preguntar.

— ¿Cómo que, que? ¿Qué clase de pregunta es esa? O ¿Cuánto crees que cuesta la camisa? —Le preguntó mostrándole el puño de ésta—. Aunque no me sorprende con los Muggles, total nosotros pagamos con oro, plata o cobre, mientras ellos lo hacen con papel, los muggles valoran mucho más el oro… según tengo entendido, por eso la devaluación tan inmensa en el mundo mágico. ¿Diez papelitos de esos es un Knut, no?

— Depende, de que diez papelitos estemos hablando, si, diez dólares con un Knut… —Le respondió Harry, el cual miró su reloj—. Ya es un poco tarde. La cuenta por favor —Dijo en voz alta, se sentía algo estúpido pidiéndole a la nada, pero, esta apareció frente a él, Dos galeones, quince sickles, y trece Knut… metió la mano en el bolsillo, hasta que Malfoy se la sacó de allí—. ¿Y ahora que pasó?

— Creo que el que te invité, fui yo —Hasta Harry se sorprendió—. No te iba a dejar que pagaras o sí… vamos, eres mi novio, tú no haces ese tipo de cosas —Dijo el dinero allí, mientras que el ojiverde pedía disculpas a los dos tercios restantes de trío de oro, que aún no salían de su estupefacción, y se lo llevó al baño y se encerraron en un cubículo.

— ¿Puedo preguntar que haces? ¿Qué carajos fue eso?

— Potter, yo te invité yo, pago, no tolero, otra cosa, son mis crianzas.

— Malfoy… —Dijo sin poder creérselo—. ¡Por Merlín! No vuelvas a hacer eso, ya te dije que me molesta, yo puedo valerme por mí, y podíamos haber compartido los gastos…

— Mira, me parece muy apropiado a donde nos metiste —Dijo acercándose más, el moreno quedó pegado a la puerta.

— Estoy hablando enserio, y andas invadiendo mi espacio personal…

— No hay más espacio —Dijo de modo felino.

— No me agrada tú bromita.

— Oh Potter, estás del color del cabello de Weasley, me doy cuenta que estoy demasiado regido a las viejas costumbres para ti… —Harry lo empujó, para alejarlo y poder escapar, pero el rubio, lo tenía sostenido, y mientras el ojigris caía sentado sobre la tapa del inodoro pulcramente, el Gryffindor cayó encima quedando frente a frente, sus respiraciones se mezclaban, una muy calmada otra demasiado irregular, era el mismo aire para los dos. La sonrisa del rubio era de satisfacción—. ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Quedarte sentado en mis piernas? Es impresionante que no peses nada para todo lo que comes —Le dijo en un tono muy bajo, en su oreja. El Golden Boy sintió un escalofrío nada agradable que empezaba en su médula, ¿Malfoy sería capaz de violarlo?— ¿O prefieres que te bese? —El moreno jadeó tapándole la boca con una mano, era la segunda vez que le hacía la proposición.

— ¡No!

— ¿Por qué no? —Preguntó quitándole la mano con delicadeza de su boca—. No me digas que no te han besado —Silencio por parte de Harry—. Esto es noticia bomba… ¡Jaja! El niño-que-vivió, es virgen y no sólo eso si no que no le han dado su primer beso. Bueno, podemos ahora decirle “El-niño-que-jamás-ha-sido-besado” —Agregó de forma mordaz.

— ¡Eres demasiado cruel! —Le espectó, y por el movimiento, sin querer terminó juntando otra vez sus frentes.

— Lo sé —Le respondió de forma prepotente, pero sin darle tiempo a Harry de hacer algo, unió sus labios, llevándolo a un estado de shock fuerte, comenzó a darle cortos y pequeños besos en los rosados labios, y cuando Harry tuvo que agarrar aire, Draco introdujo su lengua, y el otro despertó, el Slytherin se movía con destreza en su boca, logrando que su ‘novio’ gimiera. Sentía que la sangre subía a su cabeza de forma vertiginosa, mareándolo, ligeros mordiscos era propinados a sus labios sin lastimarlos, en algún momento había cerrado los ojos. Una eternidad después (para Harry) el rubio, terminó jalándole suavemente el labio inferior, con los suyos propios, separándose, dejando al pobre Gryffindor con ganas de ‘más’—. Problema solucionado —Le dijo de forma cruel, saliendo de allí indiferente, se detuvo momentáneamente en el espejo y se arregló los mechones que se habían salido de su lugar, se arregló la túnica, y la corbata, mientras lo hacía se humedeció los labios con su lengua, aún sintiendo el aliento cálido del moreno, sonrió, había que admitirlo, era un buen besador, solamente que la pena y lo improvisto vedaron su cerebro.

El pobre Harry, aún estaba sentado tratando de regular su respiración, se llevó una mano a la cabeza y miró el techo, ¡Merlín! ¿Cómo hacía el muy maldito para besar así? Tenía la vista nublada, se sentía tan utilizado, pero Él tuvo toda la culpa, cerró los ojos y se recostó de la pared.

— ¡Malfoy! ¿Qué le hiciste a Harry? —Le preguntó Ron, parándole bruscamente.

— Me dijo que lo acompañara porque le había caído mal lo que comió, lo puedes esperar si gustas… —Y sin más comentario, salió de allí sintiendo que había ganado una. Minutos después salía un poco más recuperado, pero aún un poco agitado, sin esperar mucho su amigo lo abordó con preocupación.

— ¿Malfoy no te hizo nada cierto?

— No, simplemente le estaba diciendo algo, aunque creo que me cayó mal la comida, será mejor regresar al castillo —Terminó diciendo lo mismo que Draco.

TBC

 

 

 


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