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Easy Going por liuny

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Easy Going

Capítulo 1:

— Harry, ¿Qué clase de maldición tienes encima para venir a la enfermería a principios de año?

— Bueno, Poppy —Dijo el moreno, sorprendiendo al rubio al escuchar llamar a la enfermera por su nombre—. Me estaba besando con mi novio, cuando de repente me resbalé, perdí mis gafas las cuales se rompieron, y me corté con una armadura al tratar de mantener el equilibro, sino fuera por su agarre no me tendrías aquí —El ojigris iba abrir la boca cuando recibió una patada en la pierna.

— ¿Harry? —Preguntó La enfermera—. ¿Tu novio?

— Si.

— ¿Y donde está? —Preguntó contrariara, allí el único que estaba era el señor Malfoy. Harry le señaló con cara de niño bueno, la boca de la sanadora se abría y se cerraba, sin poder pronunciar nada.

— ¿Qué sucede Madame? ¿Se encuentra bien?

— Eh, atrás tuyo está Draco Malfoy.

— Ya lo sé.

— ¿El no era tu enemigo hasta hace unas horas?

— Poppy, somos novios desde el año pasado —Dijo con una expresión sorprendida—. ¿Qué no lo sabía?

— Señor Malfoy ¿Está bien?

— ¿Ah? —Dijo algo despistado—. Si, perfectamente es que P… —Otra patada—. Estoy preocupado por Harry… —Dijo con algo de asco.

— Esto es sorprendente.

— ¿Por qué? —Preguntó con una sonrisa que no presagiaba nada bueno.

— No por nada, me alegro por ustedes, felicitaciones. Ahora veamos esa herida ¿Está usted también herido? —Mostró el brazo—. Espere un momento mientras termino con Harry —Cuando terminó con Harry empezó a curar a Draco—. ¿Harry?

— ¿Qué sucede? —Dijo leyendo las etiquetas de algunas pociones, pegándosela a la cara por falta de lentes.

— Con respecto a lo de tus lentes.

— No te preocupes, Draco dijo que me iba a comprar unas nuevas ¿Verdad cielo? —Agregó deslizando por debajo una amenaza.

— ¿No es mejor que te la cures de una vez? —Preguntó empezando a cabrearse el rubio de nuevo.

— No iba a recomendar eso Potter, es demasiado inconsciente para someterse algo así, no se puede hacer esfuerzos por una semana, ni forzar la vista, y a él, advertirle eso es decirle que haga todo lo contrario, ¿No lo sabe Malfoy?

— Oh… pero, yo lo cuidaré —Todo con tal de no tener que comprarle las malditas gafas, hacía lo que fuera, además, no tenía porque realmente cuidarlo. Cuando Harry oyó eso por poco y no se cae el frasco, masculló una maldición por debajo, y se volteó tratando de afinar la vista fallando miserablemente en el intento.

— Ummm, no lo sé. Harry, ven el lunes luego de clases y haremos un chequeo, si alguien está tras de ti, no me preocupo tanto. Pero, es serio, o en vez de curarte, te dejará ciego.

— ¿Y mientras tanto como piensan que vea?

— Alguien tendrá que ser tus ojos.

— Agradezco su preocupación pero prefiero mis gafas.

— Listo señor Malfoy, no fue la gran cosa, la próxima vez tengan más cuidado —Se volteó a ver al moreno—. Pues, ¿Qué te parece si te hacemos el chequeo ahora mismo y vemos si estás en plenas condiciones para operarte, que te parece?

— Sí, eso sería una gran idea, Madame Pomfrey, le dejo a Po… Harry en sus manos, quedé con Pansy que le ayudaría con pociones, y me entretuve —Dijo ‘acariciando’ la cabeza de Harry, el cual, gimió de dolor al sentir que le jalaban el cabello.

— «Maldito mentiroso, eso dolió» —Pensó, haciendo que se alisaba el pelo para evitar el dolor.

— Bueno, ven Harry, acuéstate. ¿Está seguro que no se quiere quedar señor Malfoy?

— Oh, ya lo desearía, pero, no hay que hacer esperar a una dama.

— Anda sin cuidado, nos vemos después —Le tiró un beso con la mano, si pudiera lanzarlo con veneno, no lo hubiera dudado.

— Sí, adiós.

— Bueno, ahora, abre los ojos lo más que puedas y levanta el pulgar, aquí —Dijo situándolo arriba en de su cara—. Mira tu uña fijamente, no me parpadees que puedo hacerte daño —Apuntó su varita a la pupila, y de esta salió un fino hilo rojo—. No me parpadees que luego es peor… —Estuvo con el rayo rojo en un solo ojo como por cinco minutos, luego, lo dejó descansar a la vez que escribía algo en un pergamino—. Final del descanso.

— «Joder» Ahora estoy más ciego que antes.

— Tuve que dilatar la pupila, y luego irme a los nervios, más tu miopía… calculo, que no verás correctamente en las próximas doce horas.

— Madame, tengo tarea que hacer, sin contar que una de ellas es un informe de Snape —Habló mientras la sanadora revisaba su otro ojo—. Y él no me dará una prorroga porque esté ciego.

— No hables tonterías, mañana es domingo y podrás… —Sopesó sus palabras, no había encontrado ningún problema en operar mañana—. Yo misma hablaré con Severus, los demás profesores entenderán el precario estado de su visión, aparte que luego de la operación quedará algo atontado, el conjuro duele.

— ¿Más que la Cruciactus?

— No.

— Entonces, no dudo quedar atontado.

— No es por el conjuro. Tiene algo de Astigmatismo, miseria, -0.10 dioptrías. Ahora lo que debemos centrarnos, la miopía que está algo alta, -6.00 Dioptrías, quedará con la visión perfecta, puesto que será un corte transversal, sin mayores complicaciones, ahora, es la pos-operación. Es serio, no podrás hacer cosas que hagan presión en la cabeza. Como alzar peso correr, o que el mago oscuro fuerce tu mente.

— ¿Va a decírselo a él como hará con Snape?

— Muy gracioso Harry, tomarás pociones sin soñar, por una semana y si puedes poner una barrera alrededor de tu cama mejor.

— Me parece demasiado exagerado para una simple operación, sé que la operación muggle, solamente dura cinco minutos, y luego te dejan ir a tu casa, como si nada.

— Si, pero, el problemas es que los magos tenemos un factor más que cuidar… La magia, especialmente la tuya, ¿Debo recordarte todos los incidentes que se han causado por un ataque de los tuyos?

— No —Dijo mirando sus manos.

— Sólo es una semana, luego podrás darte contra la pared si gustas. Puedes traer al señor Malfoy mañana si quieres para que te acompañe.

— Creo que Hermione se sentiría muy mal si le hago eso…

— Como quiera. Todo menos el señor Weasley.

— ¿Entonces mañana se llevará a cabo la operación?

— Sí, ¿Qué tan mal vez?

— Un montón de puntos difusos rojos, y algo que se parece a usted. ¿Me puedo ir?

— Lo espero aquí mañana a las ocho, antes que me pueda llegar un paciente.

— Seguro, ahora, déjeme tratar de visualizar el pasillo.

1

— Harry ¿Dónde estabas? ¿Y tus gafas?

— Eh, se me rompieron en un accidente, y luego las perdí, y ahora ando algo ciego, porque me dilataron la pupila y mañana me van a operar.

— ¡¿DE QUÉ?! —Preguntó preocupada.

— Me van a curar la miopía ¿Dónde estás? —Dijo tanteando y tocó una cabeza.

— ¿Harry que haces? —Preguntó Ginny.

— Perdón Ginny, ¿Mione donde estás?

— Aquí —Dijo volteándole la cara.

— Ya vi tú contorno. Te quería pedir que fueras conmigo.

— ¡Claro! Necesitarás mucha ayuda porque no verás al momento… tengo que ir a la biblioteca para saber los exactos cuidados que necesitarás, y todas las desventajas, si vez a Ron, dile que estudie, que yo llegaré a revisarle la tarea

—Herm.

— Sí, tendrá que tener mucho cuidado en no levantar cosas pesadas —Harry fue totalmente ignorado, así se volvió y chocó contra otra persona.

— Lo lamento.

— Tranquilo Harry ¿Estás bien? —Dijo Ron con curiosidad.

— Ciego, pero bien.

— ¿¡Ciego?!

— ¡Ciego! ¡No sordo! ¿Podrías dejar de gritar que luego tengo que hacerlo publico?

— Perdón, Perdón… ¿Pero como va a eso?

— ¿Me puedes ayudar a llegar al gran comedor? Y decirme la hora, si no es mucha la molestia…

— ¿Cuánto tiempo será esto? —Preguntó consternado.

— Dos días.

— Te llevo… —Los dos empezaron a caminar—. No cuidado —Lo jaló del brazo.

— ¡Con más delicadeza!

2

— Dray ¿Dónde estabas?

— En la enfermería.

— ¿Qué te pasó?

— Nada de gravedad.

— Bueno, si estás bien, no creo que sea importante, ¿Vas a bajar a cenar?

— Me cambio y bajo. Espérame aquí.

— No te tardes que te dejo —Le advirtió Pansy, mientras miraba el reloj, eran las siete de la tarde. Cuando Draco regresó, bajaron hablando trivialmente de los altibajos económicos que estaba teniendo el ministerio de magia en el ámbito de la venta del jugo de belladona. Exportándolo a la mitad de su precio generando grandes bajas, cuando estaban dirigiéndose a la mesa de Slytherin, sus ojos vagaron inconscientemente a la mesa de Gryffindor, buscando a cierto león en particular, y allí estaba comos siempre hablando y jugando con sus amigos como siempre, estúpida apuesta, pero, ya lo llevaría hasta el final, nadie retaba a un Malfoy y se quedaba tan tranquilo, y luego Potter decía que su vida era difícil, ¿Qué era lo que tenía de difícil reír y bromear?—. Draco, baja a la tierra.

— ¿Eh?

— Estás en el aire camina que estamos atravesados.

— Buenas noches —Les saludó Zabini cuando se sentaron.

— Hola, Blaise —Le respondió la rubia.

— ¿Saben que Potter anda cegato?

— ¿Cómo? —Preguntó con interés Parkinson.

— Sí, chocó contra Mcnair y le pidió disculpa, luego estaba Weasley echando humo, se la perdieron una escena divertida.

— Que mal, bueno, deberé darle las gracias a quien lo dejó ciego, si hay que darle un buen regalo. ¿Quién crees que haya sido ha Dray?

— «Pues, yo… figurativamente» —Se dijo a si mismo—. Pero, pienso igual que tú, hay que darle un buen regalo. «¿Lo irán a operar, mañana?» —Se preguntó, sonrió planeando algo, mañana le daría el susto a la Granger, se dijo, mientras volvía a mirar hacia Gryffindor.

2

— Buenos días Harry. Señorita Granger. Veo que el señor Malfoy al final decidió no venir.

— ¿Por qué tendría que estar Malfoy aquí?

— ¿Cuándo comenzamos? —Dijo para evadir la conversación.

— En estos precisos momentos, lo que va a hacer, es, quitarse todo lo que aprete.

— Despreocúpese de eso Madame Pomfrey le traje a Harry cien por ciento preparado, tanto mental como físicamente.

— En realidad estuvo metiéndome miedo de lo que pasaba si desobedecía alguna de las indicaciones.

— Hizo muy bien, bueno tiéndase —Dijo llevándoselo a la cama.

— ¿Necesita alguna ayuda?

— Yo le avisaré señorita Granger.

Lo que pasó fue simple, con un plástico adhesivo le abrieron los párpados, cortando por el medio para dejar el glóbulo ocular descubierto, agarró la varita, y un rayo blanco se mantuvo estable, con un corte perfecto, levantó la cornea, y empezó luego el rayo cambió a un color azul muy celeste, la cornea volvió a su lugar, y luego lo mismo con el otro ojo, no fue más de diez minutos.

— No fue la gran cosa, si se siente una presión extraña en el ojo pero no es como para ponerse a gritar.

— El dolor de cabeza viene después —Le dijo la sanadora con una risita tonta.

— Aún no veo nada, eso molesto, ahora sé lo importante que es mi visión.

— Estás vedado, no verás, hasta que pase.

— ¡Malfoy! ¿¡Qué haces aquí!? —Gritó la castaña olvidándose que estaba en el ala médica. Harry abrió la boca al escuchar el nombre.

— Vine a ver como está Harry —Dijo sedosamente.

— ¿Harry? —Le preguntó alterada.

— El señor Malfoy tiene todo el derecho de ver a su novio —Salió la enfermera antes que Harry pudiera tantear terreno.

— ¿Novios? —Repitió cada vez más roja, el ojiverde no veía pero podía sentir la furia—. ¡HARRY JAMES POTTER ME VALE QUE ESTÉS RECIÉN OPERADO! ¿QUÉ DEMONIOS SIGNIFICA ESTO?

— Déjalo en paz Granger, te vas a infartar —Le dijo yéndose al lado de Harry, y apoyándose en la cabeza de este.

— Malfoy, no haga eso que Harry no puede hacer ningún tipo de esfuerzos —Le reprendió la enfermera, y Draco haciendo ¡ups! Se separó de él, Hermione estaba algo molesta.

— ¿Potter? —Le llamó la castaña.

— Herm, verás Draco, es mi novio desde el año pasado… —En esos momentos no podía jugar, no tenía sus cinco sentidos con él, y no era figurativamente hablando.

— ¿Y usted no lo sabía señorita Granger? —Le preguntó Poppy algo confundida.

— ¡Claro que no! Es algo más que totalmente ridículo.

— No es ridículo Herm, ¿Por qué no nos crees? ¿Qué haría él aquí entonces? —La mirada de la prefecta se estrechó.

— Pruébalo.

— ¿Qué lo pruebe? —Preguntó escéptico, pero por dentro estaba que se comía las uñas, se suponían que aún debían aclarar unos aspectos de la apuesta—. ¿Probar que?

— Supongo que como dicen son novios, a Malfoy aquí presente no le importará besarte… ¿o si? —El moreno se sentía encerrado, ¿Ahora que iban a hacer? ¿Malfoy le daría su primer beso? En cambio el rubio, estaba sopesando, ¿De verdad besaría a Harry Potter? Lo miró.

— Granger, no te desmayes —Dijo al final levantando a Harry de golpe sorprendiendo a su ‘novio’ también, era su dignidad y orgullo la que estaba en juego, unió sus labios, dejando al Golden Boy en estado de shock. Cuando se separaron—. ¿Feliz?

— Oh Dios Bendito… ¿Qué clase de juego bizarro es esto?

— ¿Amor? —Preguntó el rubio irónicamente. Potter, estaba allí parado sintiendo que sus mejillas ardían, ¿¡Malfoy acaba de robarle su primer beso?!

— «Oh no, oh no, oh no, oh no» —Pensó de forma esquizofrénica.

— Harry ¿Estás bien? —Le dijo la sanadora sacándole de su ensueño.

— No, de repente siento un horrible mareo.

— Es lógico, te dije que los efectos vendrían después, recuéstate y mantén los pies en alto. ¡Señores! Le recuerdo que estamos en una enfermería, ¿Podrían dejar de pelear? —Hermione y Draco pararon de insofacto—. Si siguen tendrán que irse.

— Pero, esto es ridículo, lo más seguro es que Malfoy haya hechizado a Harry.

— ¿No te parece eso algo Cliché? —Le preguntó el rubio defendiéndose.

— Eres un en vía de mortífago… ¿Qué quieres que piense? Lo más seguro es que a la primera oportunidad lo llevarás a donde el señor oscuro…

— Estás algo imaginativa, Granger.

— ¿Imaginativa? —Cuando iba a gritarle a Harry, vio que había quedado dormido.

— Peleen afuera, háganme el favor —Dijo sacándoles de la enfermería. Los dos se quedaron helados cuando las puertas se cerraron delante de ellos.

3

Lunes, fatídico lunes… ¿Qué había hecho cuando pensó en esa apuesta? Era lo único que pasaba por la mente de Harry, siempre con su maldita impulsividad por delante, se levantó sabiendo que no podría dormir más, vio el reloj “seis de la mañana” con un portazo se metió en el baño, ya tenía algo de su vista de vuelta, antes de empezar clases debía ver perfectamente, cuando estuvo listo, su mal humor no había mejorado y Ron pagó los platos rotos, lo tiró de la cama y salió de allí, el remedo de beso, no salía de su mente, por Merlín, solamente había sido unir los labios de la forma más tosca posible, punto.

Se dejó caer en la silla pesadamente mientras se servía unas tostadas, y tenía que hacer algo de esfuerzo para ver donde estaba la mermelada.

En la mesa de los Slytherin, Draco Malfoy, estaba tomando algo de café hasta que en su campo de vista entró Potter, lo siguió con la vista, y sonrió al recordar que lo había besado, bueno eso no era un beso, eso era una unión precaria de labios, otra cosa que le sacó una sonrisa, fue como se acercaba a las cosas para ver que eran. Negó repetidamente con la cabeza ¿Qué demonios estaba haciendo? Le preguntó su razón, terminó su taza de café, se levantó para ir a su primera clase, pociones dobles con los Gryffindor, sonaba interesante.

4

— Pociones a esta hora, nada mejor… —Dijo Harry irónicamente. Todo el mundo ya estaba allí revisando que todo estuviera allí. Draco se le colocó al lado y lo miró empezando a tener un tic nervioso en el ojo.

— Merlín, estás catastrófico —Le reprendió, el ojiverde pegó un bote, jamás se esperó eso, Hermione no dejaba de mirar, junto con todo el mundo cuando se oyó ‘catastrófico’, Malfoy había agarrado la corbata de su Némesis, y le empezó a arreglar.

— ¿Se puede saber que haces? —Le preguntó bajito.

— Arreglarte… ¿Qué más? —Varias bocas se abrieron de la impresión—. No voy a ir agarrado de la mano contigo en esas fachas, la camisa afuera… ¿Qué no sabes que la camisa del uniforme va por dentro? Existen los peines, Harry —Siguió arreglándole unos mechones, cuando abotonó la túnica.

— ¿Señor Potter, señor Malfoy puedo saber que demonios hacen? —Preguntó Snape llegando.

— Lo arreglo un poco —Dijo, y Ron estaba lívido, pero, no podía moverse su cerebro no parecía conectar con sus piernas.

— ¿Usted sabe a quien está arreglando?

— Claro, a Harry Potter. ¿Qué no puedo arreglar a mi novio? —Se volteó a mirar a su padrino, el Gryffindor sonrió tímidamente, era el momento del soponcio de Snape.

— ¿Desde cuando Harry Potter es tú novio? —Preguntó tratando de mantener su temperamento bajo llave, no por nada había sobrevivido tantas veces siendo espía, pero, esto estaba superándole.

— Desde el año pasado en San Valentín. ¿Pasa algo? ¿Está bien profesor Snape?

— ¡Draco Lucius Malfoy! ¡¿Qué demonios significa esto?! —Preguntó el pocionista ya definitivamente dejando la aparente calma, empezaba a estar algo alterado, ¿Algo? La vena de la cien decía todo lo contrarío.

— ¿Severus que pregunta es esa? ¿Qué no me expliqué bien? —Empezó a explicar dejando la formalidad profesor-alumno, y pasando a la camaderia padrino-ahijado—. Harry es mi novio… ¿Verdad cielo? —Le dijo agarrándole del brazo.

— Draco, pensé que le habías dicho el profesor Snape, ¿No me dijiste en una de tus cartas que lo habías hecho?

— Esto es inverosímil, hace dos días estaban peleando…

— Sí, estábamos manteniéndolo en secreto, pero, decidimos hacerlo público, ya que todo el mundo se iba a enterar cuando nos casáramos.

— ¿Tienen pensado casarse? —Salió de la boca del pelirrojo desmayándose y cayendo al piso sonoramente, Harry se separó del lado de su novio, y se fue a reanimar al pelirrojo.

— Ron, despierta —Le dijo el Heredero de Gryffindor, dándole unos golpes en la mejilla, cuando reaccionó.

— ¡¿COMO QUE TIENES PENSADO CASARTE CON EL MALDITO HURÓN DE MALFOY?! —Le dijo con expresión de desmadejarlo—. ¡EXPLÍCAME!

— Si no te lo dije, fue porque ibas a reaccionar así… —Dijo alejándose del pelirrojo un poco.

— ¡MALFOY TE RECOMIENDO QUE CORRAS PORQUE TENGO PENSADO DEJARTE SIN CABEZA! —Le rugió.

— Vamos, Ron por el amor de Dios, no me quiero quedar sin novio, y tampoco sin amigo.

— Harry suéltame.

— ¡Todos callados! —Se obligó Snape a salir del shock, imponiendo el orden. El prefecto de Gryffindor detuvo instantáneamente—. Entren a clase… —Amenazó, nadie se movía, querían ver si Ron le lograba partirle la cara a Draco y viceversa por parte de los Slytherin—. ¿Qué no oyen? ¡Ahora! Draco, después de clase tienes muchas cosas que explicar… —Los amenazó.

— La apuesta es un secreto —Le dijo bajito Harry dándole un suave beso en la mejilla, y yéndose a sentar sentándose al lado de Hermione mientras Ron sentando atrás con Neville aún tenía que satisfacer sus instintos asesinos—. Hare Krishna, Ron… —Expresó tratándole de calmar, curiosamente lo que hizo fue aumentar su rabia. El rubio se llevó una mano instintivamente a le mejilla, eso era lo más parecido a ‘cariño’ que había recibido alguna vez, por más falso que fuera, el Gryffindor transmitía perfectamente sus sentimientos, pero, esta vez no pudo distinguir absolutamente nada más que tranquilidad, quería seguir allí parado, desgraciadamente… la clase había empezado.

TBC.


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