Te observaba pacientemente mientras caminabas, todas las noches podía verlo sonreír mientras dormía.
"Realmente tiene un rostro hermoso." Pensaba la estrella.
La luna iluminaba su camino mientras caminaba con su amante a un lado, no necesitaba más que eso.
"—No debes amar a un humano — Dijo la hermosa luna iluminando el rostro del joven.
—Quiero ser un humano — Contestó con los ojos achicados.
—Eres mejor que eso — Habló su madre. — Jaehwan, tú deberías estar aquí con nosotros
—Yo amo a Hongbin y no quiero abandonarlo — Respondió el hijo de la luna con lágrimas en los ojos.
—Eres un ser nocturno, no podrás resistir el día ni por una hora — Advirtió.
—Solo quiero verlo una vez más — Rogó el chico de brillantes ojos y piel pálida. — Madre... solo te pido un día, quiero ver su rostro iluminado con el sol, ya no quiero ver sombras
—Hijo ¿Acaso no entiendes?, morirás si el sol te toca
—Asumiré el riesgo — Dijo decidido
—Espero que así sea — Respondió la luna. — Eres muy insistente y, de todos modos, aunque te lo prohíba, encontrarás la manera de ir tras él, lo único que me resta decirte es que te vaya bien — Sonrió tristemente."
Un año después de haberlo conocido, un año después de haberse enamorado de Hongbin, por fin tendrían tan esperada primera cita siendo pareja. Tal vez sea la última, pero esperaba jamás olvidarla y también esperaba que el humano tampoco lo hiciera.
—¿Estás seguro de esto? — Preguntó Hongbin tomando la mano del mayor frente a la puerta.
—Por supuesto — Contestó dando el primer paso.
"—Es un suicidio Ken, no permitiré que lo cometas — Habló molesto.
—Estaré bien, Bin — Sonrió — Solo confía en mi — Pidió con las manos enlazadas. — Hubo una vez una estrella que se enamoró de un humano, estaba perdidamente ilusionada con aquella persona, así que decidió escapar del cielo y bajar en forma de humano, aquella estrella busco a su amor por todos lados. Un día, cuando lo vio caminar por las calles del mundo, se acercó velozmente — Dijo Jaehwan mirando los ojos de su amante — La pequeña estrella confesó sus sentimientos a un desconocido. El humano, confundido por tal declaración, salió huyendo de ella. Sin saber lo que venía, la estrella espero sentada en la acera esperando hasta el amanecer por aquel joven humano. Cuando los pequeños rayos del sol tocaron la pálida piel del ser, este comenzó a convertirse en polvo hasta que en lo único que quedo, fue polvo de estrellas. Desde ese día la luna y el sol prohibieron a las estrellas el amor. "
—Deberíamos volver — Hongbin tomo del brazo a Jaehwan y toda prisa lo metió a su hogar — No quiero salir — Dijo abrazando a su amante — No quiero perderte, prefiero vivir dentro de cuatro paredes para el resto de mi vida
—No pasará nada — Respondió con un leve sonrojo.
—No pienso arriesgarme. — Decía sin soltarlo — Ven, prepararé algo delicioso para ver una película — Sonrió tomando su mano.
Las horas pasaron, la noche había llegado y ambos estaban exhaustos.
—Hasta mañana — Se despidió Jaehwan mientras rodeaba el cuerpo del chico con sus brazos.
—Hasta mañana mi pequeña estrella — Contestó dándole un beso en los labios antes de quedar dormido a su lado.
"Y así, su día se convirtió en su eternidad"