-¡Malena!... ¡Malena!- grita mi madre mientras me sacude.
-Ahh- grito asustada- ¿que pasa?- pregunto entre alarmada y dormida aun.
- ya es medio dia, prometiste ayudarme con las cosas de la mudanza- dice lanzándome la ropa a la cara.
-Vistete- me ordena antes de colocar unas tostadas sobre la mesa.
- Lo sé, es solo que tuve un sueño extraño- dije colocándome el calzado que por una extraña razón parecia tener lodo.
-Ni se te ocurra ponerte esas cosas, ensuciaras todo- dice mi madre mirandome desde la mesa donde me sirve un vaso de naranja.
-Vas a ayudarme, o vas a mirar tus botas todo el dia?- me pregunta mi madre mientras aun me ve sentada en el suelo.
-Mamá, creo que algo extraño esta sucediendo, no recuerdo haberme ensuciado la ropa de esta manera...
-Anoche llovió toda la noche, y salimos a recoger todas las cosas que habíamos dejado en el patio, no lo recuerdas?- me pregunta mi madre. –y luego la despistada soy yo- dice mientras le da de comer a David.
-¿Anoche llovió?-pregunte con una cara de desorientada total, mientras arreglaba mi ropa. Antes de poner en marcha, sientos mis brazos cansados… me sentia agotada... ¿Qué me sucedia?
Subo al segundo piso, donde se supone que tiene que estar nuestras futuras habitaciones, dejo mi mochila, y bajo en busca de las dos cajas restantes de cosas, donde habia sabanas, libros, ropa entre otras cosas. Y ahí la veo nuevamente del susto deje caer las cajas. La figura de la mujer se gira rápidamente y lanza un alarido de susto, antes de desaparecer por la pared. Yo con los ojos como plato y con mi cuerpo tembloroso, lo primero que hago es ir a buscar a mi madre y a David. Cuando veo que los dos estaban bien, me quedo mas tranquila.
Mi madre estaba demasiado cansada como para que mis historias de fantasmas le hicieran gracia, es mas de seguro me golpearía, por tratar de asustar a David. Asi que preferí guardarlo en secreto.
Sin embargo fue gracioso y estúpido de mi parte subir armada con un palo de hockey a tratar de espantar a aquella figura que aparecia solo para joderme mas con el mundo y con mis creencias. Sin embargo al ingresar rápidamente y sin vacilación a mi habitación y no encontrarla baje el palo de hockey, acomodo nuevamente mis cosas, dejando una habitación tal vez no muy pintoresca, pero a mi me valia. Una vez que dejo mi celular cargando, tomo una ducha, mamá y David seguían aun en la planta de abajo. Salgo de la ducha, mientras me cubro con una toalla, me seco el cabello, y me peino. Me visto y salgo totalmente relajada. Y mi relajación hubiera durado sino hubiera sido por aquella figura espantosa que estaba de pie en mi habitación.
-Hola- dice la mujer. Tomo el palo rápidamente, ella se rie, su risa parecia tan calma y tan delicada entre confundida y anonada por su belleza rápidamente baje la guardia.
-sabes que con eso no podras hacerme nada no es asi?- dice entre risas, avergonzada dejo el palo cerca de la puerta.
-¿Quien eres?- le pregunto.
- Eva, a tus servicios- dice antes de hacer una reverencia.
-¿Qué haces aquí? ¿Por que apareces así de la nada misma?-
-Demasiadas preguntas- dice acariciando su cabello.
-Ni una mierda, habla- exijo antes de que mi madre abriera la puerta de un golpe.
-¡¿Por qué estas gritando Malena?!- pregunta realmente preocupada.
-¡Mamá!- dije asustada ante la presencia de mi madre en la habitación.
Al recordar todo lo sucedido solo pude permanecer en silencio y darle crédito al supuesto estrés que me generaría comenzar las clases lejos de mi ciudad natal, como causa de mi alteración. Mi madre trato de distraerme al pedirme ayuda para cuidar a David.
La figura de aquella mujer no aparecio al menos durante todo el dia.
A la mañana siguiente... finalmente era lunes, mi primer dia de clases. Y ahí estaba evitando que mis rodillas temblaran y que pudiera caminar al menos derecho. Fingiendo tranquilidad y evitando a toda costa que mis puños no se dirigieran hacia nadie en especifico, segui caminando. Una vez frente a mi salón correspondiente, ingreso y sin darle mucho crédito a los estúpidos compañeros con los que me "graduaría". Espere mi sentencia.
Claro que nadie me diría, que por esa puerta entraría la mas increíble y poco femenina profesora de aritmética, quien no solo me hizo pasar la vergüenza de mi vida frente a todo un puñado de chicos listos sino que también me mando a una cita con el director por contestarle de mala manera. Si realmente le hubiera dicho lo que pensaba aun tendria que buscar una pala para quitarle de encima kilos y kilos de insultos. Vamos que al final fui todo una dama, lo único bueno que pude sacar de ese dia, fue… Ah... a quien engaño, fue una mierda…
-¿Buen inicio hoy?- pregunto mamá desde la cocina, una vez que escucha que ingreso.
-claro que si- dije desde la puerta, lanzo mi mochila sobre el sillon, donde en ese momento estaba durmiendo Eva.
Si, ¿la chica de menos de 26 años?, Aja. ¿La que es un fantasma? Si esa misma. ¿Que por una extraña razón solo yo pueda verla?. Si. Se pone de pie y da vueltas alrededor mío, tan feliz que no pude evitar sentir re pelusa. Yo pongo mis ojos en blanco antes de lanzarme al suelo. Eva al verme, sonríe y trata de imitarme, pero como tras pasa el suelo, infla sus mejillas a modo de molestia.
Miramos television, jugamos con David, y prepare mis tareas de clases. Todo en presencia de nuestra concubina.
Debo admitir que su presencia estaba molestandome cada vez menos.
-Si no fuera un fantasma me caería bien- dije erróneamente en voz alta.
-Oh, cariño, pero si podemos llevarnos bien de todas formas- dice tratando de acariciar mi cabello inútilmente.
-Retiro lo dicho- susurro. Eva hace una mueca extraña y desaparece a través de la pared de la cocina.