Era su aniversario.
Cumplían dos años, el rubio estaba feliz, reluciente, su aura dorada y su gran sonrisa le hacían brillar como nunca.
Sonriendo fue a buscar el pastel que había hecho para el moreno, mientras limpiaba la casa y todo lo demás, aprovechando que el moreno tenia turno de tarde, limpiaba y ordenaba para la fiesta sorpresa que le quería dar... Más no pensaba que era lo que realmente estaba haciendo Aomine Daiki.
***** ***** *****
En la amplia habitación se escuchaban gemidos altos, sonoros y eróticos, chapoteos y claros golpes sensuales.
Un moreno estaba sobre una mesa de cuero, en sus tobillos unas cadenas que mantenían sus piernas abiertas, mientras su cuerpo era abusado por una fusta simple, que no dejaba huellas.
Este gemía incontrolable mientras que aquel pelinegro de ojos platino y un coqueto lunar miraba la escena mientras tocaba su inflamado miembro excitado.
El de pelo grisáceo miraba con deleite como el miembro del moreno se endurecia cada vez más, hasta que golpeo el mismo con aquella fusta, causando un gran gemido alto y que se erectara por completo.
-Vaya vaya, Daiki, estas hecho toda una perra- dijo con voz lasciva, mientras mojaba su dedo pulgar en muestra de excitación, tomando un objeto delgado y aferrando con su mano aquel miembro moreno, tirando de aquella piel que aún cubría la cabeza, cuando ya estaba descubierta la misma fue introduciendo aquel plug en la uretra, mientras el moreno jadeaba y se estremecía, su piel erizandose, mientras el antifaz se mojaba con las gotas de sudor, finalmente el plug estaba totalmente en su miembro, por lo que Haizaki tomo el anillo vibrador y lo fijo en la base -ya estas listo para lo mejor, perrita- murmuro, tomando una canula y la introdujo en el ano del moreno sin preámbulo para comenzar a dejar caer dentro de la misma lubricante.
Más un rubio se acerco a la boca gimiente de Aomine, Nash ya impaciente saco de su pantalón aquella dureza, acercandola a los labios húmedos.
-porque no haces algo mejor con tu boca, en vez de andar gimiendo como perra en celo?- murmura, y los labios se abren en aceptación, dejando entrar aquel miembro y cerrándose en torno al tronco de piel y musculo, venoso y caliente, mientras la lengua se paseaba por el ojete, lamiendo los jugos, tragandolo por completo y disfrutando -realmente estas hecho para esto, para darle placer a los hombres de verdad... ni pareces aquel engreído de la cancha... quizás aquel ego era solo para suplir tu verdadera actitud sumisa?, para ocultar... que no eres un verdadero hombre?- dice el de tatuajes, tomando el cabello azul y embistiendo sin piedad aquella boca.
Mientras el de cabello gris saco la cánula y miraba con evidente diversión como Nash ya comenzaba a jugar, tomo un dildo y con el comenzó a penetrar aquel agujero, viendo como aquel esfinter se abría sin problemas.
-parece que ya estas acostumbrado a esto... me pregunto si sera suficiente para alguien como tú- murmuró mientras comenzaba a embestir con aquel plástico aquel agujero, sonidos obscenos llenaban la estancia, mientras gemidos ahogados por la hombría ajena hacían de aquel ambiente uno más lujurioso y excitante.
Mientras que Daiki era retenido por las esposas y dejado a merced de aquellos hombres, su mente viajaba al porque llego a ser quien ahora era, el día que cambio su vida, aquel día en que dejo de ser "un hombre real" o lo que él pensaba ahora, dejo de mentirse con que era un "hombre" y paso a convertirse en quien realmente es, a ser su verdadero yo interno.
**^Flash Back^**
Estaba saliendo de la estación de policia, era más de media noche y contrario a lo que le dijo a novio, iba camino a casa, algo trasnochado no quiso tomar su moto y decidió ir caminando.
Pasando por un barrio nocturnamente activo, choco sin querer con alguien, deteniéndose se inclino sin ver aun quien era y se disculpo.
-lo siento, no estaba viendo.
-Oh, no te... espera, Daiki?- escucho una voz vagamente familiar, al levantar su vista capto un pelo negro, lacio, una piel blanca y un coqueto lunar.
-tu... eres el hermano de Taiga...no?, Hi...Himuro- dijo con algo de dificultad, el sueño ya haciéndose de las suyas su mente.
-oh, si... mmm, que te parece entrar?- dijo el moreno, sonriendo internamente, ya encontro el juguete de esa noche.
-realmente estoy cansado hoy, vengo de trabajar.
-oh vamos...
Luego de un rato de insistir, el moreno termino por ceder, la verdad quizás Kise se quejaria si lo despertaba y quisiera sexo, cosa que él no quería y eso llevaría a una pelea que él estaba muy cansado para soportar.
Nunca sospecho del plan que llevaría a cabo Himuro.
Himuro Tatsuya, 25 años, soltero, arrienda un porche con dos amigos más, publicista exitoso.
Cualquiera pensaría que tenia una vida normal, más... era un actor de videos para adultos, un actor de videos gay, junto con Haizaki y Nash, quienes también llevaban doble vida gracias a sus preferencias, tenían una empresa pequeña de llevar a cabo videos de calidad y venderlos en la internet oscura y el mercado negro, tenían grandes ganancias y engatusar a jovencitos bien parecidos y llevarles a la cama no era tan difícil.
Más esta vez tenían un pedido, uno especial.
Necesitaban un video de todos ellos por un muchacho, les pagarían bien y seria bien vendido, pero... tenia ciertas características, un chico moreno, ojala algo musculoso, y debía ser forzado, no como los otros que estaban dopados hasta las nubes y cedían a cualquier cosa.
Himuro ya encontró a quien, realmente no les importaba si lo conocían, ya se había llevado a la cama a conocidos como Atsushi, Reo, Kotaro, Shuuzou, Shun, etc. Hasta Akashi había caído ante ellos.
Aomine no sería un gran problema, con un video donde fuera totalmente superado no diría nada.
Luego de un par de copas y un afrodisíaco ya estaba en su auto, y él texteaba a los dos que esperaban en su hogar, quienes preparaban el escenario.
Bajo antes del auto, ayudándole a bajar con cuidado, en cuanto cruzaron la puerta empezó el show, Daiki noto unas cámaras que seguían todo sus movimientos, mientras identificaba la típica luz roja del "red".
-porque hay cámaras?- dijo con su ceño fruncido, más él solo río y le empujo al piso, donde cayo fácilmente gracias al alcohol.
-porque no usas tu boca en algo más apremiante?- dijo, sacando su miembro y golpeando su rostro con él.
-oye, maldito cabrón, yo no soy sumiso- maldijo en voz alta, tratando de pararse, más una mano tomando brusco su pelo y un aliento en su oído le dieron escalofríos.
-creo que tu macho dijo algo, Daiki- susurro con malicia Haizaki, tomando su rostro y llevándolo con facilidad hacia el miembro erecto de Himuro, quien sonrió cuando restrego la cabeza en los labios húmedos.
Finalmente Haizaki le apretó la nariz, por lo que en poco tiempo abrió su boca y Himuro sin perder tiempo penetro aquella cavidad, Haizaki río perverso, mientras Himuro haciendo gala de su mente retorcida lleno con esperma en poco tiempo aquella boca solo con saber que tanto romperian el ego de Aomine Daiki.
-tragalo, traga el regalo que te dio tu macho, la leche que te haz ganado- murmuró Haizaki, mientras Tatsuya sacaba su miembro y bañaba con la última carga la cara del moreno, quien tenia cara de asco y se revolvía inútilmente en los brazos de Haizaki.
-que buena mamada, se ve que estas hecho para ser la perra de un buen macho- murmura una voz con acento americano, Nash entraba en escena, el trío estaba completo y todas las cámaras encendidas.
El Show daba inicio.
***^Una hora más tarde^***
Aomine se veía atado, golpes en su cuerpo mientras estaba en una pose vulgar de perrito, sus piernas abiertas y sus nalgas rojas con semen cayendo de un agurejo hinchado y sangrante.
Su rostro rojo, lagrimas y sudor caían de su frente y mejillas, mientras seminal y sangre de su boca.
-si que haz sido hueso duro de roer, eh Daiki- dice un peligris, dando un cruel latigazo en su espalda, el moreno deja salir un gran quejido, estremeciendose -pero ahora seremos buenos, eh?, te haremos disfrutar, tanto... que amaras ser nuestra puta, rogaras de rodillas que te follemos.
-listo Daiki?- murmura Tatsuya, posicionándose tras él, mientras su miembro se internaba palmo a palmo en su agujero, sacando unos gemidos lastimeros en Aomine, quien se quejaba luego de quien sabe cuantas rondas.
Sentía como aquel falo forzaba su esfinter, llenando sus paredes y por primera vez, empujo aquel lugar dentro a consciencia, antes lo habían rozado, pero esta vez supo que Tatsuya lo hacia por querer, se estremeció y dio un jadeo contra todas sus ganas, Himuro sonrió de lado y saco lento su miembro, para luego meterlo de un golpe, sacándole un gemido, Haizaki se acerco y dio zoom en su rostro, que poco a poco en cada embestida se transformaba en claro placer.
-bien, bien- dijo Himuro, tocando aquel miembro inflamado, rojo y palpitante, apretandolo algo cruel y prendio de nueva cuenta la vibración del anillo, el prisionero dejo caer lágrimas de placer, sollozando.
-Dejen...dejenme terminar- dijo ya con vergüenza, torturado luego de horas sin llegar.
-pues es extraño que estés disfrutando tanto como para acabar, no lo crees?, sabes que es eso... significa que te gusta... sabes?, yo no quería nada contigo, pero tu olor a zorra caliente me excito, esto es tu culpa- dijo con maldad Himuro, penetrandolo de nuevo a lo que el moreno soltó un gemido, la mente cansada y rota le dio la razón a las palabras de su atacante, tenia razón, él les había llamado, él disfrutaba de esto, él quería esto.
-Dame... Más- gimió ya vencido, moviendo su cuerpo contra al ajeno, gimiendo con fuerza y deseo, sintiéndose extrañamente excitado por la brusquedad, mientras el moreno y el peliplata esperaban a ver que haría el moreno -ven... Nash, Haizaki- les llamo en un jadeo, tomando sus durezas y comenzando a gemir al lamer intercalado las misma.
Era irremediable, Aomine Daiki se había roto y doblegado ante ellos.
Y ellos encontraron a una perrita dispuesta a sus juegos.
***^Fin flash back^***
Aomine estaba ya exhausto, mientras Nash y Haizaki sacaban sus miembros ya flácidos de la entrada más que abierta.
-yo ya estoy bien así- dijo Haizaki, a la par que Nash asentía, Himuro era otro caso, tomando las caderas morenas mientras mordía con algo de saña su hombro comenzó a dar violentas embestidas.
-Dime, como le complaces?, si tu no eres un hombre, como puedes estar con él luego de tanto?, aun te quieres engañar?, dime... porque sigues aún con Kise?- susurro con maldad al oído de Daiki, mientras este soltaba gemidos lastimeros y llenos de placer a la vez.
-ahh, no... ahh~, no quiero lastimarlo- musito perdido en el placer violento, su entrada sonaba, chapoteaba sucia por todo el seminal en ella, mientras el moreno disfrutaba de estar a la merced de ellos, Tatsuya disfrutaba de degradarlo a tal punto y de las lágrimas que se acumulaban en esos ojos de mar.
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En dos horas ya vestido con su uniforme salia de ese lugar, en sus bolsillos un sobre con más dinero del que deberia, aunque una cantidad que acostumbraba.
Paseo un poco adolorido por el centro, sabia que quedaría una marca en su hombro por la endemoniada mordida que le dio Himuro, más nego, no debía pensar en eso, ahora era Aomine Daiki, arrogante, celoso y violento, marido de Kise Ryouta, aviador y modelo.
Compro unos chocolates y un ramo de girasoles, más dos entradas de un restaurante carisimo, esperaba eso le gustara a su rubio.
Entrando a la casa escucho un "sorpresa!", sus compañeros de toda la vida estaban allí, más... Él.
-Hello Aomine, espero no te moleste que haya traído a mi bro.
-no, no es molestia, cierto Daikicchi?- dijo meloso el rubio, dando un dulce beso en sus labios, "feliz aniversario", susurro en su oído suavemente.
-no, no lo es, bienvenido a nuestra casa Himuro- murmuró bajo, aún sin entender que pretendía Tatsuya al ir a su casa.
-feliz aniversario Ryouta, Daiki...- sonrió levente, como solo él podía, con mezcla de perversidad y lascivia oculta.