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¡Hola! Me llamo, ehm, creo que sería mejor si me llaman M.D.
Intereses... pues, me gustan los libros con dibujos, sobre todo los que hablan de la gran ciudad en la que vivimos. Fue por esos libros que aprendí que, curiosamente, me tocó nacer en la peor zona que existe: la Zona Abisal.
Por eso sueño constantemente con una vida mejor, sé que en la Superficie existen privilegios como la luz del sol o el aire fresco, por eso está habitada principalmente por los humanos; la Zona Media también suena agradable, pues es una gran cúpula sumergida en donde entra algo de luz, por lo que asumo que se puede ver bien el océano y sus hermosos habitantes marinos (peces y mamíferos).
No sé de dónde sean ustedes, pero si no han bajado a la “ZONA ABISAL” no se pierden de mucho, únicamente las grandes fábricas podrían impresionarlos y sí, los rumores son ciertos, la mayor parte de la población es híbrida, pero no somos peligrosos.
Sé que soy un híbrido pero no conozco mi “forma”, sólo sé que bajo mucho estrés me salen espinas del antebrazo, y aun así no sé qué tipo de pez pueda ser. ¿Dije pez, cierto? Lo siento, sé que utilizar “pez” se considera ofensivo pero a mí no me importa que me llamen así (me han dicho cosas peores, por eso aprendí a no tomarle importancia a las palabras).
Sigamos, podría comprar uno de esos frasquitos con sales “PSSB” y conseguir una bañera para transformarme, ¿pero qué mérito tendría? Sueño con viajar a la superficie y meterme al mar para estirarme, chapotear y sentirme libre al menos por una vez en la vida… esto me ayuda a levantarme todos los días y espero cumplir este sueño, no me gustaría morir sin antes conocer una parte de mi propia naturaleza.
Mmm, ¿qué más?
Soy ridículamente pobre y “vivo” diariamente con lo que gano vendiendo mi propio cuerpo, pero el dinero no me alcanza porque termino gastándolo en otras cosas, ya les contaré. Alguien me recomendó escribir un blog para desahogarme mientras contaba mi propia historia, pero tenía un pequeñísimo problema… no tenía una computadora, internet o ganas de hacerlo. Lo pensé mejor y me di cuenta que este blog podría servirle de algo a otras personas, principalmente para disuadirlas de utilizar la prostitución como una forma de vida, y en mi caso podría servirme de terapia.
Les contaré lo que pasó para que este blog pudiera nacer: primero conseguí una vieja computadora de escritorio gracias a mi amigo… yo le digo “Ninfa”. Esta bella Ninfa vive en mi edificio y trabaja haciendo lo mismo que yo, recuerden ese detalle. Un día estábamos aburridos y se nos ocurrió hacer una apuesta, así que nos movimos a la zona sur, nos colocamos en esquinas opuestas y contamos la cantidad de veces que los coches bajaban la velocidad para vernos. Tuvimos que trabajar un rato, ¡pero gané la apuesta!; ahora la ninfa incluso me prestó la contraseña que le robó al vecino.
¿Y cómo le hizo para robar la contraseña? Jaja, no tengo idea… en fin, la Ninfa aceptó enseñarme a usar la computadora a cambio de dos cosas: la primera, dejar de decirle ninfa (no dijo nada de escribirlo, shhhh), y la segunda, invitarle una dosis la próxima vez que lo vea; y no es nada barata ¿eh?, pero escribir esto y poder compartirlo con ustedes vale la pena.
Decidí presentarme y contarles esa pequeña anécdota porque es bastante “amigable”, después tendrán que soportar un poco de drama. Seguiré en contacto con ustedes. Me encantaría leer sus comentarios.
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<<Listo… uhhh, me sudan las manos, creo que sí me preocupan los comentarios>>. Miró sobre su hombro para sonreír por la visita de su inquilino.
—¡Hermanito! ¿Tienes hambre? —exclamó mientras se levantaba del suelo, ya que el ordenador se encontraba sobre un cajón de ropa. Una pequeña rata lo miraba con curiosidad desde el otro extremo de la habitación—. Se me olvidó comprar comida, ahora regreso. —Tomó su abrigo y salió a la tienda más cercana. Al regresar notó que su blog tenía una visita, junto con un comentario recién publicado.
<<Ah, no mencioné a mi… ¿inquilino, mascota?, uhmmm, mi hermanito>> recordó mientras leía:
Comentarios
User: ¿Éste es el blog de Michael Dackson?
<<¿Qué, cómo pueden confundirse?>> pensó, ignorando que se trataba de un juego de palabras con el nombre de un artista del siglo XX.
M.D blog: No! Soy Mylo!
User: Mucho gusto, Mylo XD
M.D blog: Rayos t.t
User: Vamos, borra tu comentario que yo no diré nada, pero sé más cuidadoso la próxima vez. Otra cosa, por tu manera de ganarte la vida te sugiero que NUNCA des tu apellido. Suerte chico.
Mylo borró su comentario antes de recibir más visitas, después cenó una rebanada de pizza y le dio un trocito a su “Hermanito” antes de irse a dormir. Al día siguiente revisó su blog, arrepintiéndose al instante:
Comentarios
Anónimo: ¿Tú eres pasivo?
Anónimo: ¿Te han violado?
Anónimo: ¡Cuenta tu primera vez! ¿Te pusiste el nombre de tu cliente?
Anónimo: ¿Usas juguetes, lencería o cuerdas?
<<Tendré que dejar las cosas en claro>> pensó Mylo antes de salir a conseguir dinero.
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Pasaron algunos días sin novedad alguna, pero Mylo no podía sacarse de la cabeza los comentarios que había recibido, así que no perdió el tiempo y un par de semanas después publicó una nueva entrada:
Despierta…
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¿Hola? Quería disculparme por no responder sus comentarios, no me sentí con suficiente ánimo para explicarles que… bueno, la realidad supera la ficción.
¿Qué es lo primero que piensan cuando escuchan la palabra “prostituto”? (Dudo que utilicen “sexoservidor” o “gigoló”, que sería lo “políticamente correcto”).
¿Listo?
Lo que conocen de la prostitución lo han visto en la televisión, ¿cierto? O en libros, series animadas, películas, etc. Me ha tocado ver la típica representación de “bandido fatal”, un hombre que vende su cuerpo sólo para hombres importantes, seduciéndolos con su carisma y belleza para hacerlos caer a sus pies. Oh sí, y nuestro “hombre fatal” resulta ser un agente secreto.
O el clásico “busca-emociones”, un tipo que no necesita dinero y sólo se prostituye por diversión; ya saben, encuentros pasionales con hombres atractivos, juegos previos, lencería erótica, juguetes y mucho deseo entre ambas partes…
El gracioso, un chico torpe que comete todo tipo de tonterías que lo hacen ver tierno, adorable y algo tonto… está bien, admito que a todos les llega a pasar algo de este estilo, pero sólo en sus inicios y no todo el tiempo. Por ejemplo, hace unos años se detuvo un tipo a preguntarme cuánto cobraba por un “fellatio”, y cuando le respondí que dependía de la parte del cuerpo que quisiera afeitarse, el muy maldito no paró de reírse por cinco minutos antes de explicarme lo que significa “fellatio”.
En fin, lo que vemos en la televisión son clichés atractivos para un público hambriento de algo prohibido y entretenido... ¡Pero son falsos!
Si alguno ha contratado estos servicios sabrá de lo que estoy hablando. A los clientes no les interesa acariciarte con amor, hablarte bonito al oído, besarte, tocarte para excitarte, preparar tu orificio anal con dedos suaves y placenteros, o al menos, tener un poco de cuidado al penetrarte...
No te pagan para disfrutar, o para “hacer el amor”. No, para nada, ellos sólo buscan una entidad con forma humana que responda a sus caprichos. La mayor parte de las veces sólo tienes que apoyarte en la pared y dejarlos satisfacerse, o incluso debes penetrarlos con fiereza aunque sean mucho más altos y fornidos que tú. Curioso, ¿no?
Es un servicio, al fin y al cabo vendes tu imagen y cuerpo, Todo de acuerdo a lo que pida el cliente, es un cliché que se cumple: los clientes pueden pedir las cosas más ridículas siempre y cuando tengan dinero para pagar. ¿El cliente desea llenarte de miel y fingir que es una abeja? Pocos chicos se reirán de eso, pero todos darán un precio. A mí me han pagado sólo para escuchar a alguien quejarse de su “miserable vida”, no di mi opinión porque no lo pidió; y en otra ocasión cené con un cliente porque no le gustaba comer solo.
Pero los sexoservidores también ponen sus condiciones, y si el cliente tiene gustos “particulares” relacionados con parafilias, por muy absurdo que te pueda parecer siempre tienes que decir: “no acepto que involucren a terceros o me pongan en riesgo”, y después agrega lo que no harías (lo sé, es absurdo, pero me han contado historias bastante extrañas, así que lo mejor es no arriesgarse).
Por otra parte, hay chicos que salen muy mal de una sesión de BDSM, yo suelo evitarlo a no ser que realmente necesite el dinero; no es recomendable, ¿sabes por qué? Puedes pedirles que no te golpeen muy fuerte, pero en ese aspecto harán lo que quieran y dirán: “estaba siendo suave”. Sin mencionar que los moretones no son atractivos para futuros clientes, y no, simplemente no lo vale.
Ya no practico Bondage. Al principio no tuve problemas con eso pero decidí dejarlo por una experiencia muy desagradable: ese odioso día estuve con un cliente de la superficie, ¡la sesión duró dos horas! Cuando terminó, ese tipo estaba a punto de desatarme pero comenzó a reírse y me empujó a la cama, sólo alcancé a girarme para verlo salir con toda tranquilidad. No me pagó, tuve que pedir servicio a la habitación para que alguien subiera a cortar las cuerdas, fue muy humillante.
Supongo que esto responde algunas preguntas, no se dejen engañar por lo que ven en la televisión. Tampoco planeo describirles mis encuentros con detalles explícitos, he sido golpeado, torturado, humillado y sí, he sido violado; sé que algunos de ustedes desean hacerme revivir los detalles, pero no pienso hacerlo.
Trata de ponerte en mi lugar: cierra los ojos y recuerda varios momentos de tu vida... cuando te sentiste extremadamente frustrado, impotente, furioso, humillado, cansado e inseguro; ahora súmalos y agrega un intenso miedo por tu propia vida.
Ahora puedes entenderme. Pero a diferencia de mí, tú puedes denunciar sin miedo a ser juzgado por tu trabajo; mi propia Ninfa lo llegó a vivir en carne propia, esto fue lo que dijo el policía cuando él le contó lo que había pasado: “¿Qué, no te pagaron? Un putito como tú no puede venir a denunciar eso”; después de eso la Ninfa tuvo que salir corriendo antes de ser arrestado por prostitución.
Y otra cosa… olviden ese ridículo cliché acerca de adoptar el nombre del primer cliente. Mi nombre me lo puso mi padre y no lo cambiaría por nada, es lo único que me queda y lo atesoro muchísimo. En realidad no quiero recordar al primer cliente que tuve, ¿y sabes por qué?
Tenía 13 años.
Pero... veo que necesitan saber mis inicios, así que les hablaré de eso en otra nota.
Ok, ¡¡me despido!!
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<<Esto será más difícil de lo que pensé>> Mylo se limpió los ojos y decidió olvidarse del blog por un rato, necesitaba algo de música y un cigarrillo.
<<Nota mental: ¿Por qué le decimos Ninfa? ¿Qué es una Ninfa? Ni siquiera sabemos y así le decimos…. mmm, usa mucho maquillaje, falda, blusas, zapatos de tacón alto y su amor por los adornos lo hace destacar en cualquier lado. Sí, un apodo tan llamativo como él>>. Reflexionó mientras recibía los mensajes de texto de la “Ninfa”, quien estaba furioso porque Mylo seguía llamándolo así en su blog.
“No me estoy poniendo en riesgo, y a ti tampoco. Las pocas personas que conocemos saben del blog, tranquilo”. Le escribió, no obtuvo más respuesta que un emoji sonriendo.
Ese día no recibió comentarios en su blog.
Tampoco el siguiente.
Pero al tercer día sonrió por lo que le escribieron:
Comentarios
G.Q: Te entiendo, también se han reído de mí por no conocer una palabra. Gracias por compartir tu vida, y no te preocupes por dar detalles, es tu blog.
Al siguiente día recibió otros dos comentarios, ambos extrañamente contrastantes:
Comentarios
User: Entonces debes ser otra víctima más de la trata de personas, si lo deseas puedes llamar a esta agencia…
Anónimo: Si sigues en ese “negocio” es porque ya te gustó.
<<Y pensé que no tendría de qué hablar>> Mylo notó que la opinión de los demás le seguía afectando, tenía un cigarrillo en la mano pero lo apagó para utilizar algo más fuerte.
Debía desconectarse del mundo, de su realidad, al menos por un momento.