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MAMÁ por Liss83

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Notas del capitulo:

Espero no decepcionarlos

 

De nada valieron sus suplicas y lágrimas. La rodilla de Lucius le abrió las piernas, entre las cuales se acomodó, inmovilizándolo con las manos hacia arriba. Sintió como algo grueso y duro tanteaba y se abría camino entre sus nalgas. A pesar de no verlo sabía que era algo grande.  Neville gritaba llorando, pidiendo auxilio, pero nadie lo socorría a pesar de su llanto desgarrador. Lucius se movía dentro suyo de una manera que él jamás se imaginó que un hombre lo podía hacer por lo que en un punto sus gritos de dolor se convirtieron en placer. Sus uñas arañaban la espalda del rubio pero esto lejos de lastimarlo solo le daba más placer a quien entraba y salía del muchacho, que solo gritaba de placer hasta quedar sin voz. Pero lo más desolador para Neville fue, en un determinado punto, disfrutar de aquel acto que solo manchaba su honor. Disfrutar de como su cuerpo era recorrido palmo a palmo por aquellas manos grandes y suaves. Disfrutar los besos que le robaban completamente el aliento. Las mordidas que de seguro horas después serian moretones que servirían como prueba innegable de la pasión desmedida de la que los dos habían sido víctima esa mañana. Porque ¿sería capaz de llamar violación a algo que había disfrutado tanto a pesar de cuanto lo quisiera negar? ¿Era acaso ese su verdadero lugar en la vida? ¿Cómo esposa y… madre de un Malfoy? Sin embargo el orgasmo lo golpeo a tal grado que sus brazos le llegaron a doler de tanto que se había aferrado a… su marido. Nunca pensó referirse a alguien de esa manera, pero esa era la manera correcta de referirse a Lucius, su marido. Sintió como sus entrañas eran bañadas de aquél líquido que buscaba perpetuar el apellido Malfoy y desgraciadamente él no podría lograr eso. Entonces todas las alarmas se prendieron dentro suyo. ¿En verdad lamentaba no darle un hijo a su captor?       Cuando finalmente Lucius abandono su cuerpo se sintió vacío por dentro, no solo física, sino también emocionalmente. Pero entonces fue arrastrado contra un pecho ancho y firme, en donde una mano le acariciaba el cabello con delicadeza mientras un brazo rodeaba posesivamente su cintura. El olor a sudor y sexo inundaba el lugar. Sabía que ese había sido el último puente a cruzar. Cualquier rastro a salvar de su hombría había muerto en aquella alfombra persa y nunca más la iba a rescatar.  Tanto él como Lucius se sumieron en un silencio post coital que lejos de ser molesto o incomodo les transmitía paz a ambos       - Tengo una reunión – dijo Lucius con pesar - Yo… debo… ir a ver qué hace dragón – dijo besándole el pechó - No quiero irme – susurro Lucius aferrándolo a él mientras cerraba los ojos y aspiraba el aroma del cabelló del pelinegro - Podemos seguir esta noche – sugirió Neville con las mejillas encendidas por el rubor que le provocaron sus propias palabras – después que Draquito se duerma. - Me parece perfecto – susurro Lucius besándole el cuello sin dejar pasar la manera en que Neville había llamado a su hijo.  - Pero antes debemos hablar – sentencio el pelinegro –. Si ahora yo soy… tu mujer y madre de tu hijo… - Siempre lo has sido Narcisa, ¿De qué hablas? – se apresuró Lucius a decir - No me interrumpas – exigió el chico –, si quieres que estemos siempre así, quiero que me des mi lugar – sentencio el pelinegro –, desde hoy me apoyaras cuando le digo algo a… – respiró hondo cerrando los ojos – nuestro hijo. Si algo no te gusta, dímelo, pero no frente a él. Me quitas autoridad – Lucius lo miro fijamente y asintió –. Ahora vamos. Tú debes trabajar y yo atender a nuestro hijo       Se levantaron y se vistieron. Le era extraño a Neville pensar el de donde había sacado las palabras y valor para hablarle así al rubio sin morir en el proceso, pero de alguna manera sentía que eso era lo correcto, y lo que en el fondo se esperaba de él. Cuando entro al cuarto dé juegos del rubio menor no pudo evitar sonreír con ternura al verlo sentado en el suelo de espalda a la puerta, rodeado por un mar de juguetes desordenados y aun así cabizbajo. Se veían los espasmos de los que su cuerpo era víctima mientras se le escapaban sollozos       - Hola – dijo con una sonrisa mientras se sentaba a su lado –, mi dragoncito está llorando – dijo con pesar – ven aquí – y lo coloco en sus piernas mientras lo abrazaba contra pechó - Pug pug – dijo el rubio – pa  - Tranquiló – susurró Neville besándole el cabello – tu papá y yo solo hablamos, y ahora lo haremos tú ý yo – el rubio iba a hablar –, rectifico, yo voy a hablar, tú, vas a escuchar y obedecer, sino vamos a tener serios problemas y esta vez papá no te va salvar – algo dentro de Draco lo hizo encogerse y buscar refugio en el pecho del otro muchacho – primero necesito que me digas que le paso a Narcisa – sintió como el chico temblaba y escondía su rostro entre su camisa – Cariño… – susurro suavemente – si no me lo dices no me podre quedar - Cheño oscudo – comenzó a decir el chico mientras temblaba –, ed… dayo vede – susurro escondiendo el rostro entre la túnica del Gryffindord. Ahora todo tenía sentido. Los Malfoy habían perdido la razón cuando obviamente Voldemort había asesinado a Narcisa, seguramente tras la fuga de Harry, Ron y Hermione de la mansión. - Tranquilo – susurro besándole el cabello – él no te volverá a lastimar. Lo prometo. Ahora vamos a hablar de esto. Mírame – ordenó –, Draco – este obedeció – ¿Tú quieres que yo sea tu mamá para siempre? – este asintió – bien, ¿Y quieres ser mi bebe? – el rubio volvió a asentir – entonces quiero que te comportes como uno realmente – ordeno Neville – los bebes no hablan, no caminan, no se restriegan contra sus mamás como tú lo haces. Los bebes obedecen. Si tú te comportas como un bebé bueno – dijo tomando una de sus manos entre las suyas para llevarla junto su pecho – yo seré una mamá buena. Pero si te vuelves a comportar como hoy en la mañana o vuelves a hacer cosas que los bebes no hacen, serás castigado como bebe malo, porque a partir de hoy solo podrás ser eso Draco, un bebe - ¿Heme? – susurro - No te preocupes por eso – dijo Neville sonriendo – los bebes comen así y tú eres un bebe ¿no? – Draco sonrió con un rubor en las mejillas – pero entiéndelo bien, dragón, ellos solo comen, nada más. Lo otro que tú quieres, lo hacen las mamás con los papás, no los bebes con las mamás ¿me entiendes? – Draco asintió – ¿obedecerás? – Draco volvió a asentir –. Ese es mi dragón. Ahora  voy a cambiarte el pañal y a hacerte dormir       Lo acostó en alfombra para quitarle el pantalón y su pañal. Limpio sus partes y le colocó uno limpio. Lo volvió acomodar entré sus brazos, se desabotono la camisa y acerco la boca del rubio a su pechó. Este comenzó a succionar lentamente, pero lejos de haber algo sexual en esa acción, cómo hasta el día anterior, Draco solo succiono un rato y se dejó vencer por el sueño. Neville le besó la frente y sonrió antes de salir de la recamara       Las cosas en la mansión Malfoy cambiaron radicalmente desde ese dia. Todos habían encontrado un punto de equilibrio. Neville accidentalmente había descubierto que estaba al sur de Francia, en una propiedad que durante generaciones había pertenecido a la familia Malfoy, aunque eso ya no importaba. Se volvió habitual salir a caminar por las tardes del brazo de Lucius mientras este empujaba el cochecito donde iba Draco señalando cosas y riendo. Leerle un cuento antes de dormir  y lanzar un hechizo alrededor de su cuna para evitar que despierte en la madrugada de pasión desenfrenada entre Lucius y Neville, a quien le habían conseguido una varita, ya que la suya había quedado olvidada en un pasillo de Hogwarts.        FIN DEL FLASHBACK       Un ruido en la planta baja de la casa lo hizo volver en sí. Se quedó en silencio unos segundos y volvió a escuchar el ruido, coloco a Draco en su cuna y corrió hacia la cama, tomando su varita de la mesita de noche       - Lucius – le hablo alterado  para que despertara - ¿Qué pasa? – dijo este despertando y escuchando golpes - Hay que salir de aquí – dijo corriendo hacia la cuna de Draco que lloro – tranquilo mi amor – la puerta se abrió de golpe       Sabían que el bando de la luz había ganado la guerra y que el señor oscuro estaba muerto, por lo que los mortífago estaban escondidos en las sombras, pero cada que alguno era capturado, inmediatamente era llevado a juicio y condenado a recibir el beso del dementor       - ¡Neville! – dijo una voz que reconoció al instante  - ¡Ron! – dijo este bajando su varita y corriendo a abrazarlo  - Ya estamos aquí, amigo – susurraba Ron – el infierno se acabó. – escucharon otro ruido y más pasos - Neville – dijo Hannah corriendo a abrazarse a él - Maldito Malfoy – dijo Ron apuntando a Lucius que se había deslizado hasta la cuna de Draco  - No te muevas o te vas a arrepentir – dijo la voz de Harry entrando al lugar - No te lo llevaras, Potter – le grito Lucius –, ella es mía - ¡Mamá! – lloro Draco - Tranquilo dragón – dijo Neville sonriendo –, mamá está aquí - ¿Qué pasa Nev? – dijo Hannah nerviosa - Lucius, toma a Draco y váyanse – ordeno el moreno - ¿Qué rayos estás haciendo? – grito Ron sorprendido - ¡No nos iremos sin ti! – grito el rubio - Maldición – dijo Neville – solo llévate al niño. Yo me encargare de arreglar esto. Nos veremos en la casa de Francia. Draco me dijo como llegar. Ahora váyanse - No lo  hagas Neville – suplico Harry - Perdóname por esto Harry – dijo Neville con pesar – pero tú no entiendes. ¡Protejo! - ¡Expelliarmus! – grito Harry. Una luz segó a todos por un instante - ¿Dónde están? – dijo Hannah en cuanto recuperaron la vista - En nuestra casa – susurro Neville sonriendo - Tienes mucho que explicar – le espetó Harry con un tono molesto       Iba a ser complicado explicarles a sus amigos lo que sentía por Malfoy, y la condición en la que estos se encontraban para que no se fueran contra ellos, pero se había prometido no perder lo que la vida le había regalado.         *                         *                         *       El sueño lo había vencido en algún momento de la madrugada escuchando el llanto suave de su hijo que se negaba a dormir lejos de él. Lo miro largo rato y pensó en llevarlo a su cuna pero no tubo corazón. Él también extrañaba a…       - Narcisa… – susurro   - Dime querido – dijo una voz desde la puerta       Lucius miro hacia donde venía la voz y sonriendo apoyado en el marco de la puerta estaba Neville. Quería hablar. Decir tantas cosas. Pero de inmediato recordó en las circunstancias que habían estado viviendo los últimos meses y su máscara aristocrática volvió a su lugar automáticamente. Se había dejado arrastrar por la locura momentánea de su hijo tras el asesinato de su madre y había terminado secuestrando y… ¡violando a un niño de la edad de su hijo! Pero lo peor era el amor que había despertado en él. No era como lo que había sentido por Narcisa, pero…  Escucho un movimiento detrás suyo y vio al pelinegro sonreír dulcemente       - Hola dragón – dijo - ¿mi bebe tiene hambre? - ¿Mamá? – dijo este sonriendo - Ya hemos hablado de esto, hijo – dijo Lucius –, él…  - Si mi amor – dijo Neville pasando junto al hombre mayor y sentándose en la cama – ven con mamá – Draco se apresuró a sentarse en las piernas del otro chico que lo abrazo acomodándolo en su regazo y le beso el cabello – ¡Como te extrañe! - ¿Po que tadaste? – pregunto Draco haciendo un puchero - Porque… – dijo Neville clavando su vista en Lucius – era muy lejos donde fui. - ¿Te vovedas a id? – dijo con un puchero - ¿Quieres que me vaya? – dijo Neville haciendo un puchero falsó que hizo sonreír a Lucius - Ño – dijo Draco - Genial. Porque no pienso ir a ningún lado sin ti y… sin tu papá – dijo el león besándole el cabello - Te quedo – dijo Draco abrazándose a él - Neville, yo… – susurro Lucius  - Luego hablamos – dijo este mirándolo fijamente - ¿po que te diche Ñevel? – pregunta frunciendo el entre cejo – eche ño e tu nome - Yo me llamo Neville – dijo acariciándole el cabello - Ño. Tu nome e Nantita – dijo mirándolo molesto - Draco… – dijo Lucius  - Haber, déjame explicarte – interrumpió Neville – tienes razón, tu mamá se llama Narcisa, pero ella tuvo que viajar muy muy lejos… - ¿Tomo tú? – pregunto Draco - Como yo – concedió Neville - ¿Y ela va vove tambem? – dijo Draco con los ojos cristalino  - No, mi amor – dijo Neville acariciándole el cabello y limpiándole las lágrimas que se le cayeron – ella no va volver. Por eso me dijo que los cuide a ti y tu papá - ¿ya ño vo a tene mamá? – susurro Draco - ¿Y yo que soy? – dijo Neville – a partir de hoy vas a tener dos mamás. Tu mamá Narcisa  y yo - Mi mamá Nantita y mi mamá Nevel – dijo el rubio sonriendo - Si – dijo Neville abrazándolo fuerte entre sus brazos  y besándole  el cabello – te quiero. Ahora necesito hablar con tu papá - Pug pug – dijo el rubio asustado – pa  - Para nada – dijo Neville sonriendo –, papá y yo no vamos a pelear. Te lo prometo. - Winky – dijo Neville - Si ama – dijo una elfina apareciendo frente a ellos – ¿llamo a Winky? - Si, llévate a la sala a mi hijo y que juegue con la señora – ordena el muchacho - ¿Qué mujer? – dijo Lucius nervioso - Ve con Winky mi cielo – ordeno Neville, por lo que Draco tomo de la mano a la elfina y salió de la habitación - Sé que te hice daño – dijo Lucius en cuanto la puerta se cerró – pero no se lo hagas a Draco. Él no tiene la culpa - ¿Cómo paso? – pregunto Neville con voz suave sentándose en el sofá - Yo… – dijo Lucius –, él me dio una orden y no la cumplí. Aun escucho sus gritos en agonía… como se retorcía mientras se desangraba lentamente … Perdóname, aunque sé que no lo merezco, perdóname – suplicaba arrodillándose frente a él  - ¿Draco lo vio todo? – pregunto Neville sorprendido, a lo que Lucius solo asiente llorando en silencio – ¿Qué le hizo a él? - Tres crucius seguidos y cuatro Obliattes – susurro Lucius con la cabeza gacha  y los hombros caídos – todo mientras veía morir a su madre. Si vas a hacer pagar a alguien que sea a mí. Mi dragón es solo una víctima más de ese monstruo - ¡Monstruo que tú apoyaste! – grito Neville – ¿Cómo pudiste? ¡Es un niño, Lucius! ¡Tiene mi edad, por Merlín! – Lucius lloraba en silencio – ¿Hay alguna manera de revertirlo? – el rubio niega     Neville golpeo la pared cuando llamaron a la puerta informando que Draco estaba llorando presa de un ataque de nervios llamándolos. Ambos corrieron a la sala y encontraron a Augusta Longbottom abrazando al rubio que lloraba y temblaba llamando al nieto de la mujer       - Mi amor – dijo este tomándolo en brazos, por lo que Draco cruzo sus piernas alrededor de la cintura del muchacho - Ma Ñevel – lloraba aferrandoce a él – pa Pug - Tranquilo – dijo paseándolo – tranquilo  - Pug pug – repetía llorando - No mi niño – dijo Neville mirando a Lucius – ¿quieres comer? ¿tienes hambre? – el chico negó con la cabeza – ven, te quiero presentar a alguien – se sentó junto a su abuela y lo sentó sobre sus piernas – ella es la abuela Augusta - ¿Bela Usta? – repitió el rubio aferrado a la camisa del hombre - Si. Abuela Augusta – dijo Neville besándole el cabello – dile hola. Vamos cielo. Hola abuela - Oda bela – dijo Draco con la carita roja y escondiéndola en camisa del otro chico - Hola Draco – dijo la mujer sonriendo - Disculpa, yo… – dijo el joven - No te preocupes – fue la respuesta de su abuela – lo que importa es que ya se calmó. Lucius - Señora – hace una leve venia  - Mi abuela vivirá con nosotros – informo Neville –. Espero que no te moleste - Claro que no – dijo Lucius – Bienvenida  - Puedes llevarla a su cuarto por favor – pidió el chico – quiero que Draco se tranquilice totalmente y se duerma. No son horas para que él este despierto - ¿Significa… a pesar de todo… te quedaras? – dijo Licius sonriendo - Significa que usted y yo aún no hemos terminado de hablar, señor Malfoy – dijo molesto saliendo del lugar rumbo al jardín  - No sé cómo lo hiciste – dijo Augusta sonriendo – pero le diste a tu hijo una madre con un temperamento fuerte a pesar de sus apariencia       El hombre solo pudo sonreír mas, ¿Acaso la mujer aprobaba su relación? No sabía que tan al tanto estaba, pero le iba demostrar con hechos cuanto amaba a su nieto       Lucius apoyado en la ventana veía como Neville acostaba a Draco en su cuna totalmente dormido. El chico tomo su varita y lanzo un hechizo de silencio alrededor de la cuna después de besarle la frente. Respiro hondo y se sentó en la cama       - ¿Y ahora? – pregunto Lucius sin mirarlo - Dímelo tú – dijo Neville mirándolo – me secuestraron, me violaron, me obligaron a hacer cosas… - Hare lo que quieras – susurro el rubio acercándose y sentándose a su lado - Entonces… – dijo el chico con la voz cortada – abrázame lo más fuerte que puedas. Dime que todo va estar bien – sus lágrimas caen – dime que me extrañaste como yo lo hice. Que lo nuestro no fue producto de las circunstancias. Dime que de verdad me amas - Claro que te amo Neville – dijo Lucius abrazándolo desesperadamente –, claro que te amo. Eres mi mundo. Mi todo - Demuéstramelo – susurro el pelinegro besándole el cuello mientras metía las manos bajo la camisa, sintiendo la repuesta inmediata del rubio que de un tirón le arranco el pantalón del otro hombre - Te amo – susurro Lucius  echándolo hacia atrás acariciándole sus muslos –, no quiero perderte jamás       Neville sonrió con los ojos cerrados mientras sentía los besos que bajaban de su cuello hasta su abdomen, siguiendo más al sur, donde se internaban en un bosque de pequeños bellos en los que se escondía la base de una torre de carne que sin pensarlos devoro totalmente, exprimiéndolo hasta la última gota, provocándole estremecimiento en todo su cuerpo mientras se aferraba al cabello del  hombre dando envestida que lo hacían sentir vivo como nunca había estado en los últimos meses. Los labios subieron nuevamente por su cuerpo hasta llegar a su boca donde probó su propio sabor, mientras un brazo rodeaba su cintura posesivamente, recordándole que su cuerpo, alma, mente, sangre y corazón tenían dueño. Y era precisamente ese dueño el que estaba en esos momentos reclamando posesión sobre cada milímetro de su ser. Una rodilla le indico que tenía que abrir totalmente sus piernas y enredarlas en la cintura del otro hombre, dando acceso irrestricto a su intimidad, esa que según las leyes de la sociedad y la naturaleza nada ni nadie debía explorar. Sintió como algo grueso tanteaba su pequeño orificio que se contraía ante la irrupción. Cerro los ojos y se entregó al mar de sensaciones que no lo dejaba pensar, que solo le exigía sentir cada rose, cada beso que se intensifico a niveles que jamás sospecho que podían existir cuando el hombre que amaba llego al punto exacto donde perdió total conciencia de sus actos. Era un ser totalmente entregado a la lujuria. Se aferró a la espalda con uñas y dientes literalmente. Llego al punto que juraría que escuchaba música a su alrededor cuando el orgasmo lo golpeo sin ningún tipo de contemplaciones, sintiendo segundos después como su interior el bañado por algo tibio que más allá de llenar su cuerpo, llenaba su alma, dándole la paz que necesitaba para ratificar la decisión que había tomado para lo que sería el resto de su vida       - Te amo – repitió la voz que le había susurrado todo el tiempo cuan amado era - Y yo a ti – respondió con una sonrisa radiante a pesar que su cuerpo empezaba a ser abandonado lentamente - Te prometo  que nunca te vas arrepentir de esta decisión – juro Lucius abrazándolo contra su pecho       Neville sonrió cerrando los ojos cuando sintió como su cintura era rodeada como si fuera lo más delicado que existiera.  Ahora lo sabía ese era su lugar. Respiro hondo y se entregó al mundo de los sueños donde seguiría disfrutando de los placeres de estar enamorado de un hombre muy bien dotado por Merlín. Sueño que seguramente sería interrumpido para disfrutar un placer que siempre creyó que no era para él pero aun así lo tenía, malcriar y mimar a un niño como si hubiera nacido de él. Definitivamente nunca dejaría de disfrutar ni de su marido, ni de su hijo  

 

Notas finales:

Recuerden decirmé que quieren leer. Besos. Hasta la proxima

 


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